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I. De Jo primitivo a lo popular: interpretaciones de la desigualdad cultural Con la cultura, objeto tradicional de la antropologia, su- cede lo mismo que con los objetos de las comunidades estu- diadas por esta ciencia: al pasar de un lado de Ia montafia a otro Ios elementos mas cotidianos, el agua o el sol, se desig- nan de maneras distintas, Asf, los hechos culturales, presen- tes en todas las sociedades, cambian de nombre in la iscipli isi ;E] estidiante qué se atoma “por jiento encuentra que los indigen: iencia los Haman sistemas simbélicos, otros sign unicacién, o lo imaginario. (~ ~ 1 hablar de cultura? ¢Por qué calificar ‘como cultura popula?)a esta forma particular de cultura que otros Ilaman subalterna, oprimida, etc.? Si el trabajo tedrico debe acompafiar al conocimiento concreto en toda investig: cién, es atin més necesario en este campo polémico, en este bosque de definiciones (antropoldgicas, sociolégicas, semié- ticas y de otras ciencias) que ya en 1952 Megaban a las tre- cientas, segdn la recopilacién de Kroeber y Klukhohn.! ‘Vamos a empezar discutiendo Jas principales definiciones de la cultura dadas por la antropologia, la manera en que Ja conceptualizé en oposicién a naturaleza, con Ia esperanza ide hallar una definicién de validez universal, libre de pre- j etnocéntricos. Luego vamos a analizar la «solucién» ida por muchos antropdlogos al problema de las dife- 1 Kroeber A. y C. Klukhohn,, Culture: A Critical Review of Concepts and Definitions, Cambridge, Massachussets, 1952. cc rencias culturales —el relativismo— 5 In confrontaremos con la organizacién transnacional que ! capitalismo impuso a las culturas y con la bisqueda de identidad ea los movis as y ; 3s moviimien- tos de iberacin de piss dependientes, Esta cin al valor cientifico y politico de la contribucién antropol6gice nos Uevard a vincular el concepto de cultura con los de produc- cidn, superestructura, ideologia, hegemonia y clases sociales, como el marxismo los ha elaborado. Llegaremos asf a carac- , eit Io cultura como un tipo particular de produccién cuyo (fines comprender, reproducir y transiormar la estructura a ial, y luchar_por la begemonia-Para vinculat esta defini- ‘con ef estudio empirico, wtilizatemos aportes de la so- ciologia de la cultura que precisa los mecani anismos pot los alee tun capital cultrd se‘wansmite a traves de aparaios se internaliza en los individuos generarde hébitos y précti- cas, es decir, la estructura de nuestta vida cotidiana. ‘Estamos proponiendo, como se ve, un cambio en el obje- to habit studio.) MIS qué uit marco” tesrice pirat alt (@ Ya caltura, nos interes. uno que ayude a explicar las desig’ Ne que el desenivolviiiiéito del libro ju gualdades y ‘conflictos entre sistemas culsucales,-Pensimos rf esta perspecti- va como la més fecunda para definir y estudi etwas at como no sue Ineo ca posed to ‘eo puede caracterizarse a la cultura popular por una esencia © un grupo de rasgos intrinsecos, sino por oposicién a la cultura dominsnte, como producto de la desigualdad y_eb \conthigige = El elogio de los «primitivos» como negacién de la bistoria — SEI concepis ‘antiopolégico de cultura es un resultado parb- | de occidente!"Tainismsa con- (dpico de la expans rrontacién entre paises coloniales y coloniz i confrontacién de los cientificos ingleses, franceses y nortea- mericanos con la vida cotidiana de 20 los pueblos sometidos. AY destdaars® &é {a propia cultura, los anttopdlogos fyeron ¢ (Gescubriendo ottas formas de racfonalidad y de vida,/Tam eee dvirtieron que culturas no ocidentales habian sesuel- perguird mejor que nosotros 1a orgenizacin de la familia y 1. dducacién. la integracién de fos adolescentes a la vida Sexual y Ja. actividad econdmica (por ejemplo, Margaret Mead en la Polinesia). 'A partic de ¢stos descubrimientos fue levantindoss yaa coneeptién distinta de occidente sobre los otros, pueblos y Sobre st mismo. La descalificacién de los primitivos, seme- jante en muchos puntos @ Ja desvalorizacén de la cultura, popular, se mostré inco! ‘ente,’La amplitud asignada desde, aeeeel al concepto de cultura —Io que no es naturaleza, { todo lo, producido. por todos los hombres, sin importar el grado de complejidad y desarrollo aicanzado— fue un int arto de reconocer la dignidad de los excluidos/“Se conside- zaron parte de la ciftura todas las actividades humanas, rarteriales e ideales, incluso aquellas précticas 0 creencias Utes jurgadas manifestaciones de ignorancia (las superst Giones, los sactificios humanos), las normas sociales y las entels simples de quienes viven desnudos en una sclvs, eetoe a los ritmos y los tiesgos de la naturalezay Todas las cease pot clementales que sean, se hallan estrucruradas, poteen coherencia y sentido dentro de si, Aon aquellss pric: , eas que nos desconciertan 0 rechazamos, (la antropofagia, Ia + | Doligamia) resulean T6eices dentro de 1a sociedad que las qcepta, son funcionales para su existencis. 7 (Quizd LéviStrauss sea uno de los antropélogos ave ils fice mis slidamente el cardcter I6gico y estructurado de fas demolié con mayor seriedad i {a historia, | MRD NEN GOTT faber avanzado ms en el aprovechamiento safe racignalidad y el pensamiento cientifico. Su investiey STon para la UNESCO? sobre ci sacismo preserua el ejemplo 2 LéyiSuauss, Claude: Race et histoire, Pars. Baliions Goutbie® oni Tet (Hay traduccion al espuiol cx CLS, Aruropologie e& pructural, México, Sigho ¥xt, 1979)- 2 de América para refutar la concepcién evolucionista de la historia humana como un solo movimiento lineal y progre- sivo, en ef que la cultura europea ocuparia Ia cispide y las dems equivaldrfan a momentos anteriores de! mismo proce- so. Los habitantes del continente americano lograron antes de la conquista espafiola un impresionante desarrollo cultural independiente de Europa: domesticaron especies animales y vegetales, obtuvieron remedios y bebidas tinicos, Hevaron in- dustrias como el rejido, la cerdmica y el trabajo con metales preciosos al més alto punto de perfeccién. Es dificil, argu- menta el antropélogo francés, sostener la inferioridad de pueblos que realizaron una contribucién inmensa al viejo mun- do: la batata, el tabaco, el cacao, el jitomate y muchos otros alimentos. El cero, conocido y empleado por los mayas al menos quinientos ahos antes de ser descubierto por sabios hindGes, Ia mayor exactitud de su calendatio, el avanzado régimen politico de los incas son otsos de los hechos aduci- dos para invalidar empiricamente el evolucionismo. Peso es en El pensamiento salvaje donde Lévi-Strauss des- plicga mejor su cuestionamiento tedrico. Alf leemos que si las culturas no occidentales alcanzaron un saber en vatios puntos superior al europeo, fue porque su desarrollo intelec- tual cuvo un rigor semejante al de las disciplinas cientificas, aunque empleara caminos diferentes. Sélo una observacién minuciosa y metédica de la realidad permitié a los hanundo Megas a tener més de 150 términos para describir las partes constitutivas y las propiedades de los vegetales; los pinatubo, centre los cuales se han contado més de 600 plantas con nom- bre, poseen un complejo conocimiento de su utilizacién y més de 100 términos para describir sus partes o aspectos ca- racterfsticos. Un saber desarrollado tan sistemiticamente —conchaye— no puede ser cbtenido sélo en funcién del va- lor préctico. Incluso hay tribus que enumeran, nombran_y ordenan reptiles que nunca cometdn ni usarén con ningiin fia utilitario, «De tales ejemplos, que podrfamos encontrar en todas las regiones del mundo, se podria inferir que las es- pecies animales y vegetales no son conocidas porque son iitiles, sino que se las declara stiles ¢ interesantes porque 22 i las conoce.»’ Se trata de un saber producido en Petedardes que asignan a las actividades intelectuales ua lugar fundamental. Luego, o que diferencia al sensamient sab vajeo de 10 que el autor llama «pensamiento domesticado> rae gee aoe una mayot eapacidad de ordenarracionalmen- seal mundo o un predominio de la actividad intelectual sobre Ia prdctica; menos aGn, como algunos pretendieron, que ef onocimient® primitive sea tesultado de hallazgos hechos Sear, Nadie se atreve ya a explicar la revolucién aeolitica vrctividades tan complejas como la cerémica, el tejido, la Geealtura y la domesticacion ce anlimales— mediante Js *eialacion fortuita de descubrimientos causales. «Cada wea de estas téenicas supone siglos de observacién activa y Tnetédiea, bipétesis atrevidas y conttoladas, para rechazarles © para comprobarlas por intermedio de experiencias incanss- ‘plemente repetidas.r* ; En lugar de oponer la magia y Ja ciencia, el pensamiento intico y el racional, como si el primero fuera sélo un borrador rorpe del segundo, hay que colocetlos paralelamente, como dos modos de conocimiento, ‘esiguales en cuanto a los resultados teéricos y préc- Ticos (pues, desde este punto de vista, es verdad que la ciencia tiene més éxito que fa magia, aunque la magia prefigure a la ciencia en el sentido de que tam- bign ella acierta algunas veces), pero no por la clase de operaciones mentales que ambas suponen, y que Gifieren menos en cuanto a la natutaleza que en fautcion de las clases de fendmenos a las que se aplican? Dicho de otro modo: los dos tipos de pensamiento —el sal- ‘vaje y el cientffico— no corresponden a etapas superiores ° jafetiores del desarrollo humano, sino a distintos «niveles 2 LéviSerauss, Claude: El pensamiento salvsie, México, Fondo de Coltura Econdmica, 1964, p. 24 # Idem, p 3 5 Idem, p- 30 23

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