EL FIN DE TODAS LAS COSASNOTA DE TRADUCCION
La presente traduccién se ha efectuado directamente de la edicién Kanr’s
gesammelte Schriften. Werke, Briefe, Opus postumum, Vorlesungen, Ausgabe der
‘Akademie der Wissenschaften, Berlin, Walter de Gruyter, 1900 y sigs. La pagina-
cién original correspondiente se consigna al margen con la forma Ak. viut, pag,EL FIN DE TODAS LAS COSAS:
Es una expresié6n corriente, sobre todo en el lenguaje piadoso, el ha- Ak. vm, 327
blar del transito de un moribundo del tiempo a la eternidad.
Nada querrfa decir esta expresién si con eternidad se quisiera dar
a entender un tiempo que se prolonga al infinito; pues entonces el
hombre no saldrfa del tiempo, sino que partirfa de un tiempo a otro.
Por tanto, debe aludirse a un fin de todos los tiempos, en una perdura-
cién ininterrumpida del hombre, pero en una duracion (considerada
su existencia como magnitud), no obstante, que seria una magnitud
no comparable con el tiempo (duratio noumenon), de la que no pode-
mos formarnos (fuera del meramente negativo) concepto alguno.
Este pensamiento encierra algo de horrible: porque nos lleva al
borde de un abismo de cuya sima nadie vuelve («con fuertes brazos
le retiene la eternidad en un lugar tétrico, de donde nadie regresa»,
Haller); y, sin embargo, también algo de atrayente: pues no se puede
dejar de volver a él la mirada asustada (nequeunt expleri corda tuendo,
Virgilio). Es terrible-sublime, en parte por causa de su oscuridad,
pues en ésta suele obrar la imaginacién con mas fuerza que a plena
luz. Finalmente, ha de estar entretejido con la raz6n humana univer-
sal: porque nos topamos con él en todos los pueblos, en todas las
épocas, ataviado de una manera o de otra.
Sin embargo, si seguimos este transito del tiempo a la eternidad
(al margen de que esta idea, considerada teéricamente, como am-
pliacién del conocimiento, tenga o no realidad objetiva), como hace
la raz6n misma en sentido moral, tropezamos con el fin de todas las
cosas en cuanto seres temporales y objetos de posible experiencia: fin
que, en el orden moral de los fines, es el comienzo de una perdura-
* Das Ende aller Dinge (1795). (N. de los T.)
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