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60 LA ERA DE LA REVOLUCION, 179-1848, setenta millones de lbras estetlinas anuales, Su comercio era el doble que el dde Francia, su més préxima competidora: ya en 1780 Ja habia superado. Su consumo de algodén era dos veces el de las Estados Unidos y cuatro ei de Francia. Producia mas de la mitad del total de lingotes de hierro del mundo dessrrollado econsmicamente, y utlizaba dos veces mas por habitante que el pais préximo més industralizado (Bélgica), res veces mas que los Bstados. ‘Unidos y sobre cuatro veces més que Francia. Entre los doscientos y tres- , que antes significaba sélo ol lugar de naci- Iniento o residencia de un hombre, se habia transformado bajo la influencia de la Revolucién francesa en algo asf como xpattia>; el vocablo «libertad», fue antes de 1800 no era mas que un término legal denotando Ho conirasio gue «esclavitud>, también haba empezado a adquirir un muevo contenido folio; La influenci indreta dela Revolucign francesa es universal, pues roporcions el patrén para todos los movimientos revolucionarios subsi- vente, sus lecionesCnterpetadas conform al gusto de cada pls 0 cada Cavdillo} fueron incorporadas en el modemo socialismo y comunismo+ ‘Asi pues, la Revolucién francesa estd considerada como fa revolucisn de su época, y no s6lo una, sungue Ia mas prominente, de su clase. Y sus orf zgenes deben buscarse por ello no simplemente en las condiciones generales ‘de Europa, sino en la especifiea situactén de Francia. Su peculiaridad se explica mejor en términos intemacionales. Durante el siglo Xvit Francia fue el mayor rival econémico internacional de Gran Bretafia. Su comercio exte- rior, ue se cuadruplié entre 1720 y 1780, eausaba prescupacién en Gran Bre- taiia; su sistema colonial era en cicras dreas (tales como las Indias Occiden- tales) més dingmico que el brténico. A pesar de lo cual, Francia no era una potencia como Gran Bretafla, cuya poittca exterior ya estaba determinada sus- tanciaimente por los intereses de fa expansin capitalist. Francia era la ms poderosa y en muchos aspectos Ia més caracteristica de las viejas monar- Solas absolutas yaristocrdteat de Europa. En ots trminoe conficio 3. B, Lewis, The impact ofthe French Revolution on Turkeys, Journal of World Hls- tory 1 (1955-1958, p. 105, “seo no e sestimar fe flencs de a evolu noteamercan que, sn du ago a, ayuda ear Ia ances yen un sng este, propereioné models cnstcionaes en competeaiay slguras veces atesnando com la facacar= par Yaros esas atone ‘anes, ye ver on Ct inspec part algunos movimleosadca-cemecrdieos. a LA ERA DE LA REVOLUCION, 1769-1646 centre la armazén oficial y los inconmovibles intereses det antiguo régimen y 1a ascension de las nuevas fuerzas sociales era més agudo en Francia que ea ‘cualquier otro sitio. Las quevas fuerzas sabfan con exactitud lo que querian. Turgot, el econo mista fisiGcrata, preconizaba una eficaz explotaci6n de la tierra, la libertad de ‘empresa y de comercio, una normal y eficiente administracién de un tertitorio nacional tnico y homogéneo, la abolicién de todas las restricciones y de- sigualdades sociales que entorpecian el desenvolvimiento de los recursos nacionales y una equitativa y racional administracion y tibutacion. Sin embar- 0, su intento de aplicar tal programa como primer ministro de Luis XVI en 41774-1716 fracas6 lamontablemente, y ese fracaso es caracteristico. Reformas de este género, en pequefias dosis, no eran incompatibles con las monarquis fhsolutas ni mal reeibidas por ellas. Antes al contrario, puesto que fortalectan su poder, estaban, como hemos visto, muy difundidas en aquella época entre Tos llamados «déspotas ilustrados». Pero en la mayor parte de los paises en que imperaba el , tales reformas eran inaplicables, y Por es0 resultaban meros escarceos te6ricos, o incapaces de cambiar el caréc~ ter general de su estructara politica y social, 0 fracasaban frente a la resisten- cia de las aristocracias locales y otros intereses intocables, dejando at pais recaer en una nueva version de su primitivo estado. En Francia fracasaban mis r4pidamente que en otros paises, porque la resistencia de los intereses tradi- clonales era ms efectiva, Peco los resultados de ese fracaso fueron mis catas- ‘wéficos para Ja monaryufa; y las fuerzas de cambio burguesas eran demasiado fuertes para caer en la inactividad, por lo que se limitaron a transferir sus ‘esperanzas de una monarqufa ilustrada al pueblo o a «la naciGn».. ‘Sin embargo, semejante generalizacion no debe alejarnos det entendi- rmiento de por qué la revolucién estall6 cuando lo hizo y por qué tomé el rambo que tom6, Para esto es mis conveniente considerar la llamada «reac- ciga feudal», que realmente proporcioné la mecha que inflamaria et barril de palvora de Francia ‘Las cuatrocientas mil personas que, sobre poco més © menos, formaban entre los veinsitrés millones de franceses la nobleza —el indiscutible «pri- ‘mor orden» de la nacién, aunque no tan absolutamente salvaguardado contra, Ja intrusion de los érdenes inferiotes como en Prusia y otros pafses— esta- ban bastante seguras. Gozaban de considerables privilegios, incluida la exen- cidn de varios impuestos (aunque no de tantos como estaba exento el bien ‘organizado clero) y el derecho a cobrar tributos feudales. Politicamente, su situacién era menos brillante. La monarquia absoluta, aunque completamen- te aristocrdtica e incluso feudal en sus ethos, habia privado a los nobles de toda indopendencia y responsabilidad politica, cercenando todo Io posible sus Viejas instituciones representativas: estados y parlements. El hecho con- ‘nu6 al situar entre Ta alta aristocracia y entre la mds reciente noblesse de robe creada por los reyes con distintos designios, generalmente financieros ¥ administratives, a una ennoblecida clase media gubernamental que mani- estaba en lo posible el doble descontento ge aristSeratas y burgueses a tra 1A REVOLUCION FRANESA 6 és de los tibunales y estados que an subsist. Econémicameate, las inguctudes de los nobles no. eran injustificadas. Guerreros, mis que trbsjadores por nacimiento y tadicisn —ios nobles estan excldos of cialmente del ejercicio del comercio 0 cnalguier profeion.- dependian do Jas rents de sus propiedadeso, si pertenecian a la minor conesena, de matrimonios de convenieacia,pensionesregas,donacionesy sinccuras Poo coro los gastos inherentes a ia condicgn nobilaria siempre cuandosos.— fina on aumento, los ingresos, mal adininistados por lo general, relaban insufcientes, La inflacion tend a redacir el valor de los ingress Hijo, tales como las rents Por todo ello era nturat que los nobles utlizaran su caudal principal, tos reconoidos privilegios de clase. Duraate el siglo Xvi, tanto en Prancia emo en otros muchos pases, ae aferaban tenazinente a los cargos oftiales ue ls monarqufaabsolutahubierapreferido encomendar a Tos hombres dea elase media competentescnicamente y peliticamentsinocuos, Haca 1780 se requerfan cuatro cuarsls de oblecs para consegue an puesto cn ele} ito; todos los obispes eran nobles incluso la clave de fa sdmilstrecn ‘etl las intendencas,estaban aeaparades por la nobleza. Como consecten Gia, la nobleza no solo inaba Tos senimienos de la clase media al compe. tr con éxito en la provision de cargos oficiales, sino que socavaba Tos Cimientos del Estado con su execieate inclinacion apodearse de la adn nistacion central y provinci. Asimismo —sobre todo los Seforey ms pobres de provinias eon pocos recutsoe—~ intentaben contsaestar lamer. ta de sas rents exprimiend hasta el imite sus considerable derechos feu. dais para obtener diner, 0, con menos frecuencia, servicios de les cape. sings, Una nueva profesin ta de afeudistar-~ surgi pese hacee revit antiedados derechos de esta clase o para aumentar hasta el maximo Tos pro. ducts de los existentes. Su mls fambno miembro, Gracchis Babeut, se Lon- verti en el Idee dela primera reveltacomunista dela histoua madera fn 1796. Con esta acid, la noblean no slo iitabe la clase media, sno también al eampesinado, La posicién de esta vasa clase, que comprendia aproximadamente et 80 por 100 de los franceses,distdba mucho de ser brane, aunque us components eran bres en general y a imenudo terrtenienes En calidad, las propiedades de la noblcra orapaban solo una quinta prt de la twa, ¥ las del clero qui2é otro 6 por 100, con variaciones en las diferentes regio. tes? Asien la didcesis de Montpelier, los campesinos poseian del 38 40 por 100 dela tierra, la burguesta del 18 al 19, 1s nobles del 15 al 16, el cle~ fo del 3 al 4, mientas una qulnta parte era de propiedad comonal Sin embargo, de hecho, la mayor parte cram gentes pobres 0 con fecuos insu. ficienes,deticiencia Esta sumentada pore atraso tecnico reinane, La mse vin general se intensficaba por el aumento de la poblacion. Los tibuos fos ‘See, Bsquise dune Matte régime agraire, 193), 5 15.17 {6 A. Soboul, Ls campagmes manipellirtnes@ la i de con Régime, 1958,

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