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El VAN sirve para generar dos tipos de decisiones: en primer lugar, ver si
las inversiones son efectuables y en segundo lugar, ver qué inversión es
mejor que otra en términos absolutos. Los criterios de decisión van a ser
los siguientes:
Cuando tenemos tres flujos de caja (el inicial y dos más) como en este
caso tenemos una ecuación de segundo grado:
En este caso, utilizando una calculadora financiera nos dice que la TIR
es un 16%. Como podemos ver en el ejemplo de VAN, si suponemos
que la TIR es un 3% el VAN será de 1894,24 euros.
La fórmula de excel para calcular el TIR se llama precisamente “tir”. Si
ponemos en distintas celdas consecutivas los flujos de caja y en una
celda separada incorporamos el rango entero nos dará el resultado de la
TIR.
CAPEX
El Capex (capital expenditure), en español gasto en capital, es la
inversión en capital o inmovilizado fijo que realiza una compañía ya
sea para adquirir, mantener o mejorar su activo no corriente.
Se explica como, la inversión necesaria para mantener o expandir
los bienes de capital(fábricas, maquinaria, vehículos, etc). Es muy
importante dentro de la actividad de una empresa y de su evolución
futura.
Sabemos que el futuro de una compañía, su crecimiento, y los flujos de
caja que genere dependerá de las inversiones realizadas. Por tanto, el
Capex es un elemento de elevada relevancia en el negocio de una
compañía. Además, nos facilita la información acerca de si la empresa
está invirtiendo para continuar creciendo o simplemente para
mantenerse.
Desagregando el Capex
La inversión en inmovilizado por parte de la compañía se puede clasificar
en dos tipos, en cuanto al, objeto de esa inversión:
Total Activo Circulante 555 675 Total Pasivo Circulante 482 377
Inmovilizado Mat Neto 550 800 Deuda Financiera largo plazo 225 69
miles de € Año 1
Ventas 2.000
EBITDA 1.085
Amortizaciones (65)
EBIT 1.020
Ingresos financieros 35
Impuestos (300)
OPEX
En el lado contrario de la ecuación encontramos el OPEX, considerado como el
‘gasto operativo’. En este apartado encontramos la mayoría de movimientos de
efectivo, costes de explotación, costes recurrentes de un producto, sistema o compañía,
costes de empleados y alquileres de instalaciones.
En estos casos, no hablamos de inversiones en bienes sino de alquileres o suministros de
consumo. Comprar o usar, propiedad o servicio, podríamos concluir. En el lado
positivo del OPEX figura que no requiere grandes cantidades de dinero en un
inicio y que tener más partidas de este tipo nos permite ser más flexibles y ágiles a
la hora de transformar nuestro negocio respecto a los gastos CAPEX. En el
negativo, todo el montante destinado en OPEX debemos reportarlo en la cuenta de
pérdidas y ganancias del ejercicio en vigor.
Existe una analogía muy sencilla de aplicar si nos vamos hacia el mundo tecnológico.
Un gasto tipo CAPEX podría ser la construcción de un nuevo centro de datos en el que
alojar las principales aplicaciones de la compañía. Por el contrario, un gasto OPEX sería
la contratación de servidores cloud a Amazon Web Services para prestar exactamente la
misma funcionalidad.
¿Qué es mejor?
Muchas empresas dudan en cuál de estas dos parcelas deben enfocarse más, si en el
CAPEX o en el OPEX. Una elección que presenta muchos interrogantes (los bienes en
propiedad son un activo más de la empresa, pero inaccesibles para muchos negocios
modestos o que no quieren estar atados) que tiene difícil respuesta. Pero nos atrevemos
a ofrecerles algunas recomendaciones según la clase de compañía de la que hablemos:
Empresas con gastos de capital elevados y necesarios para su actividad:existen
industrias que, por su propia naturaleza, exigen tener la propiedad de los bienes
básicos para su actividad. Englobamos en esta categoría a segmentos como las
telecomunicaciones o las empresas energéticas.
Empresas dedicadas a servicios/consultoría: en estos casos, la propiedad de los
bienes no aporta ninguna ventaja competitiva, con lo que la recomendación es optar
por los gastos OPEX para mejorar la flexibilidad, agilidad y escalabilidad del
negocio.
Startups: también en estos casos es recomendable optar por OPEX en lugar de
CAPEX. ¿La razón? Los enormes costes iniciales de comprar recursos tecnológicos
o bienes inmobiliarios supone un lastre muy difícil de asumir por una empresa de
reciente creación. Además, el valor de las startups de base digital reside en su
producto o servicio, no en la infraestructura que exista detrás.