Justicia
degrada a las mujeres al instrumentalizar sus cuerpos y su capacidad
reproductiva.
Cuesta imaginar dos actividades humanas més disimiles que tener
hijos y guerrear, Pero las embarazadas de alquiler indias y el soldado
al que Andrew Carnegie pagé para que fuese por él a la guerra civil
norteamericana tienen algo en comin. Reflexionar sobre lo bueno
¥ lo malo de ambas situaciones nos pone cara a cara con dos de las
preguntas que dividen a unas concepciones de la justicia de otras:
hasta qué punto somos libres cuando elegimos en el libre mercad
hay ciertas virtudes y bienes superiores que los mercados no hon~
ran y el dinero no puede comprar?
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Lo que cuenta es el motivo.
Immanuel Kant
Si cree que hay derechos humanos universales, es que usted, segura~
mente, no es utilitarista, Si todos los seres son dignos de respeto, sean
‘quienes sean o vivan donde vivan, estar mal que se les trate como
meros instrumentos de la felicidad colectiva. (Recuérdese la historia
del nifio desnutrido que languidecia en el s6tano por el bien de la
ciudad de la felicidad.)
Puede que usted defienda los derechos humanos porque respe-
tarlos maximizaré la utilidad a largo plazo. En tal caso, sin embargo,
su raz6n para respetar los derechos no ¢s el respeto hacia la persona
que los posee, sino porque asi les iri mejor a todos. Una cosa es que
se condene esa situacién en la que tiene que haber un nifio que su-
‘fa porque reduce la utilidad general; otra, condenarla porque es mo-
ralmente mala en si, una injusticia que se comete con el nifio.
Silos derechos no se fandamentan en la utilidad, zcuél es su finda
‘mento moral? Los libertarios offecen una respuesta posible. Las perso-
nas no deberian ser usadas como un simple medio para el bienestar de
Jos demés, porque de ese modo se viola el detecho fundamental de ser