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Máster Artes Visuales y Multimedia

Dispositivos Fílmicos
Alumna: Neus Mahiques Esparza

Ejercicio nº 1
Relación existente entre los conceptos: dispositivo, medio y contexto.

Buscando la mejor forma de relacionar estos tres conceptos, después de


encontrarles un significado que nos parecía apropiado, vimos que el orden en el que los
íbamos a enumerar era un factor importante; pues empezando a describir el contexto (lo
general) llegaríamos a averiguar qué podría caracterizar a un dispositivo (lo concreto).

Dicho esto, empezaremos por el contexto. Podemos describirlo como la


conjunción de una serie de coincidencias que se dan en un sitio determinado. En nuestro
caso nos gustaría hablar sobre el contexto artístico. Nos referimos a la corriente
artística que se desarrolla en un sitio delimitado y que estará influenciada por las
circunstancias políticas, filosóficas y conceptuales del lugar y de la época. Entonces, la
naturaleza del contexto artístico depende del país y del período temporal en el que se
inscriba.
Se pueden desarrollar distintas y variadas manifestaciones artísticas dentro de
una misma región, si se goza de un contexto artístico determinado que lo propicie, o
puede que sólo florezca una sola.
También determinan el contexto artístico, y como veremos más adelante a
nuestros medios y dispositivos, el acceso que tengan los artistas a los recursos
materiales (su nivel económico o adquisitivo, o capacidad para adquirir) y a los
recursos intelectuales (formación académica o complementaria, aptitud de imaginar, u
otras competencias del entendimiento); circunstancias que dependerán de las políticas
gubernamentales que practiquen los regímenes de dicho territorio.
Por ejemplo, el Movimiento Dada no se habría manifestado en 1915 si la Primera
Guerra Mundial no hubiese ocurrido; pues éste fue un movimiento artístico revolucionario,
nacido en Zúrich (Suiza), de mano de los refugiados políticos de la Guerra, de entre los
que destaca Marcel Duchamp. Éstos se burlaban del artista burgués y de su arte, es decir,
estaban en contra de las convenciones literarias y artísticas de la época; eran los
antagonistas del Positivismo, contrarios a la demente cultura que había hecho posible la
Guerra Mundial.
Los dadaístas pudieron rebelarse contra el orden establecido pues se refugiaron
en Suiza, que era un país neutral. Estuvieron en el lugar adecuado, la época adecuada
(pues la Guerra fue una experiencia que les hizo desarrollar el rechazo a la sociedad que
la promulgó); y tuvieron los recursos materiales e intelectuales suficientes para poder
llevar a cabo sus críticas y propuestas artísticas.
Como hemos visto, el contexto permite a los artistas, gracias a los
acontecimientos socio-políticos de su territorio, que desarrollen una práctica concreta
(Barroco, Dadaísmo, Expresionismo, etc.). Al mismo tiempo, éstas disciplinas se reflejan
en un lugar físico (o cibernético, hablando contemporáneamente) dónde se produce la
creación de las formas y dónde se utilizan una serie de materiales concretos; a estos
soportes y herramientas hemos decidido llamarlos medios.
Entonces podemos sostener que el contexto da lugar al medio, ya que, por
ejemplo, las circunstancias sociales que hicieron posible el germen del Dadaísmo,
permitieron la existencia de los medios que los artistas utilizaron: la pintura, la escultura y
la poesía; los pinceles, los retales y los objetos cotidianos, en términos generales. Se
valieron de los medios que conocían, para crear lo que acabaría siendo su obra.
Asimilaron, como innovación, piezas ordinarias de su alrededor para disponerlas de forma
provocadora; éste fue su descubrimiento, lo que caracterizó las obras Dada.

Hoy en día, podríamos decir que nos encontramos ante el contexto perfecto para
desarrollar destrezas artísticas relacionadas con los new media, ya que tenemos a nuestra
disposición toda clase de nuevos medios (Internet, vídeo, juegos de ordenador, etc.) a los
que hay que añadir los antiguos. Juntos o separados, darán lugar a nuestra obra, que en
nuestro ámbito multimedia, se le suele llamar dispositivo.

Entonces, el medio, posible gracias al contexto, indicará los márgenes o límites de


los dispositivos que se engendrarán, ya que estos introducirán dentro de su mecanismo
varios medios, como ya hemos dicho, viejos y/o nuevos: pintura, escultura, vídeo,
electrónica, música, Internet, etc.
Los dispositivos que de aquí naciesen podrían ser: instalaciones multimedia, arte
interactivo, fotomontaje, cine expandido, media performances, etc. Éstas nuevas obras
han cambiado su significado más profundo, pues llevan implícitas variaciones bastante
sustanciales respecto a lo que eran hace tan sólo unas décadas; principalmente la relación
con el espectador (ahora usuario), pasándose a llamar más acertadamente: dispositivos.
La evolución terminológica, de obra a dispositivo no es en vano, creemos.

Calificaríamos un dispositivo, a diferencia de una obra, como un artefacto que es


capaz de moverse mediante la aplicación de una acción; una especie de mecanismo que
reaccionaría a uno o varios actos aplicados sobre sí mismo, que daría pie a variaciones de
su estado. Podríamos entonces, desmontar un teléfono inalámbrico y hackearlo, de forma
que ahora fuese una linterna que cambiase de color cuando apretases algunas teclas.
Esto no hubiese sido posible después de la Primera Guerra Mundial, cuando brotó el
Dadaísmo; ya que las obras estaban sujetas a una serie de medios y contextos que no
posibilitaban que fuese interactivo o cibernético.

Ahora, estas piezas artísticas, tienen módulos distintos que reaccionan entre sí y
ante las acciones del usuario, como si fuese una máquina, un dispositivo. Por eso es más
adecuado denominarlas de esta forma, para que no se pierdan de su contexto y continúe
la evolución del vocabulario artístico, pues enriquece la propia praxis.

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