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Los propésitos del didlogo en la ficcién Como aspecto inherente a la presentacién o a la rela- son diversas las funciones que cidn entre los personaj cumple el didlogo en una narracién literaria y puedes is de estas posibili- utilizarlo aprovechando una o ve dade: + Define un personaje. + Impulsa el relato. + Muestra algo acerca del pasado de un personaje, de futuras esperancas. sus actuales acciones y de st + Explica de una forma clara y facilmente asimilable lo que el autor quiere que el lector sepa. + Da vida a los personajes de forma mucho mas efecti- va que cualquier otra. + Libera al ojo de una narracién demasiado Ilana, cambiando el aspecto de la pagina y acercando al lec- tor a lo que de otro modo no seria mas que un ensa- yo. También le permite al lector husmear en esas con- versaciones que nos gustaria escuchar en la vida real sin que podamos hacerlo. La voz unica De naje, tras decidir su nombre puede ser conveniente di ido a lo que puede aportar el didlogo a cada perso- le una voz. Cada uno de nosotros tiene una voz tinica como tinicas son nuestras huellas dactilares, y lo mismo debe suceder con tus personajes. La voz puede ser dulce 0 es- tridente, lenta 0 raépida; regional, extranjera, titubeante (por ejemplo, por culpa de la bebida o de una enferme- dad), ondulante, meldédica... De nuevo, la posibilidades son infinitas. Sea como sea la que elijas, aférrate a ella e identifica a tu personaje con la voz que le has dado. Lo que no hay que hacer Evidentemente, lo que tu personaje dice y cémo lo dice puede darle 0 quitarle credibilidad de cara al lector. Es peligrosamente facil escribir un mal didlogo en el que los personajes no estén diciendo realmente nada de interés. En un relato corto, en el que cada palabra es impor te, no hay lugar para didlogos intitiles. Y en una novela tus personajes perderan credibilidad si se dedican a par- lotear una y otra vez sin un objetivo preciso por tu parte, como autor. Los siguientes ejemplos muestran la diferencia entre un buen y un mal didlogo: ~gPor qué no vamos al cine? -dijo Ruth. ~gHay algo interesante? —respondié Angela. =No lo sé, Angela. ¢ Quieres que lo mire? ~4Dénde esta el periédico? Creo que hoy no lo he visto dijo Angela. —Esté en la mesa de la cocina, Angela, creo —dijo Ruth. —Voy a por él, gte parece, Ruth? Si, por favor, Angela. —Entonces, gpor qué no vamos al cine esta noche? —dijo Ruth con impaciencia. —Bueno, si quieres. gHay algo que valga la pena? Ni siquiera he echado un vistazo al periédico local -respondié Angela indiferente. Voy a ver, y luego decidimos si vale la pena movernos de la chimenea —dijo Ruth bostezando.

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