VIENTOEN FORS,
‘ciente capacidad para el todo de su carga, circunstancia que podria deberse a la desmejora de sus
condiciones marineras, Posteriormente en el puerto de Gratta se le decomisaron partidas no re-
gistradas de tabaco en polvo y hoja El Santiago, alias La Vizarra o El Harrison, de 311 toneladas,
presa capturada los ingleses e incorporadaa la marina mercante de la Compania, llevé en suse-
gundo viaje un 20% de sobrecarga y llego a Pasajes averiado y haciendo tanta agua que buena
parte de su cargazén de cacao llego estropeada y hubo de ser arrojada al mar. Allitermindsu vida
‘como mercante. La San Sebastian, de 327 toneladas, se excedis en 3,08 y 4,09% en dos viajes du-
rantela guerra, Alintentar un tercer tornaviaje, justo cuando el contficto armado llegaba a su final
en 1748, presentaba un evidente deterioro y aunque se recompuso en Puerto Cabello y logré salir,
no pudo continuar por los temporales que encontr6 sobre la Bermuda. Arribé entonces a Puerto
Rico, pero se e oblige a volver a La Guaita, donde se desincorpors del servicio activo por no so-
meterlo a un arriesgadisimo viaje a Espana
Con respecto a las fragatas menores, la situacion también fue dificil. Ala San Vicente Fe-
rer (Mi), alias La Sitena, de 122 toneladas, hubo de darsele pendoles en Cadiz (descubrir parte de
sucostado para repararlo), luego de su primer viaje en que estibo un 12,6% de sobrecarga. La San
Francisco Javier (, alias La Presa, paquebote inglés de 200 toneladas capturado por laescuadra de
Teurtiagaen 1742, pesar de haber sido reconvertido en fragata y habilitada enteramente en Puerto
Cabello, intento regresar a Pasajes pero debio atracar en Gijén agobiada por el quiebro de su es-
tructura que la trafa haciendo mucha agua. Segtin su registro, todavia le quedaban casi 30 tone-
ladas de capacidad libres, pero el hecho fortuito de su recalada en el puerto asturiano permitioa
los funcionarios de la Real Hacienda descubrir fuera de registro casi la mitad de ellas ocupadas
con cacao y tabaco, mas doscientos cincuenta y dos palos de Guinea y mas de quinientas barras
de plomo que rebasaban su tonelaje oficial, encontrando ast explicaciénal deteriora y zozobra de
luna embarcacion que acababa de renovarse y habilitarse en Puerto Cabello antes de emprender
Viaje, Despues no volvida saberse de su suerte, pues desaparecio de laflota guipuzcoana. La fraga-
(San Antonio de Padua, de 153 toneladas, soports en su primero y nico viaje un abrumador 43,9%
de sobrecarga, incluyendo ~como venia siendo la costumbre— partidas de contrabando y efectos
fuera de registro, por las cuales se procesé a la tripulacion, Para colmo de males, se top6 con un,
‘buque inglés con el cual trabo un combate de tres horas. Salié muy maltratado, con daftos en su
jarcia, palos y velamen, y mas de cuarenta balasen el costado. El buque arribo haciendo 14 pulga-
das deagua, por lo quese decidio descargarlo y remitirsu registtoa San Sebastian. Luego no pudo
reincorporarse al servicio activo. La Santa Teresa de Jess (D, de 180 toneladas, ejecut6 un tinico
Viaje, con sobrecarga del 15,9%, Fue apresada por ingleses cuando realizaba su segunda travesia,
Delasseis fragatas francesas fletadas por la Compafiia durante esta guerraal parecers6lo dos lleva-
ron sobrecargas: Jason, de 150 toneladas, llev6 8,6% de exceso,y El jipiter, del mismo tonelaje,
9.8%, Ninguna parece haber tenido problemas provocados por la excesiva cargazon.
Podria concluirse, con respecto a este periodo, que la Compania varid poco laestrategia
comercial aplicada a sus buques mercantes, a pesar de encontratse eri medio de los rigores de la
guerra europea. Los navies siguieron llevando los mayores niveles de sobrecarga, sin que las con-
secuencias perjudiciales en estructura y navegacién hayan sido tan determinantes como en el
caso de las ragatas, mientras mas pequefias peor; quizé por esta misma razén el niimero de ellas
casi quintuplico al de navios, En circulos comerciales se recomendaba con denuedo, en vista de
los buenos resultados que habia traidoa la Compania de Caracas contarcon un niimero mucho
‘mayor de fragatas que de navios, reducir en el comercio espanol la cantidad de buques grandes
y aumentar los de menor porte, entre otras razones porquie éstos demoraban menos en puerto
efectuando la carga, costaba menos fabricarlos, se reducian los fletes cuatro veces mas altos que
los ingleses por la poca navegacion-. y se vendian mas rapido sus frutos y mercanctas, Esto Ulti-
‘mo fue una evidencia mas de la demora espaftola en comprender la necesidad de flexibilizar -y
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