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BARCOS De euRORA muy alto con 2,59, ratificando esa condicion. Se convierte asi en uno de los buques de la Com paiia mas mercantiles por sus proporciones. La fragata San Joaquin (I), con una relacioneslo- ra/quilla muy baja de 1,10 que la mercantiliza, no presenta en cambio gran capacidad de bodega «ajuzgar por su normal coeficiente manga/puntal. Su condicion mercante no pasa ce media Igual sucede con la fragata San Carlos (D. Estos tres casos no merecen ni siquiera un agrupamiento, pero se debe llamar de nuevo la atencién sobre la palpable cualidad mercantil del San Francisco Javier (ui) como punto de comparacién Después de la agrupacion efectuada, vale la pena intentar la evaluacién de las buques individualmente. Para ello hemos comparado sus dimensiones con el pated estructural funda- ‘mental de toda la €poca, es decir, con las proporciones de Gastaneta,estableciendo la diferencia relativa entre cada medida y el modelo del constructor vasco para cada tipo de buque segiin su portey tonelaje, Se entiende quea mayor porcentaje de manga, puntal y plan, osea, de las dimen- siones que amplian la capacidad en bodega, mayor es la condicion mercante del buque. LOS NAVIOS, GIGANTES DEL MAR Entre los buques de gran tonelaje, es decir, los navios, sélo uno presenta claras tenden- cia mercantilesen su construccidn. Esel navio Nuestra Senoradel Coro (it), de 584 tonelads, cu yo arqueo y medidas corresponden al atto 1756. Su larga quilla y corta eslora reducen mucho el lanzamiento, achatando su proa, Manga, puntal y plan marcan todavia mas esta condicién, que queda bien reflejada en el trazado de proporciones: la manga destaca por su anchura, y el pun- tal eleva sobremanera la altura del bajel. Curiosamente fue fabricado en Burdeos, hecho que ex plica en parte su tipologia particular mediante esa propension a aumentar la anchura y altura de formas. Lamentablemente, de sus dos tnicos viajes ha quedado muy escasa informacién, y no sabemos cual pudo haber sidosu utilidad como buque de acentuado cardcter mercante. Tampoco hay datos sobre un posible involucramiento en actividades corsarias o militares. Entre los navios de condicién medianamente mercante, el primero de ellos esel Nuestra Sefora de la Asuncién (i), alias El Guipuzcoano, de sesenta y cuatro caftones y 1.150 toneladas de arqueo,el mas grande barcode la Compania en toda su historia, botado al agua en octubre de1778 Oficialmente se le conocié como buque de guerra, y para ello se habfan suministrado a la Com- pana los planosdlel San Genaro, dela Real Armada, a pesar de que el ministro Gonzalez de Castejon desconfiaba de la calidad de los buques construidos fuera de los departamentos de Marina. En efecto, los partoles se le distribuyeron para el uso militar, lo mismo que los atajos, las obras de la santa barbara y los callejones de combate. Otros datos, sin embargo, permiten orientar su califica- ign hacia la condicion mixta mercante-guerra, gracias a que los directores de la Guipuzcoana, aceptando a reganadientes el encargo de su fabricacion y apresto, al verse obligados acomprome- terloen una misidn de convoy que les impedia destinarlo a lacarrera de Venezuela como mercan- te,no pasaton poralto sus necesidades comerciales y esperaban tarde o temprano sacarle al buque elprovecho que obtenian del resto de su flota, «pues siendo cierto que los navios se construyen y prueban para que puedan servir en tiempo de guerra, no hay raz6n para creer que por haberse ésta declarado se renunciaron las [condiciones] que los directores mismos conocieron antes precisas para admitirlo», Esas condiciones establecian que antes de completar su construccién la corona avisaria con tiempo a la Compania si adquiriria el navio para la Armada Real o lo dejaria para el trafico de Ia empresa vagca, para que el constructor pudiese adaptar su estructura al destino final de laembarcacion. Sabemos que por su fabricacion podia montar hasta setenta cafiones, pero s6lo se le abrieron las portas para poco mas de sesenta en un obvio intento de conferirle también una cierta dosis de cualidades mercantiles, siguiendo «la moda antigua» ~segun documentos, es decir, elsistema heredado de laescuelas de Gastatteta y Jorge Juan, Se ecalificabaast mismocomo, 134 «bien lleno», para lo cual «habian metido mas madera», en clara alusion a su construcci6n mer- cante, Fuentes de informaciéncercanas al astillero recelaban de que hubieran hecho «demasia- do grueso los baos, porque loshan hecho muy grandes. Elementos estructurales claves, como la quilla, sobrequilla, roda, codaste y yugo principal «son demasiado recios y muy cumplidos». En otras palabras, la biisquedade espacios para la carga se intentaba equilibrar con cierto refor- zamiento de laestructura y capacitarlo también para la guerra. El plano que afortunadamente le- vantaron los ingleses despuésde capturarlo en 1780 —uno de los dos untcos que existen de los. buques de la Compafia y ya examinamos anteriormente-, permite confirmar graficamente estas caracteristicas, Elcorte transversal muestra una gran epanza> destinadaa|a estiba de mucha car- gaen bodega El plano matriz del San Genaro que se us6 como base para su construccion mues- traun gran reforzamiento de laestructura para uso militar, pero, segin las evidencias documenta- les que estamos citando, lo mas probable es que no haya llevado tantos refuerzos obedeciendoa la decision de rebajarle la antileria. Siendo un setenta canones tebajado, sus proporciones para sesenta y cuatro caftones consttutan un buque evidentemente grande, pero no decantaban clara- ‘mente su condicion ala tipicidad bélicao ala mercante. Su quilla era casi un 2% mayor, a propor- cin, que la correspondiente aide setenta cationes, y el lanzamiento un poco menor, es decir, al- go «mercantilizado»; en cambio as proporciones que delatarian una marcada tipicidad mereantil son apenas perceptibles: su manga un 1% mayor; y el puntal y el plan apenas unas décimas ma- yores que el modelo correspondiente a sus dimensiones. En definitiva, su condicién mercante puede calificarse de mediana. Owo navio de mediam condicion mercante es el Nuestra Senora del Coro (v), alias ElJa- piter, de 550 toneladas, construido en el aho de 1759, Lanzamientos, puntal y plan astlo dictami- nan, aunque la manga més esvtecha que la proporcion ideal contradice esta condicion. Este bu- que recibi6 un extensivo uso mercantil alo largo de quince afios y diez viajes, seis de ellos con. sobrecarga, de modo que en este caso parece mas justificada esa condicién. Del resto de los navios ninguno mas destaca por una especial condicién estructural de tipo mercante, circunstancia que podria explicarse por una aparente politica de la Compania en. utilizar embarcaciones «hibridas», dada su participacion en misiones militares desde la guerra de la Oreja hasta el fin de su existencia. Por otra parte, eventuales misiones de convoy, tanto en. aguas espaiiolas como en el Caribe y el Atlantico, probablemente le impulsaron a contar con. ‘navios capaces de realizar acciones ofensivas con cierta suficiencia, sin abandonar totalmente las condiciones mercantes minimas para permitir su sobreexplotacién comercial LAS FRAGATAS, SENORITAS DE MADERA Enlasfragatas la situacion es similar. Solo tres de ellas presentan una condicion marcada- mente mercante: la San Sebastian (11), de 317 toneladas, la San Antonio de Padua (1), de 182 tonela~ das, y la San Fernando, cuyo caso especial se comenta mas adelante. En el caso de la San Antonio, a pesar de muy leves disminucianes de manga y puntal, el plan presenta un descarado aumento de casi el 5% mas que la proporcion correspondiente. Su capacidad de estiba queda ast muy aumen- tada A pesar de ello, segtin regstros nunca levo sobrecarga en los seis viajes que realiz6. La Com- pania la adquirié por compra, por lo tanto, no hay datos acerca de los motivos que incidieron en esta particular construccién mercantil. Algo parecido sucede con la otra fragata, adquirida tam- bien por compra, Sus medidas, sobre todo la manga y el puntal, y un poco menos el plan, la mer- cantilizan con claridad. Su travectoria mercante si denota una mayor explotaci6n, con tres viajes sobrecargados de un total de sti, y muestra también su implicacién en varios incidentes navales, que quizés contribuyeron a fiir un nivel de sobrecarga casi constante. El resto de las fragatas cae ‘enuna condicion més normal,alejandose de a caracteristica mercante sin abandonarla totalmente. 135

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