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1.

EL DERECHO PENITENCIARIO EN EL PERÚ

El concepto de cárcel y sus objetivos han evolucionado a través de la


historia de la humanidad y el Perú no ha sido ajeno a ello. En la
actualidad, una cárcel se concibe como un edificio o un complejo de
edificios en donde un delincuente debe cumplir una pena restrictiva o
limitativa de su libertad de movimiento. Teóricamente, con la finalidad
de aislarlo para, a través de distintos mecanismos que lleva a cabo la
administración penitenciaria, resocializarlo y, posteriormente,
reincorporarlo en la sociedad.

Durante el Perú colonial (1532-1821), periodo en el que se podría


afirmar la existencia de un incipiente derecho penitenciario, en toda
villa o ciudad existían centros de reclusión, o cárceles, cuya finalidad
era custodiar y guardar a los delincuentes. Este sistema podía
catalogarse de inhumano y cruel pues en dichas cárceles no pocos
historiadores señalan que se torturaba a los reclusos. Entre sus
principales características está que se licitaban las cárceles al mejor
postor y, en contraprestación, el ganador de la subasta, o alcaide,
obtenía el derecho de cobrar a los reclusos su estadía en la prisión
(derecho de carcelaje), lo cual normalmente se cobraba en exceso.
Los reclusos debían pagar este derecho y cada uno tenía que velar
por su subsistencia.
A inicios de la época republicana el modelo carcelario no varió
mucho, salvo que el derecho carcelario pasó a ser pagado por las
municipalidades, figura que fracasó posteriormente por falta de
presupuesto. Fue el gobierno del general José Rufino Echenique (1851-
1855) el que se preocupó por el tema y encargó al historiador y
geógrafo peruano Mariano Felipe Paz Soldán que efectuase un
estudio de la problemática carcelaria del país.
En este contexto, en 1853, Paz Soldán viajó a los EUA con la
finalidad de visitar cárceles y casas de corrección en Maryland,
Pensilvania, Nueva York, Massachusetts, Columbia y Washington y
analizar el modelo carcelario de dicho país, muy en boga en esa
época. Producto del viaje, con fecha 24 de noviembre de 1853,
elaboró un informe recomendando al gobierno la construcción de dos
penitenciarías, una en Lima y otra en Cusco. Recomendación que
recién se atendería en 1862, cuando se construyó la Penitenciaría de
Lima.
Tres décadas después, en 1892, durante el gobierno del coronel
Remigio Morales Bermúdez, se construyó e inauguró la Penitenciaría
Central. Ese mismo año, a petición de sor Hermelinda Carrera, se
inauguró la Cárcel Departamental de Mujeres en el antiguo local del
Convento de Santo Tomás, con la propia religiosa como su primera
directora.
En 1917, durante el gobierno de José Pardo y Barreda, se construyó
una prisión en la isla El Frontón, ubicada a 7 kilómetros de la costa de
la Provincia Constitucional del Callao, al este del distrito de La Punta.
Dicha prisión se habilitó para albergar a cerca de 200 reclusos, entre
los más avezados y peligrosos1.
Pero estas fueron obras aisladas. En cambio, con la dación del
Código Penal de 1924 se inició una tendencia hacia la organización
carcelaria integral, ordenándose la creación de la Inspección General
de Prisiones, cuyo objetivo era encargarse de la dirección de todos los
establecimientos penitenciarios del país.
Bajo esta nueva óptica, en 1951, el gobierno de Manuel A. Odría
construyó la colonia penal agrícola El Sepa, establecimiento
penitenciario sin muros ubicado en un fundo aislado de 37,000
hectáreas, en la desembocadura del río Sepa en el Bajo Urubamba,
que tenía como objetivo albergar a los reclusos con condenas largas
y a los reincidentes, para que cumplieran sus condenas en compañía
de sus familiares y, además, trabajaran para subsistir. Dicho
establecimiento funcionó entre los años 1951 y 19932.
Entre 1963 y 1968, en el primer gobierno del arquitecto Fernando
Belaunde Terry, se construyó en Lima el Centro Penitenciario de

1 Funcionó hasta 1986 y solo se clausuró después del trágico incidente, denominado
Matanza del Frontón, en el que miembros de la Marina de Guerra debelaron violentamente
un motín de los presos por terrorismo causando la muerte de más de un centenar de
detenidos.
2 Ese año se cerró, debido a su escasa población penitenciaria y a sus elevados costos de
mantenimiento.
Lurigancho y se inició la construcción del Centro Penitenciario de Ica
(Cachiche) y de la cárcel de Quenqoro en Cusco.
En 1968, durante el gobierno del general Juan Velasco Alvarado,
la Inspección General de Prisiones pasó a denominarse Dirección
General de Establecimientos Penitenciarios y se adscribió al Ministerio
del Interior. Posteriormente, en 1979, durante el gobierno del general
Francisco Morales Bermúdez, esta dirección se adscribió al Ministerio
de Justicia.
El 6 de marzo de 1985 se promulgó el Código de Ejecución Penal,
aprobado mediante el Decreto Legislativo 330 y, el 12 de junio del
mismo año, se promulgó su Reglamento, aprobado mediante el
Decreto Supremo 012.
Estas normas ordenaron la creación del actual INPE, organismo
público ejecutor descentralizado perteneciente al Ministerio de
Justicia y Derechos Humanos, cuya misión es dirigir y controlar, técnica
y administrativamente, el sistema penitenciario nacional asegurando
una adecuada política penitenciaria que favorezca la reeducación,
la rehabilitación y la reincorporación del interno a la sociedad; y el
establecimiento y el mantenimiento de la infraestructura penitenciaria.
Sus funciones comprenden tres grandes áreas: administración,
tratamiento y seguridad, conforme a las cuales ha adecuado su
estructura organizativa (figura 1.1).
En la actualidad, el INPE administra 67 de los 84 establecimientos
penitenciarios existentes a escala nacional3, distribuidos en ocho
regiones (cuadro 1.1).

3 De acuerdo con las normas vigentes, 17 establecimientos penitenciarios, entre los que
se encuentran los penales de Lurigancho, Miguel Castro Castro y Barbadillo, entre otros, son
administrados y operados directamente por la Policía Nacional del Perú (PNP) y no por el
INPE.
Cuadro 1.1. Perú: establecimientos penitenciarios
administrados por el INPE

Dirección regional Número de

1. Región Norte-Chiclayo establecimientos


11

2. Región Lima-Lima 17

3. Región Sur-Arequipa 6
4. Región Centro-Huancayo 9

5. Región Oriente-Huánuco 4

6. Región Sur Oriente-Cusco 7


7. Región Nor Oriente-San Martín 9

8. Región Altiplano-Puno 4

Total 67
Fuente: INPE, 2013.

- POLICÍA NACIONAL DEL PERÚ:


La Policía Nacional del Perú es una institución del Estado creada para
garantizar el orden interno, el libre ejercicio de los derechos
fundamentales de las personas y el normal desarrollo de
las actividades ciudadanas. Es profesional y jerarquizada. Sus
integrantes representan la ley, el orden y la seguridad en toda la
República y tienen competencia para intervenir en todos los asuntos
que se relacionan con el cumplimiento de sus funciones.

La finalidad fundamental de la Policía Nacional del Perú es garantizar,


mantener y restablecer el orden interno. Presta protección y ayuda a
las personas y a la comunidad. Garantiza el cumplimiento de las leyes
y la seguridad del patrimonio público y privado. Previene, investiga
y combate la delincuencia. Vigila y controla las fronteras.

Son funciones de la Policía Nacional del Perú las siguientes [Ley


orgánica de la PNP]:
• Mantener la seguridad y tranquilidad públicas para permitir el
libre ejercicio de los derechos fundamentales de la persona
consagrados en la Constitución Política del Perú.
• Prevenir, combatir, investigar y denunciar los delitos y faltas
previstos en el Código Penal y leyes especiales, perseguibles de
oficio; así como aplicar las sanciones que señale el Código
Administrativo de Contravenciones de Policía.
• Garantizar la seguridad ciudadana. Capacita en esta materia
a las entidades vecinales organizadas.
• Brindar protección al niño, al adolescente, al anciano y a la
mujer que se encuentran en situación de riesgo de su libertad
e integridad personal, previniendo las infracciones penales y
colaborando en la ejecución de las medidas socio-educativas
correspondientes.
• Investigar la desaparición de personas naturales.
• Garantizar y controlar la libre circulación vehicular y peatonal
en la vía pública y en las carreteras, asegurar el transporte
automotor y ferroviario, investigar y denunciar los accidentes
de tránsito, así como llevar los registros del parque automotor
con fines policiales, en coordinación con la autoridad
competente.
• Intervenir en el transporte aéreo, marítimo, fluvial y lacustre en
acciones de su competencia.
• Vigilar y controlar las fronteras, así como velar por el
cumplimiento de las disposiciones legales sobre control
migratorio de nacionales y extranjeros.
• Brindar seguridad al Presidente de la República en ejercicio o
electo, a los Jefes de Estado en visita oficial, a los Presidentes
de los Poderes Públicos y de los organismos
constitucionalmente autónomos, a los Congresistas de la
República, Ministros de Estado, así como a diplomáticos,
dignatarios y otras personalidades que determine el
reglamento de la presente Ley.
• Cumplir con los mandatos escritos del Poder Judicial, Tribunal
Constitucional, Jurado Nacional de Elecciones, Ministerio
Público y de la Oficina Nacional de Procesos Electorales, en el
ejercicio de sus funciones.
• Participar en la seguridad de los establecimientos
penitenciarios, así como en el traslado de los procesados y
sentenciados de conformidad con la ley.
• Participar en el cumplimiento de las disposiciones relativas a la
protección y conservación de los recursos naturales y del
medio ambiente, la seguridad del patrimonio arqueológico y
cultural de la Nación.
• Velar por la seguridad de los bienes y servicios públicos, en
coordinación con las entidades estatales correspondientes.
• Participar en la Defensa Nacional, Defensa Civil y en el
desarrollo económico y social del país.
• Ejercer la identificación de las personas con fines policiales.
• Ejercer las demás funciones que le señalen la Constitución y las
leyes.
La estrategia de la Policía Nacional para garantizar la seguridad
ciudadana, se viene dando en dos ámbitos claramente definidos:
Para combatir la delincuencia organizada y, para disminuir la
delincuencia común. El primer conjunto de acciones están orientadas
a combatir el crimen organizado, la delincuencia mayor, mediante el
accionar de las direcciones especializadas; y el segundo tipo de
medidas están centradas a luchar contra la delincuencia común, a
través de la actuación de las unidades territoriales a nivel nacional. En
la práctica, es difícil establecer una línea divisoria que señale con
claridad cuándo un hecho es un delito mayor y cuándo es un delito
común. Por lo general, las unidades operativas de la Policía, sean estas
especializadas o unidades territoriales, en el momento que se presenta
un hecho policial actúan de inmediato. Luego si el hecho amerita, por
su gravedad, la intervención de una unidad especializada, entonces
las unidades territoriales comunican de inmediato para que se hagan
cargo de ellas. Mientras tanto, se encargan de resguardar el lugar
para evitar la alteración de la escena del delito.
- EL MINISTERIO PÚBLICO:

El Ministerio Público es un organismo autónomo del Estado y tiene


como funciones principales la defensa de la legalidad, de los
derechos ciudadanos y de los intereses públicos; la representación de
la sociedad en juicio, para los efectos de defender a la familia, a los
menores e incapaces y el interés social, así como para velar por la
moral pública; la persecución del delito y la reparación civil.
También vela por la prevención del delito dentro de las limitaciones
que resultan de la ley y por la independencia de los órganos judiciales
y la recta administración de justicia y las demás que le señalan la
Constitución Política del Perú y el ordenamiento jurídico de la Nación.
El Ministerio Público es el titular de la acción penal pública, la que
ejercita de oficio, a instancia de la parte agraviada o por acción
popular, si se trata de delito de comisión inmediata o de aquéllos
contra los cuales la ley la concede expresamente.
Para el debido cumplimiento de sus funciones y atribuciones, el Fiscal
de la Nación y los fiscales ejercitarán las acciones o recursos y
actuarán las pruebas que admiten la Legislación Administrativa y
Judicial vigente conforme lo estable la Ley Orgánica del Ministerio
Público (D. L. 052).
Los fiscales cuentan con autonomía funcional, es decir, los fiscales
actúan independientemente en el ejercicio de sus atribuciones, las
que desempeñarán según su propio criterio y en la forma que estimen
más arreglada a los fines de su institución. Siendo un cuerpo
jerárquicamente organizado deben sujetarse a las instrucciones que
pudieren impartirles sus superiores.
Jerárquicamente, los fiscales se organizan de la siguiente manera:
1. El Fiscal de la Nación.
2. Los Fiscales Supremos.
3. Los Fiscales Superiores.
4. Los Fiscales Provinciales.
También lo son:
• Los Fiscales Adjuntos.
• Las Juntas de Fiscales.
Además del Fiscal de la Nación, son Fiscales Supremos en actividad,
los Fiscales Supremos Titulares así como los Fiscales Supremos
Provisionales. El Fiscal de la Nación, los Fiscales Supremos Titulares y los
Fiscales Supremos Provisionales constituyen la Junta de Fiscales
Supremos.

El Fiscal de la Nación es elegido por la Junta de Fiscales Supremos,


entre sus miembros; por un período de tres años, prorrogable por
reelección sólo por otros dos años más. Actualmente, la Fiscal de la
Nación es la doctora Zoraida Ávalos Rivera, designada por la Junta de
Fiscales Supremos en sesión del 8 de enero de 2019.

- EL PODER JUDICIAL:
-
El Poder Judicial en su ejercicio funcional es autónomo en lo político,
administrativo, económico, disciplinario e independiente en lo
jurisdiccional, con sujeción a la Constitución.
No existe, ni puede instituirse, ninguna jurisdicción que pueda cumplir
esta misma tarea, con excepción de los organismos de justicia militar
y arbitral.
El Poder Judicial es, de acuerdo a la Constitución y las leyes, la
institución encargada de administrar justicia a través de sus órganos
jerárquicos que son los Juzgados de Paz no Letrados, los Juzgados de
Paz Letrados, las Cortes Superiores y la Corte Suprema de Justicia de
la República.
El funcionamiento del Poder Judicial se rige por la Ley Orgánica del
Poder Judicial que establece su estructura orgánica y precisa sus
funciones.
Esta ley define los derechos y deberes de los magistrados, quienes son
los encargados de administrar justicia; de los justiciables, que son
aquellos que están siendo juzgados o quienes están solicitando justicia;
y de los auxiliares jurisdiccionales que son las personas encargadas de
brindar apoyo a la labor de los integrantes de la magistratura.
La Ley Orgánica del Poder Judicial vigente, tiene su origen en el
Decreto Supremo N° 017-93-JUS promulgado el 28 de Mayo de 1993 y
publicado el 2 de Junio del mismo año. Consta de 304 Artículos, 1
Disposición Complementaria Única y 33 Disposiciones Finales y
Transitorias.
En la Constitución
La Constitución Política del Perú en su artículo 138º, señala: "La
potestad de administrar justicia emana del pueblo y se ejerce por el
Poder Judicial a través de sus órganos jerárquicos, con arreglo a la
Constitución y a las Leyes."
El Perú actualmente se rige por la Constitución de 1993
La potestad exclusiva de administrar justicia del Poder Judicial es uno
de los principios generales que se cita igualmente en el Texto Único
Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial, que además, precisa
lo siguiente:
No existe ni puede establecerse jurisdicción alguna independiente,
con excepción de la militar y la arbitral.
En su ejercicio funcional es autónomo en lo político, administrativo,
económico; disciplinario e independiente en lo jurisdiccional con
sujeción a la Constitución y a la Ley Orgánica del Poder Judicial.
La Ley Orgánica del Poder Judicial determina la estructura del Poder
Judicial y define los derechos y deberes de los Magistrados, justiciables
y auxiliares jurisdiccionales.
En la Estructura del Estado
El Estado peruano está conformado por tres poderes:
El Poder Ejecutivo, representado por el Presidente de la República
El Poder Legislativo, representado por el Presidente del Congreso
El Poder Judicial, representado por el Presidente de la Corte Suprema
de Justicia.
Según la Constitución y las leyes, el Poder Judicial tiene la función de
ejercer la administración de justicia a través de sus diferentes
instancias: Salas Supremas, Salas Superiores, Juzgados.
Aspecto Jurisdiccional
Funcionamiento del Poder Judicial
Dentro del Estado nuestros actos y responsabilidades son regidas por
leyes que el Poder Judicial debe hacer cumplir. La justicia debe estar
al servicio del pueblo por lo que existe un Sistema Judicial, una
organización que permite que el ciudadano pueda acceder a la
justicia, según diferentes niveles e instancias relacionadas con la
gravedad de su falta o delito.
Solucionan Casos de Delitos
Un delito es una acción antijurídica y culpable, que se castiga por la
ley mediante una pena o medida de seguridad. Generalmente está
relacionada con daños a la persona, a la propiedad, etc. Por ejemplo,
un asesinato, un robo, una estafa a gran cantidad de personas, etc.
Solucionan Casos de Faltas

Las faltas son infracción involuntaria de la ley, ordenanza o


reglamento, a la cual se señala una sanción leve, por ejemplo, una
riña callejera, el arrojar basura en lugares prohibidos, etc.
Juzgados de Paz No Letrados
Investigan y sentencian en casos de faltas menores, de acuerdo a su
competencia.
Juzgados de Paz Letrados
Resuelven las apelaciones realizadas sobre las sentencias de los
juzgados de Paz No Letrados.
Investigan y sentencian en casos de faltas, de acuerdo con su
competencia.
Juzgados Especializados o Mixtos
Investigan o realizan instrucción de los casos que les son presentados
(Procesos Ordinarios).
Investigan y sentencian en los procesos sumarios y especiales.
Resuelven las apelaciones realizadas sobre las sentencias de los
Juzgados de Paz Letrados.
Cortes Superiores
Realizan el juzgamiento o juicio oral en los procesos ordinarios.
Resuelven las apelaciones realizadas sobre las sentencias de los
juzgados especializados o mixtos.
Corte Suprema
Es la última instancia ante la cual se pueden apelar todos los procesos
judiciales que provienen de cualquier Corte Superior de justicia.
En todo caso judicial siempre hay dos partes: el demandante (la
persona o institución que inicia el proceso) y el demandado (la
persona o institución sobre la que se inicia el proceso). Cuando se
inicia un proceso judicial ambas partes presentan al juez pruebas y
alegatos con la finalidad de demostrar que tienen la razón. Basándose
en ello y en su criterio, el juez toma una decisión que se conoce con el
nombre de sentencia. Si una persona no está conforme con la
sentencia puede apelar a la instancia superior.
El artículo 139° de la Constitución Política del Perú señala que el Poder
Judicial, a través de sus Órganos Jurisdiccionales: "es el único llamado
a administrar justicia en todo el territorio nacional, con excepción de
la extensión jurisdiccional y el derecho consuetudinario, precisado en
el artículo 149° de la Carta Magna".

- EL INPE

El Instituto Nacional Penitenciario de Perú (INPE) es un organismo


público, rector del Sistema Penitenciario peruano, integrante
del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, que dirige y controla
técnica y administrativamente el Sistema Penitenciario del Perú.

Así mismo Podemos definirlo como el organismo ejecutor del sector


Justicia, rector del sistema penitenciario nacional, con personería
jurídica de derecho público y con autonomía económica, técnica,
financiera y administrativa. Forma pliego presupuestario y se rige por
el Código de Ejecución Penal y su Reglamento.
LAS PENAS

El problema del crimen en nuestros días se ha diversificado y presenta


además un crecimiento alarmante, concomitante a los demás
problemas sociales de la época. Frente a este fenómeno, la respuesta
a la pregunta ¿qué hacer para prevenir el delito?, se orienta hada
diversas alternativas, como aquella que desde el ámbito del Derecho
penal recurre a la sanción de los infractores, opción dominante en
nuestro medio social, quedando relegada u olvidada la opción de la
prevención social del crimen. En este contexto, el desarrollo de las
ciencias de la conducta, conjuntamente con las penales, han dado
lugar al avance de la Ciencia Penitenciaria y al Derecho penitenciario
o de Ejecución penal, los mismos que tienen por objeto de estudio
principal al condenado y la ejecución de la pena asignada, sobre
todo de la sanción privativa de la libertad, pena que empezó a cobrar
auge y reemplazar a las corporales en las postrimerías del siglo XVIII.

La PENA es la privación o restricción temporal y, a veces la eliminación


de algunos derechos, que se impone conforme a la Ley por los
órganos jurisdiccionales competentes al culpable de una infracción
penal. Los derechos o bienes jurídicos eliminados pueden ser la vida, y
los privados o restringidos pueden ser la libertad y la propiedad, entre
los principales. Esta sanción fluctúa hoy en día, desde algunas que son
leves, como la multa, limitación de días libres trabajo para el Estado y
otras más drásticas como la prisión por un periodo determinado, hasta
la fatídica pena de muerte que tiene sus ocasos y renacimientos.

En el vigente Código Penal peruano de 1991 (Art.28 y s.s.), acogiendo


esas recomendaciones, y conforme a las leyes que la modificaron más
tarde, se establecen las siguientes penas:

a. Pena Privativa de Libertad que puede ser:


. Temporal, de 2 días a 35 años, y
. Cadena perpetua,
b. Penas Restrictivas de Libertad, que son:
. La expulsión del país (para extranjeros)
c. Penas Limitativas de Derechos, que son:
. Prestación de servicios a la comunidad
. Limitación de días libres, e
. Inhabilitación
d. Pena de Multa.

I. PENA PRIVATIVA DE LIBERTAD

La pena privativa de libertad puede ser temporal o de cadena


perpetua. En el primer caso, tendrá una duración mínima de dos días
y una máxima de treinta y cinco años.”
En el caso de la Cadena Perpetua, en nuestro país no es de aplicación
pues se contravendría los fines de la pena siendo en este caso las
penas por un periodo máximo de treinta y cinco años, situación que
permite revisar la sentencia del condenado a cadena perpetua y, si
se encuentra apto poder egresar del centro penitenciario.

II. PENAS RESTRICTIVAS DE LIBERTAD

2.1. Pena restrictiva de la libertad

La pena restrictiva de libertad es la de expulsión del país y se aplica a


extranjeros después de cumplida la pena privativa de libertad o la
concesión de un beneficio penitenciario, quedando prohibido su
reingreso.

En el caso de expulsión por concesión de beneficios penitenciarios, el


Perú mantiene jurisdicción exclusiva sobre la condena impuesta."

III. PENAS LIMITATIVAS DE DERECHOS

Penas limitativas de derechos – Clases

Las penas limitativas de derechos son:


1. Prestación de servicios a la comunidad;
2. Limitación de días libres; e
3. Inhabilitación.

Aplicación de penas

Las penas limitativas de derechos previstas en los dos primeros incisos


del artículo 31 se aplican como autónomas cuando están
específicamente señaladas para cada delito y también como
sustitutivas o alternativas de la pena privativa de libertad, cuando la
sanción sustituida a criterio del Juez no sea superior a cuatro años."

Duración de las penas limitativas de derechos como penas sustitutas

La duración de las penas de prestación de servicios a la comunidad y


limitativa de días libres se fijará, cuando se apliquen como sustitutivas
de la pena privativa de libertad, de acuerdo con las equivalencias
establecidas en el artículo 52 del C.P.

- PRESTACIÓN DE SERVICIOS A LA COMUNIDAD:

La pena de prestación de servicios a la comunidad obliga al


condenado a trabajos gratuitos en entidades asistenciales,
hospitalarias, escuelas, orfanatos, otras instituciones similares u obras,
siempre que sean públicos.

La pena de prestación de servicios a la comunidad también puede


ejecutarse en instituciones privadas con fines asistenciales o sociales.

Los servicios son asignados, en lo posible, conforme a las aptitudes del


condenado, debiendo cumplirse en jornadas de diez horas
semanales, entre los días sábados, domingos o feriados, de modo que
no perjudiquen la jornada normal de su trabajo habitual.
El condenado puede ser autorizado para prestar estos servicios en los
días hábiles semanales, computándose la jornada correspondiente.

Esta pena se extiende de diez a ciento cincuenta y seis jornadas de


servicios semanales, salvo disposición distinta de la ley.

La ley y las disposiciones reglamentarias correspondientes establecen


los procedimientos para asignar los lugares y supervisar el desarrollo de
la prestación de servicios.”

- LIMITACIÓN DE DÍAS LIBRES

La limitación de días libres consiste en la obligación de permanecer los


días sábados, domingos y feriados, hasta por un máximo de diez horas
semanales, a disposición de una institución pública para participar en
programas educativos, psicológicos, de formación laboral o culturales.

La pena de limitación días libres también puede ejecutarse en


instituciones privadas con fines asistenciales o sociales.

Esta pena se extiende de diez a ciento cincuenta y seis jornadas de


limitación semanales, salvo disposición distinta de la ley.

Durante este tiempo, el condenado recibe orientaciones y realiza


actividades adecuadas e idóneas para su rehabilitación y formación.

La ley y las disposiciones reglamentarias correspondientes establecen


los procedimientos de supervisión y cumplimiento de la pena de
limitación de días libres.”

- INHABILITACIÓN

La inhabilitación produce, según disponga la sentencia:


I. Privación de la función, cargo o comisión que ejercía el
condenado, aunque provenga de elección popular;
II. Incapacidad o impedimento para obtener mandato, cargo,
empleo o comisión de carácter público;
III. Suspensión de los derechos políticos que señale la sentencia;
IV. Incapacidad para ejercer por cuenta propia o por intermedio
de tercero profesión, comercio, arte o industria, que deben
especificarse en la sentencia;
V. Incapacidad para el ejercicio de la patria potestad, tutela o
curatela;
VI. Suspensión o cancelación de la autorización para portar o
hacer uso de armas de fuego. Incapacidad definitiva para
renovar u obtener licencia o certificación de autoridad
competente para portar o hacer uso de armas de fuego, en
caso de sentencia por delito doloso o cometido bajo el influjo
del alcohol o las drogas.
VII. Suspensión, cancelación o incapacidad definitiva para
obtener autorización para conducir cualquier tipo de vehículo;
VIII. Privación de grados militares o policiales, títulos honoríficos u
otras distinciones que correspondan al cargo, profesión u oficio
del que se hubiese servido el agente para cometer el delito;
IX. Incapacidad definitiva para ingresar o reingresar al servicio
docente o administrativo en instituciones de educación básica
o superior, pública o privada, en el Ministerio de Educación o
en sus organismos públicos descentralizados o, en general, en
todo órgano dedicado a la educación, capacitación,
formación, resocialización o rehabilitación, o para ejercer
actividad, profesión, ocupación u oficio que implique la
enseñanza, el cuidado, vigilancia o atención de niñas, niños o
adolescentes o del alumnado de educación superior tanto
técnica como universitaria de las personas condenadas con
sentencia consentida o ejecutoriada por cualquiera de los
siguientes:
a. Terrorismo, previsto en el Decreto Ley 25475.
b. Apología del delito de terrorismo, establecido en
el artículo 316-A.
c. Trata de personas, formas agravadas de la trata
de personas, explotación sexual y esclavitud y otras
formas de explotación, previstos en los artículos 153,
153-A, 153-B y 153-C.
d. Homicidio simple (artículo 106), Parricidio (artículo
107), Homicidio calificado (artículo 108) y Feminicidio
(artículo 108-B).
e. Lesiones graves (artículo 121) y Lesiones graves por
violencia contra las mujeres e integrantes del grupo
familiar (artículo 121-B).
f. Libro Segundo: Título IV: Capítulo IX: Violación
sexual (artículo 170), Violación de persona en estado de
inconsciencia o en la imposibilidad de resistir (artículo
171), Violación de persona en incapacidad de dar su
libre consentimiento (artículo 172), Violación sexual de
menor de edad (artículo 173), Violación de persona
bajo autoridad o vigilancia (artículo 174), Violación
sexual mediante engaño (artículo 175), Tocamientos,
actos de connotación sexual o actos libidinosos sin
consentimiento (artículo 176), Tocamientos, actos de
connotación sexual o actos libidinosos en agravio de
menores (artículo 176-A), Capítulo X (Proxenetismo) y
Capítulo XI (Ofensas al pudor público).
Tráfico ilícito de drogas, previsto en la Sección II, se
impone obligatoriamente en la sentencia como pena
principal."
Privación del derecho a residir en determinados lugares
o acudir a ellos;
Prohibición de aproximarse o comunicarse con la
víctima, sus familiares u otras personas que determine el
juez; o,
Prohibición de comunicarse con internos o visitar
establecimientos penitenciarios."
Incapacidad definitiva o temporal para la tenencia de
animales”.(*)

La pena de inhabilitación puede ser impuesta como principal o


accesoria.

Duración de la inhabilitación principal:

La inhabilitación principal se extiende de seis meses a diez años, salvo


los supuestos de incapacidad definitiva a que se refieren los numerales
6, 7 y 9 del artículo 36 del C.P.

La pena de inhabilitación principal se extiende de cinco a veinte años


cuando se trate de los delitos previstos en los artículos 382, 383, 384,
387, 388, 389, 393, 393-A, 394, 395, 396, 397, 397-A, 398, 399, 400 y 401.
En estos supuestos, será perpetua, siempre que el agente actúe como
integrante de una organización criminal, como persona vinculada o
actúe por encargo de ella; o la conducta recaiga sobre programas
con fines asistenciales, de apoyo o inclusión social o de desarrollo,
siempre que el valor del dinero, bienes, efectos o ganancias
involucrados supere las quince unidades impositivas tributarias.

La inhabilitación principal también se extiende de cinco a veinte


años cuando se trate de los delitos previstos en el artículo 4-A del
Decreto Ley 25475, los artículos 1, 2 y 3 del Decreto Legislativo 1106, así
como los artículos 296, 296-A primer, segundo y cuarto párrafo; 296-B,
297 del Código Penal.

Inhabilitación accesoria

La inhabilitación se impondrá como pena accesoria cuando el hecho


punible cometido por el condenado constituye abuso de autoridad,
de cargo, de profesión, oficio, poder o violación de un deber
inherente a la función pública, comercio, industria, patria potestad,
tutela, curatela, o actividad regulada por ley. Se extiende por igual
tiempo que la pena principal.

Inhabilitación accesoria en los delitos culposos de tránsito


La pena de inhabilitación prevista en el artículo 36 inciso 7, de este
Código podrá aplicarse como accesoria en los delitos culposos de
tránsito.

IV. PENA DE MULTA

Concepto

La pena de multa obliga al condenado a pagar al Estado una suma


de dinero fijada en días-multa. El importe del día-multa es equivalente
al ingreso promedio diario del condenado y se determina atendiendo
a su patrimonio, rentas, remuneraciones, nivel de gasto y demás signos
exteriores de riqueza.

Extensión de la pena de multa

La pena de multa se extenderá de un mínimo de diez días-multa a un


máximo de trescientos sesenticinco días-multa, salvo disposición
distinta de la ley.

Importe del día-multa

El importe del día-multa no podrá ser menor del veinticinco por ciento
ni mayor del cincuenta por ciento del ingreso diario del condenado
cuando viva exclusivamente de su trabajo.

Plazo del pago de multa

La multa deberá ser pagada dentro de los diez días de pronunciada


la sentencia. A pedido del condenado y de acuerdo a las
circunstancias, el Juez podrá permitir que el pago se efectúe en
cuotas mensuales.
El cobro de la multa se podrá efectuar mediante el descuento de la
remuneración del condenado cuando se aplica aisladamente o
cuando se aplica acumulativamente con pena limitativa de derechos
o fuere concedida la suspensión condicional de la pena, conforme a
los límites previstos en el artículo 42.
El descuento no debe incidir sobre los recursos indispensables para el
sustento del condenado y su familia.

V. FINES DE LA PENA:

Respecto a las funciones o fines que se atribuyen a la pena, no existe


un criterio uniforme entre los tratadistas. Generalmente, los penalistas
tradicionales asignaron a la pena un fin retributivo sancionador y luego
funciones preventivo generales. Sebastián Soler (1956) decía al
respecto, que el derecho penal es parte del derecho, compuesto por
el conjunto de normas dotadas de sanciones retributivas; sin embargo,
la mayoría de penalistas bajo el dominio de la dogmática penal
alemana se inclinan por atribuirte un propósito preventivo.

En general, desde las distintas vertientes de las ciencias penales, se


atribuye a la pena por las teorías absolutas una función retributiva, y
por las teorías relativas fines de prevención general y prevención
especial. Tales atribuciones de la pena se pueden sintetizar en tres
grandes fines: retributivo, preventivo general y resocializador, con
algunas otras variantes, entre muchos otros.

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