GABRIELA
CABEZON
CAMARA
La virgen
cabeza_
PROLOGO
El barroco fierita y la construccién de una comunidad
“Ahora sé que de un naufragio no se salva nadie. Los que se hun-
den estin muertos y los salvados viven ahogandose.” Con este acer-
vo de optimismo como salvavidas, los personajes de esta novela sa-
can la cabeza del agua, respiran, vociferan, imponen su lengua tini-
cay avanzan a toda velocidad contracorriente. Gabriela Cabezén
Camara es la escritora de los grandes naufragios nacionales, las ges-
tasimposibles que transcurren en los bajos fondos, en los dobles fon-
dos y en los mal llamados bajos instintos. Entrar en su palacio del
barroco fierita es someterse a sus reglas de idioma y de ética, don-
de los buenos estafan con estilo y los malos terminan enredados
en las mas delirantes de los escarmientos. Leerla es, sobre todo, in-
gresar a uno de los mds bellos proyectos de la literatura contem-
pordnea argentina.
La virgen, o mejor dicho, la cabeza que ha quedado de ella, le
habla a Cleopatra, una travesti villera con nombre de emperatriz,
y le habla en el idioma de la fe. Le da fuerza, poderes, ilusién y la
convierte en protagonista de una aventura delirante. La virgen, esa
mujer que no forma parte de_ a trinidad, sefiora sin voz en la his-
toria de los Evangelios, no se dirige a cualquiera sino a otra gran
excluida de la historia contempordnea: Cleopatra es una travesti
lesbiana, madre de un hijo que, como el de Maria, no es “normal-
mente” biolégico. Aqui son dos los personajes femeninos que to-
man la palabra. Cada una a su tiempo despotrica con gracia in-
igualable. Discuten, vociferan y poctizan la gran aventura que las
lleva del conurbano hasta Miami. Seducida y abandonada la pri-
mera. Seductora y caza milagros, la segunda. Van a la aventura, van
al muere, arrasan con todo.
En la literatura de Gabriela Cabezén Camara las voces se vanpasando como un cigarrillo, como unos gramos de merca, de ma-
no en mano, para ir tirando. Para zafar, pero con toda la carne al
asador. Advertencia a lectores y lectoras: esta novela produce vér-
tigo. Los pensamientos de los personajes se hilvanan como las la-
tas que patean los borrachos en los callejones. Caen en picada, y
el ritmo impuesto por esta prosa que se asombra de si misma y
de los mundos que va creando impone a quien va leyendo, una
extrafia sensacién de velocidad. Los personajes no paran, la lec-
tura se desboca.
Esta es, también, la historia de amor y guerra entre Qiiity
cronista de la seccién policial que un mal dia llegé a la villa con
dnimos de registrar el horror de los otros y Cleopatra, la travesti
que hablaba con la virgen. Salva conducto a un mundo donde los
pobres se dan vuelta. Pero también es la novela que dio a conocer
en el afio 2009, el universo queer, poético y combativo de su au-
tora. Escritura valerosa que se le atreve a la lengua mas estigmati-
zada - como es la voz de la villa y sobre todo la lengua trava- sin
echar mano a las utensilios pulcros ni de la compasién ni de la bur-
da copia: “Fue por la Virgen Maria/ que cambié toda mi life/ me
empezaron los milagros/ y hasta la villa fue nice”. Un libro que
aporta, como quien no quiere la cosa, el kit imaginario imprescin-
dible para evaluar la gran posibilidad que encierran los lazos co-
munitarios, la complicidad entre gente rara, mientras transmite unas
ganas locas de encarar la rebelién.
Liliana Viola