D´Aloisio Agustín – DNI 41691986

Introducción:

El neoliberalismo es un movimiento de actualización del liberalismo,

aparecido después de la Primera Guerra Mundial, que limita la intervención del
Estado en asuntos jurídicos y económicos. Surge como reacción a la intervención del
Estado como garante de una mayor justicia social, y toma fuerza gracias a las debacles
de la economía capitalista del siglo XX, particularmente las registradas a finales de los
años 20 y la de la década de 1970. Para el neoliberalismo, el Estado debería cumplir
únicamente sus funciones fundamentales como organismo regente en la organización
de la sociedad, de modo que se opone a su intervención en el funcionamiento de la
economía. Favorece la privatización de empresas y servicios que estaban en manos
del sector público, bajo la premisa de que el sector privado es más eficiente. Es
partidario de la reducción del gasto social, de propiciar la libre competencia, de las
grandes corporaciones, y de debilitar y desintegrar los sindicatos.
Los que aplican el neoliberalismo afirman que este sistema es capaz de
proporcionar el desarrollo económico y social de un país. Aseguran que convierte a la
economía en fuerte, resistente, por lo que es capaz de mantener niveles óptimos de
inflación.
Basados en este tema nos preguntamos: ¿es apropiado el Neoliberalismo para
la Argentina?
Para responder esto, como primera medida abordaremos los textos de José
Manuel Rodríguez Victoriano y Carina Kaplan y Federico Ferrero que se refieren al
tema en cuestión.
Luego, analizaremos críticamente esta cuestión basándonos en los textos de
Ezequiel Adamovsky y Santiago Alba Rico.

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Desarrollo

Según Carina Kaplan y Federico Ferrero el pensamiento neoliberal convalida

la desigualdad social, se presenta como un factor de marginación y discriminación ya
que presenta la “ideología del talento” o de los “dotes naturales”, por la cual se cree
que las capacidades que tiene cada uno son innatas y provienen de la naturaleza, no
es algo que uno pueda adquirir, esta ideología legitima las posiciones de privilegio en
la sociedad como producto de esta inteligencia, de los genes o de las facultades
innatas. Esta ideología del talento/no talento distingue a quienes poseen una
supuesta naturaleza dotada de quienes no, produce que los privilegiados adquieren
conciencia de su superioridad mientras que los no privilegiados concierten,
inconscientemente, su inferioridad. También niega la posibilidad de avanzar en la
escala socio-económica, ya que el acceso a los puestos más altos de jerarquía solo
estaría disponible para aquellos con “talento”, quienes tienen trabajo son los más
competentes, lo que implica que quienes no lo tienen son incompetentes.
Siguiendo esta idea, José Manuel Rodríguez Victoriano sostiene que el
neoliberalismo no es sólo una ideología que defienda la retirada del Estado, su
desmantelamiento a favor del mercado, a diferencia del liberalismo clásico o el
neoconservadurismo, es una construcción positiva, que se apropia no sólo del orden
del Estado, sino que es un permanente productor de reglas institucionales, jurídicas y
normativas. Remarcando entonces el carácter constructivo del neoliberalismo y no
sólo su faz destructiva, se puede mostrar que las técnicas de gobernación propias del
neoliberalismo tienen como propósito producir un nuevo tipo de subjetividad. A
diferencia del sujeto moderno, diferenciado en sus fronteras jurídicas, religiosas,
institucionales, etc., el sujeto neoliberal se homogeneiza, se unifica como sujeto
emprendedor, entregado al máximo rendimiento y competencia, como un
empresario de sí mismo. Un empresario de sí mismo que vive permanentemente en
relación con lo que lo excede, el rendimiento y la competencia ilimitada. El sujeto
neoliberal, viviendo fuera de su límite, en el goce de la rentabilidad y la competencia
y estableciendo consigo mismo la lógica del emprendedor está a punto de fracasar a
cada paso. El stress, el ataque de pánico, la depresión, constituyen el medio en que el
sujeto neoliberal ejerce su propio desconocimiento de sí, con respecto a los
dispositivos que lo gobiernan. De esta manera el neoliberalismo crea sujetos-
individuos que facilitan la continuidad del sistema, pero anulan la sociedad como
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parte de un todo. El fin último del neoliberalismo es la producción de un sujeto nuevo,

un sujeto íntegramente homogeneizado a una lógica empresarial, competitiva,
comunicacional, excedida todo el tiempo por su performance. Dentro de este
sistema, todos los individuos son iguales, pero unos tienen derechos y otros,
obligaciones. Por lo que la política social neoliberal busca resolver con soluciones
individuales y culturales problemas, los problemas públicos y socio-económicos. Por
lo que el esfuerzo y voluntad individual es el camino para resolver dificultades
globales.

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Análisis Crítico

Basados en la bibliografía podemos afirmar que para la Argentina no es acorde

el neoliberalismo, ya que, este sistema radicaliza las diferencias y problemáticas
existentes en la región y favorece la aparición de mayores conflictos
socioeconómicos.

Argentina, más allá de las luchas político-partidistas cotidianas con las que nos
podemos distraer, al igual que todos los países de Latinoamérica, es un engranaje de
ese sistema-mundo capitalista que se decide desde Wall Street, o desde Londres,
desde alguna Bolsa de Valores.

Con el sistema neoliberal en Argentina se produjo una concentración de la

riqueza, aumento de la pobreza y profundización de las desigualdades sociales, por
un lado, se profundizó el empobrecimiento del sector que ya padecía la pobreza
estructural, y por otro, se expandió la pobreza hacia la clase media y media-baja. El
“sujeto neoliberal” excluye a la mayoría de la población argentina, ya que no tiene las
condiciones socio-económica-culturales para adaptarse a este engranaje y el
neoliberalismo no favorece la movilidad ni el ascenso social.

La hegemonía del modelo neoliberal instauró también un cambio en el sentido

otorgado a la ciudadanía. Este sujeto homogéneo es sujeto de derecho solo si tiene
las condiciones establecidas por el sistema. Por ejemplo, el esquema de la aplicación
de políticas sociales focalizadas supone que el derecho de los ciudadanos a recibir la
protección del Estado está sujeto a la condición de los mismos en función de su
carácter de desempleados, nivel de ingresos, cantidad de hijos, etc. y no a su
condición de sujetos miembros de un colectivo social.

Como conclusión, decimos que el neoliberalismo en lugar de lograr un

desarrollo económico y social de la población, repite esquemas que no son acordes a
la realidad sociocultural argentina y la deja sin respuestas ni caminos posibles para
superarse.

El sistema capitalista actual, y el modelo neoliberal particularmente, favorece

la polarización social, tanto local como mundial. La principal dificultad de este modelo
es que no está pensado para la inclusión sino para la competencia, por lo que
localmente las brechas sociales son cada vez mayores y a nivel mundial la argentina
no estaría en el lugar de los vencedores.

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Bibliografía
 Carina Kaplan y Federico Ferrero. 2003. “La marca de Caín” o el regreso
de las explicaciones deterministas bajo la impronta de la ideología neoliberal,
 Santiago Alba Rico, El placer de ser tan desgraciado como tú.
 José Manuel Rodríguez Victoriano, 2003. La producción de la
subjetividad en los tiempos del neoliberalismo: hacia un imaginario con capacidad de
transformación social.
 Ezequiel Adamovsky, Fragmento de historia popular: la gran inmigración
y el mito de “Crisol de razas”.