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ISBN: 978-84-612-7046-0
Depósito legal: M-48449-2008
AGRADECIMIENTOS
KWWSERRNVPHGLFRVRUJ
Patrocinado por:
INTERIOR:Maquetación 1 16/10/08 12:35 Página 4
INTERIOR:Maquetación 1 16/10/08 12:35 Página 5
Comité Editorial
Dr. FRANCISCO BARÓN DUARTE
Complejo Hospitalario Universitario. Santiago de Compostela
ÍNDICE DE AUTORES
INTERIOR:Maquetación 1 16/10/08 12:35 Página 8
Índice de Autores
Índice de Autores
ÍNDICE
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INTERIOR:Maquetación 1 16/10/08 12:35 Página 15
PRÓLOGO 17
Ramon Colomer
INTRODUCCIÓN 21
Ana Mª Casas Fernández de Tejerina
CAPÍTULO 1 27
TRATAMIENTO DE SOPORTE EN ONCOLOGÍA:
CUIDADOS CONTINUOS
Joan Carulla Torrent, Antonia Pilar Díaz Verde, Josefa Mª Pérez Lianes
CAPÍTULO 2 39
EFECTOS SECUNDARIOS DE LA QUIMIOTERAPIA
CITÓXICA CONVENCIONAL
Ramón de las Peñas Bataller, Alejandra Gimenez Ortiz, Mª Concepción Roldán Puchalt
CAPÍTULO 3 59
EFECTOS SECUNDARIOS DE LOS NUEVOS AGENTES
BIOLÓGICOS DIANA-ESPECÍFICOS
Carlos Camps Herrero, David Balaguer Muñoz, Cristina Caballero Díaz
CAPÍTULO 4 97
TRATAMIENTO DE LA ANEMIA INDUCIDA
POR QUIMIOTERAPIA
Francis Vazquez Rivera, Luis León Mateo, Francisco Javier Barón Duarte
Índice
CAPÍTULO 5 113
PROFILAXIS Y TRATAMIENTO DE LA NEUTROPENIA
SECUNDARIA A QUIMIOTERAPIA
Isabel Ruiz Martín, Carlota Delgado Fernández, Fernando Arranz Arija,
Alberto J. Arizcun Sánchez-Morate
CAPÍTULO 6 139
TRATAMIENTO Y PREVENCIÓN DE LA EMESIS INDUCIDA
POR QUIMIOTERAPIA Y RADIOTERAPIA
Nofre Pons Sureda, Raquel Marsé Fabregat, Juli Rifà Ferrer
CAPÍTULO 7 153
PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO DE LA TOXICIDAD GASTROINTESTINAL
POR QUIMIOTERAPIA (DIARREA, MUCOSITIS, ESTREÑIMIENTO)
Teresa Morán, José Luis Manzano Mozo, Albert Abad Estébez
CAPÍTULO 8 171
PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO DE LA TOXICIDAD CARDIACA Y PULMONAR
INDUCIDA POR QUIMIOTERAPIA
Eugeni Saigí Grau, Elsa Dalmau Pórtulas, Teresa Bonfill Abella
CAPÍTULO 9 195
TOXICIDAD NEUROLÓGICA INDUCIDA POR QUIMIOTERAPIA
Cesar A. Rodríguez Sánchez, Luis Miguel Navarro Martín, Mónica Alaña García
CAPÍTULO 10 219
TRATAMIENTO DE LAS METÁSTASIS ÓSEAS EN ONCOLOGÍA
Ana Mª Casas Fernández de Tejerina, Mª José Flor Oncala, Jesús Corral Jaime
PRÓLOGO
RAMON COLOMER
Presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM)
A través de sus diez capítulos, este libro da una respuesta rápida, clara y sencilla a las consultas puntua-
les que surgen durante la actividad clínica diaria en el tratamiento de soporte, tratando de unificar diver-
sos aspectos terapéuticos.
Este manual, que está editado en un formato cómodo y manejable, será sin duda de gran ayuda porque
ha sido elaborado por un nutrido grupo de expertos con un carácter eminente práctico y con el fin último
de beneficiar a nuestros pacientes.
Uno de los objetivos de la SEOM es garantizar la seguridad de los pacientes y los tratamientos más ac-
tuales y eficaces. También es nuestra responsabilidad que los profesionales que tratan el cáncer tengan
una formación óptima y puesta al día.
Felicito a todos los autores que han colaborado en la realización de este libro y a la coordinadora del pro-
yecto, la Dra. Ana Casas, y os emplazo a que lo tengáis como guía de consulta.
Ramon Colomer
Presidente SEOM
INTRODUCCIÓN
Los efectos secundarios de los tratamientos han supuesto siempre una barrera terapéu-
tica. En muchos casos han comprometido su eficacia a corto y largo plazo cuando las to-
xicidades producidas por la quimioterapia son limitantes de dosis. Por otra parte, desde
un punto de vista psicológico, la mera posibilidad de sufrir determinados efectos secun-
darios ha llegado a originar un verdadero temor entre los pacientes a recibir el tratamiento
oncológico y llegan a considerar incluso, a veces hasta en los tiempos actuales, que no
merece la pena someterse a tratamientos que van a causar tales sufrimientos.
En este Manual de Soporte en Oncología tratamos de recoger los aspectos más impor-
tantes del control de los efectos secundarios de los tratamientos oncológicos y de algu-
nos de los síntomas que causan más sufrimiento a los pacientes mediante las diferentes
estrategias preventivas y terapéuticas disponibles en el momento actual.
Introducción
En el Capítulo 2, el Dr. Ramón de las Peñas y colaboradores desarrollan todos los facto-
res relacionados con la prevalencia y cronología de los Efectos Adversos de la Quimio-
terapia Convencional. Hacen una exposición detallada de la valoración y escalas de medida
de la toxicidad de los tratamientos y su valor pronóstico. Finalmente, analizan pormeno-
rizadamente cada una de las toxicidades comunes y especificas y las precauciones que
se deben tener en el manejo de la toxicidad de quimioterapia.
En el Capítulo 5, la Dra. Isabel Ruiz y colaboradores desarrollan ampliamente todos los as-
pectos relacionadas con la profilaxis y el tratamiento de la Neutropenia Febril haciendo un
énfasis en especial en el manejo de los Factores Estimulantes de Colonias de Granulo-
citos siguiendo las Guías y Recomendaciones de Organismos Expertos.
En el Capítulo 6, el Dr. Nofre Pons y colaboradores exponen el tema de las Náuseas y los
Vómitos asociados a quimioterapia, los factores de riesgo asociados al paciente y a los
tratamientos, la fisiopatogenia, clasificación según su cronología y control. Finalizan el ca-
pítulo con los distintos algoritmos de tratamiento según el riesgo emetizante de los dife-
rentes agentes y esquemas terapéuticos.
En el Capítulo 8, el Dr. Saigi y colaboradores exponen todos los aspectos relacionados con
la Prevención y el Tratamiento de la Toxicidad Cardiaca y Pulmonar inducida por Quimio-
terapia. Se analizan los factores de riesgo y los diferentes patrones de toxicidad asocia-
dos a cada fármaco. De igual modo, hacen recomendaciones para su prevención y trata-
miento.
Es ya una máxima en Medicina considerar que cada enfermo es distinto y que por tanto
cada tratamiento debe ser individualizado. En Oncología, esta individualización tiene una
doble vertiente. Por una parte, la Biología Molecular está cambiando el modo de enten-
der el cáncer y abre nuevas esperanzas para su control. Los nuevos fármacos actúan
frente a alteraciones moleculares específicas y empezamos a poder predecir la respuesta
de cada enfermo concreto a cada fármaco y adelantarnos a minimizar su toxicidad.
Por otra parte, la individualización tiene otra faceta en Oncología. La atención de los pa-
cientes debe ser personalizada, adaptada a sus características, a "su medida". Esto sig-
nifica que hay que considerar todos los aspectos ya que, además de los puramente
biológicos, intervienen en el desarrollo de la enfermedad factores psicológicos, familiares,
sociales, económicos y laborales que influyen mucho en la forma de afrontar la enfer-
medad y que constituyen la verdadera esencia de la atención continuada oncológica de
la cual una parte muy importante es el Tratamiento de Soporte. Confiamos que este ma-
nual sea una ayuda para continuar perfeccionándolo.
Capítulo 1
TRATAMIENTO
DE SOPORTE EN
ONCOLOGÍA:
CUIDADOS CONTINUOS
ÍNDICE
1. INTRODUCCIÓN
8. CONCLUSIONES
9. BIBLIOGRAFÍA
1. INTRODUCCIÓN
La Oncología Médica, como especialidad médica, desarrollada con un ideario originario ba-
sado en la visión integral del paciente, ha demostrado a lo largo de su crecimiento, una sen-
sibilidad especial, fundamentada en la complejidad del binomio “paciente-enfermedad”.
Pero lo más importante es la percepción de beneficio clínico por el propio paciente, de ma-
nera que, para poder hacer un balance final, necesitamos herramientas de evaluación
La necesidad de medir la calidad de vida se inició con la utilización de los primeros fár-
macos citostáticos: agentes alquilantes, antimetabolitos, alcaloides de la vinca, etc.,
que dieron lugar a la aparición de toxicidades tales como mucositis, neutropenia,neu-
rotoxicidad. Siguió con los antieméticos de alta eficacia tras la introducción de antraci-
clinas, Cis-platino y derivados, etc En la última década, el arsenal terapéutico, se ha
ampliado exponencialmente, y también se han detectado nuevas toxicidades, agudas
o diferidas.
¿Es posible contemplar una perspectiva del paciente para diseñar los
cuidados de soporte en cáncer?
Una opción genérica de cuestionario de calidad de vida, que actualmente se incluye in-
cluso en ensayos clínicos, es el Euro-QoL-5D(5), que nos permite en todo momento del
proceso, evaluar la calidad de vida, mediante estados de salud, informatizables, y perci-
bir la “tendencia” de la calidad de vida del paciente a lo largo de la enfermedad, tomando
decisiones rápidas si alguna de las cinco dimensiones se descompensa. A continuación,
se pueden usar herramientas más sofisticadas de evaluación, si lo consideramos opor-
tuno, del tipo QLQ-C30 de la EORTC, CARES-Short Form, FACT, FACIT, Mc Gill QoL, SF-
36 Health, etc.
Con la perspectiva de Stevenson G. que proyecta los costos de los cuidados de una pobla-
ción que envejece, de tal manera que en 2040, dichos costos se triplicarán(7), debemos igual-
mente reflexionar acerca de la población que estamos tratando, envejecida, que se cura, que
contrae una segunda, tercera neoplasia, y que en su trayectoria vital contrae comorbilida-
des, aumentando la complejidad del paciente desde el punto de vista de proceso asistencial.
1. Edad.
2. ECOG.
4. Niveles de independencia.
6. Deterioro cognitivo.
9. Uso de polifarmacia.
Michael J. Fisch, director del Programa General Oncológico, del M. D. Anderson Cancer
Center(9), reclama atención hacia la investigación en el manejo de síntomas, analizando
retos y oportunidades, “…no ha sido fácil de realizar pero hay razones para ilusionarse…”,
sugiriendo dianas investigacionales, suscritas por el National Cancer Institute, dentro del
Programa Oncológico Clínico Comunitario (COOP), que entre otros incluyen:
3. Medicina Integrativa:
• Acupuntura para tratar la xerostomía inducida por la radioterapia.
• Relajación-Visualización para mitigar el distrés relacionado con la quimioterapia o
radioterapia.
4. Soporte Oncológico:
• Celecoxib para prevenir el síndrome mano-pié.
• Dronabinol con palonosetron/dexametasona para prevención de las náuseas.
Es urgente generar conocimiento del uso de las medicinas integrativas (mal llamadas
complementarias-alternativas), usadas de antiguo en nuestros casos y que en muchos pa-
íses, alcanzan rangos que van del 15 al 73%(10).
No obstante, debemos tener una visión ecléctica sobre estas terapias, dado que en mu-
chos casos, la duración del efecto es corto, y pueden producir en el paciente desespe-
ranza hacia su futuro, con aumento del sufrimiento existencial, precisamente porque
normalmente se usan en etapas de refractariedad a los tratamientos oncológicos o para
el difícil control de síntomas de enfermedad avanzada.
Existen otros estudios que demuestran gran beneficio en el soporte, como el uso de ga-
bapentina a dosis bajas junto a un antidepresivo en el manejo de las sofocaciones no con-
troladas, que si bien es un problema menor en toxicidad, repercute seriamente en la
calidad de vida de los pacientes durante largos períodos de tiempo(15).
En nuestro medio, se han iniciado experiencias sobre la percepción y autocrítica, de cómo los
profesionales tratamos determinadas situaciones complejas, por ejemplo el dolor oncológico.
La SEOM ha auspiciado el proyecto ALGOS, que a su vez ha desarrollado las fases del
estudio DOME (dolor en oncología médica), que se ha dividido en tres fases:
1. Percepción de los oncólogos médicos del manejo del dolor oncológico, objetiván-
dose la realidad y lo que debería ser una actuación ideal(16).
3. Estudio multi-céntrico sobre percepción del paciente de la calidad del tratamiento del
dolor oncológico, practicado su oncólogo y equipo.
oncólogo de su quehacer diario, las percepciones a corto y largo plazo de los pacientes
y familia, etc.
Las metodologías para conseguir herramientas de evaluación del proceso, desde pers-
pectivas “enfrentadas”…(el paciente habitualmente se sienta “enfrente” del oncó-
logo, o psicólogo, o enfermera clínica), deben adecuarse al punto de mira del paciente,
contar con él, que es el que sufre, no vayamos a caer en la triste y cruel frase sacada
de una etapa histórica de la Humanidad: “!...todo para el paciente, pero sin el pa-
ciente…!
Nos referimos al empleo de los grupos focales de pacientes, de profesionales sanitarios, de vo-
luntarios… para diseñar nuevas escalas de percepción de situaciones concretas de enferme-
dad o de bienestar, como el desarrollado en nuestro país: el Estudio PERFORM, primer
cuestionario español y mundial de percepción de la astenia del paciente oncológico, totalmente
generado por pacientes, que enfrentado al cuestionario estándar FACT-F, le supera en algún atri-
buto del constructo. Este hito, creemos que va a motivar la investigación en otros síntomas.
Existe otro amplio campo de investigación, en el que desde las áreas de gestión se está
mostrando interés y que creemos de importancia capital en el manejo de las enferme-
dades crónicas y complejas, como el cáncer:
Aunque suene a utópico, a futuro lejano, no hay otra salida que el consenso, para que el
sistema sea sostenible, y sobre todo para que podamos optimizar los recursos sin redu-
cir estándares de calidad ofrecida y percibida.
8. CONCLUSIONES
1. El soporte en Oncología nace a la vez que las terapias iniciales para combatir el cán-
cer, con el fin de proteger al paciente.
7. La mentalidad abierta a “curar y/o cuidar” a nuestros pacientes, pasa por conocer
todas las estrategias que han demostrado evidencia científica.
9. Las intervenciones en soporte deben ser preventivas. Deben ser evaluadas antes,
durante y después del tratamiento: (“la misma mano que prescribe un opioide, debe
prescribir un laxante…”).
11. Los costos del proceso deben incluir siempre los efectos colaterales (psicológicos,
sociológicos, económicos, etc).
12. El proceso no acaba con la curación o el deceso del paciente. Durante el segui-
miento del paciente libre de enfermedad, deben detectarse precozmente las reci-
divas y los efectos tóxicos diferidos del tratamiento “curativo”.
13. Los largos supervivientes son una población de riesgo de segundas, terceras ne-
oplasias, y presentan efectos colaterales que causan incapacidades de mayor o
9. BIBLIOGRAFÍA
1. D. Casarett, J. Fishman, P.J. O’Dwyer et al: “How should we design supportive can-
cer care? The patient’s perspective”. J Clin Oncol (2008) 26: 1296-301.
3. M. Y. Halyard & C. Estwing: “Quality of life assessment for routine oncology clinical
practice”. J Support Oncol (2008); 6: 221-9.
5. Badia X, Roset M, Montserrat S, et al: “La versión española del EuroQol: descripción
y aplicaciones”. Med Clin (Barc) (1999); 112 (Supl 1): 79-86.
7. David G. Stevenson: “Planning for the future-Long term care and the 2008 election”.
N Engl J Med (2008); 358; 19: 1985-7.
11.W.E. Mehling, B. Jacobs, M. Acree et al: “Symptom management with massage and
acupuncture in postoperative cancer patients: A randomized controlled trial”. J Pain
Symptom Manage (2007); 33: 258-66.
14.S.M. Bentzen & A. Trotti: “Evaluation of early and late toxicities in chemoradiation
trials”. J Clin Oncol (2007); 25: 4096-103.
15.Ch. L. Loprinzi, J.W. Kugler, D.L. Barton et al: “Phase III trial of gabapentin alone or in
conjunction with an antidepressant in the management of hot flashes in women who
have inadequate control with an antidepressant alone: NCCTG N03C5”: J Clin Oncol
(2007); 25: 308-12.
16.J. Carulla, C. Jara, J. Sanz et al(E. Díaz-Rubio, on behalf of the ALGOS Group): “On-
cologists’ perceptions of cancer pain management in Spain: The real and the ideal” Eu-
ropean Journal of Pain (2007); 11(3): 352-9.
17.B. Dunlap & J.A. Paice: “Chemotherapy-induced peripheral neuropathy: a need for
standarization in measurement”. J Support Oncol (2006); 4: 398-9.
19.M. A. Wampler, Ch. Miaskowski, K. Hamel et al: “The modified total neuropathy score:
A clinically feasible and valid peripheral neuropathy in women with breast cancer” J
Support Oncol (2006); 4: W9-W16.
Capítulo 2
EFECTOS SECUNDARIOS
DE LA QUIMIOTERAPIA
CITOTÓXICA
CONVENCIONAL
ÍNDICE
1. INTRODUCCIÓN
4. VALORACIÓN DE LA TOXICIDAD
7. CONCLUSIONES
8. BIBLIOGRAFÍA
1. INTRODUCCIÓN
Prácticamente todos los fármacos eficaces tienen el potencial de producir efectos se-
cundarios o toxicidad tanto en los niveles terapéuticos como fuera de ellos. Los fárma-
cos antineoplásicos son, en general, biológicamente activos y de una eficacia demostrada
si se considera que están llamados a ejercer la difícil tarea de erradicar las células can-
cerosas sin producir una toxicidad letal para el huésped. Aunque este objetivo se alcanza
en un número progresivamente mayor de tipos de neoplasia, es una realidad que en mu-
chos casos el tratamiento con quimioterapia falla en uno u otro sentido. En aquellos tipos
de cáncer o en las situaciones en que, por la extensión de la enfermedad, la curación no
es una posibilidad razonable, el tratamiento con quimioterapia puede ser planteado con
el intento de aliviar o prevenir el desarrollo de problemas sintomáticos o prolongar una su-
pervivencia útil. En estas circunstancias la toxicidad esperada del tratamiento debe ser
ponderada aún más frente al resultado esperado, y ello debe ser discutido con el paciente
que puede aceptar un menor nivel de toxicidad si no se le puede anticipar una curación.
La toxicidad de la quimioterapia viene complicada por el uso frecuente de combinaciones
de fármacos en lugar de la monoterapia, así como por el hecho de que muchos agentes
suman o potencian sus niveles de toxicidad; por otro lado, algunas toxicidades de la qui-
mioterapia se producen dentro del rango terapéutico y no por dosis excesiva, por lo que
se deben conocer, prevenir en lo posible y en muchos casos asumirlas como parte del tra-
tamiento. Afortunadamente en los últimos años se han hecho importantes progresos en
el conocimiento, en la prevención y en el manejo de la mayoría de las toxicidades de la
quimioterapia.
Los efectos secundarios de los fármacos son responsables de un 6.5% de todos los in-
gresos hospitalarios y de al menos 100.000 muertes al año en US. Hay pocos estudios
que analicen la incidencia de la toxicidad en pacientes con cáncer que reciben quimiote-
rapia, salvo los aportados en distintos tipos de cáncer en particular, como el cáncer de
mama, el cáncer de pulmón y las neoplasias hematológicas. En estos estudios, y con dis-
tintos matices, se aporta que los efectos secundarios severos más frecuentes son los he-
matológicos y digestivos.
Gracias a que el desarrollo clínico de los fármacos citostáticos se realiza de forma per-
fectamente reglada por medio de los ensayos clínicos, se conoce bien el perfil tóxico de
la quimioterapia convencional, pudiendo estar afectado cualquier órgano o sistema con
una población celular en crecimiento (tabla 2).
Tiempo Toxicidad
Horas-días Emesis
Extravasación/Irritación
Reacción Anafiláctica
Cistitis Hemorrágica
Fallo Renal Agudo
Fiebre Farmacológica
Flebitis
Semanas-meses Neurológica
Cardíaca
Cutánea
Pulmonar
Ototoxicidad
Meses-años Infertilidad
Carcinogénesis
Toxicidad Ocular
Toxicidad Hepática
4. VALORACIÓN DE LA TOXICIDAD
Dada la potencial severidad de la toxicidad inducida por quimioterapia, así como su im-
portancia para la toma de decisiones y para el correcto cumplimiento de los tratamientos
previstos, es fundamental que el oncólogo y el equipo de cuidados valore la aparición de
los efectos secundarios de manera que estén perfectamente objetivados y reflejados en
el historial clínico. Forma parte de la rutina de los Servicios de Oncología la utilización de
gradaciones de toxicidad por síntomas, aparatos y sistemas, mediante sistemas acepta-
dos por la comunidad científica (tabla 5).
GRADO
TOXICIDAD 0 1 2 3 4
Sangre/médula ósea
Leucocitos 4,0 3,0-3,9 2,0-2,9 1,0-1,9 <1,0
(109/l)
Plaquetas DLN 75,0-normal 50,0-74,9 25,0-49,9 <25,0
(109/l)
Hgb (g/l, g/dl) DLN >10,0-normal 8,0-10,0 6,5-7,9 <6,5
Granulocitos/ 2,0 1,5-1,9 1,0-1,4 0,5-0,9 <0,5
cayados (109/l)
Linfocitos 2,0 1,5-1,9 1,0-1,4 0,5-0,9 <0,5
(103/mm3)
Hemorragia no leve, no precisa macroscópica, macroscópica, masiva, transfusión
(clínica) transfusión transfusión de 1-2 transfusión de 3-4 de >4 unidades por
unidades por episodio unidades por episodio episodio
Hígado
Bilirrubina DLN -- <1,5 X N 1,5-3,0 X N >3,0 X N
Transaminasas DLN 2,5 X N 2,6-5,0 X N 5,1-20,0 X N >20,0 X N
(SGOT, SGPT)
Fosfatasa DLN 2,5 X N 2,6-5,0 X N 5,1-20,0 X N >20,0 X N
alcalina ó
5'nucleotidasa
Hígado sin cambios -- -- precoma coma hepático
(clínica) respecto a
situación basal
DLN: dentro de los límites normales
N: límite superior de normalidad
GRADO
TOXICIDAD 0 1 2 3 4
Riñón, vejiga
Creatinina DLN <1,5 X N 1,5-3,0 X N 3,1-6,0 X N >6,0 X N
Proteinuria sin 1+ ó <0,3 g% ó <3 g/l 2-3+ ó 0,3-1, 0-1,0 g% 4+ ó >1,0 g% ó >10 g/l Síndrome nefrótico
cambios ó 3-10 g/l
Hematuria negativa sólo microscópica macroscópica, sin macroscópica + precisa transfusión
coágulos coágulos
Alopecia sin pérdidas pérdida leve de pérdida acusada o -- --
cabello total del cabello
Pulmonar no o sin asintomático, disnea con disnea con nivel disnea en reposo
cambios anomalías en esfuerzos normal de actividad
pruebas pulmonares importantes
Corazón
Arritmias no asintomática, recurrente o precisa tratamiento precisa vigilancia o
cardíacas transitoria, no persistente, no presenta hipotensión,
precisa tratamiento precisa tratamiento o taquicardia
ventricular, o fibrilación
Función no asintomática, fracción asintomática, fracción ICC leve, responde ICC intensa o
cardíaca de eyección en reposo de eyección en reposo al tratamiento refractaria
reducida en menos del reducida en más del
20% del valor basal 20% del valor basal
Tensión arterial
Hipertensión no o sin aumento temporal aumento recurrente o precisa tratamiento crisis hipertensiva
cambios asintomático mayor persistente mayor de
de 20 mmHg (0) o a 20 mmHg (0) o a
>150/100 si >150/100 si
previamente DLN no previamente DLN no
precisa tratamiento precisa tratamiento
Hipotensión no o sin cambios que no precisa reposición precisa tratamiento precisa tratamiento y
cambios precisan tratamiento de líquidos u otro y hospitalización se hospitalización
(incluida hipotensión tratamiento, pero no resuelve en 48 durante >48 horas
ortostática pasajera) hospitalización horas al suspender después de
el agente suspendido el agente
DLN: dentro de los límites normales
N: límite superior de normalidad
GRADO
TOXICIDAD 0 1 2 3 4
Neurológica
Neurosensorial no o sin parestesias leves, pérdida sensorial pérdida sensorial --
cambios pérdida de reflejos objetiva leve o objetiva intensa o
tendinosos moderada parestesias que
profundos parestesias interfieren en la
moderadas función
Piel no o sin erupción maculosa erupción maculosa erupción papulosa, dermatitis exfoliativa
cambios o papulosa irregular o papulosa irregular maculosa o o dermatitis
o eritema o eritema con vesiculosa ulcerosa
asintomático prurito u otros sintomática
síntomas asociados generalizada
DLN: dentro de los límites normales
N: límite superior de normalidad
GRADO
TOXICIDAD 0 1 2 3 4
Alergia no exantema pasajero, urticaria, fiebre enfermedad del suero, anafilaxia
fiebre farmacológica medicamentosa broncoespasmo,
<38º C >38º C, precisa medidas
broncoespasmo leve parenterales
Una vez graduada la toxicidad, su anotación en la historia clínica es necesaria para poder
seguir tomando las decisiones futuras que pasan desde el cambio de esquema tera-
péutico-suspensión de fármacos tóxicos, reducción de dosis, retrasos en los ciclos, etc-
hasta el uso de tratamientos que van a intentar reducir la toxicidad en tratamientos ul-
teriores.
5.1.1 Alopecia
Puede ocurrir con la mayoría de citostáticos. Se produce por el efecto del fármaco
sobre las poblaciones celulares de rápida proliferación. Es prácticamente segura con
las antracilinas, los taxanos y el etopósido, siendo menos constante con el resto,
aunque el uso de combinaciones de citostáticos potencia significativamente el
efecto secundario. Aunque el uso de casquetes fríos puede ser eficaz, apenas se
usan. Se debe explicar que va a ocurrir y que es reversible cuando finalice el trata-
miento de quimioterapia.
cluyendo los propios agentes citostáticos, la dosis de los mismos, la vía de admi-
nistración y el esquema utilizado. Como resultado de esta relación entre tratamiento
de quimioterapia y emesis, se ha establecido una clasificación, recientemente ac-
tualizada, de riesgo emetógeno en función de los citostáticos administrados. Asi,
son considerados de alto riesgo emetógeno –100% de emesis aguda– cisplatino, da-
carbacina, carmustina, mecloretamina y ciclofosfamida a dosis altas.
5.1.3 Estomatitis
La irritación o ulceración de las mucosas, en particular de la oral es también la con-
secuencia de la acción de los citostáticos sobre tejidos en proliferación, por lo que
es un efecto secundario muy común en los pacientes tratados con quimioterapia.
Los fármacos responsables más frecuentes son el methotrexate, las antraciclinas
y las fluopirimidinas. El efecto se ve agravado por la mala higiene de la cavidad oral
y por el uso de la radioterapia previa o concurrente. Por el contrario, una adecuada
limpieza oral y una prevención de los traumas que suponen los alimentos muy ca-
lientes o irritantes, así como de las infecciones locales pueden reducir mucho la in-
cidencia de esta toxicidad.
5.1.4 Citopenias
La toxicidad sobre la médula ósea en forma de citopenias, sobre todo de granulo-
citopenia, es también la consecuencia de la acción de los citostáticos sobre los te-
jidos proliferantes, en este caso del sistema hematopoyético. Es una toxicidad muy
frecuente, aunque solo en determinados casos es grave. Suele ser la toxicidad li-
mitante de dosis y la responsable de los retrasos en los ciclos en la mayoría de los
esquemas de quimioterapia. Son excepcionales los fármacos que respetan la mé-
dula ósea –bleomicina y vincristina–, por loque hay que considerar que la toxicidad
hematológica es la norma cuando se utililiza quimioterapia. Aunque el perfil gene-
ral es que la granulocitopenia ocurra entre los días 7 y 14 del ciclo, con algunos fár-
macos esta toxicidad puede retrasarse y ser más prolongada, como es el caso de
las nitrosoureas, elbusulfán y la mitomicina. Algunos citostáticos como mitomicina,
carboplatino y gemcitabina se caracterizan porque provocan más trombocitopenia
que otros agentes. Los pilares fundamentales para el manejo de esta toxicidad son
el cálculo correcto de las dosis, el ajuste de dosis y/o retraso del tratamiento en fun-
ción de la toxicidad en ciclo previo, y el adecuado tratamiento de las complicaciones
infecciosas o hemorrágicas mediante el soporte transfusional y el uso de antibiote-
rapia. El uso de los factores de crecimiento hematopoyético (G-CSF, eritropoyeti-
nas) ha mejorado de forma significativa el riesgo de los pacientes al permitir un
mejor abordaje de la toxicidad hematológica y sus complicaciones.
5.2.1 Cardiomiopatía
Es una toxicidad ligada esencialmente a las antraciclinas –doxorrubicina y dauno-
rrubicina, y en menor grado a la epirrubicina y mitoxantrone– Su riesgo y severidad
están ligados a la dosis total acumulada del citostático –mayor de 450 mg/m2 en el
caso de doxorrubicina–, si presentan enfermedad cardiaca previa y si se asocia ra-
dioterapia. También aumenta el riesgo la edad avanzada y la combinación con otros
fármacos con sinergismo de toxicidad como trastuzumab y los taxanos. Puede ma-
nifestarse cómo arritmias precoces, aunque la clínica más relevante aparece a las
semanas o meses de haber finalizado la quimioterapia, en forma de insuficiencia
cardíaca.
7. CONCLUSIONES
Los fármacos antitumorales tienen una actividad citotóxica sobre las células neoplásicas
y sobre tejidos sanos, por lo que, en función de variables como la dosis de los citostáti-
cos, la combinación de los mismos, la secuencia temporal utilizada, las vías de adminis-
tración o la interacción con otros fármacos, la quimioterapia pueda ser responsable de una
constelación de efectos tóxicos indeseables en el transcurso del tratamiento antineoplá-
sico. Es imprescindible conocer el perfil tóxico de la quimioterapia para ajustar al máximo
el índice terapéutico, consiguiendo una mayor eficacia con la mínima toxicidad. También
es imprescindible conocer cuáles son los factores que influyen en que la toxicidad sea
mayor: edad, alteraciones orgánicas, estado nutricional, reserva medular, estado funcio-
nal global –performance status– y las variables genéticas (polimorfismos) relacionadas
con los mecanismos de acción o resistencia a fármacos. El equipo de cuidados debe va-
lorar de forma sistemática aparición de los efectos secundarios de manera que estén per-
fectamente objetivados y reflejados en el historial clínico, sólo así se podrán seguir
tomando las decisiones futuras desde un posible cambio de esquema terapéutico hasta
el uso de tratamientos que van a intentar reducir la toxicidad en tratamientos ulteriores.
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Capítulo 3
EFECTOS SECUNDARIOS
DE LOS NUEVOS
AGENTES BIOLÓGICOS
DIANA-ESPECÍFICOS
ÍNDICE
1. INTRODUCCIÓN
6. OTRAS MOLÉCULAS
6.1 Imatinib mesylato
6.1.1 Toxicidad hematológica
6.1.2 Toxicidad no hematológica
6.2 Inhibidores m-TOR (Temsirolimus)
6.3 Inhibidores del Proteasoma (Bortezonib)
8. CONCLUSIONES
9. BIBLIOGRAFÍA
1. INTRODUCCIÓN
Aún así, a pesar de la alta selectividad de los nuevos agentes biológicos diana-específi-
cos por las células tumorales, su espectro de toxicidad, el rango de gravedad de ésta y
los posibles efectos adversos derivados de un uso prolongado de los mismos aún per-
manece en estudio, y el manejo de éstos va a precisar, en ocasiones, un abordaje multi-
disciplinar, como veremos en el manejo de la toxicidad cutánea inducida por los agentes
anti-EGFR(2).
El objetivo de este capítulo es realizar una descripción de las diferentes toxicidades rela-
cionadas con los nuevos agentes diana-específicos, documentadas en los diferentes en-
sayos clínicos así como en la práctica clínica habitual, y describir cuales son los
mecanismos patogénicos más frecuentemente implicados para, de este modo, poder
prevenirlas y tratarlas en la medida de lo posible, ya que, no hemos de olvidar que el ma-
nejo de estos efectos secundarios va a repercutir, no sólo, en el grado de cumplimenta-
ción del paciente, sino también en el mejor conocimiento de la droga y en la efectividad
del tratamiento.
2.1 Generalidades
En condiciones normales, los receptores de factores de crecimiento epidérmico re-
gulan procesos celulares relacionados con la proliferación, diferenciación y la supervi-
vencia celular, de manera que la existencia de mecanismos de señalización aberrante,
mediados a través de factores de crecimiento epidérmico, van a jugar un papel muy
importante en la oncogénesis y en la progresión de la enfermedad tumoral(2, 3).
EGFR se expresa de forma habitual en las células de los distintos tejidos del organismo.
Las células normales presentan alrededor de 40.000-100.000 receptores, sin embargo,
en muchas células tumorales la expresión de EGFR se encuentra ampliamente aumen-
tada, presentando algunos tumores un porcentaje de sobreexpresión de EGFR cercano
al 100%, pero este porcentaje no es homogéneo entre los distintos tipos tumorales(4).
Varios mecanismos de inhibición de EGFR se han investigado, entre ellos los anticuer-
pos monoclonales, los inmunoconjugados, los oligonucleótidos antisentido y los inhibi-
dores tirosin-kinasa. De todos ellos, los que en la actualidad tienen mayor aplicación
clínica son los anticuerpos monoclonales (mAbs) y los inhibidores tirosin-kinasa (TKIs). Su
mecanismo de acción es distinto; de modo que mientras los mAbs actúan bloqueando
el dominio extracelular del receptor, los TKIs actúan bloqueando a nivel intracitoplásmico
el locus del receptor ATP-dependiente y la cascada de señalización intracelular(3, 4).
1. Alteración sensitiva con eritema y edema (semana 0-1) en las zonas afectas,
4. Zona de eritemato-telangiectasia.
Por lo que respecta a los mecanismos fisiopatológicos que generan esta toxicidad, se
sabe que EGFR juega un papel crítico e importante en la epidermis, estimulando el
crecimiento de la misma, inhibiendo la diferenciación celular, protegiendo frente al
daño inducido por la radiación ultravioleta, y acelerando la cicatrización de las heridas.
Otras toxicidades cutáneas(6) que pueden aparecer en relación al uso de IEGFR in-
cluyen: la xerosis, cambios ungueales y pilosos, telangiectasias y zonas de hiperpig-
mentación.
3. Los cambios a nivel piloso se definen por tricomegalia, crecimiento más lento del
pelo del cuero cabelludo que se vuelve más fino y rizado, e hipertricosis en la
zona facial.
La toxicidad cutánea derivada del uso de IEGFR parece estar relacionada con la res-
puesta tumoral y la supervivencia del paciente. Por tanto, la aparición del rash y su se-
veridad podría ser un marcador predictivo de la eficacia de los IEGFR. Esta correlación
ha sido ampliamente estudiada con Erlotinib tal como se vio en el ensayo fase III pi-
votal en pacientes con CNMP avanzado previamente tratados(9). Estudios similares se
han llevado a cabo con Cetuximab y Gefitinib. No obstante, estas correlaciones preci-
san ser validadas con estudios prospectivos, no se puede asumir que la no aparición
de rash con el tratamiento implique la inefectividad del mismo, aunque sí nos obliga
en los pacientes en los que aparezca rash a realizar un buen tratamiento del mismo,
para mejorar la cumplimentación y agotar la respuesta del tratamiento con IEGFR.
El tratamiento debe de ser individualizado, con una valoración adecuada del tipo y
extensión de las lesiones, precisando en los casos más severos de la cooperación
con los dermatólogos.
1. Medidas generales
• Humedecer las zonas secas de la piel 2 veces al día con un emoliente sin alcohol.
• Evitar la exposición solar, con aplicación de protector solar 1-2 horas previas
a la exposición.
den ser de larga duración. No se debe mantener el uso de corticoterapia más allá de
14 días consecutivos, si es preciso, se interrumpirá unos días y se volverá a iniciar.
De este modo, la diarrea es la principal toxicidad limitante de dosis de los TKI de EGFR,
y se potencia con la adición de otros fármacos quimioterápicos, como es el caso de la
asociación de cetuximab con irinotecan en CCR.
2.5 Hipomagnesemia
La aparición de hipomagnesemia en suero, es un efecto secundario frecuente con
los mAbs IEGFR, aparece en el 22 % de los pacientes tratados con Cetuximab(15) y en
el 39 % de los pacientes tratados con Panitumumab (4 % presentó hipomagnesemia
grado 3-4 que precisó suplementos orales o intravenosos). El mecanismo fisiopato-
lógico consiste en una alteración en la reabsorción del magnesio a nivel de la porción
ascendente del asa de Henle., donde se reabsorbe el 70% del magnesio filtrado y
donde EGFR se expresa de forma importante. Cuando se bloquea el EGFR por los
mAbs IEGFR se interfiere en el transporte de Magnesio provocando una depleción del
mismo.
Es importante pues, en los pacientes que están en tratamiento con Cetuximab o Pa-
nitumumab, realizar una medición rutinaria del magnesio sérico, y sospechar la hipo-
magnesemia en aquellos pacientes que desarrollen debilidad muscular durante el
tratamiento.
Sobre la toxicidad pulmonar por Gefitinib, es importante resaltar dos grandes estu-
dios multicéntricos, randomizados, fase II, IDEAL 1 y IDEAL 2 en los que se demostró
actividad antitumoral significativa en monoterapia, en pacientes con CNMP avanzado
que previamente habían recibido tratamiento quimioterápico basado en platino. Con
tasas de respuesta del 18 y del 11% respectivamente, estos estudios mostraron me-
joría de los síntomas relacionados con la enfermedad y la calidad de vida, propiciando
la aprobación del fármaco en Japón para el tratamiento de CNMP inoperable o recu-
rrente. Aunque la toxicidad más frecuente, tal como corresponde a un TKI de EGFR es
la diarrea y el rash acneiforme, lo cierto es que la toxicidad más preocupante ha sido
la afectación pulmonar. Ocurre típicamente dentro de los primeros 90 días de trata-
miento, con una incidencia en torno al 1-2 % en las series Japonesas y una mortalidad
en torno al 0.87% y una incidencia del 0,3 % en EE.UU. La toxicidad es descrita como
una neumonía Intersticial de aparición aguda, siendo fatal en un tercio de los casos y
cuya frecuencia aumenta en pacientes con antecedente de fibrosis pulmonar, historial
de tabaquismo y/o radioterapia torácica previa(15).
Por todo ello, la indicación de Gefitinib debería ser cuidadosa, especialmente en pa-
cientes con comorbilidades pulmonares y en aquellos con sintomatología respiratoria
Se han descrito episodios de pneumonitis con el uso de Erlotinib a dosis de 150 mg (la
dosis habitual), así, en el ensayo fase III de Herbst y colaboradores (TRIBUTE) para pa-
cientes con CNMP E-IIIB o IV que no habían recibido tratamiento quimioterápico previo,
un 1 % de los casos que recibieron tratamiento con Erlotinib desarrollaron pneumonitis
severa y fallo respiratorio, produciéndose el fallecimiento en el 100% de los mismos(17).
3.1 Generalidades
El VEGF es un factor predominantemente proangiogénico, que se une a varios recep-
tores endoteliales, principalmente VEGFR-1 y VEGFR-2, desencadenando una cascada
de señalización intracelular que permite y regula la proliferación endotelial y la angio-
génesis.
Tres son las moléculas que se dirigen específicamente frente a la vía de señalización
del VEGF aprobadas actualmente por la FDA y EMEA para el tratamiento de distintos
tipos de tumores:
Como consecuencia de la inhibición de la vía del VEGF, las toxicidades más frecuen-
temente documentadas, común a los 3 agentes y cuyo tratamiento es necesario co-
nocer son: hipertensión, proteinuria, eventos tromboembólicos, complicaciones
hemorrágicas y perforación gastrointestinal.
3.2.1 Hipertensión
Es un efecto de clase de todos los inhibidores de la angiogénesis, tanto de los anti-
cuerpos monoclonales como de los ITK. Es consecuencia del papel principal del VEGF
en regular el tono vasomotor y el mantenimiento de la tensión arterial. Fisiopatoló-
gicamente se explica por la disminución en la producción y la liberación de óxido ní-
trico, que es un potente vasodilatador, por parte de las células endoteliales(18).
3.2.2 Proteinuria
De forma extraordinaria, el uso de inhibidores de angiogénesis puede desembocar
en un síndrome nefrótico o necesitar de hemodiálisis, pero objetivar proteinuria asin-
tomática en los pacientes tratados con estas nuevas drogas no es infrecuente, sobre
todo asociado al uso de Bevacizumab. En el estudio pivotal de 1ª línea de trata-
miento para cáncer colorrectal metastático con Bevacizumab en combinación, lle-
vado a cabo por Hambleton, se objetivó una incidencia de proteinuria grado 3
(definida como proteinuria mayor a 3.5 g/24 horas) del 0.8 %, sin presentar ningún
paciente proteinuria grado 4 (síndrome nefrótico)(20).
En la práctica, los pacientes que estén siendo tratados con Bevacizumab requieren mo-
nitorización mensual de su proteinuria en orina de 24 horas, de manera que ante un
aumento progresivo de la proteinuria es necesario la reducción de la dosis de trata-
miento y si la proteinuria en orina es mayor a 2 g/24 horas, la interrupción del mismo.
Los factores de riesgo más importantes son: la edad superior a 65 años, presentar
una historia previa de este tipo de patología y desde el punto de vista fisiopatológico
parece ser que el daño endotelial es básico.
Aunque hay datos suficientes para afirmar que el tratamiento anticoagulante com-
binado con Bevacizumab es seguro, ante la aparición de cualquier evento trombo-
embólico atribuible a un inhibidor de angiogénesis, la recomendación es la
interrupción inmediata del tratamiento(21).
3.3 Hemorragia
El VEGF tiene un papel fundamental en mantener la integridad de los tejidos y la re-
paración de las heridas, de modo que su inhibición puede interferir en estos procesos
fisiológicos, facilitando un retraso en la cicatrización y favoreciendo complicaciones
hemorrágicas, permitiendo que la integridad tisular se vea amenazada (mucositis).
Por ello, Bevacizumab no debe administrarse nunca en pacientes con historia reciente
de hemoptisis de más de media cucharada de sangre roja.
ya que en todos los estudios los pacientes con metástasis cerebrales han sido ex-
cluidos.
3.4 Perforación
El uso de inhibidores de la angiogénesis aumenta el riesgo de perforación gas-
trointestinal (gástrica, intestino delgado o colon). Típicamente se manifiesta como
un abdomen agudo, por ello la exploración meticulosa y repetida del paciente con
dolor abdominal que está siendo tratado con inhibidores de angiogénesis es obli-
gatoria.
Hay una llamativa diferencia de este tipo de toxicidad entre ITK de VEGFR (Sunitinib,
Sorafenib) y anticuerpos monoclonales anti-VEGF (Bevacizumab). Parece ser que la
alta tasa de mucositis con ITK se debe a la supresión del efecto local que el VEGF
ejerce sobre la mucosa del tracto digestivo. De este modo, la incidencia de diarrea con
Sunitinib en el estudio fase III llevado a cabo por Demetri en GIST fue del 29% (un 3
% era grado 3-4)(24), y del 58% para Sorafenib(25).
3.6 Astenia
La administración de inhibidores de la angiogénesis (tanto ITK de VEGFR como an-
ticuerpos monoclonales anti-VEGF) se asocia con astenia de intensidad leve a mo-
derada, o incremento de su intensidad. Se considera uno de los efectos
secundarios más frecuentes en los pacientes tratados con ITK con una frecuencia
de aparición del 73% en los pacientes tratados con Sorafenib(25) y del 51% en los
tratados con Sunitinib(24, 26), aunque la incidencia de astenia G3-4 sea inferior al
10% en ambos casos. La anemia como causa de astenia secundaria al uso de
estos agentes no es frecuente, pero el hipotiroidismo como causa tratable de as-
tenia sí que debe ser investigado (ya que ocurre en más del 50 % de pacientes tra-
tados con Sunitinib). Por ello, en pacientes que presenten astenia y que además
asocien cambios en la piel, cambios en la voz o estreñimiento es obligatorio reali-
zar un estudio tiroideo(26).
3.7 Hipertransaminasemia
Ambos agentes, tanto los ITK de VEGFR como los anticuerpos monoclonales anti-
VEGF, pueden producir elevación de cifras de transaminasas, y a veces, hepatotoxici-
dad limitante de dosis.
Por ello, los inhibidores de VEGF deben ser usados con precaución en pacientes con
hipertensión arterial mal controlada, administrándose tras un adecuado control de la
misma.
solverse en unos días, aunque en algunos pacientes pueden quedar secuelas neuro-
lógicas.
Aparece con una frecuencia aproximada del 19% de los pacientes tratados con Sora-
fenib y del 18% de los tratados con sunitinib, pero con una frecuencia inferior al 5%
de grado 3-4.
3.10 Mielosupresión
La mielosupresión es uno de los efectos adversos que puede aparecer con el uso de
inhibidores de la angiogénesis, principalmente por el uso de ITK de VEGFR (Sorafe-
nib(25) y Sunitinib(24)). Estos agentes bloquean no solo la vía de la angiogénesis sino
otras muchas vías tirosinkinasa como la vía de Kit, produciendo afectación de la mie-
lopoyesis, manifestándose habitualmente como neutropenia y trombocitopenia pero
muy raramente como anemia.
3.11 Cardiotoxicidad
Actualmente disponemos de datos de cardiotoxicidad secundaria al tratamiento con Su-
nitinib.
Los datos disponibles en la actualidad provienen de los dos principales estudios reali-
zados con Sunitinib, tanto el estudio de Demetri(24) que dio la aprobación de Sunitinib
para el tratamiento del GIST como el estudio de Motzer en cáncer renal(26). En ambos
estudios se objetivaron reducciones de la FEVI (fracción de eyección del ventrículo iz-
quierdo) en el 10% de los pacientes tratados con sunitinib sin secuelas clínicas.
Todos estos datos son muy recientes y precisan estudios prospectivos que puedan
definir claramente la relación de Sunitinib y la cardiotoxicidad, las tasas de aparición de
esta toxicidad, y especialmente evaluar su indicación en pacientes con factores de
riesgo cardiovascular, o historia de enfermedad coronaria.
3.12 Hipotiroidismo
El hipotiroidismo, definido como cuadro clínico caracterizado por astenia, cambios tró-
ficos, estreñimiento y letargia, así como alteraciones bioquímicas como la elevación de
TSH, es un efecto adverso frecuente secundario al tratamiento con Sunitinib(28).
Así en el estudio de Desai(29) en pacientes con GIST tratados con Sunitinib, los niveles
anormales de TSH se objetivaron en el 62 % de los pacientes, y el 36 % del total des-
arrolló un hipotiroidismo primario y persistente. En este último grupo de pacientes, un
40 % tuvieron supresión de las concentraciones de TSH previo al desarrollo de hipoti-
roidismo, sugiriendo tiroiditis en el mecanismo de producción. En cuanto al mecanismo
fisiopatológico, la evidencia de ligera tirotoxicosis que precedía a hipotiroidismo en al-
gunos pacientes del estudio, sugiere que este ITK puede causar tiroiditis destructiva
por un mecanismo desconocido actualmente, y cuyo resultado final es el hipotiroi-
dismo.
Por lo que respecta al manejo de esta toxicidad, dada la alta frecuencia de hipotiroi-
dismo y los síntomas inespecíficos acompañantes, los pacientes deberían ser moni-
torizados (TSH y T4) antes del comienzo del tratamiento con Sunitinib y cada 2 o 3
meses, teniendo en cuenta que bajos niveles de TSH en pacientes con leves síntomas
de tirotoxicosis puede preceder al establecimiento del hipotiroidismo.
4.1 Trastuzumab
El trastuzumab es un anticuerpo monoclonal humanizado IgG1, que se une selectiva-
mente y con alta afinidad al dominio extracelular del EGFR-2 o HER-2.
4.1.1 Cardiotoxicidad
El ensayo clínico en el que se basó la aprobación de Trastuzumab en el cáncer de
mama metastásico que sobreexpresaba HER-2, se publicó en 2001, comparando
quimioterapia sola versus quimioterapia más trastuzumab, demostrando un au-
mento significativo de la supervivencia libre de progresión y de la supervivencia
global; siendo la principal toxicidad observada la cardiotoxicidad(30). Como resul-
tado de esta observación, se creó un comité independiente de revisión y eva-
luación cardíaca (CREC) cuyo cometido fue revisar de forma retrospectiva la
cardiotoxicidad presentada en pacientes tratados con trastuzumab en 7 estudios
fase II y III. La tasa de disfunción cardíaca tras los resultados de la revisión del
CREC fue del 8 % para las pacientes tratadas con antraciclinas, cifra que au-
mentaba al 27 % cuando se asociaba Trastuzumab a esta combinación; sin em-
bargo, la tasa de disfunción cardíaca del tratamiento con Paclitaxel fue del 1 %,
llegando al 13 % al asociar Trastuzumab.
Hay datos que sugieren que en pacientes con enfermedad metastásica con un des-
censo significativo de la FEVI, el tratamiento con betabloqueantes o IECAs puede
permitir la reintroducción del tratamiento con Trastuzumab, asumiendo la paciente
y el médico responsable el riesgo en función del beneficio(31).
Por todo lo expuesto, se debe en pacientes que inicien un tratamiento con Trastu-
zumab, realizar una correcta valoración de la función cardíaca previo al inicio del
mismo y un seguimiento posterior de la misma. Prestar especial atención a los pa-
cientes en tratamiento adyuvante libres de enfermedad, que hayan recibido regíme-
nes con Antraciclinas y Trastuzumab, ya que la cardiotoxicidad puede aparecer a largo
plazo.
Otros signos o síntomas que pueden aparecer durante la reacción infusional son
náuseas, vómitos, dolor (habitualmente en la zona tumoral), rigidez, cefalea, disnea,
rash y astenia.
4.2 Lapatinib
Lapatinib es una pequeña molécula inhibidor tirosin-kinasa (ITK) que presenta una
acción doble: inhibe el dominio tirosin-kinasa intracelular de EGFR/ErbB-1 y HER-
2/ErbB-2.
La principal toxicidad derivada del uso de Lapatinib, observada en los estudios fase I y
II y corroborada en el fase III es la gastrointestinal, y más concretamente la diarrea.
En el estudio pivotal, la diarrea de cualquier grado ocurrió en el 60 % de los pacientes
que recibían tratamiento combinado (lapatinib + capecitabina) frente al 39 % del brazo
que recibía capecitabina en monoterapia, la diferencia fue estadísticamente significa-
tiva; sin embargo, sólo un 1 % experimentó diarrea G4.
En el estudio fase III que dio la aprobación a lapatinib no hubieron eventos cardíacos
sintomáticos, y no se objetivaron diferencias estadísticamente significativas en la caída
de la FEVI entre los dos brazos de tratamiento, si bien existía el sesgo de que las pa-
cientes participantes en el estudio tenían un “buen perfil cardíaco”, ya que previa-
mente habían recibido trastuzumab y mantenían una buena FEVI(34).
5.1 Generalidades
El CD20 es una proteína transmembrana hidrofóbica, presente en los linfocitos B ma-
duros. El antígeno es expresado en la mayoría de LNH (linfomas no Hodgkin) de célu-
las B, pero no se encuentra en las “stem cells”, células pro-B, celulas plasmáticas,
células T ni en otros tejidos normales. Es por ello que CD20 es una diana molecular idó-
nea ya que no se expresa en las células “stem cells” y las células tumorales CD20 po-
sitivas pueden ser eliminadas sin causar excesiva toxicidad.
Los mecanismos por los que rituximab induce la muerte celular son varios: la citotoxi-
cidad dependiente de complemento, la citotoxicidad celular dependiente de anticuerpo
y la estimulación de la vía apoptótica(35).
Los datos de seguridad para rituximab en función de los distintos ensayos clínicos re-
alizados han permitido establecer que los efectos secundarios más frecuentes son los
derivados de la infusión del fármaco.
5.3 Infecciones
Rituximab induce depleción de células B en el 70 a 80 % de los pacientes con LNH,
asociándose con una disminución de inmunoglobulinas séricas en un mínimo número
de ellos. Es por eso, que el tratamiento con Rituximab, puede predisponer a infec-
ciones.
En un estudio que comparaba Rituximab más CVP frente a CVP sin Rituximab en el tra-
tamiento de LNH folicular CD20 positivo no tratado previamente, la tasa de neutrope-
nia fue mayor en el grupo de tratamiento combinado (8 vs 3 %).
6. OTRAS MOLÉCULAS
De los datos de tolerabilidad obtenidos en el estudio fase III de pacientes con LMC y
de los distintos estudios fase II, podemos decir que los efectos secundarios más fre-
cuentes producidos por Imatinib son(37):
Los efectos tóxicos más frecuentemente observados(38) (> 30%) en el tratamiento con
Temsirolimus fueron: rash, astenia, mucositis, nauseas, edemas y anorexia. La altera-
ciones de laboratorio más frecuentes (> 30%) fueron: anemia, hiperglucemia, hiperli-
pemia e hipercolesterolemia.
La astenia apareció en el 50% de los pacientes tratados en el estudio fase III, de los
cuales el 11% presentaron grado 3-4.
• En pacientes con linfoma de células del manto que hayan recibido al menos una
línea de tratamiento previa.
En cuanto a su perfil de seguridad y toxicidad, de los datos obtenidos del estudio fase
III del tratamiento de pacientes con mieloma múltiple que han recibido una o más lí-
neas previas, las principales toxicidades fueron: la astenia (61%), diarrea (57%), es-
treñimiento (42%), neuropatía periférica (36 %), trombocitopenia (35%), pirexia (35%),
vómitos (35%) y anemia (26%). En todos los casos, salvo en el de la anemia, las dife-
rencias en toxicidad respecto al brazo control (pacientes tratados con dexametasona)
fueron estadísticamente significativas.
8. CONCLUSIONES
A pesar de la alta selectividad de los nuevos agentes biológicos diana-específicos por las
células tumorales, su espectro de toxicidad, el rango de gravedad de ésta y los posibles
efectos adversos derivados de un uso prolongado de los mismos aún permanece en es-
tudio, y el manejo de éstos va a precisar, como hemos comentado a lo largo del capítulo,
de un abordaje multidisciplinar. El objetivo fundamental de este capítulo ha sido realizar
una descripción de las diferentes toxicidades relacionadas con los nuevos agentes diana-
específicos, documentadas en los diferentes ensayos clínicos así como en la práctica clí-
nica habitual, y describir cuales son los mecanismos patogénicos más frecuentemente
implicados para, de este modo, poder prevenirlas y tratarlas en la medida de lo posible,
ya que, no hemos de olvidar que el manejo de estos efectos secundarios va a repercutir,
no sólo, en el grado de cumplimentación del paciente, sino también en el mejor conoci-
miento de la droga y en la efectividad del tratamiento.
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Capítulo 4
TRATAMIENTO
DE LA ANEMIA
INDUCIDA
POR QUIMIOTERAPIA
ÍNDICE:
1. INTRODUCCIÓN. DIAGNÓSTICO
1.1 Definición y fidiopatología
1.2 Diagnóstico
1.2.1 Anámesis y exploración física
1.2.2 Laboratorio
1.2.3 Escalas de toxicidad de Anémia
2.TRATAMIENTO DE LA ANEMIA
2.1 Soporte transfusional
2.2 Administración de hierro
2.2.1 Hierro oral
2.2.2 Hierro intravenoso
2.3 Agentes eritropoyéticos. Clasificación y esquemas de administración
2.4 Agentes eritropoyéticos: Toxicidades y perspectivas de futuro
3. CONCLUSIONES
4. BIBLIOGRAFÍA
I. INTRODUCCIÓN. DIAGNÓSTICO
La anemia asociada a cáncer y otros procesos crónicos se caracteriza por una produc-
ción bloqueada de la eritropoyetina ante la hipoxia y un promedio reducido de vida de
los eritrocitos. Ello es debido a la presencia de citokinas proinflamatorias como el Fac-
tor de Necrosis Tumoral, el Interferón Gammma, y las Interleukinas 1 y 6 (IL-1, la IL–
6) que actúan sobre el sensor de la hipoxia.
Estos mediadores también producen una inhibición de los precursores eritroides o Uni-
dades formadoras de Colonias Eritroides (CFU-E) de la médula ósea. Esta acción es co-
nocida como efecto proapoptótico frente al efecto antiapoptótico de la Eritropoyetina(3).
1.2 Diagnóstico
El diagnóstico se basa en la historia clínica y determinaciones de laboratorio.
Astenia, anorexia
Palpitaciones
Disnea
Trastornos visuales
Cefalea
Mareos, vértigo
Síncopes
Alteraciones del sueño
Alteraciones de conducta
1.2.2 Laboratorio
Hemograma
Los valores de Hb permiten diagnosticar la existencia de anemia y medir su grave-
dad. El volumen corpuscular medio (VCM) permite distinguir 3 grandes grupos de
anemia: microcítica, normocítica y macrocítica (tabla 3). La amplitud de distribución
eritrocitaria (ADE) nos informa sobre la heterogeneidad en la distribución de las po-
blaciones eritrocitarias.
La anemia ferropénica se caracteriza por una sideremia y ferritinemia bajas, una sa-
turación de transferrina inferior al 15% y una CTFH elevada. La anemia de proceso
crónico también presenta hiposideremia, pero la ferritinemia es normal o elevada,
y la saturación de transferrina y la CTFH normales o bajas.
2. TRATAMIENTO DE LA ANEMIA
• Factores eritropoyéticos.
• Ferroterapia.
Tiempo instauración
Gravedad
Anemia Clínica: síntomas Cardíaca/pulmones
secundaria a QT Comorbilidad
Hemograma
Hb<11g/dL
Frotis
Sangrado
Anemia por Hemolisis
otras causas Ferropenia
Déficit nutricional
Anemia secundaria a cáncer RT
TRATAMIENTO
matíes debe basarse en una adecuada valoración clínica del paciente anémico consi-
derando la rapidez de instauración de la anemia y la tolerancia individual de cada pa-
ciente al grado de anemia.
Los pacientes con patología cardíaca o respiratoria pueden requerir niveles de hemo-
globina más altos que otros pacientes con cáncer sin estas patologías asociadas(6).
- Edad.
- Mecanismos compensatorios.
Los principales efectos secundarios de los suplementos orales de hierro son la in-
tolerancia digestiva (dolor abdominal, nauseas, estreñimiento, diarrea) y las reac-
ciones alérgicas.
• Indicaciones:
Antes del inicio del tratamiento con AE es esencial excluir otras causas de anemia.
Debe realizarse una historia clínica que incluya la exposición a drogas o sangrado, exa-
men físico cuidadoso, frotis de sangre periférica, descartar deficiencia de hierro, ácido
fólico o vitamina B12, e insuficiencia renal. El test de Coombs está indicado en pa-
cientes con leucemia linfocítica crónica, linfoma no Hodgkin o historia de enfermedad
autoinmune. Los niveles endógenos de eritropoyetina pueden predecir respuesta en
pacientes con mielodisplasia.
En la tabla 10 se resumen las dosis iniciales de los AE, sus incrementos de dosis y du-
ración del tratamiento así como la reducción de dosis y criterios de suspensión del tra-
tamiento.
Dosis inicial 150 U/kg sc 3 40.000 U 150 UI/kg 2.25 mcg/kg 500 mcg
veces/semana sc/semana sc/semana sc/semana sc/3semanas
Desde el año 2003 se han publicado seis estudios que comunican una disminución de
la supervivencia en pacientes oncológicos que reciben AE para la corrección de ane-
mia, cuando el nivel de hemoglobina a alcanzar es superior a 12 gr/dl. Los riesgos de
disminución de la supervivencia y progresión tumoral no han sido descartados cuando
los niveles de hemoglobina alcanzados son inferiores a 12 gr/dl. Ensayos clínicos pros-
pectivos diseñados para medir la supervivencia del paciente oncológico, proporciona-
rán datos que guíen el correcto uso de agentes eritropoyéticos.
Los pacientes que reciben AE presentan un incremento del riesgo de eventos trom-
boembólicos, relacionados con el potencial trombogénico de la eritropoyetina, que in-
cluyen trombosis venosa profunda, tromboembolismo pulmonar, infarto águdo de
miocardio, accidentes cerebrovasculares(15).
La tensión arterial debe ser monitorizada regularmente en pacientes que reciben tra-
tamiento con AE ya que se ha relacionado con un mayor riesgo de hipertensión arte-
rial. Inicialmente se asumió que los AE actuaban exclusivamente estimulando los
progenitores de células eritroides. Experimentos diseñados para el estudio de los efec-
tos secundarios vasculares, han revelado que las células endoteliales tienen un gran
número de receptores de eritropoyetina y que la exposición a ESA incrementa su pro-
liferación y migración en vivo. Asimismo se ha demostrado la presencia de estos re-
ceptores in vitro en líneas celulares de cáncer de mama, melanoma, cáncer de
endometrio, carcinoma epidermoide de cabeza y cuello y en presencia de concentra-
ciones farmacológicas de ESA se produce la activación de una serie de cascadas in-
tracelulares relacionadas con la supervivencia celular en líneas celulares de cáncer de
pulmón(17).
La aplasia pura de células rojas (PRCA) es otro de los efectos adversos que pueden
desarrollar pacientes que reciben tratamiento con ESA. La PRCA se interpreta como
anemia asociada con anticuerpos neutralizantes de eritropoyetina. Ante cualquier pa-
ciente que presente de forma súbita pérdida de respuesta a AE, acompañada por se-
vera anemia y bajo recuento de reticulocitos, deben evaluarse las posibles causas,
incluida la presencia de anticuerpos neutralizantes de eritropoyetina. Si se sospecha la
3. CONCLUSIONES
4. BIBLIOGRAFÍA
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Capítulo 5
PROFILAXIS Y TRATAMIENTO
DE LA NEUTROPENIA
SECUNDARIA A
QUIMIOTERAPIA
ÍNDICE
1. INTRODUCCIÓN
2. PROFILAXIS DE LA NEUTROPENIA
4. CONCLUSIONES
5. BIBLIOGRAFÍA
1. INTRODUCCIÓN
Entre las posibles complicaciones que pueden presentar los pacientes neutropénicos,
destaca la neutropenia febril. Se denomina neutropenia febril a la presencia de fiebre,
definida como la determinación aislada de una temperatura oral mayor o igual a 38,3ºC
o mayor o igual a 38ºC en dos determinaciones separadas al menos por una hora de di-
ferencia, en presencia de una cifra de neutrófilos inferior a 500/mm3 o inferior a
1.000/mm3 si se espera que descienda por debajo de 500/mm3 en las 48 horas si-
guientes.
Dada la severidad del cuadro, la ausencia de identificación en la mayoría de los casos del
patógeno causante y la posibilidad de una rápida progresión a shock séptico y muerte, en
los años 70 comenzó a recomendarse la administración de un tratamiento antibiótico em-
pírico en la neutropenia febril para cubrir los gérmenes más habituales, en aquel mo-
mento las bacterias gram negativas (principalmente Pseudomonas aeruginosa,
Escherichia coli y Klebsiella pneumoniae). Debido a su sinergismo frente a gram negati-
vos, la combinación utilizada con más frecuencia era un betalactámico más un amino-
glucósido, con lo que se obtuvo un descenso significativo de la mortalidad.
Durante los años 90 la aparición de agentes de amplio espectro, como las cefalosporinas
con actividad antipseudomona, posibilitó la administración de tratamiento antibiótico con
un solo fármaco. Además, durante esta década se demostró que los glicopéptidos no
eran generalmente necesarios en la terapia inicial, sino que su uso debía reservarse para
situaciones con alto riesgo de infección por gram positivos.
En los últimos años se han desarrollado nuevos antibióticos activos frente a gram positi-
vos, incluyendo Staphylococcus aureus meticilin-resistentes y enterococos resistentes a
vancomicina. Entre ellos se encuentran linezolid, daptomicina y tigeciclina (una nueva te-
traciclina semisintética con actividad frente a bacterias resistentes a otras tetraciclinas),
y otros aún no comercializados, como dalbavancina (un glicopéptido semisintético) o cef-
tobiprole (una cefalosporina de amplio espectro).
Por otra parte, la aparición de infecciones por hongos se ha visto favorecida por diversos
factores, como el uso de corticoides, las neutropenias prolongadas o los trasplantes alo-
génicos, lo que ha conducido a la aceptación del tratamiento antifúngico empírico en pa-
cientes neutropénicos con fiebre persistente.
Las infecciones por virus son poco frecuentes, relacionándose en la mayoría de los casos
con situaciones de inmunosupresión celular en pacientes con neoplasias hematológicas.
2. PROFILAXIS DE LA NEUTROPENIA
Se han ensayado diferentes estrategias con el fin de evitar la neutropenia y sus compli-
caciones infecciosas asociadas, entre ellas el empleo de factores estimulantes de colo-
nias hematopoyéticas o la administración profiláctica de antibióticos, antifúngicos o
antivirales. En la actualidad, las principales Guías de nuestro entorno, recomiendan el uso
de factores estimulantes de colonias de forma más generalizada. Las demás opciones son
válidas en determinadas situaciones especiales, como se describe a continuación.
Considerar
profilaxis 1ª No indicada
con G-CSF profilaxis 1ª
TRATAMIENTO DE QUIMIOTERAPIA
No neutropenia Neutropenia
grado 3-4
Continuar
quimioterapia Tratamiento Tratamiento
curativo/ paliativo
adyuvante
En la mayoría de pacientes con tumores sólidos que reciben tratamiento con quimio-
terapia estándar no se recomienda la administración de antifúngicos profilácticos.
TABLA 1. Pautas posológicas de los antivirales más utilizados en profilaxis (HVS: virus herpes
simple; H. zoster: virus herpes zoster)
2.6 Vacunas
Las vacunas de virus vivos atenuados pueden ser causa de enfermedad en los pacientes
inmunocomprometidos, por lo que debe evitarse su administración a pacientes en trata-
miento con quimioterapia o radioterapia, al menos hasta 3 meses después de su finaliza-
ción. Por el contrario, las proteínas purificadas y las vacunas de virus inactivos generalmente
pueden ser administradas sin problemas. No obstante, es recomendable evitar la admi-
nistración en el mismo día de la vacuna y la quimioterapia, siendo preferible efectuar la va-
cunación al menos 2 semanas antes del tratamiento citotóxico o inmunosupresor.
Dada la frecuencia de infecciones subyacentes sin foco aparente en los pacientes con
neutropenia febril y la posibilidad de una rápida progresión a sepsis grave, es importante
realizar una cuidadosa evaluación inicial del enfermo e iniciar lo antes posible un trata-
miento antibiótico empírico.
Por otra parte, no siempre la fiebre en un paciente neutropénico es equivalente a una in-
fección, sino que existen otras causas relativamente frecuentes de fiebre, como por ejem-
plo algunos fármacos, reacciones transfusionales, episodios de tromboflebitis o el propio
tumor.
Una correcta valoración inicial del paciente con neutropenia febril debe contener(9) (figura 2):
a) Anamnesis detallada, que incluirá los antecedentes del paciente, historia de in-
fecciones previas, medicación habitual y tiempo transcurrido desde la administración
del último ciclo de quimioterapia.
Cultivos
Hemocultivos (x 2)
Cultivos de áreas sospechosas (heces, piel, orofaringe, orina, esputo, etc.)
Como parte de la evaluación inicial los pacientes deben ser clasificados en grupos de
alto o bajo riesgo, con objeto de predecir la probabilidad de complicaciones graves, in-
cluyendo la mortalidad, durante el episodio febril y definir el tratamiento empírico inicial.
Los criterios que definen al subgrupo de pacientes de alto riesgo son los siguientes (4, 10):
Características Puntuación
a
Extensión de la enfermedad
Asintomático o con síntomas leves 5
Síntomas moderados 3
Ausencia de hipotensión 5
Ausencia de enfermedad pulmonar obstructiva crónica 4
Tumor sólido y ausencia de infección fúngica 4
Ausencia de deshidratación 3
Paciente ambulatorio al inicio de la fiebre 3
Edad menor de 60 añosb 2
Una puntuación >21 identifica a los pacientes con bajo riesgo de complicaciones y muerte.
a. Elegir un solo item.
b. No aplicable en pacientes ≤16 años. En niños, un recuento de monocitos >100/mm3, ausencia de
comorbilidad y radiografía de tórax normal, indican un bajo riesgo de infecciones bacterianas importantes.
En la elección del régimen antibiótico inicial deben tenerse en cuenta diferentes as-
pectos como el grupo de riesgo del paciente, el potencial foco infeccioso, los micro-
organismos asociados con más frecuencia, la situación clínica del paciente, alergias o
uso reciente de antibióticos (incluyendo profilaxis).
Los pacientes con neutropenia febril incluidos en el grupo de alto riesgo deben ser
hospitalizados y recibir tratamiento con antibióticos intravenosos, existiendo tres es-
trategias apropiadas:
• Monoterapia
Actualmente, el empleo de un agente único en monoterapia constituye una alter-
nativa razonable al tratamiento combinado (generalmente un betalactámico con
un aminoglucósido), proporcionando una eficacia similar con una menor tasa de
efectos secundarios, principalmente de nefrotoxicidad(13). En monoterapia puede
emplearse una cefalosporina de 3ª o 4ª generación con actividad antipseudomona,
como ceftazidima o cefepima, un carbepenem, como imipenem o meropenem, o
piperacilina/tazobactam (tabla 3). Todos ellos han demostrado ser válidos cuando
se emplean como agentes únicos, aunque la ceftazidima presenta el inconve-
niente de su escasa actividad frente a gram positivos y gram negativos producto-
res de β-lactamasas de espectro extendido(14). Recientemente un meta-análisis(15)
ha comparado varios betalactámicos en monoterapia mostrando un aumento de
la mortalidad asociado al uso de cefepima; sin embargo, no existen suficientes
datos en la actualidad para desaconsejar su administración en el tratamiento em-
pírico de pacientes con neutropenia febril.
Aminoglucósidos
Amikacina (Biclin®) 15-20 mg/kg i.v. cada día
Gentamicina (Gevramycin®) o Tobramicina (Tobi®) 4,5-5 mg/kg i.v. cada día
Quinolonas
Ciprofloxacino (Baycip®) 500-750 mg v.o. ó 400 mg i.v. cada 12 horas Levofloxacino (Tavanic®)
500-750 mg v.o. o i.v. cada 24 horas
Glicopéptidos
Vancomicina 1 g i.v. cada 12 horas
Teicoplanina (Targocid®) 6 mg/kg i.v. o i.m. cada 12 horas por 3 dosis
luego 3-6 mg/kg cada día
Otros agentes frente a gram positivos
Linezolid (Zyvoxid®) 600 mg v.o. o i.v. cada 12 horas
Daptomicina (Cubicin®) 4-6 mg/kg i.v. cada 24 horas
Quinupristina/Dalfopristina (Synercid®) 7,5 mg/kg i.v. (vía central) cada 8 horas
El tratamiento empírico con vancomicina debe ser suspendido tras 2-3 días si no se
han identificado patógenos gram positivos resistentes y el paciente permanece clí-
nicamente estable. La teicoplanina puede considerarse como alternativa a la van-
comicina en pacientes con indicación de tratamiento empírico con glicopéptidos.
Por otra parte, los pacientes incluidos en el grupo de bajo riesgo pueden ser evalua-
dos inicialmente en el hospital y recibir luego tratamiento ambulatorio con antibióticos
orales, siempre que se disponga de una adecuada infraestructura y medios (entorno
favorable, cuidador en el domicilio, teléfono y fácil acceso al centro médico) para man-
tener un control estricto de la evolución clínica. Un esquema apropiado para estos pa-
cientes es la combinación de ciprofloxacino con amoxicilina/clavulánico(4, 10) (tabla 5),
sustituyendo esta última por clindamicina en caso de alergia a penicilina. En caso de
empeoramiento clínico, persistencia de la fiebre, cultivos positivos o imposibilidad de
cumplir con el régimen antibiótico pautado debe considerarse el ingreso hospitalario.
Evaluación inicial
hospitalaria
En casos de alto riesgo de infección fúngica (por ejemplo, neutropenia prologanda con
fiebre persistente o recurrente o pacientes en tratamiento con corticoides) es conve-
niente realizar un TAC torácico, en busca de lesiones sugerentes de aspergilosis o de
infección por otros hongos filamentosos. Se ha cuestionado recientemente la utilidad
de las pruebas de laboratorio, como la detección de galactomanano sérico y beta-glu-
cano, en el diagnóstico precoz y seguimiento de pacientes con alto riesgo de infec-
ciones fúngicas, pero actualmente no se recomienda su uso rutinario en pacientes con
neutropenia febril.
TABLA 6. Pautas posológicas de los antifúngicos más utilizados en pacientes con neutropenia febril
Formulaciones de Anfotericina B
Anfotericina B (Fungizona®) 0,5-1,5 mg/kg i.v. cada día
Anfotericina liposomal (Ambisome®) 3 mg/kg i.v. cada día
Anfotericina complejo lipídico (Abelcet ®) 5 mg/kg i.v. cada día
Azoles
Fluconazol (Diflucan®, Loitin®) 400 mg v.o. o i.v. cada día
Itraconazol (Canadiol®, Sporanox®) 200 mg i.v. cada 12 horas por 4 dosis,
seguido de 200 mg i.v. cada día o 400 mg v.o. cada día
Voriconazol (Vfend®) 6 mg/kg i.v. cada 12 horas por 2 dosis,
seguido de 4 mg/kg i.v. cada 12 horas o 200 mg v.o. cada 12 horas
Equinocandinas
Caspofungina (Cancidas®) 70 mg i.v. el día 1º, seguido de 50 mg i.v. cada día
• Tras tratamiento con ceftazidima, reemplazar por ésta por un carbapenem ante
la posibilidad de infección por patógenos productores de β-lactamasas de es-
pectro extendido.
• Neutropenia afebril
No se ha demostrado beneficio clínico con la administración de CSF en pacientes
neutropénicos que permanecen afebriles, por lo que actualmente no se reco-
mienda su empleo rutinario en este contexto.
• Neutropenia febril
No está justificado el uso rutinario de CSF en pacientes con neutropenia febril. Sin
embargo, deben ser considerados en aquellas circunstancias que asocien alto
riesgo de complicaciones infecciosas, como ocurre cuando se prevé una neutro-
penia severa (recuento de neutrófilos inferior a 100/mm3) o de larga duración (más
de 10 días), pacientes mayores de 65 años, neoplasia no controlada, neumonía, hi-
potensión, disfunción multiorgánica, infección fúngica u hospitalización en el mo-
mento de aparición de la fiebre. En estos casos, la administración de CSF ha
demostrado acortar la duración de la neutropenia y la estancia hospitalaria, sin que
esto provoque diferencias significativas en la mortalidad.
4. CONCLUSIONES
3. La profilaxis primaria con G-CSF se recomienda en pacientes que vayan a recibir qui-
mioterapia mielosupresora y presenten un riesgo estimado de neutropenia febril igual
o mayor del 20%, aunque debe valorarse en cada caso la disponibilidad de otros es-
quemas de quimioterapia con similar eficacia y que no requieran soporte con G-CSF.
8. En la elección del régimen antibiótico inicial para la neutropenia febril deben tenerse
en cuenta diferentes aspectos, como el grupo de riesgo del paciente, el potencial
foco infeccioso, los microorganismos aislados con más frecuencia, la situación clí-
nica del paciente o el uso reciente de antibióticos.
10. La terapia antibiótica combinada suele incluir un betalactámico con actividad an-
tipseudomona más un aminoglucósido y se reserva generalmente para aquellos
pacientes clínicamente inestables o con alto riesgo de infección por Pseudomonas.
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receiving broad spectrum antibacterial therapy. A randomized, controlled trial. Ann In-
tern Med 2001; 135: 412-22.
20.Walsh TJ, Teppler H, Donowitz GR, Maertens JA, Baden LR, Dmoszynska A, et al.
Caspofungin versus liposomal amphotericin B for empirical antifungal therapy in pa-
tients with persistent fever and neutropenia. N Engl J Med 2004; 351: 1391-402.
Capítulo
TRATAMIENTO
6
Y PREVENCIÓN DE
LA EMESIS INDUCIDA
POR QUIMIOTERAPIA
Y RADIOTERAPIA
Servicio de Oncología.
Hospital Universitario Son Dureta. Palma de Mallorca
INTERIOR:Maquetación 1 16/10/08 12:38 Página 140
ÍNDICE
1. INTRODUCCIÓN
4. CLASIFICACIÓN
5. FACTORES DE RIESGO
6. TRATAMIENTO
7. CONCLUSIONES
8. BIBLIOGRAFÍA
1. INTRODUCCIÓN
Las nauseas y vómitos asociados a la quimioterapia en los pacientes oncológicos, son sín-
tomas que deben tratarse de manera intensiva. No sólo porque afectan a la comodidad,
a la calidad de vida e incluso a la autoestima de los pacientes, sino también porque han
venido a formar parte de la leyenda del cáncer como enfermedad maldita. Como afirmaba
un paciente influenciado negativamente por su nefasto entorno familiar y cultural: "el cán-
cer es una enfermedad en la que se cae el pelo y vomitas como un loco para, al final, mo-
rirte". Los profesionales de la oncología deben conocer que, afortunadamente, la realidad
es otra.
No debemos olvidar que la emesis es siempre un síntoma, y por tanto, es obligada una
adecuada anamnesis y valoración clínica. No es excepcional el atribuir a un cuadro de
emesis tardía lo que, en un paciente con tumor gastrointestinal, desemboca en una sub-
oclusión u oclusión intestinal instaurada. Antes de considerar el tratamiento como res-
ponsable del cuadro clínico del paciente, debemos descartar una serie de causas. El
mismo ejercicio clínico debemos practicar en las emesis que definiremos como refrac-
tarias o irruptivas.
• Causas centrales
- Metástasis cerebrales.
- Hipertensión intracraneal.
• Causas periféricas
- Oclusión intestinal.
- Perforación intestinal.
- Síndrome vertiginoso.
El nausea, y el vomito que conlleva, es el resultado de una vía refleja de múltiples pasos.
Se desencadena por impulsos aferentes en lo que se ha venido en llamar clásicamente
centro del vómito, y que en realidad es una trama neuronal mal delimitada y situada en
la medula oblonga. Los impulsos provienen de los receptores de la zona diana mesen-
cefálica (en contacto con el líquido cefalorraquídeo), faringe, tracto gastrointestinal y cor-
tex cerebral.
Las vías aferentes de la zona van al centro de salivación, produciendo la sialorrea aso-
ciada, los músculos abdominales, el centro respiratorio y los nervios craneales: se produce
un aumento de presión abdominal, movimientos antiperistálticos abdominales y salida
del contenido gástrico al exterior.
Muscarina (M1),
Dopamina (D2),
Serotonina (5-HT) Higher
Neurokinina -1(NK1) CNS
Histamina (H1) centers
Endorfinas
Endocannabinoides
Sustancia P.
Activation of Realase of
vagus and neuroactive
splanchnic nerves agents
Se postula que la fase aguda del vómito es mediada principalmente por la serotonina,
mientras que la fase tardía es el resultado de mecanismos exclusivamente centrales,
mediados por la sustancia P, que se combina al receptor de la neurokinina-1 (NK-1).
(figura 2).
98% pacientes
6-7 episodios/pac.2
Sustancia P (Central)
Adaptado de Tavorath R, Hesketh PJ Drugs 1996; 52: 639-48 y Hesketh et al. Eur J Cancer
2003; 39: 1074-80.
Los antieméticos pueden bloquear diferentes vías neuronales, y ejercen sus efectos en
diferentes puntos en el curso de la emesis. Al no haberse identificado una vía única de
producción de los vómitos, ningún agente es capaz de producir una completa protección
contra las distintas fases de la emesis.
4. CLASIFICACIÓN
Emesis anticipatoria
Es la que se produce en las horas que preceden a la quimioterapia. Es una respuesta
aprendida (reflejo condicionado), a las experiencias de sesiones anteriores. Tiende a au-
mentar su incidencia con el número de tratamientos recibidos, y se produce en un 20%
de los casos más allá del cuarto ciclo de tratamiento.
Emesis aguda
Es la que se produce en las 24 horas posteriores a un tratamiento quimioterápico. Está
mediada principalmente por los receptores a la serotonina, a nivel central y periférico
(tubo digestivo).
Emesis tardía
Por definición, es la que se produce a partir de las 24 horas después del inicio del trata-
miento. Sin embargo, el mecanismo de producción, a través de los receptores de NK-1,
se inicia a partir de las 16 horas del tratamiento.
Emesis irruptiva
Es un episodio de vómito inesperado y sin nauseas en un paciente hasta el momento
tenia un buen control de sus síntomas.
Emesis refractaria
La que se produce en los sucesivos tratamientos cuando la profilaxis y/o el rescate ha fra-
casado en ciclos precedentes.
5. FACTORES DE RIESGO
Tipo de quimioterapia
Género: más en mujeres
Quimioterapia previa
Cinetosis del viajero
Hiperémesis gravídica
Habituación alcohólica: factor protector
La más utilizada es la que publicó Grunberg en 2005(5), que ha sido adoptada por las
guías clínicas mas importantes, como la de la National Comprehensive Cancer Net-
work (N.C.C.N) (6). Define las capacidades emetógenas de los fármacos en 4 grupos
(tabla 2).
La tabla 3 describe los más utilizados en cada uno de los grupos. Debemos aconsejar
una terapia antiemética más intensiva en los medicamentos de cada grupo que se ad-
ministran por vía oral, ya que un mal control de los vómitos puede originar una dismi-
nución de su efectividad.
Intravenosos Orales
Alto riesgo Adriamicina / epiadriamicina-ciclofosfamida Procarbazina
Cisplatino > 50 mg./m2
Dacarbacina
Ciclofosfamida > 1500 mg./m2
Moderado riesgo Carboplatino Ciclofosfamida
Cisplatino <50 mg./m 2 Etoposido
Ciclofosfamida Temozolomida
Citarabina Vinorelbina
Adriamicina Imatinib
Epirrubicina
Irinotecan
Oxaliplatino
Methotrexate> 250 mg./m2
Intravenosos Orales
Bajo riesgo Gemcitabina Capecitabina
2
Citarabina <200 mg./m Fludarabina
Docetaxel
Paclitaxel
Etopósido
5-fluorouracilo
Mitoxantrona
Pemetrexed
Doxorrubicina liposomal
Methotexate
Vincristina, vinblastina, vinorelbina.
Mínimo riesgo Cetuximab Sorafenib
Bevacizumab Sunitinib
Rituximab Temsirolimus
Panitumumab Lapatinib
Clorambucil
6. TRATAMIENTO
Intravenoso Oral
GRANISETRÓN (Kytril®) 1 mg 2 mg
ONDANSETRÓN (Zofran®) 8 mg 16 mg
TROPISETRÓN (Navoban®) 5 mg 5 mg
DOLASETRÓN (Anzemet®) 100 mg 100 mg
PALONOSETRON (Aloxi®) 0,25 mg
• El palonosetrón, con una vida media más larga que sus congéneres, es efectivo
también en la emesis tardía.
ceptores de neurokinina-1. Se administra por vía oral. La dosis con mejores re-
sultados es de 120 mg. el primer día, seguidos de 80 mg. los días 2 y 3 después
del tratamiento(4, 8).
• Por otra parte, debemos asegurar una adecuada hidratación, si es necesario por
vía endovenosa, con correcta monitorización de los electrolitos séricos.
• La nabilona, un derivado de la cannabis indica, está aprobado por la FDA para las
nauseas y vómitos refractarios. En nuestro medio es relativamente frecuente la
utilización de marihuana, aceite de hashis etc., como tratamiento alternativo, a
pesar de tener menor eficacia que éstos en el control de nauseas y vómitos por
quimioterapia. Muchos pacientes los obtienen por vías informales, y los utilizan
a dosis no controladas: fumados o en ingesta oral con excipientes grasos. Este
detalle también debe ser consignado en la anamnesis dirigida.
Aprepitant, oral 125 mg. día 1, 80 mg. dias 2 y 3 (en pacientes seleccionados)
Quimioterapia Dexametasona 12 mg. oral día 1, 8 mg. días 2 y 3
de Bajo riesgo o Metoclopramida 10 mg. oral o IV cada 4-6 horas
Quimioterapia de No realizar profilaxis de rutina
Mínimo riesgo
7. CONCLUSIONES
• Las nauseas y vómitos constituyen un efecto secundario del tratamiento del cáncer
con importante repercusión en la calidad de vida del paciente.
8. BIBLIOGRAFÍA
4. Hesketh PJ, Grunberg SM, Gralla RJ, et al Eur J Cancer. 2003 May; 39(8): 1074-80. The
oral neurokinin-1 antagonist aprepitant for the prevention of chemotherapy-induced
5. Grunberg SM, Osoba D, Heskett Pj et al. Evaluation of new antiemetic agents and
definition of antineoplastic agent emetogenicity- an update. Support Care Cancer 2005;
13: 80-4.
8. Warr DG,. Grunberg SM,. Gralla RJ,.et al. The oral NK1 antagonist aprepitant for the
prevention of acute and delayed chemotherapy-induced nausea and vomiting: Pooled
data from 2 randomised, double-blind, placebo controlled trials European Journal of
Cancer June 2005; 41: 1278-85.
Capítulo 7
PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO
DE LA TOXICIDAD
GASTROINTESTINAL
POR QUIMIOTERAPIA
(DIARREA, MUCOSITIS, ESTREÑIMIENTO)
TERESA MORÁN(1)
JOSÉ LUIS MANZANO MOZO(2)
ALBERT ABAD ESTÉVEZ(3)
ÍNDICE
1. DIARREA
2. MUCOSITIS
3. ESTREÑIMIENTO
4. CONCLUSIONES
5. BIBLIOGRAFÍA
1. DIARREA
0 No diarrea
1 Aumento número de deposiciones sin exceder 4 episodios al día
2 Aumento número de deposiciones, 4-6 episodios al día, presentación nocturna
3 >7 episodios al día, incontinencia, signos de deshidratación, necesidad de hidratación endovenosa
4 Signos de deshidratación severa con repercusión hemodinámica
El riesgo de diarrea depende del tipo de citostático empleado, así como las dosis, el
tiempo de infusión y la utilización de esquemas de poliquimioterapia. Los citostáticos que
producen diarrea con mayor frecuencia son 5- flurouracilo, irinotecán, topotecán.
otro tipo de antibióticos tales como clindamicina y antibióticos de amplio espectro pueden
llegar a producir diarreas severas secundarias a infección por clostridium que podrían des-
arrollar colitis psedomembranosa. En caso de infección por Clostridium difficile debería eli-
minarse el uso del antibiótico implicado, iniciar tratamiento oral con vancomicina o
metronidazol y la administración de Lacto-bacillus para reconstrucción de la flora intestinal.
Si las medidas higienico-dietéticas no son suficientes para el control de la diarrea será ne-
cesario el inicio de tratamiento médico específico. Dentro de los agentes antidiarreicos
están los derivados de opioides, loperamida y difenoxilato, y el octeotride.
En pacientes con riesgo de presentar diarrea deberá tenerse especial consideración con
un correcto cumplimento de las medidas higiénico-dietéticas. En caso de diarreas deberá
iniciarse tratamiento con agentes opioides. Ante la resolución del cuadro de diarrea de-
berá valorarse la modificación de la dosis y el esquema quimioterápico. Si a pesar de ello
se repiten las diarreas debería iniciarse el tratamiento con octeótride.
La loperamida debe iniciarse en caso de diarrea a una dosis inicial de 4 mg, seguidos de
dosis de 2 mg tras cada deposición diarreica o 2 mg cada 4 horas. Se podrá interrumpir
su administración tras 12 horas sin deposiciones.
En diarreas grado 3 ó 4 de inicio o progresión de las diarreas tras 48 horas de manejo ade-
cuado deberá considerarse el ingreso hospitalario para reposición hidroelectrolítica en-
dovenosa, tratamiento antidiarreico con octeotride y valorar la necesidad de cobertura
antibiótica, en especial si signos de deshidratación, fiebre y sangre en heces(1-4).
2. MUCOSITIS
La mucositis engloba todas aquellas alteraciones que se producen sobre las diferentes
mucosas corporales por efecto de la lesión que condiciona el tratamiento. Todas las mu-
Otros efectos indirectos sobre la mucosa oral son la xerostomía y los transtornos de
la sensibilidad gustativa, por efecto del daño de las papilas gustativas, que se tra-
duce en ageusia (pérdida habitualmente transitoria del sentido del gusto), hipogeusia
(o disminución, también transitoria, de la capacidad gustativa) y disgeusia (que con-
diciona sabores desagradables con la posibilidad de rechazo a determinados alimen-
tos durante el tratamiento). La xerostomía se ve potenciada durante los tratamientos
con radioterapia, dado que interfiere con la producción de saliva pudiendo incremen-
tar la tasa de complicaciones orales ante la pérdida del efecto protector de la saliva.
Especial atención debe ponerse a este respecto en el tratamiento combinado de tu-
mores del área otorrinolaringológica. Debe tenerse en cuenta que las complicacio-
nes orales durante el tratamiento con quimioterapia y/o radioterapia pueden llegar a
ser muy dolorosas y son difíciles de resolver. Pueden ocasionar una severa altera-
ción en la calidad de vida de los pacientes sometidos a estos tratamientos. Condi-
cionan aspectos tan elementales como son la ingesta, el mantenimiento de peso y
de energía para el desarrollo de una vida normal y puede alterar también el sueño.
Debe considerarse que determinadas alteraciones pueden mantenerse a largo plazo
o dar complicaciones futuras como podría ser la osteorradionecrosis, los trastornos
de salivación y del gusto, y las anormalidades de los tejidos blandos adyacentes a la
zona irradiada, como el edema crónico cervical ocasionado tras irradiación de tumo-
res de cabeza y cuello.
Ante la dificultad de tratamiento de las complicaciones sobre la mucosa una vez esta-
blecidas juega un papel fundamental la profilaxis para minimizar estos efectos secunda-
rios. Maniobras previas y durante el tratamiento pueden minimizar la incidencia y
severidad de determinadas complicaciones.
Antimetabolitos Metotrexate
5Fluorouracilo
Arabinósido de citosina
Antibióticos Doxorrubicina
Actinomicina D
Mitoxantrone
Mitomicina
Bleomicina
Alcaloides Vincristina
Vinblastina
Etopósido
Otros Hidroxiurea
Agentes biológicos Interleukinas
De una manera específica para cada una de las partes de la cavidad oral que pueden verse
implicadas en la mucositis, la tabla 5 refleja los diferentes grados de afectación en fun-
ción del grado de la lesión.
1 2 3 4
Labios Intactos Levemente enrojecidos Seca, rugosa con líneas Muy secos, inflamados,
inflamatorias inflamados y con
úlceras hemorrágicas
Lengua Intactos Papilas prominentes, Papilas enrojecidas, Muy seca, enrojecida y
Lengua seca con áreas sequedad lingual con descamación
enrojecidas
Mucosa oral Intactos Sequedad con Roja, seca inflamada, Edema severo y
posibilidad de pústulas edematosa ulcerada aparición de
ulceraciones
No debe olvidarse que toda disrupción de la mucosa de la cavidad oral puede llegar a
ser un potencial foco de infección y dependiendo de la extensión de este daño sobre
la mucosa puede llegar a condicionar situaciones de desnutrición severa.
Agentes analgésicos: para el tratamiento del dolor que la mucositis puede desenca-
denar debemos tener en cuenta dos grandes grupos de tratamiento: aquellos que ejer-
cen su efecto a nivel local y aquellos que lo producen por vía sistémica. Dentro del
primer grupo encontramos un conjunto de tratamientos que administrados de forma
local producen una película de revestimiento sobre la mucosa dañada disminuyendo el
disconfort. Encontraríamos en este grupo preparados del tipo sucralfato, vitamina E y
preparados antiácidos como el almagato y la crema de magnesio. También eantán los
preparados de carácter gelatinoso con componentes anestésicos que producen im-
portante efecto de alivio local transitorio, como la lidocaína viscosa, aunque debe te-
nerse en cuenta que hay que evitarlo antes de la comida por el riesgo de aspiraciones
a la vía aérea. Dentro de los agentes analgésicos que ejercen su efecto por vía sisté-
mica encontramos los antinflamatorios no esteroideos (que podrán utilizarse en función
del perfil de cada paciente teniendo en cuenta forma de preparación y grado de mu-
cositis que puede dificultar la deglución de determinados tipos de presentación, y po-
sibilidad de alergias de los pacientes). Sin embargo, la mucositis puede llegar a ser un
proceso extremadamente doloroso que requiera de la utilización de opiáceos menores
o mayores. En caso de requerirse opiáceos mayores, debe prestarse especial atención
a los opiáceos de administración transdérmica, extraordinariamente útiles en aquellos
pacientes con alteraciones severas de la deglución.
Palifermin es hoy por hoy el fármaco con más expectativas. Pertenece a la superfami-
lia de los FGF (factores de crecimiento de los fibroblastos). En 2004 se publicaron en
NEJM(10) los resultados de la profilaxis con palifermin de la mucositis en pacientes tra-
tados de tumores hematológicos con irradiación corporal total y altas dosis de quimio-
terapia. Se comparó a un placebo y se incluyeron 212 pacientes. La mucositis grado 3-4
se presentó en 63% en el brazo de palifermin frente a 98% en el placebo con alta sig-
nificación estadística (p<0.001) con una reducción también significativa de la duración de
3 días a 9 y del consumo de analgesia con opiáceos. Palifermin (Kepivance) fue aprobado
por la FDA en Marzo de 2005 con la indicación en neoplasias hematológicas tratadas con
altas dosis de quimioterapia, irradiación y TMO(11). Su utilidad fue aceptada y confirmada
en diversas revisiones y este mismo año se han publicado dos trabajos con palifermin
en la profilaxis de la mucositis en pacientes tratados con altas dosis de quimioterapia y
transplante con células madre. El primero incluye solo 5 pacientes de una sola institu-
ción y se obtiene una reducción en la intensidad de la mucositis esperada(12). El segundo,
publicado en JCO(13) incluye 212 pacientes y compara palifermin con placebo. Se analiza
un cuestionario de mucositis. Palifermin reduce la incidencia y la duración de la muco-
sitis grave y es constatada por clínicos y pacientes con alta significación estadística
(p<0.001). Otros factores de la familia de los FGF están siendo estudiados.
6. Palifermin en los tratamientos a altas dosis con TMO en las neoplasias hema-
tológicas.
3. ESTREÑIMIENTO
infratratado. Es más frecuente en mujeres (en una proporción 3:1) y afecta a un 40% de
pacientes con enfermedad avanzada, aumentando esta incidencia al 90% de pacientes
bajo tratamiento analgésico con opiáceos. Podría definirse como la disminución de la de-
fecación a menos de dos deposiciones a la semana con alteración en la dureza de las
heces junto con la posibilidad de tenesmo rectal. Las manifestaciones clínicas del estre-
ñimiento pueden ser: alteración del ritmo de defecación y calidad de las heces, dolor ab-
dominal, sensación de plenitud abdominal, anorexia, náuseas y/o vómitos, alteraciones
urinarias y pseudodiarrea. Un cuadro de estreñimiento no tratado de forma adecuada
puede dar lugar a las siguientes complicaciones: inadecuada absorción de medicación vía
oral, impactaciones fecales, complicaciones a nivel anal como pueden ser fisuras, he-
morroides y sangrados, emesis con deshidratación secundaria, obstrucción intestinal y
perforación intestinal, (tablas 6 y 7).
Trastornos estructurales
Obstrucción intestinal
Tumores pélvicos
Fibrosis postradioterapia
Trastornos anales (fisuras, hemorroides y abscesos perianales)
Fármacos
Opiáceos
Agentes con actividad anticolinérgica (antidepresivos, antiespasmódicos, antipsicóticos, antiácidos
con aluminio, antieméticos...)
Diuréticos
Anticomiciales
Hierro
Antihipertensivos
Cistotáticos (alcaloides de la vinca, etopósido, derivados de platino...)
Trastornos hidroelectrolíticos
Deshidratación (fiebre, déficit de ingesta hídrica, emesis, tratamiento diurético...)
Hipercalcemia/Hipopotasemia
Diabetes mellitus
Uremia
Hipotiroidismo
Trastornos neurológicos
Tumores cerebrales
Compresión medular
Compresiones del plexo sacro
Trastornos del sistema nervioso autónomo
Para un correcto manejo del estreñimiento debe tenerse en cuenta el grado y la sinto-
matología. En el estreñimiento crónico es más fácil la profilaxis que la resolución del cua-
dro ya instaurado. Son necesarias unas correctas medidas higiénico-dietéticas: eliminar
o reducir los factores que contribuyen a su aparición, una ingesta hídrica abundantes, die-
tas ricas en fibra y frutas, ejercicio físico si es posible. Si no es suficiente deberán em-
plearse medidas laxantes y propulsores del tránsito intestinal. Dentro de estas medidas
terapéuticas encontramos los siguientes: los agentes formadores del bolo intestinal, los
agentes osmóticos, los agentes catárticos, los agentes lubricantes y los agentes proci-
néticos. Otros tratamientos específicos serían medidas locales de enemas y suposito-
rios. El objetivo del tratamiento médico del estreñimiento sería doble facilitando, por una
parte la consistencia blanda de las heces, y por otra estimulando la peristalsis.
Entre los agentes formadores del bolo intestinal se encuentra la metilcelulosa que se
utiliza como suplemento dietético. Reduce la absorción intestinal de agua y favorece la
formación de heces de consistencia más blanda, precisando para su ingesta elevada can-
tidad de agua e iniciándose su efecto a los 2-4 días de iniciarse la ingesta. Los agentes
catárticos como las sales de magnesio o sodio promueven el movimiento de agua a la
luz intestinal y resultan en heces semilíquidas por disminuir el tiempo de tránsito intesti-
nal. Suelen iniciar su efecto a las 3 horas de la ingesta. Deben evitarse en pacientes con
cardiopatía o trastorno renal de base. Dentro de este grupo de laxantes se encuentran
también la lactulosa y el sorbitol. Actúan promoviendo el movimiento de agua al interior
de la luz intestinal y disminuyendo su absorción en el intestino delgado. Producen de-
gradación de bacterias en la luz del colon que, por disminución del pH, pueden activar la
peristalsis intestinal. Suelen ser efectivos a las 24- 48 horas, pero un 20% de los pacien-
tes presentan flatulencia. Los agentes catárticos actúan a nivel del colon reduciendo la ab-
sorción de agua y electrolitos. Son rápidamente efectivos pero pueden dar como
complicación más importante el denominado “colon catártico”. Los agentes lubricantes
suelen ser más efectivos en el tratamiento de estreñimiento agudo transitorio o de la im-
pactación fecal. Su uso crónico puede producir irritación de la región perianal y alterar la
absorción de vitaminas liposolubles.
Cuando las medidas laxantes no son suficientes puede ser necesario el uso de fármacos
que estimulan la actividad colinérgica a nivel intestinal e inhiben la actividad dopaminér-
gica central, tales como la metoclopramida y la domperidona. En el estreñimiento se-
cundario a opiáceos el empleo de dosis bajas de naloxona y metilnaltrexona puede ayudar
a revertirlo. En caso de estreñimiento pertinaz puede ser necesario el cambio de trata-
miento opiáceo realizando una rotación en la vía de administración(14-16).
4. CONCLUSIONES
vestir gravedad y debe ser prevenida. Si consideramos todas las neoplasias, la mucosi-
tis se presenta en un 40% de los pacientes siendo más frecuente en los tumores he-
matológicos y en pacientes tratados con radioterapia. No tenemos tratamiento específico
por lo que deberemos extremar las medidas preventivas considerando los fármacos a
administrar y los factores de riesgo como edad, estado basal de la cavidad oral y el tipo
de tumor. El estreñimiento o constipación es una complicación que no debemos olvidar
ya que origina sintomas importantes al paciente y en los casos más extremos también
puede revestir gravedad. En esta complicación también las medidas preventivas dietéti-
cas y el ejercicio físico son fundamentales. En resumen se trata de un grupo de efectos
secundarios a la quimioterapia a tener muy en cuenta ya que: 1) generan sintomatología
muy importante; 2) pueden comprometer la vida del paciente y 3) una vez establecidos
son de difícil tratamiento.
5. BIBLIOGRAFÍA
2. Schnoll-Sussman F, Kura RC: Gastrointestinal emergencies in the critically ill cancer pa-
tient. Semmin Oncol 2000; 27: 270-83.
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tion. JB Lippincot Company. 1995; 396-467.
4. Handbook of Cancer Chemotherapy. Four Edition. Little, Brown Company. 1995: 573-90.
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6. Wilkes JD: Prevention and treatment of oral mucositis following cancer chemothe-
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10.Spielberger R, Stiff P, Bensinger W, et al. Palifermin for oral mucositis after intensive
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16.Portenoy RK: Constipation in cancer patients: Causes and management. Med Clin N
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Capítulo
PREVENCIÓN
8
Y TRATAMIENTO DE
LA TOXICIDAD CARDÍACA
Y PULMONAR INDUCIDA
POR QUIMIOTERAPIA
ÍNDICE
1. TOXICIDAD CARDÍACA
1.1 Introducción
1.2 Factores de riesgo de toxicidad cardíaca
1.3 Fármacos cardiotóxicos. Prevención y tratamiento
1.3.1 Antraciclinas
1.3.2 Agentes alquilantes: Ciclofosfamida e Ifosfamida
1.3.3 Antimetabolitos: 5Fluoracilo, Capecitabina, Gemcitabina
1.3.4 Antimicrotúbulos: Taxanos, Alcaloides de la vinca
1.3.5 Anticuerpos monoclonales: Inhibidores Her-2 (trastuzumab) e Inhibidores
angiogenésis (Bevacizumab, sunitinib)
2. TOXICIDAD PULMONAR
2.1 Introducción
2.2 Factores de riesgo de toxicidad pulmonar
2.3 Fármacos con toxicidad pulmonar
2.3.1 Bleomicina
2.3.2 Mitomicina
2.3.3 Derivados del platino: Oxaliplatino
2.3.4 Agentes alquilantes: Ciclofosfamida e ifosfamida
2.3.5 Antimetabolitos: Gemcitabina y metotrexate
2.3.6 Antimicrotúbulos: Taxanos
2.3.7 Agentes inhibidores de la topoisomerasa: Irinotecan, Topotecan, Etopósido
2.3.8 Inhibidores de tirosin-quinasa: Gefitinib, Imatinib y Erlotinib
2.3.9 Anticuerpos monoclonales: Bevacizumab, Trastuzumab
2.4 Prevención y tratamiento de fármacos con toxicidad pulmonar
3. CONCLUSIONES
4. BIBLIOGRAFÍA
En los últimos años la gran evolución de los tratamientos oncológicos ha permitido disminuir
la morbilidad y mortalidad de los diferentes tipos de cáncer y aumentar así la supervivencia.
Este beneficio en la supervivencia nos obliga a ser cada vez más cuidadosos con la toxi-
cidad ocasionada por los agentes quimioterápicos porqué influirá de forma importante en
la calidad de vida del paciente.
1. TOXICIDAD CARDÍACA
1.1 Introducción
Son varios los agentes antineoplásicos y biológicos que se han relacionado con una to-
xicidad o daño cardíaco(1) (tabla 1).
El tipo de afectación puede ser muy variable, desde un daño directo miocárdico y la po-
sible aparición del infarto de miocardio hasta los defectos de conducción con arritmias
o cambios electrocardiográficos inespecíficos, la miocarditis o pericarditis, la hiper-
tensión o la cardiomiopatia con insuficiencia cardíaca congestiva secundaria.
TIPO I TIPO II
(Daño miocárdico) (Disfunción miocárdica)
Factores de riesgo
Dosis acumuladas
Dosis administrada por tratamiento
Existencia de enfermedad cardíaca previa
Hipertensión
Irradiación mediastínica
Edad
Sexo femenino
Combinación de agentes cardiotóxicos
Están en estudio otros parámetros cardíacos que podrían ser más sensibles en la de-
tección precoz de la toxicidad cardíaca, cómo la disfunción diastólica medida por eco-
cardiografía-doppler o la realización de pruebas de esfuerzo o pruebas de estrés
farmacológico con dipiridamol. También se están estudiando marcadores séricos cómo
las troponinas o el péptido natriurético o endotelina-1 para ayudar en la detección pre-
coz del daño miocárdico(1) aunque no hay conclusiones claras.
La detección precoz nos permitirá poner en marcha estrategias precoces para dismi-
nuir la tasa de efectos adversos cardiotóxicos.
1.3.1 Antraciclinas
Son los agentes quimioterápicos más estudiados en cuanto a su cardiotoxicidad.
Entre ellos los más conocidos son Doxorubicina y Epirrubicina.
- edad
- cardiopatía previa
- radioterapia
- hipertensión
- dosis acumulada
- esquema de administración
- uso de quelantes
Existe una relación muy estrecha entre la dosis acumulada y la incidencia de insu-
ficiencia cardíaca, siendo para cada tipo de antraciclina una dosis distinta.
1. Cardiotoxicidad aguda
- No es dependiente de dosis.
2. Cardiotoxicidad crónica
3. Cardiotoxicidad tardía
Prevención
Una vez establecido el daño cardíaco por cardiomiopatía, en la mayoría de los casos
es irreversible y a veces progresivo.
Estrategias de prevención
No sobrepasar la dosis máxima acumulada
Infusiones administradas lentamente y de varias horas de duración
Uso de análogos de la doxurrubicina menos cardiotóxicos (Idarrubicina, Epirrubicina)
Administración de agentes cardioprotectores: Dexrazoxane (Cardioxane®, Zinercard®)*
Valorar uso de antraciclinas liposomales
Evitar la administración conjunta de antraciclinas, ciclofosfamida y trastuzumab
No hay una prueba o test ideal para monitorizar los pacientes con alto riesgo de to-
xicidad por antraciclinas. En la práctica clínica se utiliza la evaluación clínica y ex-
ploración de signos sugestivos de insuficiencia cardiaca y la ecocardiografía o
ventriculografía cardiaca para evaluar la fracción de eyección del ventrículo izquierdo.
* Si descenso de la FEVI del 10% o paso de FEVI de >50% a < 50% o de 30-50% a <30%
se debe parar el tratamiento
Tratamiento
Si a pesar de las estrategias empleadas aparece toxicidad cardíaca en forma de
insuficiencia cardíaca, se debe parar la administración del fármaco, tratar los fac-
tores de riesgo cardiovasculares y administrar tratamiento apropiado para la dis-
función ventricular o insuficiencia cardiaca.
Los fármacos más comúnmente utilizados serían los IECAS (inhibidores de la enzima
conversiva de la angiotensina: enalapril, captopril), beta-bloqueantes (carvedilol, bi-
soprolol), digoxina, espironolactona y diuréticos (furosemida, torasemida)(1).
Ciclofosfamida
Agentes quimioterápicos utilizados en combinación para tratar neoplasias sólidas,
leucemia, linfoma y mieloma múltiple. A dosis bajas no se asocia a cardiotoxicidad,
pero a dosis elevadas (120-170 mg/kg en 1-7 días) utilizadas en la citorredución e in-
munosupresión previa al trasplante medular pueden ocasionar varios efectos se-
cundarios cardíacos. Así pues, la dosis total aplicada en un ciclo tiene más papel en
la cardiotoxicidad que la dosis total acumulada, manifestándose de forma aguda y
no acumulativa. Se han descrito descensos en la amplitud del QRS, anormalidades
en el segmento ST, taquiarritmias, bloqueos completos, pericarditis y miocarditis,
vasculitis coronarias y fallida cardíaca congestiva. Otra complicación es la pancardi-
tis hemorrágica, la patogénesis de la cual se relaciona con daño capilar y suele apa-
recer a la semana de haber administrado el tratamiento.
Ifosfamida
La ifosfamida, que precisa cuatro veces más dosis que la ciclofosfamida para obte-
ner el mismo efecto antitumoral, provoca arritmias supraventriculares y cambios de
la onda ST-T. Estos eventos, cuando se manifiestan clínicamente, suelen ser rever-
sibles con el tratamiento específico. Existe controversia en el posible aumento de
la toxicidad cardíaca cuando se combina con antraciclinas.
Prevención y Tratamiento
No hay unas pautas establecidas para la prevención o el tratamiento de la toxici-
dad cardíaca por agentes alquilantes. Los antecedentes de exposisión a antraci-
clinas, radioterapia e insuficiencia cardiaca, así como una FEVI previa menor del
50% se correlacionan con la toxicidad clínica.
1.3.3 Antimetabolitos
Fluoracilo
Primidina fluorada de amplio uso en oncología. La toxicidad cardiológica es inde-
pendiente de dosis y aparece en las primeras 72 horas posteriores a la administra-
ción del fármaco. Se manifiesta clínicamente por dolor precordial con o sin cambios
ECG simulando angina o infarto cardíaco, los enzimas cardíacos no suelen alterarse,
mediado por un mecanismo vascular (vasoespasmo coronario).
Capecitabina
Fluoropirimidina oral utilizada en cáncer de mama y colon. Aunque no está clara la
causa de cardiotoxicidad de la capecitabina como en la infusión por 5FU se han des-
crito casos de infarto de miocardio y/o isquemia o angina, arritmias, fallo cardíaco,
muerte súbita, cambios electrocardiográficos y cardiomiopatía. Los antecedentes
de cardiopatía o nefropatía podrían ser factores de riesgo asociados.
Gemcitabina
Análogo fluorado de la desoxicitidina. Antimetabolito usado ampliamente en el trata-
miento de tumores sólidos. Se han reportado casos de arritmias cardíacas y descenso
en la FEVI y algún caso de fibrilación auricular especialmente en pacientes ancianos.
Prevención y Tratamiento
Se recomienda un seguimiento estrecho de los pacientes con antecedentes de
cardiopatía isquémica, tratamiento con infusión continua o radioterapia concu-
rrente, ya que tienen un mayor riesgo de padecer toxicidad cardíaca.
1.3.4 Antimicrotúbulos
Taxanos
Los taxanos (paclitaxel y docetaxel) han demostrado su importante actividad en tu-
mores sólidos como el cáncer de mama, ovario o el cáncer no microcítico de pulmón.
Alcaloides de la vinca
Vincristina, vinblastina y vinorelbina se han visto implicados en casos de hiperten-
sión, isquemia e infarto de miocardio y otras complicaciones vasooclusivas, proba-
blemente asociados a sus propiedades vasoconstrictivas.
Prevención y Tratamiento
En la literatura no hay factores de riesgo específicos que predispongan a toxici-
dad cardíaca por estos agentes, no obstante los pacientes con patología cardíaca
de base deben hacer un seguimiento más estrecho.
Inhibidores HER2
Trastuzumab
Anticuerpo monoclonal recombinante humanizado dirigido contra el receptor del
factor de crecimiento epidérmico 2 (HER2) que se sobreexpresa en 15-20% de
mujeres con cáncer de mama y en otra gran variedad de tumores.
La toxicidad producida por trastuzumab no parece tener relación con la dosis, es re-
versible y no se asocia a cambios ultraestructurales. Aunque el mecanismo de pro-
ducción no está bien definido se atribuye a la alteración que trastuzumab produce
en los mecanismos de reparación del miocardio y en la disfunción y apoptosis mi-
tocondrial(12). La disfunción cardiaca observada se define como: cardiomiopatía ca-
racterizada por descenso en la FEVI; síntomas de ICC; signos asociados de ICC;
descenso del 5% de la FEVI a partir del 55% con signos o síntomas de ICC; o des-
censo del 10% a partir del 55% sin signos o síntomas de ICC(13).
Prevención y Tratamiento
En un análisis multivariante, los factores de riesgo asociados al desarrollo de in-
suficiencia cardiaca descritos fueron el uso concomitante de antraciclinas, la ex-
posición previa a antraciclinas, edad>50 años y una clase funcional >II inicial
según los criterios de la NYHA.
Todos los pacientes candidatos para realizar este tratamiento deben ser some-
tidos a monitorización cardíaca (por ecocardiografía o ventriculografía cardíaca).
A continuación les mostramos el algoritmo de actuación de Trastuzumab en fun-
ción de la FEVI según estudio HERA (figura 1).
FEVI
Inhibidores de la angiogénesis
Bevacizumab
Anticuerpo monoclonal humanizado dirigido contra el receptor de crecimiento del
endotelio vascular. Se ha estudiado en varios tipos de tumores sólidos como el
cáncer de mama, colon, no microcítico de pulmón o el cáncer de células renales.
Complicaciones tromboembólicas arteriales tales como accidente vascular cere-
bral, accidente isquémico transitorio, angina o infarto de miocardio se han visto
asociadas al tratamiento con bevacizumab, sobretodo en pacientes > 65 años y
en aquellos con antecedentes previos de alguna de estas complicaciones. La hi-
pertensión es el efecto secundario más frecuente asociado a los antiangiogéni-
cos, ya sean anticuerpos monoclonales o inhibidores de la TK. El bloqueo de los
receptores de las células endoteliales provoca una vasoconstricción con el con-
siguiente aumento de la presión arterial y el daño y disfunción de este endotelio
es el causante de los fenómenos tromboembólicos.
Sunitinib
Nuevo inhibidor de la tirosinquinasa con efecto antitumoral y antiangiogénico.
Aprobado en el tratamiento del cáncer de células renales, está en estudio para el
tratamiento de otros tumores sólidos. La hipertensión arterial es la principal com-
plicación observada y se han descrito también descensos en la FEVI(14).
Prevención y Tratamiento
Los datos de seguridad clínica sugieren que es probable que la incidencia de hi-
pertensión sea dependiente de dosis.
2. TOXICIDAD PULMONAR
2.1 Introducción
Los fármacos antineoplasicos pueden producir toxicidad pulmonar causando insufi-
ciencia respiratoria. Con la aparición constante de nuevos fármacos con diferentes me-
canismos de acción o las nuevas indicaciones de los ya conocidos y el número
creciente de pacientes en tratamiento la incidencia de toxicidad pulmonar se ve in-
crementada progresivamente.
La toxicidad puede ser aguda, cuando aparece en el curso del tratamiento, o tardía, a
partir de los dos meses de haber finalizado la quimioterapia.
Síndrome de distress Infiltrados pulmonares bilaterales, sin evidencia Gemcitabina, erlotinib, paclitaxel,
respiratorio agudo de aumento de la presión de la aurícula izquierda oxaliplatino, docetaxel, gefitinib
Sd. de distres respiratorio Clínica, exploración física y pruebas de laboratorio para descartar
(SDRA) broncoaspiración, sepsis, pancreatitis
2.3.1 Bleomicina
Ha sido usada en el tratamiento de numerosas enfermedades, entre ellas los tumo-
res germinales, linfomas y tumores escamosos de cabeza y cuello. Existen dos for-
mas de toxicidad pulmonar por bleomicina, aguda y tardía(16). La toxicidad tardía es la
más frecuente (en un 10% de los pacientes que reciben el fármaco) y aparece en
forma de fibrosis pulmonar entre uno y seis meses después de la administración. Es
dependiente de dosis. Los factores de riesgo asociados son la edad avanzada, la ad-
ministración endovenosa y el uso concomitante con otros citotóxicos. La radiotera-
pia puede incrementar el daño pulmonar producido. La toxicidad aguda se presenta
como reacción de hipersensibilidad y puede producir una neumonitis inflamatoria in-
tersticial. No es dependiente de dosis y no se conocen factores de riesgo asociados.
2.3.2 Mitomicina
Se han descrito múltiples manifestaciones de toxicidad pulmonar asociados a mi-
tomicina. El broncoespasmo suele aparecer a las pocas horas de la administración
del fármaco en un 4-6% de pacientes y es autolimitado. La neumonitis intersticial
aguda se caracteriza por disnea súbita y nuevos infiltrados intersticiales focales o di-
fusos en la radiografía y la forma crónica de neumonitis es muy infrecuente(16). La
fibrosis intersticial producida por mitomicina se asemeja a la producida por bleomi-
cina. La administración de corticosteroides durante 2 o 3 semanas produce una rá-
pida mejoría. La microangiopatia trombótica y el síndrome de distrés respiratorio
agudo se caracterizan por anemia microangiopática hemolítica, trombocitopenia, in-
suficiencia renal y daño agudo pulmonar. La administración previa con 5-fluouracilo
o con hemoderivados puede incrementar la incidencia del síndrome con mortalida-
des elevadas.
Oxaliplatino
De los análogos del platino de segunda generación que se han estudiado hasta el
momento, oxaliplatino es el único aprobado para uso clínico. Se utiliza junto a fluou-
racilo y leucovorin en el cáncer colorectal.
Se han reportado casos de neumonitis intersticial con fibrosis a los 3-6 meses de la
administración. Se presenta inicialmente de forma lenta, con tos y disnea progresiva
durante varios meses, pero puede acelerarse de forma brusca hasta acabar con in-
suficiencia respiratoria en pocos días.
Ciclofosfamida
Existen dos patrones distintos de toxicidad pulmonar. La neumonitis precoz apa-
rece entre el primero y sexto mes de iniciar el tratamiento en forma de tos, disnea,
fiebre y astenia. La radiografía muestra un patrón intersticial o en vidrio deslustrado.
El cese del tratamiento y el uso de corticosteroides pueden revertir el cuadro. La
neumonitis tardía o fibrosis puede aparecer 6 años después del tratamiento en pa-
cientes que han recibido el fármaco varios meses o años.
Ifosfamida
Agente alquilante usado en tumores sólidos como los sarcomas, cáncer de ovario
o pulmón. En combinación con otros fármacos antineoplásicos se describen casos
de neumonitis intersticial grave.
2.3.5 Antimetabolitos
Gemcitabina
Análogo fluorado de la desoxicitidina. Constituye el tratamiento de elección actual-
mente del cáncer de páncreas, pero es activo también en el cáncer de pulmón, de
vejiga, de mama, cáncer de ovario y sarcomas.
Metotrexate
Antimetabolito usado en varias neoplasias y enfermedades inflamatorias crónicas.
La toxicidad pulmonar más frecuente es la neumonitis por hipersensibilidad y suele
aparecer durante el primer año después de finalizar el tratamiento. Se presenta en
forma de tos, disnea, fiebre alta e hipoxemia. La radiografía muestra opacidades in-
2.3.6 Antimicrotúbulos
Taxanos
Utilizados mayoritariamente en el cáncer de mama, ovario y pulmón. Paclitaxel y
Docetaxel se han asociado a neumonitis con frecuencias del 0,73 al 12% y del 7 al
26% respectivamente. Se presenta con tos, disnea con hipoxemia e infiltrados pul-
monares que aparecen entre la primera semana y los tres meses de haber finalizado
el tratamiento. Los posibles factores de riesgo serían el uso de regimenes sema-
nales o bisemanales o combinaciones con otros fármacos cómo gemcitabina.
Irinotecan (CPT-11)
Usado mayoritariamente en el tratamiento del cáncer colorectal. Se ha descrito dis-
nea de aparición brusca en un 20% de los pacientes, siendo en un 4% de los pa-
cientes de intensidad grave. Existen casos de neumonitis dosis-dependiente, la
incidencia suele ser baja y se ve aumentada con combinaciones con otros fármacos
cómo paclitaxel o radioterapia.
Topotecan (VP-16)
Fármaco radiosensibilizante. La toxicidad pulmonar es mucho más rara que en el
irinotecán. Esta puede ser en forma de neumonitis, daño alveolar difuso, neumonía
organizada y fibrosis intersticial.
Etopósido
Inhibidor de la topoisomerasa II. Usado principalmente en el cáncer microcítico de
pulmón. La reacción de hipersensibilidad es la toxicidad pulmonar más frecuente y
se presenta con síntomas de anafilaxis, angioedema, presión torácica, broncoes-
pasmo e hipotensión. La neumonitis aparece en raras ocasiones y se ve incremen-
tada con el uso de otros agentes neumotóxicos. También se ha descrito un aumento
del riesgo de neumonitis rádica con etopósido.
Gefitinib (IRESSA®)
Gefitinib inhibe la fosforilización intracelular de numerosas tirosinquinasas asociadas
a receptores transmembrana, incluyendo aquellos que se encuentran asociados al
factor de crecimiento epidérmico (EGFR). Aprobado en el CPNCP, ha demostrado ac-
tividad en el cáncer de ovario, colon, cabeza y cuello y mama. Se han descrito casos
de enfermedad intersticial pulmonar, siendo la incidencia más frecuente en pobla-
ción japonesa. Un tercio de los casos fueron fatales. Se caracteriza por una aparición
súbita de disnea, algunas veces asociada a tos o a fiebre leve, que se agrava en un
plazo corto y que requiere hospitalización. Factores de riesgo pueden ser la enfer-
medad previa pulmonar asociada al tabaco, quimioterapia, radioterapia, infección o
fibrosis pulmonar. También puede producir daño alveolar difuso, hemorragia alveo-
lar y fibrosis pulmonar.
Imatinib (GLEEVEC®)
Inhibidor de la tirosinquinasa se usa en el tratamiento de la LMC y en tumores del
estroma gastrointestinal. Las complicaciones pulmonares son raras, y suelen estar
relacionadas con la retención de fluidos, presentándose en forma de edema pul-
monar o derrame pleural. La neumonitis asociada a imatinib es poco frecuente y
cursa con disnea, fiebre e hipoxemia, observando un patrón en vidrio deslustrado di-
fuso o parcheado en el TC.
Erlotinib (TARCEVA®)
Inhibe la fosforilación intracelular de HER1/EGFR y se usa en el tratamiento del
CPNCP. La toxicidad pulmonar es inferior al 1% y aparece en forma de neumopatía
intersticial en algunos casos mortal. En la literatura se ha descrito como: neumoni-
tis, neumonía intersticial, bronquiolitis obliterante, fibrosis pulmonar, síndrome de
distrés respiratorio agudo e infiltración pulmonar. En la mayoría de los casos se aso-
ció a otros factores contribuyentes, como quimioterapia concomitante o previa, ra-
dioterapia previa, neumopatía parenquimatosa preexistente, neumopatía matastásica
o infecciones pulmonares. Se presenta de forma aguda con síntomas pulmonares
nuevos o progresivos, como disnea, tos y fiebre.
Bevacizumab (AVASTIN®)
Anticuerpo monoclonal humanizado dirigido contra el receptor de crecimiento del en-
dotelio vascular. En cáncer de pulmón no microcítico, el tratamiento con bevacizu-
mab se relaciona con un aumento en la incidencia de hemoptisis, hemorragia
pulmonar y hematemesis, que en algunos casos puede llegar a ser grave. Se ha re-
lacionado con neoplasias centrales próximas a grandes vasos, con neoplasias cavi-
Trastuzumab (HERCEPTIN®)
Anticuerpo monoclonal recombinante humanizado dirigido contra el receptor del
factor de crecimiento epidérmico 2 (HER2). La toxicidad pulmonar es infrecuente.
Se han descrito algunos casos de disnea con broncoespasmo a las pocas horas de
la infusión en pacientes con patología pulmonar de base o con índice de karnofsky
bajo. También se ha descrito algún caso de neumonía organizada.
Frecuentemente los pacientes presentan una rápida mejoría clínica una vez instaurado
el tratamiento. En algunos casos serán necesarios fluidos, drogas vasopresoras o ven-
tilación mecánica(15).
3. CONCLUSIONES
Los tratamientos oncológicos son cada vez más complejos y las cifras de largos super-
vivientes en los países occidentales se han incrementado en los últimos años y se prevé
que aumenten progresivamente con los avances diagnósticos y terapéuticos. Las con-
secuencias del cáncer y de los tratamientos administrados en supervivientes pueden ser
significativas.
En cuanto a la toxicidad pulmonar las estrategias de prevención son escasas, pero hay que
considerar los factores de riesgo individuales para identificar los pacientes de más riesgo.
Cada vez las estrategias de prevención y la identificación de los pacientes de más riesgo
serán más importantes y permitirán desarrollar estrategias de detección y tratamiento
adecuados para que nuestros pacientes tengan una mejor calidad de vida.
4. BIBLIOGRAFÍA
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Capítulo 9
TOXICIDAD
NEUROLÓGICA
INDUCIDA POR
QUIMIOTERAPIA
ÍNDICE
1. INTRODUCCIÓN
6.1 Analgésicos
6.2 Antidepresivos
6.3 Anticonvulsivantes
6.4 Agentes neuroprotectores
7. CONCLUSIONES
8. BIBLIOGRAFÍA
1. INTRODUCCIÓN
1. Síntomas relacionados con el propio tumor, como sucede con las metástasis cere-
brales, carcinomatosis meníngea, diversos síndromes paraneoplásicos o las crisis co-
miciales derivadas de la diseminación al sistema nervioso.
Dentro de este último grupo, la toxicidad neurológica inducida por quimioterapia consti-
tuye un problema frecuente en la práctica oncológica cotidiana. Es fundamental para el
correcto diagnóstico de una posible causa iatrogénica descartar las otras causas descri-
tas con anterioridad, así como estar familiarizado con el tratamiento que recibe el pa-
ciente e investigar los posibles acontecimientos adversos y potenciales complicaciones
de los fármacos antineoplásicos los fármacos administrados en cada caso.
Los efectos secundarios neurológicos pueden ser en ocasiones limitantes de dosis y por
tanto repercutir negativamente en la eficacia del tratamiento, así como alterar de manera
importante la calidad de vida de los pacientes.
sible de una manera total o parcial con la retirada del fármaco, pero en algunas ocasiones
esta toxicidad será irreversible. Para evitar estas secuelas será fundamental la detección
precoz de los síntomas y la pronta retirada del agente farmacológico implicado.
Los fármacos quimoterapicos pueden, en algunos casos ser causas potenciales de ictus,
aunque su papel exacto en la patogenia no esté aclarado. Casos de ictus relacionados con
cisplatino y la presentación stroke-like de la encefalopatía por metotrexate han motivado
esta asociación.
En algunos pacientes, los signos y síntomas de neuropatía periférica van a progresar sema-
nas e incluso meses tras la retirada del fármaco. Este empeoramiento fuera de tratamiento
quimioterápico, ha sido bien documentado con agentes como la vincristina y el cisplatino.
Los avances en la terapéutica del cáncer permiten mayores intervalos libres de enfer-
medad, lo que ha incrementado la importancia de la calidad de vida y de las secuelas tar-
días del tratamiento, teniendo la neuropatía periférica, cuando es irreversible, un
importante impacto negativo sobre estos aspectos.
TABLA 3. Principales fármacos que causan con más frecuencia síntomas neurológicos en oncología
TABLA 3. Principales fármacos que causan con más frecuencia síntomas neurológicos en oncología
(Continuación)
Muchos fármacos (ácido glutámico, vitamina E, amifostina, glutation) han sido usa-
dos como tratamiento preventivo de la neuropatía inducida por sales de platino con
resultados contradictorios y series cortas de pacientes. La administración de Vita-
mina E a dosis de 300-600 mg/día ha mostrado en al menos 2 estudios aleatoriza-
dos un efecto protector frente a la polineuropatía periférica inducida por cisplatino.
4.1.2 Ifosfamida
A dosis convencionales es el fármaco más neurotóxico. Aproximadamente el 10%
de los pacientes expuestos presentan encefalopatía con altas dosis de ifosfamida.
El cuadro clínico consiste en disfunción cerebelosa, alucinaciones, parkinsonismo,
delirio y convulsiones. Los síntomas progresan en las primeras 24 horas y puede
evolucionar a coma, siendo muy raramente mortal. Los pacientes con insuficiencia
hepática y renal son los más susceptibles. El tratamiento y la prevención consisten
en administrar tiamina o azul de metileno, aunque la mayoría de los pacientes me-
joran espontáneamente sin tratamiento, por lo que el uso de azul de metileno, des-
crito hace más de 10 años y basado únicamente en series de casos, podría no estar
justificado.
4.1.3 Nitrosoureas
La Carmustina (BCNU), Lomustina (CCNU) y Nimustina (ACNU) son agentes alqui-
lantes que atraviesan barrera hematoencefálica y usados, especialmente en el tra-
tamiento de tumores cerebrales. Estos fármacos presentan poca neurotoxicidad a
sus dosis habituales. Dosis altas de BCNU pueden ocasionar encefalomielopatía y
crisis comiciales. La administración intracarotídea de BCNU produce efectos neu-
rotóxicos y pérdida visual hasta en un 50% de los pacientes. Los estudios de ima-
gen, en pacientes tratados con BCNU intrarterial, muestran hallazgos similares a la
radionecrosis en el territorio prefundido por el BCNU. El uso de Gliadel® (wafers de
BCNU) en el tratamiento del glioblastoma multiforme se asocia complicaciones
como infecciones, problemas de cicatrización y edema cerebral.
4.1.4 Temozolomida
La temozolomida, es un agente empleado especialmente en el tratamiento de tu-
mores cerebrales y melanoma. Presenta poca toxicidad neurológica y, aunque está
asociado a la aparición de cefaleas, muchos síntomas neurológicos que presentan
los pacientes con tumores del SNC están relacionados con la enfermedad y no
deben ser atribuidos, en la mayor parte de los casos, al fármaco.
4.2 Antimetabolitos
4.2.1 Metotrexate
Su toxicidad varía en función de la vía de administración y las dosis empleadas. Así,
La meningitis aséptica es el efecto neurotóxico más común asociado con la ad-
ministración intratecal, ocurriendo aproximadamente en el 10% de los pacientes. La
clínica consiste en cefalea, meningismo, rigidez de nuca y fiebre. La instauración
de estos síntomas ocurre de manera brusca, de 2 a 4 horas después de la admi-
nistración intratecal. El estudio de líquido cefalorraquídeo muestra pleocitosis y pro-
teínas elevadas. Los síntomas son autolimitados y generalmente se resuelven en 72
horas. La premedicación con corticoides puede prevenir este síndrome. El trata-
miento posterior con metotrexate no esta contraindicado.
4.2.2 Citarabina
Produce escasa neurotoxicidad a dosis convencionales. Las altas dosis ocasionan un
síndrome cerebeloso agudo en más del 25% de pacientes. Los síntomas habi-
tuales son disartria, nistagmo y ataxia. La interrupción del tratamiento conlleva una
mejoría lenta, aunque solo en un 30% de los casos se alcanza una recuperación
completa.
4.2.3 5-Fluoruracilo
A dosis convencionales ocasiona escasa neurotoxicidad. Con dosis altas puede pre-
sentarse un síndrome cerebeloso agudo similar al descrito con la administración
de citarabina que, habitualmente, mejora con la suspensión del fármaco.
4.2.4 Capecitabina
Las complicaciones neurológicas relacionadas con la administración de capecita-
bina son raras. Menos de un 10% de los pacientes refieren cefalea, vértigos, in-
somnio o parestesias. Ha sido descrito un cuadro de encefalopatía subaguda que
cursa con confusión, perdida de memoria y cambios en sustancia blanca en los es-
tudios de neuroimagen. Los síntomas normalmente desaparecen en pocos días con
la retirada del fármaco.
4.3.1 Taxanos
La neuropatía periférica constituye el efecto neurológico secundario más frecuente
en este grupo terapéutico. Se presenta neuropatía periférica grado 3 ó 4 hasta en
un 10% de los pacientes tratados con yaxanos, especialmente con paclitaxel.
que comienzan de forma característica entre uno y tres días tras el tratamiento y
duran una media de cinco días.
Otros efectos secundarios son SIADH, encefalopatía, ceguera cortical, atetosis, par-
kinsonismo y crisis comiciales.
4.3.3 Epotilonas
Las epotilonas constituyen una nueva familia de citostáticos con efecto antimicro-
túbulo. Ixabepilona es una epotilona con eficacia especialmente mostrada en el tra-
tamiento de cáncer de mama metastásico. Los efectos adversos de ixabepilona son
similares a los presentados con paclitaxel e incluyen neuropatía periférica hasta en
un 65% de los pacientes, alcanzando grado 3-4 (grave) hasta en un 15% de los pa-
cientes. Se recomienda un descenso del 20% de la dosis en neuropatías grado 2
que duran más de 7 días y en neuropatías grado 3. Neuropatías más graves obligan
a la retirada del fármaco. Como con paclitaxel debemos tener especial cuidado en
pacientes predispuestos a sufrir polineuropatía como diabéticos o ancianos.
4.4 Inmunoterapia
4.4.1 Interferones
Los efectos neurotóxicos más frecuentes del tratamiento con diversos tipos de in-
terferón son cefalea, letargia, encefalopatía y convulsiones. Generalmente se rela-
cionan con dosis altas. Interferón alfa-2b está relacionado con riesgo de patología
neuropsiquiátrica como psicosis, depresión y riesgo autolítico.
4.4.2 Interleucina-2
La toxicidad de interleucina-2 es dosis dependiente. Las complicaciones más fre-
cuentes son neuropsiquiátricas y ocurren hasta en un 30-50% de los pacientes. In-
cluyen alteraciones cognitivas, alucinaciones y depresión. También se han descrito
déficits focales neurológicos, leucoencefalopatía aguda y síndrome del túnel del carpo.
4.5.1 Rituximab
Las complicaciones neurológicas con este anticuerpo son infrecuentes, aunque
están descritas cefaleas, mialgias, vértigos y parestesias.
4.5.2 Trastuzumab
Menos del 15% de las pacientes tratadas con trastuzumab padecen cefaleas, vérti-
gos e insomnio. Las parestesias y la neuropatía periférica son aún más infrecuentes.
4.6.1 Talidomida
La neuropatía periférica es la principal complicación en el uso actual de la talidomida.
Produce una neuropatía crónica sensitiva, siendo las parestesias en miembros inferio-
res su principal manifestación. Su toxicidad es dosis dependiente e irreversible por lo
que cuando aparezcan signos iniciales de neuropatía debe considerarse suspender su
uso. Lenalidomida, un derivado de talidomida, parece ser mucho menos neurotoxica.
4.6.2 Bortezomib
Fármaco inhibidor del proteosoma, usado en el tratamiento del mieloma múltiple.
Esta asociado a neuropatía sensitiva. En un estudio fase 2 de 202 pacientes, 31%
desarrollaron neuropatía periférica, siendo grado 3 en un 12% de los casos.
4.6.3 Tamoxifeno
Tamoxifeno provoca un incremento de episodios vasculares trombóticos, aumen-
tando el riesgo de ictus. A altas dosis puede ocasionar encefalopatía y ataxia.
4.6.4 Antieméticos
Es importante destacar las reacciones distónicas secundarias a antiguos fármacos
antieméticos como metoclopramida. El tratamiento consiste en la retirada del fár-
maco y la administración de anticolinérgicos en la fase aguda (Akineton® 1 amp i.m).
Crisis oculógiras y distonías también han sido comunicadas con ondasetron.
4.6.5 Coticosteroides
La miopatía ocurre en función de dosis diarias y acumuladas. Se pueden presentar
síntomas neuropsiquiátricos como episodios de depresión y de manía, especial-
mente en pacientes susceptibles por tener antecedentes psiquiátricos.
Hay que ser especialmente cuidadosos en enfermos con factores de riesgo de desarro-
llar neuropatías como ancianos, diabéticos o pacientes malnutridos (tabla 6). Así mismo
los pacientes deben estar informados acerca de las manifestaciones clínicas de la neu-
ropatía periférica y las maneras de evitarlas (ej.: evitando la exposición al frío), sus posi-
bles consecuencias en las actividades de la vida diaria y posible irreversibilidad.
Alcoholismo
Diabetes
Enfermedades reumatológicas
Enfermedades tiroideas
Enfermedad inflamatoria intestinal
Antecedente de exposición a metales pesados
Neuropatías hereditarias como Charcot-Marie-Tooth
6.1 Analgésicos
El dolor neuropático clásicamente se ha relacionado con una pobre respuesta a los fár-
macos no opioides. Durante mucho tiempo se ha considerado que el dolor neuropático
era también resistente al tratamiento con opioides. Existen datos recientes que apoyan
que opioides como tramadol y oxicodona tienen efecto analgésico en pacientes con dolor
neuropático. La asociación de oxicodona y gabapentina es superior a gabapentina sola. Del
mismo modo, la asociación de morfina y gabapentina es especialmente útil. Reciente-
mente la pregabalina, sola o en asociación con opioides mayores como la oxicodona se
ha mostrado también eficaz en el tratamiento del dolor neuropático (ver apartado 6.3).
6.2 Antidepresivos
Los antidepresivos han demostrado ser efectivos para proporcionar analgesia en el
dolor neuropático. El fármaco más utilizado es la amitriptilina. Entre los nuevos fárma-
cos antidepresivos destacan los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina
y noradrenalina como venlafaxina que pueden ser tan efectivos como amitriptilina con
una mejor tolerancia.
Amitriptilina. (comp 25 mg, comp 50 mg, comp 75 mg). En el tratamiento del dolor,
se inicia con una dosis de 10-25 mg/24 horas, que se aumenta hasta encontrar el efecto
deseado, por lo general sin sobrepasar los 75 mg/día. La sedación es uno de los prin-
cipales efectos secundarios que puede minimizarse con la administración nocturna.
También pueden aparecre los derivados de su efecto anticolinérgico (retención urina-
ria, sequedad bucal...). Su efecto analgésico se manifiesta a los pocos días de su ad-
ministración.
Venlafaxina (comp 37,5 mg, comp 50 mg, comp 75 mg, retard caps 75 mg, retard
150 mg). La dosis inicial es de 37,5 mg/12 horas, que se aumenta a razón de 37,5 mg
cada 3 días hasta 75-225 mg en tomas divididas.
6.3 Anticonvulsivantes
Los fármacos antiepilépticos son una opción importante en el tratamiento del dolor
neuropático, considerándose actualment primera línea de tratamiento.
Carbamacepina (comp 200 mg, comp 400mg). Dosis inicial 200 mg/ vo por la noche,
que se puede aumentar en las semanas siguientes a 200 mg/12 h, o a 200 mg/8h.
Uso limitado por su perfil de toxicidad.
Gabapentina (caps 300 mg, caps 400 mg, comp recub 600 mg, comp recub 800 mg).
La dosis inicial es de 300 mg, 3 veces al día, que se incrementa 300 mg/día mante-
niendo las 3 tomas diarias; la dosis recomendada es de 1.800-3.600 mg/día. Su elimi-
nación es por vía renal, por lo que precisa ajuste de dosis en la insuficiencia renal.
Posee una excelente tolerancia. Los efectos adversos más comunes son somnolen-
cia, vértigo, ataxia y astenia. Otros posibles efectos son edema periférico, aumento de
peso y molestias gastrointestinales.
Pregabalina (comp 75 mg, comp 150 mg). Tiene un perfil de actividad farmacológica
muy similar al de gabapentina. Su farmacocinética es lineal. El 98% de la dosis se eli-
mina por vía renal. Sus dosis deben reducirse en insuficiencia renal. Las dosis varían
entre 150 mg y 600 mg al día, que se administran en 2 tomas, comenzando las dosis
progresivamente desde 75 mg/día según la tolerancia.
Un efecto protector para las infusiones de calcio con magnesio fue observado en pa-
cientes que recibieron oxaliplatino y gluconato calcico y sulfato de magnesio antes y
después de la infusión de oxaliplatino. Se diseñaron 2 estudios fase III controlados con
placebo para pacientes en tratamiento con oxaliplatino (el ensayo CONCEPT para colon
metástasico y el ensayo N04C7 para tratamiento adyuvante) Un análisis interino del en-
sayo CONCEPT encontró una tasa de respuesta menor en el brazo de los pacientes tra-
tados con calcio y magnesio por lo que el ensayo fue suspendido, así como el
reclutamiento para el ensayo N04C7.
Se disponen de datos iniciales muy prometedores para algunos agentes, como ami-
fostina, xaliproden, glutamina o vitamina E. En global, se requieren ensayos apropiados,
con el número suficiente de pacientes, para confirmar el efecto neuroprotector de la
intervención y para descartar interferencias con el tratamiento antineoplásico.
Existen al menos tres estudios aleatorizados que muestran un efecto protector frente
al desarrollo de polineuropatia por paclitaxel y cisplatino con el uso de Vitamina E, a
dosis de entre 300 y 600 mg/día, por lo que en ausencia de otros agentes activos puede
considerarse una alternativa útil en pacientes de riesgo (tabla 8). Del mismo modo, re-
cientemente se ha mostrado un efecto protector con el uso de Glutamina en la pre-
vención de la neurotoxicidad inducida por oxaliplatino, con dosis de 15 mg cada 12 horas
administrados en los 7 primeros días tras la administración de la quimioterapia (tabla 8).
No hay que olvidar el tratamiento rehabilitador, imprescindible en los pacientes con sín-
tomas motores, la cirugía en caso de neuropatías compresivas, y otros tratamientos
sintomáticos, como ciertas medidas de soporte en caso de neuropatías autonómicas.
7. CONCLUSIONES
8. BIBLIOGRAFÍA
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Capítulo 10
TRATAMIENTO
DE LAS METÁSTASIS
ÓSEAS EN ONCOLOGÍA:
NUEVAS PERSPECTIVAS Y APORTACIONES
DESDE LA BIOLOGIA MOLECULAR
ÍNDICE
1. INTRODUCCIÓN
4. CONCLUSIONES
5. BIBLIOGRAFÍA
1. INTRODUCCIÓN
Las metástasis óseas afectan a muchos pacientes oncológicos con enfermedad avanzada
y con frecuencia producen complicaciones esqueléticas como dolor, fracturas patológicas,
compresión medular ó hipercalcemia etc., que precisan en múltiples ocasiones tratamiento
con radioterapia y con cirugía(4-7) (figura 1). Generalmente, las metástasis óseas acarrean
una morbilidad muy importante produciendo una disminución de la movilidad y con ello de
la autonomía personal y de la función social, todo lo cual afecta la calidad de vida del paciente.
Además, las metástasis óseas influyen negativamente en los tiempos de supervivencia y
por tanto en el incremento de la mortalidad. Como consecuencia de todo lo anterior se pro-
duce un aumento de los costes sanitarios y se percibe la necesidad de instaurar tratamientos
que desde un abordaje multidisciplinar impidan de forma eficaz su aparición y desarrollo.
60
50
40
30
20
10
0
Mama Próstata Mieloma CNMP y otros
• Lipton A, Theriault RL, et al Cancer 2000; 88: 1082-1090 • Berenson JR, Lichtenstein A, et al. J Clin Oncol. 1998; 16: 593-602
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Por otra parte, se ha identificado la Osteoprotegerina (OPG) que es una proteína que
inhibe el desarrollo de los osteoclastos. Es también miembro de la familia de recepto-
res del TNF y funciona como un factor soluble segregado por los osteblastos no an-
clados a la membrana. Actúa como un receptor señuelo que se une al RANKL, lo
neutraliza y ocupa e impide su unión con el RANK. Inhibe la diferenciación, la fusión y
la supervivencia de las células precursoras de osteoclastos, bloquea su activación e in-
duce a su apoptosis (figura 2).
CFU-M
RANKL
RANK Osteoclasto antes
OPG de la fusión
Osteoclasto inactivo
RANK, Receptor activador del factor nuclear Kappa B Adaptado de Boyle WJ et al. Nature 2003; 423: 337-342
CFU-M, Unidad Formadora de colonias-macrófagos
Vemos por tanto que las células de estirpe osteoclástica para diferenciarse y madurar
deben tener contacto directo con los osteoblastos, mediante la unión de un receptor a
su ligando presentes en las respectivas membranas. Cuando hay suficiente OPG en el
medio, esta proteína se unirá al RANKL de los osteoblastos impidiendo su interacción con
el RANK de los precursores osteoclásticos lo que frenara el proceso de resorción ósea.
El balance óseo se altera con la llegada de las células tumorales. Puede producirse
un aumento de la resorción sobre la formación ósea ó un aumento del número de ci-
clos de remodelado óseo y junto a las áreas de resorción habrá otras con un incre-
mento de la formación ósea.
Además de estas intervenciones paliativas en los últimos años se han introducido los
bifosfonatos, tanto para el tratamiento como para la prevención de las complicaciones
óseas secundarias a metástasis óseas y, más recientemente, los anticuerpos mono-
clonales como el Denosumab.
Los efectos clínicos beneficiosos de los bifosfonatos se han evaluado siguiendo crite-
rios de valoración combinados que incluyen datos de todos los episodios clínicamente
relevantes, ya que tanto los efectos del tratamiento como la morbilidad de la enfer-
medad constan de múltiples aspectos, (tabla 2).
TABLA 2.
Entre los objetivos principales del tratamiento de las metástasis óseas está el mante-
nimiento de la Calidad de Vida. La reducción y el retraso de las complicaciones es-
queléticas y la morbilidad asociada a ellas y su repercusión en la calidad de vida son
esenciales. Para ello se insiste en la necesidad de su valoración a través de diferentes
instrumentos(10). Entre ellos se ha utilizado el Spitzer QoL que consiste únicamente en
5 items, actividad, vida diaria, estado de salud, necesidad de soporte y apariencia fí-
sica(11). Otros estudios han utilizado el EORTC QLQ-C30 que consiste en 30 items sub-
divididos en 5 escalas funcionales: función física, funcional, cognitiva, emocional y
social. Sin embargo se considera que ninguna de las dos satisface plenamente los as-
pectos de la calidad de vida relacionados con las complicaciones de las metástasis
óseas tales como movilidad, afectación funcional y los efectos colaterales de la pro-
gresión ósea (fracturas patológicas, hipercalcemia y compresión medular). Existe una
necesidad urgente de desarrollar un instrumento específico(12).
En la paliación del dolor, los bifosfonatos proporcionan una opción adicional a la radio-
terapia, cuya indicación preferente es para el dolor localizado, ya que son útiles en el
dolor óseo generalizado y en las recurrencias del dolor en áreas previamente irradiadas.
Aproximadamente la mitad de los pacientes muestran una mejoría significativa del
dolor y este efecto suele ser independiente de la naturaleza del tumor subyacente y
de la apariencia radiológica de las metástasis.
Al final de los años 90, como resultado de grandes ensayos clínicos randomizados, los
bifosfonatos se convirtieron en el estándar del tratamiento y de la prevención de las
complicaciones relacionadas con las metástasis óseas en los pacientes con cáncer de
mama y mieloma múltiple(13). Posteriormente demostraron beneficios en los pacientes
con metástasis óseas secundarias a otros tumores, incluido el cáncer de próstata
(Saad)(14), cáncer de pulmón (Rosen)(15) y otros tumores sólidos. Este uso profiláctico de
los bifosfonatos en el manejo de las metástasis óseas ha tenido un impacto muy be-
Por otra parte, en estadios iniciales del cáncer no metastásico, los ensayos clínicos
han demostrado que los bifosfonatos previenen la pérdida ósea inducida por los trata-
mientos oncológicos secundarios a la deprivación hormonal (POITC)(16-18) especialmente
si el paciente tiene una densidad mineral baja o presenta factores de riesgo para el
desarrollo de fracturas ante mínimos traumas(19). En este contexto, el acido zoledrónico
administrado cada 6 meses, el ibandronato oral mensual y el risendronato semanal
han demostrado prevenir la perdida ósea asociada al uso de inhibidores de la aroma-
tasa en cáncer de mama en mujeres postmenopáusicas.
Existen también evidencias científicas sobre la utilidad de los bifosfonatos para prevenir
la aparición de metástasis óseas(20-22). Inicialmente se realizaron estudios con Clodro-
nato que no demostraron mejoras en la supervivencia(23). Posteriormente se iniciaron
varios ensayos con zolendronato en comparación con clodronato o ibandronato entre
los que destaca en ensayo AZURE, el NSABP-B-34 y el S0307. Mas recientemente el
ensayo ABCSG-12, prospectivo y aleatorizado, compara el uso preventivo de zolen-
dronato frente a no bifosfonatos adicionales junto a un régimen de hormonoterapia
consistente en tamoxifeno + goserelina ó anastrozol + goserelina en pacientes pre-
menopáusicas que no habían recibido tratamiento con quimioterapia. Los resultados,
presentados en ASCO 2008 muestran una reducción del 36% del riesgo de recurren-
cia tanto locoregional como a distancia, menor tasa de metástasis óseas y no óseas y
menor tasa de recurrencia en la mama contralateral(24).
Los AA no relacionados con sus efectos resortivos incluyen las reacciones de fase
aguda, problemas gastrointestinales, reacciones locales en el lugar de punción y menos
frecuentemente nefrotoxicidad y uveitis. Las reacciones de fase aguda son transitorias,
se caracterizan por la aparición de fiebre y mialgias y se dan en un 15-30% de los pa-
cientes generalmente tras la primera infusión de un bifosfonato nitrogenado. No son
un motivo para suspender su administración y se tratan y previenen bien con analgé-
sicos (paracetamol ó ibuprofeno). La nefrotoxicidad se caracteriza por una elevación de
la concentración sérica de creatinina y una posible necrosis tubular aguda, las cuales
se han observado con mayor frecuencia con tiempos rápidos de infusión. Para su mi-
nimización deben seguirse las recomendaciones de los tiempos de administración y los
pacientes deben tener una hidratación adecuada, (tabla 3).
La atracción de las células neoplásicas por los huesos es debida a las propiedades de
las propias células y a factores del entorno. Esto se explica por la hipótesis del “seed
and soil”(26) (Stephen Pager, 1889) que compara la compatibilidad que debe existir entre
“la semilla y la tierra fértil”(27). Para que se produzcan las metástasis óseas es necesario
que las células neoplásicas queden retenidas en los sinusoides de la médula ósea, mi-
gren y atraviesen la pared vascular y se adhieran a la matriz extracelular de la superfi-
cie ósea del periostio para poder estimular a osteoblastos y osteoclastos.
El receptor del activador del factor nuclear kappa (RANK), su ligando (RANKL) y su re-
ceptor señuelo, la osteoprotegerina (OPG) juegan conjuntamente un papel fundamental
en la osteoclastogénesis. Las alteraciones en el cociente RANKL/OPG son decisivas
en la patogénesis de la pérdida ósea, desde la osteoporosis hasta las metástasis óseas.
Este mecanismo ha favorecido el desarrollo de intervenciones terapéuticas frente a
las alteraciones del metabolismo óseo y sitúa el bloqueo de RANKL en el eje de ac-
tuación como una diana excepcional(28). Esto ha conducido al desarrollo de un nuevo
agente –DENOSUMAB–, anticuerpo monoclonal completamente humano, con una alta
afinidad y especificidad, que produce una inhibición dosis-dependiente de la resorción
ósea, (figura 3).
FIGURA 3. Anticuerpo monoclonal completamente humano contra el ligando RANK (RANKL). IgG2
TABLA 4. Selección de ensayos clinicos con denosumab en metastasis óseas y mieloma múltiple
Estudio multicéntrico, randomizado doble ciego Fase III 1.700 Eventos esqueléticos
con Denosumab comparado con ac. Zoledrónico relacionados
en el tratamiento de las metástasis óseas de
cáncer de próstata hormonorefractario
Estudio multicéntrico, randomizado, doble ciego Fase III 1.400 Eventos esqueléticos
con Denosumab comparado con ac zoledronico relacionados
en el tratamiento de pacientes con cáncer de
mama y metástasis óseas
Estudio doble ciego de Denosumab comparado Fase III 1.700 Eventos esqueléticos
con ácido zoledronico en el tratamiento de las relacionados
metástasis óseas en pacientes con cáncer
avanzado (excluyendo cáncer de mama y de
próstata) ó mieloma múltiple
Estudio multicéntrico fase III, randomizado, doble Fase III 1.400 Tiempo hasta el
ciego, controlado con placebo, con Denosumab primer evento de
para valorar la supervivencia libre de metastasis metastasis óseas ó
óseas en pacientes con cáncer de próstata muerte por cualquier
hormonorefractario causa
Se han realizado ensayos fase II para determinar la dosis ideal y el régimen terapéu-
tico idóneo en osteoporosis con el objetivo puesto en la valoración de la densidad mi-
neral ósea. En cáncer de mama el objetivo de los ensayos fase II fue la disminución de
la excreción urinaria del marcador de resorción ósea N-telopéptido (NTx). Hay otros
ensayos fase II en marcha con el objetivo primario de valorar su efecto sobre la es-
tructura ósea, en mieloma múltiple y en artritis reumatoide(29).
Una cuestión central en los pacientes con metástasis es si la inhibición de la resorción ósea
va a influir en la progresión de la enfermedad en el sentido de prolongar la supervivencia
libre de progresión ósea en pacientes con cáncer de próstata hormonorefractarios que no
tienen metástasis óseas de inicio. Asimismo, si va a ser capaz de reducir los eventos es-
queléticos (fracturas patológicas, radioterapia, cirugía y compresión espinal) en pacientes
con metástasis óseas en cáncer de próstata, mama y otros tumores sólidos.
4. CONCLUSIONES
1. Las metástasis óseas son una fuente importante de morbilidad para los pacientes
oncológicos con enfermedad avanzada. Con frecuencia producen complicaciones
esqueléticas importantes como dolor, fracturas patológicas, compresión medular ó
hipercalcemia etc., que pueden precisar tratamiento con radioterapia ó con cirugía
y la consiguiente hospitalización.
2. Todo esto produce una alteración manifiesta en la calidad de vida de los pacientes
y una privación de sus funciones personales y sociales que hace necesaria una res-
puesta preventiva y terapéutica eficaz desde un abordaje multidisciplinar.
4. De forma tradicional, para el tratamiento de las metástasis óseas se han utilizado es-
trategias paliativas entre las que se incluyen la quimioterapia y la terapia biológica, ra-
dionúclidos, radioterapia y cirugía ortopédica junto a tratamiento analgésico de soporte.
5. En los últimos años hemos dispuesto de los bifosfonatos, tanto para el tratamiento
como para la prevención de las complicaciones óseas secundarias a metástasis óseas.
5. BIBLIOGRAFÍA
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