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LA UNIDAD DEL METODO CIENTIFICO: EXPLICAR Y COMPRENDER Jestis Martinez Velosco 1. Introduccion, Desde los mismos origenes del pensamiento occidental se constata una ineludible preocupacién metodol6gica a la hora de abordar el problema del conocimiento, del saber ¥ de la ciencia, ‘Ya Parménides se cuestioné un problema de demarcacién entre el saber y el no-saber atendienda a planteamientos légicos y ontolégi cos. El saber, la verdad, dependia de les relaciones de conoci- miento entre el ser y el pensar. S6lo del ser se puede decir y pen- sar porque es. Este es, pues, el camino @ seguir, el camino sefa- lado. Pero, quizés, en la 6poca moderna, es cuando el problema del método se convierte en central, hasta el punto de que en Descar- tes y en Kant, como afirma Rébade, es algo indiscutible y primario como condicién incluso de un pensamiento correcto y verdadero’. Foie Descai les, on efecto, el método consiste "en reglas ciertas Faciles cuya exacta observencia permite que nadie tome nunca como verdadero nada falso y que, sin gastar indtilmente. ningtn es- fuerzo de inteligencia llegue, mediante un acrecentamiento gradual y continuo de ciencia, al verdadero conocimiento de todo lo que ‘sea capaz de conocer! Kant, on el prélogo a la 28 edicién do lo Critica de la raz6n pura, hablando de la metafisica dira que, siendo la més vieja de las ciencias no ha encontrado todavia el método adecuado que le conduzca a tal fin’, La exigencia del mé- todo es imperiosa: es mejor no investigar la verdad que hacerlo sin TRibade, S, Méiodo y pensamiento en la modernidad. Madrid, Narcea Edi- ciones, 1981. pigs. 15-16. 2 Deseartes, R. Regulae ad directionem ingenii, Texto de V'édition Adam et Tannery, 4e dition. rie philosophique J. Vrin, 1965. pag. 46. 3 Kant, 1. Critica de 1a razon pura. ‘rad. ce ¥. Kibas.’ Madrid, Eciciones ‘Alfaguara, 1978. Pig. 19. Contexios VIII/15-16, 1990 (pp. 43-76) ory Jesis Martinez Velasco método, diré Descartes. Sin embargo, como el propio Rabade reco- noce, contrasta en la modernidad la importancia que se da a la necesidad del método con el poco espacio que se dedica a su expo- sicién*. Pero el margen de entrar en mas precisiones sobre el sen- tido y'el significado del método en la modernidad, dado que no es éste tuestro propGsito, sf es Conveniente recelcar que en la actua- lidad somos deudores de dos importantes tradiciones metodolégicas la aristotélica y la galileana o causal, cada una de las cuales de- fine o maneja un concepto de ciencia diferente. Sin embargo, esta distinci6n se ha erigido en dicotomia separéndose la_explicacién teleol6gica 0 intencional entendida como metafisica 0 finaliste, de la explicacién mecanicista 0 funcional. Se establece, pues,” un abismo entre motivos y razones, por un lado, y causas por otro. La visi6n finalista de la fisica aristotélica queda sustituida por una vi sién mecanicista de la ciencia moderna, cuyos requisitos principales son Ia formulacién de leyes que vinculen los fenémenos numérica mente, En el s. XIX, la aparicién de las ciencias sociales y huma- ‘nas plantea un problema similar al que se planted a comienzos de Ja modernidad con Ja aparicién de las ciencias naturales, es decir, se infcié un estudio sistemético del hombre tanto en su’ dimension Individual como social. La psicologia, 1a sociologia, 1a economis, le historia, infciaron un proceso de reconstrucci6n cientifica siguiendo inicialmente el modelo fisico-matemstico, ya que la cientificidad no de estas ciencias venfa determinado, a su vez, por la aplicacion © no del modelo o canon de las ciencias naturales exactas, de acuerdo con el ideal poritivieta del eabor. Sin embargo, da forma paralela se fue abriendo paso una nueva forma de afrontar el co- nocimiento de la realidad humana al margen de Ia filosofia positi- vista comtiana, cuya pretension era, en Gltima instancia, estudiar también l hombre desde los planteamientos monistas del método clentifico, tal como operaba on Ise ciencias naturales, al margen de la diversidad de objetos. Esta nueva forma o corriente es le hermenéutica, cuya caracteristica es la actitud antipositivista, el Techazo del monismo metodoldgico modélico fisico-matematico, de la raz6n instrumental y del afén predictivo y causalista. Se inicia, pues, una diferonciacién ontro 'explicar! (arkléren) y 'comprondar! (verstehen), convirtiéndose éste en el método de las ciencias huma- nas. Con ello, el modelo causaliste-explicativo es puesto en tela de juicio, no porque carezca de valor, sino porque tal vez aya que hhacerio compatible con otros modos de proceder que, como la camprensién, na tienen como finalidad prioritaria la formulacién de leyes, sino el conferir sentido a algo. Cuando més adelante abor- demos el tema, observaremos cémo las posiciones varian de unos TRitade, Soe. pigs. 70-71. { La unidad de! método cientifico as autores a otros, oscilando entre los que admiten una teorfa unifi- cada del método, como Popper, hasta quienes ven la necesidad de na complementériedad, como ‘ocurre con la veorfa critica de le Escuela de Frankfurt, pasando por quienes admiten la especificidad de las clencias sociales y humanas en funcion de la singularidad de Sus objetos, que hace, como dice Dilthey, que el investigador y la Tealidad Investigada pertenezcan al mismo universo histérico y de os fendmenos mismos que son irrepetibles. Esta unidad sujeto-ob- jeto permitirfa Ia comprensién, como sefialan Mardones y UrsGa®, desde dentro de los fenémenos histéricos, sociales y humanos. ‘Quede ast planteado el problema sobre el que mas tarde volve- remos y detengémonos ahora a hacer algunas precisiones acerca de io que es considerado como el canon del método cientifico. 2, Caracteres del método cientifico Los que admiten la ciencia como la mejor forma de progreso del saber, progreso continuo y racional, o por lo menos racionalmente reconstruible, es porque estén convencidos de que la ciencia pose un método de control y de comprobacién que permite establecer tuna I6gica en la investigacin, al margen de cualquier decisionismo personal o de sentimiento subjetivo que jamés, como dirfa Popper, Podrfan juctificar un enunclade cientifice por muy fuerte que fuera ese sentimiento 0 esa convicciOn®. Desde el punto de vista episte- mol6gico careceria de importancia, aunque psicolégicamente fuera muy vélido, Pero la ciencia no se construye sobre la psicologia o sociologia, sino en base a la ldgica de la investigacién, es decir, de acuerdo con unas normas que orientan y justifican el descubri- miento cientifico. Como dicen Cohen y Nagel, la ciencia no se contenta con Ie certidumbre psicoldgica, porque ello no es gerantia de su verdad. La ciencia busca fundamentos légicos apropiado para sus proposiciones’. En el otro extremo estarian aquellos que, como Kuhn, Lakatos, Polanyi, Hanson, la epistemologia genética, insisten sobre todo en la psicologia, sociologia e historia del descubrimiento ms que en la logica de la investigacion, a la hora de abordar el estudio de la ciencia y, sobre todo, Feyerabend, quien, al defender el anarquismo epistemol6gico a raiz del principio "todo vale", ha rechazado de plano la existencia de un método cientifico universal 5 Mardones, IM. y Ursa, N. Filosofia de fas ciencias humanas y sociales. Barcelona, Fontamara, 1982. pig. 23. 6 Popper, K.R. La légica de Ia investigacion cientifica. Trad. de Victor Sin- chez de Zavala. + Tecavs, 1900. pig. 45. 7 Cohen, M. y Nagel, E. Introduccién a la légica y al método cientifico. t. 1 ‘Trad. de Néstor Miguez. Buenos Aires, Amorrortu, 1971. pig. 235.

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