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EL AZUFRE ROJO. 95 JUNG Y EL ISLAM: CONTRIBUCIONES A LA DIVERSIDAD RELIGIOSA Marcos Fleury de Oliveira Puede que muchos de los que hayan escuchado el llamado a la oracién (adan) se hayan, conmovido o asombrado o, al menos, hayan sentido algo diferente, exraia,exraner. Antes de nada, debemos alerar que el edae no ve consblerapropiamente ua mise, sno una Hamada que te realiza cinco veces al din en todo el mando reasulmtn para recordar y ongregar a oe files ala oraclén, Mi intenci6n aqul ex precisimente evocar un poco de esta exraiece a cal forma parte de ua sencimiento muy intenso que Jung describis en su primer contacto con los pueblos musuimanes del nore de Aftic, hace ahora casi un Siglo, Esa ext, ain hoy, constinsye an sentimiento que “occidene” snte en relacén 2 “oriente” y también es un sentimiento que parte de “occidente” siente con respecto 4 los musulmanes y al Islam, Independientemente de que seamos creyentes 0 ateo, Ia sumnprensién que tenemos de Dios dea eign o deaf tenn powo considerable en nuestra manera de observar muchos de los conflictos actuales. Para trabajar esta cuestién y proporcionar algunos elementos importantes que permitan, superar esta disociacién historia con el “otro”, el exrazo, ol exranjer (concreto y simbélic vvoy a utilizar algunas ideas del psicélogo suizo Carl Gustav Jung y del mistico andalust Ibn. “Arabi. Trataré de mostrar como ideas y autores aparentemente dispares pueden dialogar ‘entre si y ofrecernos nuevas perspectivas para la rellexién contempordnea, Comencemos ‘con Freud y Jung, Esta sensacién de extrafieza constituye la materia prima alquimica de cualquier psicoanalista ‘en su rutina daria, escuchando a sus pacientes, al igual que hacian Freud y Jung. Cuando Freud escuchaba a sus pacientes, intentaba descubrir qué hacer y cémo comprender aquelas exiraias Fantasias y comportamientos suscitados, por ejemplo, por la histeria, Freud dio a esta exbateza, que también podriamos lamar altridad, el nombre de inconsciente, Jung vivia en el hospital psiquidtsico de Burgholaly de Suiza, donde escuchaba a los pacientes ‘esquizofrénicos a diario y sus extrafias historias, fantasfas y comportamientos, Jung llamé a sta exaleza o alteridad inconsciente colective. Este podria ser un breve resumen de la larga historia de estos conceptos, ‘Los griegos y tas ellos los romanos tenian también una palabra para referitse a esta capacidad especial de “escuchar”, una capacidad peculiar para considerar el mundo y la naturaleza en aquello que parecia extrafio ¢intrigante, su extraficza y alteridad, de manera ‘especial. A esa capacidad tinica de percepcién la llamaron “admiracién”. Admirar algo, en ELAZUFRE ROJO este sentido, es ad-mirare, mirar 0 ver desde una cierta distancia, Siempre que esto ocurria, causaba asombro, provocaba un cierto afecto, y fie esa forma diferente de ver y observar Jo que permitié a los griegos establecer nuevos y sorprendentes puntos de vista del mundo que les rodeaba. Asi nacié la filosoa Esa capacidad de admiracién se refiere a algo que los nifios y artistas conocen bien y es la condicién sine qua non para hacer aflorar esta extaeza y la allerdad del mundo en el campo de la consciencia. Si perdemos esta capacidad de admirar lo otro, su alteridad y extrafieza, entonces las puertas al mundo simbélico se cerraran para nosotros. Es necesario penetrar al mismo tiempo que mantenemos cierta distancia para hacer espacio al simbolo, para recibirlo y dialogar con él Recordemos aqui la figura de Henry Corbin, uno de los orientalistas franceses mas reconocidos del siglo XX, erudito del mundo islimico y tal ver més conocido entre los junguianos por serel autor que transmitié los principios bisicos dela Psicologia Arquetipiea de James Hillman a la escuela junguiana, Henry Corbin solia enfatizar que nosotros no sélo “simbolizamos” sino que “simbolizamos con”. Dejémoslo claro: no se simboliza sobre, ni en torno aj se “simboliza con" y entonces, logicamente, debemos aiiadir que se simboliza con el “otro”. Si tenemos en cuenta la definicién de simbolo de Jung, veremos que nunca se puede definir o explicar por completo un simbolo, En cierto modo permanecerd siempre abierto, inagotable cirreductible a una tinica interpretacién, Simbolizar con el otro significa considerar la dimensién inconsciente a la que el simbolo apunta, En otras palabras, esto significa que todo simbolo esta necesariamente repleto de allidad y de extra. Trabajar con simbolos implica hablay, dialogar CON el “otro” y abrirse al “otro”, ‘Veamos entonces emo Jung simboliza con el mundo musulmén y cusles eran sus vincu Jos con el mundo islémico, En un principio, esta conexién puede sonar un poco extrafa, incluso para algunos psicoanalistas, pero atin asi, hay puntos interesantes que vale la pena destacar. A medida que me aclentraba en este tema, fui percibiendo que el mundo islimico no estaba tan lejos del mundo de Jung. En realidad estaban bastante cerca, podemos decir que casi anto como un astanto far sr Pablo Aquiles Jung, su padre, se gradué en lenguas orientales y eseribié su tabajo fi del Cantar de los Cantares. Esto significa que su padre conocia la lengua érabe razonable- ‘mente bien, pues de lo contrario munca hubiera podido terminar ese trabajo, Y aunque no podemos determinar hasta qué punto este hecho puede haber infiuido en la formacién de ©, G. Jung, no deja de ser una buena sorpresa. | precisamente sobre la version drabe del texto biblico ‘Ouo punto a destacar vino de Sonu Shamdasani, historiador y consejero de los herederos de la familia Jung. Le mandé un corzea preguntandole qué més sabia sobre el interés de Jung por el Islam, y me respondié que lo tinico que sabia era que Jung ley6 el Caran en ELAZUFRE ROJO. 7 1914, Esto me resulté algo sorprendente y a la ver con mucho seatide, ya que probable- ‘mente Jung sacara exe ejemplar del Cordn de la biblioteca de su padre. Mis tarde, en 1920, Jung viaj6 al norte de Aftica con amigos. De este viaje quedan algunos fragmentos que fueron reatados en ma libro pbstuima, Memories, sis, fons. Merece la pena detencrscen ete pasaje, ya que Jung consider exta experiencia commo una de lax ms imensas que tuvo. Se refiere alas eyperiencias vvidas al establecer contacto con las cultu- ras musulmanas del norte de Afiica. in sus Memoria, Jung nos cuenta que de ese contacto con tna cultara completamente diferente, él esperaba poder comprender mejor cémo era y cémo fancionaba la psique europea. Sobre todo, vio conexiones inesperadas entre la Europa y la Attica musulmana, y revelé que en esta conitnlo Europa-AMiea se pueden reconocer importantes aspects del inconsciente colectivo, Podemos peribir con faildad el impacto paguico que esta experiencia pudo tener en la vida de Jung si prestamosatencin al sigiicavo sue que two durante su dima noche en Affica. Se encontraba en una pequeia fortaleza hichando con un hombre drabe y cas ruer, En la segunda parte de suefo, 6] obliga al hombre a ler un texto de un libro ung, ©. G, 1978, pp 215-216, Estos pasajes nos muestran la clara disposicién de Jang para simbolizar con esta alteridad, representada aqui por los musulmanes, con las extraezas (para la mentalidad de la época} de aquellas lenguas y habitos diferentes, simbolizando por tanto con su propio inconsciente, con su Oriente, Esto es algo que deberiamos aprender. Si queremos llegar a comprender Io {que ocurte en el mundo musulman y los conflictos violentos que aparecen continuamen= le en los medios de comunicacién, necesitamos urgentemente hacer algo para encontrar nuestro propio Oriente, Los “oceidentales” estamos muy necesitados de orimlacidn psiqui- ‘ca, en el sentido junguiano de la palabra. Jung volvie a Africa en 1925, En los aios 80, Olga Broche-Kapteyn comenz a onganaar en Ascona, Suiza, una serie de reuniones que se convrtieron en ls famnosoa Enewentros de Eranos, En estos encuentros, ung y sus compatieros uvieron la ocasién de presentar los twabajos que estban realizando y de discutslos con una select audiencia, Los Encuentios de Kranos estaban dedicadosprincipalmente a religin,espiritualida, prcologia y demas coestiones rlativas al hombre moderne, Muchos de los eruditos que frecuentaban estos Encuentros se dedicaban al estudio del mundo is ‘oy de la mistica iskimica en particular, De ellos, destacaria al menos dos nombres: Louis Massiguon y Henty Corbin. En 1930, Massignon present6 su trabajo Re- surrection on Mohammedan World, y en ese mismo encuentro Jung presents su On Rebith, en <1 que analiza un capitulo entero del Goran, En cuanto a Henry Cobin, presenté muchas

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