En el grotesco la deformación viene acompañada de una mezcla: de géneros
(tragicómico), de elementos vegetales y animales, de situaciones realistas e
imaginarias… La mezcla de elementos es lo que provoca la deformación. El grotesco teatral muestra situaciones en las que la risa es provocada por la desgracia del personaje. En este sentido la mezcla se produce mediante una situación trágica que provoca la risa del espectador, una diversión amarga. Conlleva reflexión, crítica y exposición de situaciones sociales injustas. En algunos casos, incluso, el final de la obra suele ser triste para el personaje, pero la presentación ridícula de éste inspira la sonrisa del espectador.
Luigi Pirandello, Ramón Mª del Valle-Inclán (con sus esperpentos) o Armando
Discépolo son ejemplos diferentes de cómo presentar el grotesco. El italiano utilizó el grotesco para crear situaciones absurdas que conllevan una profunda reflexión moral del público. Valle -Inclán utilizó sus esperpentos para criticar situaciones de la vida cotidiana y política de su tiempo. El argentino Armando Discépolo, representante del grotesco criollo, utilizó esta técnica para mostrar la vida de los inmigrantes que fracasaron en su intento de hacer las Américas.