Professional Documents
Culture Documents
Los Juegos Reducidos (JR), también llamados Small Sided Games (SSG), son cada vez más frecuentes en los
entrenamientos de los deportes de equipo, especialmente en el fútbol (12). Será interesante, por tanto, saber
qué demandas fisiológicas, físicas y técnicas exigen al jugador este tipo de ejercicios, ya que varían en
función de las dimensiones del espacio, número de jugadores, reglas, etc. De esta forma, podremos adaptar los
Juegos reducidos al aspecto técnico y condicional que queramos trabajar.
Casamichana y Castellano (2014) realizaron una propuesta sobre qué capacidad condicional se trabaja más en
función de estas variables:
De forma más específica, en un estudio realizado por Romero et al. (2012), se obtuvieron valores diferentes
en un 4vs4 y un 7vs7 en unas mismas dimensiones (40×25 metros):
Se recorrió más distancia en el 4vs4.
Valores más altos de velocidad máxima en el 7vs7.
En el 4vs4, la frecuencia cardíaca se sitúa por encima del 85%.
En el 7vs7, la frecuencia cardíaca se encuentra entre el 65 y el 85%.
En el llevado a cabo por Owen et al. (2014), en el que se comparó SSG (4vs4) con MSG (5vs5 – 8vs8) y LSG
(9vs9 – 11vs11), se llegó a las siguientes conclusiones:
En los SSG se da una mayor velocidad de juego y se producen más pases, controles, regates y
golpeos que en MSG y LSG.
En los LSG se dio mayor número de esfuerzos y sprints a alta intensidad, además de distancias de
sprint mucho mayores.
En los MSG se producen más pases y golpeos que en LSG.
Por último, en otro estudio de Owen et al. (2004) en el que estudiaron los efectos fisiológicos y técnicos de
modificar el número de jugadores y dimensiones de los Juegos Reducidos, obtuvieron los siguientes
resultados:
Casamichana et al. (2011) estudiaron las demandas fisiológicas de los Juegos Reducidos en función de la
orientación del espacio. Presentaron tres situaciones: un JR donde el objetivo era sólo mantener la posesión
del balón, y dos Juegos Reducidos donde había que introducir el balón en porterías (uno en porterías
pequeñas sin porteros y otro en porterías reglamentarias con porteros).
Figura 3. Representación gráfica de los Juegos Reducidos en función de la orientación del espacio. JRM:
mantener la posesión; JRpp: meter gol en porterías pequeñas; JRP: meter gol en porterías grandes (1).
Se obtuvo como resultado que la orientación del espacio influye en la intensidad del juego, ya que se dieron
valores de frecuencia cardíaca media mayores en JRM y JRpp que en JRP. Coincide con Mallo y
Navarro (2008), pues afirman que la presencia de porteros provoca una distancia recorrida y una frecuencia
cardíaca menor. Además, las demandas fisiológicas fueron diferentes en jugadores que ocupaban distintas
demarcaciones.
En un reciente estudio realizado también por Casamichana et al. (2015), se analizó si el tipo de marca
influye en las demandas fisiológicas de los Juegos Reducidos. Se dio como resultado que son mayores si el
tipo de marca es al hombre en lugar de en zona.
La inclusión de comodines, una de las variables más utilizadas en los Juegos Reducidos , provoca una
menor distancia recorrida, menor intensidad y velocidad en los desplazamientos del equipo que tiene la
posesión del balón (9).
Otra variable muy común es la limitación de toques que los jugadores pueden hacer. A través del estudio de
Dellal et al. (2011) en el que se analizó esta norma en JR de 4vs4, sabemos que jugar a un toque es la forma
de obtener demandas físicas mayores (mayores distancias recorridas y mayores acciones a alta intensidad).
Sin embargo, presentan mayor dificultad para realizar correctamente las acciones técnicas. Por otro lado, el
“toque libre” es la mejor opción para que la técnica se ejecute correctamente y concluyen que la norma de “2
toques” es la mejor forma de solicitar simultáneamente acciones a alta intensidad y hacer frente a situaciones
técnicas similares a las encontradas durante un partido.
Owen et al. (2012) realizaron un plan de entrenamiento con Juegos Reducidos de cuatro semanas. Los
resultados fueron muy positivos, ya que obtuvieron mejoras signiticativas en RSA, en el tiempo de sprint total
y en el consumo máximo de oxígeno y frecuencia cardíaca a diferentes velocidades de carrera.
Por otra parte, Mena et al. (2014) concluyen que las demandas que exigen los partidos no son las mismas que
las que se dan en los Juegos Reducidos y, por consiguiente, pueden ser adecuados en una parte del
entrenamiento pero deben complementarse con ejercicios más individualizados por posición.
Conclusiones sobre los juegos reducidos
Para incidir en la resistencia: pocos jugadores por equipo y espacios amplios (2, 3, 9, 11, 13),
Para incidir en la fuerza: pocos jugadores por equipo en espacios pequeños (2).
Para incidir en la velocidad: muchos jugadores por equipo en espacios amplios (2, 3, 9, 11, 13).
A menor número de jugadores y espacios más reducidos, mayor número de acciones técnicas (9, 11).
La presencia de porteros en los Juegos Reducidos produce distancias y frecuencia cardíaca menores
(1, 7).
Si el tipo de marca es al hombre en lugar de en zona, la frecuencia cardíaca será mayor (3).
La presencia de comodines en los Juegos Reducidos provoca menores demandas físicas para el
equipo que tiene la posesión del balón (9).
A menor número de toques por jugador, mayores demandas físicas, pero también menor precisión en
las acciones técnicas (5).
Una buena planificación de los Juegos Reducidos produce mejoras físicas y fisiológicas
significativas (6, 10) pero no tienen las mismas demandas que exigen los partidos, por lo que es
necesario complementarlos con ejercicios individualizados por posición (8)