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CAPÍTULO VII
EFICACIA PROCESAL
60. Transacción judicial y transacción extrajudicial. 61. La homologación
de la transacción.- 62. Distinción entre el valor de la transacción y el
valor de la homologación.- 63. La homologación de la transacción en sede
de jurisdicción voluntaria.- 64. La tramitación de la homologación.
60. TRANSACCIÓN JUDICIAL Y TRANSACCIÓN EXTRAJUDICIAL
Por ser la transacción un contrato, para su perfeccionamiento no se requiere la
intervención de un juez. Ella puede ser elaborada por las partes y preconstituir su
prueba en un documento privado o público. Se habla entonces de transacción extra
judicial. No hay que olvidar que la transacción es un contrato consensual y, como
tal, que su validez no está supeditada a ningún requisito formal (supra N° 26).
La transacción se califica de judicial cuando se la celebra en el curso del mismo
litigio a que ella pone fin. En este caso la transacción resulta asociada a la
intervención del Juez, pero esa intervención puede ser puramente pasiva o bien el
Juez puede haber realizado una labor de mediación. En este último caso, nuestro
Código de Procedimiento Civil emplea el término "conciliación". Mientras que
transacción es el resultado de la sola voluntad negocial de las partes, que realiza la
composición del litigio a través de recíprocas concesiones, sin la intervención de
tercero alguno, la conciliación puede consistir tanto en una transacción, si
concurren los extremos de la misma, como en el reconocimiento de unilateral de la
pretensión ajena o en la renuncia de la propia pretensión.
El artículo 258 de la Constitución de 1999 dice: "La ley promoverá el arbitraje,
la conciliación, la mediación y cualesquiera otros medios alternativos para la
solución de conflictos". Con la expresión "medios alternativos" se ha querido aludir
a las otras vías diferentes de la resolución de la controversia por la jurisdicción
ordinaria, o sea, por los jueces. Pero la referencia a la conciliación alude a la
transacción. En cambio, conciliación y mediación se diferencian por el papel que
juega en cada caso la intervención del tercero. El mediador organiza el debate entre
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las partes, las reúne, propone soluciones, etc.; el conciliador toma un papel más
activo, pero en ambos casos, en definitiva, la solución de la controversia es obra de
las partes (Cfr. art. 261 CPC). Cuando el CPC se refiere a la conciliación judicial no
sólo alude a que el juez excitará a las partes a llegar al acuerdo transaccional, sino
que en su artículo 257 agrega: "exponiéndole las razones de conveniencia".
La conciliación a que se refieren los artículos 257 a 262 del C.P.C. es sólo una
especie de transacción judicial, caracterizada por el papel activo que despliega el
juez en este caso. En efecto, la conciliación indica una actividad y un resultado. En
el contexto del CPC alude a un logro de las partes, primero contrastantes y después
conciliadas. La actividad es desarrollada en este caso por un tercero (el juez). El
resultado es obra de las propias partes. Pero para calificar tal resultado como una
transacción, el mismo debe llenar los extremos que caracterizan a tal contrato
según el Código Civil275.
La transacción extrajudicial y la judicial sustancialmente tienen la misma
estructura y cumplen la misma función. Su eficacia sustantiva descansa en la
autonomía de la voluntad que permite a los transigentes componer el litigio
(pendiente o potencial) mediante esa especie particular de contrato bilateral que
llamamos transacción.
Al respecto escribe Valsecchi276 "La única distinción que puede hacerse es de
naturaleza formal y se proyecta en una diversidad de efectos procesales. Sea que se
estipule ministerio iudicis o no, el negocio que las partes celebran aliquid dando,
aliquid retinendo es siempre una transacción; en el primer caso se contienen en un
acta de conciliación a la cual la ley le atribuye eficacia de título ejecutivo. Se trata
sin embargo de un especial título ejecutivo que no pierde su naturaleza negocial
por haber sido redactado con la intervención del juez y del canciller, porque puede
calificarse de judicial sólo quodformam".
El artículo 256 C.P.C. contiene dos proposiciones: la primera dice "Las partes
pueden terminar el proceso pendiente, mediante la transacción celebrada conforme
275
"Mientras la transacción tiene siempre el contenido de composición de la controversia sustancial y, cuando más de
disposición de singulares potestades procesales de las partes -escribe- Lancelloti, Franco; voz "Conciliazione delle parti",
en Enciclopedia del Diritto, Vol. VIII, p. 398 - una especie de conciliación, la más importante tiene también un efecto
directamente procesal en relación con la clausura del procedimiento contencioso".
El Código de Procedimiento Civil en su artículo 194 habla de la "reconciliación" de los cónyuges como causa extintiva de
la demanda de divorcio o de separación de cuerpos y ese mismo Código se refiere a la "conciliación" en el artículo 388 y
en el articulo 800, y a la "reconciliación" en sus artículos 756 y 757 en materia de divorcio y de separación de cuerpos.
Los Centros de Arbitraje constituídos en el país con apoyo en la Ley de Arbitraje Comercial de 1998, suelen incluir
también entre sus objetivos reglas de conciliación. La conciliación está prevista tambíén en la Ley para la Justicia de Paz,
en la Ley Orgánica del Trabajo y en la Ley de Protección al Consumidor y al Usuario (art. 157).
276
Emilio Valsecchi, Il guiuco e la sommesa – La transazione, en el TRatato de Diritto Civile e Comerciale de Cicu y
Messineo, Giufré Editore, Milano, 1954, Nº 68, pp. 298-299
3
277
Sin que me atreva a afirmar10 con plena certeza nuestra conciliación evoca lo que los franceses han llamado
unjugement d'expedient.
La expresión contrato judicial -escriben Malaurie y Aynes, N° 1110, p. 548- designa varias situa ciones en las cuales las
partes concluyen en el curso de la instancia un acuerdo referente al litigio que ellas piden al juez que constate o consagre
en la sentencia: conciliación, sentencia según los datos de las partes (jugements de donné-acté), sentencia sujeta al
expediente (jugement d'expedient ... ) ¿Se trata de una simple transacción convencional o de un juicio? La cuestión
presenta múltiples intereses: el carácter auténtico, la fuerza ejecutoria, la hipoteca judicial estarían vinculados a una
sentencia; éstas no pueden ser cuestionadas sino por la via de recursos, mientras que las acciones de nulidad pueden ser
ejercidas contra un contrato - la respuesta depende en principio de la mayor o menor participación del juez en tal
acuerdo judicial. Si él se limita a constatar el acuerdo de las partes, como cuando él levanta un acta de conciliación (art.
131 N.e.p.e.), el acto conserva su naturaleza contractual; la constatación por el juez le confiere tan sólo un carácter
auténtico. Al contrario, si el juez ejerce su función jurisdiccional y emite una sentencia motivada que no se limita a
refugiarse detrás del acuerdo de las partes, sino que integra éste a su propia apreciación, se trata de una sentencia
conforme al expediente (jugement d'expedient) dotada de los atributos ordinarios dc toda sentencia. Ella se opone a la
sentencia según los datos dados (jugement de donné-acte), simplc constatación de la autenticidad de un hecho: el
acuerdo de las partes". Cji-. Aubry y Rau, § 419. p. 244 y Boillot, W 473 (p. 257) y N° 543 (p. 292).
4
278
Valsecchi, N° 69, 299.
279
Francesco Santoro Pasarelli, La Transazione, 2ª ed., Casa Editrice Dott Eugenio Jovene, Napoli, 1963, N° 80, p. 253,
escribe: "La homologación judicial de la transacción puede considerarse una condicio iuris", cita al respecto a Falzea, "La
condizione o gli elementi dell'atto giuridico", Milano, Giuffré, 1941, p. 1385 y ss. Luego, bajo el N° 82, p. 257 y ss.
280
Idem, Nº 82, pp. 257-258.
5
284
Enrico Del Prato, voz Transazione (dir. Priv), en Eciclopedia del Diritto, Vol. XLIV, pp. 813-867, Nº 15, p. 836.
285
El art. 1356 C.C. italiano vigente dice: "Pendiente la condición suspensiva el adquirente de un derecho puede cumplir
actos conservatorios. El adquirente de un derecho bajo condición resolutoria mientras esté pendiente ésta puede
ejercitado, pero el otro contrayente puede cumplir actos conservatorios". Nuestro artículo 1210 C.C. dice: "El acreedor
puede, antes del cumplimiento de la condición, ejecutar todos los actos que tienden a conservar sus derechos".
7
286
Santoro Passarelli, Nº 23, p. 261.
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homologación, ese concreto auto de homologación debe tener los caracteres de una
sentencia definitivamente firme. En mi opinión sólo en este concreto supuesto
podría invocarse la irrevocabilidad de tal auto de homologación por aplicación al
mismo de los artículos 272 CPC ("Ningún juez podrá volver a decidir la controversia
ya decidida por una sentencia, a menos que haya recurso contra ella o que la ley
expresamente lo permita" y 273 CPC ("La sentencia definitivamente firme es ley de
las partes en los límites de la controversia decidida y es vinculante en todo proceso
futuro") Contra tal auto de homologación sólo quedaría abierto un recurso de inva-
lidación (artículo 327 C.P.C.).
Pero tal auto de homologación, por lo mismo que se le ha asimilado a una
sentencia, no podría hacer cosa juzgada sino dentro de los mismos estrictos límites
del ordinal 3° del artículo 1395 del Código Civil. Sólo así resultaría invocable el
principio non bis in idem. 63. LA HOMOLOGACIÓN DE LA TRANSACCIÓN EN
SEDE DE JURISDICCIÓN VOLUNTARIA
La posibilidad que ofrece nuestro vigente Código de Procedimiento Civil de que
cualquiera de las partes intervinientes en una transacción extrajudicial acuda al
procedimiento de jurisdicción voluntaria (artículos 895 y sigts.) para lograr la
homologación de la transacción extrajudicial celebrada por ellas, cosa
particularmente frecuente en aquella transacción que tenga como fin "precaver un
litigo eventual", nos plantea la pregunta acerca de cuál sería la eficacia de una
homologación obtenida por esta vía con la que luego se pretendiera ponerle fin a un
procedimiento contencioso. El artículo 898 C.P.C. dice: "Las determinaciones del
Juez en materia de jurisdicción voluntaria no causan cosa juzgada, pero establecen
una presunción desvirtuable. Se presumen de buena fe, hasta prueba en contrario,
los terceros adquirentes de derecho que hayan sido objeto de la declaración
judicial"287.
Vista la redacción de los artículos 11 y 256 C.P.C., nos parece que esta forma de
homologación no sería eficaz para ser hecha valer en un procedimiento
contencioso, en donde al juez de la causa le corresponde la potestad de controlar
tanto la forma como el fondo de esa anterior homologación pronunciada en vía de
287
Se presenta la siguiente alternativa: a) que ambas partes concurran en este proceso de jurisdicción voluntaria y
presten su consenso a tal homologación, y b) que citada una de ellas por la iniciativa particular del otro, el citado rehuse
tal consenso y deba seguirse el integro procedimiento, concluido el cual el juez decrete la homologación. En este último
caso, el articulo 896 C.P.C. prevé la posibilidad de apelación y, dado que no ha sido establecido ningún lapso especial,
habrá que concluir que conforme a lo que dispone el artículo 298 C.P.C. tal apelación debe formularse en los cinco días
de despacho siguientes. El juez ante el cual se haya solicitado la homologación podrá también sobre seer el procedimiento
de jurisdicción voluntaria sin llegar a acordar la homologación que se le ha solicitado, tal como lo prevé el artículo 901
C.P.C.
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jurisdicción voluntaria, pues de la letra del artículo 898 C.P.C. se desprende que
ella no causa cosa juzgada, sino tan sólo una presunción desvirtuable; por lo que la
parte que rehúse su reconocimiento (con independencia de si ella hubiera apelado
infructuosamente en ejercicio de la previsión del artículo 896 C.P.C.) debe
entenderse legitimada para hacer valer ante el juez de lo contencioso todos los
argumentos dirigidos a impugnar la transacción que se pretende ya homologada.
En efecto, el art. 523 CPC dice: "La ejecución de la sentencia o de cualquier acto
que tenga fuerza de tal, corresponderá al Tribunal que haya conocido de la causa
en primera instancia. Si fuere un Tribunal de arbitramento el que hubiera conocido
en primera instancia, la ejecución corresponderá al Tribunal natural que hubiere
conocido del asunto de no haberse efectuado el arbitramento". Ahora, si bien un
arbitramento y una transacción son cosas diferentes, la conditio iuris de la eficacia
procesal de ambos, a los fines de su subsiguiente ejecución forzosa como si tratase
de una sentencia obtenida ante la jurisdicción ordinaria, pueden analogarse. La
doctrina francesa parece distinguir entre "cosa juzgada" y "fuerza ejecutoria" 288.
Precisamente la ventaja de la transacción judicial y en especial de la conciliación,
frente a la transacción extra judicial, es que las primeras resultan siempre
automáticamente dotadas de fuerza ejecutoria.
Como observa Butera289, al comentar el artículo 1772 C.C. italiano de 1865,
equivalente al artículo 1718 C.C. venezolano, aunque estos textos colocan la
transacción al nivel de la sentencia no la transforman en sentencia, porque la
transacción continúa siempre siendo un contrato, producto de la voluntad de las
partes; y aun cuando ella, por la intervención de un notario o de otro funcionario
autorizado para darle el carácter de un título ejecutivo, adquiriera plena
autenticidad, la persona vinculada por la misma no sería un "condenado", pues
una condena sólo puede emanar de un órgano dotado de función jurisdiccional. Por
ello hay que concluir que, para que se proceda a la ejecución forzosa de lo que
acredita un título ejecutivo, se requerirá la intervención del juez que la homologue
a una sentencia y permita así los efectos indicados en los artículos 523 y sigts. de
nuestro C.P.C.290.
288
Christine Boillot, La trancsaction et le Juge, Presses Universitaires de la Faculté de Droit de Clermont-Fernand,
Iniversité d'Auvergne, L.G.D.J, 2003, N° 1205, p. 600. En cualquier caso, las observaciones de este autor sobre la
posibilidad de que una transacción alcance "fuerza ejecutoria" en vía de jurisdicción graciosa deben verse como
peculiaridades privativas del sistema francés.
Cfr. CSJ/SPA, 08-05-74, Ramírez & Garay, Tomo 43, Nº 281-74 (b).
289
Antonio Butera, Delle Transazioni, U.T.E.T., Torino, 1933, No. 122, p. 334.
290
Idem, Nº 126, p. 330.
10
291
La presentación se hará en la forma prevista por los artículos 108 y 109 C.P.C.
Henríquez La Roche, Ricardo: "Modos anormales de terminación del proceso civil", Caracas, 1990, luego de citar la
sentencia de fecha 9-11-67 (G.F. N° 58, p. 504-505) Y también la de fecha 28-07-85 (Ramírez & Garay, Tomo XCII, N°
794-b), ambas de la extinguida CSJ/SdeC., en que se invoca el artículo 446 (ahora 523) del C.P.C. para fundamentar la
ejecución forzosa de la transacción escribe:
"Esta doctrina judicial, concatenada con el artículo 1718 C.C. que asigna a la transacción fuerza de cosa juzgada entre las
partes, nos debe llevar también a la conclusión de que la transacción prejudicial y la transacción extrajudicial —es decir,
aquella otorgada fuera del proceso, por ej. ante un Notario Público— constituyen igualmente títulos ejecutivos capaces de
generar un procedimiento ejecutivo sin que sea menester agotar previamente el debate judicial de la fase de
conocimiento (contestación, pruebas, sentencia). Brinda el procedimiento intimatorio del nuevo Código la vía idónea para
obtener rápidamente el pase a la autoridad de cosa juzgada (artículo 1.930 C.C.) en este tipo de transac ciones
extraprocesales en las que no ha habido una homologación inimpugnada puesta en estado de ejecución.
"En estos casos no puede pretender el acreedor transigente pedir sin más la ejecución de la transacción extraprocesal no
homologada por el Juez de la causa; es la homologación y no la voluntad concertada de los litigantes lo que le da fuerza
ejecutiva. Pero si el proceso cuya litis se autocompone en la transacción está pendiente, nada obsta para que el acreedor
transigente, en vez de abrir un nuevo proceso (intimatorio), presente al Juez de la causa la transacción otorgada fuera
del juicio y pida su homologación, a los fines de proceder desde luego, habiendo quedado firme esa homologación, al
cumplimiento de lo aceptado de antes por su antagonista…".
El autor cita todavía en apoyo de estas acertadas condiciones suyas, otra sentencia de la CSJ/SdeC., de fecha 21-09-88
(Pierre Tapia, Año 1988, N° 8-9, p. 221), en que se lee: "La cosa juzgada no puede emanar de transacciones
extrajudiciales —ha dicho la Corte— pues su concepto procesal está referido a la materia que ha sido decidida por una
sentencia judicial, que ha de ser además definitiva, ejecutoriada y firme, pues la llamada autoridad que da la ley a la
cosa juzgada proviene de la inconveniencia de que lo decidido ya sea materia de nueva decisión, por lo que la ley vincula
a la decisión la presunción de verdad: res iudicata pro veritate habetur. Por consiguiente, si la cosa juzgada es la que
está decidida por una sentencia válida que ya no puede ser revisada ni modificada por Tribunal alguno y su autoridad o
eficacia no va más allá de lo estrictamente decidido en que en ningún caso pueda admitirse la existencia de la cosa
juzgada, fuera de lo que fue objeto de la sentencia, una llamada por las partes transacción, obtenida fuera de juicio, no
puede ser invocada como fundamento teórico para sostener una excepción de cosa juzgada".
292
CSJ/SdeC., sent. 24-12-1994 (J. Cabrera vs. O. Cabrera y otros), Ramírez & Garay, Tomo CXXXII, Nº 1156-94, pp.
523-525.
Contra: TSJ/Sala Constitucional, sent. 13-07-2000 (P.F. Galvis en amparo), Ramírez & Garay, Tomo CLXVII, Nº 1727-00,
pp. 275-276 (con voto salvado) y sent. 02-09-2003, (Textiles La Fila S.A. en amparo), Ramírez & Garay, Tomo CIII, N°
1682-03, pp. 92-102. La motivación de estos dos fallos propicia confusiones, pues se basan en que el artículo 251 CPC
alude tan sólo a la necesidad de notificar a las partes cuando una sentencia se dicta fuera de lapso y en que el artículo 10
CPC ordena a los jueces administrar la justicia con prontitud, por lo que, presentada en el proceso una transac ción por
una de las partes el Juez debería homologarla dentro de los tres días siguientes. Con apoyo en esta argumentación, estos
dos fallos parecen excluir la necesidad de notificar a la contraparte de quien ha solicitado la homologación, con
prescindencia de la consideración del estado del proceso. Es evidente que esto último es así sólo cuando la otra parte
está a derecho, pues en otro caso se le impediría a esta otra parte toda oportunidad de alegar la invalidez de la
transacción que se pretende hacer valer en su contra, con manifiesta violación del artículo 49 de la Constitución de 1999
que consagra el principio del debido proceso.
11
293
CSJ/SdeC., sent. 18-02-1988 (R. Fermín vs. B. Parahabi), Ramírez & Garay, Tomo CIII, N° 168-88 (D), p. 417-418;
Juzg. Sup. 10°, sent. 11-07-1994 (I. Osio vs. L. Osio), Ramírez & Garay, Tomo CXXXXI, N° 595-94; Juzg. Sup. 8°, sent.
28-07-1992 (Inmobiliaria Prefa C.A. vs. Dr. G. Melone y otros), Ramírez & Garay, Tomo CXXII, N° 613-92, pp. 72-77.
294
Antes de su homologación, la transacción no tiene la eficacia procesal de la cosa juzgada. Cfr. CSJ/ SdeC., sent. 21-
09-88 (C.A. Lander y otro vs. V.R. Esteves y otros), Ramírez & Garay, Tomo CV, Nº 713-88 (c), p. 401-402.
El juez puede negar la homologación cuando compruebe alguno de los vicios de invalidez de la transacción (supra
Capítulo VI) o la falta de consentimiento o de capacidad de una de las partes para acordar la transacción del caso y, si la
homologara a pesar de tales vicios, su decisión sería apelable. Cfr. CSJ/SdeC., sent. 18-02-1988 (R. Fermín vs. B.
Parababi), Tomo CIII, N° 168-80, pp. 417-420. Una vez firme el auto de homologación la transacción será ejecutable en
los mismos términos en que hubiera sido homologada. Por sent. de 16-08-89 el Juzg. Sup. 3° (C.A. Cavendes Sociedad
Financiera vs. Tetrak Interamericana de Venezuela, S.A.), Ramírez & Garay, Tomo CIX, N° 463-89, pp. 59-60, se negó
inclusive la posibilidad de que la alzada corrigiera nuevos errores de cálculo.
295
Juzg. Sup. 2°, sent. 22-05-92 (A. Silva vs. G. Bruno y otro), Ramírez & Garay, Tomo CXXI, N° 310- 92, pp. 29-29.
Juzg. Sup. 7°, sent. 19-11-1996 (Depotex Depósito Textil C.A. vs. Industrias Pappy, C.A.), Ramírez & Garay, Tomo CXL
(Cavendes Sociedad Financiera vs. Textrak Interamericana de Venezuela y otro), Ramírez & Garay, Tomo CXX, No. 233-
92, pp. 539-540; CSJ/SdeC., sent. 3-121986 (E. Rosenfeld y otro vs. D. Capriles y otro), Ramírez & Garay, Tomo XCII,
No. 915-86 (a), pp. 381-383; TSJ/Sala Constitucional, sent. 19-12-2003 (E. Gil y otro en amparo), Ramírez & Garay,
Tomo CCVI, Nº 2390-03, pp. 270-271.
296
CSJ/SdeC., sent. 14-04-99 (Molino Venepal vs. Editorial Futuro C.A. y otros), Ramírez & Garay, Tomo CLIII, N° 881-
99, pp. 481-482; CSJ/SdeC., sent. 05-03-1992 (Cavendes Sociedad Financiera vs. Textrak Interamericana de Venezuela
y otro), Ramírez & Garay, Tomo CXX, N° 359-92, pp. 539-540; CSJ/SdeC., sent. 12-06-1968 (M. Rodriguez vs. Gráfica
Moderna y otro), Ramírez & Garay, Tomo XVIII, N° 150-68, pp. 414-416; CSJ/SdeC., sent. del 04-12-1985 (A. Freites
vs. R. Diaz), Ramírez & Garay, Tomo xcm, Nº 1103-85, pp. 560-565; CSJ/SdeC., sent. 03-12-1986 (E. Rosenfeld y otro
vs. D. Capriles y otros), Ramírez & Garay, Tomo XCVII, N° 915-86, pp. 381-383; CSJ/SdeC., sent. 25-05-1987
(Procesadora Agro Industrial Colon S.A., Paicosa vs. Internacional Ocean Ways Corporativo y otros), Ramírez & Garay,
Tomo XCVIII, N° 197-87 (a), pp. 453-454.
297
TSJ/Sala Constitucional, sent. 16-10-2003 (D.F. Olivares y otro en apelación), Ramírez & Garay, Tomo CCIV, Nº 1927-
03, pp. 226-229; Juzg. Sup. 10, sent. 11-07-1994 (I. de Osio vs. L. Osio), Ramírez & Garay, Tomo CXXXI, N° 595-94,
pp. 93-95.
12
301
Juzg. Sup. 6°, sent. 31-07-2000 (M.A. Betancourt, amparo), Ramírez & Garay, Tomo CLXVIII, N° 1953-00, pp. 35-36;
TSJ/SdeC., sent. 21-07-2000 (Inversiones Maravasa, S.A. vs. P. Chinea), Ramírez & Garay, Tomo CLXVI, N° 1546-00,
pp. 743-744; CSJ/S.de Casación, sent.04-02-1999 (Nº. Teofil en intimación de honorarios), Ramírez & Garay, Tomo CLl,
N° 343-99, pp.424-425. En cambio, al Juez ejecutor le está vedado anular una transacción homologada que haya
recibido el encargo de ejecutar, cfr. CSJ/SdeC., sent. 25-03-1987 (Procesadora Agro-Industrial Color S.A., Paicosa vs.
Internacional Ocean Nºays Corporation y otro) Ramírez & Garay, Tomo XCVIII, N° 197-87 (a), pp. 453-454.
302
CSJ/SdeC., sent. 11-03-1999 (Fin de Siglo en amparo), Ramírez & Garay, Tomo CLII, N° 574-99, pp. 348-399 (con
voto salvado); CSJ/SdeC., sent. 03-03-1999 (1. Lara en amparo), Tomo CLII, N° 532-99, pp. 272-273; TSJ/Sala
Constitucional, sent. 16-10-2002 (C.A. Pérez en amparo), Ramírez & Garay, Tomo CXCII, Nº 1733-02, pp. 376-377;
TSJ/Sala Constitucional, sent. 19-12-2002 (E. Gil en amparo), Ramírez & Garay, Tomo CCVI, N° 2390-03, pp. 270-273.