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UNIVERSIDAD DE SAN BUENAVENTURA

MASESTRÍA EN NEUROPSICOLOGÍA CLÍNICA


ENVEJECIMIENTO Y DEMENCIAS

ANGELA NATALIA SOLER HUERTAS Y ROBERT TOVAR SÁNCHEZ

Resumen Artículo – Trastornos Neurocognitivos

TÍTULO: PREVALENCE RATES OF DEMENTIA AND MILD COGNITIVE IMPAIRMENT ARE AFFECTED BY
THE DIAGNOSTIC PARAMETER CHANGES FOR NEUROCOGNITIVE DISORDERS IN THE DSM-5 IN A
KOREAN POPULATION

Autores: Han, J., So, Y., Kim, T., Lee, D., Ryu, S., et al. (2017).
Publicación: Dementia an Geriatric Cognive Disorders, 43, 193‐203.

En el marco teórico se hace alusión a las modificaciones en los índices epidemiológicos de demencia
de acuerdo con los diferentes criterios diagnósticos en las versiones III, III-R, IV y la 5 del Manual
Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM). Ponen de manifiesto dos estudios: uno
en Canadá con personas de 65 años en el que se encontró que la prevalencia era mucho menor
(13.7%) con los criterios del DSM-IV que con los del DSM-III (29.1%), y el otro en Suecia resultando
un poco más alta la prevalencia con criterios del DSM-III (9.6%) que con el DSM-IV (6.3%).
También se resalta que en la publicación en el 2013 del DSM en su quinta versión aparecieron dos
nuevos términos: trastorno neurocognitivo mayor reemplazando el de demencia de las versiones
anteriores y trastorno neurocognitivo leve incluyendo el de deterioro cognitivo leve. En esta versión
se modifican tenuemente los criterios para el diagnóstico de trastorno neurocognitivo mayor así: no
es necesaria la presencia de alteraciones en el aprendizaje y la memoria, pero si es requisito la
alteración sustancial en el rendimiento cognitivo preferiblemente documentado en pruebas
neuropsicológicas.

El objetivo del estudio fue examinar el impacto de los criterios diagnósticos revisados para los
trastornos neurocognitivos en el manual diagnóstico de los trastornos mentales quinta edición
(DSM-5) sobre la prevalencia de la demencia y el deterioro cognitivo leve.

MÉTODO Y PARTICIPANTES.
Participantes; un total de 755 participantes de más de 65 años o más en una encuesta nacional sobre
Epidemiología de la demencia en Corea 2012, se volvió a diagnosticar según los criterios del DSM-
5.
Diseño.

Diseño en dos etapas. Para estimar deterioro neurocognitivo mayor y leve, demencia y deterioro
cognitivo leve.
1. Fase I: todos los participantes en la encuetas, se les aplicó el MMSE. A esta atapa respondieron el
67% (4016). De estos 1097 participantes quedaron clasificados en los grupos de acuerdo con el
desempeño en el mini mental.
2. Fase II: evaluación de dx a los participantes que respondieron la encuesta de la fase I; asignados
a tres grupos de acuerdo con desempeño de MMSE; ajustando edad, sexo y educación, así:
• MMSE, pobre (-1,5 SD). (639 participantes).
• MMSE, intermedio (-1,5 y -1.0 SD). (149 participantes)
• MMSE, bueno (-1,0 SD o menos de la norma) (318 participantes).
En esta segunda fase de los 1097 participantes fueron invitados 755, con una media de edad de 76,
1 años. De los cuales el 62,8 % eran mujeres, 62,8% tenían menos de 6 años de educación y 63,6%
vivían en área urbana.

Instrumentos.
FASE I;
MMSE,
Versión coreana de la escala de depresión geriátrica (GDS)
Factores sociedemográficos.
FASE II:
Dx estandarizado a través de entrevista individual.
Exámenes físicos y neurológicos.
Versión coreana del (CERAD –K). Consorcio para establecer un registro para le enfermedad de
Alzheimer.
Batería de evaluación clínica (CERAD –K –C)
Batería de evaluación Neuropsicológica CERAD K –N.
Prueba de amplitud de dígitos
Batería de evaluación frontal.
Neuroimágenes.
TAC
RM (ponderadas en T1, ponderadas en T2 y Flair).
Pruebas de laboratorio.
Recuento completo de células sanguíneas,
Perfiles de química
Serología para sífilis.
Ecocardiografía y RX de tórax.
Consentimiento informado por paciente y familiares.

Resultados.

Estimaciones de prevalencia para demencia y deterioro neurocognitivo mayor entre los 755 sujetos
que participaron en la evaluación diagnóstica de fase II, 505 tenían preocupaciones cognitivas en 1
o más dominios cognitivos (criterio A1 del diagnóstico DSM-5), 347 tenían preocupaciones en 2 o
más dominios cognitivos incluida la memoria (criterio A de los criterios de diagnóstico DSM-IV para
la demencia).

Entre los 505 sujetos que cumplieron con el criterio A1 de los criterios de diagnóstico del DSM-5
para DNC, 388 (76.8%) tuvieron un rendimiento neuropsicológico -2.0 SD o más por debajo de la
edad, los 152 sujetos restantes fueron diagnosticados con DNC mayor según a los criterios de
diagnóstico DSM-5.

En la discusión se hace énfasis en que los resultados la estimación de prevalencia de los principales
trastornos neurodegenerativos según los criterios diagnósticos del DSM-5 (8,35%) fueron bastante
similares a los criterios de demencia según el DSM-IV (8,74%), mientras que la estimación de
prevalencia del trastorno neurodegenerativo leve según los criterios de diagnóstico DSM-5 (11.10%)
fueron significativamente más bajos que los de deterioro cognitivo según los Criterios diagnósticos
del grupo de trabajo internacional en deterioro cognitivo (31.85%). Estos resultados indican que la
introducción del DSM-5 puede influir significativamente en las estimaciones de prevalencia de
demencia y deterioro cognitivo leve.

En contraste con los criterios de diagnóstico del DSM-IV para la demencia, el DSM-5 requiere
deterioro en solo 1 dominio cognitivo para el diagnóstico de trastorno neurocognitivo mayor, y no
requiere que los dominios cognitivos alterados incluyan en el aprendizaje y la memoria. Los
dominios cognitivos especificados en los criterios de diagnóstico DSM-5 (atención compleja, función
ejecutiva, aprendizaje-memoria, el lenguaje, las habilidades perceptivo-motrices y la cognición
social) también son diferentes de los del DSM-IV (deterioro de la memoria, afasia, apraxia, agnosia
y disfunción ejecutiva). Por lo tanto, se puede estimar que la prevalencia de los trastornos
neurodegenerativos importantes es más alta que el de la demencia.

Como en la investigación ningún participante estuvo afecta en solo dominio cognitivo o en 2 o más
dominios preservando el aprendizaje y la memoria entre aquellos que tenían limitaciones
funcionales para perder su independencia en las actividades cotidianas, las variaciones en los
criterios diagnósticos no generaron diferencias significativas las estimaciones de prevalencia entre
la demencia y el trastorno neurocognitivo mayor.

Además, el DSM-5 es requerida la confirmación objetiva de un deterioro sustancial del rendimiento


cognitivo, preferiblemente documentado por pruebas neuropsicológicas estandarizadas, para un
diagnóstico de trastorno neurocognitivo mayor. En el DSM-5 se especifica que un rendimiento
neuropsicológico 2 o más SD debajo de lo apropiado en la norma establecer la presencia de
deterioro cognitivo. En la investigación los participantes estaban funcionalmente deteriorados
como para afectar su independencia en las actividades cotidianas, pero presentaban un rendimiento
neuropsicológico mejor que -2.0 DE con respecto a la norma quedando sin diagnóstico en la
clasificación de diagnóstico DSM-5.

Las limitaciones del estudio fueron cuatro: en el estudio no se contaba con participantes que
tuvieran solamente déficit en dominios que no fueran de memoria lo que pudo disminuir la
discrepancia en el diagnostico entre la demencia y las principales enfermedades no transmisibles,
no se aplicó una prueba neuropsicológica estandarizada para determinar la aparición de deficiencias
sociales cognitivas debido a que el estudio se llevó a cabo antes del lanzamiento del DSM-5, los
diagnósticos se hicieron a partir de la actualización de datos de epidemiología en Corea antes del
lanzamiento del DSM-5, y no se aplicaron instrumentos para actividades de la vida diaria.

Finalmente, se concluye las clasificaciones diagnósticas y los criterios para trastorno neurocognitivo
leve y trastorno neurocognitivo mayor en el DSM-5 puede provocar discrepancias en los valores de
prevalencia entre el trastorno neurocognitivo mayor y la demencia, y el trastorno neurocognitivo
leve y el deterioro cognitivo leve. Sin embargo, las discrepancias se pueden minimizar si se emplea
en los diferentes criterios de diagnóstico el mismo rango estandarizado de rendimiento
neuropsicológico.

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