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Antes que anochezca de Reinaldo Arenas por José Homero + Tusquets(edickin mexicana de alto P- tea), México, 1992, 41 pp. 1a década de los sesenta fue un periodo de apertura y de contaminacién para las letras hispanoamericanas, especialmente para la narrativa; se incorporaron ete ‘mentos procedentes de la cultura de ma- 135 —€! cine, el radio, las telenovela y la imisica— y las géneros se entreveraron mediante el pastiche y la parodia. Reina do Arenas usb estos elementos para des- ‘montar la maquinaria del poder y aft ‘mar la imposible libertad del erotismo y la imaginacion, Antes que anochezca, su auioblografi, concluida pocos meses antes de su suicidio en diciembre de 1990, no escapa a esa hibrider genética nial aire parédico y kitsch, El relato traza varias posibilidades de Jectura y aienta diversos niveles discur- sivos. En un sentido podria leerse como ‘una obra picaresca sin ficciGn; tal es la miseriasfisica y moral, de sus personajes; sgrotescas¢ inverosimiles sus peripectas, ‘para continuar vives. En esta linea es una ‘obra hiperb6lica de avenuras homose- sxuales, crimenes, hurtos, cocrupcién ¢ indignidad. Otralectura, que recomien- do los vidos scholars aungue no dudo ‘que alguno haya emprendido tempo atris esa rarea, seguira la vida de Are- ‘as para reconocerta ocotejarla con sus ‘cuentos y novelas o para reconocer las historias en su vida ola historia en su vi dda. Pero aun cuando no sea prudente sostayar dichas lectura, preflero seguir ‘Voetea 108 LIBROS las lineasintermitentes de sus pensamien- 10s para imaginarme a Reinaldo Arenas. Podeia observarlo apurado, hambriento, sucio, atrés de los arbustos, maloliente, sobre un drbol, oteando, ota vez, el mar, eseribiendo mientras liega la noche. Prefiero no verlo como un inocente; un ‘hombre para quien ia infancia, en su mi- seria, le heredé un legado de magia, I bentad y anhelos nunca saciados. ‘Arenas podré haber sido un talento cuasi silvestre y sus nociones politcas clementales —Iejos de la suiciencia de Jos rudimentarios politics profesiona- Jes— pero de este libro emana una sabi- duria ancestral. Todo cimiento esté en la tierra —aungue hay quienes construyen casas en el aire y en consecuencia las venden a precios por las nubes—. Son los origenes. Infancia: "Creo que la épo- ca mis fecunda de mi cteacion fue lain- flancia; mi infancia fue el mundo de la creatividad”. Arenas se defini a si mis ‘mo como un guaiiro. Los sucesos y per sonajes que marcaron ¢ impresionaron su cardcter estin vinculados a un mundo agricola, a una sociedad mds primitiva ‘que feudal, donde lo importante son los ‘ciclo, las fechas que interrumpen y rea- fhudan ese ritmo: ls cosectas, las fiestas, las lluvias. Junto a esa fascinacién por fa flestay a interrupcién de la rutina, fos- forece el descubrimiento —el atisbo— de la muerte y el deseo. No s6lo €808 acontecimientos orde- nan el imaginario campesino de Arenas. $u abuela, personalidad voluntariosa y ‘compleja, con su fuerte sincretismo re- ligloso y su retacién magica con ta na- vwraleza, la fértil Fantasmagoria infantil serin el fermento de ura imaginacion fu- ‘nesta. Junto 2€80s signas que denuncian la existencia de otro mundo —y el fan tasma de la f— estd la sabiduria sungida ‘del conocimiento del campo. “Quien no haya vivido las noches en ef campo es ‘muy dificil que pueda tener una idea completa del esplendor del mundo sobte todo, de su miseria.” Arenas con: juga la reverencia y el respeto7a la tierra de su abuela con la creencia en el rena- ‘imiento a través de una plants; idea que yahabla expresado en la entrevista con Namero 195. Febrero de 1993 Nedda G. de Anhalt recogida en Rojo y ‘naranja sobre rojo: “Tal ver a vida 10 termina con fa muerte, tl vex hay otra 8a, sino en el mundo espirtual, sf qui- 4 como materia, en érbol o planta.” La tierra es un elemento genésico, amado; por ello su cultivo es un acto erético; mds que un obrar, un hacer original, mitico. Agut Arenas sefidla una de las posibles causas —orra— del fracaso de las granjas colectivas donde los trabaja- dotes encargados del cultivo descono- ‘fan que “la planta sabe quién fa ama o ‘quién ta desconoce.”” Esa nociOn de wn fluido vital que une ‘al hombre con el mundo reaparecerd en su relacin con el mar, Sie cutivo de ka tierra es un acto de creaciGn, el mar pro- voca delirio y deseo en 1os hombres compeliéndolos al acto er6tico, aleve placer de estar vivos. Al enunciar las co- sas “maravillosas que yo disfruté en la \década de los sesenta”, Arenas sefala su maquina de escribir, 10s adolescentes y el mar; trlogga que asienta a pasion por la escritura, ba naturaleza y el cuerpo. Y su inextricable urdimbre. Arenas se de- ‘claré incapaz de prvilegiar uno en det ‘mento de los otros elementos. Su época mds plera, después de la infancia, fueron Jos sesenta porque pese a la creciente re presién pudo disfrutar de ta vida. ‘Antes que anocherca 10 €$ wn libro politico, aunque muchas de sus paginas ‘estén dedicadas al casrismo, a su denun- Gay su critica, pero esta presencia es una [Presencia no deseada. Hebert Padilla ha dicho que todos los cubanos estén en- {ermos, tanto os que salieron como los ‘que permanecen en la isla, Arenas culpa 2 Castro de su desgracta, de su muerte ¥ de la soledad en que vivié en el ext- io, Su rechaz0 n0 ¢s ideologico sino vie (al: sufrié las consecvencias del totalita- rismo cubano en las zafras obligatorias, Aa circel y el virtual ostradismo a que lo destina su calidad de disidente. Muchas ‘pdginas son furiosamente hermosas, tré- sicamente bells: son las que se refieren 2 slenteheroismo de quienes de muchas € insOlitas maneras han intentado y 2 ‘veces conseguido defender su derecho a ser diferentes, a ser homosexuales, a 37 José Homero ‘estar vivos. No hay por supuesto ninguna revelacion acerca de los procedimientos ‘del castrismo. La relacién de suicidios ‘ode vidas destruidas por la persecucion, 1a rebabitivacin o la conversion en in- telectuales al servicio dela Seguridad det Fstado 0 como panegicitas del régimen ‘de la mayoria de los escritores y artists ‘cubanos precisa el verdadero estado de Jas cosas en Cuba mejor que las cifras y fos datos de su debacle politica y econd- mica, Castro es inculpado de la muerte 6c José Lezama Lima y de Virgilio Pit 12 se asientan algunos de sus fracasos mds detirantes: la Zafra de los Diez Mi Hones la pretensién de convertt los al rededores de la Habana en zona cafeta lera, su rabieta de retirar la guardia deta Embajada del Perd con su consecvenca, cl exilio de Mariel; y el juego siniestro ‘de la tzquierda occidental —por ahi apa- rece nuestro critico intachable, Emma- ‘vel Carballo, acusado de transa y de ‘esbirro de Castro— que no tolera sede fnuncie el crimen. Pero el libro:n0 ¢s par: ‘ial. Su visién de la comunidad cubana ‘en Miami no es grata sino acerta y la- menta su exilio y el mercantilismo. Por ‘630.10 ¢8 un bro politico 0 lo es en et mejor de los sentidos: un lio libertario ‘que habla de los descos de wn ser de ser fhumano por ser libre, “Ia ratificacién de {labor creadora, del amor ala palabra, dela lucha porta imagen completa con tra todos los que se oponian a ella." La eternidad por fin comienza un lunes de Eliseo Alberto por Alvaro Enrigue | Ediciones del Equilibrista, México, 1982, 390 pp. Julian Barnes dice en su novela &1 loro ‘de Flaubert que el suedo de un resefis- tabien podrla ser instalar un totalitaris- mo crtico enel que se estableciera una 38 regia stricta de los temas que se perm tirta desarrollr en ts novela del futuro, Barnes, critcoliterario él mismo, es se- dducido por su propia idea, de modo que anot los principios que regrian al po- liciateraria de sus suefos. Sf, propone por ejemplo, la total prohibicion de las novelas que traten de inceso, 0 de retor ‘os ala condicin natura: prohibe par cialmente las novelas de maduracion y

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