You are on page 1of 4

Universidad Católica de Córdoba

Historia de la Filosofía Antigua


Segundo Trabajo Práctico evaluable: La República de Platón, Libros IV y VII
Fecha de entrega: 28 de mayo

Andrés Soto Álvarez, S.I.

Libro IV
• Explica en qué sentido la propuesta política de Platón no busca alcanzar la felicidad de la clase
gobernante.
El fin de la propuesta, que se encuentra en el diálogo del Libro IV, es buscar la máxima
felicidad de toda la sociedad y no de una clase pequeña y particular de gobernantes, de esta manera
queda mejor expuesta la misma justicia que necesita el Estado. Comprende a los gobernantes del Estado
ideal como los guardianes más aptos en virtudes; aquellos que deberán posponer sus intereses particulares
en beneficio de la sociedad en su totalidad. Lo primero es el beneficio y consecuente felicidad al máximo
de toda la sociedad, de la polis. Por lo tanto, se puede afirmar que la política que subyace dentro del
Estado se nutre desde el cuidado que puedan lograr estos gobernadores del pueblo (como perros
cuidadores de rebaño y no como lobos que intentan comerse a las ovejas).

• Esquematiza la relación entre la tripartición anímica y las funciones sociales que estructuran la
polis.
La tripartición anímica consiste en la distinción de tres partes del alma (ánima) del individuo; la
parte racional (logismós), la apetitiva (alógiston y epithymētikón) y la fogosidad (thymós). De modo
similar, Platón observa una clasificación para la conducción política del Estado. En el libro IV se sostiene
que para comprobar si un Estado persevera en la justicia, se pueden revisar las otras tres virtudes que
constituyen la excelencia: la sabiduría (sophía), la moderación (sōphrosyné) y la valentía (andreía).
Sin embargo, ¿Cómo se da la relación y por qué?
El Estado es sabio cuando es prudente. Esta prudencia se alcanza por el conocimiento, y aunque
hay múltiple variedad de conocimiento, por ejemplo el conocimiento específico de cualquier τέχνη
(agricultura, carpintería, etc.), no es por ninguno de estos conocimientos que el Estado se hace sabio. Lo
que lo convierte en sabio es el conocimiento apropiado para la vigilancia (salvaguardia de la ciudad), que
sólo lo alcanzan algunos ciudadanos; los guardianes perfectos y gracias a la praxis de estos gobernantes,
el Estado puede alcanzar la sabiduría.
El Estado es valiente porque le imprime el carácter una de sus partes, especialmente los
soldados educados que parten al combate y son capaces de conservar el conocimiento sobre la diferencia
que existe entre lo temible y lo no temible.
El Estado es moderado cuando hay una armonía en los diferentes géneros de personas que lo
conforman (gobernados y gobernantes). Aplica a la totalidad de los individuos, incluidos artesanos y
comerciantes. Para que esta armonía se dé, cada ciudadano de la polis, idealmente debe presentar un
ordenamiento y control de los propios apetitos y pasiones.
Estos miembros de la comunidad representan las funciones sociales que estructuran la polis ideal,
y su relación con la tripartición anímica queda demostrada porque el Estado por sí sólo no tiene la
capacidad de virtud, sino que necesariamente debe tener ciudadanos que logren esas virtudes, y para
lograr esas virtudes deben tener dominio sobre sus apetitos y pasiones, es decir la parte racional
ayudada por la fogosidad debe dominar a la parte irracional o apetitiva.

1
• Justifica la inclusión de las virtudes en el esquema anterior y explicita el lugar de la justicia con
respecto a las otras virtudes.

Para lograr un Estado ideal, este debe tener las características mencionadas anteriormente, debido
a que así se podrá cumplir la felicidad de toda la sociedad, que era un fin muy importante en el sistema
político de Platón. Pero la inclusión de la justicia, es justamente la que permite que las características
mencionadas anteriormente se generen, porque es, de alguna manera, la que articula a las demás virtudes.
¿Por qué?, la comprensión que tiene Platón de la justicia consiste en: “…hacer lo que corresponde a cada
uno, de modo adecuado…. tanto en tener cada uno lo propio y como en hacer lo suyo” (Rep. IV,
433b;434a). Se piensa entonces que si cada género de personas que compone la polis se dedica a lo que le
corresponde, con justeza, se tendrá un Estado sabio, moderado y valiente.
Así como el Estado es justo cuando cada una de las tres clases hace lo que le corresponde,
cada individuo encuentra su excelencia (debido a la justicia) cuando cada parte de su alma esta
ordenada y configurada de tal manera que el raciocinio, servido y ayudado por la fogosidad,
domina a la parte apetitiva. Es decir cada parte realiza la función que le corresponde. (Relación con
la pregunta anterior)

Libro VI

 Determine quiénes son los filósofos y cuáles son las características necesarias para alcanzar dicha
condición.

Los filósofos son aquellos capaces de develar y comprender aquellas cosas inmutables,
aquello que existe siempre de una manera inmutable, aspiran a integrar aquella unidad entre lo íntimo
de lo divino y lo humano. Las características necesarias para alcanzar esta clase de comprensión y
conocimiento son: la capacidad de vislumbrar las normas (capaces de implantar aquí las leyes de más allá,
el mundo de las ideas) de lo hermoso lo justo y lo bueno, el deseo del conocimiento del bien, amar la
ciencia (estudio que les hace patente la realidad) con pasión puesto que ella es la única capaz de revelarle
la esencia inalterable de las cosas, sienten aversión a la mentira, buscan la verdad ante todo aspirando a la
verdad absoluta, son capaces de renunciar a los placeres del cuerpo, buscan la moderación y son
desinteresados, no tienen ambición alguna por las riquezas, no son participes de ninguna vileza, no tienen
mezquindad de espíritu, no tienen miedo a la muerte, son valientes, poseen un alma justa y mansa, tienen
facilidad para aprender, capacidad de buena memoria, grandeza de alma y son afables.

 Explicite las dificultades que, según Platón, debe enfrentar el filósofo para el recto ejercicio de su tarea,
atendiendo también a su enfrentamiento con la sofística. (487 d-497a)

Una dificultad, aunque menor, que puede afectar al espíritu del filósofo, es la mala opinión del
vulgo y de algunos particulares -- políticos que adulan al vulgo para ostentar poder -- acerca de su
inutilidad (filósofos no considerados) o de su malicia (filósofos que se dejan corromper). Sin embargo,
será muy arduo para el alma de un filósofo, que ha recibido mala educación, hacer frente a cualquier
escollo y superarlo para perseverar en la verdad.
Otros aspectos significativos que pueden corromper al filósofo es lo que se considera
comúnmente como bienes son: la belleza, la riqueza, la fuerza corporal, las conexiones políticas
influyentes y todo lo afín a estas cosas.
Otra amenaza es la vanagloria; en el caso de que un niño con buenas condiciones sea adulado
desde muy temprana edad en su familia, en cuanto a su condición intelectual y potencia como filósofo,
cuando crezca se creerá capaz de gobernar a todos y su arrogancia lo enceguecerá en la búsqueda por la
verdad. Por esto la buena educación humana es tan importante para que los filósofos lleguen a ser buenos
y verdaderos gobernantes.
Una buena naturaleza, esencia filosófica en una persona, puede ser mucho más peligrosa en la
sociedad que una naturaleza mediocre. Puesto que si el joven o niño que tiene una esencia filosófica ha
2
recibido una mala educación, pervierte su camino en la búsqueda de la verdad última y por otro lado, se
pierde un excelente gobernante.
Alguna de estas almas puede incluso llegar a ser un sofista influyente, el problema es que hay dos
clases de sofistas; aquellos que no hacen mucho daño a la sociedad, sino que siguen la corriente de las
masas y aquellos que denuncian a estos como sofistas, que son los verdaderamente peligrosos en una
polis. Y aduciendo con engaños razones aparentes en la búsqueda del conocimiento, logran convertirse en
políticos prestigiosos. Cuando un sofista peligroso se convierte en educador, vicia a la juventud, porque
los ilusiona confundiendo conceptos como belleza y justicia sin saber realmente lo que son, desde donde
nacen y como están constituidos en sí.
Por todas estas razones, la lucha de los verdaderos filósofos es realmente difícil. Porque en cuanto
se empeñan por alcanzar la verdad y manifestarla; de tal manera que intentan enseñar un camino genuino
de virtudes, aunque menos placentero que el que lleva el vulgo y muchos poderosos; son disminuidos,
atacados y asechados por los más peligrosos y poderosos sofistas, para que cambien de camino y no sigan
buscando lo inmutable de la verdad. Para los sofistas más vale una miopía placentera temporal e ilusoria,
que el esfuerzo por la verdadera búsqueda de las cosas-en-sí.

 Caracterice el objeto de estudio supremo: la Idea de Bien, a partir del análisis de la alegoría del sol
(506e-509d).

Sócrates no dará una definición del Bien1, sino que buscará una aproximación, a través de lo que
él llama “hijo del Bien”, algo que resulta de gran semejanza al Bien. Por esto acude a la alegoría del sol.
Al igual que en otros relatos comienza con la cuestión de la multiplicidad, distinguiendo entre la
existencia de muchas cosas buenas y del Bien en sí. La unidad en la multiplicidad de estas cosas buenas
viene dada por la Idea única de Bien que cada una de ellas comparte. Otra característica es que el bien
puede ser pensado pero no visto (con la vista sensitiva corporal).
De todas formas, para contemplar las cosas buenas hacen falta los sentidos, y el sentido que es el
más perfecto de todos es la vista. ¿Por qué? Puesto que la visión solo es posible por la existencia de la luz
y la luz se hace posible sólo por quien la genera, el dios sol. Por lo tanto, la vista está en estrecha relación
con el dios sol, tiene una esencia más cercana a la divinidad que los demás sentidos.
Aunque el sol no es la vista, es su causa (quien permite que se genere) y al mismo tiempo quien
hace posible su función de ver y a la vez que permite a los objetos ser vistos. Análogamente, se puede
decir entonces que “lo que en el ámbito inteligible es el Bien respecto de la inteligencia y de lo que se
intelige, esto es el Sol en el ámbito visible respecto de la vista y de lo que se ve”(508c).
Cuando el alma observa objetos sobre los cuales brilla la verdad y lo que es-en-sí, intelige, conoce
y parece tener inteligencia. Sin embargo cuando le falta la luz, todo parece oscuro y no puede llegar al
conocimiento fiel de la verdad. Entonces, esta generación de la verdad dentro de lo cognoscible y la
capacidad del alma de reconocer esa verdad, se acerca íntimamente a lo que es la Idea del Bien. “Y por
ser causa de la ciencia y de la verdad, concíbela como cognoscible; y aun siendo bellos tanto el
conocimiento como la verdad, si estimamos correctamente el asunto, tendremos a la Idea del Bien por
algo distinto y más bello por ellas” (508e). Se puede considerar como una super-esencia no derivada de
nada que está por encima del modelo del conocimiento de Platón (visto en clases).
Otras características fundamentales son que, al igual que el sol, que causa el nacimiento, nutrición
y crecimiento a la vida, sin ser el génesis, el Bien aporta el nacimiento de la capacidad de reconocer la
verdad en el alma, nutrición y crecimiento a esta misma. En última instancia, el Bien aporta el existir y la
esencia a todas las cosas cognoscibles (aunque este no sea esencia).
Un guardián que no conozca el Bien, y no se interese por él, nunca podrá imprimir verdadera
justicia y belleza a la polis.

 Explique la importancia de la dialéctica y los distintos grados de conocimiento propuestos en la alegoría


de la línea.

1
También hay un acercamiento en Filebo (65-66)
3
La importancia de la dialéctica, es que consiste en una episteme que marcha hacia el principio
último, hacia un arkhé que no se da por supuesto, como en otra clase de pensamiento, encara la búsqueda
del arkhé final y pretende concluir en la Idea de lo que percibe en su búsqueda.
En la alegoría de la Línea, Platón intenta mostrar una especie de organización del conocimiento;
la clase del mismo, desde donde se construye y hacia dónde se dirige. Por esta razón propone una línea
donde hay dos grandes secciones (campo visible-sensitivo y campo inteligible) que derivan en cuatro
clases de aproximación a la realidad (conocimiento).
Las dos operaciones del primer campo, consideradas dentro de la opinión acerca de un objeto,
son: la imaginación (eikasía), que vendría siendo una especie de conjetura acerca de lo percibido por los
sentidos y luego la creencia (pístis), que contiene un grado de claridad mayor que la conjetura y por lo
tanto un grado un poco mayor de certeza, pero aún no alcanza a entrar en el campo inteligible. Por el otro
lado (entrando al conocimiento), tenemos las operaciones del pensamiento discursivo (dianoia), una
operación mental que abstrae de lo sensible una esencia más pura, por ejemplo las operaciones
matemáticas y la última categoría es la inteligencia (noesis), como facultad máxima para el
conocimiento, y se apoya en la dialéctica para las operaciones mentales en la búsqueda de la verdad-en-sí.
El objeto de la doxa en la imaginación son los phantasmatas (sombras) y en las creencias son los
objetos que estas imágenes (reflejos o sombras) representan. El objeto del conocimiento del pensamiento
discursivo son los entes como objetos inteligibles y formas matemáticas, y el objeto del conocimiento de
la inteligencia es el eidos.

You might also like