Professional Documents
Culture Documents
Chihuahua el taller “El nuevo enfoque sistémico del combate a la corrupción en México y el
nuevo régimen de responsabilidades de los servidores públicos”.
La actividad, llevada a cabo el pasado 12 de noviembre, tuvo como objetivo brindar
herramientas a los servidores públicos para promover el combate a la corrupción en la entidad.
Ante 120 auditores y contadores públicos del estado, Isaak Pacheco aseguró que “está en
nuestras manos mejorar el Sistema Nacional Anticorrupción (SNA)”, al detallar la relevancia
de este tipo de talleres donde se plantean soluciones desde el gobierno y sobre todo, desde la
sociedad civil. “La sociedad debe de adentrarse en esos temas a efecto de que haga mejoras al
modelo planteado actualmente, y se puede lograr”, explicó el investigador.
La Guía Ciudadana y el Libro Vaquero, son dos proyectos desarrollados por Ethos en los que se
aborda el tema de la corrupción y el funcionamiento del SNA. Estos ejemplos fueron expuestos
como una forma de inspirar a los asistentes para fomentar la participación de la sociedad civil
en Chihuahua.
Asimismo, Isaak Pacheco explicó que la participación puede realizarse por medio de “los
canales institucionales y de incidencia con los que cuenta la sociedad para participar en este
proyecto de combate a la corrupción”, tales como el Comité Coordinador, el Comité de
Participación Ciudadana y la Comisión Ejecutiva del SNA, que son órganos colegiados en los
que la ciudadanía puede y debe sumarse.
En el taller, que se realizó en la Auditoría Superior del Estado de Chihuahua, el investigador de
Ethos también destacó que la difusión y el análisis del problema de la corrupción son
herramientas para encontrar soluciones conjuntas. “Sólo puedes prevenir algo si sabes de qué se
trata”, opinó.
Isaak Pacheco expuso a los asistentes la estructura y funcionamiento del SNA, desde sus
antecedentes hasta su creación con la Reforma Constitucional de mayo de 2015. Explicó a los
asistentes que la Política Nacional Anticorrupción, que actualmente está en consulta, así como
la puesta en marcha de la Plataforma Digital Nacional del SNA, son elementos fundamentales
para avanzar en el tema.
El taller también abordó un análisis de la nueva Ley General de Responsabilidades
Administrativas, de la reforma al Código Penal Federal y del Sistema Nacional de
Fiscalización; así como un diagnóstico del Sistema Local Anticorrupción del Estado de
Chihuahua.
Cabe mencionar que como parte de las capacitaciones que Ethos imparte en diferentes estados
para promover el combate a la corrupción, también tuvimos presencia en el 6º Congreso Cech
(Centro Escolar Catarino Herrera), “Trascendiendo Límites”, en Torreón Coahuila.
“Tratamos de inspirar a los jóvenes de que hagamos las cosas diferentes”, expresó el
investigador de Ethos ante estudiantes de la Comarca Lagunera. Esta conferencia se llevó a
cabo el pasado 26 de octubre, y en ella también presentó La Guía Ciudadana, como herramienta
para explicar la corrupción y el funcionamiento del SNA de manera simple; y el Libro Vaquero
que busca crear conciencia en la ciudadanía sobre su responsabilidad para prevenir la
corrupción.
Agradecemos tu interés en nuestros contenidos, sin embargo; este material cuenta con derechos
de propiedad intelectual, queda expresamente prohibido la publicación, retransmisión,
distribución, venta, edición y cualquier otro uso de los contenidos (incluyendo, pero no limi- tado
a, contenido, texto, fotografi ́as, audios, videos y logotipos) sin previa autorización por escrito de EL
UNIVERSAL, Compañ i ́a Periodi ́stica Nacional S. A. de C. V. Si deseas hacer uso de ellos te invitamos
a visitar nuestra tienda en li ́nea: http://tienda.agenciaeluniversal.mx , o bien, puedes comunicarte
con nosotros para cualquier duda, comentario o sugerencia al teléfono: 57091313 Ext. 2406 y
2425 de lunes a viernes en horarios de oficina. Si deseas suscribete en nuestra versión impresa o
digital, puedes comunicarte al teléfono 5709 1313 Ext. 1564 de lunes a viernes en horarios de
oficina.
El 14 de Setiembre del año 2000 fue una fecha significativa en la historia del Perú: los
acontecimientos de aquel día precipitaron la caída del gobierno de Alberto Fujimori y pusieron al
descubierto una red de corrupción al más alto nivel. Se trató de la difusión a nivel nacional de
material secreto, grabado en video, en el cual aparecía el entonces Asesor de la Alta Dirección del
Servicio de Inteligencia Nacional (SIN), y el congresista electo por el partido Perú Posible, Luis
Alberto Kouri Bumachar, negociando el traspaso de este último, por la suma de quince mil dólares
americanos, a las filas del oficialismo. El efecto de la difusión de este material fue devastador, pues
terminó por socavar los ya precarios fundamentos de legitimidad que tenía el régimen. A los pocos
días de ser difundida la cinta, Fujimori convocó a elecciones, desactivó el SIN y renunció desde
Brunei (La República, 2012a; El Comercio, 2000b): “(...) La ciudadanía vio, y supo, ya sin lugar a
dudas, lo que para entonces era un secreto a voces: la corrupción generalizada del régimen [...] A
diferencia de La Cantuta, que era un caso de violación brutal de DDHH, lo que ‘visionamos’ el 14
de setiembre fue un delito de corrupción, que atentaba contra el pacto fundacional del régimen.”
(Degregori, 2000: 374-375) En dicho contexto, la aparición de aquella y las subsiguientes
grabaciones desde el SIN ratificaron la existencia de una vasta y compleja red de corrupción, que
se organizaba desde aquel centro de inteligencia, y se extendía a través de todos los niveles e
instituciones de gobierno (Rodríguez Alegre, 2007). Representantes del Congreso de la República,
miembros del Poder Judicial, del Jurado Nacional de Elecciones, de las Fuerzas Armadas y
Policiales, jefes de medios de comunicación, estuvieron coludidos o fueron cómplices (Cameron y
Maxwell, 2002; Degregori, 2000). En ese sentido, una vez instalado el Gobierno de Transición, se
dio inicio a una trayectoria de mecanismos institucionales, legislativos y penales dirigidos a
prevenir, controlar y, eventualmente, sancionar todas las formas de corrupción. En ese contexto
nace la primera iniciativa dirigida a combatir de modo expreso la corrupción dentro del aparato
estatal. Nos referimos a la creación, durante el gobierno de 7 transición, del Programa Nacional
Anticorrupción (Resolución Suprema 160-2001-JUS) y, coextensivamente, la creación del Grupo de
Trabajo “Iniciativa Nacional Anticorrupción” (INA), cuyo principal objetivo fue la elaboración de un
diagnóstico de la situación de la corrupción en el país y el consiguiente diseño de políticas públicas
para enfrentar este problema. Como resultado de este trabajo se publicó el documento “Un Perú
sin corrupción: condiciones, lineamientos y recomendaciones para la lucha contra la corrupción”,
que definió los requisitos y lineamientos centrales para la elaboración del Plan Nacional
Anticorrupción; a saber: a) la institucionalización de la lucha contra la corrupción; b) el fomento de
la transparencia y el rendimiento de cuentas; c) la promoción de la ética pública; y, d) el impulso
de la vigilancia ciudadana (INA, 2001). Si bien hubo un amplio consenso alrededor de las
recomendaciones formuladas por la INA, corresponde entonces preguntarse ¿Cuáles fueron las
principales políticas anticorrupción a partir de entonces? ¿Qué leyes y resoluciones se emitieron
dirigidas al control de este delito? ¿Qué instituciones y organismos públicos se instituyeron con
ese objetivo? En suma, ¿cómo cambió el Estado en lo que respecta a su ingeniería institucional y
normativa en materia de lucha anticorrupción? En el ámbito preventivo, los esfuerzos
anticorrupción han descansado, principalmente, en 4 pilares: el Sistema Nacional de Control, en la
modernización de la gestión pública y simplificación administrativa, en la reforma del empleo
público y en el Régimen de Contrataciones. En el caso del Sistema Nacional de Control, la
Contraloría General de la República se focalizó en la creación progresiva de un corpus jurídico que
ha significado avances en la legislación peruana. Sobresalen desde el seno de esta institución: la
Ley de Control Interno de las Entidades del Estado (Ley 28716, 2006); internamente, la
constitución de un Grupo de Inteligencia Anticorrupción (Res. 203-2003-CG) y su posterior
conversión en la Gerencia de Prevención de la Corrupción, la Guía Técnica de Probidad
Administrativa (Res. 373-2006-CG); la Resolución sobre rendición de cuenta de los titulares de las
entidades (Res. 372-2007-CG); la “Guía para la Implementación del Sistema de Control Interno de
las entidades del Estado” (Res. 458-2008-CG); y el Reglamento de los Órganos de Control
Institucional (Res. 459-2008-CG). Por otra parte, es pertinente referirnos a un primer grupo de
normas caracterizadas por la prescripción de conductas y comportamientos éticamente plausibles.
Posiblemente la más importante es la Ley del Código de Ética de la Función Pública y su
reglamento (Ley 27815, 2002; Decreto Supremo 033-2005-PCM), que determina los principios,
fines, deberes y prohibiciones éticas para el ejercicio de la función pública.