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© Dante Orsini

Madrid - España - 2015

Este libro ha sido inscrito en el Registro de la Propiedad Intelectual.

Es de libre distribución a través de las webs autorizadas mencionando a su

autor. Queda totalmente prohibida su reproducción total o parcial  por
cualquier medio sin el consentimiento expreso del autor. Reservados todos
los derechos. La infracción de dichos derechos puede constituir un delito
contra la propiedad intelectual.

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Espectros Quirales “Historias de la Era Quiral” es una saga de novelas
independientes ambientadas en un futuro no muy lejano donde la
nanotecnología, la comunicación globalizada y las redes sociales
HISTORIAS DE LA ERA QUIRAL
juegan un papel fundamental.

“Espectros Quirales” es un relato de distribución gratuita que

forma parte de la saga.

Todas las historias son auto-concluyentes, por lo que el orden de

lectura no afecta a la comprensión de su trama y su universo.

Dante Orsini

OTROS TÍTULOS DE LAS HISTORIAS DE LA ERA QUIRAL:

•El Beso de los Lobos - junio/ 2014

•Basureros de Sangre - Lanzamiento previsto : 2016

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Dedicatoria A los rastreadores de espectros.

iii
Capítulo 1

La belleza de
la rutina
Capítulo 1

La belleza de la rutina

Me dan pena;… todos los que murieron antes de esta época: mi época.

Presos en sus ciudades. Condenados a recorrer miles de kilómetros para disfrutar

de un puñado de horizontes inalcanzables.

El conocimiento era esquivo, y quienes querían saber debían atravesar una jungla
burocrática. La información era pálida y plana, pero aún peor: ¡era estática! Y
aunque nuevos descubrimientos la dejasen obsoleta permanecía allí, inalterable,
confundiendo a quien pudiese leerla…

Comunicarse era un milagro. Las noticias viajaban lentas, deformadas y mutiladas

a conveniencia de su pregonero.

El solo pensar en vivir en el pasado me da repelús. La materia gobernaba a los

hombres que, atados a esa columna, andaban en círculos sin darse cuenta que
terminarían ahorcados por su propia cadena…

Tal vez no la entiendan; pero esta es mi vida… 

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Aquella mañana desperté con suavidad, abandonando un sueño
extraño con la sutileza de un susurro. Sonriendo, recordé las
antiguas historias sobre los “despertadores”: máquinas llenas de
engranajes que giraban sin descanso clavando sus dientes unos
contra otros hasta que, al alcanzar la hora señalada, producían
un ruido espantoso arrancando a sus dueños del reino onírico
con violencia, provocándoles taquicardias y mal humor crónico.   cubiertas por una ilusión: la representación quiral de un desierto
Al acostarme la noche anterior, accedí a la interfaz de mi ciclo de
sueño programándola para que me despertase a las ocho de la
mañana del día siguiente. Los nobots clase kervex que operan en
mi corteza cerebral acataron la orden y, en cuestión de minutos,
me encontraba sumida en un profundo y placentero sueño.
Insomnio, duermevela… son conceptos extraños para mí,
términos de la literatura antigua.
Mientras duermo; el resto de los nobots de mi organismo trabajan
sin pausas relajando mis músculos y estabilizando mi organismo
para que, al despertar, el sueño haya sido más que reparador,
otorgándome energía y humor para alcanzar una mayor
productividad.
Los nanobots (a los que llamamos “nobots”; una palabra más
simple y agradable), son el mayor éxito de la bioingeniería.
Células artificiales que cumplen y superan todos los requisitos de
las vivas permitiéndome regular y programar las funciones de mi
organismo a voluntad.
Tras remolonear unos minutos en la cama por puro gusto, me
levanté y mi apartamento comenzó a despertarse junto a mí.
Respondiendo a unos simples comandos gestuales, las
persianas se levantaron y el termostato de la calefacción se
ajustó en sincronía con mi temperatura corporal, asegurándose
de que siempre me sienta a gusto. Las paredes desaparecieron
de arenas verdes, mientras el Omnicheff, (ángel guardián que me
libera de cocinar), se encendió comenzando su ciclo automático
de limpieza antes de preparar mi desayuno.
Apretando los labios, abrí mi pequeño cofre de refrigeración y
cogí al azar uno de los sobres. Odiaba sentir el aire frío contra
mis piernas desnudas y el tacto helado del sobre en mis dedos
pero, si quería comer, debía tolerar ciertos males.
La máquina absorbió la materia prima produciendo ese ruido tan
característico que sonaba como un beso, y comenzó trabajar.
Durante los escasos minutos que tardó el proceso fantaseé una
vez más con tener una de aquellas neveras que traen
incorporado un Omnicheff  y, respondiendo a una simple orden
verbal, buscan solas los sobres en su interior. ¡Un cacharro así
me libraría de tener que tocarlos yo misma!… Claro que igual
debería llenarla cada tanto, y aunque mi labor se limitase tan solo
a poner los sobres de materia prima en un compartimento,
sentiría el frío mientras lo hago… Pero creo preferible pasar por
ello una vez al mes y no cada vez que quiero comer algo. De
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todos modos; ¡no tenía dinero para comprar una nevera así ni -¡Cornucopia!  -exclamé escupiendo sin querer algunos trocitos,
espacio donde meterla! Lo único que podía hacer era fantasear. palabra clave con la que iniciaba sesión en el WR.

A los ojos de muchos mi piso era demasiado pequeño: un Los “Worlds” se manifestaron ante mis ojos como una serie de
estudio de veinte metros cuadrados. Durante su construcción se esferas de diversos contenidos acordes a mis preferencias. La
discutió hasta el aburrimiento sobre el absurdo tamaño de este primera esfera, compuesta por las caras de mis amigos que
tipo de viviendas (destinadas a jóvenes solteros), señalándolas sonreían radiantes, me ofrecía las últimas novedades de mis
como “el paradigma de la decadencia del estado de bienestar en contactos en las redes sociales. Bostezando, la hice girar entre
nuestra sociedad”. Pero la verdad es que hoy muchas familias mis dedos interesándome tan solo por unos comentarios que mi
serían capaces de cualquier cosa por conseguir un apartamento amiga Bianca había compartido acerca de su próximo viaje.
tan barato como el mío. Hoy en día la falta de espacio limita solo
-“¿En verdad vas a ir a ese retiro tecnológico…?” –pensé con una
a las almas pequeñas. Gracias al World_Room ya no hay
mueca triste –Te echaré en falta este fin de semana…
fronteras. “Poseer” es algo de viejos…
El siguiente world tenía la apariencia de un globo hecho de papel
Cuando una alegre melodía me avisó que la comida estaba lista,
de periódicos; era “El Mundo de las Noticias”, la mayor red de
abrí la compuerta y fruncí la boca disgustada con lo que veía.
información libre que enlazaba informativos de todos los países
¿Qué era aquello? Una especie de selección de cereales, frutos
ofreciendo una excelente traducción simultánea.
secos y lonchas de carne.
Mientras ojeaba los principales titulares sin que ninguno me
-Desayunos de oferta… –susurré, sintiendo arder entre mi piel y
llamase la atención, recibí una solicitud de comunicación quiral.
mis huesos un fuego que se alimentaba de indignación y
Era mi amiga Sheronda; solíamos desayunar juntas todos los
vergüenza. No era la primera vez que por comprar lotes a bajo
días.
precio me colaban uno de esos sabores que no venden a nadie.
-¡Buenos días Ro! –me saludó efusiva, manifestándose de cuerpo
-¡Comida es comida! –murmuré sin llegar a creérmelo y, tomando
completo en mi comedor.
un puñado de almendras que me metí en la boca con furia, me
senté a la mesa.

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-¡Muy buenas She! –le contesté con una sonrisa. Sheronda era de
esas personas que transmiten tal alegría que serían capaces de
hacer sonreír hasta a un amargo y estático busto de bronce.
-¿Sigues usando este desierto de ambiente? –preguntó mi amiga
observando la representación con la que decoraba mi piso –Es
muy triste. ¿Qué pasó con la playa o los pastizales húmedos tan
bonitos que habías creado?
 -¡Hay que cambiar cada tanto! Y el desierto me inspira paz…
¡Qué hermoso tienes el pelo! ¿Es real o usas un skin?
-¡No, no! –contestó mi amiga, acariciándose ruborizada su larga
cabellera roja -. Es un skin que estoy probando, pero esta tarde
vamos a ir a la peluquería con mi madre a convertirlo en realidad.
Pasaremos todo este fin de semana juntas, quiero animarla un
poco después de lo de mi tía… ¿Quieres venir con nosotras?
-No, gracias. Tengo que cumplir mi cuota con “Society” y
terminar una presentación para la uni… -contesté diciendo en
gran parte la verdad (consideraba esa reunión de carácter
privado). Además: Sheronda y su madre eran tan compinches
que en su compañía siempre me sentía de sobra.
-Creo que en este momento solo deberías centrarte en tu familia
–agregué sincerándome.
-Tienes razón, pero… Bianca tampoco estará. Ya sabes,
su “retiro tecnológico”-me dijo conteniendo una sonrisa, las dos
pensábamos lo mismo al respecto -. ¿No te sentirás sola?
-¿¡Quién está solo en esta época!? –contesté risueña -¿Quieres
ver qué hay de nuevo en “Ghost Noise” antes de entrar a clases?
–pregunté cambiando de tema, y Sheronda afirmó con una
sonrisa.
Ghost Noise era un world genial en cada uno de sus aspectos.
Su diseño cambiaba al azar varias veces por día; a ciertas horas
era una voluta de humo denso que se retorcía como si tuviese
vida, o una bola de lodo burbujeante en la que cada pompa
formaba un pequeño rostro chillón al estallar. Aquel día mostraba
mi favorito: una esfera de estática y ruido blanco en la que a
veces parecían escucharse voces y adivinarse imágenes. Pero lo
en verdad interesante era su contenido; templo de la expresión
alternativa en la que músicos, grupos de teatro, cineastas y todo
tipo de creativos desconocidos (muchos de ellos estudiantes)
exponían su trabajo por puro placer, con la única condición de
que su obra utilizase tecnología quiral.
Como de costumbre, seleccioné “reproducción al azar” y la
realidad se desvaneció ante nuestros ojos situándonos en un
profundo espacio negro en el que solo existíamos nosotras.
-¿Se jodió la conexión? –preguntó Sheronda algo intimidada por
el vacío que nos rodeaba.
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Tres estrellas naranjas brillaron en lo alto a modo de respuesta,
precipitándose sobre nosotras junto al virulento sonido de un
violín. Al impactar contra el suelo, las estrellas se estiraron con un
gesto felino hasta convertirse en tres mujeres que comenzaron a
danzar a nuestro alrededor acompañadas por una melodía que
mezclaba instrumentos clásicos con electrónicos. Con cada
gesto de sus manos y sus pies, las mujeres cortaban el aire
dejando estelas de luz anaranjada que, trabajando en comunión,
creaban hermosas figuras que nos envolvían con suavidad.
Con los ojos grandes y las bocas abiertas en una sonrisa,
observamos aquel espectáculo grabado en algún lugar lejano y
que, gracias a la interacción de nuestros nobots con
el World_Room, podíamos disfrutar en nuestras casas.
En un principio, los nobots fueron desarrollados por la Agencia
Espacial de los Continentes Unidos en respuesta a las
necesidades médicas de sus astronautas. Un cuerpo humano
sometido a condiciones de baja gravedad durante largos
períodos sufre pérdida de densidad ósea y masa muscular
además de múltiples trastornos por verse expuesto a la radiación
solar.
Estos nobots primitivos mantenían en condiciones óptimas el
organismo de los astronautas, transmitiendo de continuo un flujo
de datos desde el interior del cuerpo hacia receptores externos.
Lecturas que eran analizadas por el personal médico en tierra
que, en caso de detectar alguna descompensación, podían
asignar a los nobots tareas específicas de sanación. Durante esta
etapa de su desarrollo, alguien tuvo la idea de explotar la
propiedad de transmisión y recepción de datos de los nobots y
alojar un grupo de ellos en la corteza cerebral de los astronautas
ligándolos a los sistemas de la nave. Esta unión les permitiría
interactuar con las computadoras y la maquinaria con solo “un
pensamiento”,  proporcionándoles una mayor capacidad de
respuesta y efectividad.
El estallido de la llamada “primera crisis global” sacudió los
cimientos de los Continentes Unidos de un modo sin
precedentes, obligándoles a recortar gastos y cancelar la mayoría
de los proyectos de la agencia espacial, entre ellos: el desarrollo
de nobots.
Una de las medidas que adoptaron para combatir el déficit fue
sacar a subasta las licencias de algunos de sus proyectos. Los
estudios sobre nanotecnología fueron adquiridos en partes
iguales por una corporación médica privada y una coalición de
desarrolladores en informática y comunicaciones.
Una década después los nobots habían cambiado las bases de la
medicina prolongando nuestra esperanza y calidad de vida. Pero
la verdadera revolución ocurrió en el ámbito de las
comunicaciones y el ocio.      
El World_Room es el macrosistema descentralizado de
comunicación que substituyó a la ya vieja y limitada internet. La
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información ingresa de forma directa en los nobots de nuestro
cerebro convirtiéndonos en un “host orgánico”, ellos la
interpretan y traducen en forma de impulsos eléctricos
estimulando nuestros sentidos como si realmente percibiéramos
imágenes y sonidos (también pueden recrear olores, sabores o
sensaciones táctiles) accediendo así a una nueva realidad en la
que el arte, la educación, el ocio y las comunicaciones ignoran
las fronteras: “el mundo entero en nuestra habitación”.
Hoy los nobots son suministrados por los Continentes Unidos a
todos los ciudadanos con fines sociales, económicos y de
seguridad, por lo que nadie: ni siquiera los más humildes, están
fuera de la comunidad.   
Colándose entre las bailarinas de las estrellas, apareció una
mangosta de pelaje atigrado que vestía un chaleco rojo y cargaba
una mochila a su espalda.
-Bueno, tengo que conectarme a la uni… -dije con desgano al
reconocerla; una ayuda memoria que había programado para no
saltarme el horario de clases.
-Sí, yo también debería... ¿Lo agrego a favoritos? ¡Está
buenísimo, quiero terminar de verlo! –exclamó Sheronda mirando
a las bailarinas con ojos soñadores.
-Después lo vemos juntas… -contesté despidiéndome con una
sonrisa de mi amiga que correspondió antes de desvanecerse.  manto de posibilidades infinitas…
Sin mucho entusiasmo me conecté al Town_Room de mi
universidad, (la materia que debía cursar ese día era la única que
no me gustaba).
Los Town_Room (o TR), utilizan el protocolo
del World_Room para compartir información y servicios dentro de
una comunidad u organización específica. Mi universidad poseía
un buen TR que, entre otras ventajas como el acceso a sus
bibliotecas virtuales o la posibilidad de disponer de servidores
propios para la experimentación de contenidos, me permitía
asistir a clases a través de su aula quiral. Es decir: sin necesidad
de abandonar mi hogar.
Estas representaciones son muy simples de entender: en un
principio las imágenes recibidas vía WR se manifestaban en
forma de ventanas, sin duda influenciadas por el viejo diseño de
la interfaz de internet, pero a medida que avanzó esta tecnología
el modo de presentar la información evolucionó a la par. Lo que
se ha dado en llamar una representación quiral es, a efectos
prácticos, “un conjunto de imágenes tridimensionales que
representan a escala objetos y personas permitiendo un alto
grado de interacción”… Aunque mucha gente se limita a
describirlos como “espejismos e ilusiones”.
De la mano de esta tecnología, los world’s comenzaron a
rodearnos con sus contenidos, cubriendo la realidad con un
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Ya conectada al TR de mi universidad mi entorno cambió,
situándome en una amplia sala oval de paredes blancas con un
friso de luz azul a la altura del techo. Mis compañeros, de
diversas edades y nacionalidades, cuchicheaban entre ellos
hablando sobre el último capítulo de una serie de moda.
Aburrida me recliné en mi silla mordiéndome una uña. ¿Dónde
estaba el profesor?... ¡Otra demostración de lo que pasa cuando
se le impone a una persona la absurda regla de estar presente en
un sitio cuando, a fuerza de verdad, no es necesario! El profesor
podría haber hecho lo mismo que yo y dar clases desde la
comodidad de su hogar, pero la universidad; aún regida por
normas redactadas por algún puñado de momias, le obligaba a
estar allí, hablando en un aula que probablemente estuviese
vacía.
Cuando comenzó a implantarse el sistema de asistencia virtual
en las universidades del mundo hubo quienes se opusieron
argumentando que esta práctica inducía al “ausentismo
presencial” (los alumnos podían figurar en línea cuando en verdad
estaban atendiendo otros asuntos), sugiriendo reservar este
recurso a aquellos que sufriesen una enfermedad que les
impidiese movilizarse, o para incentivar la matrícula de
estudiantes extranjeros permitiéndoles cursar a distancia…
¡Ridículo! Si el modo de impartir clases no es interesante y
participativo, el aula puede estar vacía a pesar de no quedar
asientos libres: atiborrada de alumnos somnolientos con ojos
vidriosos y la mente en blanco.
Por fortuna las quejas no llegaron a ningún lado, y en un par de
años la mayoría de los estudiantes dejamos de gastar tiempo y
dinero en viajes.
-¡Disculpen el retraso! ¡Comencemos! –dijo el profesor entrando
con paso rápido, tropezando con sus propios pies.
Observé su rostro acalorado y sudoroso y sentí lástima por él.
Todas las aulas disponían de un sistema de micro cámaras que,
en conjunto, ayudaban al sistema a generar una imagen en tres
dimensiones de su persona; representando con fidelidad cada
uno de sus gestos y su apariencia.
Los alumnos no estábamos obligados a mostrar nuestro “estado
real”. Por ejemplo ese día apenas me había peinado, vestía una
camiseta de tirantes suelta y estaba en bragas, con las piernas
desnudas y unos gruesos calcetines en los pies. Sin embargo;
mis compañeros y el profesor me verían vistiendo un elegante
traje negro junto a un peinado de una belleza y complejidad
imposibles.
Basándose en los datos emitidos por mis nobots, el sistema
quiral podía extrapolar una representación de mi persona muy
fiel, con mi altura y masa corporal exactas, reproduciendo incluso
mis movimientos y gestos con un margen de error aceptable.
Pero de ningún modo podía conocer datos externos, como el
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largo de mi pelo, la ropa que llevaba o si usaba anillos. Para
incorporar estos detalles había dos modos distintos: uno,
preestablecer una serie de complementos a nuestro gusto
(llamados “skins”), o conectar el  sistema de micro cámaras de
nuestra vivienda trasmitiendo una imagen fehaciente.
Mi universidad dictaba varias carreras de diseño por lo que, a
modo de práctica y para jactarnos de nuestro talento, todos los
alumnos aprovechábamos para lucir skins de creación propia.
La clase se me hizo eterna. Entre cabeceo y bostezo no dejaba
de preguntarme para qué me serviría aquello: “Deontología
Profesional del Desarrollador Quiral” era, como sugiere su
nombre, un somnífero auditivo. Una materia impuesta por los
Continentes Unidos que cursábamos porque no nos quedaba
otra... El profesor, hay que admitirlo, se esmeraba por llevar las
clases con dignidad, invitando a la participación y al diálogo entre
los alumnos y poniendo ejemplos prácticos bastante curiosos.
Pero no existía maquillaje capaz de disimular lo aburrido del
temario.
Cuando al fin terminó, suspiré aliviada y abandoné el aula.
“Viernes”: una palabra casi mágica que conseguía hacerme
sonreír. Promesa de libertad, un portal hacia una pequeña laguna
en la que podía dedicarme a mis intereses… O al menos en
teoría…
Mientras decidía qué hacer el resto del día, recibí otro mensaje de
mi madre pidiéndome que fuese a casa ese fin de semana para el
cumpleaños de mi prima... ¿¡Por qué seguía insistiendo!? ¡Estaría
allí de forma virtual; tan simpática y conversadora como de
costumbre! ¿Por qué les cuesta tanto a los viejos romper las
cadenas de lo físico? Llegaría hasta ellos por el WR y a sus ojos;
mi representación sería tan verdadera como la de cualquier otro
invitado. Sin embargo yo estaría más feliz, cómoda y segura en
mi casa.
-“Rosaura, hija, ¡estás muy sola!…” –dice siempre mi madre con
voz lastimera. ¡No me entiende! ¡Nadie está solo en la era quiral!
Tengo muchos amigos con los que viajo y vivo experiencias
increíbles. Jugando conozco gente nueva, en los foros de debate
y en las plazas sociales interactuo con miles de personas, ¡y no
necesito salir de casa!
No sé por qué la gente le da tanta importancia a la soledad que,
en verdad, es un sufrimiento dulce…
Intentando distraerme activé a “Mogape”: mi mascota. Mogape
es un animal hermoso; pequeño y de blanco pelaje, larga y
delgada cola, altas orejas triangulares siempre atentas, profundos
ojos negros de gran expresividad y un hocico corto y cuadrado
con largos bigotes blancos. Lo diseñé yo misma; dándole un
cuerpo algo simiesco que le permite trepar y manipular objetos
pequeños con los que hacer monerías (dentro del plano virtual,
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por supuesto) pero dotándolo con las mejores cualidades de los Durante un buen rato me dediqué a jugar con Mogape,
perros y los gatos. lanzándole una pelota que atrapaba con su hocico o sus manitas
de modo indistinto, y me reí mucho al verlo perseguir una polilla
Las mascotas quirales son cada día más populares. A casi todo
roja que creé para él. Cuando comenzaba a lucir cansado, le
el mundo le gustan los animales, pero no todos disponen de los
serví un poco de leche y un cuenco de fruta que devoró con
recursos, el espacio, el tiempo o la paciencia necesaria para una
velocidad. Una vez satisfecho, Mogape se recostó a mi lado
mascota orgánica. En el world “Waku Doki Wan-wan” puedes
hecho un ovillo y, tapándose los ojos con su larga cola, se quedó
adoptar tu propia mascota que está programada para reaccionar
dormido.
con un índice de realismo del 98,3%. El catálogo de animales a
adoptar es muy amplio, disponiendo desde lo más típico: gatos, Más relajada decidí iniciar sesión en “Society”: el juego social
perros, hámsteres y diversas especies de aves, hasta animales en más exitoso... Y también mi trabajo. Aunque para mí la palabra
verdad exóticos como tigres, búfalos o caimanes. Al crear tu “trabajo” implica tedio, sacrificio y resignación, mientras que en
mascota se puede personalizar lo básico: tamaño, color de los Society se me paga por realizar algo que me encanta y estaría
ojos y el pelaje, pero también se pueden manipular aspectos más dispuesta a hacer gratis.
íntimos como el carácter propio de la especie, consiguiendo por
Los llamados “juegos sociales” nacieron hace pocos años como
ejemplo que un gato sea más cariñoso o solitario según tu
una simple teoría: ¿Se podía incentivar a los ciudadanos hacia la
interés, o alterar sus atributos naturales y determinar qué tan ágil
solidaridad y el civismo a través del ocio? ¿Podía crearse
y aventurero será, o programarlo para que duerma menos horas
un vídeo juego cuyos resultados influyeran en la vida real, donde
de las habituales (hay personas que una vez que han creado su
los mejores jugadores contribuyeran con su puntuación y talento
mascota no la desconectan nunca. A mí me parece cruel tener a
a mejorar el mundo?... Algunas empresas intentaron poner en
Mogape suelto por la casa y no poder prestarle atención porque
práctica esta idea, pero solo consiguieron lanzar al mercado
estoy en clases). También se pueden adoptar seres fantásticos,
profundos bodrios que se limitaban a voluntariados sin metas
como un unicornio o una mantícora (tengo un amigo que adoptó
claras, buen desarrollo o verdadero alcance. Pero un grupo de
un gremlin y ahora se arrepiente) o, como en mi caso, diseñar tu
alumnos del último año de mi universidad vio el verdadero
propia especie desde cero, mezclando componentes y
potencial tras la teoría. Vivimos en una época espinosa, todo lo
características a placer.
que nos rodea cruje y amenaza con desmoronarse, pero el

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número de gente dispuesta ayudar crece de un modo
exponencial. En coordinación con otras universidades, y
consiguiendo apoyo económico del Fondo de Desarrollo de los
Continentes Unidos, Society ligó con astucia diversas tecnologías
llamando la atención del público. Explotando el propio espíritu
del WR, facilitó a todos sus participantes aparecer de forma
quiral allí donde se les necesite, por ejemplo: psicólogos,
predicadores de la Fe Unificada o asistentes sociales pueden
manifestarse donde sea preciso, pero también cualquier grupo
puede llevar su espectáculo de teatro, música, cuenta cuentos o
lo que fuere a escuelas, centros de acogida de menores,
residencias de ancianos o barrios marginales, pudiendo incluso
actuar en varios sitios a la vez.
Cuando una emergencia necesita “músculo” además de
presencia, Society está en contacto con diversas ONG que
facilitan y distribuyen androides “Shelland” (robots antropomorfos
que pueden ligarse a una mente respondiendo con extrema
precisión como si se tratase de un “segundo cuerpo”)
permitiendo a enfermeras, médicos y personal sanitario
controlarlos de forma temporal y participar en salvamentos,
campañas de vacunación o ayudar en los hospitales de la zona
en la que se haya declarado una pandemia sin exponerse a
ningún riesgo. Este mismo sistema permite a obreros voluntarios
trabajar en la reconstrucción de zonas afectadas por catástrofes,
a cocineros trabajar en comedores populares distantes o lo que
haga falta. Las ONG aún no disponen de suficientes unidades,
pero sí les sobran voluntarios, por lo que los “Shelland” trabajan
veinticuatro horas valiéndose de la rotación continua de
usuarios. 
En mi opinión, parte del gran éxito de Society fue establecer un
sistema de puntos y asociarse a las redes de empleo profesional.
Cada vez que un miembro participa en una acción social, es
puntuado por los beneficiarios de su ayuda y por el propio
sistema que evalúa las respuestas emocionales del entorno
basándose en los datos que recibe de los nobots de cada
individuo.
Estos puntos posicionan a los voluntarios dentro de las redes de
empleo, siendo los más exitosos los primeros en ser contactados
por las empresas. Atrapados en una época de escasez, muchos
profesionales se esfuerzan por sobresalir en Society con la
esperanza de conseguir un empleo, actitud muy criticada por los
“verdaderos altruistas”… Pero incluso los corazones más nobles
tienen que comer…
Actores, músicos y otros artistas también están interesados en
conseguir buen puntaje, ya que los agentes revisan las críticas
del World en búsqueda de nuevos talentos.
Yo no sé tratar a los niños, los enfermos me ponen nerviosa y los
viejos me incomodan, pero quiero ayudar. Y ahí entra en juego mi
talento como desarrolladora quiral.
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En verdad tuve mucha suerte. Cuando aquél grupo de alumnos
comenzó a idearlo yo me encontraba en primer año de la carrera;
sin embargo, llevaba toda la vida creando objetos y entornos de
forma amateur y, aunque no era profesional, era buena. Quizás
mejor que muchos recién recibidos…
Conseguí el puesto durante la feria de las vacaciones de invierno.
Cada curso debía desarrollar un entorno en el que demostrase lo
aprendido, poniendo especial empeño en la interactividad y el
arte. Por razones obvias, nunca esperan demasiado de los
alumnos de primer año, de hecho la mayoría de los que visitan la
feria ni se molestan en acceder a sus “layers”. Aquel año nos
habían propuesto desarrollar un simple entorno estándar
recreando mobiliario del siglo XIX. Pero, además de cumplir con
lo propuesto, me centré en crear un objeto: el “adulterón” (¡sé
que el nombre que le puse no es bueno! Pero mi fuerte es idear
prodigios, no bautizarlos). El adulterón era una máquina tan
grande como una pelota, con la apariencia de estar compuesta
de piedra y metal y llena de piezas giratorias que, al moverlas,
producían un sonido similar al canto de un grillo. En su diseño
puse especial esmero, esforzándome en que las piezas giratorias
fuesen muy seductoras e invitasen a manipularlas.
En secreto y con gran picardía, infiltré uno de ellos en cada uno
de los layers de los distintos cursos. Cuando los visitantes
comenzaron a recorrer la feria, no tardaron en reparar en aquél
extraño objeto tirado en un rincón. Al acercarse, descubrían con
sobresalto que este reaccionaba a su presencia flotando hasta la
altura de sus pechos. Entre risas y exclamaciones, quienes
jugaban con la máquina descubrían que con cada giro
adulteraban el entorno cambiando el color y el tamaño de los
objetos, su disposición en el espacio e incluso algunos de sus
parámetros de comportamiento.
En cuestión de minutos, la granja desarrollada por un grupo de
segundo pasaba de ser una visión idealizada de la vida rural a un
sitio de césped rojo en el que las vacas ladraban como perros y
corrían invertidas, peinando la hierba con sus lomos y pataleando
en el aire.
La excelente reproducción de las Cataratas del Iguazú de los
alumnos de cuarto año, pasó a ser aún más llamativa cuando
todas sus caídas cambiaron de dirección ascendiendo al cielo,
inundando el firmamento y ahogando al sol.
Mi creación causó gran revuelo. Algunos se sintieron ultrajados
tildándome de irrespetuosa y pidiendo mi expulsión. Pero para mí
fortuna la mayoría encontró mi trabajo interesante,
sorprendiéndose por el modo en que había burlado los
protocolos de seguridad de los distintos proyectos y logrando
ligar un objeto quiral a los parámetros de cada layer con un
nuevo y original tipo de interfaz. Mi “osadía” llamó la atención del
director del Proyecto Society, quien me propuso pasar a formar
parte del equipo de diseñadores y desarrolladores, ¡trabajo que
acepté con un grito y sin dudar!
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Mi tarea es simple: el grupo de coordinación me informa sobre
las nuevas peticiones de ayuda y, en base a ellas, genero
“hitos” (nombre que damos a las solicitudes) que pasan a formar
parte de la Plaza Social: entorno que visitan los jugadores para
buscar tareas y conversar un poco.
¡Me encanta mi trabajo! Puedo realizarlo desde casa sin
problemas y con gran flexibilidad horaria. Aprendo más de
programación y desarrollo en Society que en la universidad, y
estoy adquiriendo un currículo que es la envidia de todos mis
compañeros. Además; siento que formo parte de algo noble… No
me pagan mucho, pero gano lo suficiente para pagar el alquiler y
comer todos los días. ¡Todo un triunfo para alguien de mi edad!
Aquél día trabajaba en un hito para una residencia de ancianos
que buscaba grupos de teatro que actuasen para ellos; un
comedor social que pedía donaciones de alimentos (también
publicamos peticiones como estas, que no pueden ser
compensadas mediante tele-ayuda) y otra de un pequeño
hospital público en África que, tras recibir más unidades
“Shelland”, necesitaba enfermeros, médicos y técnicos que los
ocupasen…
La idea de estos hitos quirales es que sean muy llamativos,
incluso truculentos, deben generar empatía en las personas que
deambulan por la Plaza Social. Para la residencia se me ocurrió
crear un grupo de ancianos riendo y cantando con fuerza; sin
embargo, al conseguir llamar la atención de un posible voluntario,
comenzarían a perder el ímpetu hasta quedar sumidos en un
profundo sueño. Entre ronquidos y cabeceadas, sin abrir los ojos,
uno de los viejos pediría: “Por favor, ¡devuélvenos la alegría!”. A
partir de ese punto, programé a los ancianos para contestar
preguntas y dar información sobre la residencia y los horarios en
los que solicitaban las funciones (algo muy importante, ya que
aceptamos voluntarios de todo el planeta y cuadrar las
diferencias horarias puede ser complicado), despertando poco a
poco a medida que la persona demostrase interés o volviendo a
dormir si se mostraba indecisa.
Algunos han criticado los anuncios de Society tildándolos de
sensibleros, ¡pero si no se golpea al corazón no hay respuestas!
Nos limitamos a mostrar la realidad junto a las consecuencias de
la inacción.
Todos los viernes realizábamos una reunión de equipo para
analizar lo hecho en la semana y coordinar futuros eventos, pero
antes de conectarme al Town_Room de mi trabajo di una
pequeña vuelta por la Plaza Social observando con interés
profesional los anuncios creados por mis compañeros. La reunión
fue amena como de costumbre.  Finalizados los temas laborales
Enki; el jefe de desarrolladores, nos mostró las últimas
novedades del Congreso Tecnológico de Seoul donde destacaba
la Vicisitud_Room: manifestación física del WR. La noticia fue
recibida con tanto entusiasmo como rechazo, desatando una
16
larga discusión entre mis compañeros que escuché en un
prudente silencio antes de formar una opinión…
Ya libre, no podía encontrar con qué divertirme. Mis mejores
amigas; Bianca y Sheronda, no estaban disponibles y a los
demás no tenía muchas ganas de verlos esa noche. Hay días en
los que parece que nada me satisface, y cuando eso ocurre
siempre termino en “Linyeras”, un World que ofrece
representaciones quirales hiperrealistas de las ciudades y
pueblos del mundo. Elegí una ciudad al azar y mi piso
desapareció ante mis ojos situándome en una larga y ajetreada
avenida.
-Eliminar transeúntes y vehículos –solicité al sistema, sintiéndome
aliviada cuando la muchedumbre se desvaneció dando lugar a un
profundo silencio.
Relajada, miré el cielo azul sobre mi cabeza y solté un suspiro. En
mi ciudad llovía de continuo y muy pocas veces podía ver el sol,
pero el WR me permitía cambiar mi realidad. En compañía de
Mogape, comencé a recorrer las calles observando las fachadas
silenciosas, las ventanas oscuras y los viejos carteles que
indicaban los nombres de las calles, anacrónicos y casi inútiles
pero conservados por respeto y nostalgia. ¿Dónde me
encontraba? No reconocía las letras de los carteles y la
arquitectura, aunque familiar, tenía un “acento” propio que la
volvía ajena…
Hay algo hermoso en las ciudades vacías; una sensación de
ocaso que me hace sentir más importante. Además, el caminar
por calles desconocidas me obliga a estar más atenta y descubrir
detalles únicos, invisibles para quienes creen conocerlas.
Cuando me aburrí de aquel sitio sin nombre, pasé con velocidad
de una ciudad a otra visitando mis avenidas favoritas y riéndome
al ver cómo Mogape se asustaba ante los cambios, erizando el
lomo y dando brincos. Al fin me detuve en un pequeño parque
que había descubierto en una de mis exploraciones, un sitio
acogedor con un puente curvado de madera que cruzaba una
laguna llena de peces coloridos. Al menos una vez al día me
sentaba a observarlos nadar juguetones entre las plantas
acuáticas.
La magia no existe, pero había algo especial en aquel lugar que
no podía explicarse con palabras.
-¡Estrellas débiles! –exclamé al recordar que ya estaba disponible
el nuevo episodio de la serie. ¿Tan malos habrían sido sus
últimos capítulos que incluso me olvidaba del día en que los
estrenaban?
Abandoné Linyeras y me conecté al World de la serie, dejándome
caer sobre los almohadones que tenía distribuidos alrededor de
mi mullida alfombra redonda.
Una nueva representación quiral se apoderó de mi hogar
situándome esta vez en un húmedo bosque al atardecer plagado
17
de sombras y ruidos extraños. Con su humilde armadura Por apenas unos créditos había comprado e instalado en mi PR
apocada por el tinte grisáceo del invierno, apareció Alcor; uno de “High Hopes”, una App que me permitía programar a los nobots
los protagonistas, que detuvo sus pasos al llegar ante un alto y de mi cerebro para hacerme experimentar un profundo éxtasis
retorcido árbol de hojas negras. sexual. Mucha gente criticaba la aplicación tildándola de “Sexo
enlatado y repetitivo; una burda quimera onanista que jamás
Entrecerrando los ojos y acariciando el pomo de su espada, Alcor
alcanzaría la magia de la unión entre dos personas”.  Pero por mi
observó durante unos segundos la copa del árbol. Con un
experiencia el sexo “real” no era más que un pasaje hacia la
movimiento sutil, sacó una flecha de su carcaj que tensó en su
frustración. Tan solo recordar el contacto con mi ex novio; lo
arco disparándola sin dudar. La flecha atravesó la copa del árbol
crudo de la piel, el olor a sudor, la descoordinación y el dolor de
cortando  ramas y hojas que, furiosas y sangrantes, comenzaron
pedir algo que no te saben dar, bastaba para ponerme de mal
a chillar cayendo todas a la vez sobre el desafortunado héroe.
humor. 
-¿¡Otra vez esta mierda de árboles vampiro!? –exclamé rodeada
High Hopes me daba aquello que deseaba en el momento justo y
por un mar de hojas dentadas que no conseguían asustarme,
de un modo inmaculado, casi místico, durando tanto como yo
observando con un bostezo al héroe que blandía su espada con
quisiese.
desesperación mientras Mogape correteaba a su lado intentando
atrapar las hojas. Tras seleccionar y programa el orden de las sensaciones que
experimentaría, cerré los ojos y entregué el control a mis nobots
Terminado el nuevo y desilusionante episodio, entré en un foro de
que comenzaron a estimularme haciéndome olvidar del mundo.
debate a criticarlo.
Sintiéndome relajada, feliz y satisfecha, programé un nuevo ciclo
–¿Si tan mala te parece la serie por qué la sigues viendo? –me
de sueño, apagué a Mogape y me arrebujé entre mis mantas
preguntó uno de sus defensores acérrimos –Porque es gratis –le
despidiéndome de aquel día.
contesté.

Cansada me arrastré hasta la cama. No me encontraba de muy

buen humor, quizás lo mejor era irme a dormir y comenzar el
próximo día con mayor fuerza, pero antes merecía un poco de
placer.
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Capítulo 2

La espía de
mil reinos
Capítulo 2

La espía de mil reinos

Sábado. Comencé mi rutina del desayuno junto a Sheronda y la visita a Ghost

Noise. Tras terminar de ver la Danza de las Mujeres Estelares dimos con la
reinterpretación de una obra de teatro clásica, que nos aburrió de muerte en
cuestión de minutos, y con un grupo de baile que realizaba una extraña y
compleja coreografía mezclando espadas y lanzas. Violenta, pero bonita.

Tras despedirme de mi amiga contacté con Gustav, un compañero de universidad,

para estructurar un ejercicio que debíamos presentar en conjunto. Juntos
repasamos fragmentos de las clases que habíamos grabado disipando algunas
dudas.

Horas después me encontraba tan saturada que no era capaz de retener más
información  y decidí jugar un poco para relajar la mente.

“Modus Vivendi” era el juego quiral sensación del momento. Su historia no

sorprendía, pero destacó en el mercado por ser el primer juego con posibilidades
de ligarlo a una impresora volumétrica; tecnología que actualmente ha desplazado
a gran parte de la industria mundial. ¿Necesitas tornillos y un destornillador?
¿Quieres la nueva figura de colección de tu animé favorito? ¿Necesitas una silla
nueva? Los imprimes en casa… ¿No tienes materia prima virgen para hacerlo?
Reciclas un objeto que ya no te interese…

20
En aquel juego, y siguiendo el desarrollo de la acción, se
activaban eventos que permitían imprimir objetos. Muchos eran
piezas para coleccionistas, “medallas al mérito del jugador”, pero
otros formaban parte de interesantes puzzles que enriquecían la
experiencia de un modo espectacular.
Hacía días que estaba atascada en una lucha muy difícil. Mi rival
era un demonio llamado Oodi; un asqueroso monstruo de casi
dos metros de alto, con largos brazos y manos de finos dedos,
filosos como bisturíes, que utilizaba para cortar orejas...
Los demonios no se limitaban a coleccionar trofeos de sus
víctimas, cada órgano que recolectaban lo unían a su cuerpo,
creciendo en poder. Oodi, por ejemplo, tenía los brazos, piernas,
pecho y espalda cubiertos por orejas; pero lo en verdad
desagradable era su cabeza donde, en lugar de ojos, tenía dos
enormes orejas enfrentadas que le daban un aire como de
lechuza.
En la secuencia en la que estaba, debía intentar esconderme de
él en un rancio salón lleno de vitrinas. La puerta de salida estaba
protegida con una especie de sello mágico y un medallón que
Oodi llevaba colgando en la cintura era la llave de escape.
Aturdido por la fuerte música que había hecho sonar en el salón
(y que me permitía ocultar el ruido de mis pasos), Oodi saltaba
como un idiota de vitrina en vitrina buscándome, pero a pesar de
llevar la ventaja yo no podía encontrar el momento propicio para
acercarme a él y robarle el medallón. Frunciendo el ceño al
pensar que debería reiniciar la secuencia, disparé las últimas
balas que me quedaban contra un enorme y espantoso jarrón
decorado con flores, sintiendo cierta satisfacción al verlo
desmoronarse. Para mi sorpresa, cuando Oodi corrió tras el
ruido, el medallón se le desprendió en plena carrera.
-“¡Te tengo hijo de puta!” –pensé con una profunda mueca de
orgullo, pero al intentar recoger el medallón sonó una trompeta
que me paralizó el corazón al creerme descubierta -¡Es solo un
aviso de evento! –exclamé con un suspiro al notar que el juego se
había congelado. El medallón era un objeto imprimible.
Aunque se tardaba solo un minuto en tener la pieza lista, esperar
a que la impresora volumétrica terminase su trabajo arruinaba un
poco la atmósfera del juego. Sin duda ya se les ocurriría un modo
de mejorar ese aspecto…
-¿Y ahora qué hago? –me pregunté balanceando el medallón
como si fuese un péndulo.
La pieza estaba compuesta por cinco anillos móviles que, al girar,
formaban distintos patrones. Chasqueando la lengua miré la
puerta cerrada con el sello mágico. La solución era evidente,
tenía que rotar los anillos hasta formar un dibujo igual al del sello.
Creyéndome bien escondida, reanudé la partida y giré el primer
anillo. Oodi arqueó el lomo como si sintiese un escalofrío y se
lanzó sobre mí. ¡Parecía estar ligado al objeto de algún modo!
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Corriendo desesperada entre las vitrinas, sintiendo sus dedos
filosos arañándome el pelo, conseguí formar el dibujo y la puerta
se abrió con un chasquido.
Enardecida por el triunfo abrí la puerta gritando victoria, pero me
quedé afónica cuando algo saltó de detrás de ella impactándome
de lleno en el pecho. Frustrada, apretando los dientes y
mascullando insultos, observé a mi doble quiral convulsionarse
en el suelo mientras un nuevo demonio le abría el pecho con su
larga nariz aguileña y Oodi se encargaba de cortarle las orejas.
-Come mierdas… -gruñí. No me gustaba esta nueva tendencia en
los juegos de crear dobles nuestros para las escenas de muerte.
No era agradable.
Ya cansada de recibir sustos salvé la partida y conecté a Mogape
(el pobre se pone muy nervioso cuando juego a Modus Vivendi) y
me dispuse a trabajar.
Al iniciar sesión en Society, recibí un informe sobre el rendimiento
de los hitos que había creado el día anterior. Casi doscientas
personas se habían ofrecido como voluntarias.
-“¡No mires!” –me dije peinándome nerviosa con los dedos -¡No
mires! –grité y cerré el informe de un manotazo. Había jurado no
volver a hacer aquello…
Mordiéndome los labios me concentré en los nuevos proyectos
que debía desarrollar y, sumergida en mi tarea, las horas se
escurrieron sin darme cuenta. Cuando terminé el  último diseño y
comprobé que era operativo, sentía que “algo” me susurraba al
oído alentándome a romper mi promesa. Enfadada ante mi propia
debilidad abandoné el World con rapidez.
Inquieta, caminé en círculos siguiendo el contorno de mi
alfombra, y Mogape comenzó a correr entre mis piernas
pensando que quería jugar.
-¡No es el momento! –le grité irritada, y al verlo encogerse del
susto me sentí miserable –Está bien, no estoy enojada –le dije
acariciándolo.
Tenía que distraerme, pensar en algo distinto. Lo mejor que tenía
en mi vida; mis amigas, seguían sin estar disponibles aquella
noche y sin ellas me sentía perdida. Tenía otros amigos; Darío,
Sandrine, Glenda… pero no estaba de humor para charlas
triviales.
Perdida, comencé a vagar por el World_Room introduciendo
palabras al azar pero ningún resultado consiguió entretenerme
más que unos segundos. Al fin terminé visitando una de las
plazas sociales más populares, pero la encontré abarrotada de
gente que gritaba y cantaba soltando decenas de palomas
naranjas que llenaban el cielo.
-¡La manifestación! –exclamé llevándome la mano a la frente.
Sumergida en mis problemas cotidianos había olvidado que
habían convocado una protesta quiral globalizada.
22
Hubo tantos males aquel año; el recorte de las prestaciones
nobot básicas, el Proyecto Mímesis, la Ley Guzmán de trabajo, el
encarecimiento de la vida…
Ya a principios del siglo XXI era evidente que huelgas y
manifestaciones no servían de mucho; los poderosos cerraban
las ventanas, se tapaban los oídos y allí “no había ocurrido nada”.
Pero en nuestra era las reglas habían cambiado. Aprovechando
las ventajas del World_Room la gente no solo podía manifestarse
de forma virtual en cientos de puntos del mundo a la vez, sino
que también podían filtrarse, con relativa facilidad, en lugares
clave como el Congreso o la Casa de Gobierno. Si no recuerdo
mal; semanas atrás varios miles de personas lograron aparecerse
en la residencia del presidente, gritándole a la cara sus
demandas como una horda de fantasmas indignados. Al no ser
una irrupción física sino quiral, y no estando prevista aún en la
legislación de los Continentes Unidos, no constituía un delito…
Ese era el motivo de las quejas: ¡querían impedir una nueva ley
de regulación del WR que buscaba prohibir este tipo expresión…!
Me uní a la protesta junto a algunos compañeros de la
universidad, y tras algunas horas de cánticos y de perseguir a un
grupo de diputados al otro lado del mundo me sentí agotada. La
manifestación seguiría durante muchas horas más, por lo que no
podría visitar ningún World público ya que estarían colapsados,
limitando mis opciones aún más.
Me dejé caer de espaldas en mi cama y, guiada por un sutil
susurro en mi mente, me conecté a Society.
-Es la última vez. Ya no lo volveré a hacer…-repetí una y otra vez
en un débil mantra mirando la lista de candidatos.
Para postularse, cada persona debía ligar la candidatura a
su Personal_Room, el cual incluía por lo general un enlace a “My
Kingdom”: la red social más popular del momento.
My Kingdom no era una red social donde los usuarios solo se
dedicaban a compartir fotos y videos. Permitía desarrollar un
entorno: nuestro reino, sin otra limitación que el talento y la
imaginación.
Cuando comencé a trabajar en Society, y por mero interés
estadístico, tomé por costumbre revisar los perfiles de las
personas que respondían a mis hitos. Con velocidad descubrí
que el protocolo de permisos necesarios concedidos para ligar
nuestra red a un PR, entraba en conflicto con los de My Kingdom
creando un error de seguridad que abría una “puerta trasera”. A
través de ella, cualquier desarrollador de Society podía colarse en
el “reino privado” del candidato sin dejar ningún rastro evidente
de su tránsito, ya que el fallo otorgaba beneficios de
administrador.
Parcheé el fallo con facilidad, pero a la hora de reportarlo a mis
superiores, algo ocurrió… No pude. La lengua pareció
hinchárseme y empujarme los dientes, mi garganta se secó y una
23
vocecita histriónica comenzó a susurrarme al oído consejos
peligrosos.
La libertad que nos daban a los empleados nacía de la confianza.
No reportar el fallo era violarla, y si me descubrían no solo
perdería aquel gran trabajo sino que también arruinaría la libertad
de mis compañeros -“Por culpa de uno, pagarían todos”-. Y aún
así, no lo hice. Dejé pasar el tiempo mientras estudiaba informes
y movimientos de administradores y otros desarrolladores. ¡No
podía creer que yo fuese la primera en descubrirlo! Incluso llegué
a sospechar que la puerta trasera había sido creada a propósito
por algún inescrupuloso… Pero tras unos meses tortuosos, nadie
dio muestras de estar involucrado.
Quien cierra una puerta es capaz de volver a abrirla, y una tarde
de domingo en la que me devoraba el aburrimiento y me acosaba
la sombra del lunes, me infiltré por primera vez en el Kingdom de
un desconocido…
No me mal interpretéis; ¡no soy una voyeur! Me impulsa la
curiosidad antes que el morbo. Para una desarrolladora quiral no
hay sitio más fascinante que My Kingdom; pasarela de la
imaginación libre… Además, contando con los privilegios de un
administrador, podía explorar la estructura misma de sus
representaciones quirales...
Aquella tarde visité más de veinte Kingdoms. Como de
costumbre, la mayoría eran muy simples, creados a partir de una
plantilla base y con elementos comunes obtenidos del vasto
menú del World o copias de otros reinos famosos. Pero tres de
ellos eran auténticas obras de arte.
El primero pertenecía a una tal Marixa Sation, una enfermera que
había soñado con una ciudad de cristal. Altos edificios de vidrio
azul recibían con orgullo al sol, cobrando distintos tonos al ser
atravesados por sus rayos. Y con sus largas antenas, tan filosas
como espadas, cortaban en dos las nubes que volaban sobre
ellos dejando claro que habían derrotado a la naturaleza.
Decenas de autopistas translúcidas serpenteaban entre los
edificios. Una fina capa de agua corría por ellas ayudando a
deslizarse a unos vehículos en forma de prisma que, en su paso
fugaz, refractaban la luz inundando la ciudad con un arcoiris.
Cientos de árboles decoraban las calles y sus copas, que se
asemejaban a cristales de nieve, soltaban una llovizna de polen
blancuzco que se deshacía al tacto. Pero el súmmum de aquella
creación era su río: por el que fluían millones de esquirlas filosas,
alzando amenazantes sus puntas al cielo, para morir al fin en una
catarata rabiosa desplomándose con un estruendo al vacío.
Ajenos a su furia y al peligro, una serie de peces rojos nadaban
aprovechando la corriente sin cortarse. Y al llegar a la catarata,
saltaban extendiendo unas largas alas con las que escapaban al
cielo, un detalle cálido y orgánico que otorgaba al reino un sutil
equilibrio.
24
Durante un rato vagué en busca de las fotos y demás contenidos
del reino sin poder encontrarlas. Había gente que utilizaba My
Kindom a modo de juego para crear entornos fantásticos, pero
algo me decía que este no era uno de esos casos.
Al fin, por pura casualidad, descubrí que parándose en el sitio
correcto la superposición de las distintas caras de cristal
formaban imágenes. ¡Los álbumes estaban escondidos en ellos!
¡Qué maravilla de diseño!...
Con una sonrisa tan larga como la del gato de Chesire, me metí
en el menú de edición del Kingdom y destripé su código,
poniendo especial interés en cómo había programado la
presentación de las fotos. Aunque quizá la idea había nacido de
su mente, el desarrollo de la ciudad no era obra de la enfermera.
La había creado un hombre que, por el apellido y tras hurguetear
en su lista de contactos, deduje era su hermano… Es hermoso
que alguien haga algo así por ti…
El segundo reino que transité pertenecía a un músico de nombre
Ulises Berni. Este había recreado un pueblo de arquitectura
europea típica de comienzos del siglo XX, con sus calles
pobladas por hombres con sombrero, vendedores ambulantes,
animales de carga y algún que otro coche antiguo, pero la
verdadera gracia de esta creación era que todo lucía como un
grabado: xilografía viva y en movimiento.
Un mundo dominado por un negro absoluto, plano y homogéneo,
al que unas rebeldes líneas blancas le plantaban cara con su
trazo gestual que lograba transmitir la pasión de quien las había
tallado.
Maravillada caminé por su calles sintiendo que mi colorida y
voluminosa apariencia era una blasfemia dentro de aquél reino de
rostros crudos y texturas febriles. ¿Los habitantes del pueblo
representarían a personas reales? Muchos programaban
reproducciones quirales de sus familiares y amigos para habitar
su kingdom.
A los largo de las calles había diversas carteleras públicas que, al
mirarlas con atención, revelaban algún contenido multimedia. El
modo en que estas aparecían, difuminándose como un típico
efecto de transición cinematográfico, me desilusionó un poco,
pero la simpleza con la que había resuelto el asunto me hizo
preguntarme cómo lo había programado. No había necesitado
desarrollar ningún contenido extra para ello, solo combinó con
astucia herramientas ya existentes.
El tercer Kingdom pertenecía a un paleontólogo llamado
Leonardo Ojeda, muy reconocido en su ámbito por sus
recreaciones de entornos prehistóricos, y que se había
comprometido a donar de forma periódica frutas y verduras de su
huerta al comedor social.
25
Todos los kingdom poseen un portal; un área pública que puede
ser visitada por cualquier miembro de la comunidad y donde
pueden dejar una “solicitud de ciudadanía” que será aprobada, o
ignorada, por el administrador.
Los usuarios suelen poner mucho empeño en el diseño de sus
portales. Algunos de hecho invierten todo su talento en
desarrollar un portal impresionante y tras sus puertas dejan todo
sin terminar.
El portal de este hombre era distinto a cualquier otro; se
mostraba como una vasta zona anegada por un agua sucia de
color verdoso en la que flotaban restos inquietantes que no
llegaban a ser nada en concreto pero que sugerían muchas
cosas.
La puerta de entrada no era más que un enorme agujero en el
suelo, que tragaba el agua formando un espeso remolino con
sonido gutural.
Preocupada por lo que encontraría dentro, me dejé tragar por el
remolino y el entorno explotó a mi alrededor hundiéndome en una
vorágine de figuras vegetales y gritos de animales que parecían la
antesala a la locura. Cuando el efecto se disipó, me encontré de
pie en un pantano de aguas amarillas y altos árboles cubiertos de
musgo blanco.
casas que la componían estaba construida, de un modo literal,
por gente desnuda. Decenas de personas unían brazos y piernas,
parándose unos sobre los hombros de los otros, para formar las
paredes y el techo de un modo tan meticuloso que no dejaban ni
una rendija entre sus cuerpos que permitiese ver el interior.
Al entrar en una de ellas, sintiendo que olía a humanidad a pesar
de que no habían incluido ninguna sensación olfativa, descubrí en
su interior un museo con fotos, vídeos y objetos que giraban en
torno al “ladrillo humano” que daba formaba a las paredes y el
techo. ¡Cada casa era como un templo en honor a sus amigos y
familiares!
Nunca había visto algo así. Intenté imaginarme cómo me sentiría
si yo fuese una de las “homenajeadas”; y en verdad no encontré
una respuesta…
Mi conciencia volvió a reprocharme el ser feliz ante algo
moralmente cuestionable. ¡Pero me enriquecía tanto que no
podía resistirme! E, ignorando mis valores, seguí curioseando
hasta bien entrada la madrugada… 

Tras caminar unos pocos metros el paisaje comenzó a clarear

dando pie a un increíble aldea flotante. Cada una de las cuarenta
26
Capítulo 3

Un intruso en
mi soledad
Capítulo 3

Un intruso en mi soledad

El domingo acudí al dichoso cumpleaños de mi prima Ivana… Todos me miraban

mal, como si al estar allí de manera quiral les faltase al respeto. ¡Con todos los
gestos que tuve para con ellos!; mi regalo llegó por correo en el momento justo,
pudiendo ver la cara de sorpresa de Ivana al ver la chaqueta que tanto quería.
Pedí a mi madre la lista de lo que servirían en la fiesta, procurando tener los
mismos sobres en mi Omnicheff, así podría comer lo mismo que ellos. ¡Incluso
conecté las cámaras de mi apartamento! (cosa que no hago nunca), para que
pudiesen verme “tal cual” sin ningún skin de los que hacen pensar mal a mi tía
Kleo, y aproveché la ocasión para vestir mi mejor ropa y lucir el peinado que más
me gusta: melena media a los costados de la cara, y por detrás largo hasta la
cintura naciendo desde la nuca.

A nadie parecía molestarle que mi hermano Claudio también estuviese presente

de modo quiral porque “vive en otro país”. ¡Yo fui parte de la fiesta!, conversando
con todos mientras él se la pasó desconectándose a cada rato para atender
“llamadas del trabajo”. Esfumándose de forma definitiva quince minutos después
porque “llega tarde a un compromiso” junto a su nueva (y efímera) novia.

Terminada la fiesta recuperé la soledad de mi casa. Me sentía a disgusto, y

murmurando por la bajo metí los platos sucios en el compartimiento de reciclaje
de mi impresora volumétrica. Hace años que no lavo trastos, hago que la máquina
los destruya creando otros nuevos. Esta costumbre está cada vez más extendida

28
y los modelos más modernos están diseñados para aprovechar
los aceites y desperdicios orgánicos en la vajilla generando una
sustancia lubricante que mantiene el mecanismo.
Estaba al día con la universidad y los domingos nunca
publicábamos avisos en Society salvo casos de emergencia.
Disponía del día libre, pero no sabía qué hacer. Sheronda seguía
disfrutando del fin de semana “madre e hija”, y Bianca seguía en
su “acampada de retiro tecnológico”. Podía intentar ganar el
Modus Vivendi, pero seguía saturada de monstruos del día
anterior. Pensé en comenzar una nueva novela, pero simplemente
no estaba de humor para leer.
Mientras repasaba mis posibilidades recibí un mensaje de Oriol;
un antiguo amigo del instituto, invitándome a asistir a una
conferencia en vivo de un director de cine cuya obra seguíamos
ambos.
Oriol era un chico de buen corazón con el que compartía muchas
aficiones, bastante guapo he de admitir, pero al que siempre
mantenía a distancia. Yo le gustaba, le delataban sus ojos y el
tono de su voz, y cada vez que pasábamos un buen rato juntos él
comenzaba a caer en insinuaciones románticas que yo
encontraba ridículas. No quería lastimarle, pero tampoco le
dejaba ir, y cuando él regresaba con el orgullo parcheado yo le
recibía como una gata coqueta. No me siento orgullosa, pero…
Mientras duró la conferencia lo pasamos bien. Hubo buenas
preguntas, vimos avances exclusivos de la película en la que
estaba trabajando el director y nos reímos bastante. Pero cuando
terminó el evento, Oriol volvió a insistir con sus arcaicas
escaramuzas de seducción.
-Descubrí un sitio que ofrece paisajes fantásticos. ¡Te van a
encantar! –me dijo con una sonrisa meliflua y ojos suplicantes -
Hay un lago rodeado por cerezos en flor que arrojan sus pétalos
al agua, mientras unas hadas los recogen bebiendo de ellos con
delicadeza… ¿Vamos?
-No… Gracias. Tengo que terminar una presentación para mi
clase de Deontología –dije con rigidez –. Ya… ya quedaremos
otro día. Gracias por el pase a la conferencia, fue muy buena.
Nos vemos…
Angustiada caminé en círculos por el salón que, por un momento,
me pareció un sitio demasiado pequeño para vivir.
Tragando aire con tal fuerza que silbó entre mis dientes, me
asomé al patio de luces: un simple hueco de paredes grises con
manchas de humedad, poblado de ventanas oscuras en las que
rara vez se veía asomar un rostro. En el fondo había un jardín
salvaje, donde las plantas crecían con fuerza y sin limitaciones
estirando sus tallos para escapar de aquella fosa y tocar el cielo.
Me gustaba aquel patio, había algo hermoso en su rebeldía y en
el apasionado descuido de su jardinero…
29
Más tranquila, decidí trabajar en el diseño de mi propio kingdom.
Muchos son los profesionales que lo utilizan como una galería
privada en donde exponer sus trabajos o su arte pero, para una
desarrolladora quiral, poseer un reino elaborado no es una
opción: es una obligación. De cara a un eventual trabajo, lo
primero que mirarán para evaluar tu talento será tu cuenta.
Yo cambiaba mi diseño cada tres meses, pagando un sistema de
almacenaje extra que permitía a los visitantes ver los entornos
anteriores. Era el mejor modo de mostrar que no solo poseía
talento creativo, sino que además era laboriosa.
El actual no me gustaba demasiado; Había creado un lugar
sórdido de estética retro, con altos edificios metálicos que
echaban vapor de continuo. Las calles eran oscuras, y sus
habitantes caminaban infelices y con pesadez enfundados en
trajes de protección ambiental hechos de cuero, bronce y
arpillera. Había puesto especial esmero en el diseño de sus
escafandras, que lucían como jaulas.
No había plantas ni animales, imperaba lo mecánico y la basura
se amontonaba en los rincones. La ciudad estaba atrapada en un
atardecer eterno, y los últimos rayos de sol contra el vapor teñían
la ciudad con matices ocre. El viento levantaba remolinos de
periódicos sucios que informaban sobre las últimas novedades
de mi perfil… si alguien se detenía a leerlos…
Aquella pesadilla mecánica nació a raíz de un concurso
organizado por el propio World bajo el lema: “Tu reino en el siglo
XX”. Los participantes debíamos desarrollar un kingdom
inspirado en él y dejar sus puertas abiertas (bloqueando nuestro
contenido personal) para que todos pudiesen visitarlo y votar.
¡Era hora de cambiar! Esta vez tenía una idea muy alegre, ¡Crearía
un mundo garabato!... Calles de líneas inquietas que vibrarían
cambiando de sentido y modulando su contorno; altos edificios
compuestos por trazos peludos de distintos colores tironeando
en sentidos opuestos. Sus habitantes serían gurruños que
rodarían a gran velocidad.
Aplicando algunas ideas de los kingdom que había visitado el día
anterior, conseguiría un entorno en verdad interesante.
Durante varias horas trabajé sin pausas en la estructura del
nuevo diseño y en un modo original para presentar las fotos y
contenidos. A lo largo de la ciudad correrían algunos garabatos
de un color específico; quizás verdes, que se acercarían a los
visitantes buscando llamar su atención pero, al conseguirla,
huirían de ellos, volviéndoles a buscar si no les perseguían.
Cuando les atrapasen, (lo que no sería muy difícil para no aburrir
a la gente), los garabatos se abrirían creando un portal que
dejaría a la vista álbumes, videotecas y demás contenidos.
30
No me entusiasma compartir fotos, pero sé que a mis seguidores
les gusta estar al tanto de las novedades o recordar viejas
épocas.
-Tengo que subir las fotos del cumpleaños… -murmuré, sintiendo
que era una tarea sin sentido.
Sin duda todos los que asistieron a la fiesta ya las habrían
compartido en las redes sociales pero, si yo no lo hacía,
engordaría los cotilleos sobre “lo distante que se ha vuelto
Rosaura”…
Las fotografías quirales ofrecían varias ventajas. La más evidente:
la posibilidad de recrearlas a escala real y en tres dimensiones,
siendo el mejor modo de revivir el momento, pero también se
podía ligar la imagen a una impresora volumétrica y
obtener  figuras en miniatura de nuestros seres queridos (mi
madre tenía en casa una serie de estatuillas que yo detestaba
con fuerza. Me parecían de mal gusto…).
Por supuesto la imagen puede rebatirse hasta volverse plana, y
proyectarla en las paredes, hacerla flotar por nuestra casa o
imprimirla en cualquier soporte.
Mientras elegía las fotografías, comencé a sentir algo muy
extraño en el pecho; como si mi corazón fuese de arena y alguien
se hubiese llevado un trozo de una palada. Sé que la metáfora es
burda, pero es la única imagen que me viene a la mente al
intentar recordar la sensación. Antes de darme cuenta había
pasado de elegir fotos nuevas a recorrer imágenes de mi
pasado... Había una que siempre me hizo reír: aparecemos mi
hermana Lorena y yo con la boca sucia de chocolate y los ojos
abiertos del susto cuando el capullo de Claudio nos descubrió
robando bombones a la tres de la mañana. Mi madre fingió estar
enojada, pero apenas nos castigó y la imagen de aquella fechoría
nocturna fue la portada de bienvenida de su perfil durante varios
años. Otra foto que consiguió hacerme sonreír fue la de mi
equipo de Jugger del instituto. ¡Éramos malísimos! En tres años
de competición ganamos un solo partido, pero habíamos
conseguido hacer de nuestras derrotas un motivo de júbilo. ¡Las
“meriendas de los perdedores” que organizábamos tras cada
encuentro eran muy divertidas! Nunca me gustaron los deportes,
te hacen sudar y siempre existe el riesgo de lastimarse, pero
valoraba a mis amigos. En esa foto aparecía Oriol, mirándome de
reojo con cara de enamorado. ¡Sheronda siempre bromea con
ello! Pobre; espero que encuentre una chica que le quiera…
Al llegar al álbum de reuniones familiares estuve a punto de
esquivarlo. No me gustaba recordar ciertas cosas, pero al fin
elegí ver las fotos en el modo imagen plana que resultaba menos
impactante.
Cumpleaños y bodas comenzaron a revivir en mis recuerdos
haciéndome sentir como una niña otra vez. Al ampliar una foto de
la fiesta de año nuevo de mis catorce años, me quedé congelada.
Esa noche representaba algo especial para mí, y conocía cada
31
gesto, objeto y sombra en la imagen mejor que mi propio reflejo. rodilla sentí que me invadía tal rabia que podría destruir el mundo
Sin embargo; sentado entre mi tío abuelo y mi padre, había un con solo desearlo.
extraño de largo y alborotado cabello castaño, grandes ojos
-La furia no me dará respuestas –dije cerrando los ojos y
negros muy redondos, sonrisa cansada y una cierta actitud de
escurriéndome las lágrimas con el revés de la mano.
confianza que me resultaba insultante. ¿¡Quien era ese tipo!?...
No era un familiar, ¡Ni tan siquiera un amigo de la familia! ¡Y podía Respirando con lentitud, logré aclarar mi mente y comencé a
jurar, sin lugar a dudas, que él nunca había estado allí!... investigar la foto con objetividad. Una de las leyes fundamentales
del World_Room es que cada vez que un individuo manipula un
Mostrando los dientes como un animal enfurecido convertí la foto
contenido deja la firma de su PR. Sin embargo en la estructura
en una representación a tamaño real y, sin pestañear, caminé a su
del propio código quiral no había rastro de quién la había
alrededor observándole en detalle. Lucía tan real; las sombras del
retocado, de hecho; tan limpio y fino era el trabajo que no pude
cuerpo iban acorde con la iluminación en la sala, su contorno era
encontrar los típicos “datos inconexos” que surgen tras una
nítido y el modo en el que estaba reclinado sobre la silla,
alteración. Ante esta falta de evidencias, cualquier experto
clavando un codo en la mesa y metiendo los dedos en un platito
dictaminaría que no hubo manipulación alguna y que lo único que
con trozos de turrón era perfecto. ¡Parecía en verdad haber
fallaba era mi memoria. Pero estaría equivocado, ¡Él jamás formó
estado en el momento en que se tomó la fotografía!
parte de mi familia!
-¡Hijo de puta! –grité lanzándole una patada que le atravesó de
Aunque no había pruebas de alteración, si que existían ciertas
lado a lado como el mero fantasma que era, sintiendo un
irregularidades preocupantes. Gracias a mis conocimientos
chasquido en la rodilla -¿De dónde has salido? ¿¡Quién eres!? –
ingresé en el historial interno de My Kingdom; en sus registros
chillé cojeando por el salón sentándome con cuidado en una silla,
figuraba que aquella imagen había sido “subida” solo dos días
rogando porque el dolor que sentía no fuese más que un simple
atrás, lo que era imposible ya que la foto formaba parte de mi
tirón. La telemedicina asistida no estaba lo suficiente avanzada
reino desde que lo fundé. Además, dicha actividad no aparecía
como para curar algo más grave.
reflejada en las novedades de mi perfil público; detalle aún más
Lágrimas de dolor inundaron mis ojos, deformando la imagen del extraño.
intruso hasta reducirlo a una figura astillada, y frotándome la

32
Con un gesto enérgico desplegué el historial de tráfico y visitas
de mi kingdom. Durante la última semana lo habían visitado
varios de mis contactos, pero los descarté a todos ya que
ninguno tenía motivos para hacer algo así. Sin embargo el día en
cuestión una compañera de la universidad había entrado, en
teoría, una hora después del cambio… Incómoda ante la idea de
que pudiese haber sido ella, desplegué la lista de
“turistas” (nombre con el que se designa a aquellos que no
poseen una ciudadanía y visitan la versión pública de un reino) en
la que figuraban once Personal_Room distintos.  Diez de ellos me
eran desconocidos, pero la última serie de números la conocía
muy bien: pertenecían a Jhosef, mi ex novio.

¿Estaba él detrás de la alteración? Jhosef tal vez fuese un tarado

social, pero era un pequeño genio en todo lo relacionado con
el World_Room. ¡Aunque me sabe mal reconocerlo, había
aprendido mucho de él! Sin embargo; el historial revelaba que
había entrado cinco días atrás… ¿Qué sentido tenía ocultar su
presencia el día de la alteración pero dejar constancia de sus
visitas anteriores? ¿Quería que le descubriese? Y en caso
contrario; ¿para qué había entrado antes?... ¿En verdad le
gustaban mis creaciones y sus halagos no habían sido un simple
recurso para conquistarme?

33
Capítulo 4

Un robo en la
familia
Capítulo 4

Un robo en la familia

El lunes fue un día eterno. Obsesionada con la violación de mis recuerdos no me

acosté hasta bien entrada la madrugada, revisando cada foto y sección de mi
kingdom en busca de más alteraciones o algún detalle revelador para descubrir al
culpable.

Aunque mis nobots procuraban relajar mis músculos y revitalizar mi mente durante
la fase del sueño, tampoco hacían milagros, y habiendo dormido tan poco me
sentía cansada y débil. Además; una gruesa sombra cubría mis pensamientos y
durante toda la mañana no hice más que examinar uno a uno los rostros de mis
compañeros buscando trazas de regocijo o gestos de remordimiento que
pudiesen delatarlos.

Sabía que muchos de ellos envidiaban mi trabajo en Society, y unos pocos

seguían molestos por la “jugarreta” que había realizado durante la feria del primer
año, pero dudaba que alguno de ellos tuviese tal resentimiento como para tramar
algo así ¡y mucho menos el talento para cumplirlo! Además; no me cuadraba la
intención que pudiesen tener al cometer un acto que podría haber pasado
desapercibido durante años...

Entre ellos estaba Hilandra: con su amable cara redonda y su larga cabellera
compuesta por decenas de trenzas, quien había visitado el kingdom el mismo día
y a una hora cercana al cambio. ¿Podría ser ella la responsable? Talento como

35
desarrolladora no le faltaba, sus creaciones quirales eran muy ciudadanía en mi reino hice lo mismo en el suyo (regla de uso no
buenas. ¿Pero además era una hacker? escrita pero acatada por todos) y, recorriendo sus calles y sus
contenidos, descubrí que en su vida personal actuaba de un
Hilandra era una chica de la que en verdad sabía muy poco. Era
modo contrario al gesto saturnino que mostraba en clase.
una de los muchos estudiantes que vivían en otro país y
Incontables fotos con amigas que actualizaba semana a semana;
aprovechaba las facilidades del aula quiral para formarse.
fiestas gobernadas por el alcohol y las risas; viajes con su novio y
Siempre callada y atenta a lo que sucedía en las clases. Distante
reuniones familiares… ¡No era una chica retraída en absoluto!
de los demás compañeros, apenas le había escuchado hablar
¿Por qué era tan distante en la clase? Quizás le intimidaba ser la
durante los años que llevábamos juntas, y no recuerdo que
única de su nacionalidad entre nosotros, o tal vez era una de
hiciese una pregunta sobre algún tema que no estuviese
esas personas que detestan los traductores simultáneos y por
relacionado con el entorno académico.
eso prefería hablar muy poco… No iba a juzgarla por su actitud
Nuestra relación se había limitado a compartir un proyecto en pero si, al menos, considerarla sospechosa.
segundo año. Obligada a crear un grupo de cuatro personas,
Al terminar las clases la encaré sin dudas ni sutilezas,
pedía a dos amigos que trabajaban muy bien formar equipo con
preguntándole por su visita y si había notado “algo extraño”.
ellos, pero seguía faltándonos un cuarto integrante. Hilandra era
Hilandra comenzó a tartamudear, soltando una larga excusa que
una de las pocas que estaba libre y la invitamos a unírsenos.
no tenía sentido y, mirando de continuo hacia los lados como
Aunque durante las reuniones se mostraba tímida, incluso fría, he
buscando una ruta de escape, se esfumó en cuestión de minutos
de admitir que fue muy aplicada aportando algunas ideas
al fingir (porque sin duda fue fingido) un problema de conexión
interesantes.
con el WR.
Semanas después recibí su solicitud de ciudadanía en mi
Algo había hecho.
kingdom y, aunque me sorprendió, la acepté. Desde entonces
manteníamos una esporádica correspondencia muy formal: Mordiéndome los labios, accedí a My Kingdom y pedí un informe
saludos de cumpleaños y fiestas en general… de actividades sobre el Personal_Room de Hilandra. Sus visitas
habían sido mucho más frecuentes de lo que esperaba, algunos
Hilandra no parecía capaz de hacer una jugarreta como aquella,
días incluso había pasado horas dentro de mi reino pero, según el
pero yo sabía que ella tenía otra cara. Cuando solicitó la
registro, sin interactuar con ningún contenido personal.
36
Siguiendo el latido de mi corazón, que me decía que encontraría
más respuestas en el propio kingdom de mi compañera que
interrogándola, crucé su portal…
La última vez que visité el reino de Hilandra lucía como un verde
bosque lleno de vida: donde ardillas, aves y zorros facilitaban las
novedades del perfil, hablando de un modo muy gracioso, y en el
interior de los frutos se encontraban escondidas las fotos de sus
álbumes. No muy lejos de la entrada había un lago de aguas
azules que escondía un pueblo sumergido. Buceando por él
podían descubrirse vídeos de fiestas y eventos a los que había
asistido… Pero ese día el bosque parecía haber caído en las
garras del otoño. Ya no quedaban frutos, los animales dormían y
apenas había hojas en las ramas. Los árboles respiraban
somnolientos despidiéndose del sol, y bajo la luz dorada del
ocaso troncos y raíces cobraban una apariencia fantástica, como
si fuesen de piedra.
Un mismo bosque puede transmitir paz o terror según la hora del
día y este daba bastante miedo. Intimidada caminé hasta el lago
deteniéndome al ver sus aguas cubiertas por una fina capa de
hielo. Había algo familiar en aquél atardecer; el modo en que los
últimos rayos del sol se filtraban por las nubes creando una
paleta de matices ocres… Una fuerte ráfaga de viento recorrió el
lugar levantando un manto de hojas secas que danzaron a mí
alrededor. Con un grito mudo, atrapé una de ellas, sintiéndome
aliviada al notar que, escritas en una de sus caras, figuraban las
novedades del reino. El juego de luces, el patrón del viento…
¡eran una copia de mi desarrollo para el concurso sobre el siglo
XX!
Entusiasmada; comparé el historial de las visitas de Hilandra a mi
reino con las fechas en las que había realizado cambios en el
suyo. ¡Coincidían a la perfección!
Me eché a reír histérica. ¿Podía culparla por hacer lo mismo que
yo? Y dado el caso: lo suyo tenía más mérito y demostraba gran
talento, ya que había desarrollado sus contenidos desde cero
basándose en lo que observaba, mientras que yo había copiado
parte del código y la estructura del trabajo de terceros.
Olvidándome de mis obligaciones, invertí toda la tarde en
desarrollar unos “bots” que navegarían por el World_Room
buscando pistas sobre el culpable. Uno de ellos tendría como
tarea investigar los datos y movimientos asociados a los PR
desconocidos que visitaron mi kingdom; el otro se encargaría, en
exclusiva, de espiar a mi ex novio.
Cansada, me tiré en la cama y observé el techo con la mente en
blanco. El silencio reinante me hizo notar que no había encendido
a Mogape en todo el día.
-A esta hora ya no tiene sentido hacerlo… -susurré con tristeza y
cerré los ojos.
37
Una imagen comenzó a cobrar forma en mis recuerdos. Me general y a los nobots en particular, decían que nos quitaban
encontraba otra vez en el piso de mi tío abuelo durante aquella humanidad, que sufriendo privaciones e imprevistos era como
cena de año nuevo… Pero ya no había intrusos; solo estábamos aprendíamos a vivir... Si hubiese pensado de otra manera o
nosotros. Las voces de la familia se mezclaban creando un durado apenas un mes más, cuando la implantación de nobots
murmullo agradable y desde la cocina llegaba un aroma suministrados por los Continentes Unidos pasó a ser general y
delicioso. Mi abuela fue la última persona que conocí que sabía obligatoria, hoy quizás estaría con nosotros…
cocinar. Verla ante las cacerolas y sartenes, mezclando
Me ocurre algo curioso con respecto a su antiguo piso: lo tenía
ingredientes y revolviendo con una cuchara de madera o
repleto de objetos que había traído de sus viajes y a cada uno de
asomándose por la ventana del horno para ver cuán dorada
ellos lo acompañaba una anécdota. Cuando murió, al no tener
estaba la comida, me producía cierta fascinación. El fuego o la
herederos directos, comenzó una bochornosa lucha entre
idea de cortar carne cruda con cuchillos me resultaba espantosa,
algunos miembros de la familia por la posesión de sus bienes que
de hecho cuando ella quiso enseñarme me negué, pero
llegó hasta el extremo de que un juez ordenase cerrar el
reconozco que en la acción de preparar algo para los que se
apartamento hasta la sentencia. Cuando eso ocurrió,
quiere hay auténtica magia.
descubrimos que alguien había entrado al piso vaciándolo al
Sentadas en un largo sofá mi hermana y mis primas completo. Hubo algunas acusaciones y se mencionaron varios
cuchicheaban entre risas; mi hermano Claudio estaba escondido nombres sin llegar a saber a ciencia cierta que sucedió.
en un rincón, despatarrado sobre una silla con cara de aburrido
Los objetos… ¡no importan!, pero lo que nunca perdonaré es la
hablando por el WR con algún amigo igual de idiota que él. Yo me
violación de sus recuerdos. Si hubiesen alterado otra foto, quizás
encontraba sentada junto a mi padre escuchando una de las
solo hubiese hecho lo que me recomendaban mis amigas:
historias de mi tío sobre sus muchos viajes. No recuerdo cuál, él
reforzar la seguridad, reinstaurar la imagen original y olvidarme
disponía de cientos de anécdotas pero solía repetirlas de vez en
del asunto. Pero el hacker había osado manosear un recuerdo
vez. ¡Claro que a nosotros nunca nos importó! Era tan alegre y
muy valioso. Y esta vez yo tenía el poder de hacer algo al
tan ricos en sus detalles que daba gusto oírle hablar.
respecto…
Esa fue la última reunión que compartimos, murió poco después
de forma sorpresiva. ¡Un infarto! Él odiaba la tecnología en

38
Capítulo 5

Navegar en la
basura
Capítulo 5

Navegar en la basura

Los días comenzaron a sucederse sin sentido. Como una única y larga jornada de
estudio y trabajo, sin pausas ni distracciones, en la que no existía la noche. Los
programas que había desarrollado no dieron frutos. El rastreador de PR no aportó
datos interesantes, uno de los desconocidos que había visitado mi Kingdom era
un profesor de la universidad; al parecer había logrado despertar su interés. Los
otros eran simples curiosos que visitaban reinos al azar. Con respecto a Joseph:
parecía haberlo dejado su actual novia, y lo más probable era que hubiese visitado
mi Kingdom impulsado por esa extraña nostalgia que crea el rechazo amoroso.

Hilandra se mostraba incómoda y asustadiza en mi presencia. Aburrida de la

situación; la encaré hablándole sin tapujos sobre lo que había estado haciendo,
restándole importancia y proponiéndole intercambiar ideas y conocimientos. Las
dos teníamos mucho que ofrecer.

-¡No puedo creer que no estés enojada! –me dijo, mostrándose muy entusiasmada
con la idea de trabajar juntas.

-El plagio es otra forma de admiración. ¡Me siento halagada! –le contesté en un
arrebato de ego, sintiéndome avergonzada al instante…

La peor parte del asunto la llevaron mis amigas más cercanas: Bianca volvió de su
retiro tecnológico llena de energías y ganas de contarnos su experiencia.

40
-Creí que sería muy duro pasar casi tres días en la naturaleza y
sin poder conectarme al WR. ¡Pero descubrí un montón de
sensaciones nuevas! –me dijo llena de emoción, pero no me
digné a escucharla. Solo me preocupaba lo que me ocurría a mí.
Tampoco di el apoyo suficiente a Sheronda; su familia tenía
problemas y yo actué como si no supiese nada…
-Déjalo estar, no tiene sentido. ¿Qué vas a hacer si le
encuentras? –me decían ambas de continuo. No sabía qué
contestarles, pero tampoco iba a rendirme.
Obstinada, programé un nuevo “bot” de búsqueda al que
incorporé los parámetros de la imagen del intruso que aparecía
en mi foto. Este surfearía por la red buscando coincidencias
faciales; la idea era un auténtico “tiro contra la niebla” con pocas
posibilidades de acertar. Ningún hacker dejaría una foto suya en
un World que ha corrompido, pero quizás el “pibe sonriente” era
su firma, y si encontraba más trabajos suyos podría descubrirlo.
Y cuando tenía tiempo libre, mi tío abuelo ocupaba mis
pensamientos. Aquellos a los que queremos nunca se van del
todo, pero tras aquella agresión él parecía haber renacido con
fuerza en mi mente. Era un hombre tan interesante...
A pesar de haber nacido cuando ya casi habían dejado de
imprimirse, a mi tío le gustaban mucho los libros en papel. Los
coleccionaba, y podía hablar largo y tendido sobre ellos
consiguiendo que alrededor de cada volumen en su biblioteca
girase un aire místico. Le fascinaban las erratas y los fallos de
encuadernación.
-¡En aquella época, un error podía ser eterno! -decía con un
extraño orgullo.
Él quería que al morir su biblioteca pasase a mis manos,
convencido de que mi gusto por la literatura me haría valorarlos…
Me duele saber que probablemente fueron vendidos de mal
modo, reducidos a objetos de colección, perdiendo su magia en
manos desconocidas…
Poco antes de morir me regaló su ejemplar más preciado (lo que
me hace preguntarme si imaginó la lucha que desataría su muerte
y quiso que al menos una fracción de sus deseos se cumpliesen),
en él escribió una dedicatoria que decía: “Marcarlo con tinta le
resta valor ante el mundo, pero lo vuelve único para ti”.
Intenté leerlo varias veces, ¡En verdad lo hice! Pero la experiencia
me resultó desagradable. Con más de seiscientas páginas, su
peso me tuerce los brazos si estoy sentada o amenaza con
desplomarse sobre mi cara si lo leo acostada en la cama. Su fría
tapa de cuero me hace estremecer al imaginar que mataron un
animal para crearla, y el olor del papel; ¡tan desagradable!, me
lleva a pensar en talas indiscriminadas, en procesos químicos
para el blanqueo del papel, en la tinta fresca que mancha y en la
cola con la que han pegado las guardillas.
41
A él le gustaba especular sobre los antiguos dueños de sus fuese denunciado por mal comportamiento perdería sus
ejemplares, pero a mí me daba asco pensar en todos los dedos privilegios y su identidad sería revelada en una lista pública.
que toquetearon sus páginas. Él amaba sus libros antiguos, yo
Si bien la idea de visitar Russel había sido de Bianca, Sheronda y
las publicaciones quirales, pero tuvo razón en su dedicatoria: su
yo tuvimos que esperarla un buen rato hasta que se conectó.
viejo libro es algo único para mí que guardaré toda la vida…
Aunque ella no necesite salir de su casa para acudir a una cita,
En un intento por distraerme, Bianca y Sheronda me invitaron a ¡de algún modo siempre se las apaña para llegar tarde!
visitar “Russel”, una plaza social que existía desde hacía solo
Estando juntas nos tomó más de una hora elegir bajo qué avatar
unos meses pero que estaba cobrando gran fama al ser la
nos moveríamos. Libres de tener que mostrar nuestra apariencia,
primera que no exigía mostrar tu apariencia física aproximada y
¡había tantas opciones que era un desafío decidirse! Russel
que ofrecía la opción de ocultar tu Personal_Room.
ofrecía unos veinte modelos de avatares quirales gratuitos, todos
Desde los comienzos del World_Room se estableció que en todo bastante feos en verdad, pero disponía de más de cinco mil de
sitio público el PR y la apariencia física aproximada de cada pago a un precio muy bajo.
usuario debían ser siempre visibles. La teoría tras esta norma era
Sheronda fue la primera en elegir una imagen; se vería como
que, al eliminar el relativo anonimato de la vieja internet, se
Megury, su personaje favorito de las novelas de Hantauros.
reduciría en gran medida los casos de fraude, cyber acoso,
Bianca nos sorprendió al definir como avatar un elefante
suplantación de identidad e incluso el comportamiento incívico
amortajado con una tela azul estampada en blanco y sujeta con
(muy pocos se atreven a comportarse como “capullos” cuando
cintas doradas, que llevaba también en un gran sombrero con los
su cara y su nombre quedan expuestos).
colores del arcoiris. Yo al fin me decidí por un cardumen de peces
Russell rompió esta regla causando gran revuelo, muchos que surcaba el aire con gracia.
vaticinaron “el regreso de una época oscura”, pero mientras más
El diseño de Russell era singular y el desarrollo del entorno quiral
lo criticaban más publicidad y visitantes conseguían. La idea de
excelente. Una flota de extraños “barcos edificio”: altos, oscuros
ser anónimos, aunque fuera por un rato, parecía haber seducido
y cubiertos por óxido, de diseño neoclásico y con cientos de
hasta a los más pasivos, y ante cualquier tipo de acusación los
balcones, navegaban por un mar de basura. Cada uno de ellos
administradores del World argumentaban que todo usuario que
equivalía a una plaza social distinta centrada en un tema de

42
interés diferente: deportes, literatura, cine, política… Para pasar
de un barco a otro, había que subir hasta la terraza de cada
edificio y saltar desde allí montando en unas ranas mecánicas
gigantes… ¡Qué locura! ¡Estuvimos al menos quince minutos
saltando de una terraza a otra sin parar de reírnos!
Dentro de los barcos ocurría lo que en cualquier otra plaza social
normal; se conocía gente, se improvisaban juegos, algunos
intercambiaban patrones de impresión, libros quirales o pases
para eventos… Y a excepción de los barcos de política y
deporte, donde los partidarios más fanáticos se encontraban
para insultarse, el ambiente era relajado y agradable. Sin duda lo
mejor de Russell era ver el desfile de avatares que me hicieron
sentir como en carnaval. Charlando en un balcón vimos a un
soldado napoleónico, un payaso delgado que comía una
sándwich enorme y un cocodrilo con un traje de astronauta. No
muy lejos de ellos, un hombre en llamas coqueteaba con una
chica con la típica apariencia de un personaje de manga.
–El galán fogoso; se llevará una sorpresa cuando descubra que
su amiguita es un viejo barbudo y musculoso –dijo Sheronda
haciéndonos reír.
Pero lo que más nos impresionó fue descubrir en la cubierta de
popa a un conde vampiro que lloraba desconsolado mientras un
gatito blanco con rayas color canela intentaba consolarlo.
En lo que pareció un suspiro, pasamos horas recorriendo los
barcos y hablando con desconocidos. Al notar lo tarde que era
decidimos marcharnos, pero mientras nos despedíamos oí una
conversación al vuelo…
-…Y ese pelo alborotado ¡Si vieras la sonrisa del hijo de puta,
cómo si disfrutase haber arruinado la foto de mi casamiento!
-¿¡Perdón!? ¿De qué hablas? –chillé abalanzándome sobre la
persona, que estaba disfrazada como un perchero lleno de
sombreros -¿Alguien ha alterado tu kingdom?
-No… yo… -contestó el perchero retrocediendo un paso.
-¿No acabas de decir que alteraron una foto tuya…? De tu
boda… -insistí. Y Bianca suspiró cansada a mis espaldas.
-Sí… Una foto que tengo en Autén… Yo no tengo Kingdom…
-“¿Todavía hay gente que usa esa red social?” – pensé
conteniendo una sonrisa-“¿¡Cuantos años tendrá en verdad este
tipo!?”
-¿Por qué te interesa? ¿Sabes algo al respecto? –me preguntó
con tono acusador el compañero del perchero; un demonio azul
con cuernos de cobre.
-Me pasó algo parecido. De la nada apareció en una foto familiar
un tipo joven y delgado, de cabello castaño y ojos negros muy
grandes.
43
-¿Vestido de rojo y Blanco? ¡Es el mismo! –exclamó el perchero
dando un brinco que hizo tambalear los sombreros que colgaban
de él.

-¿Cuándo sucedió esto? –le pregunté.

-Lo descubrí ayer…

-¿Pero has comprobado la fecha en la que alteraron al foto?

Déjame ver tu Personal_Room. Si visito tu Autén y examino la
imagen ¡quizás encuentre alguna pista sobre el responsable! –
insistí, hablando frenética y dando un paso hacia él.

-No, pero yo… -balbuceo el perchero retrocediendo a la par.

-Lo siento, pero tenemos que irnos –intervino el demonio azul -

¡Venga, vamos! –exclamó y ambos se esfumaron en el aire.

-¿¡Pero de que tiene miedo!? –grité dando un pisotón contra el

suelo.

-El mayor encanto de Russell es ser anónimo –dijo Bianca -.

Pedir el PR y acceso al… ¿Qué es Autén por cierto?

-Una red social muy vieja que alguna vez fue muy popular… Sí;
entiendo lo que quieres decir…

-¿Te encuentras bien? –me preguntó Sheronda.

-No, pero vuelvo a la cacería.

44
Capítulo 6

El fantasma
de lo nuevo
Capítulo 6

El fantasma de lo nuevo

Mis amigas insistieron en que olvidase el asunto, pero sentía que el haberme
topado otra vez con el “chico risueño” no era una simple casualidad, sino un
llamado a la acción.

Hasta ahora solo conocía dos apariciones suyas, pero era muy probable que
hubiese decenas de fotos por el estilo. No obstante; el WR cambia y crece
segundo tras segundo volviendo la tarea tan fútil como buscar un específico
grano de arena entre las dunas de un desierto. Otro se hubiese dado por vencido,
pero el desafío me estimulaba ¡y creía adivinar un patrón! La boda y mi cena de
año nuevo eran de carácter familiar e íntimo; mi instinto me decía que por algún
motivo retorcido el hacker buscaba arruinar este tipo de momentos.

Cancelé la inútil tarea del primer “bot” de reconocimiento facial y lo reprogramé

con nuevos parámetros de búsqueda específica. Esta vez debía centrarse en
analizar solo aquellas imágenes que estuviesen ligadas a redes sociales y
catalogadas como “eventos familiares”.

Sintiendo que no estaba haciendo lo suficiente, programé un segundo “bot” con la

tarea de recorrer foros de debate, plazas sociales y bitácoras quirales en busca de
cualquier referencia de texto o audio a una alteración similar.

Volvía a “disparar contra la niebla” pero esta vez, al menos, apuntaba hacia una
silueta…

46
Al despertar al día siguiente me encontré con el primer informe
de mis bots: dos meses atrás alguien había grabado una entrada
en su bitácora denunciando que había descubierto a un “extraño”
en una vieja foto de su séptimo cumpleaños.
Ignorando la tradición de desayunar con Sheronda y
conectándome al Town_Room de mi universidad para grabar las
clases sin prestarles atención, ¡ya las vería más tarde!, dediqué
buena parte de la mañana a ver la bitácora.
En un largo y redundante video el “quirbit” (nombre con el que se
conoce a los apasionados por grabar bitácoras); un cuarentón de
lustrosa calva, bigotes tupidos y ojos diminutos, relataba e
interpretaba la indignación inicial que sintió al descubrir la foto y
la duda que le acosó a continuación: ¿Y si en verdad aquel tipo
extraño había estado siempre allí: aplaudiéndole con una sonrisa
desde el fondo de la habitación mientras él soplaba las velas,
pero por intrascendente le había olvidado? Tras hablar con todos
sus familiares y amigos, el quirbit había llegado a la conclusión de
que se trataba de un verdadero intruso, preámbulo para un prolijo
discurso lleno de tópicos moralistas pero ningún dato de valor…
¡Dos horas duraba la entrada de su bitácora, y no había
compartido en ella ni una triste miniatura de la foto alterada!
Mirando de reojo la figura del quirbit que permanecía congelada
de pie en mi salón y maldiciéndole por el tiempo que había
perdido en escucharle, le escribí un mensaje explicándole mi
caso y, adjuntando mi foto alterada como gesto de buena
voluntad, le pedí que me envíe la suya.
Cuando me disponía a centrarme en mis tareas, recibí otro
informe de un bot. Apenas tres días atrás alguien había creado
una sala de debate en un foro de aficionados al desarrollo de
imágenes quirales. “¡Una presencia enigmática tocando junto a la
banda de unos amigos!” decía el titular de la sala y, al entrar, me
encontré de pie en un pequeño auditorio rodeada por unas
cincuenta personas que aplaudían a los músicos sobre un
escenario.
Con un saxo colgado al cuello, algo sudado, saludando con una
mano y mostrando su característica sonrisa, “el pibe” volvía a
robar un sitio en una foto.
-¡Pedazo de cabrón! –exclamé cruzándome de brazos.
Al dueño de la foto no parecía molestarle la alteración, en verdad
le sorprendía “lo bien hecha que estaba” y pedía opiniones sobre
cómo la habían logrado.
Llena de curiosidad comencé a leer qué opinaban otros
miembros del foro. La sala de debate era, como representación
quiral, bastante pobre: un simple ambiente con paredes
empapeladas y una vieja puerta giratoria que, al rotar, revelaba
los distintos mensajes representados como folios escritos a
mano y pegados con cinta a los cristales.
47
“Demasiado perfecto para ser falso”, opinaba la mayoría. ¡Y obsesión! Y con algo tan simple, me sentí más cerca de
podía entenderles!: las luces y las sombras, el espacio que atraparlo.
ocupaba sobre el escenario, ¡incluso el reflejo del público sobre el
metal del saxo!... Eran perfectos... Tan integrada estaba su figura
al entorno que, de no ser porque a mí me había pasado lo mismo,
pondría en duda que fuese una alteración… El único detalle
llamativo era la ropa del intruso, muy diferente a la de los demás
músicos, pero para mí no significaba nada.

Muchos insinuaron que la alteración no era más que un recurso

ideado por la propia banda para ganar publicidad, desatando una
triste sucesión de chistes malos y comentarios capciosos.

“Tal vez presenciemos el nacimiento de un nuevo fenómeno

paranormal: los fantasmas de lo nuevo”. Escribió un usuario,
agregando la representación de una hiena que se revolcaba por
el suelo en un ataque de risa.

-Fantasmas de lo nuevo… -murmuré –Fantasma, fantasma…

nuevo… -repetí una y otra vez, sintiéndome atraída por el
concepto pero incómoda con las palabras –Un fantasma es un
recuerdo, una silueta imperfecta de lo que alguna vez existió… El
chico sonriente es real, son datos legibles dentro de las
frecuencias que captan los nobots en mi corteza cerebral y que
se traducen dentro del espectro visual, una ilusión propia de esta
era, un espectro contemporáneo… ¡Un espectro quiral! –grité
poniéndome de pie de un brinco. ¡Acababa de bautizar a mi

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Capítulo 7

Del ocaso al
amanecer
Capítulo 7

Del ocaso al amanecer

El espectro quiral era lo único que me importaba. Cada día aparecían nuevas fotos
y recibía nuevas noticias; comencé a escribir a cada uno de los afectados creando
una red de intercambio de información. 

Pensé que cuando las alteraciones llegasen a los ojos de otras personas más
formadas que yo y con mayor experiencia su creador no tardaría en ser
descubierto. Le mostré las fotos al profesor de Desarrollo y Creatividad que más
respetaba; en un principio creyó que le estaba gastando algún tipo de broma, pero
luego comenzó a interesarse mostrándole las imágenes a otros de sus
compañeros, y mientras más especialistas las estudiaban más claro quedaba que
su trabajo rebasaba la perfección. De hecho; de no ser porque los afectados
éramos muchos, de distintos países, edades y estratos sociales, podría pensarse
que se trataba de un elaborado fraude…

Un mes después, vivía rodeada por el caos. Las fotos alteradas comenzaban a
amontonarse en mis archivos y ya no tenía tiempo para leer y contestar todos los
mensajes que recibía de otras personas afectadas. “Espectro quiral” era un
nombre que ya circulaba por el WR con la fuerza de un rumor que se convertiría
en leyenda. 

Si bien muchos no creían en la veracidad de las historias, otros veían en la

perfección de las alteraciones junto a la ausencia de un PR la evidencia de un

50
fantasma real; un hombre que, gracias a la fusión con la
tecnología, habría logrado trascender a otro plano de existencia
ligado de algún modo al World_Room.
Por otro lado, los “conspiranoicos” de siempre sospechaban del
gobierno y las macro corporaciones, acusándoles de objetivos
rocambolescos… Yo no creía en ninguna de esas hipótesis. Mi
espectro era un hombre… ¿Por qué se dedicaba a alterar
recuerdos: morbo, soledad, sadismo…? No podía adivinarlo ni
me importaba demasiado. Él era mío. Yo había sido la primera en
interesarse por su existencia, yo le había bautizado y sería yo
quien le quitase la máscara.
Todas las noches revisaba un mapa cronológico de sus
actuaciones que había desarrollado a expensas de mis estudios y
mi trabajo. Robándole más horas de las prudentes al sueño,
ojerosa y con las manos cansadas, hacía rodar fotos, informes y
anotaciones por las paredes de mi apartamento, ampliando
imágenes, expandiendo códigos y reproduciendo las bitácoras
de distintas personas que hablaban sobre el tema, intentando
imaginar qué sentía el espectro al contemplar el alcance de su
obra convencida de que, si lograba pensar en sintonía con sus
ideas al menos por un segundo, ¡lograría atraparle trabajando!
Una tarde recibí un mensaje de una de las personas con las que
intercambiaba información; una buena chica aunque demasiado
soñadora, que asustada me mostraba  el último acto del espectro
quiral. Esta vez había atacado un banco de imágenes público,
alterando una vieja foto en blanco y negro de una boda celebrada
antes de la fundación de la Fe Unificada. Al pisar “suelo santo”, el
espectro parecía consumirse en un aura de fuego negro,
cobrando en sus ojos un extraño brillo.
¡Era un mamarracho!... Por empezar la representación partía de
una imagen plana de una foto tomada, probablemente, a
mediados del siglo XX y que había sido reconvertida mediante un
programa de extrapolación tridimensional. Luego habían
agregado al espectro sin ningún arte.
La falsificación podía resultar creíble a ojos “normales”, pero ante
los míos se hacían evidentes una serie de errores de montaje y
edición indignos del verdadero hacker. Mi espectro podía ser un
cabronazo, pero su trabajo era excelente y digno de envidiar. “El
espectro es sin duda un hombre de carne y hueso; no hay nada
mágico detrás de él” -le contesté a la chica, intentado ser lo más
delicada posible sin mofarme de sus creencias -. “Ni tu kingdom,
ni ningún world que él haya alterado está maldito por su
presencia. Como te he sugerido antes; reinstaura la foto original y
sigue adelante”.
Indignada con el “payasete” que había creado la falsificación
(cuyo Personal_Room era muy fácil de descubrir), me tomé la
libertad de alterar yo misma la foto, poniéndole al espectro un
culo en lugar de rostro y programándole para que grite: “¡soy un
fraude!” cada vez que alguien le vea.
51
Un tifón arrasó un pequeño país en Asia, y junto a la tragedia mis
obligaciones para con Society (que hasta el momento había
cumplido a duras penas) se triplicaron, exigiéndome trabajar
todos los días de la semana más horas de lo habitual… Pero ante
el menor indicio del espectro, aunque apestase a fraude,
abandonaba todo para ir tras él.
Mis notas en la universidad comenzaron a bajar, suspendí algún
examen fácil por descuidada -. “¡Ya repuntaré en el próximo!” –
exclamaba con endeble convicción, sin aminorar la marcha de la
cacería.
Una mañana recibí un mensaje de la dirección de Society,
llamándome la atención sobre lo pobre del diseño de mis últimos
avisos y sobre una cantidad de fallos de programación en su
desarrollo.
¿¡Cómo un grupo que difunde la solidaridad puede ser tan
egoísta con una de sus mejores empleadas!?  -¡En este momento
soy yo la que necesita ayuda! –grité enajenada caminando en
círculos por mi comedor ante la triste mirada de mi amiga
Sheronda, que desde hacía muchos días se limitaba a escuchar
mis quejas en silencio.
Esa misma noche recibí un mensaje de Bianca y Sheronda. Al
abrirlo una representación quiral se apoderó de mi piso
situándome en una versión ruinosa del mismo. Las paredes
estaban cubiertas por graffitis que carecían de sentido; letras
sueltas y signos de exclamación e interrogación superpuestos. La
humedad avanzaba sobre ellos con lentitud, devorando las
pintadas con sus oscuras manchas y ampollas.
El suelo se había derrumbado en su mayoría, dejando entrever el
esqueleto del edificio abandonado y recubierto por maleza de un
color enfermizo. Sola, de pie en un enclenque pilar en medio del
abismo, había una mujer de ropaje polvoriento y pelos parados
que, gesticulando de forma exagerada como el peor de los
actores, gritaba sin cesar:
-¡Espectros!... ¡Espectros quirales!...
Durante un instante; fugaz pero tan intenso que pareció durar un
siglo, sentí una ira descontrolada. ¿En vez de apoyarme mis
amigas se reían de mí mostrándome como a una desquiciada?
Quise salir de casa y buscarlas, insultarlas a la cara y darles un
puntapié.
Como en respuesta a mi cólera, el pilar se partió por la mitad y mi
andrajoso reflejo se precipitó al vacío.
Mordiéndome los labios, asomé la cabeza y vi mi cuerpo
destrozado en el fondo. Retorcida como un muñeco de trapo,
sumergida en un charco de su propia sangre, mi doble seguía
murmurando:
-Espectros… espectros…
52
Quise gritar, pero mi rabia se convirtió en vergüenza, y en vez de
un alarido solté el más amargo de los llantos.
Los amigos deben estar a nuestro lado en los momentos de
necesidad, pero también deben arriesgarse a ofendernos cuando
con nuestras elecciones estamos a punto de destruirnos.
Bianca y Sheronda eran amigas de verdad, mujeres nobles, y yo
no había estado a la altura de su cariño…
Me puse en contacto con ellas: lloré y pedí perdón y, en lugar de
intentar justificarme, les pedí que me contaran como estaba
actuando desde su punto de vista.
La verdad fue dolorosa pero necesaria, y me sorprendí bastante
al escuchar que la representación quiral de mi caída había sido
desarrollada por Jhosef: mi ex-novio, que cuando recibió el
pedido de ayuda de mis amigas dejó a un lado todo lo que
estaba haciendo para crearla en solo unas horas… No esperaba
eso de él…
Perdida y superada, decidí abandonar mi investigación y
ponerme al día con la universidad y el trabajo, volviendo a quedar
con mis amigas y a jugar con Mogape, al que no había encendido
en mucho tiempo.
Me costó desconectar de mis pensamientos. Mi cerebro seguía
en sintonía con el espectro y el menor detalle arrastraba mi
mente hacia su figura. Además, a pesar de avisar al resto de
cazadores de espectros que abandonaba el grupo,
seguía  recibiendo mensajes y llamadas de algunos de ellos que
me vi forzada a ignorar, intentando volver de a poco a disfrutar de
mi vida como antes.
Apenas unos días después, Bianca y yo visitamos “Gamaño”:
una tienda virtual de ropa que ofrecía descarga de patrones a
precios muy bajos. Ella acaba de comprarse un pack de tela
“Oromica” en oferta que esperaba convertir en un par de
pantalones y una camisa.
El World de Gamaño se presentaba como un moderno palacio en
cristal y plata por el que desfilaban hombres y mujeres de belleza
etérea luciendo los conjuntos. Acercándose a cualquiera de ellos,
y con solo pedírselo, su ropa aparecería sobre tu cuerpo hecha a
medida (datos que obtenía de nuestro Personal_Room tras
instalar la App de la tienda).
-¿Cómo me queda? ¿No me aplasta mucho el culo? –me
preguntó Bianca girando sobre sus pies.
-¡Te queda perfecto! –contesté riendo y negando con la cabeza.
Bianca era lo que algunos llaman un “pepun: la mujer perfecta”.
Figura esbelta, músculos tonificados, piel suave y morena,
sonrisa perlada, grandes ojos de forma almendrada y una
cabellera digna de publicidad de shampoo. Sin embargo, ella
siempre se comportaba como si fuese poco agraciada, y tras
53
verla probarse quince pantalones distintos, opinando siempre
sobre cómo lucía su culo, tenía ganas de abandonar el World.
-Sí… Creo que este es el bueno. ¡Pagaré la impresión! –exclamó
Bianca dándose unas nalgadas -¿Segura que no quieres nada? –
me preguntó.
-No. Con lo que imprimí el mes pasado tengo para rato. ¡Además
solo me lo pongo para ocasiones especiales, cuando me veo
obligada a conectar las cámaras del piso!
-Deberías quererte un poco más…
-¡Si yo me quiero un montón! –contesté riéndome y encogiendo
los hombros.
-Me refiero a permitirte ciertos caprichos –insistió mi amiga
negando con la cabeza -. Vestirse es algo más que abrigarse; es
manifestar nuestros valores. ¿Por qué elijo este pantalón o esta
chaqueta sobre otros cientos de modelos? –dijo siguiendo el
contorno de su silueta con sus manos -. ¡Porque exteriorizan lo
que soy!
-¡La ropa son solo trapos Bianca!... –contesté cerrando los ojos,
cansada de aquella cháchara que había oído decenas de veces.
-¡No seas obstinada! ¿Por qué tildamos a alguien de “nene de
mamá”, “pijo”, “squirl”, “hippie”, “slasher” o “dolobu” antes de
conocerlo…? ¡Por su ropa!
-Y por sus peinados –agregué aburrida, observando la larga
melena de mi amiga que imitaba las olas del mar.
-Bueno… es verdad –contestó Bianca ruborizada,
acomodándose el pelo con la mano -. Pero la ropa es un reflejo
del alma… Aunque relativo, ya que no siempre muestra lo que
somos, sino lo que pretendemos ser. Desde el más sobrio:
siempre vestido de marrón; hasta la reina del carnaval: que le
rinde culto al círculo cromático con sus plumas y lentejuelas.
Todos, de alguna manera, vamos uniformados…
Frunciendo el ceño, separé los labios para rebatirla pero me
quedé congelada sin decir palabra.
-¿Te encuentras bien? –me preguntó mi amiga, preocupada al
verme tragar aire con la boca abierta en un gesto estúpido.
-Sí… Todos vamos uniformados… Todos… ¡Gracias Bianca, creo
que te amo!
Desconectándome de forma torpe y fugaz, dejando a mi amiga
perpleja, comencé a ver una tras otra las fotos del espectro
quiral. Él siempre lucía igual; mismo peinado, misma ropa. ¡Hasta
sus gestos eran parecidos! Los que nos habíamos interesado por
él dimos por sentado que no era la representación de una
persona verdadera, sino de una imagen de diseño desarrollada a
modo de firma. Pero la conversación con Bianca me había
inspirado; la ropa que vestía el espectro era inusual, con un corte
54
y una combinación de colores tal, que quizás se tratase de un presentó ante mí saludándome con una larga reverencia que hizo
uniforme. resbalar la montura dorada por su nariz.

Con paciencia revisé cada centímetro de las representaciones, -¿Qué prendas desea identificar señorita? –me preguntó el
maravillándome una vez más con la calidad del trabajo. La conejo acomodándose las gafas.
camiseta del espectro; blanca con una línea roja recta en las
-Las que viste este joven por favor –contesté presentándole una
mangas y una serie de líneas curvas sobre el pecho que
foto del espectro.
esbozaban sus costillas y esternón, no decía mucho salvo por su
textura, que lucía como algodón. Tras otra larga reverencia, el conejo tomó medidas de la ropa con
un metro y luego se sentó en el suelo a garabatear en una libreta
Su pantalón; amplio, de tela gruesa, de color blanco con bandas
mientras mascullaba por lo bajo. Curiosa me asomé sobre su
rojas en la cara interior de las piernas y el borde de los bolsillos,
hombro para ver qué hacía; dibujaba patrones y bocetos de
parecía algún tipo de derivado del jean de fuertes costuras.
distintas prendas que no parecían tener relación con las mías.
Era ropa cara, de materiales que habían desaparecido devorados Lógico teniendo en cuenta que la representación no era más que
por el éxito de las impresoras volumétricas y los nuevos géneros una simple interfaz, ¡pero muy bien lograda!
creados por ellas. Las costuras de ambas prendas sugerían
-¡Listo señorita! –exclamó el conejo poniéndose de pie con un
también haber sido confeccionadas en fábricas a la “vieja
salto -Lamentablemente, la camiseta no concuerda con ningún
usanza”, pero… ¿eso significaba algo? Yo podía diseñar
patrón conocido; quizás sea un trabajo por encargo. El pantalón
cualquier prenda de ropa y darle la apariencia de tela antigua sin
concuerda con un modelo de la desaparecida empresa “Tree
problemas.
Trésors”, que desarrolló vestimenta para deportes extremos y
-No pierdo nada con investigar… -suspiré resignada. alternativos. Su combinación de colores no concuerda con
ningún modelo de nuestra base de datos; sin embargo la
Mr. Uote era una aplicación que ofrecía un World reconocido
empresa ofrecía un servicio de personalización…  Si está
como el más completo Museo de la Moda y prometía identificar
interesada, tenemos a la venta modelos similares; ¡con un precio
cualquier prenda que apareciese en una foto o vídeo. Al activarla,
irresistible para coleccionistas!      
un conejo blanco de un metro de alto, con gafas de oro
y ataviado con la ropa y herramientas clásicas de un sastre, se
55
-No, gracias…- susurré mirando la fecha en la que se había
registrado el modelo. ¡Casi sesenta años atrás!  petición de material sanitario para la catástrofe en Asia, recibí un
-Permítame aconsejarla señorita, no encontrará un precio menor
en todo el World_Room. Yo: Mr. Uote, garantizo siempre los
mejores prec…
-¡NO, GRACIAS! –grité cerrando la aplicación y abandonado el
museo quiral con velocidad.       
¿Por qué el hacker había elegido una prenda de ropa tan antigua
para vestir al espectro? ¿Significaba algo para él, o era otro
recurso para despistar a sus seguidores?
Conteniendo la respiración y sudando de nervios, volví a
reprogramar mis bots. Esta vez buscarían reconocer el diseño de
su ropa y limitarían su búsqueda a fotografías relacionadas con
entornos deportivos y con al menos cincuenta años de
antigüedad.
Cuando retomé la conexión con Bianca la encontré en compañía
de Sheronda, y entre ambas me soltaron una larga reprimenda
adivinando que mi desconexión estaba relacionada con mi
obsesión. Intenté explicarles lo que se me había ocurrido, pero no
quisieron escuchar otra cosa que no fuese una promesa de
corazón de que esta sería la última búsqueda que realizaba.
Horas después, mientras trabajaba desarrollando una nueva
informe de mis bots.
Mordiéndome los labios y crujiendo mis nudillos, desplegué el
informe que me dirigió a un World dedicado a la historia de los
equipos amateur de Jugger antes de la creación de la federación
internacional y el consecuente profesionalismo.
Congelado en el aire, con una espada corta en cada mano, un
jugador que vestía la misma ropa que el espectro saltaba frente a
un ataque de bola y cadena del contrario.
-¡Es él! ¡Es él! –grité eufórica, maldiciendo por dentro que la foto
no fuese más que un viejo macro espacial digital; antiguo formato
de transición entre la fotografía plana tradicional y las
tridimensionales. No podía caminar alrededor de la escena para
apreciar mejor los detalles.
Un recuadro al pie de la imagen informaba: <<Pompfer del
“Eskeletos de Eskarla” salta la cadena del ketterman contrario,
integrante del equipo “Lap Rubbs”, durante un partido disputado
en la segunda década de este siglo>>.
Sin perder un segundo ingresé en la base de datos de equipos
amateur y busqué a los Eskeletos de Eskarla. Obviando sus
estadísticas, vi una a una las fotos de sus partidos descubriendo
que, para mi desgracia, jugaban usando una máscara de un
cráneo rojo.
56
-¡Mierda!, tiene que haber alguna en lo que no… ¡Sí! –grité Iniciando sesión en el World Linyeras, introduje la dirección en la
aplaudiendo con furia, asustando a Mogape que corrió en que vivía Albert Paduba y la calle se manifestó ante mí
círculos por el salón. situándome en un pudiente barrio de casas bajas. 

La última foto del archivo mostraba a todo el equipo cansado y
sudoroso tras un partido, empuñando con orgullo sus armas y
alzando una pequeña copa que parecía confeccionada con la
caja torácica de un animal.
Ubicado a la izquierda, con el pelo revuelto y la efusiva sonrisa
que había visto hasta en mis sueños, estaba mi espectro quiral.
-Así que aquí vives… -dije mirando su casa, pequeña en
comparación con su enorme jardín -¿Qué hago Mogape? ¿Le
escribo un mensaje, o llamo a su PR exigiéndole respuestas?
Mogape alzó sus orejas mirándome con sus redondos ojos
negros y se desvaneció frente a mí dejándome sola.

-Albert I. Paduba… -dije entre dientes leyendo la etiqueta

asignada a su imagen -¿Por qué tu rostro está invadiendo el WR?

Contando con un nombre, la búsqueda fue fácil y en cuestión de

minutos tenía cuatro candidatos. Sin embargo, teniendo en
cuenta la edad, solo uno de ellos podía ser el joven de la foto.

Obtener la última dirección registrada del tal Albert no fue fácil,

pero en esta época no hay dato que pueda esconderse. Vivía
lejos, en otro país a más de una hora de viaje en Hipper Loop,
pero tampoco resultaba inalcanzable…

Pestañeando con velocidad, sacudí la cabeza y puse los pies en

la tierra. ¡Había dejado un trabajo a medias! Luchando por
olvidarme del espectro, terminé el aviso para Society a toda
velocidad y lo publiqué prometiéndome a mi misma que ya lo
retocaría el día siguiente.

57
Capítulo 8

Una isla entre

cadenas
Capítulo 8

Una isla entre cadenas

-¿¡Mogape!? ¿¡Mogape!? –grité observando el vacío que había dejado, tanteando

el suelo con las manos sin sentido.

Con el corazón encogido miré a mi alrededor. El apartamento me mostraba su

cara lavada; sin el maquillaje quiral que había diseñado con tanto esmero.

-Cornucopia… ¡Cornucopia! –grité, comenzando a hundirme en la desesperación

al ver que no lograba acceder al WR –Cornucopia… -insistí una vez más, cayendo
de bruces al suelo con el corazón estrujado.

¿El espectro me bloqueaba el acceso? ¿Tal era su poder? Quizás, al encontrar su

foto en el World había activado algo, una especie de alarma… O tal vez fue al
acceder a su casa desde la red Linyeras… ¿Pero cómo lograba aislar mi
Personal_Room del WR? Era algo que, en teoría, rozaba lo imposible…

Unas voces resonaron en el pasillo del edificio y, como una fiera que descubre una
presa fácil, salté pegando la oreja contra la puerta.

-¿… A ti también? –preguntó la cavernosa voz de un hombre.

-Sí, sí… Parece algo general. Los vecinos de abajo tampoco tienen acceso. Voy a
salir a la calle a ver dónde recupero la señal – contestó una voz joven que no logré
distinguir si era de hombre o mujer.

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Entonces no era yo sola. La única forma de que todo el edificio
estuviese sin conexión al WR era que un repetidor de Ondas WIR,
que permiten a nuestros nobots conectar con los servidores
remotos, hubiese colapsado… Que sucediese algo así era muy
difícil, pero no improbable. Por fortuna los repetidores cuentan
con docenas de sistemas de apoyo para restablecer un servicio
parcial hasta que se solucione la incidencia. En cuestión de
minutos volvería es estar conectada.
-Paciencia… -susurré sentándome en mi cama.
Esperando volver al juego del mundo caí en la antigua trampa del
tiempo; que se escapa de las manos cuando más lo necesitamos
y se niega a avanzar cuando lo único que deseamos es que
acabe el día.
En el piso no ocurría nada: el sol entraba pesado por la ventana
dibujando planos de luces y sombras que me hacían sentir que
contemplaba la imagen eterna de un cuadro en vez de la
realidad. Desde fuera me llegaban ruidos extraños: pasos
apurados que retumbaban por los pasillos, voces deformadas, el
zumbido constante de lo que parecía un motor y el ruido de algo
pesado moviéndose algunos pisos más arriba. ¿Alguien se había
puesto a cambiar de lugar los muebles?
¿Siempre era así el edificio y ocupada con mis asuntos no lo
notaba? ¿O la pérdida de la conexión al World_Room despertaba
el lado más excéntrico de las personas?
Incómoda me puse de pie y di una vuelta en círculo por el
comedor. ¡Qué pequeño era! ¡Qué cerca estaba una pared con la
otra! Y su color, crema desteñido, era tan triste…
-Tengo que… que anotar la dirección del espectro antes de que
la olvide –dije imponiéndome una tarea sin sentido, y comencé a
revolver el cajón en el que guardaba las cosas que nunca usaba
hasta dar con un bolígrafo y una pequeña libreta.
La libreta, de tapas metálicas y hojas marrones, me la había
regalado mi madre junto a un bolígrafo de cuerpo dorado el día
en que empecé la universidad, y jamás los había usado. ¡No tenía
sentido! Si quería anotar algo lo hacía en mi blog quiral ligado mi
PR. Si quería hacer un dibujo había mil programas en el
World_Room que convertían, de un modo literal, mis dedos en
pinceles permitiéndome plasmar lo que quisiese con total soltura
y sin ensuciarme.
Pulsé el botón en el bolígrafo y su punta asomó junto a un
chasquido. Pasándome la lengua por los dientes lo observé
durante unos segundos con desgano, no usaba uno de esos
cachivaches desde que terminé la educación primaria. Por
supuesto hacía ya varias generaciones que los alumnos no
escribían nada a mano, pero a alguien dentro del ministerio de
educación le parecía correcto que se siguiesen impartiendo
clases de caligrafía a los niños. ¡Todos odiábamos esas clases!
¡Nos hacían copiar textos aburridísimos a un ritmo parsimonioso!
60
-Pero hoy me va a servir de algo… -dije, trazando una línea que
dejó un surco en el papel si soltar tinta -¿¡Pero qué!? –grité
rayando una y otra vez el papel hasta agujerearlo.
-¡Tecnología cavernaria de mierda! –chillé lanzando la libreta y el
bolígrafo contra una pared, caminando una vez más en círculos
por el salón sintiéndome acorralada y agredida por paredes y
muebles.
Necesitaba hablar con mis amigas, quería ver a Mogape y exigía
saber qué era lo que ocurría en el mundo en ese momento. Pero
sin el WR mi mente era una isla perdida entre un mar de cadenas.
Abrí la ventana y asomé la cara tragando una bocanada de aire
helado preparándome para gritar.
Abajo, vistiendo un jersey de gruesa lana y pantalones cortos, se
encontraba el viejo que cuidaba del jardín salvaje. Tan laborioso
como de costumbre, limpiaba las hojas manchadas con tierra por
la lluvia y arrancaba malezas con las manos pero sin atreverse a
tan siquiera doblar una rama de sus plantas, a las que dejaba
crecer con libertad.
Agotada, apoyé los brazos sobre el marco y me quedé viéndolo
trabajar en silencio, estudiando en detalle cada uno de sus
movimientos pero sin pensar en nada.
Cuando terminó su labor, el viejo entró a su casa y regresó
enseguida con una tumbona que colocó entre los maceteros.
Con un movimiento torpe, agarrándose la cadera como si le
doliese, se recostó sobre ella mirando al cielo.
Solo, vestido de forma ridícula, rodeado por su jardín salvaje en
un día tan húmedo y frío como los demás; el viejo observaba su
trocito de cielo con la dignidad de un monarca, siendo quizás
más feliz de lo que yo nunca había sido.
Pestañee y noté que él pestañeaba a la par. Alcé una mano y me
correspondió el saludo sonriendo.
Una lágrima misteriosa recorrió mi mejilla. Cerré la ventana y me
apoyé contra la pared mirando hacía mi puerta. No necesitaba el
WR, por primera vez la respuesta a mis necesidades no se
encontraba en línea. Tenía que ir a esa casa; el hogar de Albert
Paduba: mi espectro quiral, y mirarle al rostro… Tenía que ser ya
un hombre muy viejo… Pero quería preguntarle por qué hacía
aquello.
Tras dos años de comodidad y seguridad tenía un motivo para
abandonar mi apartamento y me sentía aterrorizada. Con la
mente congelada y costándome respirar, me vestí con lentitud, y
una vez estuve lista para partir, sentí que los pocos pasos que me
separaban de la puerta eran largos y profundos como precipicios.
Con las llaves entre las manos: frías, pesadas y pinchudas,
maldije que mi edificio fuese tan viejo y barato que no contase
con un sistema de apertura de cerrojos por reconocimiento de
PR. ¡Ojalá y pudiese salir de allí valiéndome de la compuerta de
61
paquetería por la que recibía mis compras! Era de un uso más
sutil…

Cuando metí la llave en el cerrojo sentí que se me erizaba la piel.

El gesto era como una penetración torpe, un apuñalamiento, y la
acción mecánica que iniciaba con cada uno de los giros, plagada
de ruidos metálicos, me resultaba agresiva. Abierta la puerta me
recibió una corriente de aire que arrastraba un olor extraño, y con
precaución recorrí el pasillo con la vista; largo, solitario y con frías
baldosas grises que creaban extraños patrones al reflejar la luz.
Sentí que alguien me espiaba por la mirilla de una puerta
próxima, pero al observarla con atención solo noté un puntito de
luz escapando por la lente.

Quise dar un paso, pero unas manos invisibles tiraban de mí

obligándome a volver a la seguridad de mi hogar.

-¡No seas estúpida! –gruñí entre dientes y cerré la puerta,

trotando decidida hacia el ascensor.

Una vez fuera no reconocí mi propia calle, había cambiado

mucho desde la última vez. Una fina llovizna, amante inseparable
de la ciudad, comenzó a caer haciéndome tiritar.

-Clima de porquería… -suspiré viendo el vaho de mi propio

aliento y, tapándome la cabeza con la amplia capucha de mi
abrigo, comencé a caminar hacia la red del Hyperloop.

62
Capítulo 9

El jardín de
los colibríes
mecánicos
Capítulo 9

El jardín de los colibríes mecánicos

La ciudad: gente, empujones, olores mezclados, ruidos, chirridos y reinando sobre

ellos; la publicidad quiral. Un cardumen que fluye entre los transeúntes esperando
seducirlos con sus extrañas y llamativas propuestas, como un oso verde de dos
metros que vende pistachos o una comparsa de nudistas que promociona la
“atrofia capilar mediante nobots: la única depilación definitiva verdadera”… Hay
mucha gente que odia la publicidad, yo la admiro, creo que en gran parte los
avances en tecnología quiral se deben a su constante carrera creativa. Sin
embargo detesto a los “promotores feéricos”; hombres y mujeres de belleza
extrema que abordan a los peatones seduciéndolos con sus palabras, invitándolos
con voz melosa a entrar en sus tiendas y gastar sin medida… No son éticos,
desprecio a los desarrolladores que trabajan en su creación y deseo que la
necesidad nunca me arrastre a ser su compañera.

Pero aquel día las calles eran distintas. Caído el World_Room la ciudad cobraba
una cara aún más sórdida y agresiva. Ojos y bocas grandes, gritos, tics nerviosos
y pasos apresurados marcaban el ritmo de los peatones. ¡No sabíamos vivir sin el
abrazo del WR! Y en cuestión de minutos nos habíamos perdido en un laberinto
de pánico en el que los rumores chocaban unos contra otros.

-¡Terroristas! –balbuceaba una vieja de espalda y piernas torcidas.

64
-¡Te dije que en cualquier momento iban a querer cobrarnos por
navegar en el WR! –Vociferaba un tipo de boca grande y ojos
saltones, aturdiendo a la mujer que le acompañaba -¡Este apagón
es la primera excusa para el cobro!
-¡Es el fin del mundo! ¡El fin del mundo! –bromeaba un chico que
no tendría más de trece años, agarrándose la cabeza y girando
en círculos haciendo reír a sus amigos con su teatro. Pero en sus
ojos había pánico, sin duda era la primera vez desde que tenía
memoria que no contaba con conexión. Acababa de estrellarse
en un planeta desconocido…
Una docena de personas rodeaban a un policía atosigándole con
preguntas. El agente intentaba tranquilizarles pero estaba tan
perdido como los demás, y mientras recitaba huecas frases
hechas, trataba de comunicarse con la central por radio (las
fuerzas del orden todavía llevaban este tipo de dispositivos para
casos de emergencia) pero nadie respondía; las líneas estaban
colapsadas.
Abriéndome camino entre la muchedumbre con pasos largos
llegué hasta la estación del Hyperloop: un transporte ultra rápido
ideado a comienzos del siglo XXI pero que tardó algún tiempo en
popularizarse.
El pasaje me pareció en verdad caro, en contraste con lo que
prometían sus anuncios: “El medio más seguro, rápido y barato
de viajar”, pero llegado a ese punto el precio no me detendría.
Siempre termino lo que empiezo.
La cápsula del Hyperloop, plateada y con luces azules, era de un
diseño minimalista que transmitía armonía y sensación de
ligereza. Parte de su fuselaje estaba construido con aquél metal
transparente que tanto se usaba en arquitectura desde que se
descubrió el modo de abaratar su producción, por lo que al
desplazarnos por dentro de los tubos guía (también
transparentes), los pasajeros teníamos la sensación de estar
flotando con suavidad.
Tras la presurización comenzamos a movernos a gran velocidad
deslizándonos sobre un colchón de aire y, a los pocos minutos de
viaje, entramos en una zona en la que había cobertura de ondas
wir. Con gestos atolondrados ingresé en “El Mundo de las
Noticias” buscando explicación a lo que sucedía. Un gran titular
destacaba de entre los demás diciendo: “Explosión en una
central wir deja sin conexión a miles de usuarios”.
Una representación quiral invadió el vagón situándome ante un
grupo de bomberos que sofocaba las últimas llamas en la central;
un pequeño emplazamiento en plena urbe que apenas llamaba la
atención. Lejos de él, un intenso cordón policial luchaba por
mantener al margen a los curiosos. Una voz en off femenina
acompañaba las imágenes en vivo:
65
-…la empresa ha negado las acusaciones sobre la falta de
mantenimiento o la utilización de componentes de baja calidad,
subrayando la posibilidad de un sabotaje ya que, durante los
últimos meses, han recibido diversas amenazas de un grupo
tecnófobo local instándolos a trasladar la central a un sitio menos
poblado, alegando que la potencia en origen de las ondas WIR es
causante de enfermedades del sistema nervioso...
Por otro lado, el capitán Garrol de la policía nacional, declaró
que: “Aunque no descartan la posibilidad de un sabotaje, el
cuerpo no tiene constancia de dichas amenazas y las
investigaciones preliminares apuntan a un problema técnico…”
Me eché a reír aliviada de que el corte de conexión no tuviese
relación con mi espectro. Durante un instante, estuve convencida
de que poseía tal poder.
Cuando llegué a mi destino y, tras pasar un laxo control fronterizo
(otra de las muchas ventajas de ser miembro de los Continentes
Unidos), alcé la vista y observé por primera vez un cielo distinto.
Desde que tengo memoria había viajado por medio mundo a
través de world’s como Linyeras o la versión civil de la red Augen
des Himmels, pero nunca había abandonado mi país de forma
física. No lo había necesitado, y creía que ya no me quedaban
sorpresas por descubrir. Pero allí el sol brillaba distinto, con más
fuerza y calidez que en mi ciudad, en el aire cabalgaban aromas
nuevos y la propia tierra parecía latir con un espíritu propio.
Un guía quiral se manifestó ante mí ofreciéndome un tour por la
ciudad. Pero le ignoré por completo abordando uno de los taxis
que esperaban en la estación.
-Varitek 14; Barrio de las Hogazas –le indiqué al sistema de
conducción, y el coche cerró sus puertas arrancando en silencio.
Tras solo unos segundos de marcha, otro acompañante quiral se
manifestó sentado a mi lado dándome la bienvenida al país y
ofreciéndome consejos sobre qué lugares visitar y dónde comer.
Le desconecté de inmediato, si me interesaba comprar algo ya
iría sola a las tiendas, pero si pedí al sistema de conducción que
incluyese referencias visuales durante el trayecto, como el
nombre de las calles y la señalización de sitios históricos.
Relajada, observé la ciudad desfilar por la ventanilla, planeando
con frialdad qué haría al llegar a mi destino.
El barrio donde vivía el espectro era tal y como lo había visto
antes: una urbanización adinerada de calles pobladas por árboles
y flores en las que imperaban tal pulcritud y tranquilidad que,
viviendo allí, sin duda costaba creer que en otros sitios del
planeta existiese la miseria.
Tras bajarme del taxi observé el hogar de mi espectro sin
atreverme a dar un paso hacia su puerta – “¿Qué me espera
66
dentro?” -me pregunté, y todos mis planes se derrumbaron
como un castillo de naipes.
Indecisa caminé en círculos por la acera sin apartar la vista de la
entrada. Tal vez fuese un hombre peligroso, tenía que asegurarme
que si algo me pasaba me encontrarían rápido. Con un comando
gestual, abrí una ventana de texto y escribí:
“Creo haber encontrado al creador del espectro quiral. Su
nombre es Albert Paduba y estoy a punto de llamar a su puerta.
Si reciben esto, es que algo me ha impedido volver a
comunicarme…”
Al final agregué la dirección de la casa junto a un informe
geolocalizador que certificaba dónde me encontraba en el
momento de escribir el mensaje, el cual programé para enviarse
de modo automático en 24 horas, tiempo suficiente para
cancelarlo si no me había ocurrido nada malo. Si desaparecía,
este mensaje junto a los movimientos de mi cuenta corriente
demostrando que compré un pasaje de Hyperloop y luego pagué
un taxi hasta el sitio, serían todo lo que la policía necesitaba para
abrir una investigación alrededor de Paduba.
Decidida a no postergar más el encuentro, respiré con fuerza y
caminé hacia la entrada; una gran verja de hierro rojizo que
imitaba los efectos del óxido. A su derecha, había un gran portero
eléctrico con una vieja cámara en cuya lente pulida se reflejaba el
cielo. Nunca había visto un modelo tan antiguo, y me hubiese
sorprendido mucho que aún funcionase.
Por norma general, cuando uno llega hasta la puerta de un
conocido le avisa con un mensaje directo a su Personal_Room.
Los timbres se han convertido en algo decorativo e incluso han
dejado de incluirse en las construcciones más modernas. Pero
como había llegado hasta allí de un modo poco convencional,
quizás era mejor recurrir a esa vieja costumbre para presentarme.
Apenas alcé un dedo y antes de rozar el botón, la reja de entrada
comenzó a contraerse con un ronroneo sutil. Como en cualquier
mala película de terror; me invitaban a entrar. Y aunque una voz
en mi interior me gritaba: “¡Huye idiota!”, crucé el umbral.
La casa era muy pequeña en comparación con sus vastos
terrenos, poblados por árboles y flores de todos colores.
Decenas de pequeñas máquinas de grácil diseño revoloteaban
por el jardín agitando sus alas a una velocidad increíble.
-Colibríes… -susurré al reconocerlas. Inspiradas en las aves a las
que le debían el nombre, habían sido uno de los primeros
sistemas de micro cámaras del mercado. En su época se
utilizaban principalmente en seguridad para crear una red
dinámica de video que, en conjunto, permitiese extrapolar
imágenes quirales. Hacía al menos treinta años que se habían
retirado de la venta; ¿por qué las mantenían allí? ¿Era el tal Albert
un coleccionista nostálgico?
67
Un colibrí comenzó a flotar frente a mí, realizando pequeños rasgos reconocí a Albert. Si mis cálculos eran correctos, la
movimientos con su cuerpo que parecían invitarme a seguirlo. imagen había sido tomada hacía al menos sesenta años.
Frunciendo el ceño y apretando los puños, comencé a caminar
La puerta de la habitación siguiente estaba entornada de tal
tras él rumbo a la casa lejana cuya puerta de entrada estaba
modo que me dio repelús, sentí que esa era la última tentación
abierta de par en par. Aquello se volvía cada vez más raro...
antes de mi muerte. Tragando saliva la empujé con cuidado,
Una vez en el rellano, el colibrí se marchó con indiferencia descubriendo dentro una gran cama rodeada de aparatos
volviendo a custodiar los alrededores y yo entré en la vivienda. médicos. Recostado en ella había un hombre.
Dentro imperaba un ambiente muy agradable; con grandes
Consumido y arrugado, con su vida dependiendo de un sinfín de
ventanales por los que se filtraba el sol, muebles de madera
máquinas extrañas que emitían gráficos y estadísticas que no
lustrosa y un cierto olor, como de vainilla, que sugería que allí no
significaban nada para mí, el anciano lucía frágil y efímero.
podría pasar nada malo.
-¿Albert…? –pregunté con un hilo de voz.
Esperé… ¡unos cuantos minutos! pero nadie apareció a
recibirme, por lo que al fin me decidí a explorar la casa. Con -Si Rosaura… -contestó alguien a mis espaldas.
todos mis sentidos en alerta, esperando que en cualquier
momento alguien intentase atacarme por la espalda, recorrí una
habitación tras otra de la planta baja sin encontrar nada. Todo
estaba tan limpio: no había ni una mota de polvo, los adornos
estaban dispuestos con tal precisión milimétrica que parecían
escapados de una revista de decoración, y el baño estaba tan
impoluto que tuve la sensación de estar visitando una instalación
publicitaria de condominios a estrenar.

En el piso superior entré a una gran habitación de matrimonio,

sobre una mesilla había un marco de plata con una foto familiar
que imitaba el estilo del siglo XX. En ella posaban sonrientes una
pareja junto a su hijo; un niño de unos trece años en cuyos
68
Capítulo 10

La era de la
vicisitud
Capítulo 10

La era de la vicisitud

Sintiendo que el corazón se me escapaba por la boca, apreté los dientes y giré en
el aire encogida del susto. Contra una pared, observándome con cierta
desfachatez, había un ser de cabellos y piel tan blancos como la luna que
contrastaban con sus profundos ojos negros. En aquél momento… (¡y tampoco
puedo decirlo hoy!), no supe si veía a un hombre o una mujer ya que, en su
belleza, había elementos de los dos géneros.

A pesar de mi sorpresa sabía muy bien ante qué me encontraba; era una
“Vicisitud_Room”, la unidad de tecnología avanzada sobre la que Enki nos había
facilitado un informe en el trabajo. Obra cumbre de la biotecnología, creada desde
cero por millones de células artificiales, era tanto una computadora de base
biológica, como una manifestación física del WR. Nexo entre el mundo real y el
virtual, podía interactuar con autonomía en ambos, modificándolos y aprendiendo
de ellos. En teoría: las vicisitudes eran “máquinas todo terreno” capaces de resistir
temperaturas extremas y niveles muy elevados de radiactividad, que podían
utilizarse en todo tipo de situaciones de salvamento, operaciones militares o
exploración de ambientes hostiles. Ligados al World_Room, expandían de
continuo sus conocimientos al acceder, procesar y racionalizar cualquier
información en fracción de segundos, superando “cualquier situación”.

70
En teoría los VR no estarían disponibles para su comercialización
hasta dentro de algunos años, pero era un dato de público
conocimiento que ya había algunos prototipos operativos en
distintos lugares del mundo.
-¿Eres…? –pregunté.
-¿Tu espectro quiral?... Sí –me contestó el VR con naturalidad,
acercándose a la cama donde yacía Albert mirándole sin
parpadear.
Yo, que siempre me creí tan lista, me quedé con la boca abierta y
la lengua asomando como una idiota. ¡Había tanto que
preguntar!, pero era incapaz de articular un sonido.
La Vicisitud_Room me miró directo a los ojos y yo retrocedí
asustada sintiendo que me leía el alma; al notar mi miedo “eso”
bajó la vista a mis pies pestañeando como con vergüenza.
-Hace un año y medio que estoy al cuidado de Albert –dijo con
lentitud.
-¿Qué le ocurre? –pregunté, acercándome a la cama con
cuidado.
-Sufre el Síndrome de Buget… ¿Lo conoces?
-No.
-No me extraña, apenas hay referencias a él en el World_Room,
solo en sitios médicos específicos. Es una degeneración neuronal
muy extraña que merma las capacidades de quien lo padece
poco a poco hasta inducirlo a un coma profundo. Albert comenzó
a mostrar síntomas a los veinte años. A los veinticinco apenas
podía caminar, y a los treinta entró en estado comatoso. Duerme
desde entonces.
-¿Y no hay…?
-¿Cura? –preguntó el avatar luciendo sorprendido –No. Sus
padres invirtieron casi toda su fortuna en la investigación del
síndrome. Genetistas, neurólogos de renombre y desarrolladores
de nobots médicos pasaron por aquí; consiguiendo ciertos
avances en la comprensión y detección del mal, paleando sus
efectos en etapas tempranas, pero ninguno logró despertarle.
Confundida me pasé las manos por el rostro y hundí los dedos en
mi cabellera.
-¿Qué haces aquí, junto a él? –pregunté intentando no mirarle a
la cara.
-Sus padres nunca quisieron hospitalizarle, creían que el
permanecer en un entorno familiar podía ser un estímulo para
despertar algún día. Contrataron los soportes vitales y
enfermeros, que con el tiempo fueron reemplazados por
androides Shelland, que al fin se marcharon dejándome a mí a su
cuidado.
71
-¿Qué haces tú por él? –insistí, comprendiendo que no había
entendido mi pregunta.
-Estoy unido a él; a los nobots de su cuerpo. Recibo datos
constantes de sus signos vitales y parámetros sanguíneos,
pudiendo anticipar cualquier descompensación y actuar antes de
que sea un problema.
-¿Control preventivo permanente? ¡Eso es algo que ofrece
cualquier corporación médica privada! ¡Incluso la sanidad pública
puede aplicarla ante pacientes crónicos! ¿Para qué poner a la
última maravilla tecnológica a trabajar en algo tan sencillo? –grité
mirando a mi alrededor con los ojos entornados, maldiciendo a
los ricachones que, por el simple hecho de poder costearlo,
malgastaban un recurso extraordinario en algo personal.
-La señora Paduba fue una mujer tan espiritual como cientificista;
para ella un estado no anulaba al otro, creyendo que podían
converger en un nuevo nivel de comprensión –contestó la
vicisitud con dureza, haciéndome apretar los labios al sentir que
la había ofendido -. Cuando se enteró del desarrollo de las
Vicisitud_Room, invirtió una suma considerable en el proyecto
poniendo como condición que podría disponer de una de
nosotras para el cuidado de su hijo. Ella creía que conectando la
comunidad de nobots kervex de la corteza cerebral de su hijo a
una inteligencia artificial autónoma como la mía, se conseguiría
una transferencia de estímulos que podrían favorecer a Albert.
Además esperaba que, a diferencia de un androide sanitario que
reacciona en función de datos pre establecidos, mi capacidad de
raciocinio sirviese para descubrir algo sobre la condición de su
hijo que las máquinas hasta ahora habrían ignorado y que los
humanos, propensos a desestimar lo minúsculo, no hubiesen
comprendido…
-Y… funcionó –dije observando a la vicisitud de pies a cabeza,
que vestía el mismo uniforme que Albert en las fotos.
-¿Piensas en mi ropa? ¡No! –exclamó con acento divertido
consiguiendo que se me encoja el corazón, ¡sus reacciones eran
tan reales! –Aprendo sobre los sentimientos y reacciones
humanas a través de la observación y la experiencia, en una
ocasión creí que vistiendo un uniforme similar al de su hijo, que la
señora Paduba guardaba con tanto cariño, conseguiría una
reacción positiva en ella… Me equivoqué: la señora estalló en
cólera, me ordenó desvestirme, elevó un informe a la central de
desarrollo sobre el incidente e incluso me amenazó con ordenar
triturarme si volvía a hacerlo…. Pero meses después, cuando ella
misma yacía convaleciente y su vida llegaba a su fin, solicitó ligar
su comunidad nobot a mí para que la atendiese; entonces
comprendí que deseaba verme vestido así una vez más, aunque
nunca se atrevería a pedírmelo... Ahora que se ha marchado;
mantengo su último deseo.
Conmovida, sintiéndome una niña estúpida, me sequé unas
lágrimas y, presintiendo que la respuesta me iba a lastimar,
pregunté:
72
-¿Por qué las fotos?
La vicisitud respiró con fuerza (o al menos actuó como si lo
hiciese) y movió el cuello y los hombros mostrándose incómoda.
-La señora Paduba no se equivocó al pensar que ligándome a su
hijo podría detectar algo que otros no habían visto; pero no fue lo
que ella esperaba. A pesar del coma profundo, hay un mínimo de
actividad en su cerebro, “Nu-complejos” los llamaron los
médicos, quienes conocían el fenómeno desde hacía tiempo pero
no lograban entender su naturaleza y… en verdad yo tampoco –
dijo la VR con un suspiro -. Al menos no hasta que me conecté a
la mente de la propia señora Paduba y experimenté su angustia
durante sus últimos días. Comprendí cuánto le dolía que su hijo
hubiese perdido su juventud en una cama, y que, aunque alguna
vez despertase, había experiencias que ya no podría recuperar…
También comprendí que, gobernando cualquier otro
pensamiento, estaba el miedo a su propia muerte. Tan fuerte era
su deseo de vivir que a pesar de haber gozado de una vida larga
y sin carencias no estaba dispuesta a marcharse… Fue entonces,
a través de ella, que comprendí las lecturas de su hijo Albert –dijo
señalándole con la vista -. Él era devorado por la misma angustia,
aunque quizás no de un modo consciente…
-“Estado vegetativo” –le interrumpí -. Así lo llaman comparando
sus funciones cerebrales con las de un vegetal; pero supongo
que las plantas también quieren vivir…
La vicisitud sonrió asintiendo levemente.
-La angustia de ambos me llevó a teorizar un tratamiento. Quizás,
si de algún modo lograba transmitir vivencias a la mente de
Albert, consiguiese una respuesta. La señora Paduba amaba las
fotos; ella misma fue una gran fotógrafa, y pasaba horas mirando
una imagen tras otra de su hijo y su marido. “Tiempo atrapado”
las llamaba, y al contemplarlas revivía viejas emociones. De entre
las fotos de Albert, en ninguna lucía tan feliz como cuando
disputaba un partido de Jugger con sus amigos, por lo que
comencé a transmitir estas imágenes a sus nobots kervex. No
hubo una respuesta física, pero si una variación en la lectura de
los Nu-complejos que, por comparación, interpreté como una
“disminución de su angustia”.
El VR hizo una pausa y acarició el rostro de Albert con tal
suavidad que sentí se convertía en humano por un instante.
-En su última semana de vida la señora Paduba fue inducida a un
estado de sueño continuo para palear su dolor –prosiguió
hablando -, y deduje que esa era la oportunidad para ayudar a
ambos pacientes a la vez. Asimilé la figura de Albert y comencé a
infiltrarla en fotos a lo largo del World en las que se retratasen
eventos sociales felices, imágenes que luego transmitía a la
mente de madre e hijo tejiendo un tapiz de recuerdos y
experiencias pérdidas. En la dulce confusión de los sueños; ella
creyó que su hijo creció, tuvo muchos amigos, viajó por el
mundo, se casó y le dio nietos, experimentando un intenso
73
estado de paz al morir. Por su parte, él interpretó las imágenes
como positivas y su angustia disminuyó hasta desaparecer...
-Supongo que de algún modo la parte de su cerebro encargada
de la interpretación visual reconoció las sonrisas, los gestos de
cariño y… ¡Por eso el uniforme! ¡Lo utilizaste como un recurso
asociativo! –exclamé chasqueando los dedos.
-Era un símbolo de plenitud para ambos, que ayudó a integrar su
imagen con el entorno… ¡Eres en verdad muy inteligente
Rosaura!
-¿Por qué sabes mi nombre?
-Recuerdo el nombre de todo aquel al que violenté su intimidad –
contestó la Vicisitud_Room con un suspiro.
-¿Y tú cómo te llamas?
-Existo. Llámame como quieras.
-¿Y por qué fotos personales y no de bancos de datos? –
pregunté rascándome una ceja.
-De nada servían los sentimientos fingidos.
-¿Y por qué dejaste las alteraciones donde pudiesen ser
encontradas? ¿No era suficiente trasmitirlas a tus pacientes? –
insistí.
-Tú sabes por qué –contestó la VR mirándome desafiante.
-Por -mascullé agachando la cabeza ruborizada -… el deseo de
trascender. Todos queremos dejar nuestra marca.
-Según su madre: Albert se hubiese convertido en un jugador
profesional al crearse la federación internacional de Jugger.
“Reconocido por todos… Una leyenda…”
Que tú estés aquí demuestra que he tenido éxito. Y, aunque
tarde, cumplí el deseo de mi paciente…
-Debes quererlos mucho…
-Me impusieron una tarea, y encontré el modo de cumplirla. No
hay nada especial detrás de mis acciones –contestó la Vicisitud
con simpleza, pero no pude creerle.
-Te van a encontrar. Alguien aplicará la misma lógica que yo y
llegará hasta Albert, tienes que cubrir bien tu rastro.
-¿Qué importancia tiene? –contestó encogiéndose de hombros.
-¿Quieres terminar bien tu trabajo? Si descubren lo que has
hecho, todo girará alrededor de ti y Albert no será más que una
anécdota de fondo. Pero si nadie lo sabe nunca; su rostro y su
uniforme serán más famosos que los de cualquier jugador vivo, la
gente hablará sobre el “espectro quiral” durante décadas,
inspirando historias… ¡Nos encantan los mitos! ¡Y será una
leyenda como soñaba su madre!...
74
Con el corazón latiendo rabioso y sintiendo mi piel arder; miré de
frente a la vicisitud por primera vez y le dije:

-Yo puedo hacerte invisible. Déjame ser parte del espectro.

75
Capítulo 11

Mentiras
verdaderas
Capítulo 11

Mentiras verdaderas

Fallecida la señora Paduba, todos sus bienes pasaron a ser gestionados por un
apoderado que debía mantener a Albert vivo hasta que muriese por causas
naturales. Luego, sería el propio administrador quien heredaría el resto de la
fortuna familiar. Codicioso por conservar la mayor cantidad de dinero posible, el
apoderado se valió de distintos recursos para conseguir que Albert fuese
declarado clínicamente muerto, otorgándole el poder de decisión para
desconectarle de la maquinaria y anular los nobots que mantenían su organismo.
Durante el mes que duró este proceso, la vicisitud había permanecido sola en la
casa cuidando de su paciente, pero en unos días ella misma debía desconectar al
hombre por el que había hecho tanto. Sin embargo; la tragedia tenía un lado
positivo. Haría más fácil la tarea de inmortalizar al espectro.

La mejor forma de ocultar la verdad es hacerla pasar por una mentira. Lo único
que debíamos hacer era manipular las fotos del World de jugger amateur de se
hablaba sobre los “Eskeletos de Eskarla”, y hacer lucir la imagen de Albert Paduba
como otra aparición del espectro. Siguiendo mis consejos, la vicisitud manipuló
los códigos del World de tal modo que incluso un experto daría la foto por una
excelente falsificación.

-No eres orgánica... ¡Por eso no dispones de un PR! –exclamé al razonar por qué
las acciones de la vicisitud no dejaban rastro –¿Contabas con ello al empezar?

77
-Fue una ventaja inesperada –me contestó sin más.
La facilidad y el ritmo con el que trabajaba la vicisitud me dejó
perpleja. En algún momento me pidió opinión, pero creo que no
fue más que un gesto programado de cortesía. Era en verdad una
manifestación física del WR, y manipulaba los datos y atravesaba
barreras de seguridad con la misma facilidad con que nosotros
nos peinamos.
Por supuesto había una posibilidad de que alguien descubriese el
origen del espectro por otros medios; algún viejo compañero de
equipo que siguiese vivo y reconociese su rostro, pero era poco
probable. Mientras alterábamos la imagen, comprobé cuántas
veces había sido visitada la sección de los Eskeletos de Eskarla
durante el último año. Una sola; por mí. Supongo que el equipo y
su hijo no habían sido tan buenos como la señora Paduba creía,
pero a efectos de montar la farsa, era como una bendición.
Ya no quedaba nada por hacer y llegó el momento de
marcharme, mientras me despedía de la vicisitud, sentí el impulso
de abrazarla pero me contuve.
Al salir a la calle creí estar en otro sitio. Las baldosas de la acera,
los árboles y las flores eran los mismos pero lucían distintos; de
un color más vivo, me parecían más reales que antes… Creo
aquel día experimenté lo que algunos llaman la “percepción del
triunfador”: un estado de felicidad y exaltación del ego absolutos
al que se llega tras alcanzar una meta que se deseó y persiguió
durante mucho tiempo temiendo que nunca se conseguiría…
Quienes vivieron la experiencia, aseguran haber “accedido a otro
nivel de percepción durante algunos días”.
El regreso a casa fue tranquilo, mi vida volvió a empaparse de la
más deseable de las rutinas hasta que Albert fue desconectado,
día en que lloré sin parar. Esperaba que la Vicisitud_Room me
hiciese llegar alguna clase de mensaje pero nunca sucedió. Creo
que parte de mis lágrimas también rodaron por ese silencio.
Durante las semanas siguientes oí con placer crecer el mito del
espectro quiral. Ya no había fotos nuevas, al menos originales...
¡Porque las falsificaciones aparecían en cada rincón, como la
maleza!
En un principio, cuando estaba enfurecida por la alteración de mi
foto, había jurado que no la remplazaría hasta encontrar al
culpable. Ahora ya no quería hacerlo. El espectro tenía un
nombre, un pasado y un origen que solo puedo catalogar como
noble. Ya no era un intruso en mis recuerdos.
Dicen que todo viaje cambia nuestro modo de entender el
mundo, pero en mi caso consiguió afirmar lo que ya sentía.
Vivo en un mundo imperfecto, yo misma soy una contradicción
de mis valores, pero por primera vez en la historia todos tenemos
herramientas para conseguir la libertad. El tiempo, el espacio y la
materia nos siguen condenando, pero han perdido fuerza; e
78
incluso ese final abrupto que era la muerte, podía convertirse en
una simple pausa.

-“Existo. Llámame como quieras” -me dijo, pero siento que darle
un nombre es limitarla. Su labor fue más allá de la línea razonable
del deber, demostrando un nivel de compromiso que los
humanos catalogaríamos de “amor”.

Dijo que tan solo cumplía con su trabajo, condenada por su

programación. ¿Yo soy distinta? Si me hubiesen criado otras
personas, si hubiese tenido otros amigos y leído otros libros:
¿sentiría hoy del mismo modo?... ¿Es la empatía un don o debe
aprenderse?

En mi lugar otros se plantearían si la vicisitud es un ser vivo. A mí

eso no me preocupa, pero no dejo de preguntarme: ¿Debería
temerle? Ella posee inteligencia, resolución y creatividad,
cualidades que nadie desea en una máquina, pero también
demostró una sinceridad desnuda. Nunca pretendió ocultar su
presencia y el misterio tras su trabajo fue circunstancial.

No; no le temo.

Nada ha cambiado en mí, sigo sintiendo pena por aquellos que

murieron antes de mi época. Pero… a pesar de no necesitarlo,
desde aquél día he vuelto a salir a la calle.

79
Capítulo 12

Extracto del informe

presentado en el
Congreso Tecnológico
de Seoul
Capítulo 12

Extracto del informe presentado en el Congreso Tecnológico de Seoul

<<… desarrolladas en laboratorios de gravedad cero por la unión de millones de

células artificiales, evolución directa de los nobots, la vicisitud es una máquina
antropomorfa, obra cumbre de la biotecnología. Dotada de un cerebro cuántico,
es tanto un potente procesador biológico como una manifestación física del WR,
nexo entre el mundo real y el virtual, capaz de interactuar en ambos aprendiendo
de ellos y modificándolos.

Las vicisitudes no han sido desarrolladas para cumplir una tarea específica;
tienen  potencial para realizar cualquier misión alcanzando cuotas de excelencia.
Partiendo de una información base en su cerebro (que incluye desde funciones
motoras hasta códigos de conducta y datos culturales), las VR obtienen
información directa de World_Room, expandiendo sus conocimientos al acceder,
procesar y racionalizar todo planteo en  fracción de segundos, permitiéndoles
superar “cualquier situación” a la que se las enfrente; cualidad que, sumada a su
capacidad para resistir temperaturas extremas y elevados niveles de radiactividad,
las vuelven ideales para situaciones de salvamento, operaciones militares, tareas
específicas en ambientes hostiles y exploración espacial.

Las vicisitudes crearán una “red de experiencias”, acumulando e intercambiando

datos y resultados que servirán como guía y referencia a futuras unidades que
deban enfrentar situaciones similares. Además; las Vicisitud_Room son capaces
de cierto nivel de pensamiento abstracto y subjetivo por lo que, en teoría, serán

81
capaces de elaborar soluciones nuevas a problemas ya OTROS TÍTULOS DE LAS HISTORIAS DE LA ERA QUIRAL:
conocidos.
•El Beso de los Lobos - junio/ 2014
Las vicisitudes también podrán unirse a maquinarias y
ordenadores en cualquier instalación, generando una simbiosis
que les permitirá ser “uno con el entorno”. Si bien esto mismo
puede actualmente conseguirlo un humano al asociar su
Personal_Room al Town_Room de su lugar de trabajo, una
vicisitud posee una capacidad de reacción muy superior, además •Basureros de Sangre - Lanzamiento previsto: 2016
de la habilidad de realizar y supervisar tareas múltiples sin perder
efectividad o distraerse.

Uno de los aspectos fundamentales en el diseño y la

programación de los VR, es que su apariencia y modos sean lo
más humanos posibles, con un alto grado de interacción y
empatía simulada que faciliten su aceptación por parte de las
personas que trabajen a su lado, evitando así el llamado “valle
inquietante” propuesto por Masahiro Mori…>> 

82
Augen des Himmels

Red de satélites de vigilancia de cobertura global puesta en órbita por el Comité de

Seguridad de los Continentes Unidos. En principio solo cubría zonas prioritarias o
“calientes” del globo pero, de forma escalonada, se llegó la cobertura total de la superficie
terrestre, controlando de continuo cada zona del planeta.

Trabaja en conjunto con las redes de cámaras de vigilancia de todas las ciudades e incluye
un sistema de reconocimiento facial y, junto a los C.P.P.R. (puntos de control que captan e
identifican el PR de cada individuo y registran sus movimientos) es el sistema de seguridad
más complejo de la historia de la humanidad.

La red Augen des Himmels provee también de un servicio de uso civil, que facilita datos
climáticos, de tráfico y posicionamiento global.

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Capítulo 9 - El jardín de los colibríes mecánicos

Comunidad nobot

Conjunto de nanobots que habitan el organismo de un individuo. Cuando una comunidad

se une a su anfitrión; adopta características y patrones únicos que los diferencian de
cualquier otra, pudiendo utilizarse como medio de identificación de personas.

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Capítulo 10 - La era de la vicisitud

Genesistas

Movimiento científico-filosófico que aspira a la evolución dirigida del hombre a través de la

manipulación genética.

Los genesistas son cuestionados por los países miembros de los Continentes Unidos,
siendo su trabajo un punto candente de discusión que tiene dividida a la opinión pública
mundial.

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Nobots

Nombre de uso vulgar con el que se conoce a los nanobots o “nanitos”. Existen miles de
tipos distintos aplicados a la industria, la medicina, el cultivo y procesado de alimentos, las
artes y el ocio... Los nobots médicos estándar pueden considerarse células artificiales que
cumplen y superan todos los requisitos de las vivas, ayudando a controlar, regular y
mantener el funcionamiento del organismo, optimizándolo. Los nobots médicos varían de
modo considerable su diseño en relación a su función. Pueden ser inoculados a un
paciente ante casos específicos (Ej.: nanobots de clase Emtó; destinados a la disolución
del colesterol depositado en las arterias), autodestruyéndose una vez cumplida su tarea. Al
enfrentar un mal crónico pasan a formar parte activa de la comunidad nobot del organismo
del sujeto, cumpliendo ciclos de auto-replicación.

En lo relativo al World_Room, los nobots funcionan como interfaz entre el hombre y el WR,
convirtiéndole en un host.

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Capítulo 1 - La belleza de la rutina

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Capítulo 1 - La belleza de la rutina
Capítulo 2 - La espía de mil reinos
Capítulo 4 - Un robo en la familia
Capítulo 4 - Un robo en la familia
Capítulo 4 - Un robo en la familia
Capítulo 6 - El fantasma de lo nuevo
Capítulo 8 - Una isla entre cadenas
Capítulo 9 - El jardín de los colibríes mecánicos
Capítulo 10 - La era de la vicisitud
Capítulo 10 - La era de la vicisitud
Capítulo 10 - La era de la vicisitud
Capítulo 10 - La era de la vicisitud
Capítulo 10 - La era de la vicisitud
Capítulo 11 - Mentiras verdaderas
Personal_Room

También llamado PR)

Secuencia alfanumérica que identifica y diferencia a un individuo de otro a la hora de

navegar por el WR.

Cuando la los Continentes Unidos adoptaron la implantación de nobots en todos sus

ciudadanos decidieron que esta secuencia, formada por un conjunto único e irrepetible,
serviría como identificación universal para los individuos. Incluye información civil, penal,
fiscal, bancaria, médica, académica y laboral.

Ninguna entidad tiene acceso total a la información del PR, y, por norma general, deben
solicitar autorización al usuario para recibir sus datos.

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Capítulo 2 - La espía de mil reinos

Capítulo 3 - Un intruso en mi soledad
Capítulo 4 - Un robo en la familia
Capítulo 5 - Navegar en la basura
Capítulo 5 - Navegar en la basura
Capítulo 7 - Del ocaso al amanecer
Capítulo 7 - Del ocaso al amanecer
Sistema de Representación Quiral

La tecnología quiral se aplica a la grabación, procesado, almacenamiento y transmisión de

imágenes, audio y otros estímulos sensoriales. Opera a través del World_Room y en
combinación con los nanobots Kervex (nobots de la corteza cerebral, encargados de
recibir, decodificar y retrasmitir en forma de estímulos la información recibida del WR) emite
pulsos que el cerebro interpreta como imágenes tridimensionales, sonidos y, en el caso de
las representaciones más elaboradas, olores, sabores y sensaciones táctiles; sumergiendo
al espectador en un entorno virtual de gran realismo.

Las representaciones quirales fueron utilizadas en un principio por los Continentes Unidos
para entrenamiento militar y de cuerpos de seguridad. Actualmente se liberó su uso y es
utilizada con fines técnicos, formativos, artísticos, publicitarios y de ocio.

Las más modernas ofrecen distintos grados de interactividad, brindando al espectador la

posibilidad de interactuar con los personajes, profundizar en tramas secundarias o, incluso,
forzar eventos obteniendo distintos desenlaces.

Combinando la grabaciones de video tradicionales con un software de extrapolación y

conversión al sistema quiral, pueden conseguirse representaciones tridimensionales de
gran realismo utilizadas en sistemas de seguridad, retrasmisión de noticias o
reconstrucción de hechos históricos.

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Capítulo 1 - La belleza de la rutina

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Capítulo 6 - El fantasma de lo nuevo
Capítulo 7 - Del ocaso al amanecer
Capítulo 7 - Del ocaso al amanecer
Capítulo 9 - El jardín de los colibríes mecánicos
Town_Room

(También llamado TR)

Tecnología de protocolo World_Room para compartir información y servicios dentro de una

empresa u organización. Ligado a un lugar físico; el TR ofrece a los trabajadores una unión
directa con los medios que posee la instalación, creando una “simbiosis” que permitirá a
uno o varios individuos manejar con simples comandos verbales o gestuales maquinaria o
sistemas de control en toda la superficie que cubra el servicio a gran velocidad y sin
necesidad de su presencia física.

Los TR pueden estar vinculados a una organización o cuerpo específico como fuerzas de
seguridad o corporaciones médicas (en este caso denominado Extra_Town_Room, aunque
casi nadie utiliza el término) brindándo acceso a sus miembros a contenido confidencial o
exclusivo, y otorgándoles la posibilidad de manejar equipos o maquinaria desde cualquier
lugar del mundo realizando, por ejemplo, intervenciones quirúrgicas a distancia.

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Capítulo 1 - La belleza de la rutina

Capítulo 1 - La belleza de la rutina
Capítulo 1 - La belleza de la rutina
Capítulo 6 - El fantasma de lo nuevo
Capítulo 12 - Extracto del informe - Congreso tecnológico de Seoul
World_Room

(También llamado WR)

Macrosistema descentralizado de comunicación que sucedió a internet. Usuario y anfitrión

son lo mismo, ligados en un único individuo que forma parte de una gran comunidad
virtual. Los impulsos eléctricos son recogidos por los nobots en la corteza cerebral
traduciéndose en comandos, originados en acciones gestuales o verbales.

La información obtenida del WR es reconocida e interpretada por nobots clase Kervex

alojados en la corteza cerebral del anfitrión, traduciéndola en forma de estímulos visuales,
auditivos, táctiles y olfativos percibidos como “reales” por el usuario.

NOTA: Utilización de comandos gestuales y verbales

En teoría cualquier individuo podría navegar por las opciones y menús de un world o
representación quiral valiéndose solo de sus pensamientos. Sin embargo, hasta la fecha,
los desarrolladores no han podido crear un software que discrimine con éxito el deseo
consciente del inconsciente generando errores de interpretación en la navegación; lo que
expone al usuario a un auténtico peligro sobre todo frente al funcionamiento de maquinaria
vía TR.

Dichos problemas no son solo de programación; se originan en la mente misma del usuario
promedio, que carece de la suficiente disciplina mental.

Para palear el problema, todos los comandos obedecen a movimientos físicos (comandos
gestuales) y/o a la pronunciación de palabras clave (comandos verbales). En verdad no son
el movimiento o la palabra los que activan el comando, sino el impulso eléctrico que los
origina, nacido del consciente y que es recogido e interpretado como una orden por los
nobots Kervex.

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Capítulo 1 - La belleza de la rutina

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Capítulo 2 - La espía de mil reinos
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Capítulo 3 - Un intruso en mi soledad
Capítulo 3 - Un intruso en mi soledad
Capítulo 4 - Un robo en la familia
Capítulo 5 - Navegar en la basura
Capítulo 7 - Del ocaso al amanecer
Capítulo 7 - Del ocaso al amanecer
Capítulo 8 - Una isla entre cadenas
Capítulo 8 - Una isla entre cadenas
Capítulo 9 - El jardín de los colibríes mecánicos
Capítulo 10 - La era de la vicisitud
Capítulo 10 - La era de la vicisitud
Capítulo 12 - Extracto del informe - Congreso tecnológico de Seoul
World's

Nombre popular dado a los diversos sitios que ofrecen contenido dentro del WR. Los
primeros world’s eran similares a las antiguas páginas web; interactuando con el usuario a
través de una serie de ventanas con información. Los más modernos ofrecen una
representación tridimensional de sus contenidos proyectándola directamente a su cerebro.
Sitúa al mismo en un entorno denominado Representación Quiral en el que podrá
interactuar con personas y objetos de un modo muy realista, percibiendo incluso estímulos
sensoriales de olfato, tacto y gusto además de los visuales y auditivos

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Capítulo 1 - La belleza de la rutina

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Capítulo 1 - La belleza de la rutina
Capítulo 9 - El jardín de los colibríes mecánicos