Inst, Sup. Part. Inc, N° 4028 “Cardenal A. Caggiano"
Asignatura: Libros histéricos y Evangelios Sindpticos
Profesor: Pbro. Lic. Carlos Alberto Gonzdlez
Curso: segundo afio
LA HISTORIA PATRIARCAL (Gén 12-50)
Tras la grandiosa revelacién edsmica y universal de los primeros once capitulos,
ahora la Palabra de Dios se dirige a un pueblo concreto (Israel) a partir del llamamiento
de un hombre concreto (Abraham). Fl pueblo destinatario de esta revelacién seguiré
profesando siempre su fe en aquel acontecimiento Fontal: “Mi padre fue un arameo
errante que bajé a Egipto, donde se establecié con unas pocas personas; pero alli se
convirti6 en una nacién grande, fuerte y numerosa” (Deut 26, 5).
Abraham, Isaac, Jacob y José, los cuatro personajes humanos mas
representativos de las narraciones patriarcales, poscen su propio espacio narrativo. Pero
a pesar de ser cuatro los personajes, solo hay tres grandes seeciones narrativas, dado que
la historia de Isaac esta incorporada a la de Jacob.
La seccién dedicada a Abraham esta configurada por narraciones individuales,
episédicas, poco trabadas entre si. La de Jacob tiene una trama narrativa mas clara y
sostenida; y en la de José la intriga esti més unificada y los personajes gozan de mayor
autonomic:
Miradas en su conjunto, las diferentes secciones narrativas presentan la historia
de una sola familia, constituida por cuatro generaciones sucesivas, que esti destinada a
ser un pueblo numeroso (cfr. Gén 50, 20). La familia ocupa el primer plano, pero en el
fondo late el pueblo. Por otra parte, les genealogias horizontales aftaden las familias y
los pueblos con los que los patriareas e Israel guardan una relacién de parentesco 0
vecindad particular.
‘i cada patriarca tiene su propio espacio narrativo, Dios esta presente en el de
todos. En la historia de Abraham, los discursos divinos son frecuentes y decisivos. Alli
los encuentros con Dios, con sus promesas y alianzas marcan el rumbo de los
acontecimientos. En la historia de Jacob los discursos de Dios son mas esporidicos,
pero no por ello menos decisivos. De hecho, el sentido mas profundo de Ia historia de
Jacob se encuentra en los textos teofinicos, estratégicamente situados al comienzo y al
final del relato (28, 10-22; 32, 2-3. 23-32; 35, 9-15). Por otra parte, en la historia de
José, Dios no se dirige nunea personal nente a él, pero lleva las riendas de la historia en
todo momento.
En sintesis, las palabras y las acciones de Dios se entrelazan con las de los
personajes humanos, formando el complejo entramado de la historia patriarcal. Ni
siquiera los conflictos familiares se pueden reducir a simples fenémenos sociales o
psicoldgicos: también en ellos esta presente Dios,
Los itinerarios ocupan un lugar destacado en la vida de los patriarcas. Esta
discurre sobre todo en Ia tierra de Canaan, situada a mitad de camino entre Jarin y
1Egipto, dos puntos de referencia obligada para ubjear @ los patrian
espacio del capitulo 12, Abraham pasa de Jaran a Canaén y a E
retornara a Canadn (13, 1), “la tierra de stis peregrinaciones” (17, 8). don
el resto de su vida. Isaac nunca sale de Canaan. Jacob, en cambio. tiene
Canaén en dos ocasiones: la primera para ir a Jardn, y la segunda a Ezipto
su muerte lo Ievarén a Canaan par
distinta, como lo es también la natracién a él consagrada.
En Canaan los patriarcas viven pacificamente, como residentes tempor
su modo de vida no se coresponde exactamente con el de ia sociedad noma:
seminémade, No son duefios de la tierra, pero la compran cuando les es neces
Gén 23; 33. 19).Se dedican sobre todo a la cria de ganado menor, en especial ove
cabras, y ocasionalmente a la agricultura (cfr. Gén 13, 5-11; 26, 1-33)
Las promesas divinas se filtran como el agua por todas las narraciones
patriarcales:
1) Promesa de un hijo: 15, 4; 16, 11; 17, 16. 19-21; 18, 10. 14 (Abraham)
2) Promesa de unos descendientes: 12, 2; 13, 16; 15, 5; 16, 10: 17, 2. 4-6: 21,
12-13, 18; 22, 16-18 (Abraham); 26, 4. 24 (Isaac); 28, 14: 35, 11; 46, 3; (eft. 48. 4)
(Jacob)
3) Promesa de una tierra: 12, 1. 7; 13, 14-15. 17; 15, 7. 13-16. 18; 17, 8 (cfr. 24,
7) (Abraham); 26, 2-4 (Isaac); 28, 13. 15; 35, 12; (cf. 48, 4; 50, 24) (lacob)
4) Promesa de asistencia/acompafiamiento: 26, 3. 24 (Isaac); 28, 15; 31, 3; 46, 4:
(cfr. 48, 21; 50, 24) (Jacob)
5) Promesa de bendi
(Isaac); 28, 14 (Jacob)
212, 2-3: 17, 16. 20; 22, 17. 18; (Abraham): 26, 4. 24
Puede decirse que la bendicidn es el s.gno de la presencia ~ acompafiamiento de
Dios en Ia historia y en el espacio, simbolizados a su vez. en la descendencia y en ta
tierra prometida_
La promesa de un hijo s6lo se hace a Abraham. La promesa de asistencia divina
va ligada exclusivamente a las historias de Isaac y Jacob'. Las promesas de unos
descendientes y de una tierra son comunes ¢ los tres patriarcas. En las narraciones de
Abraham se encuentran a cada paso, mientras que en las de Isaac y Jacob slo aparecen
en puntos estratégicos. Pricticamente se puede decit lo mismo de la promesa de
bendicién.
En todos los textos citados (salvo los que estén entre paréntesis) las promesas
formdiy fe un discurso divino, es decit, se colocan expresamenie en boca de Dios (o de
sut Angel). Este dato subraya la importancia de las promesas, a la par que confirma to
seftalado acerca de las manifestaciones de Dios: su presencia es mayor en la historia de
‘Abraham que en Ins de Isaac y Jacob. En las nattaciones de José faltan los discursos
divinos y, en consecuencia, también las promesas. José conoce 1a voluntad divina por
T En la historia de Abraham falta Ja formula especifica de estas promesas (“estar contigo”).
aunque no las referencias genéricas a la presencia favorable de Dios en la vida del patriarca,
2medio de los suefios. Los discursos divinos se sittian ante todo en la perspectiva del
patriarea al que se dirigen, pero apuntan en iitima instancia a la historia de Israel.
Algunos constituyen un verdadero programa divino, no s6lo para los patriarcas, sino
también para sus descendientes.
Historia de Abraham (12, 1-25, 11)
Los exegetas han observado con frecuencia la falta de trabazén interna o la
“trama episédica” de las narraciones de Abraham, Existen, no obstante, algunos
elementos que dan cierta cohesion. En primer lugar, la figura misma de Abraham,
presente précticamente en todas las narraciones. En segundo lugar, el problema del hijo
y heredero, estrechamente relacionado con las promesas divinas,
El primer versiculo supone, por su brusca mencién de Abraham, que ya se
conoce su identidad. La mencidn de su ‘ierra supone también que el lector ya sabe en
‘qué parte se encuentra Abraham, Se supone, pues, el conocimiento de 11, 27-32,
Hay una promesa divina (12, 1-3) que desempefia la fancin de una gran
introduceién a todo el ciclo de Abraham, ligada estrechamente al mandato que le da
Yahvé: “Sal de tu tierra y de tu parentela y de la casa de tu padre, a la tierra que yo te
_mostraré” (12, 1)’, En estas palabras est delineada la voeacion de Abraham.
A rengl6n seguido se dice que Abraham marché como Yahyé le habia dicho (ef,
12, 4), El acento recae bésicamente sobre el primado de Dios, cuyo poder irrumpe,
cuyo llamado es irresistible. Pero a su vez la escueta afirmacién acerca de Ia obediencia
de Abraham pretende presentarlo como el servidor puro y total de la palabra divina
imperiosa y efic
‘A partir de aqui Abraham se convertiré de hecho en el prototipo del hombre de
| 1a fe promta y desnuda, sin objeciones ni vacilaciones, totalmente consagrado a la misién
| recibida, tal como lo retratard la Carta a los Hebreos® Por la fe Abraham, al ser llamado
i: Dios, obedecié y salié para el lugar que habia de recibir en herencia, y salié sin
saber adénde iba. Por la fe, peregriné hacia la tierra prometida como extranjero,
habitando en tiendas” (Heb 11, 8-9")
Ante todo, el patriarca debe abandonar su “tierra”, es decir, su horizonte
material, cultural, y sobre todo familiar y afectivo, para afrontar en nombre de Dios el
riesgo y la falta de seguridades humanas.
Por otra parte, en las palabras que Dios dirige a Abraham aparece ya el tema de
la bendicién divina, entonado nada menos que cinco veces en unas pocas lineas; “Te
bendeciré... tii mismo serds bendicién... bendeciré a los que te bendigan... en ti serdn
bendecidos todos los linajes de la tierra”
El término hebreo brk (“bendecir” implica un referencia conereta a la
fecundidad, entendida como don divino. Frente a los relatos de Gén 1-11 que situaban a
‘n efecto, Abraham y sus descendientes no eran oriundos de lo que se va a lamar después
Canaan, sino que provenian de la regiSn mesopotdmica.
3