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Instituto Salesiano de Valdivia

Electivo Literatura e Identidad


Prof. Alexie Paredes Monasterio

Guía N° 4
“La santidad también es para ti” 4° medio Electivo
30 copias

LITERATURA E IDENTIDAD

Del tiempo de los dioses al reino de chile

1. Palabra, literatura y cultura

En casi todas las sociedades, el término literatura está en íntima relación con la idea de texto escrito, sea
porque se asocia a libro, a la palabra latina littera o a escribir. Esta concepción va unida generalmente a la idea de
cultura, que podríamos definir como el conjunto de conocimientos y costumbres de un pueblo en una época
determinada.
Sin embargo, no podemos considerar literatura, de un modo exclusivo, al conjunto de obras escritas, puesto
que dejaríamos de lado el rico patrimonio oral que precede, a menudo, al documento escrito y que, en muchos
pueblos, constituye la única expresión literaria.
De lo expuesto se puede deducir que el patrimonio literario tiene dos formas: una oral, mantenida en la
memoria colectiva de un pueblo y transmitida de viva voz hasta que es incorporada, con una forma precisa, en un
texto; y otra escrita, testimoniada en libros con autores que identificamos en la historia.
En ambos casos, la literatura se fundamenta en el lenguaje. Desde que el hombre inventó la palabra, pudo
dar una determinada forma a su pensamiento. La palabra descubre, revela, expresa, comunica. La literatura es una
realidad que surge de la actividad creadora del hombre. En ella la pasión o la serenidad, la intuición o la racionalidad,
dan origen a la creación literaria.
Las primeras narraciones de un pueblo —desde el griego en la antigüedad hasta el mapuche en nuestro
tiempo— son las que conocemos como mitos y leyendas.

2. El mito y la leyenda en sus orígenes

Tanto el mito como la leyenda son expresiones literarias que hablan del origen y de los fundadores de una
dinastía o linaje, otorgando, a cada miembro de dicha comunidad, sentido de su existencia personal o de la de su
clan o familia.
Son, a su vez, formas literarias que tienen una función didáctica: entregar enseñanzas morales, interpretar
las tradiciones e insertar lo real en el mito.
Los mitos —en general— narran las aventuras de dioses, semidioses y hombres, la formación del mundo,
la creación de los seres vivos.
Las leyendas —en cambio- mezclan realidad y fantasía; presentan personajes imaginarios, héroes, espíritus
y hombres.

2.1. El mundo del mito

El mito fue considerado en las comunidades antiguas o primitivas como una realidad vivida por los dioses.
Según se pensaba, había ocurrido en una época lejana, en los tiempos originales, es decir, en el momento del origen
del cosmos, de la Tierra, de los mares, de los continentes, de las especies, de los hombres.
Los dioses, seres inmortales y todopoderosos, eran los protagonistas de estos sucesos del tiempo original
o primordial; pero, a su vez, poseían atributos humanos, como razón, voluntad, sensibilidad, debilidad, emoción y
pasión. De este modo, el hombre acercó a los dioses a su propia naturaleza y les dio la capacidad de oír sus súplicas
y responder a sus ruegos. Nació, así, el rito o ceremonia ritual constituida por oraciones, gestos, cantos, vestimentas
y ofrendas.
El mito representa una posibilidad de conocer los secretos del mundo y del cosmos, no a través de un
proceso reflexivo, lógico, sino de un modo intuitivo, vivencial, poético.

a. El mito griego, en sus orígenes, procede de las tradiciones mitológicas que el pueblo heleno (griego)
guardaba para sí.

b. En nuestra cultura los mitos también existen; entre las literaturas precolombinas de Hispanoamérica
más destacadas podemos mencionar la de los indígenas quichés, una tribu de la raza maya que habitaba en lo que
hoy es Guatemala.
Por literatura precolombina entendemos las expresiones literarias anteriores a la venida de Cristóbal Colón
a América. Para transmitir su pensamiento, antes de la llegada de los españoles, los indígenas lo hicieron
preferentemente de un modo oral, y a través de los pictogramas que dejaron en tiras de pergamino de venado
plegadas como un biombo.
Uno de los libros más importantes es el Popol Vuh o Libro de la Comunidad, también conocido como Libro
de Consejo de los Jefes de la Tribu. En la primera parte del libro, el mito explica el origen del mundo. En el origen
existía, sólo el silencio, la quietud y la oscuridad; el agua y el aire. Los dioses crearon la tierra, la vegetación, las
especies y los accidentes geográficos, hasta concebir al hombre de palo, el que fue destruido para formar una
creatura amasada con pasta de mazorcas de maíz blanco y de maíz amarillo, procedente de una especie de Paraíso
Terrenal. El maíz alude a un alimento indispensable en la vida maya.
• ¿Qué entendemos por mito?

Mito es el relato de un hecho extraordinario, en el cual intervienen los dioses y los hombres, que se cree
que ocurrió en un pasado lejano y casi siempre impreciso, antes del comienzo de la historia del hombre. Los mitos
describen grandes hechos históricos que, a menudo, se consideran el fundamento y comienzo de la historia de una
comunidad o de los seres vivos en general. Por ejemplo, las diferentes narraciones que hablan de la creación del
universo.

2.2. El mundo de la leyenda

El hombre primitivo creó leyendas que eran manifestaciones de sus sentimientos y creencias y no simples
invenciones o fantasías. Pertenecían a la tradición oral, eran conservadas en la memoria y se transmitían de genera-
ción en generación.
La leyenda nace de una creación individual que logra la aceptación de toda una comunidad, pues responde
a las inquietudes, pensamientos y sentimientos colectivos. Al ser reiterado de una generación a otra, el relato termina
adquiriendo un carácter tradicional, condición esencial de la leyenda. La motivación de su origen se encuentra en
un hecho real que provoca admiración y que el hombre expresa a través de lo maravilloso.
El término maravilloso se refiere a la exaltación de virtudes humanas que adquieren características casi
sobrehumanas o sobrenaturales.
Como ejemplo de leyenda podemos mencionar la historia de Hércules, quien fue hijo de Zeus y de una reina
de Tebas y que en la cuna dio pruebas de una fuerza excepcional. Conocidas son las diferentes tareas que tuvo
que realizar para alcanzar su libertad.
A diferencia del mito, la leyenda tiene un carácter local, sujeta a circunstancias de espacio y tiempo que
le dan un sello característico.
Existen diferentes tipos de leyendas; las más antiguas tuvieron un sentido religioso, por ejemplo, la historia
del “Ladrón Devoto” en Los Milagros de Nuestra Señora, de Gonzalo de Berceo, en la época medieval (siglo XII);
las de carácter maravilloso, que se constituyeron en las de mayor aceptación popular, como la de Hércules. Otras
son las históricas que fueron adornadas con elementos nacidos de la imaginación, aunque estos no modificaron el
hecho histórico que les sirvió de base. Un breve ejemplo es la historia del Cid Campeador que, con su fuerza interior,
fue capaz de aplacar la furia de los leones. En la próxima unidad estudiaremos la obra Mío Cid de donde surge este
legendario personaje. Por último, encontramos las leyendas que se relacionan con la naturaleza, que buscan
entregar una explicación comprensible de fenómenos físicos inexplicables para el hombre. Como ejemplo te
mencionamos la leyenda anónima El trueno y el relámpago.
La leyenda literaria surge en el siglo XIX, con el Romanticismo, que ya tiene autor conocido, una
elaboración artística original y una forma determinada por el lenguaje escrito. Como ejemplo tenemos las Leyendas
de Gustavo Adolfo Bécquer.

Etimología del término leyenda: El vocablo leyenda viene del latín legére (leer). Este término tiene varias
acepciones. Algunos de los sentidos que la R. A. E. da a esta palabra son: “Historia o relación de la vida de uno o
más santos. Relación de sucesos que tienen más de tradicionales o maravillosos que de históricos o verdaderos”.
En ambos casos la finalidad de estas lecturas era ejemplificadora por el carácter extraordinario de las vidas
y hechos narrados.

• ¿Qué entendemos por leyenda?

Leyenda es una narración de acontecimientos maravillosos que parten de un hecho real, recreado por la
imaginación y la fantasía de un pueblo.

Actividad:
 Completa los siguientes cuadros:

Semejanzas entre el Mito y la Leyenda


1. Pertenecen a la tradición oral.
2.
3.
4.
5.
6. Hablan de un pasado lejano.
7.
8.

Diferencias entre el Mito y la Leyenda


Mito Leyenda
1. Nace en una época remota, en el tiempo primordial o 1.
del origen.
2. 2. Es más local, pertenece a una determinada región.

3. 3.

4. Es una explicación no racional de hechos 4.


sobrenaturales.
5. 5.
 Lee los siguientes textos y realiza las actividades propuestas en tu cuaderno.

Memoria del fuego, vol. I: “Los nacimientos”.


(Eduardo Galeano)

La creación

La mujer y el hombre soñaban que Dios los estaba soñando.


Dios los soñaba mientras cantaba y agitaba sus maracas, envuelto en humo de tabaco, y se sentía feliz y
también estremecido por la duda y el misterio.
Los indios makiritare saben que, si Dios sueña con comida, fructifica y da de comer. Si Dios sueña con la
vida, nace y da nacimiento.
La mujer y el hombre soñaban que en el sueño de Dios aparecía un gran huevo brillante. Dentro del huevo,
ellos cantaban y bailaban y armaban mucho alboroto, porque estaban locos de ganas de nacer.
Soñaban que en el sueño de Dios la alegría era más fuerte que la duda y el misterio; y Dios, soñando, los creaba, y
cantando decía:
—Rompo este huevo y nace la mujer y nace el hombre (1). Y juntos vivirán y morirán. Pero nacerán
nuevamente. Nacerán y volverán a morir y otra vez nacerán. Y nunca dejarán de nacer, porque la muerte es mentira.

El tiempo

El tiempo de los mayas nació y tuvo nombre cuando no existía el cielo ni había despertado todavía la tierra.
Los días partieron del Oriente y se echaron a caminar (2).
El primer día sacó de sus entrañas al cielo y a la Tierra.
El segundo día hizo la escalera por donde baja la lluvia.
Obras del tercero fueron los ciclos de la mar y de la tierra y la muchedumbre de las cosas.
Por voluntad del cuarto día, la Tierra y el cielo se inclinaron y pudieron encontrarse.
El quinto día decidió que todos trabajaran.
Del sexto salió la primera luz.
En los lugares donde no había nada, el séptimo día puso tierra. El octavo clavó en la tierra sus manos y sus
pies.
El noveno día creó los mundos inferiores. El décimo día destinó los mundos inferiores a quienes tienen
veneno en el alma.
Dentro del Sol, el undécimo día modeló la piedra y el árbol.
Fue el duodécimo quien hizo el viento. Sopló viento y lo llamó espíritu, porque no había muerte dentro de
él.
El decimotercer día mojó la tierra y con barro amasó un cuerpo como
el nuestro.
Así se recuerda en Yucatán.

El día

El cuervo, que reina ahora desde lo alto del tótem de la nación haida, era nieto del gran jefe divino que hizo
al mundo.
Cuando el cuervo lloró pidiendo la luna, que colgaba de la pared de troncos, el abuelo se la entregó. El
cuervo la lanzó al cielo, por el agujero de la chimenea; y nuevamente se echó a llorar, reclamando las estrellas.
Cuando las consiguió, las diseminó alrededor de la luna.
Entonces lloró y pataleó y chilló hasta que el abuelo le entregó la caja de madera labrada donde guardaba
la luz del día. El gran jefe divino le prohibió que sacara esa caja de la casa. Él había decidido que el mundo viviera
a oscuras.
El cuervo jugueteaba con la caja, haciéndose el distraído, y con el rabillo del ojo espiaba a los guardianes
que lo estaban vigilando.
Aprovechando un descuido, huyó con la caja en el pico. La punta del pico se le partió al pasar por la
chimenea y se le quemaron las plumas, que quedaron negras para siempre.
Llegó el cuervo a las islas de la costa del Canadá. Escuchó voces humanas y pidió comida. Se la negaron.
Amenazó con romper la caja de madera:
—Si se escapa el día, que tengo aquí guardado, jamás se apagará el cielo — advirtió—. Nadie podrá dormir,
ni guardar secretos, y se sabrá quién es gente, quién es pájaro y quién bestia del bosque.
Se rieron. El cuervo rompió la caja y estalló la luz en el universo.

La vía láctea

El gusano, no más grande que un dedo meñique, comía corazones de pájaros. Su padre era el mejor
cazador del pueblo de los mosetenes.
El gusano crecía. Pronto tuvo el tamaño de un brazo. Cada vez exigía más corazones. El cazador pasaba
el día entero en la selva, matando para su hijo.
Cuando la serpiente ya no cabía en la choza, la selva se había vaciado de pájaros. El padre, flecha certera,
le ofreció corazones de jaguar.
La serpiente devoraba y crecía. Ya no había jaguares en la selva.
—Quiero corazones humanos —dijo la serpiente.
El cazador dejó sin gente a su aldea y a las comarcas vecinas hasta que un día, en una aldea lejana, lo
sorprendieron en la rama de un árbol y lo mataron.
Acosada por el hambre y la nostalgia, la serpiente fue a buscarlo. Enroscó su cuerpo en torno a la aldea
culpable, para que nadie pudiera escapar. Los hombres lanzaron todas sus flechas contra aquel anillo gigante que
les había puesto sitio. Mientras tanto, la serpiente no cesaba de crecer.
Nadie se salvó. La serpiente rescató el cuerpo de su padre y creció hacia arriba.
Allá se la ve, ondulante, erizada de flechas luminosas, atravesando la noche.

El oso

Los animales del día y los animales de la noche se reunieron para decidir qué harían con el sol, que por
entonces llegaba y se iba cuando quería. Los animales resolvieron dejar el asunto en manos del azar. El bando que
venciera en el juego de las adivinanzas decidiría cuánto tiempo habría de durar, en lo sucesivo, la luz del sol sobre
el mundo.
Estaban en eso cuando el sol, intrigado, se aproximó. Tanto se acercó el sol que los animales de la noche
tuvieron que huir a la disparada. El oso fue víctima de la urgencia. Metió su pie derecho en el mocasín izquierdo y
el pie izquierdo en el mocasín derecho. Así salió corriendo, y corrió como pudo.
Según los indios comanches, desde entonces el oso camina hamacándose.

Las semillas

Pachacamac, que era hijo del sol, hizo a un hombre y a una mujer en los arenales de Lurín.
No había nada que comer y el hombre se murió de hambre.
Estaba la mujer agachada, escarbando en busca de raíces, cuando el sol entró en ella y le hizo un hijo.
Pachacamac, celoso, atrapó al recién nacido y lo descuartizó. Pero en seguida se arrepintió, o tuvo miedo
de la cólera de su padre el sol, y regó por el mundo los pedacitos de su hermano asesinado.
De los dientes del muerto, brotó entonces el maíz; y la yuca de las costillas y los huesos. La sangre hizo
fértiles las tierras y de la carne sembrada surgieron árboles de fruta y sombra.
Así encuentran comida las mujeres y los hombres que nacen en estas costas, donde no llueve nunca.

La papa

Un cacique de la isla de Chiloé, lugar poblado de gaviotas, quería hacer el amor como los dioses.
Cuando las parejas de dioses se abrazaban, temblaba la tierra y se desataban los maremotos. Eso se sabía,
pero nadie los había visto.
Dispuesto a sorprenderlos, el cacique nadó hasta la isla prohibida.
Solamente alcanzó a ver a un lagarto gigante, con la boca bien abierta y llena de espuma y una lengua
desmesurada que desprendía fuego por la punta.
Los dioses hundieron al indiscreto bajo tierra y lo condenaron a ser comido por los demás. En castigo de su
curiosidad, le cubrieron el cuerpo de ojos ciegos.

El profeta

Echado en la estera, boca arriba, el sacerdote-jaguar de Yucatán escuchó el mensaje de los dioses. Ellos
le hablaron a través del tejado, montados a horcajadas sobre su casa, en un idioma que nadie más entendía.
Chilam Balam, el que era boca de los dioses, recordó lo que todavía no había ocurrido
—Dispersados serán por el mundo las mujeres que cantan y los hombres que cantan y todos los que
cantan… Nadie se librará, nadie se salvará… Mucha miseria habrá en los años del imperio de la codicia. Los
hombres, esclavos han de hacerse. Triste estará el rostro del Sol… Se despoblará el mundo, se hará pequeño y
humillado…

Actividades

1. ¿Quién o quiénes son los personajes principales de cada relato? Anótalos en tu cuaderno y realiza una breve
descripción de ellos.
2. Sobre el texto “La creación”, ¿por qué razón crees que Dios tiene que “soñar” las cosas para que estas nazcan?
3. ¿En qué persona gramatical están escritos los relatos?, ¿por qué razón crees que se narran así?
4. ¿Qué relación existe entre los seres humanos y la naturaleza? Explica.
5. ¿Puedes determinar con exactitud la época en que suceden estas historias?, ¿cuándo ocurrieron? Fundamenta
con marcas del texto.
6. Vuelve a leer el texto “El profeta”. Pon especial énfasis en la profecía que recuerda el sacerdote. ¿Cómo es la
visión del futuro que tenían los mayas? ¿Crees que estaban en lo correcto al ver el futuro de esta manera? ¿Crees
que la profecía realmente se cumplió? En grupos, comenten y discutan sus visiones personales.
7. ¿Qué marcas reconoces para afirmar que estos relatos constituyen mitos y no leyendas?
8. Investiguen a qué pueblos americanos corresponden cada uno de los relatos leídos.

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