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LA CREACION DE VIDA ARTIFICIAL PROMETEO Y PIGMALION Los dioses vigilan a los creadores. Sospechan de los cientificos y artistas arrogantes, rebeldes por antonomasia, que desafian al poder divino cuando se obsesionan con el acto més radical de cualquier creacién, hacer nacer la vida. Es muy probable que el primero de los grandes rebeldes sea el titan Prometeo, que con su mas célebre accién (robar el fuego de los dioses para entregarlo a los hombres) se presenta como el impulsor de la civilizacién y el progreso, el causante de la emancipacién humana respecto a la divinidad. Hay que asociar ese fuego a la técnica: con ella, la humanidad desarrollara inventos que anunciarén nuevos ingenios, y ciudades enteras se levantarn con la aspiracién babélica de legar hasta el cielo. Pero Prometeo ca sobre todo, el primer constructor de hombres, gracias a sus dotes de escultor. El titan encarna la gran aspiracién de crear vida sin generacién sexual, a través de una intervencién inteligente y tecnolégica. En el siglo del progreso, el x1x, el suefio del titén seria invocado con tucidez, por una escritora inglesa, Mary W. Shelley, esposa del famoso poeta del mismo nombre. La novela Frankenstein fue publicada por su autora con el subtitulo EI moderno Prometeo: el motivo fundamental que la inspiraba —la vida artificial— era perfectamente asociable al osado héroe griego. ESCULTORES DE VIDA El tema de la vida artificial no se agota culturalmente con el mito de Prometeo. Es caracteristica de los dioses homéricos la posesién de autématas: Hefesto —como buen representante de la técnica y los oficios— es uno de sus mas consumados artifices, segiin deducimos de algunos pasajes de la Iliada. Otro escultor de humanidades es Pigmalién, recreado por Ovidio en Las metamorfosis: este artista, que habia querido permanecer soltero, se enamora de la estatua que ha creado, la cual, gracias a la intervencién de Venus, adquiere vida para convertirse en la compafiera ideal de su creador. Un argumento depurado y simple, pero que permitiria a la literatura posterior la apasionante exploracién de la vasta red de relaciones sentimentales entre las criaturas de la fantasfa artistica y sus inventores, tanto desde coordenadas préximas al terror fantastico (El retrato oval, de Poe) como desde las estilizadas convenciones de la comedia moral de salén (Pigmalién, de Bernard Shaw). www.lectulandia.com - Pagina 194 El motivo de la vida artificial se formula también, con gran fortuna literaria, en la ttadici6n judia. En ella nace el poderoso mito del Golem!'"I, estatua de barro que adquiere vida a través de una inscripcién magica que le graba el rabino en la frente Dios, creador del hombre mediante el fango, es quien ha otorgado a los rabinos la Potestad de repetir su acto infundiendo la vida en estos seres, que acaban siendo destruidos por el peligro que supone su fuerza bruta: inferiores a sus creadores, no tienen el don de la palabra, pero si un poder fisico que sera notablemente explotado en sus evocaciones visuales. La leyenda del Golem incide en los peligros que supone la existencia de una raza de seres no creados directamente por la divinidad; una prevencién dogmética de origen religioso obliga a desconfiar de un acto, rayano en la herejia, mediante el cual las criaturas del Sefior se empefian en repetir la accién creadora. La tradicién medieval cristiana también condenara esas practicas, margindndolas lo mas posible de la literatura. Sin embargo, la creacién de vida a través de la magia serd un deseo constante de alquimistas y nigromantes, y apareceré en leyendas como la de la mandragora, que explica la aparicién de la vida a partir de la simiente de esa planta, 0 en los ensayos de Paracelso para crear un ser a base del cultivo de semen humano!"231, PROMETEO CIENTIFICO Al prejuicio religioso que condena estas practicas puede unirse también el Prejuicio filos6fico. Rousseau, por ejemplo, atribuye a Prometeo la nefasta condicion de haber traido la ciencia al mundo y de haber contaminado la bondad natural del ser Primitivo: asi se inicia la critica al progreso cientifico que encuentra en la literatura de Mary Shelley una enriquecedora y nada dogmatica reelaboracién. Podemos considerar la novela Frankenstein como un relato especular sobre el tema de la creacién dentro de la creacién [47]. Existe una jerarquia de creadores y Criaturas: en la caspide, jams preexistente, pero siempre evocado, un Dios cristiano invisible que convierte en pecaminoso cualquier intento de emularlo, En el estrato infimo, el monstruo creado por Frankenstein. El cientifico se sitta entre los dos, como narrador principal de la historia. Pero hay que recordar que otras dos figuras se interfieren en la narracién: la propia Mary Shelley (que cuenta, en el prélogo, el origen de su creacién) y el explorador Robert Walton, que es quien refiere a su hermana, a través de una serie de cartas, la aventura que le narra el doctor Frankenstein. Las connotaciones prometeicas de todo el argumento ya se anuncian en la construccién de este primer personaje narrador que es Walton, un explorador que se hha hecho a la mar con la intencién de legar a las regiones recénditas del Polo Norte a www.lectulandia.com - Pagina 195 Ta conquista de la sabidurfa, E] es quien encuentra, en medio de las desiertas regiones Articas, al doctor Frankenstein lanzado a la persecucién de su criatura. La novela se convierte en una parabola moral: las palabras de Frankenstein son una advertencia a Robert Walton para que no se aleje de la sociedad de los hombres con el proyecto falaz. de dominar los secretos de la naturaleza Si Walton eva a cabo su proyecto féustico a través del viaje, el doctor Frankenstein ha optado por la creacién prometeica. Pero el resultado de sus experimentos —la criatura construida con fragmentos de cadaveres— le parece horrible y el cientifico Io abandona a su suerte. E] monstruo inicia entonces una Progresiva venganza contra la familia de su creador, hasta establecer un didlogo con él —en el centro de la novela— que le convierte, por unos pocos capitulos, en narrador de su propia historia, La criatura relata asi a Frankenstein (y Frankenstein a Walton, y Walton a su hermana, y Mary Shelley, en tanto que recopiladora-creadora, a todos nosotros) la crénica de su progresivo aprendizaje, en una etapa de aislamiento robinsoniano, que le conduce al trégico descubrimiento de que su fisico es inaceptable para los ojos de los demas. El monstruo acaba su narracién pidiendo al doctor una compaiiera, peticién a la que Frankenstein accede inicialmente, pero acaba incumpliendo, arrepentido de su creacién sacrilega. Una venganza esperada —el sesinato de la esposa del cientifico durante su noche de bodas— induce a Frankenstein a la persecucién del monstruo hasta las regiones drticas. Pero el Cientifico muere de cansancio en el intento, y Walton es quien acaba describiendo, en luna tltima cara a su hermana, Ja aparicién del monstruo en su camarote y la explicacién que éste le da de sus razones —zsu humanidad?— antes de perderse en el abismo del polo, sin cadenas y libre. EL MONSTRUO QUE SE MUESTRA El tema de la usurpacién por parte del hombre de la prerrogativa divina de la creacién de la vida fue ampliamente tratado por el cine expresionista aleman, con peliculas como el serial Homunculus (1916), las diferentes adaptaciones de Alraune (Mandrdgora) —notorias las de 1927 y 1930!'°°l_ y, especialmente, Der Golem (El Golem) en las dos versiones que realizé Paul Wegener en 1914 y 1920, que Popularizaron Ja leyenda con una caracterizacién prefrankensteiniana del monstruo que acaba rebeldndose contra su creador. En los Estados Unidos, y dentro de la productora Universal, que intentaba especializar una parte de su politica creativa en el campo del terror, es donde se contempl6, con excelente visién comercial, la posibilidad de convertir la novela de Mary Shelley en el gran clsico cinematografico sobre la vida artificial!'2" Las dos peliculas que forman el diptico sobre Frankenstein que James Whale www.lectulandia.com - Pagina 196

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