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organización
política
INTRODUCCIÓN
La política es una actividad humana donde un ser capaz, digno tiene el poder de
gobernar y dirigir a diferentes grupos humanos con el único fin de lograr un desarrollo
y mejoramiento en los diferentes ámbitos de la sociedad humana.
La política está mal vista y en muchas ocasiones muchas personas solo vemos a la
política sin valores, ósea que para participar no se practican los valores, pero esto no
es cierto puesto que, aunque algunas personas no lo ven, la política es el poder que
nosotros le transmitimos a pocos fenómenos humanos para que estos se inmiscuyan
en la vida y las carencias del pueblo; por ejemplo: aspirar al bien común, resguardo
social, justicia colectiva, etc.
El deber de los dirigentes es: promover, orientar, evaluar y ofrecer facilidades
institucionales y normativas para el desarrollo de valores políticos, pero el patrimonio
de éstos será del conjunto de la sociedad
Pero con nuestra investigación no encontramos el problema en lo politico, descubrimos
que el verdadero problema radicaba en nosotros mismos. Puesto que se trata de
enseñar a la gente la condición humana, y que prevalece la desilusión, no se cree más
en las instituciones (las voces de alerta señalan que el peligro es desbordarlas) no se
vislumbra la solidaridad colectiva, faltan proyectos futuros y no se reconsidera el
pasado; las personas quieren sólo indicadores de bienestar sin participar en ellos, por
lo tanto, es necesario volver a la política de todos; pero de forma digna, que la
globalización nos lleve a reconocer lo humano y no las razas. Comprendamos que
somos egocéntricos y altruistas, existe una unidad de lo humano con diversidad de
sujetos y pueblos, ya que el propio ser humano es distinto: lúdico, económico, racional,
poético, político, en fin, complejo; esto se denomina diversidad creadora.
No debe dejarse de lado que el hombre político nace como ciudadano y renace como
individuo en el vivir social; por lo tanto, vivir en democracia es practicarla, no basta con
nombrarla y exigir responsabilidad, no es sólo un asunto estadístico o cumplimiento
exterior, requiere que el individuo se proyecte reconociéndose en el servicio público,
ya que no se trata de una cuestión técnica, sino de un problema ético que encierra a lo
social vuelto consciente; se trata de la existencia de una sociedad con legitimaciones
que fundamenten el ejercicio autorizado del poder político para la consecución de
propósitos humanos; entender lo políticamente ético no como el resultado de suma de
voluntades individuales sino como un supuesto paradigmático, demostrado
históricamente, de que todo grupo humano organizado estructuralmente crea un poder
que no es ciego a los intereses de los sujetos y que moviliza fuerzas para obtener fines:
kratos y ethos deben conjugarse
Y de todo lo dicho anteriormente nace la expresión: ¡Ni lo político es sólo labor
instrumental, ni la ética se puede condensar sólo en norma política!
Entonces nos preguntamos: ¿Ayer la ética, hoy la política?, ¿se necesita, entonces,
una vocación para la política? Al igual que lo político (que no la política, ésta no se
encuentra en los hechos, sino en cuanto los introduce en ellos el pensamiento) se
necesita de una preparación social para ejercer la función política, porque la definición
de política rebasa lo susceptible de enseñarse, pues su universo es también simbólico
y mistificado
De todo lo investigado anteriormente deducimos que el real problema de la política no
es en si la política, ni los políticos, el mayor atraso de nuestro país somos nosotros
mismos, ya que nos dedicamos más a repudiar, objetar, quejarnos de la política de la
falta de valores, que ya demostramos que esto no es del todo cierto, la verdadera
realidad es que nosotros la sociedad no practicamos los valore, valores tan simples y
fáciles de practicar como son: altruismo, la solidaridad, empatía. Porque nos quejamos
de los problemas que nos aquejan, pero no hacemos nada por solucionarlo o cuando
la solución requiere del apoyo de una gran masa de personas la mayoría se hace de
la vista gorda o no le importa.
Entonces en que estamos incurriendo, solo nos quejamos cuando el problema en si
nos afecta, pero cuando afecta a nuestro vecino no nos importa. De ahí es que nos
dimos cuenta de que no estamos inculcando los valores adecuados o correctos a
nuestros hijos, las generaciones que se vienen, el futuro del país. Entonces ¿de qué
nos quejamos?, ¿Porque lo hacemos? Si somos nosotros quienes engendramos
personas que en un futuro no tendrán valores inculcados y su indiferencia será
irremediable e inevitable.
De ahí es que nos preguntamos: ¿que estamos haciendo con nuestra sociedad? El
problema de la corrupción o de la falta de Ética no viene de las cabezas, no viene de
los dirigentes el problema radica en la misma sociedad.
Entonces, toda nuestra investigación reveló una verdad muy triste, una verdad que no
queríamos ver hasta el día de hoy, en realidad la manzana podrida no radica en los
políticos, la triste realidad es que el mundo, la sociedad esta podrida. Pero esto no es
irremediable se puede solucionar, existe cura ante tal infección de baja ética o en otros
casos de la carencia de ética.
Ya descubrimos la raíz del problema, ahora tenemos el deber de atacarlo sin piedad
empezando por uno mismo. Cultivando los valores que son muy necesarios en esta
sociedad, para que después con la experiencia adquirida cultivarla en las generaciones
que aún están en proceso de aprendizaje, para mejorar la sociedad en la que vivimos.
Este cambio no será inmediato ni será fácil, pero si realmente queremos que nos
gobiernen personas capaces dignas del gran puesto que se les encomienda,
deberemos cambiar primero la sociedad, pero antes uno mismo.
CONCLUSIONES:
Frank Rudy Soncco Idme
Baudrillard, J.
Burdeau, G.
Chaunu, P.
De la Isla, C.
2004 “Ética y Universidad”, en Estudios, núm. 69, Instituto Tecnológico Autónomo de México,
México.
Luypen, W.A.