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PROCESOS NEUROLINGÜÍSTICOS,
DIFICULTADES Y PROGRAMAS DE
INTERVENCIÓN
Secuencia conductual
Secuencia conductual
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MARCAR EL TELÉFONO DE UNA PERSONA, CUYO NÚMERO NO TENEMOS EN LA
AGENDA
Por medio del lóbulo temporal se reconocerá en qué objeto se puede encontrar el número y al tener
acceso a la ubicación del mismo, se procederá a realizar los movimientos necesarios para poder
verlo directamente, en el caso de estar anotado en algún lado, la persona deberá realizar procesos
de desplazamiento hacia el lugar donde se encuentre el objeto que contenga el numero, haciendo
uso de su motricidad gruesa podrá moverse por el lugar y así tomar, en este caso, el directorio
donde está anotado; al tener dicho directorio en sus manos, realizará movimientos de seguimiento
con sus ojos para poder recorrer las paginas hasta encontrar el número que requiere, en este
momento podrá incidir en procesos de memoria de largo plazo recordando el nombre de la
persona, aparecerá el efecto de primacía recordando los primeros dígitos y también deberá
mantener procesos de atención para hacer la actividad de manera exitosa.
Como paso siguiente se procederá, por medio de la motricidad gruesa, a tomar el celular con la
mano dominante que ha sido determinada previamente durante la evolución motriz del sujeto;
dependiendo de las habilidades de éste, podrá manejar el aparato con la mano elegida o hará uso
de sus dos manos, haciendo procesos contralaterales, en este momento se hará uso de la
motricidad fina para usar sus dedos en la pantalla del celular y recurriendo a la memoria
procedimental manejará el aparato de manera adecuada. Por medio de la coordinación mano – ojo
deberá acceder a las diferentes opciones que le lleven al marcador, donde aparecerán las teclas que
le permitan marcar el número. Para esto deberá usar su visión periférica y deberá tener una
flexibilidad focal, ya que deberá marcar el número en el teléfono mientras al mismo tiempo lo
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observa del directorio. Finalizando la tarea al presionar el botón de marcado para completar la
acción.
En la gran mayoría de actividades diarias y durante todo momento los ojos realizarán, en
cuestión de milisegundos, procesos de recepción de la luz por medio de la cornea, adaptando su
pupila a esta luz variable y llevándola desde el cristalino hasta la retina, donde el impacto a las
células sensoriales (conos y bastones) desencadenará todo un proceso por los axones de las células
ganglionares hacia el nervio óptico ubicado en la parte posterior, llevando la información por el
quiasma óptico hacia la corteza visual (en el lóbulo occipital) que codificará la información recibida
por vía visual dándole sentido en la red cerebral; esto para poder codificar de manera correcta
todos los estímulos visuales que implican las tareas comunes y poder responder de manera
adecuada haciéndolas exitosamente.
Al tomar la taza se hará uso de la motricidad gruesa de la mano dominante, marcada por los
procesos de lateralización corporal, deberá adicionalmente haber una coordinación mano – ojo que
permita mover la extremidad lo suficiente para alcanzar la taza y tener un agarre adecuado de
acuerdo a las características de dicho objeto, haciendo también uso de la percepción visual para
determinar la distancia a la que se encuentra, en este proceso también se activa la memoria
procedimental para recordar de manera casi automática cómo se deben hacer los movimientos
gracias a las habilidades motora. El lóbulo parietal también aporta información de dónde se
encuentra la taza, para así facilitar la tarea.
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