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Biodiversidad en Colombia

El país ocupa el segundo lugar en biodiversidad y está entre las 12 naciones más megadiversas del
planeta. Esta semana celebramos porque Colombia es un país privilegiado por sus riquezas
naturales, por su variedad, belleza geográfica y por la diversidad de sus ecosistemas.

Colombia por ser un país tropical cuenta con una gran variedad de especies que hacen de su
riqueza natural un activo.

Colombia es un país que conoce, cuida y aprovecha de forma sostenible sus recursos naturales.
Nuestro principal patrimonio es la gran variedad de ecosistemas que tenemos, somos privilegiados
ante el mundo y por eso oxigenamos el planeta para llenarlo de vida.

En nuestra semana de la Biodiversidad queremos rescatar esta riqueza que encontramos en cada
rincón de Colombia.

En nuestro país, hasta la fecha contamos con 54.871 especies registradas, con 3.625 especies
exclusivas, 66 aves, 1.500 plantas, 367 anfibios endémicos (únicos en Colombia), 115 reptiles, 34
mamíferos y 1543 orquídeas, con 7.432 especies de vertebrados: 479 mamíferos, 1889 aves, 571
reptiles, 803 anfibios, 2.000 peces marinos, 1533 peces dulceacuícolas y 197 aves migratorias,
tenemos 30.436 especies de plantas, contamos con 32 biomas terrestres y 314 tipos de
ecosistemas, los de páramo representan aproximadamente el 1,7% del territorio colombiano que
aportan agua al 70% de la población.

Sin embargo, éstas son cifras estimadas porque aún desconocemos la cantidad de microorganismos
y especies que conforman nuestra Biodiversidad. Es por eso que la ciencia y la investigación son
dos herramientas valiosas, con las cuales podemos, primero conocer nuestro planeta, conocer
mundos inexplorados y en segundo lugar, nos permite contribuir al cuidado y preservación de
nuestro mundo, proponer alternativas de cambio para el bienestar de todos.

Sin duda alguna, hablar de biodiversidad implica no solo pensar en los recursos naturales, sino en
todas las manifestaciones de la vida, en cultura, costumbres, dialectos y formas de vida.

Gracias a los conocimientos científicos y los adelantos tecnológicos que hoy poseemos, tenemos la
responsabilidad de conocer, preservar y administrar sosteniblemente nuestros recursos naturales. La
protección de la biodiversidad y la belleza de la tierra es un deber de cada uno de nosotros. Todos
compartimos una responsabilidad hacia el bienestar presente y futuro de la familia humana y del
mundo viviente en su amplitud.

Colombia ha hecho una apuesta decidida por la CTeI como motor de desarrollo y como medio para
disminuir las brechas de acceso al conocimiento y a las nuevas tecnologías. Avanzamos hacia una
nación científica, en este camino cada acción cuenta y en la medida en la que lo recorramos juntos a
través de espacios como este, llegaremos pronto.
Ranking mundial de biodiversidad

 Colombia es primer lugar en especies de aves y orquídeas


 Es el segundo en el mundo en riqueza de plantas, anfibios, mariposas y peces de agua dulce.
 Somos tercer país en número de especies de palmas y reptiles.
 Ocupamos el cuarto lugar en mamíferos.
Colombia junto a Bolivia, Brasil, China, Costa Rica, Ecuador, India, Indonesia, Kenia, México, Perú, Sudáfrica y
Venezuela forma parte del denominado Grupo de países magadiversos, los cuales albergan el mayor índice de
biodiversidad en el planeta. Ahora, el marco más importante que a nivel internacional aborda la comprensión y
gestión de la biodiversidad es el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), el cual fue ratificado por
Colombia en 1995. Este acuerdo global ha marcado la pauta para el diseño de las políticas, iniciativas y
esfuerzos que comprenden la gestión de la biodiversidad en Colombia y el mundo.

De acuerdo al CDB la biodiversidad se define como “La variabilidad de organismos vivos de cualquier fuente,
incluidos, entre otras cosas, los ecosistemas terrestres y marinos y otros ecosistemas acuáticos y los complejos
ecológicos de los que forman parte; comprende la diversidad dentro de cada especie, entre las especies y de
los ecosistemas”.

Adicionalmente, el CDB, establece la necesidad de que cada una de las partes, diseñe y revise
permanentemente sus políticas públicas y adopte mecanismos concretos para la protección de la diversidad
biológica. Atendiendo este llamado, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADS) a través del
Viceministerio de Ambiente y su Dirección de Bosques, Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos, lideró el
proceso participativo de formulación de la Política Nacional de Gestión Integral de Biodiversidad y sus Servicios
Ecosistémicos, PNGIBSE (MADS; 2012).

Ecosistemas continentales marinos y costeros


La alta variación de las condiciones ambientales del país hacen que en Colombia se presenten un gran número
de ecosistemas, los cuales a su vez se caracterizan por amplia variación ecosistémica y florística, aún a escalas
relativamente pequeñas, de ahí la necesidad de consolidar un sistema de monitoreo de la biodiversidad tanto a
nivel de ecosistemas como de especies.

Bajo este marco, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADS) junto con los Institutos de
Investigación del SINA, la Unidad de Parques Nacionales (UASPNN) y el Instituto Geográfico Agustín Codazzi
(IGAC), generaron la primera versión del mapa de ecosistemas continentales, costeros y marinos de Colombia
a escala 1:100.000 (IDEAM et al, 2015), el cual permitió determinar que el territorio colombiano está
compuesto por 98 tipos de ecosistemas generales (74 ecosistemas naturales y 24 ecosistemas transformados)
y más de 8000 ecosistemas específicos.

El mapa antes mencionado tiene como objetivo identificar, clasificar, y caracterizar los ecosistemas como una
forma de entender el territorio. Asimismo, permitirá analizar cómo se verá afectada la biodiversidad bajo los
diferentes escenarios de cambio climático, y apoyará la incorporación de criterios de biodiversidad en la
formulación de políticas y el diseño de proyectos tanto sectoriales como ambientales y en los procesos de
ordenamiento territorial, entre otros aspectos.

Diversidad a nivel de especies y poblaciones


La riqueza generalmente ha sido el indicador más común para referirse a la biodiversidad a través de la
representación del número de especies presentes en un territorio determinado. Aunque en Colombia no
existen inventarios biológicos detallados y completos para todo el territorio, los estimativos actuales ubican al
país en los primeros lugares en cuanto a la diversidad de especies a nivel mundial.
El territorio colombiano alberga cerca del 10% de las especies conocidas, ubicándolo dentro de los 14 países
que albergan el mayor índice de la biodiversidad en la Tierra. Se estima que Colombia tiene 56.724 especies,
estimativo que sólo incluye mamíferos, aves, reptiles, plantas con flores, helechos y plantas vasculares.

Referente a la diversidad estimada para algunos grupos biológicos, Colombia ocupa el primer lugar en
diversidad de aves y orquídeas, el segundo lugar en diversidad de plantas, anfibios, peces dulceacuícolas y
mariposas, el tercer lugar en diversidad de reptiles y palmas y el cuarto lugar en mamíferos

Transformación de hábitats y ecosistemas naturales en el zonobioma húmedo tropical ubicado


en las tierras bajas de la cordillera Occidental, en las faldas orientales de la cordillera Oriental y en
los valles bajos de los ríos Magdalena y Cauca4 afectando servicios ambientales como el
almacenamiento y absorción de CO2 y la regulación del clima local y regional. Armenteras (2006)
expresa que en Colombia el zonobioma húmedo tropical es hábitat de una gran cantidad de
especies que son endémicas y sirven como área de transición entre los ecosistemas altos y bajos,
permitiendo el intercambio de especies en estas regiones, sin embargo, en los últimos años estos
ecosistemas se han transformado por causas antrópicas como quemas, deforestación, siembra de
cultivos ilícitos y otros que han ocasionado cambios en el clima e inestabilidad del ecosistema.
· Sobreexplotación de recursos que afectan la producción de alimentos pues la pesca comercial
sin control, la cosecha indiscriminada, la expansión de la frontera agropecuaria, la tala de bosques
y selvas y el aumento de la población en regiones como la andina y caribe colombianas han
generado una gran presión sobre los ecosistemas naturales por la sobreexplotación a la que se
han visto sometidos, situación que compromete la calidad y seguridad de los productos
alimentarios.
· La deforestación, cuyas principales causas son la ganadería extensiva, la siembra de cultivos
ilícitos, la tala ilegal, la minería, los incendios forestales y la presión por el crecimiento poblacional,
García (2014) reporta que en los últimos 20 años se ha perdido 5,4 millones de hectáreas de
bosques, un área del tamaño de Costa Rica, con mayor afectación en el norte de los Andes, la
Región Caribe y la Amazonía. La pérdida de los bosques afecta el suministro y disponibilidad del
agua pues al reducirse la vegetación en una cuenca no hay nada que retenga la lluvia. Los árboles
reciclan la humedad a través de sus hojas y absorben la luz solar y el dióxido de carbono (CO2),
además, la disminución de los bosques altera delicados equilibrios climáticos y acelera el
calentamiento global al reducirse la absorción de CO28. Vale la pena recordar que los bosques
sirven como hábitat para un gran número de especies, albergando cerca del 90% de la
biodiversidad terrestre7. Otero (2009) plantea que cada año se talan 500 hectáreas arboladas con
especies autóctonas y se reforestan 32 hectáreas, en la mayoría de los casos con especies
exóticas de crecimiento rápido como el álamo, el sauce, el eucalipto o el pino, situación que, la
autora de esta nota considera, destruye fuentes de material biológico y productos únicos que
podrían ser usados como recursos genéticos.
· La destrucción de humedales y zonas de páramo afecta servicios ambientales del tipo
almacenamiento de carbono atmosférico, contribución a la captación de agua, control parcial del
clima y conservación del suelo. Castellanos (2001) define los humedales como los ecosistemas
más productivos del mundo por la disposición constante o temporal de agua a lo largo de todo el
año, estos sistemas regulan el ciclo hídrico superficial y de acuíferos al actuar como agentes
controladores de inundaciones pues pueden almacenar y liberar lentamente las aguas lluvias
acumuladas en las ciénagas, también, retienen el CO2, ayudan en la estabilización microclimática
y poseen una alta productividad biológica. El mismo autor comenta que la mayoría de lagos y
lagunas ubicadas en la región andina se encuentran amenazados por la contaminación y se ha
registrado deterioro de la calidad de agua y disminución de la biodiversidad. Por otra parte, los
páramos son ecosistemas donde elementos como el suelo y la vegetación han desarrollado un
gran potencial para interceptar y almacenar agua. En Colombia las actividades antrópicas que se
llevan a cabo en los páramos son de tal magnitud que han puesto al borde de la desaparición a
algunos de ellos por la remoción de coberturas vegetales naturales para la extracción de especies
nativas, el establecimiento de cultivos lícitos como la papa e ilícitos como la amapola y sembradío
de pastos para actividades ganaderas, además la caza han disminuido las poblaciones de aves y
pequeños mamíferos que suelen habitar estos espacios5
La biodiversidad es fuente indiscutible de servicios para los seres humanos y su valor es inmenso,
no obstante, la diversidad de especies que hay en la tierra viven en ecosistemas y su conservación
depende del cuidado que le demos a estos. Las amenazas a nuestra biodiversidad justifican la
necesidad creciente de promover en todos los niveles educativos, aunado a los Objetivos del
Desarrollo Sostenible, la formación de seres conscientes de la fragilidad de nuestra gran riqueza
natural y del uso sustentable de los recursos biológicos. La mitigación de las amenazas requiere
que como docentes planteemos estrategias que les permitan a los educandos generar actitudes
ambientales en sus componentes cognitivo, afectivo y conativo y patrones conductuales de
compromiso con los recursos naturales de su región a través de actividades lúdicas, sensoriales y
sobre todo prácticas, que puedan adaptarse para su uso en el aula de clases, manos a la obra.

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