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Psicothema, 1999. Vol. 11, nº 3, pp.

617-629
ISSN 0214 - 9915 CODEN PSOTEG
Copyright © 1998 Psicothema

LA CORRESPONDENCIA ENTRE SABER Y


HACER EN EL CASO DEL EDUCADOR
Inmaculada Gómez Becerra y M. Carmen Luciano Soriano
Universidad de Almería

La correspondencia entre lo que un profesor conoce acerca del quehacer efectivo


para fomentar comportamientos positivos en clase y lo que hace no es siempre un hecho.
El presente estudio analiza diferentes condiciones para facilitar la correspondencia entre
saber lo que hacer respecto a conductas disruptivas de los niños en clase y hacerlo. Parti-
ciparon niños (de 7 a 11 años) normales y algunos con ligero retraso que pertenecían a dos
aulas controladas por el mismo profesor. Tras un período de registro sobre el comporta-
miento inadecuado de los niños y del educador (fase A), se aplicaron diferentes condicio-
nes: instruir normas claras a los alumnos (fase B), discriminación, por parte del educador,
de su propia conducta correcta e incorrecta (fase C), y ayuda directa para la prevención de
respuestas incorrectas por parte del profesor (fase D). Se utilizó un diseño intragrupo mul-
tivariable ABCD en la clase I y AC en la clase II, lo que presenta un diseño de Línea Ba-
se Múltiple a través de clases respecto a la condición de discriminación de la propia con-
ducta (C). Las conductas inapropiadas de los niños y del profesor se redujeron durante la
condición C y quedaron sustituidas totalmente por un buen hacer con la ayuda directa.

The correspondence between knowing how to behave and behaving in the case of
teaching. The correspondence between what a teacher knows about being effective to
improve good behavior in the classroom and what he actually does in class is not always
a fact. The present study analyzes different conditions with different degrees of intrusi-
veness to increase such a correspondence and consequently to reduce disruptive beha-
vior in the classroom. Two classes with normal and delayed developmental children (7-
11 years old) controlled by the same teacher were involved in this study. After BL (pha-
se A), the following conditions were implemented: clear rules were instructed (phase B),
the discrimination of own behavior (phase C), and direct prompt (phase D). Intrasubject
designs (ABCD for one class and AC for the other class) were used and a multiple ba-
seline across classes in relation to condition C was also involved. Children’s and tea-
cher’s inappropriate behaviors reduced during condition C, and were totally reduced du-
ring condition D.

La discrepancia entre el conocimiento ponden a ese conocimiento conforman mu-


que uno tiene y las habilidades que corres- chos de los problemas como el que aquí se
aborda relativo a comportamientos disrupti-
vos en la clase y lo que el educador hace pa-
Correspondencia: Inmaculada Gómez Becerra ra solucionar el problema.
Facultad de Humanidades El estudio que presentamos pretende
Universidad de Almería
04120 Almería (Spain) analizar algunas variables que influyen en
E-mail: igomez@ualm.es la discrepancia entre lo que se dice saber y

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LA CORRESPONDENCIA ENTRE SABER Y HACER EN EL CASO DEL EDUCADOR

lo que se hace. Se trata pues de analizar las zer-Azaroff y Mayer, 1986, 1991; Sulzer-
condiciones en las que el comportamiento Azaroff y Reese, 1982; Vives y Luciano,
habilidoso del profesor se ajustará a las 1996).
prescripciones o normas que el mismo co- Por otro lado, un análisis de las condi-
noce como efectivas a fin de solventar los ciones en las que establecer la correspon-
comportamientos disruptivos en el ámbito dencia entre la información («decir») y el
educativo, como «conducta inquieta» o hacer, cuando el educador «cree hacerlo
«conductas disruptivas a nivel social en la bien» pero no lo hace, tiene cabida en el
clase». Estos comportamientos que inte- análisis relativo a las condiciones que fa-
rrumpen la dinámica de la clase y dificul- vorecen la discriminación entre lo que se
tan el aprendizaje son frecuentes a pesar de dice (o la persona se dice debe hacer), lo
la existencia de estrategias diseñadas y que realmente se hace, y lo que la persona
comprobadas para prevenir la aparición de dice que ha hecho (Luciano, 1992a, 1992b,
problemas en clase y para su manejo (Cla- en prensa).
rizio, 1980; Luciano, 1995; Ross, 1987; El presente estudio muestra un análisis
Skinner, 1984; Sulzer-Azaroff, Drabman, sucesivo de elementos que aúnan la infor-
Greer, Hall, Iwata, y O’Leary, 1988; Sul- mación sobre el entrenamiento de profe-
zer-Azaroff y Mayer, 1986, 1991; Sulzer- sionales y la literatura de discriminación
Azaroff y Reese, 1982). Estas estrategias de la propia conducta en el marco de la
no son aplicadas sistemáticamente por los (in)sensibilidad a unas contingencias u
profesionales por diferentes razones. Entre otras. La sucesión de elementos que en es-
las razones que podrían explicar que un co- te estudio se van a analizar se ubican en la
nocimiento no sea utilizado cabrían bien literatura indicada sobre procedimientos de
que no sea conocido por los educadores, o entrenamiento a profesionales y la discri-
bien que lo conozcan pero no tengan las minación de la propia conducta como un
habilidades, o que el educador crea utilizar elemento necesariamente implicado en la
las estrategias efectivas aunque no sea así, sensibilidad a unas contingencias u otras.
o bien las utilice pero no de forma sistemá- Los elementos se introducen en un rango
tica y no alcance a discriminar la falta de de mínima a máxima intrusividad a fin de
sistematicidad. establecer el punto en el que el educador
En este punto, y a fin de mejorar el que- pueda discriminar su ejecución como dife-
hacer de los profesionales, se imparten cur- rente a lo que cree que es correcto, y espe-
sos en los que se instruye qué hacer; se ha- cialmente el punto en el que se incremen-
cen demostraciones; se les enseña a regis- tan sus comportamientos apropiados para
trar sus conductas apropiadas e inapropia- reducir las conductas disruptivas en el au-
das, a hacer gráficas, a verse en vídeos; se la. En concreto, y respecto al nivel de con-
alaba su buen hacer; o se mezclan instruc- ductas disruptivas en los niños y de res-
ciones claras con modelado y ensayos de la puestas inapropiadas en el educador se
conducta deseada; y como más efectivo se analizan, en este estudio, el uso de normas
conoce la aplicación de estos procedimien- claras, la aplicación de contingencias dife-
tos de forma graduada desde situaciones hi- renciales a los comportamientos de los ni-
potéticas hasta la práctica real (Cossairt, ños a través de la discriminación, por parte
Hall, y Hopkins, 1973; Delgado y Luciano, del educador, de su propia conducta, y la
1990; DeRoss y Pinkston, 1996; Luciano, sistematicidad en la aplicación de contin-
1995; Parsonson, Baer y Baer, 1974; Selins- gencias diferenciales a través de un siste-
ke, Greer y Lodhi, 1991; Stuart, 1972; Sul- ma de ayuda directa al educador en clase.

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Método Las «peticiones inadecuadas» se refieren a


pedir autorización o ayuda al educador vocal-
Participantes mente sin levantar la mano, levantar la mano
para solicitar permiso pero gritando a la par, y
Participaron dos clases de Apoyo a la In- levantarse del asiento sin previa autorización.
tegración de un nivel sociocultural bajo, a Las ocurrencias de estas conductas se mi-
cargo del mismo educador. Cada clase esta- dieron en un registro de intervalo parcial de
ba formada por 11 niños, con un rango de 8- 5 minutos con un período entre intervalos
11 años de edad (clase I) y de 7-9 años (cla- de 3 minutos. El tiempo global de observa-
se II). Las características de los niños eran ción de estas conductas de los alumnos era
similares según información del psicólogo y de 15 a 25 minutos en una sesión, con 3 o 5
según recogían los informes escolares. Mos- intervalos de registro respectivamente. La
traban conductas perturbadoras, déficits aca- ocurrencia de estas conductas se medía en
démicos básicos (lectura y escritura), y alto cada intervalo. Se calculaba en cada inter-
absentismo escolar. Como educador partici- valo el % de sujetos con ocurrencia de una
pó un varón de 38 años con experiencia edu- o más de una de las respuestas y se prome-
cativa de 6 años, psicólogo e interesado en diaba para cada sesión.
mejorar su habilidad como educador, ha- Las respuestas incorrectas del educador
biendo solicitado ayuda para tal fin. se midieron por la frecuencia total en los pe-
ríodos de tiempo observados que oscilaron
Contexto y Aparatos de 15 hasta 40 minutos en cada sesión, con-
virtiendo la frecuencia por sesión en tasa
El estudio se realizó en el escenario natu- por minuto. Las respuestas incorrectas con-
ral ajustado al sistema que el educador ya uti- sideradas fueron las siguientes:
lizaba (por ejemplo, una economía de fichas).
Para la realización del estudio, hubo de insta- (1) Administrar fichas o atender a las ta-
larse una cámara de vídeo y dos observadoras reas académicas cuando los alumnos habla-
formaron parte del entorno de la clase. ban, se levantaban de sus asientos o realiza-
ban otras de las conductas inapropiadas.
Variables y Diseño (2) Administrar fichas a los niños si esta-
ban en silencio cuando sonaba un tempori-
Las variables dependientes incluyen dos zador, aunque inmediatamente antes hubie-
comportamientos de los alumnos (tomados ran estado hablando o mostrando otra con-
como medida global de la clase) y los com- ducta perturbadora.
portamientos inadecuados del profesor. (3) Amenazar sobre la pérdida de privile-
Los comportamientos de los alumnos gios ante comportamientos perturbadores de
eran «hablar en tarea» y «peticiones inade- los alumnos, pero sin que tales pérdidas
cuadas». «Hablar en tarea» comprende res- ocurriesen (por ejemplo, un niño hablaba y
puestas de los niños relativas a «decir lo que el educador le advertía que le quitaría fichas
fuera en voz alta» cuando estaban en situa- si seguía hablando, pero el niño seguía ha-
ción de tarea, produciendo un «ruido pertur- blando y no perdía fichas).
bador y molesto». La delimitación del nivel (4) No describir el comportamiento ade-
de ruido se realizó por el ajuste empírico en- cuado o inadecuado de los niños cuando,
tre el criterio del educador sobre ruido per- por ejemplo, el educador pasaba junto a un
turbador y las observadoras hasta llegar a un niño y le restaba una ficha. O bien, cuando
acuerdo de presencia, o no, de ruido. le daba una ficha sin describir porqué (por

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ejemplo, por permanecer cierto tiempo sin ración de 25 a 40 minutos. El educador rea-
perturbar la clase). lizaba sesiones los lunes, miércoles y vier-
(5) Utilizar procedimientos de corrección nes con la clase I y los martes y jueves con
ante las conductas perturbadoras, pero de la clase II, lo que significa que por 6 sesio-
forma no contingente, o bien no llevar a ca- nes experimentales a la semana en la clase I
bo corrección alguna. se realizaban 4 sesiones en la clase II. A
continuación se exponen las diferentes fases
Las variables manipuladas corresponden en la secuencia que siguieron. Una fase de
al uso de instrucciones o normas claras, un preparación a la que sigue la línea base y las
sistema de ayuda diferida para que el edu- fases experimentales.
cador pueda discriminar sus acciones inco-
rrectas y correctas en la clase, y ayudas di- Fase de Preparación
rectas para prevenir los fallos del educador.
La condición de normas claras se refiere Esta fase incluye diferentes actividades
a describir las circunstancias en las que los consecutivas: (a) la adaptación de los suje-
alumnos han de pedir permiso (para qué y tos (niños y educador) a la cámara y a la
cómo tienen que solicitar autorización) y, a presencia de observadores, (b) la selección
su actuación general durante el período de de conductas inapropiadas en los niños, (c)
tarea (no hablar). la evaluación del conocimiento del educa-
La condición de ayuda diferida se refiere dor sobre el manejo de comportamientos
a que a las normas indicadas se añade feed- perturbadores, y (d) el entrenamiento de ob-
back (en forma de registros diarios de las servadores.
actuaciones correctas e incorrectas del edu- La selección de las conductas se realizó
cador) y semimoldeamiento descriptivo en llevando a cabo (1) una entrevista (de ca-
el educador sobre la relación de contingen- rácter abierto) a los profesores, (2) una ob-
cia entre las respuestas correctas e incorrec- servación asistemática realizada por dichos
tas de sus alumnos y su comportamiento. La profesores durante una semana, y (3) varias
descripción mencionada se convierte en un sesiones de observación por parte de la ex-
conjunto de reglas sobre pautas correctas perimentadora y una observadora ajena,
del quehacer educativo, que quedan escritas tanto en las clases normalizadas como en las
para uso del educador. clases de apoyo. Con esa información, la
La condición de ayuda directa se refiere experimentadora se reunió con el profesor
a señales por parte de la experimentadora en que iba a participar en el estudio para selec-
la misma clase para prevenir errores del cionar las conductas objetivo, que fueron la
educador ante respuestas incorrectas y co- de hablar en tarea y las peticiones inadecua-
rrectas de sus alumnos. das (llamar al educador vocalmente sin al-
Se utilizó un diseño intragrupo multiva- zar la mano, levantar la mano pero gritando
riable ABCD en la clase I y AC en la clase y levantarse de los asientos sin permiso). La
II, lo que supuso un diseño de Línea Base selección se hizo bajo un criterio de funcio-
múltiple a través de clases respecto a la fase nalidad fundamentado en lo que interrumpía
de ayuda diferida (C). la dinámica de clase.
La evaluación del conocimiento del edu-
Procedimiento cador se llevó a cabo en una reunión en la
que la experimentadora le formuló cuestio-
Cada clase diaria se subdividía en dos se- nes abiertas acerca de las diferentes estrate-
siones experimentales que variaba en su du- gias o pautas generales para el manejo de

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comportamientos disruptivos en el aula. El ticamente aquellos comportamientos del


conocimiento proporcionado por el educa- educador que consideraban incorrectos a fin
dor se resume en: de categorizarlos, y proceder a una medi-
ción confiable.
– Utilizar instrucciones o normas claras En las siguientes 10 sesiones, se conside-
referidas a lo que está bien y mal, indicando ró necesario observar los comportamientos
de manera exhaustiva el comportamiento inapropiados del profesor en ambas clases,
objetivo, las circunstancias en las que es mientras se continuaba en L.B. en los com-
propicio y sus posibles consecuencias; esta- portamientos de los alumnos en la clase II y
bleciendo que estas instrucciones deben ser se introducía la manipulación referida a las
comprendidas por los alumnos. normas en la clase I como se describe a con-
– Utilizar contingencias de reforzamien- tinuación.
to positivo por lo que hacen bien en mayor
medida que la corrección o castigo de lo que Fase de Normas Claras
hagan mal. Uso de registros sobre los logros
de los alumnos como estímulos discrimina- Tras la última sesión de LB, el educador
tivos para las respuestas correctas y uso de fue advertido por la experimentadora en re-
un reloj como estímulo discriminativo para lación a las normas que habitualmente pro-
entregar fichas. porcionaba, indicándole que debían recoger
– Utilizar reprimendas suaves o costo de con claridad, con el lenguaje más usual de
respuesta, nunca castigo físico ni aislamien- los niños, las conductas objetivo. Entonces,
to social. el educador confeccionó unas normas que
quedaron redactadas y que el profesor leería
Seguidamente se procedió al entrena- al iniciar cada sesión. Las normas se pro-
miento de observadores durante dos sema- porcionaban a los niños como sigue:
nas en relación a las conductas objetivo. Las
observadoras fueron entrenadas en confiabi- <<¡Atención! voy a dar dos normas para
lidad ajustando las definiciones operaciona- que os portéis bien en clase:
les de las conductas a registrar. Se utilizaron (1) Mientras trabajáis o cuando yo hablo,
las clases filmadas hasta obtener un 90- tenéis que estar en silencio, no debéis ha-
100% de confiabilidad en cuatro sesiones blar. Cuando acabéis el trabajo, esperad en
consecutivas. silencio a que yo diga lo que tenéis que ha-
El educador conocía que su interés por cer. No me llaméis a voces.
mejorar las estrategias educativas en sí mis- (2) Si necesitáis algo (por ejemplo, pedir
mo serviría a fines de investigación. Así, se el sacapuntas, el lápiz, ir a la papelera, ir al
justificó que las clases no seguirían, proba- baño, o lo que sea) tenéis que levantar la
blemente, las mismas pautas. mano, sin llamarme a voces. Esperad a que
yo llegue a vuestro sitio y os pregunte qué
Fase de Línea Base queréis.
Si hacéis lo que acabo de decir, os pre-
Se midieron las conductas inapropiadas miaré.>>
de los niños en ambas clases, concluyendo
esta fase cuando los comportamientos se es- Tras ello el educador evaluaba la com-
tabilizaron en un 50% de los sujetos duran- prensión de los niños de tales normas me-
te 2 ó 3 sesiones consecutivas. Adicional- diante diferentes preguntas. Se variaban las
mente, las observadoras anotaban asistemá- preguntas para comprobar que todos res-

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LA CORRESPONDENCIA ENTRE SABER Y HACER EN EL CASO DEL EDUCADOR

pondían y que sus respuestas no eran meras 2. Hacer explícito y público los criterios
repeticiones. Si había respuestas incorrectas por los que premia un comportamiento.
se introducían ayudas y correcciones hasta 3. Premiar conductas ya ocurridas y que
conseguir un criterio del 100% de respues- se describen, pero sólo si se están portando
tas correctas en todos los niños. El profesor bien en ese momento.
proporcionaba un resumen de las normas a 4. Procurar que las contingencias por ta-
mitad de cada sesión. reas académicas no sean discriminables.
Esta fase concluyó cuando se observó 5. Adelantar los canjeos de las fichas.
que el comportamiento de hablar en tarea se
mantenía 2 ó 3 sesiones en el 60-80% de su- Cada dos sesiones experimentales, la ex-
jetos y el de peticiones inadecuadas en el perimentadora exponía al educador —de
30-50%. forma textual— sus actuaciones adecuadas
e inadecuadas en relación al comportamien-
Fase de Ayuda Diferida to correcto e incorrecto de sus alumnos. No
se realizaba ningún análisis explícito pero
El objetivo era que el educador discrimi- se le invitaba a reflexionar sobre su com-
nase sus acciones correctas e incorrectas pa- portamiento para el próximo día.
ra facilitarle la aplicación de contingencias Esta fase se introdujo en la clase I mien-
diferenciales. Se generó una situación pro- tras la clase II seguía en LB durante 5 sesio-
clive al semimoldeamiento descriptivo de la nes más, tras las cuales se introdujo también
relación entre las respuestas correctas e in- en la clase II, indicando al educador que por
correctas de los alumnos y el comporta- razones de la investigación incluyera las
miento del educador. Se aplicó a través de normas y que lo hiciera lo mejor posible.
diferentes sesiones:
Después de la última sesión de la fase de Fase de Ayuda Directa
normas claras, la experimentadora mostró al
educador las gráficas sobre las conductas de Por razones escolares ajenas a esta inves-
los alumnos a la par que los registros de la tigación, la clase I tuvo más días de clase
relación entre las conductas de los niños y que la II, lo que permitió aplicar una fase
lo que él hacía o decía. Se solicitaba enton- adicional a fin de reducir la frecuencia de
ces al educador que seleccionase lo que respuestas incorrectas en el educador aún
consideraba apropiado e inapropiado (o me- más. La fase de ayuda directa consistía en la
jorable). La mayor parte de los fallos eran aplicación de señales directas para prevenir
relativos a la aplicación de consecuencias respuestas incorrectas en el educador. Se in-
diferenciales entre las respuestas correctas y dicó al educador que se le podía ayudar pa-
las incorrectas, por lo que se le solicitó que ra mejorar aún más su actuación en clase y
describiese los errores y las alternativas co- se acordó con él el significado de diferentes
rrectas que estipulase apropiadas. Esta des- señales auditivas que sirviesen de estímulo
cripción fue un producto semimoldeado- para recordarle lo que tenía que hacer.
instruido y sirvió para generar un conjunto Las señales acordadas tenían la forma de
de normas acerca de cómo actuar, que que- golpes con un bolígrafo, arrastrar un poco la
daron escritas como sigue: silla, o carraspear por parte de la experi-
mentadora. Se dispuso también un pequeño
1. Asegurar que la respuesta que se de- recordatorio («chuleta» que el educador
sea fomentar lleva algunos segundos pro- guardaba en un bolsillo) al que podía acudir
duciéndose. si no recordaba qué hacer. También acorda-

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ron que la experimentadora dispondría men- de aviso al educador a fin de que siguiera la
sajes en una mesa al final de clase donde pauta apropiada (en concreto, un golpe con
ella permanecía para advertirle de algo rele- un bolígrafo sobre la mesa).
vante. (3) Si un niño se comportaba inadecua-
Los significados de las señales eran los damente (por ejemplo: llamaba al educador
siguientes: gritando) y el educador le atendía, la si-
Si la señal era carraspear, el educador te- guiente ocasión en la que se iniciara esta
nía que localizar algún niño que estuviese conducta la experimentadora daba una señal
hablando, le quitaría una ficha describiendo de aviso al educador (en este caso, «arras-
porque lo hacía. traba su silla») a fin de que siguiera alguna
Si la señal era dar golpes con un bolígra- de las pautas valoradas (por ejemplo: igno-
fo, el educador tenía que pensar si acababa rar o indicar que no le atendería de esa for-
de dar o quitar fichas a algún niño pero no ma, esperar para atenderle a que el niño die-
había descrito sus actuaciones correctas o ra la respuesta correcta —levantar la mano
incorrectas, respectivamente. y sin hablar).
Si la señal era arrastrar la silla, el educa-
dor tenía que buscar a algún niño que esta- Esta fase duró 5 sesiones concluyendo a
ba llamándole a voces (con o sin la mano al- la par que el curso escolar.
zada) y debía indicarle que no le atendería Al finalizar el curso se entrevistó al edu-
hasta que lo hiciera bien, y consecuente- cador, las observadoras y los otros profeso-
mente no atendería hasta que el niño levan- res en relación a los cambios que, en gene-
tara la mano y esperara en silencio. ral, podrían haber notado en los alumnos.
Adicionalmente, y si había que propor- La confiabilidad entre observadores se
cionar información más compleja se esta- calculó en el 69% de las sesiones de la cla-
bleció el acuerdo referido a que si la experi- se I y en el 80% de la clase II. La confia-
mentadora se levantaba del asiento, es por- bilidad promedio (calculada por la fórmu-
que había un mensaje y el educador debía la acuerdos entre acuerdos más desacuer-
acercarse. dos por cien) fue 84% y 80% respectiva-
Sirvan para ilustrar el procedimiento los mente para «hablar en tarea» y «peticiones
tres ejemplos siguientes: inadecuadas» en la clase I, y 91% para am-
bas conductas en la clase II. La confiabili-
(1) Si un niño durante toda la clase se ha- dad entre observadores respecto al com-
bía portado bien —no había hablado ni rea- portamiento del educador se calculó en el
lizado otro comportamiento perturbador— 64% de las sesiones de la clase I y en el
se le indicaba al educador que el niño se ha- 68% de la clase II. La confiabilidad pro-
bía portado bien para que describiese su ac- medio (calculada por la fórmula frecuen-
tuación en público y proporcionase el reco- cia menor entre frecuencia mayor por
nocimiento oportuno. cien) fue 91% y 92% respectivamente pa-
(2) Si un niño se comportaba adecuada- ra las clases I y II.
mente (por ejemplo: realizaba sus tareas sin
hablar) y el educador daba una ficha pero no Resultados
aplicaba alguna de las estrategias valoradas
como correctas (por ejemplo: describir el La Figura 1 muestra los datos de ambas
comportamiento adecuado), la siguiente clases respecto a las conductas inapropiadas
ocasión en la que se estuviera dando esa por sesión y las respuestas incorrectas del
conducta la experimentadora daba una señal educador.

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L.B. Normas Claras Ayuda Diferida Ayuda Directa

% Promedio Ss con conductas inapropiadas


CLASE I
100 Hablar en tarea
90 Peticiones
80 inadecuadas
70
60
50
40
30
20
10
0

L.B. en
EDUCADOR Normas Claras
2
1.8
Tasa Respuestas Incorrectas/min

1.6
1.4
1.2
1
.8
.6
.4
.2
0
1 5 10 15 20 25 30 31 35
Sesiones

CLASE II L.B. Normas Claras


% Promedio Ss con conductas inapropiadas

100 +
Ayuda diferida
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0

EDUCADOR
2
1.8
Tasa Respuestas Incorrectas/min

1.6
1.4
1.2
1
.8
.6
.4
.2
0
1 5 10 15 20 25 30
Sesiones
Figura 1. Datos referidos a las clases I y II respecto a las conductas inapropiadas de los alumnos y a las respuestas
incorrectas del educador. Las conductas inapropiadas son «Hablar en Tarea» y «Petición Inadecuada» (se presen-
tan por el % promedio de sujetos con tales conductas por sesión medido en intervalo parcial de 5 min -de 3 a 5 in-
tervalos por sesión). Las conductas incorrectas del educador se presentan en la tasa por minuto en cada sesión.
Los datos en la Clase I siguen las siguientes condiciones: Línea de Base, Normas Claras, Ayuda Diferida y Ayuda
Directa. Los datos en la Clase II se presenta en Línea de Base y en Normas Claras más Ayuda Diferida.

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INMACULADA GÓMEZ BECERRA Y M. CARMEN LUCIANO SORIANO

En la clase I y durante la LB, la conduc- clases normalizadas (por ejemplo: cuidar el


ta de hablar en tarea muestra niveles altos material, mejorar la topografía de la letra…).
estabilizados entre el 80-100% de sujetos
con ocurrencia; se sitúa en un rango del 70- Conclusiones y Discusión
90% al introducir las normas de forma más
clara, lo que coincide con un nivel alto de Los datos obtenidos muestran que las
respuestas incorrectas en el profesor. Las conductas perturbadoras se reducen en am-
conductas de peticiones inadecuadas mues- bas clases cuando el educador aplica contin-
tran un patrón en LB muy variable en un gencias diferenciales consistentes ante las
rango 50-75% de sujetos, que se reduce li- respuestas inapropiadas y las apropiadas de
geramente al aplicar normas claras (33- los niños. Esa sistematicidad no se consigue
63%). Ambas conductas se reducen drásti- con la aplicación de normas claras sino al
camente (situándose entre el 20 y el 3%) proporcionar feedback al educador sobre la
tras las primeras sesiones en las que el edu- relación entre su comportamiento y el de los
cador es expuesto a discernir su ejecución niños. Esa información permitió una des-
en relación a la de sus alumnos (esto es, en cripción discriminativa de su actuación co-
la fase de ayuda diferida), lo que ocurre de rrecta respecto de la incorrecta. Como seña-
forma paralela a una reducción en los com- lábamos en la introducción los cambios en
portamientos inadecuados en el educador. el quehacer educativo no se correspondían
La aplicación de ayuda directa condujo a con los conocimientos del educador sobre
una estabilización del comportamiento ina- cómo había de actuarse para reducir los
propiado del educador a niveles cero y a un comportamientos disruptivos. Es decir, y
asentamiento del comportamiento inapro- como muestran los datos en LB, su habili-
piado de los niños en niveles equivalentes dad para manejar correcta y oportunamente
(cero). los comportamientos de los niños no era la
La clase II muestra una tendencia más apropiada para propiciar el aprendizaje de
variable que la clase I en ambas conductas contenidos académicos. Por tanto, los ele-
durante LB. Se observa que el porcentaje de mentos introducidos en este estudio no sólo
sujetos que hablan en tarea y, sobre todo, corroboran las variables apropiadas para re-
que realizan las modalidades de peticiones ducir el comportamiento inadecuado sino
inadecuadas oscila considerablemente, aun- que , principalmente, realzan variables ne-
que un número amplio de sesiones se sitúan cesarias para establecer la discriminación
en un rango de 40-70% (concretamente el —y el control— del comportamiento del
70% de sesiones en las que se midió la con- propio educador a las normas correctas de
ducta de hablar en tarea se sitúan en ese ran- actuación.
go y en las conductas de peticiones inade- A continuación expondremos un análisis
cuadas lo están en el 60%). Puede apreciar- del cambio en el comportamiento del edu-
se que en la fase de normas claras más ayu- cador y del cambio en las conductas pertur-
da diferida, las conductas inapropiadas se badoras de sus alumnos.
reducen paulatinamente hasta niveles cero, Un análisis de las diferentes condiciones
de forma paralela a la reducción de las res- aplicadas sucesivamente permite señalar
puestas incorrectas del educador. que aunque el educador conocía teórica-
Los informes obtenidos del educador, las mente lo que había de hacerse para fomen-
observadoras y otros profesores indican efec- tar comportamientos adecuados de atención
tos de generalización en la propia clase res- y orden en clase, sin embargo su ejecución
pecto a otras conductas problemáticas y en las no estaba ajustada a sus «creencias» profe-

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LA CORRESPONDENCIA ENTRE SABER Y HACER EN EL CASO DEL EDUCADOR

sionales. Así, durante la LB en la clase II su bien o mal y lo que hacía realmente el edu-
nivel de actuación correcta fue reducido e cador; a pesar de que el educador pudiese
irregular (aún proveyendo las normas todos creer que actuaba de acuerdo a las normas.
los días en la clase I). La tasa de actuaciones Era imprescindible, por tanto, centrarse
del educador estaba en un rango de 1.9-1.05 en un procedimiento que condujese a esa
respuestas incorrectas por minuto y 0.8-0.4 discriminación a fin de comprobar si, así, su
por min., respectivamente en las clases I y actuación en clase mejoraría. Por otro lado,
II. Esa irregularidad podría responder a una y como el educador describió en algunas
falta de discriminación entre lo que conoce ocasiones, sus ejecuciones en clase parecían
debe hacer y lo que hace, o porque su com- controladas por las contingencias directas
portamiento estuviese controlado por las que provenían del comportamiento de los
consecuencias inmediatas que se derivan de niños ante su actuación incorrecta (los
un hacer incorrecto como es el que los niños alumnos a veces se callaban). Sin embargo,
«callen» un momento cuando les atiende es sabido que para erradicar los problemas
gritando, por ejemplo, aunque vuelvan a hay que ser sistemático en las acciones que
comportarse inapropiadamente en breves conduzcan al éxito que significa, en este ca-
momentos. so, que los alumnos permanezcan en las ta-
En resumen, la fase de LB y la fase de reas y los profesores utilicen las «herra-
aplicación de normas claras en la clase I no mientas» apropiadas para conseguirlo.
sólo permitió observar la falta de ajuste del El ajuste entre las normas correctas y el
educador a las normas, sino que permitió co- comportamiento del educador en clase se
rroborar que la ambigüedad de las normas consiguió iniciar y afianzar al introducir al-
provistas por el educador en línea base (nor- gunas de las variables conocidas para facili-
mas generales y abiertas, sin especificar lo tar, primero, la discriminación entre las nor-
que los niños hacen bien o mal, ni las con- mas y la actuación del profesor en clase, y
secuencias por estos haceres) fomenta com- seguidamente, para potenciar una sensibili-
portamientos incorrectos en los niños. En dad mayor de las respuestas relativas a la
segundo lugar, las normas claras no llegaron descripción de lo que ha de hacerse para
a facilitar la correspondencia en el educador conseguir un efecto prolongado en las con-
entre lo que decía haría (según las normas) y ductas correctas de los niños.
lo que ciertamente hacía. Por ejemplo, las Relacionar puntual y explícitamente la
contingencias aplicadas a los comporta- reacción del educador a las actuaciones co-
mientos de los niños no eran diferenciales; rrectas e incorrectas de los niños facilitó la
es decir, se reforzaban conductas correctas e discriminación de sus actuaciones correctas
incorrectas, no se corregían sistemáticamen- e incorrectas en clase. Para ello se propor-
te comportamientos incorrectos, ni se refor- cionó (1) información de las relaciones que
zaban sistemáticamente y en mayor propor- había en clase entre los comportamientos
ción las respuestas correctas, no se producía correctos e incorrectos de los niños y lo que
información apropiada a los niños sobre có- el educador hacía en cada caso, y (2) se fo-
mo se comportaban, etcétera. Por tanto, ni calizó la atención del educador en la des-
las normas ambiguas ni las normas claras cripción de los efectos de esas interaccio-
que se acompañan de actuaciones incorrec- nes, procurando una descripción semimol-
tas del educador (no ajustadas a esas nor- deada aunque también algo instruida por las
mas) podrían permitir la discriminación de ayudas verbales de la experimentadora en
los alumnos entre lo que se les decía que ha- ciertos momentos (Catania, Matthews y
bían de hacer y lo que ocurría al portarse Shimoff, 1982).

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Estas condiciones propiciaron descrip- ra establecer comportamientos de autocon-


ciones correctas (o, lo que es igual, se con- trol rápidamente cuando es factible la intro-
siguió que el educador discriminase respec- ducción de ayudas que prevengan respues-
to de sus conductas) que fueron paralelas a tas aparentemente válidas de forma inme-
la reducción sustancial de sus actuaciones diata pero inapropiadas a largo plazo, en la
incorrectas. No obstante, el efecto de la ayu- dirección expuesta por Luciano (1992b, en
da diferida para discriminar la propia con- prensa) y Malott (1989).
ducta se produjo de forma diferencial en las Por tanto, la aplicación sucesiva de infor-
clases. El cambio en la clase I no fue inme- mación diaria sobre su ejecución en relación
diato en ambos comportamientos. El com- a la de los niños y, finalmente, el apoyo di-
portamiento de hablar en tarea perduró du- recto fueron las variables que produjeron un
rante algunas sesiones en un porcentaje alto ajuste completo a las normas, primero faci-
de niños probablemente debido, por un la- litando la discriminación del comporta-
do, a la historia de reforzamiento inter- miento en el propio educador y luego, redu-
mitente de las respuestas incorrectas y, por ciendo la competitividad entre contingen-
otro lado, debido a que aún el comporta- cias a favor de las propiciadas por las actua-
miento del profesor no era totalmente co- ciones correctas.
rrecto ya que atendía a las respuestas inco- Cabe destacar como una aportación adi-
rrectas que competían con la atención pres- cional de este estudio la reducción de los
tada al comportamiento adecuado en clase. comportamientos disruptivos en clase sin
El cambio en el comportamiento de los ni- haber generado efectos emocionales y, con-
ños en la clase II fue más drástico, proba- secuentemente, habiendo fomentado una si-
blemente debido al hecho de introducir pa- tuación disposicional proclive al aprendiza-
ralelamente las normas claras y la discrimi- je académico. En este estudio se han propi-
nación del comportamiento del educador ciado algunas de las condiciones que son fa-
con una clara demostración de sus activida- vorecedoras de la reducción de los compor-
des incorrectas. tamientos disruptivos en el aula, mientras
No obstante, y aunque el nivel de com- que se ha replicado el efecto de las condi-
portamientos incorrectos en el educador se ciones siguientes. En primer lugar, se repli-
redujo también en la clase I, de 1.9 - 1.05 a ca la escasa eficacia de la aplicación de nor-
0.53 - 0.18, al final de la fase de Ayuda Di- mas cuando no van acompañadas de un que-
ferida, aún debía reducirse más, lo que ocu- hacer apropiado o correspondiente. En se-
rrió con la aplicación de la Ayuda Directa. gundo lugar, la función que las fichas pue-
Con esta ayuda se trataba de eliminar, defi- den llegar a cumplir; inicialmente servían
nitivamente, la fuerza de las contingencias para fomentar o mantener respuestas ina-
provistas por actuaciones incorrectas y que, propiadas en los alumnos pero cuando se
por tanto, competían con las condiciones utilizaron contingentemente a las respuestas
para una actuación correcta. La Ayuda Di- correctas no sólo actuaron como eventos re-
recta compuesta por señales acordadas, lle- forzantes para las conductas adecuadas de
gaba a funcionar como estímulo discrimina- los alumnos sino que también sirvieron co-
tivo para las respuestas correctas, de modo mo estímulos discriminativos para el educa-
que la actuación incorrecta del profesor y dor a fin de proporcionar aprobación verbal
consecuentemente el nivel de comporta- a sus alumnos. En tercer lugar, los comenta-
mientos inadecuados en los niños quedaron rios o feedbacks descriptivos proporciona-
considerablemente debilitados. Este último dos por el educador en relación al compor-
procedimiento sirve, así, como referente pa- tamiento de un niño en el contexto público

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de la clase, pudo actuar como estímulo dis- sivas de variables puntuales en un contexto
criminativo para tal comportamiento en aplicado, sino que en tal contexto se han
otros niños. En cuarto lugar, y en relación a analizado a nivel experimental algunas de
efectos colaterales, hay que señalar que no las variables que favorecen la discrimina-
se produjeran alteraciones emocionales ni ción entre las «creencias» —en este caso so-
variabilidad de respuesta durante la extin- bre el quehacer profesional— y las actua-
ción de los comportamientos incorrectos en ciones acordes a esas creencias. Representa,
los niños, habiéndose debido tal ausencia de pues, un ejemplo aplicado más de la facili-
patrones emocionales a que sólo se maneja- tación de la discriminación de la propia con-
ron las contingencias (Ayllon y Roberts, ducta y la correspondencia entre lo que uno
1974), lo que significa que no se elimina o cree y lo que hace (véase en una dirección
añade la atención de otros (que es importan- similar los trabajos de Delgado y Luciano,
te para el niño) sino que se cambia la rela- 1990; DeRoss y Pinkston, 1996; Parsonson,
ción de contingencia, esto es, la atención se Baer y Baer, 1974; Selinske, Greer y Lodhi,
dirige hacia las respuestas correctas en lugar 1991; Sulzer-Azaroff y Mayer, 1986, 1991;
de hacia las incorrectas. Vives y Luciano, 1996).
En este sentido, informamos, en quinto lu-
gar, de ciertos efectos positivos a nivel de va- Notas del Autor
lidez social, que proceden de los informes de
«asombro y satisfacción» de los profesiona- Este estudio corresponde a una parte del tra-
les de las aulas anexas a la de intervención, bajo presentado para el acceso al grado de doctor
así como la «gratificación del educador» al en Psicología por la primera autora bajo la direc-
poder realizar sus tareas docentes sin interfe- ción de la segunda, defendido en 1996.
rencias, y la «mejora de la ejecución de los La parte empírica del estudio se realizó cuan-
niños en las tareas académicas en consonan- do ambas autoras tenían su filiación en la Uni-
cia con una reducción de conductas perturba- versidad de Granada.
doras», mostrando una frecuencia más alta Las autoras agradecen a los alumnos, profe-
en el seguimiento de normas para focalizarse sores y al psicólogo del Colegio «Ave María» de
en el aprendizaje académico. Tales efectos Granada su colaboración y las facilidades pro-
indirectos han permitido que los profesores porcionadas para efectuar este estudio. Igual-
puedan «percatarse» del buen funcionamien- mente, se agradece el trabajo minucioso de re-
to de sus alumnos y, probablemente, hayan gistro realizado por M. Paz Briones, M. Eugenia
reforzado tales comportamientos —aún Lara, M. Soledad López, Eva Moreno e Inmacu-
inadvertidamente para ellos— generando un lada Jiménez.
mantenimiento o cronificación generalizada Las autoras muestran un agradecimiento es-
de una disposición para aprender. pecial al educador quien permitió el diseño de es-
En cualquier caso, las aportaciones de es- te estudio con su entusiasmo por mejorar sus co-
te estudio no son sólo las valoraciones suce- nocimientos y habilidades educativas.

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