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EL CAMINO DE LA NIEBLA La desaparicion forzada en Colombia y su impunidad “Este libro es un homenaje | a todos aquellos | que fueron desaparecidos. Y esté dedicado a todos los que estan, | estamos, esperando su regreso” | | LL LL CC I. Las actuaciones administrativas son publicas, salvo las taxativas excepciones que establezcan la Constitu- cion y la ley, segiin expresion del articulo 80. de la Ley 58 de 1982 y en los términos que contemplan los Capi- tulos IV y VHT, Libro 1o., Titulo 10. del Codigo Con- tencioso Administrativo, cualquier persona tiene dere- cho a examinar los, expedientes en el estado en que se encuentren y a obtener copias y certificaciones sobre los mismos, ee Las investigaciones de cardcter administrativo o disci- plinario no estén sometidas a reserva como lo declara la misma Ley 57 de 1985, en su articulo 19, y por ello pre- viene a los funcionarios que incluyan siempre en las co- bias que expidan a solicitud de los particulares, las de los documentos donde se consignen las explicaciones de las personas inculpadas, La posibilidad de examinar los expedientes en el esta- do en que se encuentren y de obtener las copias y certi- ficaciones sobre los mismos, connaturales al régimen de publicidad propio de la actuacién administrativa o disci- plinaria, tinicamente esté vetada cuando Ia solicitud del particular se refiera a alguno de los documentos que la Constitucion Politica o las leyes autorizan tratar‘como reservados. (Consejo de Estado, Consulta, Radicacién No. 102, de abril 7 de 1987). Las faltas disciplinarias, en cambio, no son disefiadas con el mismo pormenor, y de ordinario se las sefiala en diversos ordenamientos por via genérica, que dan mar- gen de apreciacién a quien haya de calificarlas, pudiendo éste, para bien dela funcién publica, decidir en algunas circunstancias st un hecho ofrece aspectos suficientemen- te reprensibles para justificar 0 no un correctivo discipli- nario, Este proceder se aleja del principio sobre Ia legali- dad de los delitos. ¥ las represiones disciplinarias, ade- mds de latas e individualizables segitn la sana critica del juzgador, se refieren siempre a la situacién del inculpado en calidad de funcionario, de modo que apenas le afec- tan en relacién con él servicio publico, o sea con la acti- vidad que atienda (amonestacién, anotacién en la hoja de vida, multa deductible del sueldo, suspensién, desti- tuci6n, etc.), Obsérvese, en fin, que la represion discipli- naria es independiente de Ia penal, de modo que si et ac- to de un funcionario esa la vez de naturaleza penal y de carécter disciplinario, el sujeto infractor puede ser san- cionado tanto por el delito como por la falta disciplina- ria, con cada uno de'los correctivos-previstos ert los man- datos pertinentes. (Tomado de: Gaceté Judicial, Sentencia del Consejo de Esta- do, 5 de junio de 1975). cr CONTENIDO Extractos de sentencias del Consejo de Estado . Prélogo..... OMAIRA MONTOYA HENAO: PRIMER ESLABON DE UNA CADENA SIN FIN . Presentacion 1, Itinerario de una detencién-desapa on. . 2. ,Quiénes podrfan dar razén de su varadero?. 3. La “Justicia” Penal Militar: impunidad total, 4. La actividad de la Procuraduria: ‘“‘Ni tan cerca que queme al san- to ni tan lejos que no Jo alumbre) 5. Mecanismos de impunidad. Anexo No. 1. . Anexo No. 2. GUSTAVO ALBEIRO MUNOZ HURTADO: LOS ATAJOS DEL ENCUBRIMIENTO Presentacién Reconstruccién de un crimen . {.Quiénes podrfan dar razon aes su 1 paradero? La Justicia, La Procuradurfa . . Mecanismos de impunidad. OS ee 21 23 25 29 32 34 46 48 50 LA DESAPARICION COLECTIVA DE 1982: 11 DESAPARECIDOS Y 2 ASESINADOS.......-..6.+ eee ee eee Preseritacion . . eee 1. El origen de _ mn. colectiva: una investigacién del patrocinada por Hader Alvarez Itinerario de un crimen...... jHacia donde convergen las investigaciones? La Justicia... 60... cee e eae . La actuaci6n de la Procuradurfa . Mecanismos de impunidad, Anexo No. 1.... AvAYN LUIS:‘FERNANDO LALINDE LALINDE: MURALLA OFICIAL EN TORNO A UN CADAVER .. Presentacion . , Un sangriento cese al fuego. Reconstrucci6n de un crimen . Ef misterio de N.N. alias “Jacinto” . El diario de la basqueda sin fin del destparecido jQuiénes podrian dar razén de su paradero?. . La Justicia Ordinaria La Procuradurfa Delegada para las Fuerzas Militares.. El gobierno cofombiano: garante de la impunidad. Mecanismos de impunidad. Mapa No. 1 Mapa No. 2 Anexo No. 1 Anexo No, 2 Anexo No. 3 Anexo No. 4 Poema ... Parana wnr CAMACHO Y GARCIA: EL ENIGMA DE LOS NOMBRES FALSOS .......-.--+.-0-00 08 Presentacion...........+- . 1, Itinerario de las desapariciones 2. jQuiénes podrfan esclarecer el caso’ 10 113 115 120 125. 130 157 159 i6i 164 167 170 176 178 182 186 189 191 192 193 197 204 207 207 3. La Procuradurfa: una investigacion sin fin. 4. La Jurisdiccion Penal Militar: fuente de impunidad. 5. Los mecanismos de impunidad.......... . CARLOS ARTURO GUENGUE: DESAPARICION Y EXILIO ....... Presentacién . 1. El Radioy lagnifico’ 2. Itinerario de un crimen . 3. jQuiénes pueden dar raz6n de su | 4. La actuacién de la Procuraduria 5. La Justicia o elinterminable trajinar de un proceso de despacho en despacho, ........00 ee eee 6; Mecanismos de impunidad. CESAR AQUITE IPIA Y MIGUEL IPIA,O LA NUEVA MODALIDAD: DESAPARICION DE LA PERSONA Y APARICION DEL CADAVER . PresentacioOn ..........+045 Onno Contexto y génesis de un crimen. Reconstruccién de un crimen Los aludidos como responsables . La Justicia...... co. La Procuradurfa : wee Mecanismos de impunidad............ Gocoo0 nonce teens AYPYNE IRMA FRANCO PINEDA Y GLORIA ANZOLA DE LANAO: LOS FANTASMAS DEL PALACIO DE JUSTICIA. PresentaciOn ..... oe 1, Irma Franco Pineda 2. Gloria Anzola de Lanao: dramatica bisqueda del desaparecigo 3. Algunos de los participes de los operativos militares. 4, LaJusticia........ . 5, 6. La Procuradurfa: la investigacion sin fin . Los mecanismos de impunidad . Conclusiones: LOS MECANISMOS DE IMPUNIDAD. Otra voz canta. . 222 227 230 235 237 238 239 243 245 248 250 253 255 257 260 265 267 269 276 281 284 290 295 298 305 311 315 323 ial PROLOGO Ya se ha vuelto un lugar comtin, al analizar la prdctica de la desapari- cién forzada de personas, la referencia al decreto Nach und nebel (Noche y Niebla) de Hitler. El titulo de este libro ha querido inspirarse en esa misma referencia. i Quizds la necesidad de contextuar la denuncia‘o de proyectarla sobre experiencias histéricas que nos ayuden a leer los hechos en perspectiva, hace que volvamos los ojos hacia la Alemania nazi, ya juzgada en parte por la his- toria, para entender la atrocidad de|lo que hoy vivimos, mientras que una es- pesa neblina de complicidades y temores nos impide descubrirlo en sus reales dimensiones. En 1941, Hitler imparte la “i de Noche y Niebla, con el fin de golpear a ia resistencia en paises ocupados de Occidente, Segin dicha orden, quienes fuesen detenidos bajo ta sospecha de poner en peligro la seguridad de Alemania, deberian ser trasladados a ese pai’s al ampato de la noche. Las directrices impartidas por el Mariscal Keitel para poner en practica a orden hitleriana, explicaban estas medidas como una intimidacion efectiva, ya que los prisioneros se demancserian sin dejar rastro y sus familiares, asi como la poblacién en general, desconocerian la suerte que ellos corrieran, Hace ya una década que Colombia se inscribié decididamente en esta metodologia nazi de “‘intimidacién efectiva” de la poblacién, apoydndose en supuestas razones de “seguridad Nacional”. Casos esporddicos antes de 1978, que se fueron haciendo cada vez mas frecuentes a medida que avanzaba la década de los 80, fueron sumergiendo cada vez mds familias colombianas en la tortura permanente y criminal que significa la desaparicién forzada de un ser querido. Dificil es describir la tragedia de estos hogares, que se proyecta luego a los circulos de amistades, a comunidades enteras, y va carcomiendo micleos cada vez mas amplios de la sociedad, i Una vez fue el hijo que que salié a sus actividades cotidianas y nunca re- gres6. En las calles aledafias, atiborradas de vehiculos y de transetintes, lo es- peraban al asecho misteriosos sicarios, casi siempre amparados en la autori- dad del Estado, para convertirlo en un “‘desaparecido”. Otra vez fue el esposo/o el padre, comprometido en los quehaceres poli- ticos a que necesariamente'lleva la busqueda de una sociedad mids justa, quien cayé en manos de oscuros agentes de represion ilegal y desaparecio ‘tras ef rumbo zitzagueante de algun vehiculo sin placa. Otra vez fueron tanques de guerra que oscurecieron con negros nubarro- nes el Palacio de Justicia, para atrapar alli a victimas inocentes que desapare- cieron al abrigo de humaredas, ruinas y cenizas de una masacre apenas consu- mada, i Otras veces fueron operativos y redadas, que siguiendo todos los proce- dimientos vedadas en las leyes, propiciaron la captura de inermes ciudadanos, al amparo de un silencio y de una soledad que se hicieron garantes del crimen. La desaparicién de un_ser querido fue significando para las familias el comtienzo de un camino doloroso sin fin y sin horizonte: el verdadero cami- no dela niebla. | Vinieron primero las agotadoras jornadas de brisqueda; el recorrido an- gustioso por sitios de reclusién, hospitales, anfiteatros y parajes solitarios donde merodea la|muerte, Todo aquello fue un encuentro macabro con la perversidad de que es capaz del hombre, convertido en institucién de poder deshumanizado, Fue un encuentro aterrador con Ia injusticia convertida en poder de muerte, plasmada en tantos cadéveres mutilados y torturados que han rodeado estas buisquedas sin fin, en cuyos rostros quedaron grabadas las mas impresionante$ huellas del dolor humano, Vino luego la\etapa de ta denuncia; los fatigantes recorridos por oficinas y dependencias del Estado, donde alternaban la desidia y el miedo, el engafio ¥ Ia irresponsabilidad, la complicidad y la cobardia, el desdejio y la injuria, el encubrimiento y la.ofensa, ;Habrd algo que pueda destruir mds profundamen- te la fe en las instituciones? 16 A cudntas familias hemos visto recorrer este camino doloroso con una fe tenaz en las posibilidades de que se haga justicia, pero qué duro y desalen- tador ha sido verlas desfallecer, una tras otra, con los nervios destrazados y con la esperanza quebrantada, Vinieron luego tos lamados a la solidaridad; las‘marchas por las calles; las concentraciones en las plazas, donde fue necesario exhibir, en trdgicas pancartas, las fotos de los seres queridos. Rostros que se han ido haciendo familiares para los transetintes del me- dio dia o del atardecer y para aquellos pequerios nuicleos humanos, testimo- nios vivientes de la solidaridad, que rompieron el miedo para acompafar a las ‘familias en la denuncia y en la protesta, Rostros que han ido proclamando por las caltes la dimension humana de una tragedia que enluta a cada vez mds hogares colombianos, Rostros de hombres, de mujeres, de jovenes,) de ancianos y de nifios, que denuncian silenciosos la criminalidad de quienes los hundieron en el si- lencio, Rostros convertidos en banderas y en clamor por la justicia, Cudntas de esas banderas nos hablan de vidas consagradas a la lucha con- tra la injusticia social y que por ello tuvieron que pagar el precio de la desa- paricién forzada, i Pero el camino de la niebla no simboliza solamente este circulo de muer- te y de dolor, de oscuridad y de desesperanza que envuelve a las familias de los desaparecidos, El camino de la niebla simboliza también el laberinto de la impunidad. Muchas instancias de la sociedad se han llenado de preguntas y de btis- quedas, Grupos de Derechos Humanos, organizaciones gremiales y politicas, organismos humanitarios nacionales e internacionales se han preguntado ;¢6- mo se implementa esta prdctica criminal; quiénes son sus autores intelectua- les; quiénes y cémo la ejecutan; qué hacer para ponerle un freno; cémo enjui- ciar a sus autores; a qué instancias institucionales recurrir; qué instrumentos legales utilizar para prevenir y para sancionar este crimen de Lesa humanidad? | 17 Muchas familias, grupos de juristas y organismos humanitarios se han émbarcado esperanzados en la bisqueda de una justicia institucional, pero se han estrellado siempre contra una muralla misteriosa que protege a los victi- marios: la muralla de la impunidad. Hacta falta explicarle a nuestra sociedad las reales dimensiones de esta muralia, sus laberintos y tineles secretos; desvelat las siluetas nubladas de sus garitas y sus garantes, Ese es el mérito de este esfuerzo de investigacién que qui presentamos. La LIGA COLOMBIANA POR LOS DERECHOS Y LA LIBERACION DE LOS PUEBLOS y el COLECTIVO DE ABOGADOS JOSE ALVEAR -ESTREPO designaron sendos investigadores para examinar casos concretos le desapariciones forzadas y para sumergirse en los laberintos de los procesos judiciales y administrativos, con el fin de detectar los mecanismos concretos, legales y extralegales, que impiden esclarecer los hechos, sancionar a los cul- pables y detener la\reiteracion de este crimen. La conclusion es demasiado dolorosa y grave para el pats, toda vez que 8 victimarios alli desvelados son funcionarios del Estado y que los mecanis- 0s de impunidad alli identificados se apoyan en instancias institucionales y en la complicidad activa o pasiva de quienes detentan, en todas sus ramas, el poder del Estado, : El principio de toda terapia es la identificacién de la enfermedad y ese es el esfuerzo que aqut se ha querido hacer. No ha inspirado este trabajo, en ninguna medida, un sentimiento vindi- cativo, pero st la conviccién de que no puede canstruirse una sociedad huma- nizada si no se esclarecen los crimenes, si no se transforman y corrigen los ecanismos y actitudes que los han permitido y propiciado, y si no se san- ciona, con justicia, @ los responsables, | Quien recorra\estas pdginas quedaré estupefacto al constatar que en nin- gyno de los casos investigados, los supuestos administradores de justicia del Estado se han hecho la pregunta mds elemental: ;DONDE ESTA (EL DESA- PARECIDO)? | Las “‘sanciones” impuestas a los victimarios jamds han tomado en consi- deracién la desapaticion 0 el secuestro de la victima, sino que han buscado todos los subterfugios posibles para eludir esta calificacién del delito y ast no 18 tener que llegar a la pregunta por el paradero actual de la victima ni pedir la destitucién de ningun funcionario, Vacias, encubridoras, distractoras o falsas resultan, entonces, las decla- raciones oficiales que reivindican una supuesta “inocencia” del Estado frente al crimen de las desapariciones, o una supuesta voluntad politica de detener esta practica inhumana, Es doloroso constatar la falsedad de tal discurso que muchas veces nos habta llenado de esperanzas. Nos hemos acostumbrado, desgraciadamente, a enjuiciar y condenar con libertad los hechos criminales del pasado, mientras toleramos, con com- plicidades larvadas o explicitas, los mismos comportamientos en el presente, Con qué autoridad moral podremos enjuiciar a la Alemania nazi, si la historia revelard implacablemente nuestra identificacion con ella? Nada més revelador de que los resortes morales y espirituales de un pue- blo han perdido su tension, que el silencio cmplice frente al crimen institu- cionalizado, La dignidad violada de las victimas desbarata implacablemente nuestros discursos tedricos sobre la dignidad humana, sobre la democracia o sobre la legitimidad de las instituciones, cuando el silencio o la pasividad tolerantes nos sumergen en la marea de la complicidad, Este libro quiere aportar apenas una luz para poner al descubierto los mecanismos institucionales que han apuntalado la practica de la desaparicién forzada de personas en Colombia, Queda atin mucho por hacer para seguir despejando el camino de la niebla. Javier Giraldo M., S. J. OMAIRA MONTOYA HENAO: PRIMER ESLABON DE UNA CADENA SIN FIN Omaira Montoya | PRESENTACION | Omaira Montoya Henao, bacteriéloga, de 30 aiios, natural del departsmento de Antioquia, | desapareci6 el 9 de septiembre de 1977 en Ba- ‘tranguilla, luego de ser detenida por unidades ‘del F-2, dentro de un operativo dirigido por el C.A.ES., junto con Mauricio Trujillo Uribe, quien posteriormente fue trasladado a la cércel, 'procesado por un tribunal militar y condenado a7 afios de prision. Al momento de su desapa- \rici6n por parte de los servicios de inteligencia ‘del Estado, Omaira padecfa de una afeccion ‘cardiaca y tenia varios meses de embarazo, | Aunque oficislmente- los organismos responsa- bles de su desaparicién, el CAES y el F-2, han ‘negado que ella hubjera sido detenida, la Procu- ‘raduria Delegada para la Policia Nacional, asi [como dos oficiales investigadores de la Inspec- ‘cion General de Ia Policia Nacional, establecie- ron que Omaira fue detenida y desaparecida por agentes y oficiales pertenecientes a esos jouerpos represivos, Ademds, miembros del ‘AES afirmaron al abogado, ante el juez 14 de Instruccién Penal Militar, que efectivamente ‘Omaira hab{a sido detenida pero se habia es- ‘capado!. Sélo cuatro miembros del F-2 fueron investiga- os y encontrados responsables de este exe- crable crimen por la Procuradurfa Delegada pa- ra la Policfa Nacional, la cual solicité su desti- tucién, Estos no fueron sancionados, y hasta la fecha los cuerpos de seguridad del Estado no dan razén del paradero de Omaira Montoya Henao. 24 1. Itinerario de una detencidn-desaparicién EL 9 de septiembre de 1977, alrededor de las 5:30 de la tarde, son detenidos por va- rias unidades del F-2, OMAIRA MONTOYA HENAO y MAURICIO TRUJILLO, cuando transitaban en un carro Simca por la carrera 44 con calle 72 de ja ciudad de Barranquilla. José Alover Martinez y Alvaro Espinosa Lépez, dos agentes de policia adscritos a la compafifa de trinsito y transporte, que se encontraban en el sector en esos momentos, vieron como una camioneta conducida por un miembro del E-2, el cabo Antonio Del Rio Jiménez, interceptaba un Simca del cual se bajaban dos personas ¢ intentaban huir; ante lo cual el cabo Del Rio solicité a Alover y a Espinosa que le colaboraran en capturarlos, El agente José Alover, junto con otros agentes del F-2 persiguio a una de las personas, quien viéndose rodeada se entreg6, “y entonces vi que el hombre que perseguiamos era una dama”?, Por su parte Alvaro Espinosa, ayudaba al cabo Del Rioa subir al hombre a la camioneta® mientras que éste gritaba “revista alternativa, revista alternativa, me matan me llevan para puerto mocho”*. Asi mismo el funcionario de circulacién (“moto”) José J. Brieva Narvaez, quien se hallaba en el sector “organizando el tréfico”, vio como miembros del F-2 introducian vio- Ientamente dentro de una camioneta a. un hombre y una mujer, quienes gribaban “y que los gritos que oyé trataban de politica’. Numerosas personas vieron cémo un hombre y una mujer, Mauricio y Omaira, eran capturados y Hevados a la fuerza dentro de una camioneta por agentes dél F-2, segin lo comprobé la Procuraduria Delegada para la Policia Nacional, pero que por temor a repre- salias se negaron a testimoniar® . Ademés del cabo Del Rio, participaron en la captura de Omaira y Mauricio el sar- gento Ariza Elles, el cabo Rodriguez Rojas, el dragoneante Duque Olaya y los agentes del F-2 SIPEC Acosta Morales y Santamarfa Coneo, al mando del Teniente Garcia Osorio, 25

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