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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE BARCELONA


Investigación Etnográfica, Teoría Antropológica y Relaciones Interculturales
Curso de Máster Oficial 2007-2009

NO SE NACE HOMBRE, NI NECESARIAMENTE SE HACE


Aproximación etnográfica a grupos de hombres igualitarios de Barcelona

Antonio Martins de Oliveira

Tutora: Dra. Josefa Soto Marata


Departament d’Antropologia Social i Cultural

Bellaterra
Septiembre 2009
2
3

Como presencia consciente en el mundo no puedo escapar a la responsabilidad ética de mi


moverme en el mundo. Si soy puro producto de la determinación genética o cultual o de clase,
soy irresponsable de lo que hago en el moverme en el mundo y si carezco de responsabilidad
no puedo hablar de ética. Esto no significa negar los condicionamientos genéticos, culturales,
sociales a que estamos sometidos. Significa reconocer que somos seres condicionados pero
no determinados. Reconocer que la Historia es tiempo de posibilidad y no de determinismo,
que el futuro, permítame reiterar, es problemático y no inexorable.
Paulo Freire (2006: 20-21)

Llevo huellas culturales

En mi cabeza y palabras

Pensamientos y deseos...

Pero algo calla hondo en mí

Tengo miedo de la violencia y odio la injusticia

Que resultan de relaciones utilitaristas

De competencia e insensibilidad

Y esto revuelca en mi corazón

Quiero quitarme de encima

La obligatoriedad de reproducirlo

Para construir otras posibilidades

De ser y de vivir

Toni Martins (yo mismo)


4

La noción de género que profundizamos en este trabajo considera, por un lado, el


proceso de construcción social del ‘ser hombre’ y del ‘ser mujer’ a través de la imposición de
modelos identitarios ideales, la cual está plasmada en la frase de Simone de Beauvoir “no se
nace mujer: se llega a serlo” (Beauvoir, 2002: 13), parafraseada por Elisabeth Badinter: “uno no
nace hombre, se hace” (Badinter, 1993: 45).
5

ÍNDICE

INTRODUCCIÓN ………………………………………………………….. 8

CAPÍTULO I – Perspectivas Teóricas ………………………………… 25

1. Género e Identidad de Género ……………………………………… 27

2. Aportaciones de Héritier, Bourdieu y Badinter ………………….. 29

2.1- Masculinidad y Feminidad en Françoise Héritier ...................... 31

2.2- Identidad de Género en Pierre Bourdieu ……………………….. 38

2.3- Los Modelos Identitarios en Elisabeth Badinter ……………….. 40

3. Sobre la Masculinidad ……………………………………………….. 43

3.1- Masculinidades ……………………………………………………. 44

3.2- Hombres y Grupos de Hombres Igualitarios …………………… 45

CAPÍTULO II – Metodología …………………………………………….. 51

1. Hipótesis Planteada …………………………………………………... 51

2. Objetivos de Investigación ………………………………………….. 52

3. Supuestos de Trabajo ………………………………………………... 52

4. Técnicas Utilizadas …………………………………………………… 53

4.1- Observación Participante ………………………………………… 54

4.2- Documentación y Bibliografía ……………………………………. 54

4.3- Entrevistas …………………………………………………….……. 55

5. Sujetos del Estudio ……………………………………………..……… 58


6

6. Tabla-resumen …………………………………………………………… 60

CAPÍTULO III – Hombres Igualitarios de Barcelona .……….………… 62

1- Los Contactos con Hombres del Estudio……..………….…………. 65

1.1- Primeros Contactos …………………………………………….…… 65

1.2- La Asociación de Hombres Igualitarios …………………………... 66

2- Tres Grupos de Hombres …..………………………………………….. 70

2.1- El Grupo de José ……..……………………………………………... 71

2.2- El Grupo de Zorro …...……………………………………………….. 73

2.3- El Tercer Grupo ….…………………………………………………… 74

3- Cinco Hombres ‘Igualitarios’ de Barcelona …………………………. 79

3.1- José ………………………………………………………………….... 80

3.2- Zorro …………………………………………………………………… 85

3.3- Jordi …....……………………………………………………………… 90

3.4- Marc ……....…………………………………………………………… 94

3.5- Molina ……....…………………………………………………………. 99

4. Resultados ...................................................................................... 107

4.1- Las Definiciones......................................................................... 108

4.2- Los Supuestos …………………………………………………….. 109

4.2.1- Grupos como Apoyo ……………………………………………. 109

4.2.2- Motivos para Formar parte de un Grupo ..…………………….. 110

4.2.3- Procesos de Formación de los Grupos en BCN y Recife ….. 111


7

4.2.4- Motivaciones Individuales ……………………………………… 112

4.2.5- Construcción de la Sensibilidad hacia la Igualdad ………….. 113

CONCLUSIONES ……………………………………………………………. 114

1. La Hipótesis .…………………………………………………………… 115

2. Las dificultades a las que me he enfrentado ..…………………… 118

3. Sesgos …………………………………………………………………… 119

4. Tesis Doctoral...………………………………………………………… 120

BIBLIOGRAFÍA......................................................................................... 121

1. Bibliografía Específica ……………………………………………... 121

2. Bibliografía General ………………………………………………… 123

3. Sobre las Técnicas de Investigación ……………………………. 124

4. Páginas Web …………………………………………………………. 124

ANEXOS ………………………………………………………………………. 125

1. Entrevistas Transcriptas ………………………………………….. 125

2. . Trípticos de la AHIGE..…………………………………………….. 222

3. FOTOS ………………………………………………………………… 223


8

INTRODUCCIÓN

Este trabajo es un intento de contribuir a la discusión acerca de los

cambios que ocurren en la vida de algunos varones que se plantean vivir sus

hombrías de manera alternativa al modelo social occidental hegemónico. Estos

pocos varones, organizados en grupos y redes de hombres igualitarios en

diferentes países de Latinoamérica, Europa y Norteamérica, buscan en estos

espacios la posibilidad de compartir sus experiencias, culturalmente

rechazadas por nuestro sistema binario de pensamiento, que opone masculino

a femenino. Ellos tienen como características generales el estar involucrados,

de alguna manera, con la educación y/o acciones sociales hacia la igualdad

entre las personas, valorizando el diálogo y el cuidado del ‘otro’.

Pero, los planteamientos registrados aquí no son solo de ‘ellos’, sino que

son míos también, porque la búsqueda de respuestas a cuestiones personales

es parte de esta investigación, que no surge de la nada, ni de objetivos

profesionales solamente, sino que nace de/en la práctica cotidiana y las

experiencias concretas, vividas durante más de diez años de trabajo, con

mujeres y varones de clases sociales bajas del nordeste de Brasil; nace del
9

deseo de ir hacia la construcción de una sociedad mejor, más justa y sin

violencia; nace de/en mi trabajo militante en grupos de mujeres y en un grupo

de varones de Recife-Brasil, en busca de respuestas sobre nuestras

identidades personales. Todo ello derivó en este trabajo de investigación de

máster. De esa manera, muchos son los caminos que he recorrido para llegar

hasta aquí.

Caminos Recorridos

Después de peleas ideológicas con superiores eclesiásticos del seminario

católico Salesiano, a más o menos 100 Km. de Recife, fui, en cierta forma,

‘exiliado’ en una pequeña comunidad religiosa de padres ‘izquierdistas’, en un

barrio obrero de la región metropolitana recifense, en el nordeste de Brasil –

una de las regiones más pobres del país –, donde viví dos años como

seminarista. Allí, profundicé mi contacto con la Teología de la Liberación 1, tanto

teórica como empíricamente, trabajando en comunidades eclesiales de base,

conocidas como CEB, las cuales eran, en aquél entonces, parte importante del

trabajo popular de la iglesia católica en América Latina. Estas comunidades se

caracterizaban por su trabajo social y político en favor de los empobrecidos, y

constituyó un espacio importante de politización y empoderamiento de mujeres

y hombres de las clases sociales bajas. Pero se destacaban por la importante

presencia de las mujeres, ejerciendo allí liderazgos político y religioso (Veloso,

1996; Gutmann, 2000). De esa manera, yo empezaba a involucrarme en las


1
De acuerdo con Staccone (1984), la Teología de la Liberación (TL), nacida de la experiencia
ecuménica en la América Latina, en las décadas de 60 y 70 del siglo pasado, propone la
lectura de los textos bíblicos a partir del contexto histórico de los pueblos, haciendo una
reflexión (y acción) crítica y política de ello. Esta metodología desnudaría los textos bíblicos de
sus dogmas eclesiales, posicionándoles políticamente en favor de las poblaciones más pobres
y de las causas de los grupos militantes minoritarios (negros, indios, mujeres, sin-tierras). La TL
fue duramente combatida en aquél Continente por la cúpula de la Iglesia Católica Romana en
los años 90s.
10

discusiones de género de los años 90, que solían ser acerca del modelo de

sumisión impuesto a las mujeres y de sus luchas, dificultades y sufrimientos,

causados por los varones, sean ellos maridos, hermanos, padres, novios o

extraños. Y, como en mi vida personal, por una parte, las mujeres (mi madre y

mis tres hermanas) tenían experiencias muy marcadas de sufrimiento, a causa

de nuestra condición de pobres, y, por otra parte, debido a que mi padre murió

cuando yo tenía solo dos años de edad, viví la experiencia de relaciones

horizontales con dos hermanos de mi franja de edad (éramos los más

pequeños), porque los cuatro varones mayores se fueron a trabajar en otras

ciudades del nordeste brasileño. Por consiguiente, estas dos cuestiones: lo

social y las relaciones de género, me impulsaban hacia la necesidad de

respuestas.

La forma de organización de las CEB se daba por áreas geográficas en

que actuaban padres y/o monjas de la iglesia católica, que solían ser de cinco a

diez comunidades, estructuradas en grupos de diferentes edades: los niños, los

jóvenes, los adultos y los mayores. Dentro de los grupos, el trabajo se

organizaba según su especificidad: catequesis, música, evangelización,

formación política, etc. De esa forma, había diferentes trabajos por franja de

edad, y los representantes de los grupos se reunían todos los lunes, en

asambleas comunitarias y una vez al mes, en asambleas generales de las

cinco comunidades en que yo participaba. Los sacerdotes, monjas y

seminaristas constituían un grupo más en la comunidad, con sus funciones

específicas: celebración de misas, cursos de formación, etc. De esa manera, se

buscaba actuar hacia la reflexión y el arreglo de los problemas de la población

dentro un sistema democrático, en el que todos sus miembros tenían voz y


11

voto. Mi participación en estas comunidades y grupos duró cerca de cinco

años, entre 1993 a 1998.

En los grupos de mujeres feministas – no había grupos de hombres –, los

pocos varones que participaban, estábamos de acuerdo con los planteamientos

acerca de la necesidad de cambio en las relaciones entre hombres y mujeres, y

no nos reconocíamos en los varones maltratadores, descritos en las

experiencias de vida de las compañeras, por el hecho de no pensar igual a

ellos ni tampoco actuar tal cual. Pero esto acababa siendo un problema, porque

las compañeras solían decir, en momentos de enfado e indignación con sus

vivencias personales, que “todo hombre es igual”, sin darse cuenta de nuestra

presencia allí. Cuando reaccionábamos a esta generalización, diciendo que era

injusta con nosotros, ellas solían contestar – con una cierta ironía – diciendo:

“¡tú eres uno en un millón!”. Se creaba, entonces, un ‘punto ciego’, en el que ni

ellas, ni nosotros, teníamos respuestas.

De esa manera, los varones, mientras intentábamos abandonar un

modelo machista de hombría, pero basados en nuestras experiencias de vida,

nos sentíamos como perdidos y desencajados en las discusiones, porque no

había un modelo social generalizado de varón heterosexual, en el que

pudiéramos basar nuestros argumentos, pues los varones que son solidarios

con las mujeres suelen ser considerados homosexuales, aunque no lo sean, o

‘maricas’, en el sentido de blando, flojo, fracasado… en fin, hay diversos

significados para esta palabra, y todos en forma peyorativa. Por otro lado, un

problema que contribuía a empeorar esto, era la muy baja asistencia de

varones a los grupos de mujeres: uno o dos, en grupos de siete a diez mujeres,
12

lo que corroboraba la hipótesis de la ‘insignificancia’ (en el sentido político del

término) de la participación de los varones en aquellos espacios.

En ese ambiente de muchas dudas y pocas respuestas, los varones

teníamos que buscar más informaciones acerca de las masculinidades, para

encontrar respuestas a estas y otras cuestiones; fue cuando surgieron los

trabajos de la ONG recifense Centro Nordestino de Animação Popular, hacia la

formación y articulación de educadores/as y agentes sociales, en toda la región

Nordeste2. De estas actividades, en las que nos reuníamos varones y mujeres,

surgió la idea de crear un grupo exclusivamente de hombres, el primero en

Recife.

Un Grupo de Hombres en Recife-Brasil

Recife es una de las tres mayores y más importantes ciudades de la Región

Nordeste de Brasil, con 1.533.580 habitantes3, gran parte de los cuales vive en las

tres grandes favelas de la ciudad, y en un sinfín de barrios demasiado poblados y

pobres. En los años 90, el trabajo de las Iglesias, principalmente la Católica, hacia

la formación política de estas poblaciones, a través de la Teología de la Liberación,

entró en crisis, después de décadas de existencia, pero dejando huellas

importantes como las Comunidades Eclesiales de Base (CEB), ONG y diversos

movimientos de defensa de los derechos de los niños, de los afro-brasileños y de

las mujeres, entre otros (Veloso, 1996).

En un taller de formación realizado por el CENAP en la región metropolitana

de Recife, en 1994, coincidimos unas veinte mujeres y cinco varones, miembros de

2
Para más informaciones, ver Veloso (1996). Este autor fue el impulsor del primer grupo de
hombres de Recife; es psicólogo y educador del CENAP.
3
Datos del Instituto Brasileiro de Geografia e Estatísticas, IBGE, de 2007.
13

CEB, de movimientos y ONG sociales4. Allí, como en las reuniones de los grupos

de mujeres, surgió otra vez el ‘punto ciego’ de la discusión: “todos los hombres son

iguales”; pero desde aquella ocasión, empezaría a adquirir un rumbo diferente.

Estábamos presentes allí yo y Veloso, quien registró el siguiente desafío de una de

las compañeras: “¿por qué los hombres no se encuentran en grupo para discutir lo

qué significa ser hombre?”, (Veloso, 1996: 13).

BRASIL

Fuente: elaboración propia a partir del site:


http://pt.wikipedia.org/wiki/Regi%C3%A3o_Nordeste_do_Brasil

Recuerdo que estábamos todos y todas sentados/as en círculo en el

suelo, y nos quedamos por un breve tiempo en silencio, mirándonos atónitos,

como si aquella fuera una idea que nos pillara por sorpresa, y ante la cual no

supiéramos cómo reaccionar: ¡y así era! De esa manera, nos sentimos

impulsados a pensar en la posibilidad de organizarnos en un grupo de

4
De acuerdo con Veloso(1996), esta actividad formaba parte de dos talleres de formación
sobre género: “As várias faces do Afeto” y “Homens e Mulheres em Mutaçao”, destinados a
grupos de mujeres, comunidades populares y ONGs; fue promovido por el CENAP en 1994, en
Recife.
14

hombres, aunque no se decidiría en aquella ocasión, sino que tardaría algún

tiempo hasta que la idea tornarse realidad.

Meses después, el CENAP promocionaba el taller: “Las varias caras del

afecto”, en el que las mujeres otra vez nos desafiarían, preguntando el por qué

no nos encontrábamos en grupo para discutir lo qué significa ser hombre. Fue

entonces cuando, en 1994, los hombres resolvimos, por fin, hacer un grupo, el

primero formado en Recife. Durante muchos meses utilizamos el propio

espacio del CENAP para las reuniones, así como de los materiales de trabajo,

papel, tintas, reproductor de CD, etc.

Las reuniones se realizaban cada mes, y el espacio utilizado solía ser una

sala ancha, sin sillas, donde podíamos danzar y relajarnos, acostados en el

suelo. Una de las primeras cuestiones que trabajamos, y que se tornaría una

práctica corriente del grupo, estaba relacionada con lo que habíamos trabajado

en el taller, citado más arriba: nuestros afectos. Según el propio Veloso, el

tema de los afectos “…era uma boa inspiracição, pois afeto para o homem é

uma coisa mal resolvida” (Veloso, 1996: 14).

De esa manera, casi siempre que comenzábamos una reunión, hacíamos

actividades relacionadas con el ejercicio de nuestros afectos, a las que

denominamos de ‘vivencia’. Eran actividades variadas, coordinadas por los

propios miembros del grupo, en una relación horizontal de derechos y deberes;

se pedía siempre silencio y atención a una música instrumental de fundo. Un

ejemplo de estas actividades sería: con música de fondo, se pide silencio y, a

continuación, se trataba de:

- expresarse libremente por toda la sala, a través de la danza

- mirarnos a los ojos unos a los otros, sin desviar la mirada


15

- hacer parejas donde paramos, sin criterios

- acostados en el suelo, uno masajea el cuerpo del otro, alternándose

- al final de cada masaje, darse un abrazo fuerte

- hablar al grupo, sentados en el suelo, acerca de lo que sentimos

Hablar de los sentimientos al final de cada actividad era la manera de

expresar nuestras experiencias, nuestros miedos, nuestras construcciones y, a

la vez, impulsar a nuestras capacidades y ganas de cambiar lo que llevamos

dentro, fruto de la construcción social del ser hombre. En esto, surgían diversos

temas, como nuestras familias, amistades, parejas amorosas, etc., intentando

identificar las dificultades, y los logros también, de estas relaciones…,

identificar si éramos felices y si nos sentíamos completos. Las dificultades

solían ser la falta de diálogo con el padre o con los hermanos, el desencaje

respecto al modelo de hombría de otros hombres y el rechazo a su manera

blanda de ser, entre otras.

El grupo de hombres, inicialmente sin objetivos claros, fue poco a poco

constituyéndose en un espacio en el que, a diferencia de los grupos mixtos y

de otros espacios de vivencias personales, pudiéramos plantearnos cuestiones

que no era posible plantear en otros contextos, como por ejemplo: tocarse con

otro varón sin connotaciones sexuales; mirar a los ojos del otro sin miedos o

culpas; compartir sus sentimientos de fracaso sin sentirse despreciado. Todo

era aprendizaje.

Este ‘trabajo de cuerpo’, o vivencia, en el que ejercitábamos nuestros

sentimientos y afectos, tan negados en nuestros cotidianos, en otros espacios


16

cotidianos, así como en otros espacios, era un trabajo que, a diferencia del

trabajo hecho por las mujeres, no iba en la dirección de la lucha por los

derechos sociales, sino por comprenderse a uno mismo. Esto levantaba

sospechas en las personas ajenas al trabajo, que a menudo preguntaban: “¿se

trata de un grupo de maricones?”, “¿por qué se reúnen en ‘días de fiesta’ y

fines de semana, en vez de hacer lo que los hombres ‘normales’ hacen:

reunirse en un bar para tomar alcohol y hablar de fútbol y mujeres?”, “¿es un

espacio de reorganización del varón hacia la dominación masculina?”,

“¿estarían los varones victimizándose en la sociedad?”, “¿su propuesta tiene

que ver con la igualdad de género?”. Estas, y otras preguntas, se acumulaban

a nivel colectivo sin respuestas claras.

A nivel individual, cada uno intentaba incidir en sus experiencias laborales,

familiares y personales sus vivencias con el grupo y, una vez al mes, volvía a

encontrarse con los colegas. Pero, en concreto, lo político no constituía un

problema prioritario en las actividades del grupo, y esto era así posiblemente

porque los planteamientos de los varones no eran los mismos que los de las

mujeres, pues ellos no estaban obligados a trabajar exclusivamente en los

servicios domésticos, ni estaban excluidos del mercado de trabajo, ni les

faltaba la oportunidad de elegir un oficio (al menos teóricamente), etc. Pero,

¿ésto significaba que no hacía falta luchar por derechos de género?,

¿significaría dejar los planteamientos del feminismo para crear un ‘movimiento

masculinista’?, ¿sería un ‘neomachismo’? Las preguntas eran muchas, las

certezas, casi ninguna.

Mientras pensábamos en estas y otras dudas y preguntas entre hombres

y mujeres de los movimientos sociales de Recife, el grupo era una especie de


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laboratorio de nuestras experiencias, un espacio seguro de construcción de

nuestras identidades. Un espacio, por lo tanto, que permitía la reflexión y la

vivencia de modelo/s alternativo/s de hombría, desvinculado/s de la imagen

estereotipada del ‘hombre de verdad’, como podemos ver en algunas de sus

palabras, recogidas en Veloso (traducción propia):

«Nunca tuve cariño de mi padre; él no me apoyó cuando mi madre murió… No charlo con
5
mi padre, charlo con mis amigos». (Veloso, 1996: 18)

«El asunto entre mi padre y yo es fútbol, es el único puente (entre nosotros). Somos dos
almas vagando en casa. La educación sexual dada a él fue muy grosera (“Cuidado! La
cabeza de abajo no piensa como la de arriba”). No recuerdo que mi padre me haya
besado. La gente se abrazaba sólo en las fiestas de fin de año; es un abrazo que casi no
percibo. Él viajaba toda la semana, cuando regresaba a casa, el ambiente cambiaba».
6
(Veloso, 1996: 18)

«Yo recuerdo muy bien que cuando comencé a tener mis hijas, el hecho de colocarlas en
mis brazos, aún recién nacidas, me daba una sensación que nunca tuvo mi padre. La
sensación de su cuerpo cerca del mío, la sensación de ella agarrara con su boca a mi
pecho cuando tenía hambre, sin encontrar nada que mamar, es una sensación que mi
padre, mis abuelos nunca tuvieron. Entonces, es interesante que, permitiéndose hacer
cosas que antes eran de mujer, lográramos sensaciones que antes no nos
7
imaginábamos». (Veloso, 1996: 18)

«Entonces algo así como que el hombre tiene que ser fuerte, tiene que dar puñetazos,
8
tiene que tener determinación, y a mí no me gusta esto». (Veloso, 1996: 20)

«Uno no puede tener una amistad más intensa con una mujer porque la gente va a
exigirnos enamoramiento, casamiento. Y si esta amistad es con otro varón, empeora
más, la cosa queda fea. Estas exigencias de la vida de uno que muchas veces tenemos
9
ganas de explotar». (Veloso, 1996: 20)

5
«Nunca tive carinho de meu pai; ele não me apoiou quando minha mãe morreu… Não
converso com meu pai, converso com meus amigos».
6
«O assunto entre meu pai e eu é futebol, é a única ponte (entre nós). Nós somos duas almas
vagando em casa. A educação sexual dada a ele foi muito grosseira (“Cuidado! A cabeça de
baixo não pensa como a de cima”). Não me lembro que meu pai tenha me beijado. A gente se
abraça só no Ano Novo; é um abraço que quase não vejo. Ele passa a semana viajando,
quando ele chega em casa, o clima muda ».
7
«Eu me lembro muito bem que quando comecei a ter as minhas filhas, o fato de colocá-las
nos meus braços, ainda recém-nascidas, me dava uma sensação que meu pai nunca teve. A
sensação do corpo dela junto do meu corpo, a sensação dela abocanhar meu peito numa hora
que estava com fome e não encontrar nada para mamar, é uma sensação que meu pai, meus
avôs nunca tiveram. Então, é interessante que, se permitindo fazer coisas que antes era de
mulher, a gente passa a ter ressonâncias que antes não imaginava».
8
«Aí uma coisa assim de você ser o homem, tem de ser forte, tem que bater, tem que ter
determinação e eu não gosto disto...».
9
«A gente não pode ter uma amizade mais intensa com uma mulher porque o pessoal vai logo
cobrando namoro, casamento. E se essa amizade é com outro homem, aí é que piora, aí é que
o barraco baixa mesmo. Essas cobranças da vida da gente que muitas vezes a gente tem
vontade de estourar».
18

«Yo soy muy mal comprendido, me siento aislado en casa. Una exigencia que yo percibí,
y que quedó clara la incomprensión de la familia, fue la exigencia que mi hermana hizo:
10
“tú necesitas hacer un curso para aprender a ser hombre”». (Veloso, 1996:20 )

«La chica (empleada doméstica) que había llegado hace poco a mi casa, ¡imagine la idea
que mis hermanos tienen de mí! Entonces mi hermano me dijo así: “Esa chica tiene
11
muchas ganas de follarte». (Veloso, 1996: 20)

A pesar de que la discusión política no tuviera gran fuerza en el grupo,

Veloso garantizaba que “…todos nós temos uma militância na sociedade”

(Veloso, 1996: 21), pero recoge sólo dos comentarios sobre la cuestión

(traducción propia):

«Si uno observa los modelos políticos del Occidente, son los varones los que gobiernan y
ellos reproducen en la política el modelo de la falocracia, el modelo del varón que tiene el
poder. Entonces cuando llegan en la esfera política, los varones reproducen ese tipo de
poder aprendido en la educación. Lo que creo muy interesante es que, a veces, uno tiene
la tendencia de tratar la cuestión de género en un nivel puramente interpersonal,
subjetivo, entre el yo y tu… No es una cuestión privada, sencillamente, cuestión de
género no es una cuestión privada, sino una cuestión pública, que se refiere al público, a
punto de repetirse en la esfera pública, de la política, el comportamiento privado del
12
varón». (Veloso, 1996: 21)

«Lo que los hombres están haciendo, si, a primera vista, no es un movimiento político, de
cualquier manera tiene consecuencias políticas para la sociedad. Desde el momento en
que las mujeres y los hombres repiensan su identidad, repiensan sus motivaciones,
repiensan sus modelos, yo creo que tiene consecuencias políticas. Si la política del
Occidente es moldeada en la figura del hombre macho, autoritario, violento, agresivo, al
paso en que vamos a dar criticando ese modelo, consecuentemente ello debe reflejarse
13
en la política». (Veloso, 1996: 21)

10
«Eu sou muito mal compreendido, me sinto isolado em casa. Uma cobrança que eu percebi
e que foi bem clara a incompreensão da família, foi a cobrança que minha irmã fez: “Você
precisa fazer um curso pra aprender a ser homem”»
11
«A menina (empregada doméstica) que chegou agora há pouco em casa, imagine a idéia
que meus irmãos fazem de mim! Aí meu irmão disse pra mim assim: “Essa menina aí é doida
para te comer”».
12
«Se a gente observa os modelos políticos do Ocidente são os homens que governam e eles
reproduzem na política o modelo da falocracia, o modelo do homem que tem o poder. Então
quando chegam na esfera política, os homens reproduzem esse tipo de poder aprendido na
educação. O que eu acho muito interessante é porque, às vezes, a gente tem a tendência de
tratar essa questão de gênero numa dimensão puramente interpessoal, subjetiva, entre eu e
você... não é uma questão privada, simplesmente, questão de gênero não é uma questão
privada, mas uma questão pública, que diz respeito ao público, a ponto de se repetir na esfera
pública, da política, o comportamento privado do homem».
13
«O que a gente tá fazendo, se, à primeira vista, não é um movimento político, mas de
qualquer maneira tem conseqüências políticas pra sociedade. No momento em que as
mulheres e os homens repensam a sua identidade, repensam as suas motivações, repensam
seus modelos, eu acho que tem conseqüências políticas. “Se a política do Ocidente é moldada
na figura do homem macho, autoritário, violento, agressivo, na medida em que a gente vai
criticando esse modelo conseqüentemente isso deve reverter na política».
19

El grupo vivió, más o menos, 10 años, con una media de dieciséis

participantes, con edades entre 20 y 50 años, reuniéndose una vez al mes en

diferentes lugares, además de realizar encuentros y fiestas informales. Los

varones teníamos algunas características comunes en nuestros perfiles, casi

todos éramos trabajadores sociales, estábamos involucrados en actividades de

educación y de producción artística, y éramos de clase popular. Para Veloso

(1996):

Un detalle muy significativo a observarse es que casi todos conviven en el ambiente de


las artes: encontramos músicos, carnavalescos, bailarines, actores, fotógrafos, pintores,
poetas, educadores. Sería interesante profundizar esa coincidencia. ¿Por qué son estos
varones que conviven con las artes los que se proponen, en común, reconstruir la
identidad masculina?
14
(Veloso, 1996: 15)

El trabajo educativo, además del apoyo ejercido por el CENAP fue

fundamental para que el grupo pudiera organizarse y, posteriormente,

posibilitar que algunos de los varones del grupo promovieran talleres sobre

masculinidad en movimientos sociales, sindicatos y ONG, dar conferencias y

publicar textos. Por esta razón, entendíamos que la educación y el apoyo

institucional eran fundamentales para el fomento y a la organización de grupos

que fueran hacia el cambio de identidad.

No obstante, las muchas dudas sobre sus intenciones, identidad y

motivaciones, no podían tener aún repuesta. El grupo fue, entre otras cosas, un

lugar de inspiración para que cada uno de nosotros buscásemos nuestros

caminos individuales, unos como padres, otros como educadores y profesores,

14
Um detalhe muito significativo a se observar é que quase todos convivem no espaço das
artes: encontramos músicos, carnavalesco, bailarinos, atores, fotógrafos, pintores, poetas,
educadores. Seria interessante explorar essa coincidência. Por que são estes homens que
convivem com as artes que se propõem, em comum, reconstruir a identidade masculina?
20

otros en su área de actuación profesional específica y otros como

investigadores. Podemos ver fotos en el anexo: ‘Grupo de hombres de Recife’.

Cerca de diez años después de creado, y después de algunas tentativas

frustradas de constituirse en ONG, el grupo ya no conseguía reunirse

regularmente, por motivos diversos, como la falta de un local, ocupaciones

familiares, compromisos laborares, desempleo de algunos, etc. A día de hoy, el

grupo sigue intentando volver a reunirse, pero no lo está consiguiendo. Medio

vivo, medio muerto, sigue siendo todavía una referencia para cada uno de los

varones que lo componían.

Estas experiencias, calaron hondo en mí y me animaron a profundizar en

el tema de las masculinidades, desde la investigación. Por una parte constituye

un problema no muy explorado en la teoría de género y, por otra, es

socialmente necesario disponer de mayor y mejor conocimiento, dada la

visibilización de la violencia generalizada hacia las mujeres en nuestras

sociedades, que requiere respuesta de hombres y mujeres. Me interesa, pues,

contribuir con esta investigación a la reflexión acerca de la construcción, social

e individual, de la masculinidad para poner de manifiesto que los procesos de

cambio en este sentido son posibles.

En Barcelona

La investigación la he desarrollado en Barcelona, capital de la comunidad

catalana, situada en el nordeste de España y a orillas del mar Mediterráneo;

tiene una población estimada en casi un millón setecientos mil habitantes en

2008, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística, INE.


21

Barcelona es, después de Madrid, la ciudad española más poblada, en la

que conviven inmigrantes de otras comunidades españolas y de diversos

países. De acuerdo con Delgado (2007), es una ciudad de graves

contradicciones sociales, ocultadas bajo políticas neoliberales perversas de

urbanismo, que hace décadas empujan a los pobres hacia las afueras del

centro urbano, dedicado al comercio y al turismo. Ha sido escenario de

diversos eventos mundiales, que le han dado una proyección internacional,

tales como las Exposiciones Universales de 1888 y 1929, los Juegos

Olímpicos de 1992 o el Forum Universal de las Culturas de 2004.

CATALUÑA

Fuente: elaboración propia a partir del site:


http://es.wikipedia.org/wiki/Catalu%C3%B1a
22

He realizado trabajo de campo con varones de cuatro grupos ‘igualitarios’

de los cuales tres, son exclusivamente constituidos por varones y uno, por

varones y mujeres. Mi aproximación directa a los grupos se dio a uno de ellos,

en cuyo proceso de constitución participé y me convertí en uno de sus

miembros. La aproximación a los otros tres grupos se dio a partir del contacto

con varones que participan en una asociación de hombres por la igualdad, que

actúa a nivel de Cataluña y de España, a la que me hice socio y he participado

en sus dos asambleas anuales de 2008 y 2009, donde coincidimos varones de

diferentes Comunidades Autónomas.

Realicé entrevistas con cinco varones de Barcelona, tres de origen

catalán, uno de otra Comunidad Autónoma y otro, del norte europeo. En lo que

se refiere a sus motivos para formar parte de un grupo igualitario, percibiremos

que hay semejanzas entre estos y los varones de Recife, en el sentido de que

todos nos enseñan que ‘no se nace hombre, ni necesariamente se hace’.

El trabajo está estructurado en cinco capítulos, construidos a partir de la

metodología antropológica del máster oficial de la UAB. En el primero,

encontraremos las Perspectivas Teóricas que sirven de base a los argumentos

utilizados hacia el cambio en la identidad de género del varón. Allí hago una

crítica a las teorías de Pierre Bourdieu (2007) y Françoise Héritier (1996 y

2007), que defienden el mantenimiento del sistema binario de oposiciones del

pensamiento occidental. En posturas contrarias están autoras y autores de

diferentes áreas del conocimiento, como Elisabeth Badinter (1993) y Victor

Seidler (2006), procedentes de ámbitos dispares, como la Psicología y la

Sociología, respectivamente, entre otros y otras. Mi intención no es, por


23

supuesto, defender un cambio generalizado en las masculinidades hacia la

igualdad, sino cuestionar discursos pesimistas que no ayudan a arreglar

nuestra realidad de violencia y desigualdad, y buscar encontrar las

motivaciones que llevan a algunos varones hacia el cambio.

En el segundo capítulo, encontraremos la Metodología de investigación,

en donde describo y presento la hipótesis de trabajo, los objetivos general y

específicos, los supuestos desde los que estructuro los guiones para las

entrevistas, las técnicas utilizadas, las preguntas generales de investigación y

los sujetos del estudio. Al final, presento un cuadro resumen de todo el

proceso: las fases de trabajo (desde Brasil), las fuentes de información, las

técnicas, los datos obtenidos y los objetivos de cada actividad realizada.

El último es el capítulo tres, donde presento una descripción de los cinco

Hombres Igualitarios de Barcelona. Busco identificar sus motivaciones y

nociones de hombría alternativa, además de los procesos de formación de sus

grupos. Los datos utilizados tienen como fuentes las entrevistas cualitativas

realizadas y la convivencia que establecí con estos varones. En las entrevistas,

he utilizado la técnica de relato de vida, trabajada en mi curso de máster, a

partir del manual de Joan Prat (2007) y de las técnicas de investigación de

Aurelio Díaz (2008 – 8 y 9)15, lo que implica que utilizo un guión de preguntas

sin, no obstante, limitar las preguntas realizadas ni, tampoco, las respuestas

dadas. Las preguntas están basadas en mis supuestos de que sus

motivaciones parten de sus búsquedas personales hacia una vivencia

15
Los materiales que utilizo de Aurelio Díaz están divididos en los temas 1, 3, 6, 8 y 9. El tema
1 versa sobre la realización de trabajo de campo; el tema 3, sobre el contexto teórico de la
investigación etnográfica; el 6, sobre la organización de la bibliografía y la documentación; el 8,
sobre la realización de entrevistas y el 9, sobre la técnica de recogida de historias y relatos de
vida y biografías.
24

satisfactoria de su hombría, y de sus experiencias de socialización en los

diferentes grupos que integra, desde su infancia.

En las conclusiones busco recapitular todo lo visto y presentar una

síntesis a partir de la hipótesis y los objetivos planteados, intentando identificar

los puntos débiles y las dificultades enfrentadas en el proceso. A continuación

presento algunos temas pendientes, que pueden formar parte de una posible

tesis doctoral.

En el texto, se encontrarán el uso de comillas simple (‘ ’), indicando que la

palabra, o expresión y/o frase son mías, y de comillas doble (“ ”), indicando la

autoría de otra persona. Además, en los textos científicos es común que se

usen, o bien el discurso en la primera persona del plural: ‘pensamos’,

‘decidimos’, etc., o bien el discurso en la primera del singular: ‘pienso’, ‘decidí’,

etc. En este trabajo, se encontrará el uso de las dos formas, porque, por un

lado, encuentro cómodo el uso del plural en afirmaciones más generales y

impersonales y, por otro lado, me siento impulsado a usar el singular en el

discurso etnográfico, porque el autor habla de sus experiencias y sentimientos,

y es lo que busco hacer aquí sin, no obstante, perjudicar el carácter científico

del texto.

A pesar de que a algunos varones no les importaría el uso de sus

nombres reales en este trabajo, otros, no obstante, expresaron su deseo de no

ser identificados. De esa manera, no cito ningún nombre real sino que los

sustituyo por ficticios. Además, tomé la decisión de no identificar sus ciudades

o calles.
25

CAPÍTULO I – Perspectivas Teóricas

En los últimos años, el fenómeno de la violencia machista ha preocupado

a muchas sociedades occidentales. Las explicaciones a esto son muchas: tal

vez por el aumento de los casos de maltrato a la mujer, tal vez porque hoy en

día este tipo de violencia se difunde más por los medios de comunicación; tal

vez, porque la mujer esté reaccionando efectivamente a esta histórica realidad;

tal vez porque, en España, sea “un problema de inmigrantes”16.

Pero, donde parece haber algo de certeza es en que no todos los varones

somos violentos, ya que, parodiando a Beauvoir, ‘no se nace hombre…’. A

partir de la posibilidad que nos ofrece la teoría feminista acerca de la identidad

de género, pienso que podemos contribuir en aportar algo de luz sobre cómo

tratar de manera más eficaz las desigualdades entre mujeres y hombres, a

partir de trabajos teóricos acerca de las masculinidades, o mejor: de las

diferentes hombrías. Trabajamos para ello con aportaciones desde la

Sociología, la Psicología y la Antropología Social.

16
Ver los artículos online de los periódicos El País y El Mundo:
http://www.elpais.com/edigitales/entrevista.html?encuentro=1258
http://www.elmundo.es/elmundo/2008/11/17/baleares/1226942629.html
26

La Sociología, con su enfoque en la estructura social, va a proponer un

análisis de la identidad de género a partir de la construcción ideológica, llevada

a cabo por instituciones como la familia, la ‘iglesia’, la escuela, la socialización

en los grupos de pares, y el Estado (Bourdieu, 2007; Seidler, 2006; Connell,

2003; Olavarría, 2001). La Psicología, con su enfoque en las estructuras

mentales y también en los procesos conscientes de aprendizaje de los

patrones de género, va a proponer que los modelos de hombría se construyen

a partir de procesos inconscientes, en los cuales las relaciones primarias con

los progenitores influyen en la identidad masculina de manera decisiva

(Badinter, 1993; Nolasco, 1993; Ramires, 1997). A su vez, la Antropología, con

su enfoque en la cultura, trae a la luz la discusión acerca del concepto de

género, y propone que la identidad de género se construye en el contexto

social y ritual de cada sociedad (Moore, 1991; Gutmann, 2000; Stolcke, 2003;

Fuller, 1997 y 2001; Héritier, 1996 y 2007; Casares, 2008).

Estas perspectivas, a pesar de que puedan parecer separadas e

independientes, en realidad no lo están tanto. Cada ámbito de conocimiento

realiza su aportación específica al problema y, juntas, permiten percibirlo y

explicarlo teóricamente de una manera más aproximada a la realidad (Prat,

2003). Lo que confluye en ellas es la idea de ‘construcción’. A diferencia del

determinismo social y biológico de la Sociobiología, abogan, en gran parte por

la construcción social y cultural de la identidad del sujeto, considerando los

elementos subjetivos y los objetivos que están implicados en estos procesos.

De esta manera, el discurso antropológico actual sobre la construcción de

las identidades de género incorpora aportaciones de otras áreas de


27

conocimiento, alimentándose mutuamente a partir de sus respectivos campos

de investigación.

1. Género e Identidad de Género

Hay una gran variedad de comprensiones acerca del concepto de género,

con énfasis distintos como por ejemplo en las relaciones de poder, la identidad

sexual, o la construcción identitaria, lo que produce confusión a la hora de

definirlo:

La confusión es tan frecuente que Stolcke escribe lo siguiente: «La noción de género se
ha convertido en una especie de término académico sintético que, aunque enfatice la
construcción social de las identidades de mujeres y de hombres, con frecuencia es
simplemente mal utilizada como sinónimo culturalista de sexo, a tal punto que no es
infrecuente oír hablar de dos “géneros”, el género masculino y el femenino» (Stolcke,
1996: 341). No obstante, es cierto que con frecuencia se sustituye género por sexo en
textos científicos y periodísticos, y lo que ello implica en tanto que reduce la
potencialidad de la categoría género a un mero eufemismo políticamente correcto
(Tubert, 2003: 7). (Casares, 2008: 48)

Es un concepto creado por las intelectuales feministas, en la segunda

mitad del siglo pasado, con el objetivo de “romper con el determinismo

biológico implícito en el concepto sexo, que marcaba simbólica y efectivamente

el destino de hombres y mujeres”, (Casares, 2008: 36), y que pasa a ser

utilizado en Antropología a partir de los años 80.

La noción de género que profundizamos en este trabajo considera, por un

lado, el proceso de construcción social del ‘ser hombre’ y del ‘ser mujer’ a

través de la imposición de modelos identitarios ideales, la cual está plasmada

en la frase de Simone de Beauvoir “no se nace mujer: se llega a serlo”

(Beauvoir, 2002: 13), parafraseada por Elisabeth Badinter: “uno no nace

hombre, se hace” (Badinter, 1993: 45); y por otro lado, la noción de

construcción identitaria individual, a través de los procesos de

aceptación/rechazo/negociación del individuo a estos modelos sociales


28

(Nolasco; 1993; Badinter, 1993; Gutmann, 2000; Connell, 2003; Seidler, 2006;

Fuller, 2001; y otros/as).

La búsqueda por comprender las identidades y relaciones es lo que

Aurelia M. Casares define como género:

el género es una categoría de análisis científico que se refiere a las cualidades culturales
y sociales que se asocian simbólicamente a las personas según las formas de concebir
las identidades genéricas (de género) en cada sociedad y que resulta especialmente
operativa en Antropología, en tanto que ciencia consagrada al conocimiento de los
comportamientos humanos. (Casares, 2008: 48)

Por esta razón, ser varón no es lo mismo que ser masculino, ni ser mujer

es lo mismo que ser femenino, porque la identidad de género no es el

identificarse exclusivamente con una u otra categoría, como sugiere Norma

Fuller: “La identidad de género corresponde al sentimiento de pertenencia a la

categoría femenina o masculina” (Fuller, 1997: 139). Es más: implica el

identificarse con un conjunto de características que se entrecruzan:

la identidad genérica o «generizada» no es estable y está relacionada con las prácticas


sexuales de las personas y con la evolución en la forma de percibirse a sí mismas. De
este modo, la identidad generizada tiene que ver con la imagen que las personas, de
manera más o menos consciente, proyectan en el ámbito social en relación con la
ideología de género dominante; así como la adecuación, transgresión o interiorización de
los valores hegemónicos en cada momento de sus vidas. (Casares, 2008: 54)

No deberíamos, por lo tanto, considerar la existencia exclusiva de dos

géneros porque:

la tendencia europea a pensar en forma de oposiciones binarias, y por tanto, conceptuar


el mundo en masculino y femenino excluyendo otras posibilidades de identidad de
género condiciona enormemente la percepción de la esencia humana.
(Casares, 2008: 45)

Además, hemos que considerar que el modelo binario de género es

inalcanzable, porque el ‘hombre de verdad’ y la ‘mujer perfecta’ no existen

(Badinter, 1993; Nolasco 1993). Según Badinter, “tarde o temprano los


29

hombres se dan cuenta de que se encuentran ante un tipo masculino al que no

consiguen emular“, (Badinter, 1993: 163-4).

Este esquema conceptual de las oposiciones binarias se encuentra

bastante fuerte en las producciones sobre género, como por ejemplo en Pierre

Bourdieu (2007) y en la propia Héritier (1996 y 2007). De esa manera, es

imprescindible en nuestro trabajo un análisis más detenido de estos dos

autores, porque marcan el contrapunto con lo que defendemos en este trabajo:

el protagonismo del varón en la construcción de su identidad de género.

2. Aportaciones de Héritier, Bourdieu y Badinter

En la teoría específica acerca de la masculinidad, trabajo dos líneas de

discusión, en que destaco las aportaciones de Héritier y Bourdieu, desde la

perspectiva del cambio no posible y las de Badinter, desde la perspectiva del

cambio posible. Planteo tal discusión en el marco de la interdisciplinaridad en

que considero tanto los aspectos subjetivos, como las acciones objetivas y

políticas de grupos de hombres ‘igualitarios’ hacia la promoción de la igualdad y

la equidad.

Desde la Antropología, Françoise Héritier (1996 y 2007) nos habla del

pensamiento binario de los opuestos, teorizada por Aristóteles en la Grecia

Antigua. La autora critica esta teoría en el aspecto de jerarquización entre

hombres y mujeres, consecuencia de la envidia de los varones hacia la

maternidad y de su deseo de ejercer el dominio sobre las mujeres, en los

grupos humanos primitivos. No tengo interés en problematizar este aspecto de

su teoría, sino el hecho de que, en su crítica, esta autora no cuestiona el


30

aspecto de ‘oposición’ entre mujeres y hombres, encontrado en el pensamiento

binario, sino que lo refuerza con la hipótesis de que este sistema de

pensamiento sería universal. Para la crítica a esta autora, utilizaré

principalmente las aportaciones antropológicas de Aurelia M. Casares (2008),

quien critica el sistema binario, y Matthew C. Gutmann (2000), con su

percepción de cambios en la identidad del varón mexicano.

Desde la Sociología, Pierre Bourdieu (2007) describe los procesos de

construcción asimétrica de las identidades de género entre La Cabila, en África,

ubicándolos en el sistema binario de oposiciones, e identificándolos como

elementos rituales y simbólicos de la cultura de aquel pueblo. Entendemos que

su planteamiento se da en una línea determinista-social, porque este autor

supone que la transmisión institucional (familia, religión, escuela y Estado) de la

dominación sería demasiado estructurada en las sociedades, lo que

imposibilitaría los posibles cambios en las identidades. De esa manera, las

relaciones de dominación de los hombres sobre las mujeres estarían

invisibilizadas en lo cotidiano, en las costumbres, en los rituales e, incluso, en

los cuerpos, haciendo que, tanto varones como mujeres, mantengan esta

estructura. La invisibilidad de la dominación no es un planteamiento solo de

Bourdieu, sino del propio Feminismo, que viene criticando la explotación de las

mujeres en nuestras sociedades, y el androcentrismo de la teoría antropológica

occidental (Moore, 1991; Casares, (2008). La aportación pesimista de este

autor hacia el protagonismo de los varones en la construcción de sus

identidades puede ser contrastada con planteamientos de otros sociólogos

como Robert W. Connell (2003), que plantea la existencia, a pesar de ser


31

minoritaria, de la masculinidad subalterna, o como Victor Seidler (2006), que

habla de cambios hacia la igualdad en el comportamiento de los jóvenes.

Desde la Psicología, Elisabeth Badinter (1993) nos presenta diferentes

e históricos modelos occidentales de hombría, los cuales estarían alejados de

la teoría aristotélica de los opuestos. Esta autora propone que el modelo

dominante de hombría: el ‘hombre de verdad’, se idealiza y, por ello, es

inalcanzable a muchos varones, lo que les hace sufrir debido a que no pueden

reproducirlo. Ese ‘desencaje’, por otra parte, produciría recurrencias históricas

de crisis en la hombría dominante, lo que poco a poco consolidaría los modelos

alternativos. Esta aportación es corroborada por otros/as autores/as del área de

la Psicología, como Vera R. Ramires (1997), que habla del ejercicio de la

paternidad en hombres que desean estar más presentes en la vida de su prole,

y Sócrates Nolasco (1993), que habla de una ‘nueva masculinidad’, en la que

algunos varones se plantean una mayor vivencia de la afectividad.

2.1- Masculino y Femenino en Françoise Héritier

Françoise Héritier, en sus dos volúmenes de Masculinidad/Feminidad, de

1996 y 2007, sostiene que el pensamiento occidental está basado en el

sistema binario de los opuestos, teorizado por Aristóteles en la Grecia Antigua,

pero que sería más antiguo aún que el propio filósofo y, además, sería una

teoría universal que plantea una relación ‘natural’ bipolar, en la que un lado es

positivo y el otro es negativo, por tanto opuestos, representada en los pares:

caliente/frío, alto/bajo, bonito/feo, grande/pequeño… y masculino/femenino.

Contextualizando el sistema binario en los orígenes de los grupos

humanos, Héritier (1996) dice que ellos distribuían las tareas entre mujeres y
32

varones a partir de sus capacidades físicas y características específicas: el

varón, por ser físicamente más fuerte, asumía las tareas de la caza y de la

protección del grupo contra ataques de animales o enemigos y, la mujer, por su

constitución física menos fuerte y por la capacidad biológica de procrear,

asumía el cuidado de los críos y, además, las actividades de recolección de

alimentos que estaban cerca de la casa.

Estas actividades no conllevarían connotaciones valorativas de ‘mejor’ o

‘peor’, una en relación a la otra. Serían divisiones basadas en relaciones

comunitarias solidarias y sensatas, establecidas entre hombres y mujeres de

grupos ‘primitivos’ que compartían sus vidas y su supervivencia. Pero, con el

surgimiento de la agricultura y la ganadería y, más tarde, de la propiedad

privada, el reparto de las actividades iría adquirir connotaciones biológico-

sociales en los discursos socio-culturales. O sea, el varón, por ser

ideológicamente más fuerte y más estratégico que la mujer, asumía el espacio

de las relaciones públicas y políticas, mientras que ella asumía el espacio

doméstico.

Analizando la teoría aristotélica, Héritier presenta sus críticas al filósofo:

El macho es el capaz de realizar, por la fuerza de su calor, la cocción de la sangre y de


transformarla en esperma: «Emite un esperma que contiene el principio de la forma», y
por principio hay que entender el primer motor, ya se cumpla la acción en sí mismo o en
otro ser. En cambio la hembra, materia, sólo es un receptáculo. (…) «Cuando el principio
del macho no domina y no es capaz de operar la cocción por falta de calor, no impone su
propia forma. Se muestra inferior a su tarea, y entonces es necesario que se cambie en
su contrario». El engendramiento de niñas es el resultado de una impotencia parcial,
«pues lo contrario del macho es la hembra». (Héritier, 1996: 190)

Para Héritier, esto, además de otros factores como: la necesidad del

varón de dominar la capacidad de procreación de la mujer, de establecer

alianzas con grupos vecinos y de tener certeza de la paternidad para garantizar

el traspaso de la herencia de grupo, daría origen al sistema de intercambio de


33

mujeres entre los grupos y a la prohibición del incesto, como forma de

establecer alianzas políticas, lo que cambiaría radicalmente la naturaleza de la

división de tareas.

En Aristóteles lo cultural (masculinidad/feminidad) y lo biológico

(macho/hembra) se encuentran y se fusionan uno con el otro, tornando invisible

su distinción, que sólo se analizaría en el siglo pasado, gracias a surgimiento

de la teoría feminista y su creación del concepto de género, como vimos en

Casares (2008). No obstante, Héritier está de acuerdo con esta fusión, pues

cree que las diferencias entre varones y mujeres son radicales, o sea, que son

opuestas:

Una conclusión que surge de este sucinto inventario de situaciones diversas es la


siguiente: se cree que las mujeres en diferentes etapas de la vida, a causa de su
naturaleza fisiológica y sus consecuencias supuestas y construidas por el sistema
conceptual local [los samo, en África], son peligros para los hombres pues atacan su
capacidad viril, su fuerza vital, y se oponen a su voluntad de tener hijos varones; pero, en
realidad, son ellas que corren verdaderos riesgos tanto físicos como sociales.
(Héritier, 2007: 58-9)

Este es un ejemplo sacado de una sociedad no occidental con el objetivo de

demostrar que esta teoría no sería propiamente de Aristóteles – por tanto,

occidental –, sino que sería universal, como afirma abajo:

Esta categorización de base dualista es en mi opinión el resultado de la observación


preliminar de la diferencia sexuada sobre la cual la voluntad humana no tiene influencia.
Está en el núcleo de todos los sistemas de pensamiento, en todas las sociedades. En
efecto, todas funcionan con categorías dualistas, oposiciones binarias concretas o
abstractas, que se hallan, sobre todo las concretas, connotadas por el signo de lo
masculino y lo femenino. Esta universalidad, sean cuales fueren los principios humanos
originales, se basa en un mismo motivo, que no reside sólo en un circuito cerebral
natural – que sería el mismo para todos –, sino también en el efecto que producen las
constantes observadas en la propia constitución de ese circuito. (Héritier, 2007: 16)

Por lo tanto:

En mi lenguaje, la valoración implícita negativa o positiva de las categorías binarias que


acompañan las dos categorías principales (idéntico/diferencia, masculino/femenino,
alto/bajo, superior/inferior, arriba/abajo, derecha izquierda, claro/oscuro, denso/vacío,
pesado/ligero, caliente/frío, etc.) funciona de manera negativa exclusivamente para el
sexo femenino. (Héritier, 1996: 291)
34

Entiendo que este discurso de Héritier inviabiliza el pensar cambios en la

identidad de género masculina porque, por un lado niega la posibilidad de

existencia de diferentes masculinidades y, por otro, parece considerar que los

hombres estamos determinados socialmente e incapacitados de repensar

éticamente nuestras costumbres individuales y sociales – ¡lo que por supuesto

sería un disparate!

Para basar su teoría universalista la autora dedica un brevísimo apartado en

su segundo Masculino/Femenino (Héritier, 2007: 48-51) a la oposición incluso

en el pensamiento oriental del Ying e el Yang, lo que se contrapone con lo que

nos informan Boff (1938) y Chagas (2006), que defienden en esta filosofía la

idea de búsqueda del equilibrio entre femenino y masculino, porque tanto uno

como el otro estarían presentes en todos los seres y en la naturaleza. El

desequilibrio en la relación sería la causa de desigualdades, guerras,

catástrofes y enfermedades.

Antes de comentar las aportaciones de estos autores, cito lo que

comprendo como ejemplo antropológico de la vinculación entre varón-

masculino y mujer-femenino, que conlleva el desequilibrio. En su explicación de

la porcofilia entre poblaciones de Nueva Guinea de las islas melanesias Marvin

Harris (1982) encuentra que entre los maring hay un tiempo para la guerra y

otro para la paz, los cuales son implantados alternada y separadamente, uno

sustituyendo el otro, sin equilibrio. El autor habla del tiempo de paz como un

periodo de mujeres: sólo ellas parecen tener responsabilidad por mantenerlo,

ya que implica el trabajo en el ámbito doméstico (cuidado, crianza,

alimentación); y, de un tiempo de guerra: sólo los varones actuarían como


35

guerreros. Por tanto se opone todo lo que se refiere al femenino, como ‘cosa’

de mujeres, del que se refiere al masculino, como ‘cosa’ de hombres.

Sergio Chagas (2006), doctor especialista en Feng Shui, definiendo el

pensamiento oriental del Ying y el Yang, dice que:

En la filosofía oriental toda manifestación visible o invisible en el Universo se origina en


una cualidad dual esencial, que se expresa en un Todo absoluto y una Nada absoluta.
De la unión de estos polos opuestos originales surge el equilibrio y el balance dinámico
que se manifiesta como el Tai Chi, que se asemeja al Tao. (…) Del Tao original surge
toda manifestación; cada parte se relaciona con una cualidad o característica. Las
características yang e yin son polos opuestos que se necesitan, se complementan y se
ciñen mutuamente en infinitas variaciones. El yang es activo, masculino, dominante y
positivo. Está colmado de poder y de energía. El yin es receptivo, femenino,
complaciente y nutriente, negativo (no malo), pasivo, espiritual, profundo.
(Chagas, 2006: 29-30)

Y, de acuerdo con el mismo filósofo chino Lao Tse que vivió en el siglo VII

a.C., y produjo la obra Tao Te King (‘libro del sentido de la vida’), traducida del

idioma chino por primera vez por R. Wilhelm, en 1925:

Quien conoce su virilidad y conserva su feminidad es como el desfiladero del mundo. No


pierde la VIDA eterna, y se convierte de nuevo en niño. Quien conoce su pureza y
conserva su debilidad, es un modelo para el mundo. No pierde la VIDA eterna, y retorna
a lo que aun no es. Quien conoce la dignidad y conserva su humildad, es el Valle del
mundo. Se conforma con la VIDA eterna, y vuelve a la simplicidad. Cuando se pierde la
simplicidad, aparecen las personas “útiles”. El Sabio que la practica, ejerce autoridad
sobre los funcionarios. Una organización excelente no precisa podas. (Lao Tse, 2006: 74)

Entre el sistema binario y el del equilibrio, aunque existe en los dos la

dualidad entre femenino y masculino, no hay oposición entre mujer y hombre

porque las dos categorías hacen parte de cada uno de ellos. De esa manera el

polo femenino no es sinónimo de ‘mujer’, ni el masculino sinónimo de ’varón’,

sino que los dos polos existen simultánea e igualmente en mujeres y hombres.

Esta noción de equilibrio implica un cambio en la mirada hacia las

relaciones de género, porque salimos de una determinación socio-estructural a

la posibilidad de intervención de los sujetos y, por tanto, de cambios en las


36

identidades y, consecuentemente, en las relaciones y estructuras sociales. En

ese sentido, Chagas afirma que para la filosofía oriental: “todo está en

permanente cambio; ésta es la única “constante”, que nadie puede evitar”

(Chagas, 2006: 20).

Lo que Héritier critica en Aristóteles es la jerarquización que se da entre

hombres y mujeres, originada en el reparto de tareas en los grupos primitivos,

porque:

…nace de precisiones objetivas y no de predisposiciones psicológicas de uno y otro sexo


para las tareas que así les son asignadas, ni de una precisión física impuesta por un
sexo al otro. Reparto que no comporta en sí ningún principio de valoración.
(Héritier, 1996: 229)

El sistema jerárquico sería un discurso ideológico que nacería de la

“dominación masculina”, con el objetivo de elaborar modelos “poco científicos”

de explicación de las diferencias:

…los hombres aportan respuestas complejas en forma de teorías de la persona más o


menos elaboradas, cuya característica es presentar cada vez una visión coherente y
ordenada del mundo, cuya existencia justifican, y de la reproducción, que son dos datos
fundamentales a los que de este modo confieren sentido. (…) También resulta muy
evidente que estas teorías están desprovistas de fundamento científico, aunque quizá no
resulte abusivo designar como de orden racional un proceso de pensamiento que parte
de la observación y de la experiencia, ya que no de la experimentación, para desembocar
en una teoría explicativa. (Héritier, 1996: 130)

De esa manera, las culturas, organizando el sistema jerárquico entre

mujeres y varones, habrían promocionado la dominación: Masculino/Femenino,

lo que implicaría que el éxito de la masculinidad estaría basado en la

subordinación de la feminidad, y no sería posible, nunca, el equilibrio. Pero,

comprendo que esto se da, entre otras cosas, porque damos por sentado las

vinculaciones mujer-femenino y varón-masculino como identidades de género

únicas y separadas, lo que conlleva el no reconocimiento de las identidades


37

diferentes que siempre existieron en la historia, y su lucha contra los modelos

dominantes establecidos social y culturalmente.

En los planteamientos de Héritier, la dominación se daría básicamente por

el control del varón sobre la procreación y, por lo tanto, el control de la

anticoncepción por parte de la mujer sería la principal salida de la dominación.

Además de esto, plantea cuatro puntos importantes, basados en la

oposición:

a) cualquier tentativa de cambio en el modelo de masculinidad es

rechazado por la sociedad, porque sólo habría dos tipos de hombrías:

el “hombre macho” o el “hombre tonto” (Héritier, 1996: 107);

b) el equilibrio entre los tipos macho y tonto sería el hombre “bueno,

generoso e ingenuo… Pero ese hombre no existe” (Héritier, 1996:

107);

c) la mujer tendría que ocupar los espacios social y político, porque su

participación aportaría a las sociedades la “mirada femenina”, la cual

posibilitaría disminuir el nivel de violencia, ‘propia de la masculinidad’;

d) “«la valencia diferencial de los sexos»: el poder de un sexo sobre el

otro o la valorización de uno y la desvalorización del otro” (Héritier,

2007: 17).

Sí que estamos de acuerdo con que la masculinidad es valorada por

encima de la feminidad, pues ésta es la corriente fundamental del pensamiento

occidental que compartimos, pero tengamos en cuenta a otros planteamientos

que sugieren que no habría un solo modelo de hombría válido: el ‘macho’, por
38

encima del ‘tonto’, sino diversos; veremos ejemplos de ello más adelante, en el

apartado de Elisabeth Badinter (1993). Por ahora, nos vamos a otro autor que

también trabaja a partir del sistema binario de los opuestos, reforzando, desde

la Sociología, los planteamientos de Héritier. Pero, más que exponer todo su

trabajo, lo que queremos es traer a este texto las críticas al autor y, por lo tanto,

al sistema binario de oposiciones.

2.2- Identidad de Género en Pierre Bourdieu

Los planteamientos de Bourdieu (2007), semejantes a los de Héritier,

consideran que el sistema binario de opuestos sería inmutable. En sus estudios

de la cultura en La Cabila, en África, dice que:

La división entre los sexos parece estar «en el orden de las cosas», como se dice a
veces para referirse a lo que es normal y natural, hasta el punto de ser inevitable: se
presenta a un tiempo, en estado objetivo, tanto en las cosas (en la casa, por ejemplo, con
todas sus partes «sexuadas»), como en el mundo social y, en estado incorporado, en los
cuerpos y en los hábitos de sus agentes, que funcionan como sistemas de esquemas de
percepciones, tanto de pensamiento como de acción.
(Bourdieu, 2007: 21)

Así, como en Héritier, en este autor el sistema binario también adquiere

una connotación universal:

Los esquemas de pensamiento de aplicación universal registran como diferencias de


naturaleza, inscritas en la objetividad, unas diferencias y unas características distintivas
(en materia corporal, por ejemplo) que contribuye a hacer existir, al mismo tiempo que las
«naturalizan» inscribiéndolas en un sistema de diferencias, todas ellas igualmente
naturales, por lo menos en apariencia; de manera que las previsiones que engendran son
incesantemente confirmadas por la evolución del mundo, especialmente por todos los
ciclos biológicos y cósmicos. Tampoco vemos cómo podría aparecer en la relación social
de dominación que constituye su principio y que, por una inversión completa de las
causas y los efectos, aparece como una aplicación más de un sistema de relaciones de
sentido perfectamente independiente de las relaciones de fuerza. (Bourdieu, 2007: 20)

El sistema binario, además de ser parte de la cultura de los pueblos,

también estaría presente en todas sus instituciones, desde la familia hasta el


39

Estado, pasando por la escuela. Dice el antropólogo Mathew C. Gutmann

(2000) que:

Bourdieu y otros han mostrado que este tipo de reproducción [del modelo machista de
hombría] es verdadera y con frecuencia es vivida abrumadoramente por los actores
sociales. La dominación masculina en particular, escribe Bourdieu, se reproduce
mediante la imputación de que las diferencias culturales son resultado de implacables
naturalezas biológicas; también afirma que el sexismo “es un esencialismo” y que “entre
todas las formas de esencialismo éste es, sin duda, el más difícil de erradicar” (Bourdieu
1990b: 12). (Gutmann, 2000: 358)

No obstante, las críticas a Pierre Bourdieu, hechas por diferentes autores,

nos ayudan a percibir alternativas. Las críticas son fuertes, en el sentido de que

su teoría supone la inercia del sujeto en la sociedad; el sujeto no ejercería el

protagonismo social, sino que sería un producto de su medio. Veamos estas

críticas en algunos autores. Como Yves Clot (1989) quien afirma:

Quizás es que la crítica del objetivismo y la del subjetivismo que se establecen en el


trabajo de P. Bourdieu no obtienen la misma adhesión. La primera permite a menudo
conocer mejor la objetividad de los procesos sociales. Pero la segunda no permite
comprender mejor la actividad subjetiva. Cuando no niega completamente, para cualquier
disciplina, la simple posibilidad de comprenderla. [De esa manera,] El sujeto no es más
que un agente, un efecto de intersección, una persistencia por inercia, un rastro que no
se revela más que en condiciones idénticas a aquellas que lo han producido. «Los
agentes mas bien caen de algún modo sobre la práctica que es la suya que no la
escogen en un proyecto libre…». (Clot, 1989: 36)

Por su parte John Gledhill (2000) asevera:

En mi opinión, se trata de ideas importantes, pero Bourdieu parece tener pocas cosas
definitivas que decir acerca del papel de las clases inferiores y su cultura política. Su
teoría de la representación política hace hincapié en el modo en que los líderes y los
partidos definen los horizontes ideológicos de sus electorados. Su interés se centra
principalmente en el modo en que se instituyen, se legitiman y se «eufemizan» las
relaciones de dominación. (…) Los dominados son, pues, cómplices de su propia
dominación por el poder simbólico. Así, no sólo Bourdieu se ha centrado cada vez más
en el estudio de las elites, sino que su propia perspectiva parece elitista y ofrece pocas
posibilidades de comprender cómo las relaciones de poder se configuran también «desde
abajo». (Gledhill, 2000: 227)

De esa manera, podemos concluir que Bourdieu, con su casi

determinismo social, refuerza el sistema binario de oposición en las relaciones

sociales y entre géneros, y no parece abogar por las posibilidades de cambio.


40

Por otro lado, desde la perspectiva del cambio, contamos con las

aportaciones de Badinter (1993), desde la Psicología, junto con aportaciones

de otros/as autores/as.

2.3- Los Modelos Identitarios en Elisabeth Badinter

La identidad del ‘hombre de verdad’, según Badinter (1993), en muchas

culturas habría que demostrarla obligatoriamente a cada momento, bajo pena

de sufrir la humillación y el desprecio de mujeres y de hombres por su fracaso.

Si el varón no deseara pasar por esta experiencia, tendría que superar pruebas

que demostrasen su virilidad, su fuerza, su coraje, en fin, demostrar que es un

“hombre duro” (Badinter, 1993: 133). Autores como Trevisan (1989) y Nolasco

(1993) coinciden con esta afirmación. Este modelo de identidad de género,

excesivamente masculino, sería exigido socialmente en diversas culturas, y

esto se lograría, como también lo dice Bourdieu (2007) y Héritier (1996), a

través de ritos de paso, en los cuales el varón se sentiría obligado a reproducir

el modelo dominante. Pero, a diferencia de lo que dice, por ejemplo, Héritier:

“En la práctica, casi todos dominan estos cambios sin experimentar graves

problemas” (Héritier, 1996: 198), Badinter, Nolasco y Trevisan, hablan del dolor

y el sufrimiento de los varones; unos, por ser obligados a encajar en el modelo

social y otros, porque no encajan. En nuestras sociedades, los modelos más

deseados por los varones serían los que marcaron la historia del cine como,

por ejemplo, los de John Wayne, Arnold Schwarzenegger y Sylvester Stallone.

De hecho, me acuerdo que era común en mi adolescencia ver los esfuerzos de

los colegas en adquirir cuerpos semejantes a los de estos ‘hombres de


41

película’, sin conseguirlo, y esto era motivo de baja autoestima y desprecio de

nuestros propios cuerpos.

En contraste con el ‘hombre duro’, Badinter sugiere la existencia de un

“hombre blando” (Badinter, 1993: 175), no un “hombre tonto”, como sugiere

Héritier (1996: 107) 17 . Este segundo modelo surgió en apoyo al primer

movimiento feminista, en la Francia de los siglos XVII y XVIII, con el

denominado “Preciosismo Francés”, y tuvo su apogeo entre 1650 y 1660. Ellos,

los llamados “preciosos”, defendieron los planteamientos feministas de

ascensión social, acceso a la educación y fin del matrimonio de conveniencia,

pero, por otro lado, cometieron el error de desechar radicalmente los valores

del hombre duro:

Adoptaron una moda femenina y refinada – pelucas largas, plumas extravagantes,


golillas, lunares postizos, perfumes, colorete – que sería imitada posteriormente. Los
hombres que se querían distinguidos convertían en una cuestión de honor el parecer
civilizados, corteses y delicados. Se abstenían de mostrar sus celos y de aparentar ser
unos tiranos domésticos. (Badinter, 1993: 27)

La autora considera que este error del “preciosismo francés” provocó su

rechazo, tanto por parte de los hombres como de las mujeres. La fragilidad en

los hombres no es deseada por nadie, así lo documentan las entrevistas

realizadas para este trabajo y, también múltiples testimonios en diferentes

medios de comunicación. Sirvan como ejemplo de ello, fragmentos de una

entrevista hecha a mujeres acerca de los hombres sensibles, publicada en la

revista brasileña Claudia, de Julio/2004:

17
Señalamos la diferencia entre estos dos conceptos, por considerar que el segundo tiene una
fuerte carga despreciativa. De acuerdo con el diccionario online WordReference.com, la
palabra ‘blando’ tiene como sinónimos las palabras: tierno, suave, dúctil, elástico, esponjoso,
blandujo, blanduzco, blandengue, flácido, flexible, fuelle, inconsistente, leve, maduro, maleable,
mórbido, mullido, muelle, laxo, flojo, fofo, pastoso, dócil, apocado, tímido, asustadizo, cobarde,
benigno, agradable, apacible, sereno, suave, templado, tranquilo y dulce; mientras que la
palabra ‘tonto’ tiene sinónimo de: imbécil, bobo, estúpido, idiota, majadero, memo, mentecato,
necio, corto, tardo, torpe, retrasado, tarado, subnormal, demente, desequilibrado, ingenuo,
infeliz, inocente y tontaina.
42

Mari: “homem que é muito sensível acaba passando uma imagem de frágil, carente. No
fundo, toda mulher quer sentir que tem um homem forte e decidido ao seu lado”;

Carmen: “a fragilidade sempre incomoda. Além disso, há caras que extrapolam. Discutir
a relação é legal, chorar se estiver a fim tudo bem. Mas ele não pode viver só para mim.
Precisa jogar futebol com os amigos, ir à happy hour com o pessoal da empresa, essas
coisas” ;

Fernanda: “o sensível se parece muito conosco”.

Delante del fracaso de este modelo, la autora plantea otro: el “hombre

reconciliado”, aquél que habría superado los complejos psicológicos de relación

con sus padres y estaría plenamente satisfecho con su identidad, sin reproducir

el modelo duro o el blando. Ella habla de un “hombre en mutación”, diciendo

que:

Hoy en día, los hombres jóvenes no se sienten bien ni adoptando el modelo de virilidad
del pasado, ahora caricaturizado, ni rechazando totalmente la masculinidad. Son los
herederos de una primera generación de mutantes. Hijos de mujeres más viriles y de
hombres más femeninos, les es difícil, a veces, identificarse con sus padres.
(Badinter, 1993: 222)

Hipótesis semejante tiene el sociólogo Victor Seidler (2006), que

considera que la juventud quiere olvidar los modelos y experiencias

traumáticas, para ‘inventar’ su propia manera de vivir sus identidades y

relaciones, sin violencias ni oposiciones. De esa manera, podemos ir

definiendo el marco teórico de esta investigación presentando la inviabilidad del

modelo de oposición binaria y la posibilidad de cambio en la identidad de

género.

Las discusiones teóricas giran en torno a la posibilidad/imposibilidad de

cambios en las identidades y relaciones de género, a partir de la filosofía

dualista occidental que opone no solo masculino y femenino, sino también

mujeres y hombres. Esto ocurre, por una parte, por la confusión que existe

acerca del concepto de género y, por otra parte, por una visión dualista basada
43

en diferencias biológicas mezcladas con estructuras socio-culturales,

observadas básicamente en las teorías de Héritier y Bourdieu.

Desde la Antropología, estas dualidades son cuestionadas por diversas

autoras y autores:

Pero, la etnografía realizada ha demostrado que todas las sociedades no clasifican la


realidad en forma de contrastes binarios; existen diferentes formas de pensamiento. Es
más, diversas antropólogas feministas (Strathern, 1984; Collier y Yaganisako, 1987) han
planteado que la tendencia a la universalización de las matrices bipolares refleja un
pensamiento marcadamente etnocéntrico. Los contrastes duales parecen estar más en
la mente de los antropólogos que en las gentes que estudian (Harris [1980], 1998: 407).
(Casares, 2008: 157)

3. Sobre la Masculinidad

A lo largo del siglo XX el Feminismo consiguió estructurar, además de

políticas sociales en varios campos: salud, educación, derechos laborales,

derechos familiares, relaciones de género, también una teoría de género que

constituyó un factor determinante para la problematización del modelo

hegemónico de hombría (fuerte, guerrero, competitivo, proveedor, agresivo,

heterosexual, jefe de familia, etc.) y pusieron en evidencia otras identidades

varoniles, tales como: los blandos, los paternos, los homosexuales, entre otras

(Badinter 1993; Ramires, 1997), tradicionalmente desencajadas del modelo

social establecido como norma. Estas ‘otras’ identidades, hasta entonces

desautorizadas por el sistema binario de oposiciones, jerárquico y sexista, con

el feminismo vinieron a la luz y adquirieron significado de modelos alternativos

a los socialmente establecidos como ‘normales’.

Esto dio inicio, principalmente a partir de los años 90, a una producción

intelectual especializada sobre las masculinidades que, extendiéndose a las

discusiones producidas en los espacios de ONG feministas, movimientos


44

sociales y comunidades eclesiales de base18, se construía un entendimiento

común de la identidad masculina como construcción social y cultural de cada

sociedad – la identidad femenina ya se definía así, desde los 70s. De esa

manera, se difundía el concepto de género siendo las nociones de feminidad y

masculinidad construidas en cada sociedad y por cada sujeto. En definitiva,

esto conllevaba la comprensión de que la identidad de género no es fija ni

universal o natural, sino que varía, que se construye.

Esta es la noción de género con la que me interesa trabajar.

Con esta problematización, se percibió que las variadas vivencias y

entendimientos individuales de lo masculino y lo femenino suelen chocar con

los conceptos sociales generalizadores, producidos en muchas sociedades con

el objetivo de ‘normalizar’ ideológicamente las identidades y relaciones entre

ellas. Se comprendió que las sociedades imponen identidades únicas,

patrones, a todos los sujetos, mujeres y varones, basadas en el sistema binario

aristotélico, y que se la establecen como norma, como ley.

3.1- Masculinidades

A la identidad masculina impuesta social y culturalmente, los sociólogos

Bourdieu (2007) y Connell (2005), la definen como ‘dominante’ y ‘hegemónica’,

respectivamente. Estos son los conceptos más utilizados actualmente en las

producciones sobre las masculinidades, y haremos uso indistintamente de los

dos en este trabajo, a pesar de que Connell no es tan pesimista como lo es

Bourdieu, en el tema de las posibilidades de cambios identitarios.

18
Hago referencia a los movimientos sociales y ONGs brasileños. No obstante, los/las autores
y autoras citados/as hablan que esa discusión se daba en varios países, tales como los EEUU,
Francia, Inglaterra, Canadá, México, Chile, etc.
45

Con la utilización del concepto de género como categoría de análisis que

define a las identidades y relaciones de género como construcciones sociales,

el Feminismo introducía también la problematización del sistema binario,

cuestionando las relaciones asimétricas de poder, no solamente entre hombres

y mujeres, sino también entre los mismos sexos: mujeres-mujeres y hombres-

hombres. Eso sugería dos cosas:

I- que la cultura social de construcción de los géneros ha sometido no solo

a mujeres, sino también a varones, ‘desencajados’ del modelo

hegemónico;

II- que sería necesario ampliar el alcance de las discusiones acerca del

género, hacia – también – la consideración de los procesos de

construcción social del “ser hombre”.

Todo ello permitió a los varones que empezaran a plantear sus diferentes

hombrías, haciéndolo de una forma organizada, colectiva y políticamente

visible, a través de grupos, asociaciones y movimientos de hombres, en los que

predominan varones heterosexuales, pero sin ser espacios exclusivos de éstos.

3.2- Hombres y Grupos de Hombres ‘Igualitarios’

Sócrates Nolasco (1993 y 2001), Luis Bonino (2003) y Patrick Guillot

(2008), muestran la existencia y la importancia de diferentes organizaciones de

varones en países como Brasil, España, Canadá, Francia o EUA.

Nolasco, psicólogo brasileño, plantea la “crisis” de la masculinidad y del

cambio en la identidad de género masculina a partir de años 60, con el

surgimiento de los Hippies norteamericanos que cambiarían, poco a poco, la


46

imagen tradicional del varón: cabellos largos, pendientes, ropas coloridas,

pacíficos, cuidadores de las criaturas, etc. Para él:

A crise masculina se define… e pode ser interpretada em um primeiro momento como


uma tentativa dos homens de se diferenciarem do padrão de masculinidade socialmente
estabelecido pelas sociedades tradicionais. Esta crise representa a problematização da
representação social masculina que converge para a crença na existência do homem de
verdade, em torno da qual todo menino é socializado. (Nolasco, 2001: 76-7)

La crisis, por lo tanto, surgiría de la incapacidad de los varones en cumplir

con el modelo ideal de masculinidad (fuerza, competitividad, etc.) que, además

de establecido social y culturalmente, estaría basado en mitos antiguos, como

Hércules, Teseo, Aquiles, etc., de la mitología griega; Fausto, Don Quijote, Don

Juan y Robinson Crusoe, de la mitología moderna; y otros mitos y héroes.

Muchos varones, por quedar fuera de estos estereotipos, estarían sufriendo:

“Os homens interessados em repensar sua forma de adesão à vida começa a

avaliar o “preço que pagam” para manter esta senhorilidade, e se perguntam se

vale a pena sustentá-la” (Nolasco, 1993: 18). Este sufrimiento impulsó la

formación de grupos de hombres, con el objetivo de trabajar lo que el autor

llama la “nueva masculinidad” o “nuevo hombre”:

Um pequeno número de homens brasileiros, individualmente, começa a repensar como


constroem seus vínculos afetivos e de trabalho fora do crivo do estereótipo social para
eles definido. Estes indivíduos buscam encontrar caminhos próprios para suas vidas,
ampliando-os para além da redução a que ficaram submetidas pelo patriarcado que
separa a “vida de um homem” da “vida de um macho”. Neste sentido, procuram
compreender as razoes que os fazem adotar um padrão de comportamento a que
obedecem cegamente. (Nolasco, 1993: 18)

De acuerdo con Nolasco, en los años 90 existían 121 grupos de hombres

formados en diferentes países, trabajando más cuestiones individuales y

psicológicas que cuestiones políticas, lo que les diferenciaría de los grupos de

mujeres:
47

O feminismo aparece como referência reflexiva para os homens que estão revendo a
condição masculina, como também para os grupos que sofrem discriminação racial e de
escolha sexual, como é o caso de negros e homossexuais. Contudo, caracterizar a
organização dos Grupos de Homens por meio do que aconteceu com as mulheres,
negros e homossexuais é cometer um engano de reduzi-la às características de um
movimento político, coisa que ela, nesta definição inicial, não é. (Nolasco, 1993: 20)

Como vemos, la aportación de Sócrates Nolasco está en el campo de la

psicología, y argumenta que el movimiento de hombres sería una búsqueda

subjetiva hacia la resolución de la “crisis de la masculinidad”. Me interesa

especialmente esta cuestión porque constituye un punto de conflicto en la

teoría específica y en la realidad del movimiento de hombres (Nolasco, 1993;

Veloso, 1996; Bonino, 2003). En la asociación hay algunos varones que están

más implicados en un trabajo social y político hacia la igualdad de derechos, y

otros que buscan un trabajo más personal, con el objetivo de repensar la

construcción de su identidad en las relaciones cotidianas. Estos últimos se

basan en la frase que marca el movimiento feminista: “lo personal es político”,

de que nos habla Stolcke (2003: 04).

No obstante, parece haber una búsqueda por un cierto equilibrio entre

estos dos aspectos porque, por un lado, la asociación – que aún se está

estructurando en Barcelona – funciona como un espacio más político, o sea, de

promoción de actividades sociales hacia la igualdad y, por otro lado, los grupos

– a pesar de que pocos varones participen en la asociación – funcionan más

como espacios de reflexión personal y ejercicio de las capacidades

emocionales.

Guillot (2008), psicólogo francés, sostiene que los primeros grupos

nacieron a partir del trabajo del psicoanalista Guy Corneau, en Quebec-

Canadá, y, de ahí, se extendiera a otros países. Sobre su grupo, dice:

“Hablamos de nosotros mismos, practicamos ejercicios, expresamos nuestras


48

experiencias, apreciamos los silencios, debatimos el camino a seguir, seguimos

la evolución de cada uno de nosotros” (Guillot, 2008: 14).

Cree este autor que, a pesar de que siempre hubieran existido espacios

masculinos de reunión, tanto formales (cofradías, círculos, clubes, logia y otras)

como informales (bares, cabarets, cafés, etc.), este tipo de ‘espacio masculino’,

los grupos de hombres, surgirían después de las grandes guerras mundiales,

cuando las mujeres empiezan a ocupar espacios públicos y los espacios

tradicionales empezarían a entrar en decadencia:

Los espacios masculinos tradicionales están ideológicamente fundados sobre una


definición y un reparto de roles: a cada sexo sus aptitudes específicas, para acciones
específicas. En general, están estructurados alrededor de una acción – el trabajo, la
caza, la guerra, la política, etc. – de la cual las mujeres se ven excluidas o dispensadas.
Segunda característica, especialmente válida para las instituciones: mediante una
jerarquía rígida, y con frecuencia mediante un sistema competitivo, condicionan al
hombre a una determinada forma de ser, idéntica para todos, el estereotipo masculino.
Sus normas son de contención afectiva, el control emocional, el endurecimiento moral o
físico. (Guillot, 2008: 25)

Como Nolasco (1993), este autor también habla de sufrimiento: “Para

muchos hombres, el paso obligado por esas instituciones ha generado un gran

sufrimiento. Han visto su sensibilidad sofocada, sus necesidades afectivas

negadas, y su identidad normalizada” (Guillot, 2008: 26). Debido a estas

demandas, en la página 27 de su libro, Guillot describe los fundamentos que

tendrían los grupos de hombres, como espacios diferentes de los tradicionales:

 no se refieren ni a unos roles masculinos, ni a un modelo masculino. Están abiertos a


todos los perfiles de hombres y valoran su diversidad. Si se componen sólo de hombres,
es para crear las condiciones para una exploración de los problemas inherentes a un
sexo determinado – y no por voluntad de excluir al otro sexo;

 no están centrados en una acción, sino en la relación entre sus participantes. Dicho
de otro modo, su acción es la relación;

 esta relación que instauran favorece la proximidad entre los individuos. Es ajena al
estereotipo: valora la diferencia, lo afectivo, lo emocional – así como el compartir puntos
de vista y poder de decisión. No se sitúa en el plano de la jerarquía o de la competencia;

 debido a ello, se inscriben en una tradición – y eso merece ser mirado de cerca –; la
de determinados espacios de reunión, comprendiendo que establecen una proximidad
que va más allá de mera reunión: la de la intimidad.
49

Finalmente, como definición de los grupos de hombres, Guillot afirma:

Así pues, los grupos de hombres no representan ni una regresión ni una novedad
absoluta en la historia humana. Son difíciles de ubicar y conviene ser prudentes en
cuanto a su apreciación, más aún cuando hasta hoy su dimensión sigue siendo modesta.
Sin embargo, es posible afirmar, sin demasiado margen de error, que representan una
nueva respuesta – pacífica y no discriminatoria – a una necesidad sin duda eternamente
presente en los hombres: la relación inter masculina. (Guillot, 2008: 27)

A su vez, Valdés y Olavarría (1997) y Luis Bonino (2003) hablan de las

diferentes corrientes del movimiento de hombres, presentando seis categorías:

Mediático, Psicoterapéutico, Profeminista, Fundamentalista, Men’s Rights y

Mitopoético. Este tema es importante en el sentido de que constituye un

estudio sobre los objetivos específicos de los movimientos masculinos, pero no

lo trataré en profundidad porque mi interés en este trabajo son los grupos.

La corriente que más parece acercarse a la realidad de los grupos de

hombres de Barcelona es la corriente psicoterapéutica, surgida en los años 80,

a partir de la mezcla de otras dos: la mitopoética y la profeminista,

caracterizada por Bonino de la siguiente forma:

 Corriente Mitopoética: surgido en Estados Unidos, en los años 80s,

buscaría el contacto con la espiritualidad y la naturaleza para recuperar

sus fuerzas perdidas con la frustración por la falta de éxito laboral, o

social, y por la insatisfacción ante la supuesta crisis de poder del varón;

 Corriente Profeminista [o Antisexista]: surgido en los países

anglosajones y escandinavos, en los años 70s, buscaría la

desconstrucción de la masculinidad tradicional hegemónica,

organizándose en grupos de reflexión.


50

El resultado de las dos, la corriente psicoterapéutica, tendría el objetivo de

superar la crisis de la masculinidad y reconstruir la identidad masculina,

problematizada por los cambios sociales y femeninos a partir del siglo XX, lo

que para Bonino no es una tarea fácil:

Ante la resistencia ejercida por la posición existencial masculina, no sorprende que el


movimiento hacia el cambio igualitario en los varones no sea mayoritario ni promovido
desde ellos, sino en general forzado desde el exterior, a lo cual ellos más o menos se
adaptan. Aceptar a la mujer como sujeto igual, legitimada como socio de contratos e
interlocutora no es tarea fácil para los varones. Cambiar hacia la igualdad supone un
tremendo esfuerzo que puede llevar a muchos varones a pensar que el cambio no
compensa. Si el logro de la igualdad se manifiesta por la puesta en práctica de los
principios de equivalencia entre las personas y la corresponsabilidad (Emakunde, 2001),
cambiar no sólo implica renunciar a derechos adquiridos – como la vivencia de pérdida
consiguiente –, sino también poner en cuestión sus propios hábitos, su estima. Significa
modificar comportamientos, pero también la propia mente para aceptar la igualdad con la
mujer y no verla sólo como amenazante, idealizada o subordinada.
(Bonino, 2003: 135)

Por ello, es importante señalar que un tema-conflicto presente en las

discusiones (muy pocas) de la asociación versa sobre el ámbito del trabajo

psicológico, del que nos habla Nolasco y Guillot, y del trabajo social, del que no

tenemos referencias bibliográficas, sino algunos pocos argumentos sobre la

participación individual de los varones en movimientos sociales (Veloso, 1996).


51

CAPÍTULO II – Metodología

En la construcción metodológico-cualitativa de este trabajo utilicé como

herramientas de la Antropología Social y Cultural el trabajo de campo y la

observación participante, en que he desarrollado cinco entrevistas en formato

de relatos de vida y he recogido datos sobre la formación de cuatro grupos,

profundizando especialmente en uno, del que me convertí en miembro.

1. Hipótesis Planteada

Después de dos años viviendo en Barcelona, me interesa poner a prueba

algunas cuestiones generalizadas sobre las formas de organización de los

varones igualitarios y sobre sus planteamientos, partiendo de la hipótesis de

que en la capital catalana, así como en Recife y otras ciudades de países

occidentales, han surgido grupos de hombres formados a causa de: a) el

cuestionamiento de la teoría de género al sistema de pensamiento binario

occidental, que opone masculino a femenino y jerarquiza sus relaciones; y b) la

búsqueda de grupos de hombres como espacios de acogimiento, discusión y

fortalecimiento de las hombrías alternativas.


52

2. Objetivos de Investigación

I- Objetivo General

Conocer la realidad barcelonesa en torno al movimiento de hombres

igualitarios, usando una aproximación socio-antropológica a algunos grupos de

hombres organizados en la capital catalana.

II- Objetivos Específicos

 Conocer los motivos para la creación de grupos igualitarios;

 Conocer el proceso de formación de un grupo de hombres igualitarios;

 Comparar los grupos en Barcelona y Recife;

 Recoger relatos de vida de algunos hombres miembros de grupos;

 Documentar las motivaciones de los varones que crearon y organizaron

los grupos de hombres igualitarios;

 Informar las nociones de ‘hombres igualitarios’ que manejan algunos

varones de los grupos;

 Informar de las nociones de hombría alternativa trabajadas en los

grupos.

3. Supuestos de Trabajo

A partir de mi experiencia en un grupo de hombres de Recife, en Brasil,

parto en esta investigación de algunos supuestos, como:

I- Los grupos de hombres son los únicos espacios donde el varón

igualitario se siente libre para expresar su hombría alternativa, sin miedo a ser

rechazado o ridiculizado;
53

II- Los varones de Barcelona tienen motivos semejantes a los de los

varones de Recife para la formación de grupos igualitarios;

III- El proceso de formación de los grupos de hombres igualitarios en

Barcelona es semejante al de Recife;

IV- Las motivaciones individuales de los varones para la formación de

grupos igualitarios giran en torno a experiencias en el seno familiar, en

movimientos sociales y/o en la formación religiosa;

V- Los varones miembros de grupos igualitarios tienen formación en el

ámbito de las Ciencias Sociales, y desarrollan actividades principalmente

educativas.

4. Técnicas Utilizadas

La investigación etnográfica tuvo inicio desde mi llegada a Barcelona, a

finales de 2007, cuando entré en contacto con los varones de la asociación de

hombres igualitarios. Este contacto fue fundamental para el desarrollo de este

trabajo, porque me posibilitó establecer relaciones de amistad y confianza con

estos varones, técnica imprescindible para llevar a cabo una investigación en

Antropología Social y Cultural (Díaz, 2008 - 3 y 8). Mientras me situaba en la

realidad de los grupos barceloneses, busqué compilar los documentos y la

bibliografía específica en castellano, que aportasen informaciones sobre los

planteamientos hacia las posibilidades e imposibilidades de cambios en las

identidades de género de los hombres. A partir de ahí, empecé a elaborar un

guión de entrevistas en que pudiese obtener los datos acerca de los motivos

para la formación de grupos igualitarios.


54

4.1- Observación Participante

La observación participante me posibilitó verificar los supuestos y la

hipótesis de investigación, en que he trabajado con hombres de grupos

igualitarios que se reúnen en la ciudad de Barcelona, encontrándoles en las

reuniones mensuales de la AHIGE y en actividades de esta entidad, como

congresos, charlas y asambleas de socios.

Las relaciones establecidas fueron de dos tipos, conforme las técnicas de

investigación antropológicas: a) convivencia informal en cafés, fiestas y viajes,

y b) reuniones y asambleas. De esa manera, mi contacto con estos hombres

me aportó informaciones acerca de sus vidas personales y de su organización

en los grupos y en la asociación, lo que me posibilitó elaborar un guión de

entrevista que sería aplicado a partir del mes de Febrero de este año de 2009,

cuando yo ya tenía la confianza del grupo para tratar formalmente de sus

asuntos personales (Díaz, 2008: 103 - 8).

En finales de 2008 y principios de 2009, he participado en el proceso de

creación de un nuevo grupo, que se reúne dos veces al mes en la sede de la

asociación. Esta participación me ha posibilitado: a) verificar el proceso de

formación del grupo y b) conocer a más varones interesados en el tema.

4.2- Documentación y Bibliografía

La bibliografía específica utilizada en este trabajo trata de forma

interdisciplinar a los cambios en las relaciones de género, porque el tema de

las masculinidades está siendo desarrollado en las áreas de la Psicología,

Sociología y Antropología, simultáneamente. Por esta razón, he utilizado como

eje teórico a algunos de los autores y autoras más representativos como


55

Bourdieu, Héritier y Badinter, a los que he añadido las aportaciones de otros

autores y autoras que versan sobre los cambios posibles y los no posibles en la

identidad de género de los varones. Son textos que aportan informaciones

acerca de las construcciones del género masculino en diferentes contextos

culturales y sociales y, por otro, informaciones específicas sobre los

movimientos y grupos de hombres por la equidad de género.

Son pocos los textos específicos en castellano sobre los grupos de

hombres, entre los que encontré a Patrick Guillot y a Luís Bonino. Por ello,

también he utilizado autores brasileños como Marcelo A. Veloso y Sócrates

Nolasco. Todos ellos son psicólogos, lo que demuestra la carencia de trabajos

castellanos en Antropología sobre las masculinidades, a pesar de que Aurelia

M. Casares habla de una Antropología de la Masculinidad en su libro

Antropología del Género, de 2008.

Por esta razón, y también porque los hombres o grupos de hombres

igualitarios no son objetos de estudio por parte de los organismos públicos, no

he buscado documentos en organizaciones gubernamentales, sino en la misma

AHIGE. Son informaciones recogidas de su web: www.ahige.org, cuestionarios

recogidos en las asambleas anuales, libretas y trípticos informativos sobre

actividades desarrolladas a nivel de Cataluña y España.

4.3- Entrevistas

He hecho seis entrevistas a varones de tres grupos igualitarios. Pero, sólo

he anexado a este trabajo cinco, debido a que sufrí el robo de mi ordenador

portátil en la propia UAB con un mes de trabajo realizado. ¡Esto me costó

muchos dolores de cabeza!


56

Las cinco entrevistas están en formato de relatos de vida, en los que hago

preguntas sobre las motivaciones para la creación y participación en grupos de

hombres. El guión elaborado sirve como base para las entrevistas, pero no

limita al entrevistado a un orden o tipos de preguntas, dejándole libre para

hablar sobre lo que crea que es importante (Prat, 2007; Díaz, 2008 – 8 y 9).

Los ejes temáticos versan sobre mi interés de investigación, y he establecido

las siguientes preguntas:

I- Datos personales:

a) Nombre y edad
b) Si tiene padre, madre y/o hermanas/os
c) Estudios y profesión
d) ¿Qué definición das al ‘hombre igualitario’? ¿Por qué?
e) Si tiene pareja y si es hombre o mujer
f) Si tiene hijos/hijas
g) Con quién vive actualmente
h) Cuál la clase social y si está empleado

II- Hombre igualitario

a) ¿Te consideras un hombre igualitario?


b) ¿Cómo defines el hombre igualitario?
c) ¿Por qué participas en un grupo de hombres?
d) ¿Qué te ha motivado a participar de un grupo de hombres?

III- Grupo de hombres igualitarios

a) ¿Cuántos varones participan en el grupo y dónde se reúnen?


b) ¿Qué ha contribuido el grupo en tu vida?
c) ¿Qué temas son trabajados en el grupo?
d) ¿El grupo ha hecho acciones políticas?
e) ¿Cómo defines un grupo de hombres por la igualdad?
f) ¿En qué trabajan profesionalmente los varones del grupo?
g) ¿Cómo y cuándo surgió el grupo?

IV- Familia

a) ¿Quién hace las tareas domésticas en tu casa?


b) ¿Sabes hacer algún plato?
57

c) ¿Qué relación tienes con tu padre y qué él aporta a ti en tu vivencia


de la masculinidad?
d) ¿Qué adoptas/rechazas del modelo de tu padre en tu ser hombre?
e) ¿Qué relación tienes con tu madre y qué ella aporta a ti en tu vivencia
de la masculinidad?
f) ¿Qué adoptas/rechazas del modelo de tu madre en tu ser hombre?

V- Masculinidad

a) ¿Te consideras un hombre masculino o femenino?


b) ¿Crees que el hombre está cambiando?

VI- Mujeres

a) ¿Cómo defines la igualdad entre hombres y mujeres?


b) ¿Qué diferencias existen entre hombres y mujeres?
c) ¿Por qué crees que ‘somos’ violentos hacia las mujeres?

El tiempo de entrevista fue siempre más de una hora: entre una hora y

cuarenta minutos y dos horas. A pesar de ello, no he seguido todas las

preguntas del guión. Las nuevas preguntas surgían a partir de lo que el

entrevistado estaba hablando, lo que implica decir que hay preguntas en la

entrevista transcrita que no están en el guión; cuando no, las introducía en

momentos de pausa del entrevistado o cuando percibía que el asunto estaba

agotado.

Todos contestaron las preguntas hechas sin mostrar resistencia y se

mostraron bastante receptivos a mi iniciativa. Las entrevistas se llevaron a cabo

en espacios reservados, libres de molestias externas y usando una pequeña,

pero potente, grabadora digital. El lugar de trabajo fue escogido por el

entrevistado: en su casa, lugar de trabajo o un parque. La única demanda que

yo hacía era que no hubiera molestias externas. El hecho de conocernos de la

asociación hizo que no fuera necesario pedirles que hablasen en castellano y


58

no en catalán, porque ellos ya sabían que yo les comprendería mejor y podría

establecer una conversación con ellos.

Al final algunos, como José y Molina, incluso me agradecieron haberles

hecho recordar y/o pensar los asuntos tratados.

Las transcripciones fueron hechas tal como fueron recogidos los relatos

de vida: con pausas, repeticiones o cortes de palabras, palabras en catalán y

correcciones de ideas. He intentado también transmitir lo que pasó: sonrisas,

alguna interrupción e impresiones que he sentido.

5. Sujetos del Estudio

Los varones entrevistados para este trabajo son cinco: Molina, Jordi y

José, que son miembros de un grupo con seis años de existencia; Zorro, que

es miembro de un grupo con cuatro años de existencia y finalmente Marc es

miembro de un grupo mixto, o sea uno en el que participan hombres y mujeres.

Tienen edades comprendidas entre los 31 y los 61 años y algunos rasgos en

común: tienen formación en Ciencias Humanas; buscan ‘ajustar’ sus

masculinidades a una forma más equilibrada de ser hombre: ni violento, ni

[demasiado] frágil.

Los grupos tienen la regla, más o menos fija, de no aceptar nuevos

integrantes a partir de un año de su constitución, debido a las dificultades en

integrarlos a la dinámica intimista del grupo, en la que se construyen relaciones

de confianza y confidencialidad. De modo que para participar en un grupo tuve

que esperar cerca de año y medio hasta que surgieran otros varones

interesados en formar un nuevo grupo, lo que ocurrió en Febrero de este año

2009. Por esa razón, he estudiado con más profundidad el proceso de


59

formación de este grupo recién creado, porque he participado en su proceso de

formación y me he incorporado a él como miembro. Esto me posibilitó recoger

datos como: dificultades, normas y metodología de organización y de trabajo.

A excepción de Jordi, los demás también son miembros de una asociación

de hombres igualitarios en Cataluña, pero organizada a nivel de España. No

hay problema en que los varones que quieran integrarse a esta asociación lo

hagan. Basta con entrar en contacto con ellos y explicar las motivaciones e

intereses. Y, a diferencia de la participación voluntaria que caracteriza a los

grupos, ser miembro de la asociación implica pagar 10 euros al mes19. Esto

permite a los socios el acceso a los e-mails, participar y votar en las

discusiones on line, participar en las asambleas anuales de evaluación y

planificación de la entidad a niveles de Cataluña y estatal, entre otras

posibilidades.

19
Me he asociado desde que llegué a Barcelona, en 2007, pero pago la mitad de la cuota: 5,00
euros, porque he negociado con la coordinación general, en Andalucía, alegando que soy
estudiante, además de extranjero. Aceptaron, pero dijeron que yo era el primer caso de este
tipo en la asociación.
60

6. Tabla-resumen

A continuación tenemos una tabla-resumen que permite visualizar el conjunto del proceso.

TABLA (a)

FASES FUENTES TÉCNICAS DATOS OBT. OBJETIVOS


1994-2000 I- Grupo en Recife/Brasil; I- Observación participante; I- Nociones acerca de la Conocer el proceso y los motivos
II- Bibliografías general y II- Análisis de textos del hombría alternativa; para la creación de un grupo de
específica; grupo; II- Motivaciones hacia la hombres;
III- Cursos y talleres sobre III- Participación en eventos búsqueda por cambios Documentar las motivaciones de los
género y masculinidad. variados del grupo; identitarios; varones que crearon y organizaron
IV- Resumen y codificación de III- Concepto de grupo de los grupos de hombres igualitarios;
libros. hombres. Recoger relatos de vida de algunos
hombres miembros de grupos.
2000 a 2007 I- Grupo en Recife/Brasil; I- Contactos por e-mail; El proceso y los motivos Conocer los contenidos sobre
II- Bibliografías general y II- Resumen y codificación de para la creación de un género y masculinidad;
específica. libros. grupo de hombres Comparar los grupos de Barcelona
y Recife.
Noviembre/2007 I- Bibliografía específica; I- Resumen y codificación de I- Contenidos teóricos; Conocer el proceso y los motivos
a Octubre/2008 II- Asociación de hombres libros; II- Origen, organización para la creación de un grupo de
igualitarios de Cataluña; II- Participación en eventos y actividades de la hombres;
III- Asociación de hombres variados de la asociación; asociación; Comparar los grupos de Barcelona
igualitarios de España. III- Miembro de la asociación III- Organización de los y Recife.
de hombres igualitarios; grupos de hombres
IV- Observación participante en Barcelona-
en la asociación. provincia;
IV- Informaciones acerca
de los hombres de la
asociación.
61

TABLA (b)

FASES FUENTES TÉCNICAS DATOS OBT. OBJETIVOS


Diciembre/2008 I- Asociación de hombres I- Observación participante I- Entrevistas; Conocer el proceso y los motivos
a Mayo de 2009 ‘igualitarios’; II- Integración en un grupo de II- Algunas prácticas para la creación de un grupo de
II- Grupos de hombres de hombres; cotidianas de dos hombres;
Barcelona-provincia; III- Participación en eventos varones. Documentar los motivos
III- Grupo de hombres en variados de la asociación; individuales de los varones que
Barcelona-ciudad. IV- Participación en algunas llevaran a creación y organización
actividades cotidianas y de grupos;
laborales de dos varones. Comparar los grupos de Barcelona
y Recife.
Mayo a Junio I- Materiales recogidos; I- Transcripción de I- Tesina de máster. Informar las nociones de “grupo de
de 2009 II- Bibliografía. entrevistas; hombres igualitarios” que manejan
II- Interpretación de datos; algunos varones miembros de estos
III- Producción de texto. grupos;
Informar de las nociones de
hombría alternativa trabajadas en
los grupos;
Comparar los grupos de Barcelona
y Recife.
62

CAPÍTULO III – Hombres ‘Igualitarios’ de Barcelona

Los primeros contactos que tuve con los hombres igualitarios de

Barcelona se dieron luego que llegué a esta ciudad en 2007, a través de un

colega brasileño que hacía doctorado en la UAB y que me dio los e-mails de

los coordinadores de la Asociación de Hombres por la Igualdad de Género,

AHIGE, en España y Cataluña. El contacto con los grupos vendría después.

La diferencia entre la asociación y los grupos de hombres es que la

primera es una entidad jurídica con sede propia y estructura institucional,

gestionada por sus socios que pagan una mensualidad. Los grupos no tienen

nada de eso; se reúnen en casa de sus miembros o en algún local cedido,

como una asociación de barrio, o una escuela, o un colegio, o algo de este tipo.

Sus miembros no tienen que pagar nada, pero es común que al final de cada

reunión compartan la comida o cena que cada uno ha aportado o cocinado él

mismo. Para ello, o todos van a un bar o cada quien lleva algo de comer para

compartir. Si alguien no tiene dinero o no trajo nada, no pasa nada porque los

compañeros se encargan de que todos participen de este momento. Esto se

daba bastante en el grupo de Recife porque casi todos sus miembros eran
63

pobres y, por lo tanto, tenían dificultades con el tema. El grupo contribuía

incluso con los que siquiera tenían dinero para el autobús.

He conocido a los grupos de hombres de Barcelona en mediados de 2008

a través de una colega feminista de la universidad, que me dio los contactos

telefónicos de tres grupos. Uno de ellos se reunía en el centro de Barcelona y

los otros en Tarrasa y Manresa, ciudades de la región metropolitana

barcelonesa; su novio forma parte de uno de ellos y, en el otro ella tiene

amigos, dos hermanos que conoció en un viaje a América Latina.

No conseguí localizar el que se reúne en Barcelona porque sus contactos

(teléfono y página web) no funcionaban. A los otros dos, sí que los he

encontrado; uno, está a 40 minutos de Barcelona y, el otro a una hora y media

y ambos tienen un año de existencia. Están formados por jóvenes entre 20 y 30

años, la mayoría solteros, de clase social baja y salidos del Movimiento Okupa

que, según ellos, son grupos de personas que ocupan viviendas desocupadas

como protesta contra las políticas públicas de urbanización20.

El motivo principal para la organización de estos grupos de hombres

fue/es su oposición al tratamiento discriminatorio sufrido por las mujeres del

Movimiento Okupa, algunas sus compañeras sentimentales. En general, sus

objetivos, además de rechazar al tratamiento dado a sus compañeras, es

repensar la identidad masculina y las relaciones de género dentro del

movimiento.

El grupo de Tarrasa es formado por siete varones que se reúnen en una

pequeña sala de una escuela pública, conseguida gracias a la participación de

20
Los problemas de las políticas públicas barcelonesas de urbanización son abordadas en el
trabajo antropológico “La Ciudad Mentirosa: fraude y miseria del ‘modelo de Barcelona’” de
Manuel Delgado, publicado en 2007, que coincide con muchas de las informaciones dadas por
los varones del Movimiento Okupa.
64

uno de los educadores de aquella institución. He participado en sólo una de sus

reuniones y no más, porque ellos estaban cerrados a la incorporación de

nuevos miembros. Tratamos de conocernos y hablar sobre el origen y los

objetivos de este grupo.

En el grupo de Manresa en que he participado en dos encuentros. Se

reúne en las casas de sus miembros. Mi primera reunión con ellos se realizó en

una casa ocupada y amenazada de desalojo por la justicia, en donde vivía uno

de los varones; eran seis los varones presentes. Quince días después, fui a la

segunda reunión que se realizó en otra casa, de esta vez perteneciente a uno

de los miembros y ubicada cerca del centro de la ciudad. Estuvimos allí cerca

de dos horas y, al final de la reunión, sobre la media noche, me fui a dormir en

el piso de mi informante, un chico que vive solo, trabaja como autónomo

haciendo y editando fotos de personas para una tienda de su ciudad. Es un

chico que ejerce un cierto liderazgo en el grupo, pero en su opinión el grupo

debe mantenerse siempre sin horarios, temas o compromisos fijos, lo que le da

al grupo una cierta inestabilidad.

Yo me planteaba hacer mi trabajo de campo en el grupo de Manresa

porque es abierto a nuevos miembros, pero tenía dificultades para conciliar los

horarios de reuniones (siempre por la noche) y la distancia, con mis actividades

en la UAB. Además, es un grupo que aún no tiene claro sus objetivos y

planteamientos. Por estas razones les escribí un e-mail en que explicaba mi

imposibilidad de acudir a sus reuniones, argumentando el tema de la

incompatibilidad de horarios.
65

1- Los Contactos con los Hombres del Estudio

Los contactos establecidos con grupos del centro de Barcelona se dieron

más bien con algunos de sus miembros, más que propiamente con los grupos.

La razón principal para ello fue, como ya dicho anteriormente, su política de no

aceptación de nuevos integrantes. Por esta razón mis contactos se limitaron a

los varones que participan en la asociación de hombres igualitarios. Esto se

debió a que: a) ellos fueron los primeros ‘hombres igualitarios’ de Barcelona

que he conocido y con quienes establecí una relación de amistad desde 2007;

b) sus reuniones se daban en la misma ciudad de Barcelona, lo que facilitaba

mucho mi acceso; c) su organización alto nivel de estructuración, lo que

facilitaba la obtención de informaciones; d) la entidad era una referencia en

este tipo de trabajo; y e) estos varones están implicados directamente en

trabajos y políticas públicas hacia la igualdad de género. Era, por lo tanto, la

mejor opción para la elaboración de mi trabajo de máster, porque disponía de

poco tiempo para realizarlo.

1.1- Primeros Contactos

En octubre de 2007 contacté por primera vez con José, coordinador de la

asociación de hombres igualitarios en Cataluña, y él me invitó a una actividad

pública de la entidad en la Plaça de Sant Jaume, un punto estratégico porque

es donde se ubican el Palacio de la Generalitat y la sede del Ayuntamiento de

Barcelona. La actividad se denominaba “Concentración por el Amor y contra la

Violencia” y tuvo lugar el domingo 21, empezando al medio día. Esto constituyó

mi primer encuentro con los varones de la AHIGE-Cataluña, que en aquél

entonces eran tres: José, Zorro y Ricardo.


66

Hablé primero con Ricardo, un chico estudiante de doctorado en química

que vivía en la zona metropolitana de Tarragona y que, después de algún

tiempo dejó de asistir a las reuniones de la asociación. Él era el único que

circulaba por la plaza para entregar trípticos de la asociación. Le pregunté

quién era José y él me señaló un hombre mayor que estaba rodeado de

personas, hombres y mujeres, hablando sobre el objetivo del evento que era

discutir el amor y rechazar la violencia machista. Me acerqué para presentarme

y, después de una breve conversación, me fui a distribuir trípticos con Ricardo

a la gente que pasaba. Zorro daba entrevistas a los medios de comunicación,

ubicado cerca de su coche, donde guardaban los materiales informativos para

la distribución. En el automóvil estaban colgados varios carteles de la entidad.

Al final del acto público, me presenté a los tres a la vez, y ellos me

invitaron a su reunión mensual, prevista para el sábado 2 de noviembre, a las

18h., cerca del Palau de la Música.

1.2- La Asociación de Hombres Igualitarios

Llegué al local de la reunión antes de las 18h., donde solo estaba José

que me enseñó todos los compartimientos de las plantas baja y primera que

tiene el Casal Lambida, un Centro Asociativo de Gais y Lesbianas 21 donde la

AHIGE se reunía porque aún no tenía sede propia. Fue cuando conocí a Marc

que era miembro de las dos entidades.

Empezamos la reunión con más o menos media hora de retraso.

Estábamos allí cuatro varones: José, Zorro, Marc y yo. Después de me

preguntaron si yo entendía catalán, toda la reunión fue en este idioma. Zorro,

muy atento, me dijo que yo podría interrumpirles a cualquier momento para


21
La web del Casal Lambida: http://www.lambdaweb.org/casal6.htm
67

preguntar lo que no entendiera, lo que no lo hice porque, igual que entenderles

todo lo que hablaban, en aquel momento para mí también era importante

conocerles en su ambiente y costumbres de hombres igualitarios de Barcelona.

Además de otros asuntos, se propuso una evaluación del evento en la

Plaça de Sant Jaume, lo cual fue valorado como positivo, porque se había

conseguido el objetivo de divulgar la entidad y sus objetivos. Como punto

negativo, se valoró la baja asistencia de varones de la entidad al evento (en

aquél entonces la AHIGE-Cataluña tenía cerca de siete u ocho miembros).

En este año 2009, la asociación logró alquilar un espacio para sus

reuniones, compartiendo un piso con la entidad Atlàntida 22 en un edificio de

cinco plantas, ubicado cerca de la Plaza España. Tiene cuatro salas, un baño y

una terraza en la parte de tras. La primera sala tiene una puerta de vidrio que

da acceso a la calle, donde hay dos sofás de bambú y, entre ellos, una mesilla

de madera donde se pueden encontrar periódicos y/o revistas; hay dos mesas

de tamaño medio, destinadas al trabajo de secretaría de las dos entidades; hay

un mueble largo de madera con diversos materiales como periódicos, trípticos,

revistas y textos sobre orientación ciudadana a inmigrantes latinoamericanos

en Cataluña, actividad desarrollada por la entidad Atlàntida, que tiene

reservada la segunda sala para sus materiales. Siguiendo hacia el interior del

piso, pasamos por una puerta que da acceso a un corto pasillo que vincula

esta segunda sala al tercer compartimiento; encontramos algunas sillas y una

mesa de vidrio con pies de hierro que es utilizada por las dos entidades; hay

una estantería de hierro utilizada por la asociación de hombres para guardar

sus documentos; al fondo, a la derecha, encontramos servicio sanitario; a la


22
Web de la entidad Atlàntida: http://www.bcn.es/barcelonainclusiva/esp/participant_a254.htm
68

izquierda, un paso sin puerta que da acceso al cuarto compartimiento, lugar

privilegiado de trabajo de la asociación, porque tiene una puerta y una ventana

de vidrio que permiten la entrada de abundante luz del sol, y se comunica con

la terraza; hay una mesa desarmable de madera, con pies de hierro, rodeada

de ligeras sillas, hechas de hierro y cuero sintético, de color oscuro. El último

compartimiento es la terraza, con cerca de dos metros de longitud por cinco de

largo, rodeada por un muro de cerca de dos metros y medio de altura; su

puerta está alineada con las otras, de manera que quien está en la terraza

puede ver la puerta que da acceso a la calle: esto sirve de control visual de

entrada y salida de la gente, cuando la secretaria de la otra entidad no está.

Las reuniones de la asociación son mensuales, pero puede que

ocasionalmente los varones se reúnan para trabajar en algo que demanda

trabajo extra, como por ejemplo la planificación de las actividades del año o la

elaboración de proyectos. Yo estuve en la elaboración de un proyecto sobre

salud masculina en que pude percibir cómo ellos trabajan. Primero, en la mesa

de trabajo cada quien se encarga de elaborar en su ordenador portátil (la

entidad no tiene ordenadores) un parte del proyecto, o sea, la introducción, la

justificativa, los objetivos, el presupuesto, etc. Segundo, si tienen alguna duda

mientras trabajan individualmente, hacen preguntas unos a otros. Tercero,

exponen sus propuestas de texto colectivamente y cada uno hace sus

comentarios y sugestiones. Y cuarto y último paso: cuando coinciden en que el

proyecto está listo, uno de ellos recoge todo el material y lo estructura en su

forma definitiva.
69

Yo no quedé responsable de ningún aspecto, sino de contribuir con algún

comentario y dar apoyo en el sentido de comprar agua o algo que picar en el

bar vecino. En esta actividad sentí un ambiente de pandilla y amistad entre

ellos, hombres que a pesar de ser expertos en elaboración de proyectos – uno

de ellos trabaja con proyectos de género a nivel europeo – no competían entre

sí ni se cerraban en sus propuestas sin aceptar sugerencias.

A pesar de que la asociación era un espacio en el que yo podría

establecer relaciones con varones de grupos de hombres, no era sólo lo que yo

buscaba porque quería integrarme en un grupo, ya que éste espacio es donde

se puede conocer con más profundidad a los varones. De acuerdo con José la

asociación es el espacio político de los hombres igualitarios, en el que se

reúnen varones de diferentes grupos y los que aún no tienen grupo, como yo y

Ricardo, por ejemplo.

Zorro me presentó algunos motivos por los cuales los grupos con cerca de

un año de vida o más, no aceptaban la entrada de nuevos miembros, y el

principal era el trabajo ya realizado de construcción de una relación de

confianza entre sus miembros, en el que cada varón expone sus fragilidades y

relaciones afectivas y amorosas. Por esta razón la entrada de alguien que no

estuviera acostumbrado con ese tipo de trabajo podría, según él, perjudicar al

grupo. Le expliqué que en Recife, nosotros no poníamos restricciones a la

entrada de nuevos miembros y que no tuvimos grandes problemas por ello; al

contrario, los nuevos miembros siempre traían nuevas aportaciones al grupo

que, en cierto modo, le daban un nuevo ánimo para continuar sus actividades.

En Barcelona era diferente pero, al contrario de lo que había pensado,

esta no era/es una política solo de los grupos de hombres, pues una colega
70

mía, de la universidad, me dijo que también encontraba dificultades para entrar

en los grupos de mujeres de esta ciudad, y los motivos eran muy semejantes a

los de los grupos de hombres.

Por todo ello, la participación en un grupo quedaba pendiente de si se

formaba uno nuevo, o de si los grupos ya existentes quisiesen recibir un nuevo

miembro, lo que era difícil. En marzo de este año por fin se formó un grupo.

2- Tres Grupos de Hombres

Tenemos tres tipos de datos sobre los grupos de hombres: los obtenidos

en las entrevistas ‘formales’, los surgidos en conversaciones informales y los

que son recogidos en la investigación participante. Los datos recogidos

informalmente hablan de los grupos de José y de Zorro, los grupos más

antiguos de Barcelona, con seis y tres años de existencia, respectivamente.

Los datos del tercer grupo formado este año 2009 los recogí de manera

vivencial como miembro del grupo.

Un grupo de hombres necesita bastante tiempo para estructurarse. Al

principio los objetivos del grupo aún no son claros para la mayoría de los

varones, y a cada entrada de un nuevo miembro se reinicia el proceso

‘fragilizándole’ en cierta manera. Así, en este periodo inicial de estructuración el

grupo se constituye de dos partes: un núcleo duro, constituido por algunos

varones y un área externa fluida, constituida de unos cuantos varones que

participan de forma irregular. Después de meses el grupo se consolida, pero

mantiene esta misma estructura; después de un año, o más, la tendencia es

cerrarse a nuevos miembros con el objetivo de preservar esta estructura. La

consecuentemente de cerrarse es su extinción gradual porque sus miembros


71

poco a poco se alejan. Este proceso puede durar años (Veloso, 1996; Guillot,

2008).

Veamos cada uno de los tres grupos.

2.1- El Grupo de José

El primer grupo formado en Barcelona, en 2003, surgió a partir de la

iniciativa de José – es uno de los varones entrevistados para este trabajo –, un

varón que, tras participar de una jornada sobre masculinidades en Jerez, en

2001, se dedicó a traer a Barcelona la propuesta de formar grupos de hombres

igualitarios. Aquel evento constituyó un marco para el movimiento de hombres

en España, como explica Bonino (2003):

Desde el año 2000 ha surgido un creciente interés en la formación de nuevos grupos por
parte de algunos varones, especialmente tras los congresos sobre «hombres e igualdad»
realizados en San Sebastián y Jerez, lo cual, ha conducido a la creación, en 2001, de
grupos en diversas ciudades como Madrid, Pamplona, Málaga, Sevilla y Jerez.
(Bonino, 2003: 119)

La participación en este grupo, así como en los demás, es voluntaria, y

cuenta hoy con nueve varones entre 30 y 61 años de edad, que se reúnen

cada semana en las casas de sus miembros porque, tras hacer sus primeras

reuniones en una asociación de barrio de Barcelona, un Centro Cívico, según

José, el local no ofrecía un espacio de suficiente intimidad para sus

actividades. No obstante, haciendo el cruce de informaciones presentadas más

adelante de los entrevistados (José, Jordi y Molina, principalmente), además de

informaciones informales del mismo José, podemos considerar más motivos

para que ocurriera este cambio de espacio, como la influencia bastante

importante de una línea de pensamiento del grupo que defiende que el trabajo

debe priorizar la perspectiva personal, abandonando la línea de la militancia


72

política hacia los derechos sociales, sean de mujeres o de hombres. Esta línea,

según Jordi tiene como representante un varón del grupo [a quien llamaremos

Eduardo] que es psicoterapeuta.

Eduardo es ex-miembro de la asociación de hombres, y la dejó por no

estar de acuerdo con los planteamientos hacia la igualdad. En una

conversación informal José me dijo que esta igualdad no se refiere a derechos,

sino igualdad entendida como homogeneidad. Para José este pensamiento de

Eduardo está en la línea del pensamiento feminista de la diferencia:

…el Feminismo de la Diferencia que, digamos, un poco, pues, lo que hace es…
considerar que la mujer… no ha de catalogar como víctima, y el que… hay que recuperar
todo el femenino, la historia, la generosidad… femenina, la diferencia femenina,
entonces que está escrita en el cuerpo de la mujer, pues ehhh, la maternidad… en fin,
toda una filosofía, que viene de las italianas, un poco relacionado con la recuperación de
la mujer del pasado, incluso místicas, teólogas, y tal…

Intenté entrevistar a Eduardo, comunicándome con él por e-mail, pero

cometí un error: había mencionado la expresión ‘hombre igualitario’, y esto,

según José, había sido la causa de su rechazo. No obstante, como Eduardo

ejerce una fuerte influencia en su grupo, las informaciones sobre él surgían de

manera espontánea en las conversaciones informales con los varones del

grupo y de la asociación. Además yo mismo tuve contacto con él en ocasión de

su participación en la jornada sobre hombres igualitarios de Barcelona, en

Mayo de este año (tríptico en anexo); es un hombre mayor de origen nórdico

que vive en Barcelona hace años, en un piso cerca del Hospital de Sant Pau;

trabaja en talleres de psicoterapia para hombres y mujeres, donde desarrolla

temas como: enamoramiento, sexualidad, intimidad, convivencia, presencia,

mantenimiento del espacio personal en la relación, entre otros, y su

metodología es básicamente de trabajos corporales, utilizando danzas y

ejercicios de relajamiento.
73

En las entrevistas es interesante que José hace una crítica a los grupos

que priorizan la militancia política, ya que es una crítica a su propio trabajo en

el principio del grupo: “…lo que ellos explican, yo creo que es más… de «aquí»

para fuera y no entra dentro… ¡creo, ¿eh?!”. A partir de esta noción, el grupo

se torna un espacio de trabajo personal, mientras que la asociación es un

espacio de trabajo político. Jordi, que es de su grupo, añade a esta crítica la

idea de que el cambio tiene que partir del micro, de las actitudes personales, no

del macro: los partidos políticos, ONG, asociaciones, etc., porque cree que esta

acción a nivel macro no funcionaría.

Estas dos líneas de pensamiento: psicoterapia x acción política es una

cuestión no resuelta del todo, porque hay diferentes opiniones entre los

varones. Es, además, un ‘problema’ no sólo de Barcelona sino del movimiento

de hombres, que está dividido en diferentes corrientes de pensamiento

(Nolasco, 1993; Veloso, 1996; Bonino, 2003).

2.2- El Grupo de Zorro

Este grupo fue formado en Barcelona en 2003 y actualmente tiene cuatro

miembros: un profesor, un psicólogo, un cámara de TV y Zorro, que es y

educador; se reúnen a cada 15 días en un espacio de psicoterapia, en el centro

de Barcelona, cerca de la Plaza Cataluña. Es, según Zorro, un espacio ancho

en que los varones hacen ejercicios de relajación y reflexión acerca de sus

experiencias de vida. Fue creado por iniciativa de José.

Además de Zorro, no he conocido a nadie más del grupo, porque estos

varones no están involucrados en actividades en las que suelen estar muchos

de los varones igualitarios, tales como congresos y jornadas sobre género. Es


74

un grupo prácticamente desconocido para los demás, porque nadie, ni en

entrevistas ni en conversaciones informales, habla sobre él. Pero, esta no es

una cuestión exclusiva de este grupo porque, como veremos más adelante, en

las entrevistas los varones no suelen conocerse entre sí, porque no hay

conexiones entre los grupos.

La línea de pensamiento predominante en este grupo es la psicoterapia,

descrita en el discurso de Zorro:

Hablamos de cómo estamos, cómo nos sentimos, de cómo estamos con nuestra
pareja… familiares, con tu padre; nuestras hermanas; cómo estamos en el trabajo, cómo
estamos entre nosotros; cómo nos sentimos y lo que nos pasa; cómo vamos viviendo
todo; cómo vamos caminando por la vida. Pero, desde lo vivencial, desde lo que
sentimos, ¿no? Yo, por ejemplo, yo cuando tenía problema con mi pareja… si me pasa
esto y, “¿qué sientes?”, siento rabia; “¿Y qué haces con esa rabia?”, pues… y vamos
hablando así.

2.3- El Tercer Grupo

Este grupo nació a partir de un taller para varones impartido por José en

un fórum sobre igualdad de género, realizado en Barcelona en noviembre de

2008 (tríptico en anexo). Era la primera etapa de su formación.

En aquel taller, estábamos presentes once varones, además de José y

Marc, con edades entre 50 y 20 años, la mayoría educadores, tres de origen

latinoamericano. Estábamos en el tercer piso del Centre de Cultura de Dones

Francesa Bonnemaison23, en una sala con grandes ventanas de vidrio en una

de sus paredes, por las cuales incidía abundante luz del sol y daban contacto

visual hacia el interior del edificio; las sillas de plástico, organizadas en círculo,

nos posibilitaban mirarnos a todos de frente pasándonos la sensación de

horizontalidad en la relaciones en que todos podían intervenir cuando lo

desasen.

23
Web de la Bonnemaison: http://bonnemaison-ccd.pangea.org
75

Después de las presentaciones individuales en que se hablaba sobre qué

se hace en la vida laboral y qué intereses tiene en la temática, José propuso

que nos pusiéramos de pie, y en silencio debíamos relajarnos el cuerpo con

movimientos circulares suaves de cabeza y hombros, y la respiración pausada;

con voz suave y despaciosa José propuso que pensáramos en el “cómo

somos”, “qué queremos”, “qué modificamos”. Quedamos así cerca de 10

minutos. En seguida propuso que escogiéramos una pareja utilizando la mirada

y que nos aproximáramos unos a otros; mirándonos a los ojos, sin huirnos de

este contacto, cogemos las manos unos a otros e intentamos pasar un

sentimiento de acogida mutua. Quedamos así un breve rato. Luego, nos dimos

un abrazo afectivo para sentirnos el contacto corporal y nuestras respiraciones.

Esta actividad tuvo la duración de diez a quince minutos.

Tras este primer momento, regresamos a nuestras sillas. El paso

siguiente fue la lectura de un texto sobre una pareja heterosexual de jóvenes,

realizado por Marc en que quedaban claros algunos conflictos en la relación. La

propuesta era hablar de ello y sugerir formas de arreglarlo de la manera mejor

posible para los dos. De entre las sugerencias dadas, la principal fue el diálogo.

El taller duró entre treinta a cuarenta minutos y, al final, José propuso que

los varones se encontraran otro día para ver la posibilidad de formar un grupo

permanente de hombres. Quienes tenían interés – la mayoría –, apuntaron sus

e-mails en una hoja de papel. Terminaba así la primera etapa de formación de

este grupo.

La segunda etapa se constituyó en hacer los contactos con los varones,

para concretar el grupo. La idea era reunirse informalmente en algún bar del
76

centro de Barcelona, con el objetivo de pensar dónde reunirse, qué horario y

qué temas interesaban. José quedó responsable por esta segunda etapa. La

primera reunión, así como la segunda y la tercera, no tuvo éxito porque las

agendas de los varones no coincidían y así se acabó el año 2008 sin José

lograse la formación del grupo.

En Febrero de 2009, ya cansado de intentar reunirlos José me había

pedido que yo hiciera la invitación pero, como no había archivado los correos

electrónicos en mi ordenador 24 , lo hizo él nuevamente, y puso al final del

mensaje:

«Nos volveremos a encontrar, a saludarnos con nuestros corazones e iniciaremos, si


queréis, un camino de exploración personal interior en compañía. Utilizaremos la
palabra, pero también el silencio, los gestos de nuestro cuerpo, la mente callada, todo lo
que se nos ocurra. La idea es ir reconstruyendo nuestra masculinidad en un sentido
armónico con los demás y con el mundo. ¿Quién se anima a venir con nosotros en este
viaje? ¡Animaos a venir y a participar¡ - José y Toni».

Y es de esa manera poética que José empezaría a fomentar en Barcelona

la creación de un grupo más de hombres.

En este año 2009 la AHIGE-Cataluña había logrado alquilar su sede,

donde este grupo se reúne regularmente a cada quince días. Pero la primera

realizada aún no sería su reunión fundacional, porque acudieron a ella cuatro

varones: tres, que ya nos conocíamos de la asociación (yo, José y Zorro) y

Danilo, el único varón entre los invitados que se presentara. José había

preparado dinámicas para la reunión, pero lo que hicimos sólo fue hablar de

nuestras expectativas y nos enseñó dos libros con los cuales trabaja en su

grupo, uno sobre la “nueva” masculinidad y otro sobre ejercicios para grupos de

hombres, del autor Juan Carlos Kreimer publicados en 1991 y 1994, los cuales

me los prestó para que hiciera copias para mí y para Danilo.


24
En verdad, era más bien una excusa mía para preservar mi papel de investigador en el
proceso, sin intervenir de manera importante.
77

Al final, nos pusimos de acuerdo para una nueva reunión para dos

semanas más tarde. Empezaba la tercera y última etapa de formación del

grupo: las reuniones.

Zorro había comprado cinco almohadas y una alfombra de unos tres

metros de longitud por dos de largo, de color rojo con símbolos diversos en

azul y beige; había tendido en el suelo de la sala, ocupando mitad de su

espacio; la otra mitad, estaba ocupada por una mesa, donde colocamos lo que

habíamos traído de comida y bebida para ser compartidos al final de la reunión.

Cuando llegamos, después de saludarnos con dos besos en el rostro, nos

quitamos los zapatos, los colocamos en algún rincón de la sala y nos sentamos

en la alfombra.

En esta, que sería de hecho la primera reunión de este grupo, estábamos

siete varones, con edades entre 60 y 30 años, la mayoría trabajadores en el

área de educación; fue preparada por José, que propuso conocernos a través

de las siguientes actividades:

- Caminar por la sala, relajando brazos, hombros, piernas y cuello

- Al señal de José, parar donde estuviéramos

- Hacer pareja con quien estuviera más cerca

- Buscar algún lugar en la sala para presentarnos uno a otro: nombre,

edad, estado civil, profesión, etc.; qué interés tiene en el tema de

masculinidades, qué ha motivado a venir allí, etc.

- Volver al grupo, y decir los puntos de la conversación en parejas que

se quiera compartir con el colectivo


78

- Añadir las cuestiones que queramos a los comentarios de las

conversaciones, impulsando el debate

Trabajamos en pareja durante unos cuarenta minutos y de una hora en el

colectivo. Cuando empezaron las exposiciones, nos dimos cuenta de que había

características comunes entre nosotros: trabajo con educación, involucramiento

en movimientos sociales y contacto con la iglesia [católica] en algún momento

de nuestras vidas. A partir de ese reconocimiento colectivo, en el que el grupo

empezaba a estar a gusto y a crear vínculos de confianza, fueron saliendo

cosas más personales, como las relaciones con otros hombres y con el padre.

José explicó que hay tres reglas que se deben ser observadas para que

se pueda mantener en el grupo un ambiente de confianza: hablar a partir de

uno mismo, no juzgar el otro y mantener la confidencialidad. La primera tiene el

objetivo de hacer que cada quien hable siempre en la ‘primera persona’,

exponiendo sus experiencias, sus ideas y convicciones. La segunda, de acoger

al otro para ayudarlo en sus dificultades a través de consejos y/o de

experiencias diferentes, a partir del ‘ponerse en lugar del otro’. Y, la tercera, el

objetivo de respetar los sentimientos y experiencias individuales25.

José no continúa participando en las reuniones de este grupo porque su

objetivo era sólo dar inicio a las actividades, contribuyendo con materiales

pedagógicos y las orientaciones iniciales. Zorro sí se mantuvo en el grupo en

que ejerce un rol de impulsor, función que para José es importante para ayudar

en su proceso de estructuración en cosas básicas como: mantener al grupo

informado de las reuniones, informar de lo que pasó en la última reunión,

25
Esta regla de la confidencialidad no impide que se haga un trabajo de investigación en el
grupo; lo que se pide es que se mantenga el anonimato y que el observador participe también
como miembro activo.
79

recordar los acuerdos hechos y cuidar del espacio de reunión. José dijo,

basado en la experiencia de seis años de su grupo, que si no se tomasen en

cuenta estos principios básicos, el grupo tendría problemas y podría no

funcionar.

Para la siguiente reunión, se concertó que otro varón la organizaría, y que

el tema sería la paternidad, porque fue un asunto que pareció como demanda

importante en las conversaciones. De esa manera, se concertaba la

metodología del grupo, basada en la participación y división de tareas entre

todos, sin elección de un único coordinador.

3. Cinco Hombres ‘Igualitarios’ de Barcelona

Las características generales de los cinco varones entrevistados son las

siguientes: cuatro son miembros de la asociación, tres tienen pareja, dos son

padres y uno es homosexual; uno es de origen nórdico, y los otros son

españoles de diferentes Comunidades Autónomas.

La descripción, a continuación, está basada en las entrevistas e

informaciones recogidas en el trabajo de campo, en el que busqué aplicar las

orientaciones técnicas de nuestro curso de máster, impartido por el profesor

Aurelio Díaz. Para dar cabo de esta actividad, intenté mantener una relación de

convivencia y amistad con ellos, participando en las actividades de la

asociación y en actividades cotidianas de algunos. Son hombres que se

cuestionan a sí mismos rumbo a la armonía consigo y con los demás, un

camino de muchas preguntas y pocas respuestas.


80

3.1- JOSÉ

José vive en un barrio de la zona oeste de Barcelona, tiene 61 años de

edad y es profesor jubilado, padre de una chica de veintidós años, fruto de su

segunda unión. Fue el primer miembro de la asociación de hombres igualitarios

en Cataluña y también el fundador del primer grupo de hombres en Barcelona,

en 2003. A partir de entonces, se empeña en impulsar la formación de nuevos

grupos y actualmente está desarrollando un proyecto de redes de jóvenes en

ciudades del área metropolitana de Barcelona.

Es una persona alegre, abierta y tierna, con quien establecí una buena

relación de proximidad, en que pude conocer su vida personal y algunos de sus

parientes. A pesar de actualmente tener una compañera sentimental él vive

solo, en un apartamento de cinco compartimentos: una sala de medio tamaño y

una pequeña cocina; un cuarto del tamaño de la sala, convertido en biblioteca

personal; su cuarto de dormir, casi todo ocupado por su cama de casado y su

armario; y un pequeño cuarto convertido en su oficina de trabajo, con una mesa

y un ordenador.

Fueron tres las veces que fui a su casa. La primera fue para preparar,

junto también con Ricardo, un cine fórum sobre las diferentes masculinidades

que sería presentado como motivación a una charla con mujeres y hombres,

realizado en el Casal Lambda. Para ello, deberíamos escoger una película,

elaborar preguntas sobre ella y pensar una dinámica para el debate.

Ricardo y yo llegamos en el horario concertado (19 horas) y, después de

un café hecho por José, empezamos a ver las propuestas de películas,

eliminándolas a partir de los criterios de duración (no podría pasar de una hora)

y del tema, que debería ser sobre masculinidades alternativas. La actividad


81

ocurriría una semana después de esta reunión, y sería coordinada por Ricardo.

Vimos a un video de cerca de 30 minutos y, al final, compartimos comentarios

sobre el mismo. Acudieron cerca de diez personas, seis varones y cuatro

mujeres, organizados en un círculo de sillas de plástico.

La segunda vez que fui a su casa, fue para hacerle la entrevista para este

trabajo. La tercera fue para irnos de viaje con su esposa actual y su hijastra, a

visitar la abuela de la joven en una ciudad del interior de Cataluña, a dos horas

de Barcelona. Acepté encantado la invitación de José porque sería una

oportunidad de conocer más de Cataluña – él es historiador – y de intercambiar

más ideas con él sobre las masculinidades.

Sus relaciones familiares son de gran importancia para la percepción de

su identidad de género, pues él identifica ahí las bases de la construcción de su

hombría: tuvo un padre afectivo y tiene una madre dura y una hermana amiga.

En este ambiente familiar, José fue construyendo su subjetividad, al

aprehender/rechazar características de los modelos familiares, a partir de

criterios personales.

Su relación afectiva iba a ser más intensa con su padre que con su madre,

porque éste se dedicaba más en la relación con los hijos que ella. José tiene

recuerdos de lo afectivo que era su padre, cosa que le deja un poco

conmocionado; cuenta que los fines de semana él llamaba sus hijos a su cama

con un característico silbido y estaban horas jugando. Esto le marcó mucho.

Pero, por otro lado, él atribuye sus debilidades como varón a la incapacidad de

su padre de ser firme y decidido en muchos momentos necesarios. En este

punto considera que su madre tiene mucho que aportarle de su postura firme.
82

Su madre es, según su definición, una persona “dura”: sin aproximación

afectiva y firme en sus decisiones. Ella decidía todo en su casa, mientras su

padre se resignaba a aceptar. Un hecho que marcaría este carácter de la

madre fue el momento de la muerte del padre, en que ella fue quien tomó la

iniciativa de quitarle los aparatos que lo mantenían a él con vida, cuando ya no

había ninguna esperanza. Según José, en una situación igual, su padre jamás

hubiera tenido coraje de llegar a una decisión como ésta.

Su hermana es fuerte como la madre, y fue su colega de juguetes y

complicidades en la niñez; constituyó la base de sus aprendizajes de género y

de sexualidad porque, a la vez, le incentivaba a que fuera más fuerte en sus

relaciones con los colegas de escuela; compartía con él miradas en sus

cuerpos desnudos para aprehender sus anatomías diferentes. Pero, a pesar de

los incentivos de la hermana, en su vida colegial él hizo opción clara por la no

violencia en su socialización con los colegas, basado en el modelo pacífico del

padre. Para él, era incomprensible el comportamiento peleón y violento de los

colegas.

José, adquiriendo más edad, desarrollaba poco a poco su postura no

violenta, y su ingreso en la vida religiosa católica, impulsado por el deseo de su

madre – dijo, en tono de broma, que ¡ella querría que él fuera Papa! –, iba a

ponerle en contacto con la Teología de la Liberación (Lois, 1986) y, después,

con los movimientos y la militancia sociales, en los que iba a construir un ideal

de igualdad entre las personas y de justicia para los más desfavorecidos. En

este período de su vida, trabajó en hospitales cuidando de enfermos, una

experiencia que le marcaría mucho por enseñarle una realidad chocante de


83

enfermedades y cuerpos debilitados que él no conocía en su vida de clase

media alta. Años después dejaría la vida religiosa.

Sus planteamientos sobre su identidad de género solo empezarían a partir

de un conflicto entre él y su segunda esposa, madre de su única hija, cuando

vio amenazado el ejercicio de su paternidad. Este conflicto, al poner en peligro

la relación con su hija, le hizo percibir que su paternidad constituía algo

fundamental en su vida, y que ya no sería posible imaginarse alejado de la niña.

Presionado por la ex-esposa, él se sentía deprimido y, al explicarlo a los

amigos, no sabía todavía definir lo que sentía, utilizando un lenguaje figurado

para explicarlo: sentía que perder a su hija era como si le hubieran cortado un

brazo o una pierna.

Fue en este momento de búsqueda por entender sus sentimientos y su

‘ser hombre’, que José se enteraría de las teorías de género a partir de la

lectura de ‘XY: la identidad masculina’ de Elisabeth Badinter, obra publicada en

1993 (y utilizada en este trabajo). Además de otros textos, él también

empezaría a participar en diversas actividades de género, lo que le llevó al

Congreso de Masculinidades celebrado en Jerez, en 2001, y que fue un marco

para el movimiento de hombres en España (Bonino, 2003). Esto iba a impulsar

a José en su deseo de crear el primer grupo de ‘hombres igualitarios’ en

Barcelona, una iniciativa que no sería fácil.

José tuvo que hacer diversas tentativas de invitación a varones para la

formación de un grupo de hombres, pero sólo lo lograría en 2003, al final de un

simposium sobre género realizado en Barcelona; él cogió al micrófono e invitó

a todos los varones presentes.


84

Poco a poco la idea fue convirtiéndose en realidad y actualmente el

grupo lleva ya seis años de vida, reuniéndose a cada semana en casas de sus

integrantes.

Formado este grupo, el objetivo de José era contribuir a que se formaran

más grupos en Barcelona y Cataluña. Así, él daba inicio a un segundo grupo y

en 2005, y un tercero en 2009.

Para la formación de este nuevo grupo, José tenía la intención de

atribuirme la función de su impulsor, ya que yo llevaba más de un año en la

asociación, y aun no me había integrado a ningún grupo.

José sigue intentando formar nuevos grupos y aplicando una metodología

de realización de talleres por invitación de diversos ayuntamientos, buscando

sensibilizar a los varones e invitarlos.

A partir de la realización de la jornada sobre hombres igualitarios en este

año 2009, ideada y puesta en práctica por la asociación en agosto de este año,

ha surgido la posibilidad de realizar proyectos en diferentes ciudades, y esto

parece ser el inicio de una nueva metodología de trabajo para José y para la

asociación en Cataluña.

Preguntado sobre su noción acerca del ‘hombre igualitario, José dice:

No me gusta mucho la, mira, como etiqueta, para presentarnos a la, a una institución, a
la sociedad, bueno, ya sé lo que significa, vale, pues, ‘hombre igualitario’, de acuerdo.
Pero, yo no me siento hombre igualitario, porque… me gustaría otros apelativos: hombre
libre, hombres, ehhh, completo, me gusta más ese: hombres que quieran ser completos,
que quieran ser libres… completo, en el sentido en que, yo creo que la masculinidad
hegemónica es una amputación, te amputa, te quita una parte de tus capacidades que
están como atrofiadas, porque no se cultiva, ¿no?; la sensibilidad, la vulnerabilidad, eh,
la capacidad de empatía, de cariño, ¿no?, se queda atrofiado, ¿no? (Anexo, pág.138)

El ejercicio de esta otra masculinidad de José se puede ver en actos

simples de su vida cotidiana como por ejemplo en su relación afectiva con su


85

actual esposa, en su actitud de llevar y cuidar de plantas ornamentales en la

asociación de hombres, en su manera cariñosa de tratar a las personas y en su

metodología horizontal de trabajo (diálogo y uso igual de la palabra).

En la entrevista él explica las razones para el cambio hacia la

masculinidad alternativa:

O sea que, ese es un mensaje para dar a muchos hombres; yo creo que es un mensaje
importante para tomarse otro tiempo, otro ritmo de vida, no se estresar, no tener siempre
aquí detrás la voz que te ordena: “sé el más brillante, sé el mejor, sé el primero, sé… sé,
sé”… madre mía, es una liberación… Pero, no es fácil, eh, siempre queda algo. Pues, en
ese sentido, eh, hablamos de la libertad, ¿no?, más que de la igualdad; pero, libertad en
el sentido, no de hacer lo que da la gana, pues la libertad es toda la vida de los hombres,
¿no? (Anexo, pág.138)

Este cambio, como vemos, no es un plan individual de José, sino la

búsqueda de mayor calidad de vida, de relaciones más justas, de una sociedad

mejor.

3.2- ZORRO

Zorro es soltero, tiene 31 años de edad y vive con su hermana a 30

minutos de Barcelona, aproximadamente, en un piso ancho con grandes

compartimientos: una sala, en que se ubican dos sofás uno, con espacio para

cuatro personas y otro, con espacio para una, además de un mueble de

madera, donde se ubica un TV de plasma y artesanías indígenas

latinoamericanas; dos cuartos, uno para él y otro para su hermana y una

cocina, además del baño. Su grupo de hombres, es el segundo creado por

José, en 2005.

Él también es miembro de la asociación de hombres, y fue el segundo

informante clave sobre los hombres igualitarios de Barcelona con quien,

mantuve una relación bastante próxima, que me ayudó a comprender


86

cuestiones como por ejemplo la necesidad de cierre de los grupos a nuevas

participaciones.

Nuestra relación se basó en la asistencia a eventos, tales como

asambleas de la asociación de hombres y congresos y talleres sobre género y

masculinidad. Después de estos eventos, generalmente íbamos a cenar juntos,

o a tomar un café, aprovechando para conversar sobre los grupos y sus

motivaciones personales para involucrarse. Su búsqueda hacia el movimiento

de hombres se da a partir del rompimiento de su relación con una pareja

sentimental en que buscaba apoyo después de la muerte de su madre. Este

fue el punto máximo. Antes, su familia y la religión ejercieron mucha influencia

en su identidad de género.

Hasta sus veintidós años de edad él era militante asiduo de la iglesia

católica, donde era catequista y trabajaba con jóvenes. En su educación

religiosa aprendió que la separación de un matrimonio, significaba la quiebra de

la promesa y del compromiso en la pareja y con la familia. De esa manera, la

separación de sus padres, además de un momento traumático en su vida,

ciertamente influyó mucho en su relación con su padre, de quien, según él, ha

copiado algunos aspectos de su modelo, pero rechazado a otros.

Después de separarse de su madre cuando aun era pequeño, su padre

poco a poco ejerció influencia sobre sus hermanas para que dejaran a su

madre y fueran a vivir con él argumentando que ellas estudiarían más y

tendrían un futuro mejor. Pero, esta influencia no hizo a Zorro dejar a su madre

hasta la muerte de ésta. Su madre, mientras vivió, tuvo una postura de

sumisión hacia su padre, incluso sin buscar otra pareja. De esa manera, él fue

educado exclusivamente por la madre, con quien estableció una relación


87

simbiótica en que los dos vivían en dependencia emocional mutua y

compartían los ideales y creencias religiosas del perdón y del ‘amor eterno’ e

incondicional: “es que, esto tiene que ver también con que yo con mi madre

estaba muy enganchado”. No obstante, Zorro se resistía a sumisión hacia su

padre:

Y, pero… para mí también ha sido un hombre que… no… no me permitió ver la… el
mundo y la vida de otra forma distinta a la suya. Yo creo que mi padre considera que…
él tiene una imagen y una idea de vida, como se tiene que vivir. Para él, bien. Y… No
permitía mucho que tú pensases distinto. Porque, se pensabas distinto, te estabas
equivocado. (Anexo, pág. 151)

La ‘culpa’ es un elemento que él considera clave en la educación católica

y que él busca superar en sus relaciones, porque entiende que no ayuda en los

errores. Él cree que debe sustituirse por la noción de responsabilidad:

No, no, culpa: cometo un acto, entonces cometes un error. Pues “tu, culpable”. Entonces,
eso hace a mí responsable. Porque ‘culpa’ es muy paralizador, es muy acusativo, te
congela. Y yo qué: “responsable”, para aprender del error y superarlo. Y eso con la
iglesia, no. Está ahí, la culpa y el perdón. Tiene que ir a pedir perdón. Porque, con la
iglesia pides perdón, tienes que te confesar… la idea, ¿no? Y no cambias. Tu vas, te
confesas, y ya está. Pero no vas introduciendo en tu corazón. (Anexo, pág. 168)

Esta cuestión parece estar presente en la relación con sus padres, en la

vinculación aparente que hay entre la imagen de la madre-sacerdote: persona

bondadosa, pero pasiva y resignada, y de su padre: persona culpable por el

error de dejar la familia, pero sin ayuda para repararlo. Se encuentra, entonces,

en un mundo de conceptos y sentimientos lo cual busca gestionar.

La muerte de la madre cuando él tenía 18 años de edad, le fragilizaría

mucho y, por otra parte, el rechazo de su pareja en quien buscó recuperar su

relación materna le hizo entrar en una gran depresión, a punto de perder su

empleo y alejarse de sus amistades. La ayuda llegaría del padre y las

hermanas llevándole a tratamiento psicológico. Sus hermanas volvieron a vivir


88

con él y su padre, a pesar de vivir en otra ciudad, cada semana va a visitarles y

a cenar juntos, lo que posibilita a los dos una reaproximación.

Cuando se recuperó, Zorro comprendió que su dependencia emocional se

originaba en el modelo de relación sentimental que tenía, basado en la

dependencia y en el mito del amor romántico, eterno e incondicional de la

educación religiosa. De esa manera construye una nueva forma de concebir las

relaciones, y se aleja de la Iglesia.

Hoy en día vive con la hermana menor, de veintidós años, con quien tiene

una gran unión y comparten las tareas domésticas. Ellos siempre están en

contacto por teléfono y siempre están atentos a lo que el otro necesita. Pero,

había un problema entre los dos: el cambio de habitación, que él quería y ella

no, porque su habitación era mucho mayor que la de él. Su explicación para

ello, era que ella estaba allí hacía ya dos años, y que creía justo que ahora

cambiasen. Lo hicieron semanas después.

Al preguntarle sobre los valores que él cogería de su padre, dice que él es

un hombre bondadoso y atento con la gente, sin ser pasivo en sus relaciones

sino todo lo contrario porque no se deja engañar por las personas que quieren

aprovecharse de su buen carácter. Esto también le ayuda a Zorro a superar la

dependencia excesiva en sus relaciones, aún muy reciente en su vida:

Pero, yo sí que he hecho cosa así… en mí mismo. ¿Sabes?, yo sí que me he dicho,


“bueno, yo quiero esto, y por mucho que mi padre me diga lo otro, yo quiero hacer esto”,
seguro de mí mismo. Últimamente lo he hecho… En los últimos 2-3 años. Y… Y él se ha
podido enfadar. Pero, yo he resistido, y dice, bueno me da igual que te enfades. Pero,
antes, antes de hace, cuatro años antes ehhh, le hacía caso. Muchas veces le hacía
caso. (Anexo, pág. 155)

Hasta la fecha de esta entrevista, Zorro no había logrado dialogar con su

padre para expresar sus deseos y preferencias, porque dice que a él no le


89

interesan sus asuntos. Le pregunté, entonces, sobre qué le gustaría hablar con

su padre, y él dijo que sobre sus vidas y actividades cotidianas:

Yo, por ejemplo, estoy con los hombres de la igualdad, y estoy en la asociación de
hombres… pero, lo he explicado, y él no hace caso. Son temas que no le interesan. Se
interesa más por tu trabajo, si tienes trabajo, y tal. (Anexo, pág. 157)

Cierto día me fue a una charla en su ciudad, en que Zorro iba a hablar

sobre la asociación de hombres y sobre el ‘hombre igualitario’. Por primera vez

su padre estaba en una actividad de este tipo y, al final, hablé con él y, sin

esperar que yo le preguntase su opinión sobre la charla, me dijo que todo lo

que el hijo había dicho él ya practica en su cotidiano y, por lo tanto ya sabía

todo. De esa manera, no dejaba mucho espacio para el diálogo, lo que parece

confirmar su tendencia a cerrarse. Esta actitud hace a Zorro no saber cómo

reaccionar, sino con una aparente falta de interés hacia los asuntos del padre,

para hacerle percibir sus propias faltas.

En estos momentos de crisis, además de buscar la ayuda psicológica,

Zorro también buscó conocer más sobre las masculinidades, y fue entonces

cuando conoció a José y a la asociación de hombres a través del internet. Esta

relación paterna complicada es superada en el grupo de hombres a través del

diálogo y la complicidad:

El grupo… me ha aportado… compartir con hombres… distintos pensamientos… pero,


pero compartir cómo nos sentimos, sin miedo a expresar lo que hemos vivido. Con el
grupo, él me ha aportado a la práctica, no en la teoría; el poder expresar lo que soy, sin
miedo; no tener miedo a expresar lo que soy yo. Es la práctica, el grupo me aporta eso, a
la práctica. (Anexo, pág. 163)

Su noción de hombre igualitario es:

Un hombre por la igualdad, para mí, es un hombre… que tiene un marco de pensamiento
desde la realidad, del mundo, desde una perspectiva feminista. Pensamiento feminista.
Y, a la vez, optimista hacia la sociedad, hacia a los hombres. Quiere transformar la
realidad de las relaciones de géneros. Busca transformaciones sociales, que progresen y
superen los géneros tradicionales. Pero también, un hombre por la igualdad, esa es la
parte teórica… La parte práctica es que… se ve y sea consciente de su necesidad de
crecimiento personal, trabajo personal y de autoconocimiento y respetar los sentimientos
90

de las mujeres y los hombres. (…) Se gestiona e intenta expresarse de una forma… en
armonía. Pero también que percibe a los demás y a la armonía. Y, sobre todo, no
impone, sino respeta. Percibe… siente y percibe. (Anexo, pág. 169)

En su búsqueda por superar la dependencia afectiva, él aboga por la

necesidad de construcción de la autoestima:

Yo no estoy de acuerdo con la idea de gustar a todo el mundo. Un hombre por la


igualdad no tiene que gustarle a nadie; tiene que ser él. A lo mejor es que tenga que le
caer mal. Pero, para mí no pasa nada. Yo, por lo menos pienso así. ¿No?
(Anexo, pág. 170)

A diferencia de los demás, Zorro parece no hacer diferencia entre el grupo

y la asociación; a él los dos son iguales, porque tanto en un espacio como en el

otro, él encuentra confianza y amistad, y piensa que trabajan hacia la

construcción de una sociedad mejor:

Qué me motiva… eh, que me satisface hacerlo y a transformar la… la sociedad. O sea,
hay que ser muy optimista socialmente; podemos cambiar la sociedad; soñamos con
cambiar el mundo. ¿Sabes? Supongo que es lo que me motiva a ser activista social por
los derechos humanos, o por la igualdad, o por la paz en el mundo, o por un mundo más
ecologista. Un activismo personal de hacer cosas. (Anexo, pág. 172)

3.3- JORDI

Jordi tiene 35 años de edad, es soltero y vive solo en un piso pequeño,

alquilado hace siete años, y ubicado en un alto, en una calle pequeña y

estrecha de la zona norte de Barcelona, cerca del Hospital Sant Pau. Vive en la

planta baja de un edificio de dos pisos. El suyo tiene de cinco pequeñas

habitaciones: una sala, con dos sofás, uno con espacio para tres personas y

otro con espacio para una, y una estrecha estantería de un metro y medio de

altura, con libros de variados títulos; la cocina, contigua a la sala y a una

pequeña terraza detrás de la casa, desde donde es posible ver parte de

Barcelona; y, su cuarto de dormir. Al preguntarle sobre su clase social, él dijo

que esta es una pregunta-trampa, porque la gente siempre contesta que es de

clase media, pero ni siempre corresponde a su real clase social; no obstante,


91

se define como de clase media baja, porque tiene estudios universitarios y un

empleo razonable.

Es sociólogo, y trabaja en la Generalitat, en temas de empleo para la

gente en paro, principalmente inmigrantes, pero no tiene interés por temas

relacionados con problemas sociales, sino con cuestiones personales de

identidad de género, a causa de que se siente fragilizado y débil en su

hombría, lo que le hizo buscar al grupo de José, que ya tenía un año de

existencia.

José fue la persona que me puso en contacto con Jordi, pues yo aun no lo

conocía, ya que él no forma parte de la asociación, ni participa en actividades

de género realizadas en Barcelona; del contrario, yo ya le habría conocido,

porque participo en muchas actividades, principalmente en las de la asociación.

Por eso, mi relación con Jordi se dio sólo en el momento de la entrevista, pero

mi impresión acerca de él fue que es un varón muy amable y sensible. Pero,

justo por eso, creo que él ha sufrido discriminaciones del tipo: “¡eres maricón!”,

porque su manera de ser, sus gestos, su voz, etc., son acentuadamente

femeninos.

Jordi es el único varón que he entrevistado que defiende claramente que

el grupo debe trabajar solo cuestiones personales, sin un involucramiento

social. Pero lo plantea con una connotación política, porque considera que, sin

el cambio personal, no puede haber el cambio social, y basa esta idea en la

hipótesis – ¡más que comprobada! – de que un varón puede parecer bueno en

su discurso, pero en realidad no serlo en su vida cotidiana. Esto parece

compatibilizarse con la tesis feminista de que “lo personal es político” y, de

hecho, los varones ‘igualitarios’ de Barcelona suelen basarse en este


92

argumento para defender que lo político (los partidos, los políticos de

izquierdas, los movimientos, etc.) no funciona como debería. De esa manera,

más que los otros varones, Jordi deja claro que su creencia de que el cambio

está en los niveles más micros: las relaciones personales, que en los macros.

Por ello, él desarrolla la idea de la existencia de un “hombre bueno”: el

que se cuestiona en su masculinidad, y un “hombre malo”: el que hace uso del

machismo sin plantearse cambios. Y, para él, el grupo de hombres es un

espacio de protección y apoyo, en donde él puede expresar sus miedos, dudas

y rabias respecto a su identidad de hombre, y no ser rechazado por sus

compañeros, sino acogido y, además, aconsejado, nunca juzgado.

Pero, su conceptualización de “hombre bueno” es, no obstante ambigua,

porque mezcla la idea de ‘bueno’ con la de ‘malo’, y esto parece vincularse a su

relación con su padre, un “hombre bueno”, en el sentido de no ser violento: “es

incapaz de matar una mosca”, pero, a la vez, un hombre que no consigue

establecer una relación satisfactoria con su familia, por su personalidad débil e

insegura. Este modelo de hombría es el de su padre, y él lo intenta superar.

Criado en un ambiente en que predominaba el dominio de las mujeres:

madre y hermana, él lo define como un ambiente femenino y matriarcal,

marcado por una relación de “amor muy fuerte, muy incondicional, tanto que

‘come’, ¿no?, es decir, un exceso…“; esto, corroborado por la ausencia del

padre, en el sentido de un hombre cerrado e incapaz de comunicar sus

sentimientos. Esta creación excesivamente materna y débilmente paterna,

desarrollaría en Jordi una masculinidad débil y excesivamente cómplice con las

mujeres, en el sentido de que adquiere hábitos considerado de la “cultura de

las mujeres”: el acercase afectivamente a las personas y el hacerse amigo


93

confidencial de mujeres. Esta excesiva confidencialidad le impide de ser más

‘agresivo’ a la hora, por ejemplo, de ligar con ellas, porque esta intención se

complica cuando la relación ya es de amistad. De esa manera él, por lado,

habla con ellas cosas muy personales de ellas, pero no consigue hablarles de

sus sentimientos e/o intenciones de varón heterosexual, porque sería

‘políticamente incorrecto’.

Los aspectos familiares contribuyeron a que él se constituyera como un

hombre, por un lado, sin un referente de masculinidad fuerte que le ayudara a

ser más ‘agresivo’, más activo, más protagonista y, en fin, más masculino en

sus relaciones y, por otro lado, un hombre dependiente en sus relaciones

amorosas, a punto de que cada rompimiento con una pareja, él sufre mucho y

es incapaz de superarlo sin recurrir a la terapia: ya lleva en ella seis años. De

esa manera, él define el ‘hombre igualitario’ o ‘bueno’ – el hombre del grupo –

como “hombre asertivo”, o sea, aquél varón que busca el equilibrio entre

masculino y femenino, lo frágil y lo fuerte, lo duro y lo blando. Un ejemplo que

él nos da es la capacidad que uno debe tener de decir ‘no’ sin miedo, cuando

sea necesario, pero sin agredir al otro con un: “¡vete a la mierda!”, por ejemplo,

o sin amenazar al otro, sino con respeto y seguridad.

Por esta razón lo que él busca en el grupo de hombres es, además de la

superación de sus debilidades, el apoyo de los varones que lo comprenden y lo

acompañan:

…con uno del grupo en un momento dado, o que en un momento dado, eh, me apetezca
mucho abrazar uno del grupo, ¿no?, o solidarizarme porque siento que su historia a mí
no me suena, ¿no? Y, y yo creo que el grupo está muy vivo en ese sentido, es decir, es
como un pequeño, bueno, una pequeña… “laboratorio de vida”, ¿no?, y donde uno, entre
unos y otros nos cuestionamos y nos confrontamos, ¿no? Y ahí, en un entorno que es
seguro, que es seguro porque el grupo me protege, entonces los del grupo nos protegen,
porque, nos conocemos, ¿no?, en ese entorno seguro es donde yo puedo empezar a
trabajar y, y a tomar conciencia, ¿no? Y luego salimos a la calle, donde ya no hay grupo
que te protege y donde, hummm, tienes cotidianamente mil cosas, donde te apetecería,
94

pues, poder canalizar lo que sea, y no puedes o, o te lo planteas, pero te das cuenta que
no, que el feedback que recibes no es así, ¿no? (Anexo, pág. 185)

3.4- MARC

Marc tiene 45 años, vive en otra ciudad catalana, a 160 Km. de Barcelona

pero, además de tener su pareja, Julian, en la capital catalana, ejerce aquí su

profesión de profesor de primaria y, también, es donde su grupo se reúne. De

esa manera, él vive en Barcelona durante cinco días de la semana, y tres fuera.

Le conocí en 2007, en la primera reunión de la AHIGE, de la cual es miembro

y, por ello, mientras la asociación no tenía sede – o sea, hasta principios de

2009 –, había conseguido que se reunieran en el Casal Lambda, asociación de

la cual también es miembro. Es, además de tener muchas otras calificaciones,

un lingüista fervoroso en la defensa del idioma catalán, por el que estuve en

muchas reuniones sin enterarme del todo de lo que decían, pero aprovechando

esta condición de ‘no hablante’ para intentar aprehender su manera horizontal

[del grupo] de relacionarse: a través del diálogo, del oír lo que el otro decía y

hablar cada uno a su vez. Me decían que si no entendiera algo, que lo dijera,

pero yo intentaba no interferir, incluso para aprender más el idioma.

La entrevista que hice con él se realizó en su local de trabajo, dos horas

antes de que empezaran sus clases. De esa manera, no he conocido su casa,

pero sí a Julian, con quien vive desde hace cerca de nueve años; tiene casi la

misma edad que Marc y parece ser un varón tímido, pero muy amable.

Su grupo, que él define como “grupo de crecimiento personal”, lleva

muchos años de existencia, pero él está hace cinco; se reúne una vez a cada

semana en casa de uno de los miembros, y tiene una característica particular:

lo constituyen tres varones y dos mujeres. O sea, no es lo que podríamos

llamar ‘grupo de hombres’ y, quizás no tenga las características de los demás


95

grupos, pero lo que hace que su experiencia esté en este trabajo es,

principalmente, su participación activa en la asociación de hombres igualitarios,

no sólo a nivel de Cataluña, sino también a nivel estatal.

Marc es militante del movimiento Gays, Lesbianas, Bisexuales y

Transexuales, GLBT, desde el cual trabaja con la noción de que el hombre

igualitario “…busca su identidad rechazando la misoginia y la homofobia. Y por

tanto actúa… desde un nuevo modelo de masculinidad”. Así, ser igualitario

significaría una renuncia a la superioridad, característica de la identidad

hegemónica. Pero, en su capacidad y rapidez para teorizar, él sugiere

diferentes definiciones: el “hombre violeta”, el “profeminista”, el “heterosexual

lesbiano” y el “hombre completo”. Esta última explicada como siendo el varón

que no ha renunciado a sus emociones. El “hombre completo” es la definición

que él elige como más factible.

No obstante, a pesar de esta definición de ‘hombre que no renuncia a sus

emociones’, Marc, en la jornada sobre hombres igualitarios realizada en

Barcelona, en mayo de este año, dice que no está de acuerdo con que el

movimiento de hombres trabaje sólo al nivel del psicológico, porque considera

que esto sería ‘psicologizar’ un problema que también es político y social. O

sea, su pensamiento choca con la línea defendida por otros varones

entrevistados.

Lo que le motiva a trabajar la masculinidad es el sentimiento de

‘desencaje’ que siente, como hombre y como homosexual, del modelo social, lo

que le impulsa hacia la búsqueda de la igualdad. De ahí su definición de que el

hombre igualitario es aquél que renuncia a la superioridad para tornarse igual.

Pero, en esta definición parece subyacer la idea de que el hombre igualitario es


96

el heterosexual ya que, en el modelo occidental que tenemos, este es lo que

disfruta de la aprobación social y, por lo tanto, disfruta de una posición de

superioridad por delante de otros modelos de hombría. Esto se vincula a una

especie de ‘queja’ que cierto día Marc dejó escapar, en 2008, hablando

conmigo sobre la asociación; él se sentía ‘solo’ como homosexual en el grupo,

porque los demás que participábamos en las reuniones, éramos todos

heterosexuales. No obstante, con la adquisición de su sede en este año de

2009, las reuniones de la asociación pasaron a tener más participantes, y uno

de los nuevos también es homosexual. De esa manera, su suposición de que el

hombre igualitario sería exclusivamente heterosexual no tendría fundamento,

porque en la asociación [y en los grupos] todos participan indistintamente.

Además, Marc es una persona muy querida en la entidad y solicitada por su

gran capacidad intelectual.

Su familia está constituida de madre y una hermana; su padre se murió

cuando él tenía 23 años. De acuerdo con su percepción, este núcleo familiar no

ha influido en su búsqueda personal hacia el trabajo con masculinidades, a

pesar de considerar que su padre “como modelo es muy avanzado, porque era

una persona que escuchaba, una persona que era sensible, una persona que

era sensata, una persona que no imponía su criterio, una persona que nunca

gritaba, que nunca… pegaba…”. Lo que le ha impulsado, realmente, a este

trabajo es el movimiento GLBT, por tanto, un movimiento político social, en el

sentido de que lucha por sus derechos.

Al preguntarle sobre los grupos de hombres, él confirma la existencia de

dos tipos: el que busca cambiar las relaciones a partir de un trabajo personal,

individual, para sentirse una ‘persona completa’, y el que hace un trabajo


97

político en la sociedad hacia la construcción de relaciones de igualdad; es lo

que Marc busca hacer: está en un grupo de reflexión personal y, a la vez, en la

asociación de hombres, donde trabaja como educador dando talleres y charlas

sobre masculinidades y sobre relaciones de género. Le pregunté si en la

asociación hay varones que trabajan solo una de estas dos líneas, a lo que él

contestó que, a pesar de no conocer a los dos grupos (de José y de Zorro),

muchos de los varones se quedarían en solo uno de los dos tipos de trabajos,

principalmente en el personal, lo que a él, como decíamos antes, no le parece

bien. En la jornada realizada por la AHIGE en Barcelona, él dice que

“desprestigiar lo político es destruir el instrumento que tenemos de

transformación social”; y “cuando la gente busca resolver su propio problema,

de ahí es una terapia”.

Si, en este tema de lo personal y lo político, comparáramos las opiniones

de Jordi con la de Marc, veríamos que son casi opuestas; ‘casi’, porque tanto

uno como el otro admiten que los dos aspectos son importantes, a pesar de

defender uno más que a otro. Ellos no se conocen, pero tienen un contacto

común que es José. Pero, me imagino que, si los dos discutieran este punto

entre ellos, no llegarían fácilmente a un consenso, y es éste, justamente, el

punto de conflicto en la asociación.

Como creo mostrar, lo político y lo personal no están claramente

separados o tampoco claramente vinculados, porque a menudo un tema

aparece en medio del otro, como podemos verificar en las entrevistas con estos

dos varones. Par tanto, verifico la existencia de una mezcla de orientaciones

que parece confirmar la teoría sobre la mezcla de corrientes de pensamiento


98

(profeminista y mitopoético) dentro del movimiento de hombres, dando origen a

la corriente psicoterapéutica (Bonino, 2003).

El tema de la dualidad masculino/femenino es abordado por Marc a partir

de la teoría Queer que, según él, defiende que no hay sólo estas dos

categorías de género, sino más de dos; y, aceptar esta visión dualista, sería

aceptar que existen sólo estas categorías, lo que implicaría la exclusión de

otras posibilidades, como la androginia, por ejemplo, que es un hecho tanto

biológico como cultural. Es una cuestión muy interesante que está relacionada

con este trabajo pero que por razones obvias no voy a poder desarrollar en

estos momentos.

Una idea defendida por la asociación, y bastante clara en la entrevista con

Marc, es la de que el cambio en la identidad de género masculina es una

necesidad, además de, en su opinión, inevitable: “porque el coste de la

masculinidad tradicional es excesivo a nivel social”. Para justificarla, Marc dice

que los beneficios de estos cambios son para toda la sociedad porque

acompaña el proceso, ya iniciado por el Feminismo, de eliminación de la

violencia de nuestras costumbres sociales como, por ejemplo, la ‘normal’

frecuencia con la que se oía por la radio, hace treinta o cuarenta años, que

alguien haya matado a su pareja “por amor” y, por eso, era perdonado. Hoy,

cuando ocurre un hecho así – que no es infrecuente –, la noticia es que “es

violencia de género”.

Esta ‘nueva’ situación: la ‘denuncia’, ya está, de cierta manera, formando

parte de la ‘normalidad’ en los medios de comunicación y en la sociedad. Un

ejemplo es el que, en este año de 2009, la sociedad española fue testigo, a

través de los medios de comunicación, de reacciones favorables de varones


99

hacia las mujeres, en casos de violencia de pareja, incluso arriesgando ellos

sus propias vidas para salvarlas. A los varones protagonistas se les dieron

elogios por su actitud de ‘héroe’26. Hace algunos años, estos hechos serían

imposibles en sociedades occidentales, pues la intervención en peleas de

esposo y esposa era culturalmente mal vista, porque el esposo tenía derecho a

castigar a la esposa. De esa manera, por lo que parece, por lo menos en estos

ejemplos (denuncia, intervención en peleas de pareja, reacción de un varón en

favor de la mujer), y de acuerdo con Marc, el cambio realmente favorece a la

sociedad, porque las actitudes hacia la violencia están cambiando.

3.5- MOLINA

Este varón es nórdico, tiene cuarenta años de edad, es psicólogo, casado

con una catalana con quien tiene un hijo de un poco más de dos años de edad,

es de clase media y vive en Barcelona hace más de diez años, trabaja en una

organización sin ánimo de lucro, donde desarrolla un trabajo de ‘rehabilitación’

de varones que ejercen maltrato hacia sus parejas sentimentales. Es uno de

los primeros miembros del grupo de hombres de José y forma parte, también,

de la AHIGE. Pero, su participación es infrecuente en el grupo y casi

inexistente en la asociación.

A pesar de su apariencia cerrada, supuestamente característica de la

gente de su país de origen – me lo comentaba Zorro –, es un hombre atento y

acogedor; cuando fui a hacerle la entrevista para este trabajo, me enseñó y

explicó lo que hacían en los compartimientos del piso donde desarrollan sus

26
Ver articulo intitulado “Jesús Neira abandona el hospital”, del periódico El País online, de 16
de abril de 2009. El link, visitado para este trabajo en 12 de junio de este mismo años, es:
http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Jesus/Neira/abandona/hospital/elpepusoc/20090416elp
epusoc_3/Tes
100

actividades de atención a hombres que maltratan a sus parejas; es un primer

piso de un edificio de altura mediana (seis pisos), cerca de la Vila Olímpica, con

fuerte sistema de vigilancia: en la planta baja, reservada para aparcar coches,

la recepción la lleva a cabo un guardia en su cabina y, cuando subimos a la

primera planta, nos encontramos con una puerta de madera y hierro que se

abre con un sistema de digitación de señal por medio de un aparato pequeño,

ubicado a la altura del pecho; cuando entramos, encontramos a otro guardia,

en su espacio reservado, que comunica por teléfono a la persona con quien

deseamos hablar; esperamos en una pequeña sala sin ventanas, contigua a la

de este trabajador, y bien comunicada con dos pasillos del piso; mientras

esperamos, podemos sentarnos en una silla individual de madera y coger

algunas de las variadas revistas, o libretas, o trípticos, etc., que están

dispuestos en una mesilla en el centro de la sala. La puerta que da acceso a la

sala de coordinación es semejante a la de la entrada principal; en esta sala

vemos un espacio muy ancho, con ventanas de vidrio en toda la pared que se

comunica con el exterior; muchas mesas individuales, donde se ubican los

trabajadores, cada cual con un ordenador.

Mientras aguardaba a Molina en la sala de espera, tenía la sensación de

que el ambiente era cerrado y poco amistoso; era casi como estar en una

prisión. Pero, cuando entramos en la sala de la coordinación, el ambiente se

transformó totalmente con incidencia de mucha luz de sol y mucho espacio.

Conocí a Molina en 2007, en una breve participación suya en una de las

primeras reuniones de una AHIGE, realizada en el Casal Lambida. Desde

entonces, no tuve contacto con él, hasta principios de 2009, en otra reunión de

la asociación, ahora en su propia sede, que está cerca de la Plaza España. En


101

esta segunda ocasión, él fue a presentar una propuesta de proyecto de trabajo

con hombres, que va a llevarse a cabo en la ciudad, en el que solicitaba la

colaboración de la asociación. A partir de entonces, lo he visto más a menudo.

Primero, cuando fui a entrevistarle en su local de trabajo; después, otra vez en

la asociación, en ocasión de la preparación de una jornada sobre hombres

igualitarios, realizada por la asociación en Barcelona; y, en la propia jornada,

donde él fue a presentar su experiencia como coordinador del trabajo con

hombres maltratadores. Esta inconstancia suya en las actividades, según su

explicación se debe a que sus compromisos laborares lo impiden, además del

cuidado de su hijo.

Su interés por el tema de la masculinidad, además de partir de su

profesión de psicólogo clínico, vino, de acuerdo con lo que explica en la

entrevista, de la confluencia entre su relación con su esposa, que también es

psicóloga y también trabaja en temas de violencia, y su trabajo con varones

maltratadores – quizás por esta razón, él percibe el trabajo hacia la igualdad de

género como una confluencia del trabajo con varones y mujeres, sin hacer

separaciones.

En su trabajo, él atiende a varones que buscan ayuda de forma voluntaria,

en el que busca entender el proceso que lleva a cada varón al uso de la

violencia, y se encuentra con sentimientos de fracaso y/o inadecuación del

varón en situaciones de conflicto con la pareja, en las que no saben cómo

manejarse, lo que llevaría al uso de la violencia como ‘metodología de

corrección’; se trata de la cultura de justificación de la violencia, de la que habla

arriba Marc, pero desde el punto de vista de la identidad del varón: el sentirse

fracasado o amenazado en su autoridad, en su rol social de marido y de


102

macho. De esa manera, cree que muchos de los varones que atiende no se

creen con el derecho de pegar a la mujer, pero acaban haciéndolo.

Las diferentes situaciones que llevan al varón maltratador a buscar el

servicio de orientación son: las presiones de la pareja con amenazas de

separarse, el miedo de perder bienes, o dinero, en los juzgados; la posibilidad

de ir, o volver, a la cárcel; entre otras. Es decir, el cambio de actitud tiene que

ver, por un lado, con motivaciones personales, definidos por Molina como

identitarios, y, por otro lado, con motivaciones externas: las leyes y derechos

de las mujeres. Este conjunto de situaciones, internas y externas, presionan al

varón a que cambie de actitud. El trabajo de Molina, es aprovechar esta

búsqueda ‘voluntaria’ para trabajar los aspectos de construcción de sus

identidades, para que el cambio sea consolidado. Esto nos ayuda a ver que

hay interacciones entre lo social y lo personal en las búsquedas de cambios

personales, las cuales parecen ser cada vez más frecuentes, como insiste

Marc.

La familia de Molina no constituye, según su visión, un motivo importante

en su búsqueda hacia el trabajo con género. Sus padres están vivos, pero

separados; su padre contrajo compromiso con otra mujer poco tiempo después

de que él se viniera a vivir en Barcelona. Su madre tuvo dos hijos varones pero,

debido a que tuvo problemas en su parto, ella se preocupa demasiado de

Molina, por miedo a que le ocurra algo malo.

En su infancia, la convivencia familiar no era intensa, porque sus padres

trabajaban fuera, y lo dejaban con una cuidadora, que se convirtió en una

segunda madre para él, hasta el punto de que, cuando vuelve a su país,

siempre va a visitarla. No obstante, al igual de los otros varones, dice que la


103

madre ejerce más poder en la familia que el padre: una persona sin las

características del hombre fuerte, el hombre duro. Pero, tanto a uno como al

otro, les caracteriza la capacidad de escuchar, de ser pausados y de dedicar

atención al otro, pero en detrimento de sus propios sentimientos, sus propias

necesidades: esta es una dificultad para Molina, pues no quiere ser de esa

forma.

El espacio del grupo le posibilita trabajarse en este sentido, a través del

trabajo de dirección terapéutica, busca hacer que el varón construya en sí una

postura de autoestima, de autovaloración. Como ejemplo de este tipo de

trabajo, tomaremos una actividad que está en el libro “Rehacerse Hombres”, de

Juan C. Kreimer, que nos dio José cuando empezamos las reuniones de

nuestro grupo. Es así:

Escribir en la pizarra: CUALIDADES, APTITUDES, HABILIDADES y LOGROS.


Proponemos una charla para que cada uno discrimine sus cualidades, aptitudes,
habilidades (lo aprendido), logros y estilo. ¿Qué creencias sobre estos aspectos de
nosotros mismos componen nuestra autoimagen? Luego de diez o quince minutos de
diálogo, aprovechamos alguna pausa para proponer un ejercicio de comunicación que
confronta lo que creemos con lo que observan los demás: “Expresaremos lo que nos
decimos a nosotros mismos y lo cotejaremos con lo que expresamos a los demás; para
ello, uno por vez se sentará en la silla y los demás anotaremos sus cualidades,
aptitudes, habilidades, estilo y otros aspectos positivos que posee en la columna de la
izquierda de la hoja que les reparto: cada uno anota lo que ve; este trabajo no es
firmado”. [Y continúa la actividad]. (Kreimer, 1994: 201)

De esa manera, el grupo es para Molina un espacio de trabajo personal,

básicamente, en el que encuentra cosas que no consigue encontrar en otros

espacios:

Es como te decía… para mí es un espacio de… como de confianza, de apoyo, de amor


que hace posible un, por una parte, un abrirme y hablar de cosas que, quizá, en otros
contextos no, no hablaría, y que, por otra parte, me pueden revisar, reflexionar,
cuestionar estas cosas sin que esto sea muy amenazado... y que esto sea… entre
hombres, creo que, que me da un, un añadido; que haya, a veces… a veces, en nuestro
grupo, hablar en la perspectiva de género es más indirecta, no es muy, no es muy…
(Anexo, pág. 216)
104

Al pedirle que explicara mejor esta cuestión del ‘apoyo’ argumentando

esta palabra, puesto que suena como si el grupo sirviera para reforzar todo lo

que ya piensan los varones al no haber ‘amenazas’ contra ellos, él contestó

que:

No necesariamente para apoyar lo que ya trae, sino para, eh, por eso digo, puedes
revisarlo y cambiarlo perfectamente, pero sí, salir con algo que puede ser, a veces lo
mismo con lo que entrabas, puede ser algo diferente… pero con algo que, por una parte,
siento más mío, más coherente, y siento, porque tiene la, digamos también, el sustento
moral con la fuerza del grupo… pero no es para validar lo que ya, lo que ya traes, a
veces puede ser que, que, que es más, es decir, sí; bien; pero, muchas veces son
revisiones, son cambios personales, cuestionamientos, y a veces tampoco, a veces
salgo más confuso de que entro, esto está claro. (Anexo, pág. 216)

Es decir, llegas con tus ideas y vivencias en el grupo y, puede que salgas

reforzado en ello, o no. Si es reforzado, pues mejor, porque ves que no estás

tan fuera de lo que piensa la mayoría. Pero, es más: en un taller para hombres,

al cual fui con Zorro en una ciudad del entorno barcelonés, a cuarenta minutos

de tren del centro de la capital catalana, un varón de unos 50 años de edad

decía que, en su adolescencia él sufría mucho porque pensaba que estaba

enfermo por ser diferente de los demás colegas; su diferencia era no gustarle el

fútbol ni los juegos violentos. Si le sumáramos otras experiencias fuertes como

ésta, los varones allí presentes ciertamente lograrían eliminar muchos de estos

conceptos erróneos de sus espaldas. Sin embargo, todavía, con tres

encuentros realizados, aquellos varones no han llegado a plantearse la

formación de un grupo.

Un punto relevante que a preguntar a los varones – en este caso, a Molina

– es sobre la imposibilidad de que un varón se incorporara como miembro de

un grupo ya formado, como el suyo, por ejemplo. Molina dijo que no siempre

fue así; que sí, que al principio se podrían entrar nuevos miembros, pero que

tuvieron muchos problemas con ésto, por el nivel de integración que ellos ya
105

tenían, que implica el establecimiento de la confianza, de la intimidad, etc. Así,

en un grupo que tenga un año de existencia – suponiéndose que ya tenga un

núcleo permanente, que da continuidad a las reuniones –, cuando entra un

nuevo miembro, esto significa volver a discutir temas que ya fueron discutidos

como, por ejemplo, la autoestima y la homosexualidad en el grupo. Esto, según

Molina, constituiría una situación molesta para el grupo, que lo hizo decidir por

cerrarse a nuevos miembros. Su explicación textual de la integración es:

Destructiva, destructiva y que, de hecho, ha cambiado mucho la dinámica que había


antes, y para mal, es decir que: muy repetitivo, muy superficial, muy poco personal. (…)
Es un poco como te decía que, hay algunos que no acaban de ‘mojarse’, ¿no?, y, y
incluso con un discurso un poco no interactivo y, y muy superficial, y, ahí, pues, chupa
mucha energía del grupo y, en fin, no sé, no se avanza. (Anexo, pág. 215)

Pero, el problema es que, quien busca al grupo, debido al hecho de que

no hay un trabajo de género relacionado con la masculinidad, tiene que

aguantar, esperar a que aparezcan otros varones interesados en formar un

nuevo grupo, y ¡esto puede durar uno, dos o más años! Fue lo que pasó con

Ricardo, por ejemplo, que, desde que llegué en la primera actividad de la

asociación, en 2007, él ya estaba ahí, y ¡trabajando! O sea, otros miembros de

la asociación, como Molina, por ejemplo, no estaban tan integrados en la

‘militancia’ del movimiento como Ricardo y, no obstante, él no había

conseguido ser miembro de ninguno de los dos grupos existentes, el de José y

el de Zorro. Ricardo hacía el esfuerzo de salir de su ciudad, a una hora de

Barcelona, para participar en las reuniones de la asociación e, incluso, llevar a

cabo la propuesta del Cine Fórum, pero, incluso así no lograba integrarse a un

grupo. El resultado fue que, después de algún tiempo (meses), él dejó de

participar y, cierto día, Zorro me preguntaba por él, diciendo que le había

escrito un e-mail, pero que no había obtenido respuesta. Entonces, le pregunté


106

a Zorro cuántas veces le había escrito y, antes de su respuesta, Marc dijo en

tono de broma: “ninguna”. Pero, puesto que Zorro no replicó esta afirmación,

dejó entrever que era verdadera. Creo que esta cuestión no está bien resuelta

en la asociación, y lo indican la broma de Marc y el silencio de Zorro – supongo

que uno de los objetivos de la búsqueda de José por formar nuevos grupos,

auto-gestionados, sea una tentativa de dar respuestas a este problema.

Al preguntarle a Molina sobre su concepto acerca de la hombría

alternativa, explica que no está de acuerdo con las definiciones de “hombre

igualitario” y “hombre completo”, o cualesquier otra, porque cree que estas

‘definiciones’ sólo crean otros modelos dominantes y, por lo tanto, aboga por la

idea de que debe de haber una diversidad de posibles masculinidades y

feminidades, no un modelo determinado y hegemónico. No obstante, él usa la

expresión “ser asertivo”, la cual también es usada por Marc y Jordi, como una

de las posibilidades de definición. El ‘hombre asertivo’ es identificado como el

que busca expresar sus emociones, sus opiniones, sus enfados, etc., en

situaciones molestas y, de esa forma, romper con los miedos e inseguridades

personales; pero, hacerlo de manera equilibrada, sin herir o amenazar a nadie.

Esto está muy claro en las entrevistas con Molina y Jordi.


107

4. Resultados

En este trabajo he realizado una aproximación antropológico-social a

algunos grupos y hombres igualitarios de Barcelona, en que los he estudiado

con profundidad, intentando seguir las orientaciones de Velasco Maillo (2006)

sobre cómo hacer etnografía en el espacio escolar:

Entender la organización del tiempo y del espacio de una escuela es pieza fundamental
cuando pretendemos comprender el proceso de escolarización. A partir de tal
comprensión podremos empezar a decir muchas cosas sobre la escuela estudiada.
Saber cómo se distribuye el espacio, cómo este espacio delimitado y amueblado es
ocupado por diferentes sujetos y cómo, por fin, es usado y con ello cumple diferentes
funciones, es comenzar a aplicar parte de los vehículos de transmisión de información de
los que se sirve la escuela y, además, parte de los contenidos que en la misma escuela
son transmitidos.
Velasco M. (2006: 196)

Para ello, me he involucrado en sus actividades, construido un

conocimiento específico de la vida de algunos varones, realizado entrevistas en

formato de relatos de vida, confrontado perspectivas teóricas sobre de los

cambios identitarios de hombría, convivido con los varones del estudio,

trabajado de manera profundizada hacia la verificación de los supuestos y de la

hipótesis planteados y estudiado el proceso de formación de un grupo de

hombres igualitarios en Barcelona.

Las primeras conclusiones que planteo como resultados son la recogida

de los conceptos que manejan los varones sobre la identidad masculina

alternativa y los grupos de hombres, y la verificación de mis supuestos de

trabajo.
108

4.1- Las Definiciones

Me interesaba conocer las nociones de hombre y grupos igualitarios que

eran manejados en el movimiento de hombres de Barcelona, que son descritos

en las entrevistas realizadas.

I- El Hombre Alternativo

El hombre alternativo fue definido por los varones entrevistados

básicamente de tres formas: Igualitario, Completo y Asertivo:

a) El Igualitario es un hombre profeminista, o sea que defiende la

perspectiva feminista de pensamiento hacia la igualdad;

b) el Completo, que no se deja amputar sus capacidades humanas de ser

sensible, ser vulnerable, tener empatía y cariño hacia otras personas;

c) el Asertivo, aquél que no renuncia a sus emociones buscando, de esa

manera, el equilibrio entre lo masculino y lo femenino, lo frágil y lo fuerte,

lo duro y lo blando en su identidad de género.

Son nociones semejantes entre sí que enfatizan el cambio del varón

hacia valores femeninos, que son atribuidos culturalmente a la mujer por

nuestro sistema binario de pensamiento. Este sistema, como he argumentado a

lo largo de este trabajo, opone erróneamente hombres a mujeres que son parte

de un único sistema: la persona humana.

II- El Grupo de Hombres


109

Las nociones de grupos de hombres igualitarios versan sobre un espacio

de apoyo a los varones que viven individualmente la masculinidad alternativa y

que buscan apoyarse mutuamente.

4.2- Los Supuestos

He trabajado con cinco supuestos extraídos de mi experiencia en el grupo

de hombres de Recife, que orientaron la construcción de las entrevistas.

4.2.1- Grupos como Apoyo

El primero, en el que afirmo que los grupos de hombres son los únicos

espacios donde el varón igualitario se siente libre para expresar su hombría

alternativa sin miedo a ser rechazado o ridiculizado, están presentes en las

nociones de grupo como apoyo emocional y político, en las que los varones

dicen compartir sus dificultades de vivencia de sus masculinidades alternativas.

Las relaciones cotidianas en la familia y otros grupos sociales no permiten

a estos varones hablar sobre sus experiencias de hombría, porque no

coinciden con las normas sociales que modelan las identidades y relaciones de

género. Al contrario, el callar y el ocultar los sentimientos caracterizan sus

relaciones, en las que están presentes muchos miedos y culpas. Eso se

traduce en una gran incapacidad de comunicación con el ‘otro’, lo que provoca

fragilidad y relaciones de pasividad en que ellos se ven incapaces de ejercer

actitudes ‘agresivas’ para afirmarse delante el otro.

Su organización se basa algunos ejes como: a) la participación

democrática y respetuosa, contraponiéndose por ejemplo al espacio

competitivo y jerárquico del mundo laboral; b) la valoración del ‘estar juntos’, en


110

el que se ejercita el afecto a través del cuidado hacia el otro y de la acogida de

sus dificultades personales en sus relaciones afectivas, en contraposición, por

ejemplo, a las relaciones normativas que imponen comportamientos austeros e

impersonales como las ‘palmaditas en la espalda’, acompañadas de frases

como “no te preocupes, todo se arregla” o “ten coraje, sé hombre”, entre otras;

c) la confianza compartida entre los varones, en la que ellos pueden expresar

sus miedos y fragilidades sabiendo que no caerán en ridículo ni serán llamados

‘maricas’; y d) el hablar en primera persona sin juzgar o agredir a los otros.

4.2.2- Motivos para Formar parte de un Grupo

El segundo, en el que afirmo que los varones de Barcelona tienen motivos

semejantes a los de los de Recife, me apoyo en el trabajo de Marcelo A.

Veloso para comparar las dos realidades y verificar que los varones se sienten

incómodos con el modelo social de hombría, por lo que buscan encontrar a

otros varones que se plantean las mismas o semejantes cuestiones.

Lo que se ha añadido a este supuesto es el trabajo psicoterapéutico

realizado para tratar la dificultad de afirmación hacia la toma de decisiones o la

reivindicación de derechos individuales. En ese sentido, las entrevistas nos dan

elementos argumentativos para intentar comprender el conflicto: trabajo

psicoterapéutico versus acción política. Según algunos de los varones, los

cambios realizados a nivel personal son tan importantes como los cambios a

nivel político-social, porque se evitan que los discursos sean incoherentes con

lo cotidiano de las relaciones personales.


111

4.2.3- Procesos de Formación de los Grupos en Barcelona y Recife

En este supuesto, sobre los procesos de formación de los grupos de

hombres, concluyo que hay semejanzas entre los grupos de Barcelona y

Recife, pero que también hay aspectos diferentes. En los dos se ha partido de

la búsqueda personal hacia el repensar sus identidades, con la diferencia de

que los varones recifenses se organizaron a partir del trabajo con mujeres

feministas, en donde una de ellas sugirió que los varones se organizaran para

pensar sobre ellos mismos. En Barcelona los grupos se organizaron por

razones de sufrimiento emocional.

De esa manera, lo que distingue las dos experiencias es que los

recifenses buscaron razones externas para organizarse, mientras que los

barceloneses partieron de sus necesidades personales. Una razón posible para

ello es el hecho de que el grupo de Recife se formó en los años 90, período en

que las discusiones sobre las masculinidades eran incipientes, mientras que los

grupos barceloneses empezaron a organizarse en 2003, período en que ya se

organizaban grandes eventos sobre el tema. De hecho, José empezó a

organizar su grupo después de participar en una jornada sobre masculinidades

realizada en Jerez en 2001, como he documentado en este trabajo.


112

4.2.4- Motivaciones Individuales

En el cuarto, sobre las motivaciones individuales de los varones para la

formación de grupos igualitarios, afirmo que hay tres aspectos que influyen en

ello:

a) la experiencias en el seno familiar, como queda claro en las entrevistas

en las que los varones hablan de adopción/rechazo/negociación de

características del padre y de la madre, buscando el equilibrio entre lo

femenino y lo masculino;

b) la participación en movimientos o acciones de tipo social que está

presente de alguna forma en todos los varones, aunque dos de ellos busquen

trabajar sus conflictos personales;

c) la formación religiosa con base en la Teología de Liberación o próxima,

que aboga la igualdad y la justicia para todas las personas, especialmente para

los pobres.

En este supuesto intento formular si la educación, sea formal o informal,

ejerce un papel importante en la construcción de la identidad de los sujetos a la

hora de sensibilizarlos hacia las cuestiones de igualdad y justicia. Según el

pedagogo brasileño Paulo Freire en su obra Pedagogía de la Autonomía, de

2003, esta sensibilización conlleva la adquisición de una visión crítica hacia la

realidad vivida que, a su vez contribuye en la toma de decisión ética sobre lo

que es justo y lo que es injusto. Los resultados obtenidos en Barcelona apuntan

una respuesta positiva a esta cuestión, que no he profundizado en este trabajo.


113

4.2.5- Construcción de la Sensibilidad hacia la Igualdad

El quinto y último supuesto, en que afirmo que los varones de los grupos

tienen formación en el ámbito de las Ciencias Sociales y desarrollan

actividades educativas, tiene una respuesta positiva casi unánime entre los

entrevistados, porque son formados en Historia, Derecho Laboral,

Psicopedagogía, Psicología o Sociología y casi todos trabajan con educación.

Lo que intento verificar aquí es el proceso de construcción de la

sensibilidad hacia lo social, ya citado, pero añadiéndole la reproducción de esta

sensibilización, porque esto parece demostrar que los varones igualitarios

buscan formas de trabajar las nociones de igualdad ya antes de participar en

los grupos. Así, el grupo constituye una herramienta más en sus búsquedas, no

un objetivo final. Es decir, acuden al grupo los varones que ya tienen una cierta

actitud hacia el cambio en sus experiencias de vida.


114

CONCLUSIONES

Cierto día en la UAB algunos y algunas colegas me dijeron que mi tema

de investigación no hacía falta plantearlo porque los hombres no estarían

cambiando hacia la igualdad. No era la primera vez que oía una advertencia

semejante, y también no era la primera en que yo me callaba por no saber qué

contestar. La única certeza que tenía era que yo como mínimo intentaba ser

diferente de los hombres maltratadores que actuaban bajo la ética del

patriarcado y en defensa de sus supuestos derechos a dominar.

Por lo tanto, yo buscaba respuestas para ello.

El camino que encontré fue cuestionar nuestro sistema de pensamiento

binario que erróneamente opone el varón a la mujer por ubicarnos en los dos

polos opuestos de la relación Masculino/Femenino, que representan no más

que relaciones extremas como: caliente/frío, alto/bajo, guerra/paz, etc. Para ello

busqué basar mis argumentos en las teorías del género que proponen que la

identidad de género es una construcción socio-cultural y no un resultado del

determinismo social.
115

1- La Hipótesis

Dos años de estancia en Barcelona no serían suficientes para que yo

pudiera plantear más que un principio de cuestionamiento de nuestra manera

de pensar, basado en las teorías disponibles y en mis experiencias en Recife.

Esto me ha llevado a pensar en una posible continuación del trabajo a nivel de

tesis doctoral, a partir de cuestiones pendientes que surgieron, que veremos

más adelante.

En los objetivos planteados, me propuse conocer los motivos para la

creación de los grupos igualitarios y el proceso de formación de uno de ellos,

buscando documentar las motivaciones individuales de los varones para crear

y organizar los grupos. Y, para llevar a cabo esta tarea he planteado la

hipótesis de que así como en Recife también en la capital catalana han surgido

grupos de hombres formados a causa del cuestionamiento feminista al sistema

binario, y que ellos son los únicos espacios de acogimiento, discusión y

fortalecimiento de las hombrías alternativas.

En este estudio pude comprobar a través de una aproximación socio-

antropológica que tanto en Barcelona como en Tarraza y Manresa, además de

otras ciudades en que está estructurada [o estructurándose] la Asociación de

Hombres por la Igualdad de Género, AHIGE, algunos varones están

organizados hacia la búsqueda por comprender/compartir/construir el ejercicio

alternativo de sus hombrías, a partir de relaciones de diálogo e igualdad y de la

reconstrucción de las tradicionales competitividad e insensibilidad afectiva

masculinas, que caracterizan el modelo social de hombría occidental.

A partir de los resultados, concluyo que los motivos para esta

organización son de dos tipos: los planteamientos identitarios y la educación.


116

I- Los planteamientos identitarios.

La literatura feminista nos ha enseñado que las relaciones familiares son

el primer paso hacia la construcción de la identidad de género (Louro, 2001), y

ello es un eje importante en mis supuestos de trabajo porque entiendo que la

incorporación de características modelares de los padres y de sus relaciones

constituye un factor importante en la construcción de las identidades de estos

varones, conforme las entrevistas realizadas y el trabajo de Marcelo A. Veloso.

En ello podemos verificar que este no es un proceso pasivo de

incorporación de características de modelos, sino que los varones los hacen

pasar por un ‘filtro’ personal que selecciona y rechaza unas u otras

características. Esto está presente en todos los relatos de vida recogidos, como

por ejemplo en Zorro que, por un lado incorpora del padre su capacidad de

afirmarse positivamente en sus relaciones de amistad y, por otro rechaza su

falta de diálogo.

Pero, las vivencias individuales de sus hombrías suelen entrar en choque

fuera del ámbito familiar, como en la escuela y en el grupo de amigos, por

ejemplo. En Recife se dio el caso de que el mismo espacio de discusión entre

mujeres y hombres sobre la igualdad de género no era acogedor de los

planteamientos masculinos, lo que se diferencia poco de Barcelona porque,

según José, el trabajo con hombres no es muy apoyado aquí27.

27
En las actividades que he participado en Barcelona, como fórums y congresos, percibí que
muchas feministas tienen una actitud de rechazo hacia las iniciativas de los varones que
plantean la igualdad de género. De acuerdo con informaciones que he recogido en diferentes
ocasiones y con diferentes personas, esta postura se daría debido a la fuerte orientación del
Feminismo de la Diferencia existente en la ciudad. Yo no estoy de acuerdo con algunos de los
planteamientos de esta corriente de pensamiento, y lo revelo en este trabajo a través de la
crítica a una de sus representantes, Françoise Héritier.
117

Por esta razón, creo poder mantener que los grupos de hombres

igualitarios son los únicos espacios de acogida de las hombrías alternativas en

Barcelona.

II- La Educación.

Los movimientos sociales, ONG y algunos movimientos religiosos han

contribuido con la reconstrucción de conceptos identitarios y de relaciones de

género en nuestras sociedades (Hall, 2003). Algunos de los ‘resultados’ de sus

intervenciones a nivel de educación es la formación de hombres – y mujeres –

hacia la igualdad de género, que podemos ver en los relatos de vida recogidos

en este trabajo. Por ejemplo, Marc y José son varones que tuvieron contacto

con la Teología de la Liberación, y ello ha influido de algún modo en sus

vivencias y planteamientos hacia la igualdad. La escuela, por otra parte, no es

citada por ninguno de los varones como impulsora de sus búsquedas hacia los

cambios.

Además, no es un dato insignificante el hecho de que todos los varones

entrevistados (y casi todos de la AHIGE-Cataluña y estatal) tienen formación en

Ciencias Sociales, porque entiendo que el plantearse la participación o

creación de un grupo [o asociación] de hombres igualitarios es una acción

político-social de hombres sensibles a cuestiones sociales. Igualmente no es

insignificante que la mayoría de estos varones estén involucrados en acciones

educativas.

Después de haber realizado este trabajo, creo poder mantener la hipótesis

planteada y, además contestar a los planteamientos hacia la imposibilidad de


118

cambio identitario de los varones basándome en el argumento de que nuestra

cultura binaria comete un error al oponer hombres y mujeres. El cambio sí es

posible, pero tenemos que trabajar para que los pocos varones que he

conocido en Recife y España nos sirvan de ejemplo para ello, y nos ayuden a

planificar acciones hacia la construcción de una cultura igualitaria.

2- Dificultades a las que me he enfrentado

Me he enfrentado a dificultades para llevar a cabo la metodología

etnográfica, que exige la total aprehensión del espacio para la comprensión de

las relaciones entre las personas del estudio (Velasco M., 2006), porque ello

implicaba tener tiempo disponible para estar con la gente en sus espacios de

socialización y acostumbrarse, además, al clima y al idioma locales. La clave

para ello ha sido la construcción de relaciones profundas en las que he

establecido amistad y confianza.

Un último problema que ocurrió en mayo de este año 2009 en la

universidad fue el robo de mi mochila, en la que estaban todas mis notas de

campo y mi ordenador con un mes de trabajo hecho. Esto amenazó seriamente

el cumplimiento de los compromisos con el trabajo de tutoría y los resultados

del mismo. Por ello, tuve que trabajar dos veces más de lo que ya trabajaba

para intentar recuperar los perjuicios.


119

3- Sesgos

Mi relación de confianza dentro de la asociación y el hecho de que yo era

el único varón de la asociación que estaba sin grupo a principios de este año

había hecho que José quisiera delegar en mí el papel de impulsor del nuevo

grupo de hombres, lo que me parecía interesante porque podría aplicar la

técnica de entrevistas de grupo, en que se obtienen muchas informaciones

sobre los temas de interés (Díaz, 2008 - 8). Pero había dos cuestiones a

considerar:

a) la metodología de entrevistas no era lo que José deseaba para el grupo

porque su noción de grupo se inscribe en un espacio en que se hable

libremente de temas surgidos por sus miembros, a partir de una relación

confidencial y de confianza;

b) esto conllevaba que yo tuviera más disponibilidad de tiempo para

planificar las actividades y la transcripción de una infinidad de informaciones

grabadas;

c) una actividad de ese tipo demanda el dominio total del catalán, cuestión

que aún no tengo resuelta. ¡Además, esta técnica de recolección de

informaciones complicaría muchísimo el trabajo! Todo se arregló cuando Zorro

se dispuso a ser el impulsor del grupo, a pesar de ya ser miembro de otro

grupo.

Otro sesgo fue el continuar sin entender del todo las discusiones en las

reuniones de la asociación durante casi todo el proceso de investigación,

debido a mi carencia con el catalán. Esto se dio porque yo no tenía tiempo para

hacer un curso del idioma, lo que intentaba superar leyendo algunos materiales

específicos, como los e-mails de la asociación, los periódicos, algunas revistas


120

de la universidad y una novela. Mi convivencia con los varones fue, poco a

poco, ayudándome en este problema, pero no sería del todo suficiente si no

hubiera hecho las entrevistas en forma de relatos de vida, donde ellos hablan

en castellano. Para ello, la relación de confianza que establecimos, fue

fundamental.

4. Tesis Doctoral

Los resultados alcanzados y las relaciones que he construido con una

asociación de hombres igualitarios y varones de cuatro grupos, incluso como

miembro de uno de ellos, me permiten plantear la posibilidad de realizar una

tesis doctoral en que pueda trabajar alguna de las cuestiones que quedaron

pendientes en este trabajo, como:

- El protagonismo de los varones hacia la igualdad de género;

- Los grupos de hombres como herramienta de fortalecimiento de los

cambios individuales y sociales;

- Los impactos de la acción de la AHIGE a nivel de programas de

educación dirigidos a jóvenes;

- Los antecedentes históricos de las identidades alternativas de hombría.

“Ganamos con el cambio” es la frase del fundador de la AHIGE-España

con que cierro este primer intento de contribuir teóricamente a las discusiones

sobre de la igualdad de género y las masculinidades alternativas, deseando

que efectivamente lo haga.


121

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125

ANEXOS

1. Entrevistas Transcriptas

1.1- José

13/febrero/09, 17h.
Local: casa del entrevistado, en Barcelona.
Antonio: At.
José: Js.

En su casa, después de un café, empezamos la entrevista.

At: Bueno, te explico cuál es la idea y después…


Js: Tú es quien manda; tú mandas, claro…
At: Entonces, la idea es, los hombres que trabajan con los grupos de
hombres por la igualdad hablaren de sus vivencias, sus vidas, sus intereses y
las motivaciones para estar en un grupo de estos. La idea es esta.
Js: Después vas a publicar esto, ¿no?
At: Bueno, en la elaboración de la tesina las personas quedan anónimas…
Js: De cualquier forma tú puedes publicar, claro. Interesante que los
demás lo sepamos; lo sepamos los que hemos participado, y lo que sepan los
demás, ¿no?
At: Sí, pero el nombre de la persona no sale.
Js: Claro, puedes poner…
At: Otro, sí.
Js: Puedes poner un nombre supuesto… ya está.
At: Humhum. Bueno, entonces en la introducción tu dices tu datos; un
nombre que quieras, cualquiera que…
Js: Ehhhh, el mío… no…
At: (Risas) … la edad, la profesión, estudios… Bueno, un nombre…
Js: Me llamo José… (dice nombre y apellidos)
At: Edad…
Js: Edad, sesenta… estoy a punto de hacer 61 años…
At: Profesión…
Js: Profesión, profesor de secundaria…
At: Estudios…
Js: Estudios, pues, estudios universitarios…
At: Graduación…
Js: Tengo dos licenciaturas. Hecho algunas cosas de doctorado, pero no
he acabado de hacer la tesis...
At: Y ¿cuál el área?
126

Js: No, no creo que la acabe; en todo caso estoy jubilado ya; tengo más
tiempo de trabajar. Tengo aula a veces folgada. En todo caso era sobre un
tema de hombres, desde hace algunos años – (su respuesta no contesta a la
pregunta, y eso es dio por un problema de audición que le hace a José tener
dificultad para oír).
At: ¿Hiciste Sociología?
Js: Historia.
At: Ah, vale.
Js: Quería trabajar sobre hombre en la historia, hombres referentes;
entonces, también trabajo con adolescentes, con masculinidad…
At: Humhum.
Js: Está un poco indefinido el tema. Pero, eso hace bastante tiempo, y no
he tenido… ahora ya tengo más claro lo que quiero hacer. Pero, hace 7 años,
8…
At: Eh, ¿tienes pareja?
Js: Tengo pareja, sí.
At: Y, vive con ella, no…
Js: Vivo a ratos (risas). Hoy, por ejemplo, cuando… es día de irme al
teatro con ella, y después vamos a pasar el fin de semana juntos… Ehhhh,
cinco de la semana vivemos juntos y… y luego uno que estoy en el grupo de
hombres y otro… en el que vino a ver a mi hija, pues… son dos que me quedo
aquí en casa. Pero, digamos que mayoritariamente, pues, sí vivo con ella. Hay
parejas que están casadas y que conviven menos que yo.
At: (Risas) Sí.
Js: Entonces, esto es relativo.
At: Y ¿dónde vive ella?
Js: Ella vive en Barcelona; ella es feminista, ella… profeminista de la
Escuela de la Diferencia. Está en una revista; es colaboradora y una de las
directoras de una revista de una organización feminista de BCN.
At: ¿Y están separados hace cuánto tiempo?
Js: ¿Quién?
At: Ah, no están separados… (risas).
Js: No, no, no estamos separados. De momento no, no, te digo que
cuando acabe aquí voy al teatro con ella, no…
At: ¿A qué horas que vas?
Js: A las siete.
At: Ah, bueno…
Js: No, da tiempo.
At: Y, ¿cuánto tiempo que viven así, en ese modelo de…?
Js: 15 años.
At: ¡¿15 años?!
Js: Sí. Bueno, catorce y medio. A ver, primero estaban las dos hijas y… la
hija de ella y mi hija y, claro, era bastante obstáculo porque… no, no veía bien
que el otro durmiera en la casa y tal… y la hija suya quería dormir en casa y a
veces su hija quería estar sola con ella… y mi hija pues que… un poco no se
entiende muy bien con ella, mi pareja, claro. Entonces, ahora que las hijas ya
están mayores, pues, ahora tenemos más para contar do que antes.
At: Espera, ¿la pareja actual no es la misma?
Js: No, no es la misma que… Buen, mi hija es hija de una pareja anterior,
mía, y mi pareja también tiene una hija de una pareja anterior, también.
127

At: ¿Y cuál es la edad de tu hija?


Js: 23 años ahora, no: 22 años ella tiene.
At: Y la primera mujer, la madre de tu hija, qué hubo: ¿separó?
Js: La madre de mi hija, sí, ¿qué quieres saber?
At: ¿Serparó?
Js: Sí, separamos, claro. Sí, sí, y ella vive en una calle más allá; yo estoy
en ese piso para estar cerca de mi hija, precisamente.
At: Entonces ella vive aquí cerca…
Js: Vive en la calle al lado… un semáforo entre medio, está la casa de su
madre y mi casa.
At: ¿Ya es casada y tiene hijos?
Js: ¿Quién?
At: Tu hija.
Js: No, no mi hija no, solo tiene 22 años… (risas mías) Bueno, de
momento, que yo sepa, no tiene ni novio.
At: ¿Ah, no? (risas).
Js: Hombre, ya te la presentaré, ya te la presentaré. Igual hacemos aquí…
un ‘apaño’ (risas de los dos; él me enseña una foto de su hija que está en su
estantería, en la sala, sin salirnos de nuestros lugares; digo que ella es guapa,
y él bromea diciendo que ella es igual al padre: más risas).
At: Bueno, ¿y estás empleado? ¿Trabajas como profesor?
Js: Sí.
At: ¿En universidad o escuela?
Js: En una… eh, instituto de enseñanza media, secundaria… Soy
catedrático de historia y geografía y estoy en un instituto de un barrio de
Barcelona.
At: Humhum.
Js: A parte doy clases en una universidad, en algunas, eh, para futuros
profesores.
At: ¿Cuál la universidad?
Js: en la Central, en la Universidad de Barcelona.
At: la UB, ¿pero en qué campus ?
Js: La UB, sí. Antes era la Central, pero bueno, ahora es UB, en el
campus Valle d’Hebron, donde está Psicología, Geografía, Instituto de Ciencias
de la Educación, eh… bueno, de cualquier forma son los futuros profesores, y
yo doy las clases allí, y acaba; entre febre… eh, noviembre y enero, tres
meses.
At: ¿Ya no estás allá?
Js: Se ha acabado, las clases se han acabado.
At: Estás ahora solo en el instituto…
Js: Sí, ahora solamente tengo, como compromiso, el trabajo en el
instituto… como trabajo.
At: Humhum. Y ¿cuánto tiempo más, antes que te jubiles?
Js: Eh, pues, cuatro meses (risas).
At: ¿Solo?
Js: Claro, cuando acabe ese curso me jubilaré, sí.
At: ¿Sí?
Js: Sí, sí.
At: Y ¿estás feliz? Parar de trabajar no, ¿no?
128

Js: Sí, seguiré trabajando, pero… es una mezcla de sentimientos que se


siente, por un lado… bueno, yo siento que una parte de mi vida se acaba pero,
por otro lado, siento una pérdida así: contacto con los jóvenes… Hay una gran
simpatía en la relación con ellos y… me llevo, me llevo bien, pero será una
pérdida para mí. Poder me dedicar a otras cosas, esta es una parte positiva,
que me motiva y tal, pero… sí, es una pérdida también. Hay alegría y dolor, al
mismo tiempo; una mezcla.
At: Pero, hay maneras, ¿no?, de continuar el trabajo con clases, por
ejemplo, ONG…
Js: Ah, bueno, sí, sí, claro la AHIGE, claro, es una manera de trabajar con
jóvenes, dar charlas y, claro, pues no es lo mismo que estar cada día
trabajando con ellos, ¿no? Por supuesto, cuento con el trabajo en la Asociación
y… cuento con ello para continuar el contacto con gente, con jóvenes, con no
jóvenes. Con lo que haya. Sí, sí.
At: Humhum
Js: Pero, bueno, yo no es el contacto diario y tal…
At: Bueno, y esta historia de masculinidad, ¿cómo empezó en tu vida?
Js: Plantearme eso…
At: Sí.
Js: Pues… yo diría que estaba allí… desde siempre, o desde pequeño;
desde… desde… el ambiente familiar. Bueno, tuve un padre… muy cariñoso,
muy… de mucho contacto corporal, un padre que nos quería mucho, un padre
que nos venía recibir, he, Iba silbando por la escalera, me acuerdo que… era
una escalera, que no tenía ascensor, y yo subía por la escalera, venía a
trabajar, iba silbando todos… mi hermana y yo salíamos y nos echábamos a
los brazos, una cosa muy, muy emotiva. Y en los fines de semana, él se
quedaba en la cama… y nos llamaba también silbando, e íbamos a la cama
con él, y allí jugábamos, hacíamos… juegos de… de imaginación… de todo
(habla bastante despacio y enfático en cada punto). Con un gran contacto
corporal, claro, nos poníamos en pijama y, bueno. Mi madre estaba como muy
distante, entonces, yo tenía ahí un modelo de padre muy diferente del, del
padre habitual en esos años, ¿no? Y… en la escuela donde yo estudiaba, pues
yo chocaba mucho con los demás compañeros de…
At: ¿Se chocaba?
Js: Chocaba, chocaba, es decir, no me entendía bien porque, ara tu
puedes imaginar… eh, los golpes, las guerras, las luchas, a tirarse piedras
eh… en fin, yo no entendía eso, ¿no? Simplemente que, no es que… es que yo
no entendía, no, no lo comprendía por qué tenía que actuar de esa manera.
At: Humhum.
Js: Incluso, ni jugaba el fútbol; jugaba el baloncesto porque era un chico
más o menos alto, pero el fútbol, aquello de los golpes, de los choques,
tampoco me gustaba. El básquet, pues, hay una partes personales que no les
puede tocar… Buen, pues, me gustaba más.
At: Humhum.
Js: Pero, sí había, había… yo no lo entendía, por eso, claro, yo no lo
reflexionaba interiormente, pues… Mi hermana, curiosamente, me decía, mira
tu tienes que pegarte, tu tienes que defenderte, tienes que darle puñetazos a
los otros, y tal, ¿no?, mi hermana me lo decía.
At: ¿Tu hermana era mayor que tú?
129

Js: No, más pequeña, pero me decía: “¿tu, por qué quieres hablar con los
chicos?; no, tu contesta, dale un buen golpe”.
At: (Risas)
Js: Y eso, pues, no lo entendía. Mi hermana era más, digamos, más así
que yo, ¿hum? En fin, pasa el tiempo, pasa el tiempo y… un momento, un
momento así importante de, de mi vida que fue la separación de la madre de mi
hija (dice su nombre) que… mira… mi hija… yo viví mucho, muy intensamente
la paternidad, tenía muchas ganas, soy un padre… mayor, ¿no?, porque tuve
mi hija ya con 39 años…
At: ¿39?
Js: 38 a casi 39… Por eso soy padre mayor ya, ¿no?
At: ¿Y estabas casado?
Js: No, no estaba casado. Y… pero vivíamos juntos, pero eso sí vivíamos
juntos, sin estar casados.
At: Humhum.
Js: Uhmm… y… y viví muy intensamente, porque yo tenía muchas ganas
de pasar muy bien con mi hija de pequeña, pues mucho imaginaba, imaginaba.
Pero, la separación para mí, claro, fue una separación también de mi hija, una
separación muy fuerte que, además, mi hija seguramente, pues, manipulada
por su madre, algún tiempo no me quiso ver…
At: Humhum.
Js: Y eso para mí fue terrible…
At: ¿Cuántos años tenía ella?
Js: Ella tenía once años…
At: Hum.
Js: Yo, pues, yo tenía 49, 50.
At: Humhum.
Js: Por eso digo que, en gran parte yo creo que… fue su madre, pero,
vamos… Mi hija también tiene su genio, ¿eh? A veces no me quería ver… Para
mí eso, eso fue… fue un… un golpe, un dolor muy intenso, ¿no?, muy fuerte…
Me acuerdo que… si preguntaba: “cómo tu te sientes”, pues yo decía que era
como si me arrancara un brazo…
At: ¿Quién preguntaba?
Js: ¿Cómo?
At: ¿Quién preguntaba, ella?
Js: No, no, mis amigos yo, claro, como lo pasaba tan mal pues a todos los
amigos lo explicaba y ellos decían: “bueno, y tu cómo te sientes”, sobre todo
los compañeros de trabajo, ¿no?
At: Uhm.
Js: Yo lo explicaba, pues lo pasaba tan mal, tan mal… Fue un golpe muy
fuerte. Incluso estuvimos en los tribunales…
At: Ah, ¿sí?
Js: Claro, yo… pasé cuatro años y pico casi sin ver a mi hija. Y, la jueza
me dio la razón, porque, claro, yo no tenía ninguna razón para que mi hija no
me viera. Yo no había maltratado, todo lo contrario…
At: Uhm.
Js: Y, nada de eso, ¿no?
At: Entonces, ¿tu ya buscaba la custodia compartida?
Js: La verdad es que tendría que haberlo… tendría que haberla solicitado,
pero en ese momento no se me ocurrió, o… no sé, no le tenía claro, no vi
130

lo que se me ponía en cima, no lo podría prever. Pero, tampoco la


separación de mi… mujer en ese momento fue traumática; nos dimos
bien… No, no fue… una separación… dura.
At: Pero, ¿lo qué planteabas?
Js: Pues, yo hice la separación y, y… me dijeron, pues, lo que se suelen
dar en esos casos es un día en la semana y el fin de semana. Y… y a mí me
parecía poco, pero… tampoco me planteé, la verdad, que… y eso que tengo un
amigo que, que, que ya tenía la custodia compartida en estos tiempos, era una
cosa muy rara, ¿no?
At: Uhumhum.
Js: Pero, yo no me lo planteaba, la verdad es que yo no me lo planteaba,
porque no veía yo lo que me iba a pasar. Buen, yo mira, “la veré un día en la
semana, en el fin de semana y tal, buen”; fin de semana dedicado a los dos,
pero, claro, yo ya no la vi, y cuando yo ya no la vi en la semana y en el fin de
semana y tal, pues… lo pasé muy mal, entonces entré con una demanda en el
tribunal, y el tribunal me dio la razón, pues, claro no tenía ninguna razón; pues,
claro, el tribunal me dijo: “le ponemos un policía y… que entregue a su hija”.
Claro, dije: “va a ser peor”, ¿no?, que me la traigan en la rastras. Buen, total
que se acababa la mediación familiar, incluso, también se acaba la
mediación… me da la razón, pero sigo sin tener mi hija, bueno eso era la
verdad. Y… bueno, poco a poco las cosas se han ido reconduciendo, ¿no?
Pero, a mí todo eso me hizo… ese dolor tan intenso, pues me hizo pensar en
cómo era yo como padre, cómo hombre, por qué había tanto sentimiento en ser
padre, al cuidar de mi hija, por qué sentía tan fuerte el desgarro de, de no
tenerla y, dije, bueno, y empecé a leer el libro de Badinter (Elisabeth Badinter,
1993), que ella estaba publicando entonces, y ya vi parlar de muchas cosas,
muchas cosas que no… me apasioné por aquél libro, leí también el libro de
Victor Seidler que… empecé a leer cosas, ya, y, me hice una, una reflexión ya,
no solamente personal, sino social; sobre los hombres, la masculinidad…
At: ¿En qué año fue eso?
Js: Pues, en el año 2000, o más.
At: ¿2000? Entonces es muy reciente, ¿no?
Js: Sí, claro, porque, cuando yo tenía… yo tenía 52 años, poco después
de la separación de mi… de la madre de mi hija (dice su nombre). Y ya en
2001, sin saber nada, porque no me le dijo a nadie, cogí el portal, pedí permiso
al instituto y me fui a Jerez, y allí vi que había todo un mundo, todo un
movimiento de hombres… en Andalucía…
At: ¿Fue un encuentro en Jerez?
Js: En Jerez, sí.
At: ¿Fue a un encuentro o a vivir allí?
Js: No, no, no, no, no. Fui a un encuentro, fui a… ¡no conocía nadie!
At: Humhum.
Js: No conocía nadie, pero bueno, ehhh… Entonces empecé a conocer,
pues a, al Bonino (psicólogo y escritor), conocí a Hilario conocí a… y con eso
ya, ya me hice un bagaje, vi que había un movimiento, entonces que yo no
estaba solo y, y me vine a Barcelona con ganas de crear un grupo de hombres,
de continuar esta reflexión con otros hombres… No había manera; yo hacía
convocatoria, llamaba todo el mundo… Uhmm, u otros intentos de, de, de
hacer grupos.
At: Uhmhum.
131

Js: Tuve un encuentro con… y con Kaufman, ya me encontré con él…


At: ¿Ya conocías la AHIGE?
Js: No, no, no. Bueno, sí; conocí la asociación, pero estaba fundando en
este momento…
At: Ahhh.
Js: 2001 conocí a Antonio, pero nos saludamos así, de lejos y, y nada,
no… allí quedaba la cosa, ¿no? Después sí, que entré en la página web de la
AHIGE, continuaba en la lista de discusión, poco a poco me fui formando,
leyendo, y luego quería crear un grupo aquí en Barcelona… no había manera…
Finalmente, en un simposio de, de, eh, de grupo CRIA, en el Centro de Cultura
Contemporánea de Barcelona, en 2003; y en 2003, pues yo cogí el micrófono
y, y dije, bueno, pues aquí, eh, los hombres que estamos aquí en este taller de
Luis Bonino, pues hacemos constituir un grupos de hombres, ¿no?, si quieran,
hacemos una cita en el instituto de aquí a dos semanas y, bueno, hubo como
12 personas, 12 hombres que se apuntaron, y así fue como apareció el (dice el
nombre de su grupo).
At: Humhum.
Js: Y, bueno, yo me encuentro muy a gusto, se ha ido… renovando pero,
bueno, continúa hasta ahora, y ya estamos por el sexto, a punto de hacer el
sexto aniversario… sí, sí. Y luego continué, digamos eso, una cosa lleva a otra,
yo continuaba con el contacto con la asociación y finalmente me tomé la
decisión de apuntarme y ya me hice socio de Catalunya, de, de la asociación…
Entonces, pues, era el único, el catalán de la AHIGE… y, bueno, luego
apareció Zorro, tuvimos varios encuentros… yo le dice a Zorro de los grupos y
tuvo una discusión personal también muy intensa conmigo…
At: ¿Lo invitaste al grupo?
Js: No, él no podía entrar en el grupo, porque el grupo ya llevaba todo un
tiempo funcionando, entonces ya tenía un rodaje… no podía entrar en… Y
luego ya creó, bueno, creamos entre él y yo otro grupo, que es el de la (dice el
nombre del grupo), que se reúne cada 15 días.
At: Humhum.
Js: Pues, sí, luego creamos conjuntamente, él y yo, ahumm, otro grupo.
At: ¿Qué año fue ese?
Js: Pues, no sé de qué será el año… 2005, algo así… no sé, más o
menos. El Zorro se acordará más que yo.
At: Humhum.
Js: Por en medio de fórum, en Barcelona, el 2004, que allí vino gente de
América Latina, un de… Guatemala, vino Michael F. de Australia, en fin… o
sea que, siempre ha habido una relación entre la visión personal y, y el
contacto, pues, con el movimiento de hombres, total que, yo tomé la decisión
de apuntarme a la asociación, luego entró Zorro, y luego se ha ido
desarrollándose. Y… y así, o sea, ha sido un proceso mezclado con lo personal
una cuestión teórica, eh, o sea, a un dolor personal que es lo que me movilizó,
una reflexión personal mía, junto con, con lecturas, lecturas no solamente de
libros, sino también de artículos, de simposios, de congresos, y tal… y, luego el
contacto con el movimiento de hombres… organizados, digamos, las
organizaciones de hombres.
At: ¿Y consigues transmitir esto, esta experiencia a tu trabajo profesional?
Js: Sí.
At: ¿Sí?
132

Js: Bueno, intento sí. En el contacto con los chicos…


At: ¿En las clases, o en talleres?
Js: En las clases, en tutorías también. Las clases, porque intento, donde
estoy en el departamento de historia, claro, tengo dos compañeras que han
hecho bastante trabajo de previsión del contenido de la historia… revisión del
contenido de la historia, de qué historia se enseña, y cómo se enseña, las dos
cosas, ¿no?
At: Hum.
Js: Entonces, me ha sido muy útil para mí estar en contacto con estas dos
compañeras, pero yo ya hice la opción de ir, eh, de ir a este instituto en que
estoy ahora, para estar trabajando con estas dos compañeras. Una de ellas la
(dice su nombre), que ya hace 30 años que nos conocemos, ya había hecho un
curso de educación con ella, tiene muchos años, y la otra, pues, bueno, ya la
conocía, pero no tanto. Entonces, para mí el departamento de historia, tu
sabes, de Ciencias Sociales, me ha servido mucho para… pues, también para
aplicar eso a las clases, digamos. Ya no solamente una historia, una acción
mía, sino de todo el departamento, las tres profesoras, dos profesoras y yo que
formamos el departamento.
At: ¿Y ellas son feministas?
Js: Sí.
At: Sí.
Js: Sí, sí. Las dos son feministas, y hace más, hace muchos años.
Hummm, bueno hicimos un plan en el centro, un plan de mediación, eh, todo
un plan de prevención, un plan agrupación para el día de la mujer, el día de la,
en contra la violencia sexista… toda una serie de cosas, de actos que,
digamos, que… Bueno, sí, sí, que…
At: Humhum.
Js: Quizá, podría hacer mucho más, pero bueno…
At: Y ¿hoy en día aún trabajas con ellas, con las feministas?
Js: Sí. Continuamos estas tres personas… ¿qué se refiere, al instituto?
At: O en el instituto, o fuera.
Js: ¿Fuera? Bueno, digamos que, que el contacto con las feministas,
claro, siendo, mi compañera siendo feminista, pues, por lógica, ¿no? Lo que
pasa es que, ehhh, como tú ya sabes, la línea del Feminismo de la Diferencia,
pues, no sintoniza mucho con la línea de la Igualdad, pues yo como estoy en
una asociación de hombres por la igualdad, pues la (dice el nombre de su
compañera) pone mala cara, ¿no?
At: ¿Si?
Js: Pone mala cara, sí, porque para ellas la igualdad significa
homogeneidad, significa intentar una acción de negación de las diferencias, y
ellas están por la diferencia sexual, y tal. Y, no acaba, bueno, es interesante
porque así podemos hablar desde la postura de la diferencia, ¿no?
At: Bueno, ¿la igualdad que ellas plantean es solo la igualdad de
derechos?
Js: No, ellas no plantean ninguna igualdad, ellas hablan de la diferencia
sexual, de lo femenino, de la alteridad… bueno, no sé si conoces esta línea del
feminismo…
At: No conozco bien, no.
Js: Hay dos líneas muy diferenciadas del feminismo, el Feminismo de la
Igualdad, quizá mayoritario, pues es el de toda la vida, de la igualdad de
133

derechos y tal, y de, y de la lucha contra la discriminación, contra la violencia y


tal…
At: Hummm.
Js: …y el Feminismo de la Diferencia que, digamos, un poco, pues, lo que
hace es… considerar que la mujer no es, no sé, no hay de catalogar como
víctima, y el que… hay que recuperar todo el femenino, la historia, la
genealogía femenina, la diferencia femenina, entonces que está escrita en el
cuerpo de la mujeres, pues ehhh, la maternidad, la rotura en relación a
nosotros, en fin, toda una filosofía, que viene de las italianas, un poco
relacionado con la recuperación de la mujer del pasado, incluso místicas,
teólogas, y tal, bueno… Luisa Muraro (cita dos otras autoras) y toda una serie
de escritoras, la mayoría italianas que se agrupan alrededor de la Librería de
Milán… Entonces, [mi compañera], bueno no estaba en el verano precisamente
porque la Universidad de Verona, digamos, es el centro, el núcleo de este, de,
núcleo de pensamiento.
At: ¿Y qué han dicho sobre el movimiento de hombres?
Js: Pues, están un poco en la expectativa. Dicen que… ellas dicen, ellas
esperan, ¿no?, una generación de hombres libres, en el sentido autentico de la
palabra, es decir, de hombres igualitarios, de hombres libres, hombres que
hablen, hum, pues de su, que pongan su, su voz en el mundo, pero no de una
manera tradicional, que en realidad no eran libres, sino que, bueno siguen
diciendo que éramos… era… bueno, de alguna manera la violencia de
hombres antiguos, de dominio y de, de violencia… Ellas, ellas también, o sea,
que estábamos viendo una película, y la película, pues, de espías y tal, ¿no?, y
ella me comenta… yo lo veo de otra manera, ¿no?, y ella dice: “¡vaya mundo
de hombres!”, ¿no?, o sea que todos, todos están en el mismo rollo, ¿no?, y,
¡hombre¡ yo no me he sentido identificado. “Bueno, bueno, tu fíjate que los
únicos que están en la película son hombres”, y tal y cual. Bueno, es decir, que
ellas esperan que aparezca, eh, un, un hombre libre que dé un mensaje
diferente, que recupere la autoridad masculina, que no sea una autoridad,
bueno una autoridad que no sea violencia, dominio, que no tiene nada que ver
con autoridad, ¿no? Autoridad que viene de “autoría”, es decir, de hablar desde
uno mismo. Y… llega un momento en que, en, ve muy pocos signos de ese…
muy escépticas.
At: Humhum.
Js: Hay un autor que se llama Marco Derío, que era de Barcelona y vino a
un seminario, que tengo ganas de oírlo, que está un poco dentro de este
feminismo de la diferencia, pero desde la posición de hombre.
At: Humhum.
Js: Entonces, me gusta oírlo.
At: Y ¿qué te ha motivado, en la familia: el padre, que fue un modelo,
¿no?, para ti, y tu madre también?
Js: ¿Mi madre? Es un contra-poder, ¿no? Pero, bueno (habla riéndose),
porque mi madre es muy distante, bueno sigue siendo, todavía vive; mi padre
murió, y gracias al grupo, pues, grupo de hombres, pues… tuve una despedida
muy emotiva, muy bonita de mi padre antes de morirse…
At: ¿Cuándo?
Js: Hace ya cinco años que murió mi padre. Pues, mi madre, en cambio,
bueno, hay buena relación y tal, pero hizo una despedida de mi padre muy
distante. Tengo motivos, pues, en la familia, pues sí, mi padre; mi padre ti… a
134

ver, hay una parte… positiva en él, y una parte negativa, porque mi padre era
muy cariñoso, muy explicado, mucho con, muy así, muy próximo
corporalmente, pero también era bastante indeciso, bastante… irresoluto,
hummm, y eso mi liaba un poco, yo intentaba superarlo, pero… habría, que yo
aún tengo, la necesidad de tener algo de mi madre, aquella, espíritu resolutivo;
las decisiones en casa de mis padres, las tomaba mi madre, siempre…
At: Humhum.
Js: … y mi padre siempre dando, poniendo pegas, eh, dudas, ahhh!,
miedos… Y mi madre decía: “pues, aquí, compramos la casa”, o “nos vamos de
vacaciones”, ¿no?, siempre fue ella, siempre lo tomaba ella. Y yo quería,
bueno, un poco de la influencia de los dos, ¿no?, recuperar esa parte de mi
madre, más resolutiva, hummm, porque he sido, y continúo siendo bastante…
bastante, buen, miedoso, digamos, pero no miedoso de miedo físico, ¿no?, si
no, miedo de tomar decisiones, miedoso de los conflictos, evitar los conflictos…
y eso no, no es bueno, porque, si evitamos los conflictos, acaban apareciendo
más graves, todavía. O sea que, me gustaría de mi madre, pues, recuperarlo,
esa parte resolutiva, por ejemplo mi acuerdo que, cuando mi padre, pues,
estaba muy mal, fue mi madre, bueno mi padre ya no podía, pero… tuvo la
decisión y coraje de decir, pues: “lo desenchufamos” a mi padre, a, a su
marido, ¿no?, lo desenchufamos, ¿no? A pesar que era católica, o es muy
católica, pero vio claramente que mi padre sufría y, que debía tomar esa
decisión, y la tomó. Si hubiera sido al revés, si hubiera sido mi padre, no había
tomado esta decisión. O sea que, hay que, bueno me quito el sombrero delante
de esa capacidad de deci… de tomar decisión, de mi madre. Pero, bueno…
At: Humhum.
Js: Tener un poco de todo, ¿no?, de mi madre y de mi padre, como hijo.
At: ¿Siempre vivieron juntos?
Js: Sí. Sí, claro. ¡Cincuenta y pico de años! ¡Cincuenta y pico de años,
pues sí. Claro, las parejas de antes… (risas). Bueno, en Brasil no, porque el
Brasil es diferente…
At: No, no, Brasil también…
Js: Pero tiene muchos hijos nacidos fuera del matrimonio…
At: Sí, pero ahora, antes no, no tenía tanto.
Js: Pues, mis padres, bueno, mi madre nunca se lo imaginó, claro yo soy
su hijo nunca se lo imagino separar de mi padre, bueno; mientras que él,
excesivamente dependiente de él, mi madre no ha trabajado fuera de casa,
solo era ama de casa y, ya ¡hombre!, siempre pendiente de mi padre.
At: ¿Y tu padre trabajaba de qué?
Js: Mi padre era funcionario de la seguridad social, pero de los que lleva la
contabilidad, con un sueldo estable, y ya. Sí, sí.
At: Y, ¿tienes hermas, hermanos?
Js: Tengo una hermana, sí.
At: Solo una…
Js: Solo una hermana, la que te comentaba que, que me decía que hay
que dejarlo un puñetazo a, a los que me agredían en el patio del colegio.
At: ¿Cuál tu relación con ella? ¿Te ayudaba en…?
Js: La relación con mi hermana, es todo un capítulo eso.
At: (Risas)
Js: Sí, porque era una relación muy íntima porque, mis padres no nos
dejaba salir demasiado de casa, quedábamos en casa jugando, pues
135

jugábamos a rato cosas de niños, a rato cosas de niñas; ella jugaba pelota
conmigo, yo jugaba muñeca con ella.
At: (Risas)
Js: Es así. Porque, vamos mis padres no nos dejaba salir a la calle…
At: ¿Los dos dentro de casa, sin salir…?
Js: Un rato jugando, en verano, vacaciones, ¿no?, jugando, sí, sí; yendo,
cuando había tormenta, ella venía a mi cama a dormir conmigo porque tenía
miedo, en fin. Era una relación, por tanto, muy íntima. Me acuerdo que, cómo
no había educación sexual, eh, en esos años, pues aprendemos educación
sexual viendo a los cuerpos, enseñándonos los cuerpos mutuamente. Pues,
eso no se enseñaba en la escuela; ella estaba en un colegio de monjas y yo en
un colegio de curas, e eso, ehhh, no se enseñaba para nada, ¿no? Entonces,
yo le dije: “oye, ¿cómo es el cuerpo de la mujer?, enséñame tu cuerpo, y tal”, y
ella me enseñó, e hice lo mismo con el mío con ella…
At: ¿Cuántos años tenías?
Js: No lo sé, pocos (risas mías); debía de ser 7, 8 años, no lo sé; una cosa
así. O sea, una relación muy íntima. Pero, hemos salido muy diferentes;
caminos muy opuestos.
At: ¿Opuestos?
Js: Sí. Bueno, tu fíjate cómo vivo, ¿no?, vivo dedicado a temas
intelectuales, a profesor, movimientos sociales ya, no desde ahora; antes ya
había sido militante de un partido clandestino, luché contra Franco, todo eso,
¿no?
At: ¿Sí?
Js: Sí, sí, sí. O sea, siempre he sido muy comprometido socialmente. Y
ella es todo lo contrario; nunca se ha movilizado, es muy conservadora, está
casada con un buena vida que ha cambiado de mujeres varias veces… O sea,
somos polos opuestos, ehhh, ella vive con un hombre muy rico… para mí,
corrupto… mi cuñado; vive de la construcción en Madrid, y es al mismo tiempo,
tiene un negocio privado, que sería incompatible con lo que trabaja en el
ayuntamiento, y tiene mucho dinero, muchísimo dinero; no tiene hijos, yo tengo
una hija, bueno… todo es el opuesto. Y a pesar de todo, pues, seguimos
queriéndonos mucho pero, claro, son dos mundos, ya, muy, muy divergentes.
At: ¿Se encuentran?
Js: Sí, ahora, en la semana pasada he estado en Madrid y vengo a vernos
en Madrid con este señor, con este, bueno, es muy buena persona mi cuñado,
¿eh? Que sea corrupto, o que no sea que rico no quiere decir que no sea muy
buena persona, pero… es un… los valores de un mundo totalmente opuestos
al mío. Pero, bueno, sí, nos queremos, claro.
At: Humhum. Y tú historia con la iglesia: ¿fuiste seminarista, no?
Js: Sí, yo fui… sí claro, claro, eso no he explicado… Yo estuve cuatro
años jesuita, jesuita 4 años… ehhhh, a ver, yo creo que en gran parte era el
proyecto de mi madre.
At: Hum.
Js: Mi madre quería ver un hijo cura, pero no cura... Papa, al menos, ¿no?
(risas), si no fuera nada más que Papa, ¡pero vamos!; si no, pues, ¡superpapa!,
¿no? (más risas). Entonces, pues, me venía el la cabeza… la idea, y yo hice el
seminario, bueno no exactamente el seminario, el noviciado, con los jesuitas,
luego, hice los votos menores, y luego, pues estos dos años con los jesuitas
fueron los que me despertaron… tu sabes los jesuitas ha sido siempre una
136

Orden muy crítica… ellos me despertaron el sentimiento social, que no tenía ni


idea… descubrí… entré en contacto con los comunistas, en aquella época la
oposición a Franco; me metí los movimientos clandestinos contra Franco; en
las comisiones obreras que, que entonces eran clandestinas… sindicato, luego
entré en el partido, yo entré en el Partido Comunista; eso, el Partido Socialista,
como el Partido Comunista… Bueno, creé todo un mundo de, eh, de crítica y
tal, y después, pues, tan crítico me enseñaron a ser que, que, bueno, luego
perdí la fe y… todavía diría que no soy, bueno, me llamo agnóstico, pero no
sé...
At: ¿Estudiaste la Teología de la Liberación?
Js: Algo, algo, no mucho, no mucho, pues acababa que no tenía mucho
tiempo, ¿no?
At: Humhum.
Js: Pero sí, algo sí, algo de cristología… sí.
At: Y ¿cuántos años tenías?
Js: 17 a 21.
At: ¡Ah, ¿17?! Muy joven, ¿no?
Js: 17 años entré. Sí, sí. Y acabé a… pues, acabé por un, por un lío de
faldas, por un lío de chica, vamos…
At: (Risas) ¿Sí? Apasionado por la chica…
Js: Bueno, digamos, eso fue, digamos, el, el, la gota que colmó el vaso,
entonces yo ya estaba bastante alejado y, y, entonces, una de las cosas que
nos hacían hacer, una de las pruebas que debía hacer es trabajar en un
hospital: estuve trabajando en un hospital, limpiando culos, así, literalmente; o
sea, nos hacían unas pruebas, bueno, durísimas, ¿eh?; recogí cartones para
un orfanato; y, trabajaba en la fábrica y, ¡al final estuve trabajando en el campo,
haciendo, pues cogiendo la colleta! Y allí, en un pueblo, pues, que nada, conocí
una chica y me enamoré de ella, nos liamos, y ya, y eso… A la vuelta del
verano me dije… bueno, yo dejé los jesuitas por una cuestión de faldas, sino
que aquello fue, digamos, el detonante, ¿no? Y, bueno… (risas).
At: Y, ¿era la madre de tu hija, no?
Js: No, no, no, no… no, no, a esa chica no le he vuelto a ver, ya, fue una
cosa así, momentánea. Ya no he vuelto a ver.
At: Ahan. Bueno, y el grupo, ¿qué te ha aportado para tu masculinidad?
Js: Hombre, el grupo, en primer lugar, hummm, me ha aportado un
espacio de encuentro con hombres que, que, que… que yo necesitaba, yo creo
que necesitaba, un espacio de encuentro con hombres, pero no tan, no
superficial, no frívolo, sino… ah, interior, ¿no?, y… y, desde dentro… me ha
aportado un hábito, claro, pues eso, cada semana, un hábito de introspección,
de presencia, de sentir, los sentimientos, el cuerpo, ¿no? Ahora, se acaba
convirtiendo en algo… ya, ya se tornaron automático, ¿no?, seis años a
reunión semanal, prácticamente, pues… bueno, yo ahora, como estoy, me
siento que, cómo me siento, cómo me encuentro, qué quiero realmente… se
habla con uno mismo, ¿no? Un espacio de encuentro sin, sin juicios, sin… sin
rivalidades entre hombres; y un espacio para, para, para desarrollarme de otra
manera, ¿no? De todas maneras, yo tengo mucho, todavía, mucho costra de,
de hombre viejo, mucha, ¿eh?
At: Costra… ¿una protección?
137

Js: Sí, pero más que una protección, sí, algo que me tapa; sería más que
una protec… sí, también seguramente me protege, pero… me tapa, y no acabo
de romper…
At: Que impide que…
Js: Que me impide, sí. Cada vez menos, eh, yo pienso que cada vez
menos, ¿eh?, pero… sí, sí.
At: ¿Por qué dices “hombre viejo”?
Js: A ver, de cosas, de costumbres, de valores que yo ‘de boquilla’
(enfatizando) figura que las tengo superadas, pero que me salen, por ejemplo,
el ser auto-referente, el ser obsesivo, el querer controlarlo todo. El ser auto-
referente, es decir, querer ser el centro del mundo… eso es muy masculino,
¿no?, me cuesta mucho sacarlo de encima.
At: ¿En la relación que tienes, por ejemplo, con la familia, tienes ese…?
Js: No, con la familia no tengo muchas relaciones; mi hermana, pues nos
vemos, y madre, cuando voy a verla, claro, mi madre es bien mayor… claro,
voy a cuidar, pero ello no sería un ejemplo de auto-referente, porque voy a
cuidar mi madre… No, no, la relación, pues, con mi pareja, con mis amigos…
eso de querer decir la última palabra, el querer ser el centro de las reuniones,
el ser más simpático, el ser… bueno, todo, pasado por el prisma de uno, el no
ponerse en el lugar del otro. Teóricamente eso lo tengo superado, y tal y cual,
pero me cuesta en la vida cotidiana, eh… Y mi pareja me dice lo mismo: “yo
empezaba hablando de mí y acaba hablando de ti”… Eso ella decía mucho, es
decir, vamos hablar de una cosa que me preocupa y, no sé cómo, vamos
hablar de una cosa que te preocupa… entonces, incapaz de ponerte en mi
lugar y, y de dar un consejo desde mí, desde ella, ¿no?, no de ese… en fin, o
sea cuesta sacarse…
At: ¿Tu hija dice eso?
Js: ¿Mi hija? Mi hija es muy suya, eh, ¡uff, madre mía! También está
aprendiendo, es decir, en el momento en que yo, hummm, me escucho más,
creo, también ella se abre más, ¿eh?, y también hemos sido… dos, nos
chocábamos bastante, ¿no?, entonces ella es muy suya y yo soy muy mío, y
nos chocábamos bastante, sí. Y, a medida que yo me abría un poquito, es
decir, reconocer cosas, los errores… ella también iba se abriendo… aquí tengo
mucho trabajo por hacer.
At: ¿Y consigues trabajar en el grupo estos rasgos masculinos?
Js: Sí, sí.
At: ¿Y crees que consigues superar ya mucha cosa?
Js: Bueno, por lo menos soy consciente de ellos, ehhh, darme cuenta… y,
bueno, ya es un principio de cambio, ¿no?
At: Sí, sí.
Js: Pero, vamos, lo que es transformar actitudes y valores, y tal, ya me
cojo muy mayorcito, ¿eh? (risas) Ya es como un árbol que va cayendo allí y,
¡eh! (risas) ya no se puede girar, ¿no?, porque ya tiene un tronco muy fuerte
(risas). Claro, claro si fuera un tronco joven, se lo giras y ya está, ¿no? Pero, un
tronco viejo, pues, claro, ya no lo gira (risas). Claro, yo tengo 60 años, ¡¿he?!
¡Eh, es mucha historia!
At: Sí.
Js: Ya lo has visto tú, ¿no?, ya lo he dicho que, que empecé a reflexionar
todas estas cosas cuando tenía 50… 52, 51… claro, es, es, es muy hecho, muy
hecho ya, pero, en fin, por lo menos es consciente de lo qué haces y, bueno…
138

At: Y ese…
Js: La pareja, la pareja hace mucho, la (dice el nombre de su pareja)… sí,
sí. Hace caso.
At: ¿El hecho de ella ser feminista, te ayuda, no?
Js: Sí, bueno, claro, porque… y llevamos movimientos paralelos, ¿no?
Ehhh… sí, hay siempre mucha reflexión en casa sobre lo que significa ser
hombre, ser mujer… pues pensábamos en ese tema, bueno… Y no las
diferencias, somos muy diferentes, ella… claro, nos podemos ayudar, ¿no?,
nos podemos… y hay un lazo fuerte, sí. Ha habido momentos en que estamos
un poco separados, pero… hay algo, hay algo allí que, que no nos deja
separarnos… bueno, llamo de amor, ¿no?
At: ¿Te consideras un hombre feminista, o un hombre igualitario?
Js: No me gusta mucho la, mira, como etiqueta, para presentarnos a la, a
una institución, a la sociedad, bueno, ya sé lo que significa, vale, pues, ‘hombre
igualitario’, de acuerdo. Pero, yo no me siento hombre igualitario, porque… me
gustaría otros apelativos: hombre libre, hombres, ehhh (pausa) completo, me
gusta más ese: hombres que quieran ser completos, que quieran ser libres…
At: ¿Completo en qué sentido?
Js: Pues con todo, ¿no?, con todas las facultades, la voluntad de sentir,
de, de, de, de decidir; con fuerza, pero también con vulnerabilidad, ¿no?
At: O sea, ‘equilibrado’…
Js: Equilibrado, sí, y completo, en el sentido en que, yo creo que la
masculinidad hegemónica es una amputación, te amputa, te quita una parte de
tus capacidades que están como atrofiadas, porque no se cultiva, ¿no?; la
sensibilidad, la vulnerabilidad, eh, la capacidad de empatía, de cariño, ¿no?, se
queda atrofiado, ¿no?
At: Pero, eso es poder, ¿no?, para el hombre…
Js: ¿Cómo, cómo?
At: Eso da poder al hombre, o sea, dominamos porque somos así, o sea,
no tenemos sentimientos, entonces… eh, dominamos…
Js: Sí, pero, dominamos, nos da poder pero, es un poder que se vuelve
contra nosotros también, se vuelve contra nosotros en forma de depresiones,
en forma de, bueno, pues, de violencia, autoviolencia también, violencia contra
los demás, o sea, violencia contra uno mismo, porque, claro, es todo un, un,
tensión, estrés, bueno, las estadísticas cantan, ¿no? Ehhhh, taza de vida, taza
de suicidio, taza de lo que tu quieras, ¿no?
At: Humhum.
Js: Pero, violencia contra nosotros mismos… Es un, es un regalo
envenenado; eso hay que hacer bien, precisamente, no se ve, por eso las
primeras feministas nos pregunta se: “¿bueno, que más queréis”, ¿no?, “ya lo
tenéis todo, ¡qué más queréis!”. No, no, no es que queramos más, queremos
menos, no sé cómo decirlo, ¿no?… (risas). O sea que, ese es un mensaje para
dar a muchos hombres; yo creo que es un mensaje importante para (pausa)
tomarse otro tiempo, otro ritmo de vida, no se estresar, no tener siempre aquí
detrás la voz que te ordena: “sé el más brillante, sé el mejor, sé el primero,
sé… sé, sé”… y sacarse todo de encima, ¡madre mía!, es una liberación…
Pero, no es fácil, ¡eh?, siempre queda algo. Pues, en ese sentido, eh,
hablamos de la libertad, ¿no?, más que de la igualdad; pero, libertad en el
sentido, no de hacer lo que da la gana, pues la libertad es toda la vida de los
hombres, ¿no? El Marqués de Sade, prototipo de hombre tradicional, defendía
139

la segregación y el asesinato, y todo, porque, él vivía en Gana, ¿no?, pues él


vivía en Gana, pues decía “soy la norma”, ¿no?, y claro, hacía lo que me daba
la gana, pues: violo, robo, asesino, eh, torturo, lo que sea, ¿no?, o sea el otro;
no se trata de esa libertad, se trata de la libertad real, ¿no?… de sentirse, pues
en armonía con el mundo, no en tensión con el mundo, sin necesidad de
conquistar nada…
At: Las mujeres luchan por igualdad social, por una situación de más
justicia, ¿no?
Js: Algunas. Pero mi esposa, no sé si está de acuerdo con eso que tu
dices; ellas dicen: “¿para qué nos vamos igualar a, igualar en qué, con qué
vara de medir, con qué criterio?; entonces, ellos son los masculinos… lo que
están haciendo ahora es unas hombrecitas”, y no se trata de eso; a lo mejor es
importante que ellas haya 50% de mujeres en el Ejercito, lo bueno de hacer es
terminar el Ejercito, ¿no?, y no es importante que haya 50% de mujeres,
porque el Ejercito representa unos valores que, que ¿por qué tenemos que
nosotros participar en eso, no? Quiero decir, bueno, te pongo un ejemplo,
porque es, la vara de medir, los valores, pero son las mujeres que siempre han
funcionado de otra manera, por lo menos ha habido una jerarquía de mujeres
que han podido hacer de otra manera… Sería, en todo caso, que los hombres
escuchareis esa mensaje de las mujeres de siempre, ¿no?, tienen vivido de
otra manera.
At: Pero, la mujer siempre, bueno, no sé si siempre pero…, eh, era ama
de casa y el hombre trabajaba fuera…
Js: Eso nunca ha sido así; eso es falso.
At: ¿Sí?
José: Es falso. Las mujeres siempre han trabajado, dentro y fuera de
casa, siempre… siempre; en el mundo rural, siempre, y en el mundo urbano,
por lo menos algunas mujeres de clase media, las obreras, ¡pues sí! Yo, yo les
enseño a mis alumnos, y no lo acaban de creer… fotos de sanidad en las
fabricas ¡y salen siempre más mujeres que hombres! Siempre las mujeres han
trabajado fuera de casa… algunas mujeres de clase media sí, efectivamente,
pues, trabajaban en casa solamente, pero es una excepción. Es como se
dijera: “los hombres siempre han sido banqueros”, ¡hombre!, habían algunos
que eran banqueros y otros que salían a trabajar; y eso no es la mayoría, ¿no?
At: Entonces, esa teoría de que el ‘mundo público es del hombre’ y el
‘mundo doméstico es de la mujer’, ¿tú crees que no es así?
José: Yo creo que es falso totalmente.
At: ¿Sí?
Js: Bueno, “es falso”, eh, tiene una parte que el mundo público y el mundo
político, claro, se hay que poner algunas excepciones, ¿no?, por ejemplo, lo
público, el mundo de las, del trabajo, el hombre seguía en la calle, que el
mundo de las relaciones fuera de casa no creo que sea exclusivo de los
hombres.
At: Pero, el ejercicio del poder, sí.
Js: Ah, el poder sí, claro. Poder en el sentido de poder, en el sentido de,
no de autoridad, eh, del poder: de dominio, de conversación de manera
violenta, muchas veces; la violencia puede ser psicológica, sí… sí, claro… que
yo creo que responde, en el fondo a una… un golpe de Estado que se dio en la
Edad Antigua, quizá en la Prehistoria, que responde al descubrimiento de la
maternidad y de la paternidad, y que el poder de crear que tienen las mujeres,
140

de tener hijos, de dar vida, hummm, hay que controlarlas, hay que dominarlas,
para que… saber cuál es mi hijo, transmitir la herencia, por lo tanto la
propiedad privada, la familia, el poder todo va ligado. Por tanto, la constitución
de la masculinidad viene de una inseguridad muy profunda de hombres, que no
saben “quien es mi hijo”, ¿eh?
At: Humhum.
Js: Entonces necesitan dominar, controlar, ¿hum?, para saberlo. Una
madre sabe perfectamente cual es su hijo, eso no es problema (risas) Sí, sí.
Hay un libro, es cierto, hay un libro de Antropología muy interesante, es un… la
cuestión del padre, que habla sobre eso, es una tribu de la Polinesia que no,
que no saben que hay relación entre la clase sexual y la paternidad, o sea del
parto, pues, el padre es un tío, un hermano, lo que sea, ¿no? lo que tiene
relaciones sexuales con la madre, porque más bien no saben de la relación.
At: ¿Cómo ves los grupos, hay muchos grupos, significan alguna cosa
para…?
Js: Hay dos tipos de grupos, el nuestro grupo está bien marcado porque
hay, eh, un terapeuta, que es el Eduardo, hay un psicólogo, que el Luis, buen
psicólogo… sí, psicólogo de niños, entonces eso ha marcado mucho el grupo
en cuanto una reflexión íntima, ¿no? Pero, en otros grupos, como por ejemplo,
en Andalucía, que no hacen un trabajo tan profundo a nivel psicológico
personal, pues, simplemente lo que hacen es compartir lecturas, hacer
comentarios de texto… comentar de su vida personal, pero sin profundizar
demasiado… se ve una vez al mes, o cenan juntos, hablan de esas cosas… no
digo que hablen superficialmente, pero no… no es el tipo de trabajo que
hacemos nosotros.
At: ¿Es más político?
Js: Sí, seguramente debe de ser más político, claro, otro día que, pero por
lo que ellos explican… es como lo veo, ¿no?, pero lo que ellos explican, yo
creo que es más… queda más de, de, de ‘aquí’ para fuera, eh, y no entra
dentro… Creo, ¿eh? Reflexionan también…
At: ¿Ellos no tienen grupos así?
Js: Sí. Sí que tiene grupo en Andalucía, sí. Hacen grupos, pero, entienden
grupos un poco diferente do que hacemos aquí, nosotros. Es como te digo:
ellos se quedan para cenar, vino, comida, todo ese ritual, que está muy bien,
no digo que no, ¿eh? Pero, claro, no es lo mismo que reunirse y, bueno:
“vamos hablar de problemas de meditación, cómo uno se conecta consigo
mismo, cómo ha ido la semana”, y lo ponemos en común, algo que tu lo has
sentido, tu les comunica a los demás, eh, y lo que lo respondes es lo que le
resuena. Y, después, ya podemos cenar o, o hacer lo que queramos, ¿no?
Quiero decir que la profundidad no es mucho menos… creo, no la misma.
Entonces, hay muchos niveles.
At: Entonces, tu grupo consigue hacer la mezcla entre el personal y el
social…
Js: Bueno, a ver, el grupo… el grupo es diferente… hablamos del grupo,
la (dice el nombre del grupo), no tiene nada que ver con la AHIGE, es decir, el
grupo vino cayendo poco a poco en la Asociación, entonces ha ido
aconteciendo, pero ha sido un proceso personal de cada uno. Pero hay gente
en el grupo que no ha dado ese paso.
At: Hum.
141

Js: Que ya les va bien solamente hacer ese trabajo personal… el trabajo
social siempre hay, porque el trabajo, donde ellos trabajan, en la universidad,
cuando el Eduardo trabaja sus clientes como terapeuta, eso también repercute
en ellos. Entonces, todos tienen un trabajo social, claro; es decir que, es decir,
algo tiene de social, pero el movimiento social-político, pues los que nos hemos
apuntado a la asociación… pues, no todo el mundo hace ese paso; ese paso
de apuntarse: “pues, ahora me apunto a la asociación”, por lo tanto, participaré
de un trabajo social, pero ya ordenado y estando dentro de una organización.
At: ¿Cuántos hombres hay en el grupo?
Js: En mi grupo somos, fijos, somos nueve, una cosa así. Lo que pasa es
que algunos que van, vienen una vez al mes, o viene a cada 15 días… no son
regulares… Y los fijos, siete; estuvimos aquí mismo, el lunes, hace cuatro días,
quedamos siete.
At: ¿Y las reuniones son de 15 en 15 días, o…?
Js: Cada semana.
At: Ah, ¿sí?
Js: Pero eso, cada grupo decide, ¿eh?
At: Humhum.
Js: Pero, el de Andalucía se reúne cada mes, el de Zorro se reúne a cada
15 días…
At: ¿Y la media de edad?
Js: Pero, claro, yo soy el abuelo del grupo, eh, tengo 60… entonces soy
viejo, y hay un chico que tiene 32, 33 años. Y, a pesar de la diferencia de edad,
pues hay muchos puntos en común, en común, ¿eh? ¿No?, pues es el
género…
At: Eh, ¿por ejemplo?
Js: Los miedos, las inseguridades, el ser el centro, la relación con el
padre, la dificultad de trato corporal… muchas cosas, sí, que sí.
At: Y, lo qué dicen ellos, eh, cómo aprenden ese modelo: ¿es más la
escuela, es más la familia, es qué?
Js: Yo creo que es un poco todo, ¿no?, la, la familia, evidentemente tiene
un papel importante, pero, todos hemos tenido padres ‘diferentes’, no es la
familia únicamente, porque… mira, tuve un padre, lo he explicado el padre que
tenía, que podemos decir que no es un padre tradicional, ¿no? La familia, la
escuela, más que la escuela en sí, las relaciones que hay dentro de la escuela
con los compañeros, ¿no?, más que los profesores, digamos, o, o los estudios.
Y, evidentemente, los amigos, las pandillas, ehhh, todo, de todo, o sea, la idea
que respiramos, ¿no?, la publicidad, la televisión, todo.
At: ¿Y esta manera de ser ‘diferente’ parte del personal, no es una cosa
social?
Js: Oye una cosa, estamos, claro acabo de encontrar dentro de sí mismo
unas razones, no ideológicas sino personales, para cambiar; algo que te tenga
que sacar de encima, que te deja más libre, pues yo gustaba más de la palabra
‘libertad’, eh, algo, algo que tiene que remover, que tiene que apartar, o que
tiene que… al menos se tiene que sacar algo del inconsciente que te lo impide,
para sentirse más libre, algo que le impide de realizarse personalmente.
At: ¿Y eso es para todos, o sea, los puntos de partida de cada uno son
diferentes, por ejemplo: empezó a trabajar con las feministas, empezó a querer
cambiar la sociedad…?
142

Js: No, no, los puntos de partida son muy diferentes. Yo, por ejemplo,
tengo ese, mi comienzo tuve relación con esta, mi, bueno, la pérdida de
relación con mi hija, ¿no? Pero, otros, pues, eh, han sido otras cosas; otros,
pues, ehhhh, una novia que les ha dejado, una cosa que ha pasado que ha
dado un imagen de sí mismos que no les gustaba, otro que, pues, que, que se
plantea tener un hijo con la pareja con la que vive, entonces, que solía que…
reflexionar sobre la relación con su padre. Los puntos de partida pueden ser
muy diferentes. Luego, siempre, siempre hay un punto de dolor, de, algo que
cambiar, que algún momento puede ser el dolor, otras veces no, ¿eh?
At: ¿No hay ninguno que, que empezó a trabajar con las feministas y, que
a partir de eso…?
Js: Pues, que yo sepa ahora, del grupo…
At: No.
Js: …el Zorro, pero él no está en nuestro grupo… pero… quizá, vamos a
ver, alguien de lo que te decía, que han empezado a cambiar a partir de que la
pareja se ha plantado, pues la pareja, digamos así genéricamente, puede ser
‘filofeminista’, no feminista militante, pero sí, una mujer que planta cara, y que,
por lo tanto, pues, que hace, que da una sacudida, que hace irse de ese lado.
No exactamente una feminista, pero si es una mujer que, que, que toma
decisión: “¡que es eso, chico, y que te aguante!”, ya está, ¿no? (da una risa
alta). Estoy pensando en un caso de los que había en el grupo, ¿eh?
At: ¿Sí?
Js: Sí (risas)
At: ¿Una mujer tipo tu madre, que es decidida y…?
José: Sí, bueno, y muchas, ¿eh?
At: ¿Sí?
Js: Sí, hay muchas, muchas mujeres decididas, sí, sí sí.
At: Algunos autores hablan de ‘hombre diferente’ como frágil, femenino…
¿cómo ves eso?
Js: Yo creo que no, ¿eh? Hay que buscar un equilibrio, yo te decía, de
hombres equilibrados, armónicos, o completos… Hay un equilibrio entre, en
momentos en que uno, pues, se siente, y no tiene que manifestar así:
vulnerable, herido, frágil… claro, pues entonces que no, pues te sientes
decidido, con fuerza… ¿por qué no?, sí, sí, yo creo que, nosotros no vamos a
seguir de flojos por la vida, bueno, yo que creo que no se trata de eso. Bueno,
tenemos que cambiar algo, porque no somos como asaltante de banco, no, hay
que manifestarse, tiene que salir a la calle y decir, que hablar claro, tiene que
plantar cara en algunos momentos, pero tiene que plantar cara, y no ser flojos;
hay que combinar ambas cosas, sí.
At: ¿Se llaman de equilibrados los…?
Js: Sí, sí, sí. Y hay una parte de la tradición masculina que yo creo que no
hay que rechazar, tampoco, ¿no? Es decir, podemos decir: “historia de los
hombres, historia de las guerras, historia de la violencia”, pero la destrucción de
la naturaleza, la destrucción del mundo… cómo se va olvidar de todo eso,
¡bueno, sí, claro!, olvidamos de todo eso, ¿no?, o rechazamos. Pero, pero los
hombres creativos, hombres, los hombres que han abierto fronteras al mundo,
y que han abierto nuevos caminos; acabo de leer un artigo sobre eso, pues
Darwin, ¿no?, pues, una persona como Darwin, ¿no?, unas figuras en el
mundo impresionantes; o Freud, y tal, por qué no hemos de recuperar la, la…
hombre que hubieran dicho: “ai, que soy frágil, que no puedo dar la vuelta al
143

mundo”, pues yo quería descubrir la Teoría de la Evolución, ¿no? (risas) Claro,


estamos en la calle, cogemos un barco y vamos dar la vuelta al mundo, y lo iba
a pasar muy mal, pero abrimos fronteras al conocimiento, claro…
At: ¿Qué sería, entonces, propio del hombre?
Js: ¡Ui! Eso ya es un tema… Yo no sé si algo propio del hombre; del
hombre tradicional, sí, pero de hombre, hombre, eso hay que descubrirlo, ¿no?;
históricamente pues, se queda en el abrir fronteras, y ya se fuera abriendo
caminos, explorar, descubrir espacios, sí, ehhh, la flecha que nos pone para
fuera, ¿no?, un símbolo, una flecha para arriba, ¿no?
At: Humhum.
Js: Ehhh, y eso puede ser positivo o puede ser negativo, o puede ser las
dos.
At: Se dio más por tener oportunidad que por…
Js: Claro, pues esto se ha a costo de destruir, ¿no? Pero, quizá eso de
nuestra tradición, pero tendremos que recuperar… no todo es, no todo es
negativo, ¿no?
At: Humhum
Js: Incluso en el punto… del otro, del otro, por lo que sería de la fragilidad,
pues cuantos místicos, cuantos poetas que han, han hecho investigaciones… y
sólo hombres, ¿no? El deseo de sus sentimientos, de sus, de sus emociones…
y ya, pues, tenemos un San Francisco de Asís que era una persona
extremadamente sensible, ¿no? Bueno, por qué eso, ¿no?, ¿por qué no? No
sé, hay también habido hombres que, y hombres notables, además, ¿no?, que,
que, que van por otro camino.
At: ¿Y crees que la mujer también tiene esa cuestión de buscar, de
conquistar?
Js: Sí, claro, ha habido mujeres aventureras y tal, quizá no tantas…
porque, quizá, más lo que ha sido tradicionalmente propio de las mujeres, sin
olvidar que ha habido mujeres aventureras también, ¿no?, ha sido, pues, el
mantener, conservar, proteger, ¿no?, eh… pero, también ha habido mujeres
aventureras, sí, claro.
At: Esta característica, José, de mantener, de conservar, ¿tú crees que…
hay autores que hablan que es una cuestión biológica… cómo ves eso?
Js: No, yo no creo que exista esta separación entre la, lo biológico y lo
cultural. Hay un continuo y, además, lo biológico influye sobre lo cultural y lo
cultural sobre lo biológico…
At: ¿El hecho de ser madre, por ejemplo…?
Js: Hombre, el ser madre es evidentemente una posibilidad, pero no es un
destino de las mujeres, porque hay mujeres que no son madres, y no pasa
nada.
At: ¿Pero eso da a la mujer un elemento de conservación?
Js: Sí, claro, seguramente, seguramente. Ser mujer le da, como una
capacidad de sintonía con otro cuerpo, diferente del suyo…
At: ¿Nosotros no tenemos…?
Js: Yo creo que sí, claro que sí. Pero, a nosotros se torna más difícil,
seguramente, ¿no?, no lo sé; seguramente es un poco más difícil.
At: Humhum
Js: No nos resulta tan fácil; lo cual no quiero decir que sea imposible,
¿eh? Pero… claro, es muy difícil saber qué pasaría si no hubiera habido (risas)
tres millones de años de cultura; qué hubiera pasado, es difícil saber (risas) Es
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difícil saber, esto es historia de ficción, claro. Como ha, como ha habido otros
millones de años de cultura, pues, eh, estamos aquí, donde estamos, no
podemos ah… Pero, si… había una de las cosas, claro, que yo no he de tener,
claro, es mucha envidia… mucha envidia, lo reconozco, o sea, la base de la
cultura está en esta envidia masculina. Freud hablaba de la envidia de las
mujeres del pene.
At: ¿Envidia?
Js: Sí, sí, habla de la envidia del pene, sí, en Freud, sabes, bueno… y, yo
creo que es al revés, ¿no? Es la envidia de los hombres de, de la capacidad
de… de procrear, de las mujeres; yo creo que era parte de la cultura,
instituciones, y tal… tiene ese… esa envidia.
At: Bueno, para resumir un poco…
Js: ¿Qué horas son?
At: Son casi las siete; empezamos a las cinco…
Js: Bueno… (hace un gesto de que no estaba preocupado con el tiempo).
At: La cuestión del cambio de la masculinidad, ¿cómo… crees que se da
eso hoy, o…?
Js: Hombre, el cambio de la masculinidad, así en nivel general, pues cada
uno tiene su historia personal, y eso también para las mujeres. Si no
hubiéramos entrado en contacto con nuestras necesidades de cambio si las
mujeres no hubieran hecho, ahhhh, cambiado todo, ¿eh?, cambiado, ¿no? Y,
colocamos un espejo delante de nosotros que nos hace ver un poquito más de
cómo somos. Así, en nivel general, digamos que, como las mujeres… han
hecho un trabajo de investigación, han investigado sobre ellas mismas,
entonces ahora nos queda, ehhh, nos toca también a nosotros. Pero, después,
cada uno se lo vive de una manera diferente, ¿no?, aquello de uno por un lado,
otro por otro. Y, por lo tanto, nosotros tenemos que dirigirnos a los hombres,
pues, desde, desde nosotros mismos, ¿no?, cómo nos sentimos nosotros. No
con un discurso estereotipado, ideológico, sino dirigirnos a cada hombre con
sus, hablándole a él, con sus necesidades concretas, que pueden ser
diferentes unas de otras. Y todos tienen algún punto común, ¿eh?, porque todo
sigue el mismo patrón, hecho en el mismo patrón; pero que, el patrón
masculino está, está desenmascarando, es como el, el emperador, del cuento
aquél, ¿no?, que él va desnudo, y todo el mundo decía: “mira, mira cómo va
vestido el emperador”, y el emperador iba en pelotas, y un niño le señala y
dice: “¡mira, el emperador va en pelotas!”, entonces todo el mundo reconoce
que el emperador iba desnudo. Pues, eso, yo creo que ya ta claro que el
emperador, eh, estaba desnudo… totalmente.
At: ¿Tú te ves como un hombre diferente de la mayoría?
Js: Pues, en algunas cosas sí, en otras no, ¿eh?, en otras cosas soy muy,
muy igual, ¿eh? Yo ya te he dicho que yo conservaba, yo creo que conservaba
muchas cosas del hombre tradicional, porque, la única diferencia es que soy
consciente de, o intento ser consciente de, de ellas, ¿no? Pero, no sé, yo, por
ejemplo, la sexualidad, que es una cosa muy ‘masculina’ (habla enfatizando), o
sea, mi sexualidad continúa siendo una sexualidad muy masculina, y eso es
una cosa muy difícil de cambiar, claro, que me pasa al mirar, ¿no?; muy visual,
muy de voyer, muy de mirón, por muy enamorado que esté pero, bueno; eso es
muy masculino, según dicen, ¿no? Bueno, si no existiría hoy muy poca
pornografía para hombre, o para mujeres, y claro, la mayoría de la pornografía
es de hombres, ¿no?, eso que voy a decir algo, que las mujeres no se sientan
145

nada atraídas por un hombre haciendo sexo con otro, con otro hombre, ¿no?,
en cambio… yo, yo por ejemplo reconozco, una cosa tan íntima como la
sexualidad, mucho del hombre como los demás, ¿no? ¡vamos!, no veo cuál la
diferencia, eso porque me doy cuenta de ello; es una manera de sentir la
sexualidad, sentir el sexo como, como cualquier otro hombre, que típico
tradicional hombre ibérico, macho ibérico… sí, sí. O sea, que no me siento un
hombre como demasiado diferente de los demás.
At: Pero hay un modelo hoy que podríamos decir: ese es diferente…
Js: Espero que no…
At: (Risas)
Js: Espero que no, porque si vamos a cambiar a los modelos por un único,
pues ¡vaya aburrimiento! (Risas) ¿No? ¡Vaya aburrimiento! Hombre, todo el
mundo va usar un traje adecuado, con una camisa lisa, en fin, ese es un
ejemplo. Quiere decir que, esperaba que haya, no uno, sino muchos modelos,
tantos como hombres, ¿no? Hombre, eso es lo que hablaba de la libertad,
¿no?, a través de la diversidad; sería también otra palabra: ‘hombres diversos’,
hombres libres, y tal…
At: ¿Hombre nuevo?
Js: ‘Los’, los hombres en plural, los hombres nuevos. Pero, así como en el
nuevo hay mucho del viejo… pero, si hay que hablarlo así en términos
categóricos, habría que decir en plural… espero, ¿no? Que a mí tampoco me
gusta eso de “las nuevas masculinidades”, nunca me ha gustado, porque estoy
convencido, y además me pienso dedicar, cuanto estoy jubilado a investigarlo
(pausa) que siempre ha habido hombres… lo que pasa es que no se habla de
ellos, en la historia a igual que, falta mucho tiempo… las mujeres no existían en
la historia, más que cuando eran reinas, o cuando eran… algo que tuviera
relación con los hombres… las mujeres no existían… pues creo que, ahora,
tampoco existe en la historia, y habría que descubrirlos, los hombres que han
sido diferentes, los hombres que no se acomodaban al modelo; yo creo que
siempre ha salido, o sea, que no es una cosa nueva, de ahora.
At: Yo quería encontrar material sobre eso y, y no encuentro.
Js: Ah, pues, mira, entonces vamos a trabajar conjuntamente, porque me
gustaría…
At: Solo Badinter (Elisabeth Badinter, 1993) que habla de los “preciosos
franceses”, en el siglo XVII… la referencia histórica solo es esta, no encuentro
otra.
Js: Bueno era como los metrosexuales del siglo XVII, ¿no? (risas)
At: Sí.
Js: Que quería un cambio estético, no sé si era profundo, pero,
estéticamente removían, llevaban ornamentos como las mujeres, sí, pintaban…
At: Y defendían las mujeres…
Js: Defendían las mujeres, eso ya no creo.
At: Ella, Badinter, lo dice. (Comenté la teoría de Badinter sobre los
“preciosos”, y dice que, según ella, ellos eran excesivamente frágiles)
Js: Claro, tampoco las mujeres les gustan los hombres así.
At: Sí. Aún hoy.
Js: Es que es así, y tampoco creo que les gusten a los hombres; no, no
resulta atractivo un hombre… hombre sin consistencia, ¿no?, algo de
consistencia has de tener. Pues, mira el libro de… y me gustaría investigar,
¿eh?; si podemos intercambiar informaciones, o hacer una investigación
146

conjunta, que me encantaría. Se lo propuso a Galeano, a Eduardo Galeano,


¿sabes, el escritor uruguayo?
At: Sí, sí.
Js: Sacó en este verano un libro que se llamaba “Espejos”, es un recogido
por figuras históricas, eh, que, de alguna manera se ha identificado alguna
historia, ¿no?; eran, eran típicas, tradicionales y tal, ¿no? Pero, había algunos
hombres que fui anotando que no concordaban, ¿no?; los místicos, algunos
místicos: Cristo, Buda, Gandhi, en fin… Francisco de Asís… Y yo le escribí a
Galeano, pero él no me ha contestado… pero él ha tenido un cáncer y a ha
estado muy malo. “¿Por qué no haces un libro sobre, con ese material que
tienes, pero solo con los hombres que son diferentes?; yo leí lo que está
escrito, que está muy bien, pero solamente coger a los hombres”, y él no me ha
contestado, y tal, pero… el proyecto sí que me gustaría hacerlo.
At: Yo tengo la impresión, José, que, en Brasil y aquí, hay características
que nos identifican (a los hombres de grupos ‘igualitarios’), por ejemplo, eh,
somos casi todos educadores, casi todos tenemos vinculación con la iglesia, de
alguna manera, principalmente con la Teología de la Liberación…
Js: Sí, pero eso soy yo, ¿eh?, pero mi grupo no hay nadie.
At: Pero, los que he entrevistado (hablé los nombres de los hombres, sus
colegas, a quien he entrevistado) tienen muchos puntos en común con los de
Brasil, los de mi grupo.
Js: Bueno, en mi grupo, estoy pensando ahora, tuvimos un gay, por cierto,
que ahora ya no está que está estudiando teología, y es católico, de estos
hacen grupo dentro de la iglesia, ¿no?, pero en el grupo, los otros, es que…
bueno, sentimiento religioso, de una manera así como panteísta, creo que hay
bastantes en el grupo, pero cristiano, cristiano, en la iglesia… yo diría que
nadie, ni históricamente tampoco.
At: ¿Y la profesión de ellos?
Js: Uno es sociólogo, trabaja en la Generalitat, otro es un maestro de
psicomotricidad, otro es terapeuta, otro es profesor de inglés, ehhhh, otro
trabaja con maltratadores en una asociación.
At: ¿Es educador?
Js: Bueno, no exactamente educador, bueno, rehabilitador, no es
exactamente educador, pero bueno, sí, tá cerca. Y… qué más tiene más… otro
era marino, pero ahora ha se dedicado a la enseñanza, ehhhh, sí, sí… quién
más hay…
At: ¿Hay algún artista?
Js: No.
At: No. Pero, ¿percibe que hay un hilo de ligación entre ellos?
Js: En el otro grupo, el grupo de Zorro, trabajan casi todos en la televisión.
At: ¿Televisión?
Js: Sí; cámaras… cámaras de la TV Española, sí.
At: Ahmahm. Tiene un perfil un poco diferente de los de tu grupo…
Js: Sí. Tiene un perfil diferente… claro, ahora no sé como van, o sea,
que… Al principio habían algunos que… a ver, que van al grupo para
reforzarse, no para cuestionarse; se sentían poco reforzados, débiles, o
incapaces de, digamos, de tener un papel más activo y, y van allí, pues a
reforzarse. Y hay un par de reuniones, luego ya el grupo siguió, digamos yo era
el enviado de mi grupo para tirar adelante ese grupo. Un poco lo que es ahora
el que, si va a constituirse el grupo que tenemos entre manos, ¿no? (habla del
147

grupo en que yo estoy, que se ha formado al principio de ese año; en ese


momento aún no estaba formado).
At: Y ¿hay una metodología compartida entre los grupos, por cuenta de la
Asociación?
Js: ¿Metodología? Hombre, hummmm, los principios, yo creo que sí, los
compartimos, es decir, ehhh, hacer una intervención personal, desde uno
mismo, hablando en primera persona; confidencialidad, de lo que se habla allí
no se sale fuera… pues, si hablas, si hablas sin referencias personales, es
decir no romper la confidencialidad y… y no hacer juicio de los demás, en fin,
una serie de, de elementos que sí, bueno… Yo se lo expliqué, bueno, nosotros
funcionamos de esa manera, ¿eh?, y que pues que sería importante que eses
principios vosotros los mantengáis, porque si no el grupo, pues, explotará,
¿no? Y él lo va siguiendo, pero claro, que no puedo asegurar, ¿no? O sea, en
ese sentido compartimos nuestros valores, porque, claro, nosotros se lo
explicamos a ellos. Hay un escrito de, ¿te suena Victor Seidler?, algo así, ¿le
parece?, en inglés que… no, de Michael, Michael…
At: ¿Kimmel?
Js: No. Michael Flood, que da unas pautas, ¿no?, a partir de una revista
que se llama “XY” que él fundó desde hace años, pues, pautas de creación de
grupos de hombres y… bueno eso es lo que hemos seguido; un poco lo que
decía él, adoptando un poco a lo que es la característica de los grupos.
At: ¿Y hay un libro de él en castellano?
Js: Yo no tengo el libro de Michael Flood. Lo que siempre he leído de él
ha sido en internet, ehh, artículos de la revista XY, pero bajados del internet.

(Comenta que ha conocido a este autor, y dice que él es muy amable y


“una persona muy maja”, que empezó la campaña del Lazo Blanco).

At: Bueno, ¿ya la AHIGE Catalunya tiene una propuesta social aquí, de
política pública…?
Js: ¡Hombre, sí!, tenemos el proyecto nuestro, ¿no?, que elaboramos en
septiembre en casa del Zorro, sí, sí. Después fuimos a los ayuntamientos, ¡uff!,
sí, sí, y nos pondremos en las jornadas de, del mes de mayo.
At: ¿Y hay una aceptación de las… cómo está el diálogo con las
feministas, o no hay…?
Js: Depende del feminismo, bueno, con las feministas de la igualdad,
bastante bueno, que son excepciones; una es el… la Bonnemaison, por
ejemplo, nos damos perfectamente… allí, nos tenemos local, nos tenemos
talleres, ¿no?; eso indica claramente, bueno, que la relación con, con la
Bonnemaison.
At: ¿Ellas son igualitarias, o…?
Js: Sí, igualitarias, claro. El 95% de las feministas lo son y, en cambio, con
el Instituto Catalán de las Dones no ha habido manera. Y, y luego tampoco,
pues con el Feminismo de la Diferencia (dice un nombre de una revista
feminista) y tal, no ha habido una relación; pues, ellas por su lado, nosotros por
otro, no ha habido contacto. Lo único que estoy así, entremedios, soy yo, pero
vamos… porque, bueno yo leo cosas de la revista Duoda, he leído cosas de
Marcos Deril, este italiano (no tengo certeza del nombre), que vino a dar un
seminario, y me he ido a ver lo qué dicen los italianos, los hombres italianos,
me interesa saber qué es lo que dicen.
148

At: Y la política de ayuntamiento, ¿qué línea sigue?


Js: Pues, hasta el momento hemos nos dado muy bien, ahora, el
ayuntamiento de Barcelona, hummmm, bueno esto no va por el ayuntamiento,
va por partido político, pues depende del área del ayuntamiento y que partido la
tiene, pues tu sabes que aquí hay dos, tres… dos grupos políticos. Pero,
izquierda, malamente, mal; si lo lleva a la iniciativ, o PCC, depende: si te va
bien, el PCC depende de la persona. Y entonces, pues ahora, por ejemplo,
pues, el ayuntamiento de Barcelona subvenciona la institución donde está
Molina. Y son ayuntamientos pioneros, que tiene un programa de trato de los
maltratadores, ¿no?; es el único ayuntamiento de España que tiene un trabajo
así.
At: ¿Sí? ¿Jerez no tiene?
Js: No. Jerez tiene trabajo de prevención, pero no de tratamiento de mal…
bueno de, de hombres que han ejercido maltrato. Y, pero, luego después,
tenemos contacto con otros ayuntamientos para hacer trabajos con los
institutos, participar en campañas, o sea, por un lado, es pionera en un tema,
pero al revés los otros hacen mucho más que el de Barcelona.
At: Hay un programa que se llama, eh, Agente por la Igualdad…
Js: No, no es un programa eso. Eso un, a ver, un agente por la igualdad
son unos técnicos municipales… es como una, una competencia del
ayuntamiento, igual que hay el guardia urbano, igual que hay, pues, el vigila del
tráfico…
At: O sea, es un funcionario público…
Js: Es un funcionario, bueno, funcionario no, porque no tiene un contracto
fijo; sería parecido a un funcionario, sí; paga el ayuntamiento, y tal. No es un
programa, ¿eh?, no es un programa que dura un tiempo, sino que es una, un
puesto del ayuntamiento.
At: ¿Y es política pública, eso?
Js: Sí.
At: Humhum.
Js: Antes era la Concejalía de la Mujer, hoy se cambiado por Agentes de
Igualdad. Por eso, bueno, sobre todo se ve la posibilidad de trabajar con
hombres.
At: O sea, es una actividad que trabajaba con género, que antes solo
trabajaba con mujer…
Js: Sí, sí, antes existían, eh, la Concejalía de las Mujeres, los consejales,
los que forman el ayuntamiento, y ahora ya no existe la Concejalía de las
Mujeres, que se convierte en la Concejalía de Igualdad, igual que, bueno, igual
que en el gobierno de Madrid, en el gobierno central… en Madrid hay un
Ministerio de Igualdad, pues en cada ayuntamiento hay una Concejalía de
Igualdad. Lo cual es bueno, pero es malo. Bueno, porque, bueno, pues se pone
énfasis en que tiene que haber políticas de igualdad, y tal. Pero, de otro lado,
claro, la igualdad es ‘cosa de esa persona’. Quiere decir, que el hecho que
haya una concejalía de igualdad, ese tema queda allí; pues no, eso no afecta
al, se si podría decir: “¿qué tal formar en la perspectiva de género un guardia
de tráfico”, a ver, “¿qué pasa que haya más accidentes de tráfico entre los
hombres?”, “¿qué vamos a hacer con los hombres para que no haya tantos
accidentes de tráfico?”, o en la educación: “¿qué vamos a hacer con los chicos
en la escuelas?, o con las chicas, o con los dos”; bueno, estos temas ya solo
va a trabajar los de la igualdad, ¿no?, nosotros nos lavamos las manos. Es
149

decir, es bueno por un lado porque, pones ahí el acento por la igualdad, pero
es malo por otro porque, los demás se pueden desentender, ¿no?
At: Y la propuesta de la AHIGE usa un poco de esta orientación política,
¿no?
Js: Claro, nosotros, ahora en las jornadas en el mes de mayo, o la
jornada, pues, convocamos a todos los ámbitos de los ayuntamientos, no
solamente al de igualdad, sino el de urbanismo, al de tráfico, al de educación,
al de sanidad, la salud de los hombres, en fin a todos. Tiene que ser un tema
transversal, que toque todas las teclas.
At: El presupuesto parte de es Concejalía…
Js: Bueno, el presupuesto viene de la, buen, no sé exactamente de donde
viene ahora, ¿eh? Mira que nos tenemos ir acabando… pues… sino no
llegamos al teatro… bueno, ese presupuesto viene del área de igualdad, pero
nosotros queremos nos dirigir a todos los áreas de los ayuntamientos, no solo
del área de igualdad, porque no creemos que esto sea, eh, exclusivo de un
área, sino de… que sea común. Oye, pues, me gustaría mucho trabajar ese
tema histórico, yo soy profesor de historia, entonces me interesa ese tema…
(continuamos hablando de su interés en hacer su investigación sobre los
hombres diferentes en la historia).
Js: Bueno, tenemos que ir, porque me voy a encontrar la (dice el nombre
de su pareja) para irnos al teatro.
At: Vale, gracias, José.
Js: Gracias a ti por hacerme recordar de todo eso.

1.2- Zorro

22/02/09, 18h.
Local: la primera parte realizada en un parque público de su ciudad, que está a
cerca de 30 minutos de Barcelona, y la segunda parte en su casa, a cerca de
10 minutos del parque.
Antonio: At.
Zorro: Z.

Zorro fue encontrarme en el tren, que está a unos 15 minutos de su casa.


Antes de irnos al local de la entrevista, caminamos por algunas calles en que le
gusta pasar y explicar un poco de sus historias. Yo aproveché para aclararle
algunas dudas sobre mi trabajo y sobre el objetivo de la entrevista. Al llegar en
un parque, él me preguntó si allí estaba bien para la entrevista. Le dije que sí,
porque no había casi nadie y no oíamos ruidos. Él, entonces, me enseñó un
banco ubicado cerca de un árbol y preguntó si podríamos sentarnos allí. Le dije
que sí. Nos sentamos. Después de buscar una buena posición para ubicar la
grabadora, empezamos:

At: Bueno, empezamos por los datos personales. Tu puedes decir tu


nombre o un seudónimo, como quieras, porque en mi trabajo no voy a
identificar la persona, o sea, los entrevistados van a ser anónimos. Entonces, si
quieres decir un seudónimos para ti, tu dices, si no, dices tu nombre normal.
Entonces, spregunto tu nombre, edad, profesión… o sea datos personales.
Z: Vale
150

At: Entonces, nombre, o seudónimo…


Z: (Después de un rato pensando, dice:) ¿Es igual que sea inventado?
At: Sí, sí, sí.
Z: El Zorro. ¿El Zorro pude ser?
At: ¿Toro?
Z: Zorro (habla más despacio y explicado)
At: Zorro, como aquél de la película?
Z: Sí.
At: (Empecé a sonreír, porque me quedé sorprendido; él también sonreía)
Y, ¿por qué Zorro? (risas) Zorro es un personaje que… En México es un
conquistador, ¿no?
Z: No. Un conquistador no…
At: De mujeres…
Z: Ah, bueno (risas) Eso sí. Pero, es un… Lo veo yo como un aventurero y
un defensor de los desvalidos. Me gusta mucho estos personajes,
At: Por ejemplo…
Z: Tintín.
At: ¿Tintín?
Z: Si.
At: Ah, aquél del, del…
Z: Cómic.
At: Huhum.
Z: O…
At: Robin Hood.
Z: Sí.
At: Vale, muy bien. Y… viene de la religión, ¿no, eso?
Z: Bueno, no sé, yo… de lo que fui aprendiendo de pequeño, de las
historias, de los cómics. Sí, el Robin viene de la religión, pero… directamente,
¿no? Ha pasado por un cómic; de pequeño veía. (Después de un rato, dice:)
Spiderman, que era héroe de comic.
At: Hanhan. ¿Edad?
Z: 31.
At: Y, hasta ¿cuando?
Z: En Julio cumplo 32.
At: ¿32?
Z: Sí.
At: Profesión…
Z: soy Agente de Igualdad y Prospector de Empresas en una… servicio
público del Ayuntamiento de Terraza.
At: Agente de Igualdad es una… ¿es un cargo? Como profesor, como…
Z: No, es… Agente de la Igualdad es mi formación y, mi función como
Agente de Igualdad es de dirigirme… prospector de empresas. Me dirijo a
empresas para hacer que planten medidas o planes de igualdad.
At: ¿Prospector?
Z: Sí. Busco empresas.
At: Ahn.
Z: Prospección, ¿no?, eh… petróleo… busco petróleo… Entonces, busco
empresas para emprender un servicio e introducir la ley de igualdad en las
empresas.
At: El servicio es este de…
151

Z: Atención y de apoyo a empresas para implantar la igualdad.


At: ¿Es un programa gubernamental?
Z: Sí, es un programa del Ayuntamiento de Terraza. Es un proyecto
cofinanciado por el Ayuntamiento, el Departamento de Trebal de la Generalitat
y el Forum Social Europeo.
At: Entonces, ¿tú eres funcionario público?
Z: No. Funcionario es aquel que tiene ya el cargo, el posto suyo en la
administración pública… No, yo no. Yo soy… trabajador temporal en la
administración pública, pero temporario.
At: ¿Y si se queda en paro, qué…?
Z: Me quedo en paro… (risas) Me voy al paro y puedo buscar trabajo en
temas de igualdad.
At: Como educador, formador…
Z: Sí, puede ser... bueno como educador o formador… siempre, si puedo
hacer, trabajos de igualdad. Si es educador, vale; formador, también.
Formador de planes de igualdad; formador de temas de igualdad. Sí, buscaría
eso primero.
At: Huhum.
Z: O estudios sobre el impacto de las leyes en temas de igualdad de
género, también…
At: Huhum.
Z: Yo… buscaría primero trabajos de igualdad, y si no encuentro nada en
eso, buen, buscaría otras cosas parecidas a mi profesión, porque tengo
estudios, estudios de relaciones laborales, que es derecho laboral, tengo
estudios de recursos humanos, tengo estudios de ciencias del trabajo, del
mercado de trabajo y de políticas de ocupación, políticas de empleo, y luego
tengo el máster de igualdad…
At: De género…
Z: De género, sí.
At: ¿En qué facultad?
Z: Todo en la UAB, en la Facultad de Derecho.
At: ¿Hay curso aquí de, de…
Z: No.
At: … de igualdad?
Z: Si, pero un postgrado y un máster. Y yo estoy haciendo eh… bueno lo
hice en Barcelona, pero es de la UAB y de la Diputación.
At: Y es en que area: ¿Antropología, Sociología…?
Z: Se estudia de todo… Tuve profesoras de todo tipo.
At: Ah, es interdis…
Z: Sí, interdisciplinario. Estudié mercado de trabajo, pero también estudié
Antropología, por ej., con Verena Stolcke.
At: Ah… mi profesora.
Z: ¿Sí? Que te va a corregir este trabajo?
At: No, no, no… Este es… bueno, yo no lo sé. (Risas). Pero que ella haga
parte en la mesa evaluadora, yo creo que sí.
Z: Ah, vale.
At: ¿Tienes pareja?
Z: No. (Pausa) He tenido hasta hace poco.
At: Ahora ya…
152

Z: No, no. He tenido hasta hace poco pareja, y antes, sobretodo antes, he
tenido relaciones de amantes, ¿no? Alguna amiga con quien compartía
también sexo. Pero no tengo pareja de relaciones sentimentales, compartiendo
un proyecto… no, no, no tengo nadie; no, estoy solo.
At: Para vivir con tu novia.
Z: No, no.
At: ¿Ni como… cómo de llama… eh… ‘namorada’? [quería decir “novia”;
‘namorada’ es ‘novia’ en portugués).
Z: No, no. No estoy enamorado, ni, ni pareja… No, como mucho eso tuve.
Pero eso fue antes, hasta hace poco tuve pareja, pero ya no. Hace unos tres,
cuatro meses que ya no.
At: Sí.
Z: No. Lo que tenido así más es algunas relaciones con chicas, porque
soy hetero yo… eh, heterosexual; con chicas, eh… es con la de casi, de cariño,
eh… de sexo… está. Pero de pareja, he tenido pocas, pero actualmente no.
At: ¿Y ni pretendes?
Z: No.
At: ¿No?
Z: Me gustaría, es un deseo que tengo para el futuro, pero no… ahora
mismo no… no me pongo a buscar, ni mucho menos, ni… (risas) como veo que
mucha gente hace.
At: ¿Pretendes constituir familia futuramente?
Z: Me gustaría, pero si no tengo pareja, pues no… No, ahora mismo estoy
bien así, y ya está. Pero no es que busque.
At: ¿Con quien vive hoy?
Zorro: Vivo con mi hermana. Tengo dos hermanas mayores; vivo con la
segunda.
At: ¿Cuál la edad de ella?
Z: Buen, tiene… 36. Va a cumplir en… en dos meses cumple 37.
At: Está empleado, ¿sí? Sí, ¿no? ¿o más o menos?
Z: ¿Cómo?
At: Tienes un trabajo, pero no tienes un empleo, en el sentido de fijo.
Z: Ah, no. Bueno es que eso no lo había entendido así. Tengo un trabajo,
que para mí es un empleo, pero no es fijo. Yo creo que voy a estar así hasta
que acabe 2009.
At: Ahan.
Z: Después ya no sé que…
At: Hum… Tu clase social es media, alta…
Z: No, media. Haber, tengo estudios académicos superiores, tengo
diplomatura, licenciatura, master…
At: Un coche…
Z: No, coche no… Me estrellé.
At: ¿Cómo?
Z: Me estrellé con el coche. Tuve un accidente. Se rompió.
At: Ah, aquel que…
Z: Tuve un accidente de coche. No, no.
At: ¿Cuándo fue?
Z: Eh, julio. Fue hace tiempo.
At: Pero, pero tu tenías uno, ¿no?
Z: Sí, pero se rompió en julio.
153

At: ¿En julio? ¿Hace tanto tiempo que fuimos a Málaga? [Hablo de la
asamblea de evaluación de asociación de hombres, a nivel estatal].
Z: A Málaga fuimos en junio.
At: ¡¿Sí?!
Z: Sí (risas). Que, por cierto, en el próximo junio también vamos a ir… ¿tú
vas a ir, no?
At: Sí, sí.
Z: Claro.
At: ¡Mira, cuanto tiempo, ¿no?! No pensé que…
Z: Se me rompió todo en un accidente, se me rompió el coche y entonces
me dijeron que el arreglo costaba cuatro mil euros.
At: ¡Ui!
Z: Y yo dije: no tengo cuatro mil euros para arreglarlo, por cuatro mil
euros, con lo cual nos disociamos. Y, mi hermana y yo nos hicimos socios de
un servicio de coches que, cuando es necesario, pues pagamos para utilizarlo,
como un coche de alquiler.
At: Ahan.
Z: Pero, no tengo coche. Tengo propiedad de vivienda, sí, con mi
hermana; compartimos el piso; tengo hipoteca. Tengo…
At: Pagas hipoteca…
Z: Sí, pago hipoteca. Tengo toda legal mi actividad, muy bueno, tengo
internet en casa, tengo dos ordenadores, un portátil, tengo, eh… televisión
TDT, eh… tengo un piso renovado, puedo viajar de vacaciones…
At: ¿Cuántas habitaciones?
Z: Tres. Somos dos. Vivo en una población tranquila, pero de nivel
adquisitivo elevado; el metro cuadrado de mi propiedad es elevado, más por
encima de la media; ella está alta. Sí, porque vivo en Sant Cugat, y Sant Cugat
está por encima de la media.
At: Huhum.
Z: No tengo grandes ingresos económicos, y vivo bastante bien, o sea…
Cobro unos mil quinientos netos.
At: Pagas hipoteca de este piso…
Z: Sí, sí.
At: Pero yo pensé que era tuyo, ¿no?
Z: No, bueno, es de mi hermana y mío, pero pagamos hipoteca porque…
porque, era también de nuestra otra hermana, de nuestro padre y de nuestra
madre, pero… bueno, primero era de nuestros padres; pero, mis padres se
divorciaron y mi madre faleció. Entonces, eh… le pagamos una parte de la
hipoteca a la hermana mayor y a nuestro padre. Entonces, hicimos un pacto
familiar en que mi hermana y yo seguimos pagando hipoteca, por con la
propiedad nuestra.
At: Ah, entonces vosotros pagan a la hermana y al padre, no a una
empresa…
Z: No.
At: Vale.
Z: Pero, fuimos al Banco pedir el dinero.
At: Ah…
Z: Entonces nosotros pagamos al Banco.
At: Ah, sí, sí, sí. Entiendo. Es que yo estoy pagando también.
Z: ¿Tu estás pagando hipoteca?
154

At: Sí, sí.


Z: ¿Pero, en Brasil?
At: Sí, en Brasil… Bueno, esta fue tus datos eh… personales, y ahora
vamos a ver la cuestión de la familia. Hum, habla un poco de tu padre: donde
vive, qué hace…
Z: Mi padre vive en Premià de Mar.
At: ¿Dónde es?
Z: Es una población de la costa, cerca de Mataró; subiendo por arriba de
Barcelona. Eh… se fue allí después de divorciarse, eh… de nuestra madre…
At: ¿Cuánto tiempo?
Z: Se divorció… ah, bueno se fue en año 90, pero se divorció en 84, 85.
At: ¿Es catalán?
Z: Es catalán, pero nació y creció en Andalucía; se vino con 17 años a
Barcelona.
At: Humhum. ¿Profesión?
Z: Eh… Es pequeño, pequeño empresario.
At: ¿De qué?
Z: De distribución comercial de productos farmacéuticos y ortopédicos.
At: Humhum. ¿Cuál la edad de él ahora?
Z: ¿La edad de él? 64.
At: ¿Aún tienes contacto con él?
Z: Sí, sí, de hecho hablamos mucho… viene a cenar a casa durante la
semana…
At: ¿Sí? ¿Todas las semanas?
Z: Sí, él viene todas las semanas. Sí, sí.
At: Pero, vive, vive…
Z: En Premià.
At: En Premià. ¿Y está lejos?
Z: Esta a tres cuartos… a 40 minutos de coche; 35 minutos…
At: Ah…
Z: Sí.
At: Y ¿qué representa él para tu imagen, autoimagen de hombre?
Z: Bueno, él para mí fue siempre un referente de… un hombre… muy
serio, muy responsable… Bueno, serio no de no reírse, serio de, de… las
formas…
At: Responsabilidad…
Z: Sí. Y de… decir cosas a las claras y de comprometerse al trabajo y…
día a día. Y, pero… para mi también ha sido un hombre que… no… no me
permitió ver la… el mundo y la vida de otra forma distinta a la suya. Yo creo
que mi padre considera que… él tiene una imagen y una idea de vida, como se
tiene que vivir. Para él, bien. Y…
At: ¿Cuál es la imagen?
Z: Y… No permitía mucho que tú pensases distinto. Porque, se pensabas
distinto, te estabas equivocado.
At: ¿Cuál es la… la idea de…?
Z: Él, él, él… muy estabilidad, mucha seguridad en el trabajo y… poco
espacio a la creatividad, o al riesgo de querer hacer cosas creativas, ¿no? O
sea, él siempre me influyó que tenía que estudiar temas de, de empresas…
temas de, donde el trabajo fuese más fácil. Y no temas que, son muy bonitos,
pero que no te dan trabajo.
155

At: Por ejemplo…


Z: Por ejemplo, si yo quiero ser escritor, o poeta… o pintor.
At: Músico…
Z: Músico. Él era mucho más… yo siempre le explicaba cosas que
gustaba de hacer fuera del estudio, y él me preguntaba: “y los estudios, ¿qué
tal?” Nunca me apoyó cosas más allá de los estudios. No. Muy bien, muy bien,
pero…
At: Y ¿qué querías tu ser, que él no…?
Z: A mí, por ejemplo, los movimientos sociales me gustan mucho. Y soy
muy asociativo y muy… muy implicado, ¿no?, en otra forma de mundo, y…
participar socialmente. Y él siempre: “oye, esto está bien, pero estudio, ¿qué?”.
Y estudiar, claro: “¿Letras o Ciencias?”, “Ciencias, Ciencias”, porque Letras te
lleva al paro (risas) Más o menos, eh, y me decía que fuese funcionario.
At: Público…
Z: Sí. Para tener un trabajo siempre seguro, y estar bien toda la vida.
At: Ahan.
Z: Estudió mucho, ¿eh?
At: ¿Sí?
Z: Sí.
At: Pero, ¿has seguido?
Z: ¿El qué?
At: Las orientaciones de él.
Z: No, ya no da, no. Me he emancipado. Me he independizado. He
crecido.
At: Rebelde… (risas)
Z: He crecido.
At: Ahan.
Z: Entonces, pues, lo que dice mi padre está bien, pero… si yo prefiero
otra cosa, pues…
At: ¿Él dijo?
Z: No, a veces… dice cosas y yo le digo que no estoy de acuerdo, y él se
pone enfadado, incluso. Yo creo que él se ha enfadado conmigo porque no
pensaba igual. En ese sentido, le cuesta…
At: Humhum.
Z: … respetar una opinión distinta. Pero a su hijo, no sé… a lo mejor a ti te
respeta pero, yo, como soy su hijo… (pausa) Pero, bueno…
At: Cuando… esa relación siempre hay un poco de conflicto, ¿no?, y…
¿cuándo llegaste a un acuerdo con él, a un… a decir a él: “bueno, lo que quiero
es esto, y ya”?
Z: Bueno, hummm… Nunca hemos llegado a una cosa oficialmente así…
At: ¿No?
Zorro: Pero, yo sí que he hecho cosa así… en mi mismo. ¿Sabes?, yo sí
que me he dicho, “bueno, yo quiero esto, y por mucho que mi padre me diga lo
otro, yo quiero hacer esto”, seguro de mí mismo. Últimamente lo he hecho. Y…
At: “Últimamente”, ¿cuántos años?
Z: En los últimos 2-3 años. Y… Y él se ha podido enfadar.
At: ¿Sí?
Z: Pero, yo he resistido, y dice, bueno me da igual que te enfades. Pero,
antes, antes de hace, cuatro años antes ehhh, le hacia caso. Muchas veces le
hacia caso.
156

At: ¿Qué hacías antes, entonces?


Z: Pues, que él decía que no le gustaba, pero yo acababa haciendo.
At: No, digo: ¿qué hacías antes de…?
Z: Ah, yo estaba estudiando, estaba en los estudios que yo iba
haciendo…
At: Humhum.
Z: Pero… (en este momento él bostezó: parecía estar con sueño)
At: Pero, ¿ya en Agente Social?
Z: No, no… Pero, si tenia una decisión, no sé si… temas de… no
solamente de estudios, sino que cualquier otra cosa, pues mi padre… no
estaba de acuerdo.
At: ¿Quería que tu casaras?
Z: No, no, no.
At: ¿No?
Z: No, no. Él quería que yo estudiase (pausa). Yo, por ejemplo, con 21
años yo… quería que yo hiciese Mossos de Escuadra. Funcionario de Mossos
de Escuadra. Y… yo al final no lo hice. Pero él siempre me insistió, me insistió.
Pero nunca llegué a decir que no. Sino que no… me callaba y… y me apunté a
otra cosa. Ya es cuando últimamente incluso él dijo que no. (Breve pausa).
Pero, no son todas, no son todo… temas tan importantes como una profesión,
sino temas más pequeños también como, como una cena, o qué llevar vestido.
¿Sabes?, por ejemplo, no sé este abrigo…
At: ¿Sí?
Z: A veces. O el modo de ir al comedor…
At: Ahan.
Z: ¿Sabes? Se mete bastante.
At: ¿Es cómo un padre muy protector, o…?
Z: Yo considero que se mete… en los temas de sus hijos, y no es que
esté mal, pero insiste bastante en su postura.
At: Ahan, lo que él quiere…
Z: Sí, lo que cree él que es mejor; insiste, insiste, insiste. Yo le digo: “no
insistas más”, y “¡Oh, pues ya está no te digo nada!”
At: Él, como padre, ¿qué coges del modelo de él para ti?
Z: Pues… (pausa). Hay cosas muy positivas en mi padre. Él ha visto
cuando se han aprovechado de él, se han abusado, porque él quiere ser
también muy – y digo también por nosotros, ¿no?, hombres por la igualdad –
muy atento, muy amable.
At: ¿Él es?
Z: É es muy amable…
At: ¿Sí?
Z: Muy atento… Sí.
At: “Atento” significa…
Z: Atento a cualquier servicio, atento a cualquier, eh, necesidad que tenga
la otra persona.
At: Humhum.
Z: Pero, lo que no me gusta es si se aprovechen de él, ¿no? Entonces,
cuando han aprovechado, esto se lo ha visto muy bien. Entonces, es algo que,
sí que me gustaría darse cuenta, ¿no? Que te des cuenta de que, tú puedes
ser muy amable, muy bondadoso, pero eso no puede que se aprovechen de ti.
At: Hum.
157

Z: Entonces, esto sí que, él sí que, que lo ha visto bastante… en el trabajo


y en otros lugares… Y, luego también… la responsabilidad… Yo creo que es
muy responsable.
At: Y con, la relación con…
Z: Pero, respecto a lo diferente, as veces insiste, insiste y no respeta y
“¡no, no, no!” Perfecto. ¿Sabes?
At: Hahan.
Z: Yo, por ejemplo, estoy con los hombres de la igualdad, y estoy en la
asociación de hombres… pero, lo he explicado, y él no hace caso. Son temas
que no le interesan. Se interesa más por tu trabajo, si tienes trabajo, y tal.
At: Y en relación a, a él como marido…
Z: ¿Cómo marido?
At: Sí. ¿Qué sacas de él como marido?
Z: ¿Cómo marido?
At: Sí. Tus relaciones con las mujeres, ¿no?
Z: Ah, pero él, cómo se relaciona con las mujeres… (¿?)
At: Sí. ¿Qué es que rechazas y qué es que aporta a ti?
Z: ¿Él con las mujeres?
At: Sí.
Z: Cómo es él con las mujeres, y qué me aporta a mí…
At: Sí.
Z: (Pausa) Él, él se separó de mi madre cuando yo era pequeño.
At: ¿Cuántos años?
Z: Siete. Y no tuvo pareja de nuevo hasta que yo tuve unos 17.
At: Uhhh!
Z: Ahora, tuvo una pareja y estuvo muy mal, ¿no? Con muchos conflictos
con esa pareja. Y, luego él tuvo otra, hace 8 años (pausa). Una cosa positiva,
es que yo creo que él… quiere hablar. Pero una cosa negativa que veo en él
que no se escucha muy bien.
At: No hace caso…
Z: No, más que no hacer caso, es que él vea al otro. Yo creo que él ve
bastante el otro. Pero, en ocasiones, no sé, no… Insiste, por ejemplo conmigo,
de la misma manera puede que insista con la pareja. O no escucha. Entonces,
yo le digo: “no papá, no sé qué”, y luego insiste y… “no papá…”, entonces cada
vez que explico el problema, pero él no escucha.
At: No hay diálogo, entonces…
Z: A veces yo creo que le falla, ¿he? Yo, por ejemplo, una cosa que
siempre ha hecho él, y que nunca me ha gustado, es que a hora de comer, o
cenar, él enciende el televisor y tiene el mando en la mano y… entonces, falta
al diálogo. Yo creo que el problema de mi padre es… la falta de diálogo. Podía
tener más, tiene bastante, pero pudría tener más. Bastante, pero también
desde el punto de vista teórico; a nivel emocional, no. No tiene facilidad para…
At: ¿Facilidad?
Z: Sí.
At: ¿Y tu relación con él, afectivamente, y con tu hermana, cómo maneja?
Z: ¿Yo con mi hermana, o yo con mi padre?
At: Tu padre y tu, y tu hermana y él; los dos con el padre.
Z: Bien, nos damos bien.
At: Pero, la relación afectiva…
158

Z: Él… no hay mucha comunicación. A mí me gustaría haber más


comunicación. Pero si vamos a cenar viendo el televisor… entonces… Él no se
da cuenta, ¿sabes? Él no escucha. No ve al otro. Tanto como yo quiero verlo a
él. Hecho de menos eso de mi padre, porque se prendes el televisor, estás
escuchando noticias y tal, el ruido, y no sé qué. Puede escuchar si lo digo:
“hola, ¿cómo está?”, pero no escucha cómo estoy. Entonces, creo que esto es
una dificultad de mi padre, un defecto… Yo le hablo de nuestra, de la
Asociación de Hombres, pero él no… es como si yo hablase en ruso y él en
chino.
At: Y… y tu madre cómo…
Z: Mi madre falleció cuando yo tenía 18.
At: 18; ¿fue en qué año?
Z: 95.
At: 95, vale. Y ya vivías aquí…
Z: Sí, en mi piso. Pero, ella nació en Colombia, ¿eh?
At: ¿Es colombiana?
Z: Sí, nació en Colombia.
At: ¿Y cómo conoció a tu padre?
Z: Nació en Colombia, creció en Colombia, y se marchó a Estados Unidos.
At: Ah, y allí conoció a tu padre…
Z: No. Estuvo en Estados Unidos 10 años y… luego se vino a conocer
Europa. Y, conociendo Europa, en Barcelona, conoció a mi madre.
At: Como estudiante, o…
Z: No, trabajaba como administrativa.
At: Ella se fue a Estados Unidos, vivió allí por 10 años, y después vino
solamente a…
Z: Turismo
At: ¿Turismo? Y conoció a tu padre.
Z: Sí. Se enamoró, y se decidió quedar.
At: Y la edad de ella cuando murió…
Z: Ella, a ver, cuando murió… cincuenta… 56.
At: Hahan. Y se separó de tu padre, ¿cuando fue?
Z: Se separó en 84.
At: Y no tuvo otro, otra pareja…
Z: Mi pa… mi madre no.
At: Ahan.
Z: Vivió solamente conmigo, durante muchos años…
At: Y tu hermana, ¿no?
Z: Primero estaban los tres niños, cuando se separó de mi padre. Y
luego… y luego ya me quedé solo con ella. Cinco años más.
At: Y con quién quedó las…
Z: Mi madre y yo vivimos solos cinco años.
At: Y tus hermanas, ¿con quién quedaron?
Z: Con mi padre.
At: ¿Ah, con él? ¿Y cuándo pasaron a vivir juntos, tu y tu hermana?
Z: Cuando murió nuestra madre, mis dos hermanas se vinieron a vivir
conmigo aquí.
At: Ellas vivían en…
159

Z: En Premià. Entonces, de Premià se vinieron a vivir en Sant Cugat. Y así


estuvimos hasta el 2003. Y en el 2003, mi hermana mayor se marchó; cuando
le pagamos su parte del piso, se marchó.
At: ¿A dónde fue?
Z: Almería, Andalucía.
At: ¿Tu hermana mayor está casada?
Z: No, pero es cómo si estuviese; vive con su pareja. Va a tener una
criatura ahora.
At: ¿Sí?
Z: Sí. Voy a ser tío.
At: ¿cuál es la edad de ella?
Z: Treinta siete, treinta ocho.
At: (Risas) Está en el punto…
Z: Sí, con treinta ocho va a ser mamá.
At: Ahahn. ¿Y qué recuerdo es más fuerte de tu madre para ti?
Z: ¿Más fuerte? La muerte, ¿no? Recuerdo cuando murió mi madre.
Estaba yo con ella cuando murió (habló esta última palabra con tono de voz
muy bajo)
At: Y, para ti, como persona, como hombre ¿qué ha aportado tu madre?
¿Qué ha aportado ella a su manera de vivir, manera de ser?
Z: Pues, ella a mí, me aportó mucho cariño, mucho amor, mucho… mucho
cariño.
At: ¿Te apoyaba en tus decisiones, tu manera de pensar?
Z: Sí, bastante. Más que mi padre. Pero, ella me dio más cariño. Ella me
acogió con mucho amor. Yo creo que, incluso, se apegó mucho a mí. Se apegó
demasiado. Se apegó demasiado, porque… estábamos muy… muy
dependientes, muy unidos uno en el otro. Y luego yo he pasado muy mal,
porque ella murió y yo no tenía más…
At: Y, y la separación de los hermanos fue por decisión de las chicas, o…
Z: Los tres vivíamos con mi madre y mi padre, cuando él se marchó.
At: Y ¿porqué las hermanas…?
Z: Entonces, luego, eh… (pausa) Mi hermana mayor… hubo un año que
no estaba estudiando bien; no estaba aprobando, no estaba… Y, mi padre se
la llevó a vivir con él para que, hacerla estudiar. Porque, según él, con mi
madre no estudiaba. Y, luego se fue a estar con mi padre, ya pues vivieron, se
quedaron a vivir con mi padre.
At: ¿Qué estudiaba ella cuando estaba aquí?
Z: Instituto y secundaria, y yo estudié arquitectura. Y luego la otra
hermana, es que se marchó a Estados Unidos, un año.
At: ¿Esta que está contigo?
Z: Sí. Un año en Estados Unidos, estuvo estudiando allí. Y luego, cuando
volvió de Estados Unidos aquí, eh… se marchó a vivir con su padre, porque
quiso ella.
At: ¿Ella decidió por ella?
Z: Sí, los dos decidieron bastante por ellas, pero… no sé yo, mi padre
influyó bastante, porque, si te fija en la primera vez: porque “ah, la niña no
estudia; la llevo para que estudie”. Y la otra, no sé si influyó, o qué, pero
bueno… se marchó a vivir con mi padre.
160

(En ese momento, con ya 35 minutos de entrevista, el sol ya estaba


sumiendo)
Z: - ¿Qué hora es?
At: Siete (19h).
Z: ¿Vamos para casa?
At: Vale

Paramos la entrevista, y fuimos a su casa, donde reempezamos; está a


unos diez minutos caminando. En el final de su calle está el Cine-Teatro, que
está al lado del parque, y la podíamos ver desde donde estábamos sentados.
El otro extremo de su calle está cerca del monasterio de la ciudad, o sea, que
es una calle importante, a pesar de no ser diferente de las otras. Su edificio se
ubica en la penúltima manzana cerca del monasterio; tiene cinco pisos…
Cuando entramos, su hermana estaba en la mesa leyendo un periódico.
Nos saludamos con dos besos. Zorro dijo que iba a la cocina a hacer té, y me
preguntó de qué tipo yo quería: si infusión o de polio menta. Me quedé con su
hermana, que acabara llegar del Cine-Teatro, donde fue asistir una película.
Conversamos sobre la película.
Ella se fue a su cuarto, y cerró la puerta, que está a solo un metro de la
mesa en donde estábamos.
Después de servir el té, reempezamos la entrevista:

At: En casa, ¿como divides las tareas domésticas?


Z: Tanto mi hermana como yo hacemos todo.
At: La comida, ¿Quién hace?
Z: Yo también hago comidas, ella hace comida; yo hago limpieza, ella
también hace limpieza.
At: Divides las tareas…
Z: Hacemos de todo todos. No hay unas que sean asignadas para mí: yo
voy a comprar, mi hermana se va a comprar; no vamos juntos, a veces sí; si
necesita comprar, tanto yo a ella… Hoy, por ejemplo, he limpiado yo… la
cocina.
At: Pero, hay una división asÍ: “una semana tu, otra semana yo”…
Z: Sí.
At: ¿Sí?
Z: Más o menos eso sí. O si yo pongo la lavadora, tú la tiendes, yo
recojo… o… si yo limpio, pues tu compras; si yo voy a comprar, tu limpias; o si
yo limpio la sala, tu limpias el lavabo… Pero, no tenemos escrito.
At: Claro.
Z: Excepto en la plancha: yo me plancho mi ropa, ella se plancha su ropa.
Todo lo demás sí, lo compartimos, menos la plancha. La plancha, yo mismo
plancho, ella misma plancha.
At: ¿Y tu sabes hacer tipos de comida?
Z: Sí. No es que sea un “chef”, pero… Sí, a ver… carnes, pescados,
verduras, ensaladas, frutas… desayunos de estos he hecho, alguna paella, yo
sé alguna paella. Pero tampoco sé hacer comidas muy elaboradas, porque el
gasto entonces es mayor; jamón básicos, legumbres… Nuestro padre hace
también comidas. Él sí que se dedica mucho más. Él se pone… él tiene tiempo
libre, entonces se pone en la cocina a hacer comida. Entonces, él cocina
lentejas; él hace lentejas para diez platos, entonces nos regala.
161

At: Ah, él hace en su casa y trae pa ca…


Z: Sí (risas).
At: ¿Y es bueno?
Z: Sí. Sí, porque mi padre busca la mejor calidad de producto, que sale
bien más caro. Y nosotros no; nosotros miramos…
At: ¿Lo más barato?
Z: No lo más barato, pero para ahorrar; más caro tampoco. Sí, sí.
At: ¿Tu naciste aquí, Cataluña, o…?
Z: Sí, nací aquí. Soy hijo de un andaluz y una colombiana que vino a vivir
en Barcelona, y nací en Barcelona.
At: Y siempre viviste aquí…
Z: Sí, en este piso. Mis padres primero, pero luego ya… cuando mis
padres se marcharon, vino mis hermanas, pero luego ya… hicimos una
hipoteca, un pacto…
At: ¿Y tu tienes algún contacto en América Latina?
Z: Sí. Hace poco tuvo mi tía aquí de, de Colombia. ¿La conociste tú, no?
Estaba allí sentada (enseña un sofá que está atrás de mí).
At: Sí.
Z: Sí, tengo contacto con ellas.
At: ¿Y ya fuiste cuantas veces allá?
Z: Pues, en América Latina fui en 87, fui la primera vez. Conocí a muchos
familiares míos. En 91, en 96 (dijo despacio, con dificultad para recordar); 2000
y 2002, entonces, fueron cua…, no, fueron cinco veces.
At: ¿Sí?
Z: Sí.
At: ¿Has gustado?
Z: Sí, sí, sí. Me gustaría volver… Pero, bueno… a Colombia. Pero, bueno,
también estoy bien por aquí. También esto bien por aquí (repite con tono de
voz baja).
At: Claro. ¿Pero quieres ir…?
Z: No, inmediatamente no. Antes voy a ser tío, mes de abril; mi hermana
mayor va tener una niña. Entonces vamos a ir a Almería, y vamos a estar con
la niña.
At: Para quedar unos días… Y, ¿de habla catalán, se habla catalán?
Z: Sí. (Me preguntó se me costaba mucho el catalán, y sonriendo le
contesté que al principio sí, pero que ahora no tanto).
At: Mira, ¿y tu grupo… cuántos hombres…?
Z: Somos cuatro, porque hay un hombre que le cuesta mucho a venir.
At: Son todos de aquí…
Z: No. Ningún. Bueno, había un compañero de Sant Cugat, pero no ha
ido.
At: ¿Dónde se…?
Z: Bueno, nos reunimos en Barcelona.
At: ¿Cuántas veces por semana?
Z: Una vez cada 15 días. Y nos reunimos en un espacio donde, una sala
donde no hay muebles, y nos estiramos.
At: ¿Es una casa de alguien?
Z: Es un centro de terapia.
At: Hum.
Z: Pero, lo bueno es que no nos cobran.
162

At: ¿Pero hay un psicólogo?


Z: Uno del grupo es terapeuta.
At: ¿O sea, es como un atendimiento colectivo, o una sesión psicológica
colectiva?
Z: No, somos hombres, pero uno del grupo es terapeuta; no hace de
terapeuta.
At: ¿Y que asuntos que trabajan?
Z: Hablamos de cómo estamos, cómo nos sentimos, de cómo estamos
con nuestra pareja; con nuestra… familiares, con tu padre; nuestras hermanas;
cómo estamos en el trabajo, cómo estamos entre nosotros; cómo nos sentimos
y lo que nos pasa; cómo vamos viviendo todo; cómo vamos caminando por la
vida. Pero, desde lo vivencial, desde lo que sentimos. ¿No? Yo, por ejemplo, yo
cuando tenía problema con mi pareja… si me pasa esto y, “¿qué sientes?”,
siento rabia; “¿Y qué haces con esa rabia?” Pues… y vamos hablando así. Y
en ese caso pues, quise esto, quise no hablar más… Preguntamos que sientes,
y que hacemos con el sentimiento. E, incluso, pues ha sido a… a consejos…
At: Del grupo.
Z: …sí: “cómo ser yo, sin dejar de ser yo”; “no hablar de mis sentimientos,
sino gestionarlos”.
At: “Cómo debo ser…”
Z: “Cómo gestionar mis sentimientos”.
At: ¿Y te ha ayudado?
Z: Sí. Nunca pensé que entre hombres podría hablar así.
At: ¿Por qué no?
Z: Porque como a raíz de lo que vivimos, idealizamos, es muy raro a la
mayoría de las personas, y entre hombres, más todavía.
At: En otro espacio no es posible…
Z: Nunca había hablado así con hombres.
At: ¿Hay otro espacio en que consigas hablar?
Z: ¿Así?
At: Sí.
Z: Bueno, en asociación de hombres.
At: Bueno, también es…
Z: Es un grupo, ¿no? (risas). Es un grupo de amistades más íntimas, pero
quien yo quiero. Pero no… con otros hombres…
At: ¿Con la familia tú no hablas?
Z: No. Con mi padre mi cuesta. Él se pone allí (hace el gesto
enseñándome la silla en la punta de la mesa), el mando en la mano… Yo me
siento aquí (otra punta de la mesa), entonces… A veces quiero hacerlo ver que
está todo el rato con el televisor.
At: ¿Y qué dices?
Z: Nada.
At: No, no, tu ¿que dices?
Z: ¡No, no, yo no digo nada! (Risas). Una pregunta y… – “No, no”; ah,
no… – “!No, no!; “Aaaaah…” – “No, no” (hace una escena de su relación con su
padre cuando están en la mesa). ¿No?
At: Sí (confirmé, pensando que quien decía “no, no” era el padre, no él).
Z: No sé, es para que él vea que no hay comunicación.
At: Ah, ¿quien hace eso eres tu, o él?
Z: Yo mismo.
163

At: ¿Tú?
Z: No, hago eso para pinchar.
At: Ah, entiendo; porque, cuando habla contigo, tu dices: “no”.
Z: “No, ahora no puedo”, porque él quiere que hable con él cuando él
quiere, cuando le va bien a él. Si es una noticia importante él: “ah, espera”.
At: ¿Qué asuntos tú gustaría hablar con él?
Z: No, cómo se siente, cómo está su pareja… pero no… Con televisor es
imposible. (Pausa) Yo tampoco insisto, eh, yo tampoco.
At: ¿Tu hermana consigue?
Z: No.
At: También no… (risas)
Z: No son muy comunicativos. A veces con mi hermana yo puedo explicar
cosas, pero me da miedo que ella no se guarde. Ella, luego ella se explica,
entonces no me gusta eso… a sus amigas, en su trabajo. Yo le explico una
cosa, pero solo a ti, no a las demás personas. Ella no, ella se explica a diversas
personas. Como no me gusta eso, pues…
At: Entonces, no compartes mucho tu vida personal… Y eso debe de ser
problema para ti, ¿no?, porque no tienes alguien para compartir…
Z: ¿A nivel íntimo? las amistades; amistades de dos, tres amigos: Juanjo,
Paco, Aika, Marc, Juan, Laya… amigos, íntimos, muy cercanos.
At: ¿Te hacen mucha falta ellos?
Z: Sí, yo siempre he cuidado mucho; hace tiempo, yo intento cuidar
mucho; el grupo de hombres, mis amigos íntimos y mi terapeuta.
At: ¿Tú intentas cuidar?
Z: Intento cuidar mucho mis amigos, la relación con mis amigos. Porque
tengo mis amigos, amigas, el grupo de hombres y mi terapeuta…
At: Y, ¿qué te aporta?
Z: …y el grupo de la asociación.
At: ¿Qué te ha aportado el grupo de reflexión personal?
Z: El grupo… me ha aportado… compartir (habla haciendo pausas)… con
hombres… distintos pensamientos… pero, pero compartir cómo nos sentimos,
sin miedo a expresar lo que hemos vivido. Con el grupo, él me ha aportado a la
práctica, no en la teoría; el poder expresar lo que soy, sin miedo; no tener
miedo a expresar lo que soy yo. Es la práctica, el grupo me aporta eso, a la
práctica.
At: ¿Él grupo no discute temas de género?
Z: No, género es teoría. Género es contenido teórico. Los hombres
sienten, el género no siente. Yo soy un hombre y siento, lo que tengo dentro.
Pero género es un concepto, idea.
At: O sea, masculinidad: ¿es eso que quiere decir?
Z: Es la construcción social y mental que hacemos sobre, entonces es una
idea. Entonces, como idea, no siente, ¿sabes? Género es teoría; es mental. Y
allí hablamos de cómo nos sentimos. Y, por ejemplo, pues me discutí con mi
hermana y, o ahora que vamos a cambiar de habitación: ella va a dormir aquí y
yo voy a dormir allá.
At: Ahn
Z: Y eso ya hablamos y discutimos, porque ella no quiere salir de una
habitación que es mucho más grande. “¿Y cómo te sentiste?, ¿Cómo se lo
llevas?, ¿Qué crees que es justo?” Yo creo que es justo que nos cambiemos,
164

pero ella se resiste. Puedes compartir, comprender, pero tienes que saber
elegir qué quieres, porque tienes que luchar por eso.
At: Pero, ¿por qué quieres cambiar de habitación?
Z: Ella lleva dos años que está en la habitación grande, y yo creo que
ahora es justo que nos cambiemos.
At: Hasta cumplir por lo menos dos años… (risas).
Z: Sí, después podemos cambiar otra vez.
At: Uhum. Y en la discusión de género ¿eso sería, sería qué?
Z: Las discusiones de género yo tengo con Marc, con José, contigo,
con la asociación, con mis compañeras de…
At: ¿Y qué es para ti discutir género?
Z: Discutir género es, sobre el concepto, de la construcción social que
hacemos sobre la persona, sobre el sexo.
At: ¿Sobre el hombre?
Z: O sobre la mujer. Pero, es una construcción social. Es pensar, por el
hecho de ser hombre que te van arreglar los coches… entonces, es una idea.
At: Es un modelo de hombre…
Z: Sí. Perfil de género masculino. Género es una idea teórica, y la tengo
con, en la Bonnemaison, en la universidad, con Verena Stolcke… pero, sobre
hombres, y cómo nos sentimos, tengo con Antonio, de Málaga, y Hugo, hablo
también de género, pero también hablo de sentimientos. Con el grupo
solamente hablo eso. En la asociación hablo de sentimientos y género, y teoría.
Y en la Bonnemaison solamente teoría (risas).

(Me explicó que la Bonnemaison es una biblioteca y que pertenece al


gobierno, pero que está bajo la administración de feministas; también la
estructura política de Cataluña: diputación, ayuntamientos, y los procesos de
votación).

At: ¿Tú crees que las políticas públicas de género están vueltas a la
masculinidad, a la construcción de la identidad masculina, o no?
Z: No.
At: Pero tu eres un agente, ¿no?, de la igualdad…
Z: Sí, pero las políticas es del gobierno, lo que sea… cuando habla de
igualdad, suele dirigir a las mujeres, hacia las mujeres, en pro de las mujeres.
También hay cosas dirigidas a hombres, pero… y, sobre todo es penal, sobre
todo es penal. No creo que no exista, pero no hay una parte de las políticas
dirigidas a hombres en el ámbito educativo, de salud, de… no sé, investigación,
no hay.
At: Este trabajo de agentes sociales, ¿es una política pública, es un
proyecto?
Z: ¿Qué proyecto?
At: De hombres por la igualdad.
Z: Ah, mi trabajo es de servicio y atención a empresas.
At: Ah, ¿no es agente de…?
Z: Sí, yo soy agente de igualdad, pero el proyecto es, no es de agente de
igualdad, es proyecto es de servicio y atención a empresas.
At: ¡Ahhh!
Z: Yo soy agente de igualdad que atiende a empresas. Pero el proyecto
no es: vamos a crear un “agente de igualdad”. No. El proyecto es: “vamos
165

atender a empresas para la igualdad”. Entonces, una persona que hace ese
trabajo es un agente de igualdad.
At: ¿Y cuántos son?
Z: En la diputación hay 60. Uno para cada pueblo.
At: Todos trabajan con…
Z: No, no. Hay 60 así, luego hay uno, que soy yo, que trabajo del
ayuntamiento para empresas. Yo soy el único que trabaja así. Los otros
agentes, sobre todo las mujeres, hacen proyectos en ayuntamientos en temas
de igualdad, de salud, de violencia, de educación, de inmigración, de todo.
At: Huhum
Z: Hacen actividades en las poblaciones, y hacen en temas de igualdad,
pero sobre todo dirigidos a las mujeres.
At: Ahora sí, entiendo.
Z: Yo soy el único que se dirige a empresas, que yo sepa.
At: Por tu formación, o por qué…
Z: Por mi formación. Estudié derecho del trabajo, relaciones laborales.
At: ¿Qué te motivado a buscar un grupo de hombres?
Z: Yo… Me habló Juanjo.
At: ¿Cómo le conociste?
Z: A Juanjo lo conocí porque encontré la asociación por internet.
At: ¿Y por qué buscó?
Z: Yo busqué por internet, porque yo lo pasé muy mal, después de romper
con una chica; sentimentalmente, lo pasé muy mal.
At: ¿Y qué preguntas tenías para buscar el…?
Z: Me preguntaba temas de igualdad de hombres. Me preguntaba… si
podría aprender a… a… no sufrir tanto por amor; yo sufría mucho por amor.
At: O sea, el motivo fue sufrir por amor.
Z: Sí.
At: ¿Y fue el grupo de hombres que te ayudó?
Z: Por lo tanto, el grupo de hombres, Marc, José… la asociación, eh…
psicoterapia, eh… amistades, y yo, mi trabajo personal.
At: ¿Antes trabajabas con igualdad?
Z: No. Entonces, yo lo iba haciendo por mi cuenta, y quise hacer un plano
mío. En mi caso, hablé con amigos. Entonces, con José, con amigos, cursos.
Porque me puse a estudiar sobre, hacer un curso sobre violencia en la pareja,
y ya cómo nos enamoramos y cómo queremos, cómo sufrimos por amor.
Entonces me puse a estudiar en la internet, en cursillos.
At: ¿Estudiaste la violencia?
Z: Sí, la violencia en la pareja.
At: ¿Pero, por qué?
Z: Tiene relación de cómo nos queremos. La violencia en la pareja es una
forma de mito, de cómo se deben querer un hombre y una mujer. Yo no
actuaba, eh, de forma como sale en la tele, pero tenía unos mitos en la cabeza,
y que…
At: Huhum
Z: Como muchos de los hombres has oído…
At: O sea, que ¿justifica la violencia?
Z: Sí. Porque, hay unos mitos que, en la hora de querer y amar la pareja
esos mitos, muchos discuten de cómo queremos, y pensamos que se debe
166

amar de una forma determinada. Por ejemplo, la idea de que el amor es para
siempre.
At: Había un mito que…
Z: El mito del amor romántico; la forma de amar. Amor romántico como El
Príncipe Azul, como Shakespeare, como... el mito también de la media naranja:
yo soy la mitad y, hay otra mitad que tiene que coincidir conmigo, interiormente.
At: ¿Pero en eso viene la violencia?
Z: Esto forma parte de las raíces, de las relaciones de género. Eh,
recomiendo hacer un cursillo de pocas horas.
At: ¿Sobre la violencia?
Z: Sí. Muy interesante, porque me veía a mí creyendo en los mitos del
amor romántico, los de la media naranja, los del amor perpetuo, del amor para
siempre, los de… el amor lo puede todo, con amor todo nos podemos
perdonarle.
At: Esto es el mito.
Z: Yo creo que era.
At: Pero, la violencia no está en el mito, ¿sí?
Z: No. La violencia, si queréis el mito, y otros factores, puede llegar a ser
violento.
At: ¡Ah! Porque el mito justifica.
Z: El mito no justifica. Lo crees, lo justifica todo; pero tú puedes actuar de
forma violenta, y te lo justifica.
At: ¿Tu tienes alguna hipótesis de por qué que hay tanta violencia de
género?
Z: Sí. Son muchos factores, pero los básicos son los que yo estoy
diciendo. Hay algunos mitos en la hora de enamorarnos que se lo creemos, y
yo soy el primero que se lo creyó, y pensamos que el hecho de ser pareja, yo
siempre voy a estar con esta persona, y no puede ser que rompamos. Y, como
no quiero romper, me atrevo, incluso, a dominarte, y si no me haces caso, te
pego. Son muchos mitos que los metes en un cóctel y, si a la vez, tienes la
idea de que un hombre tiene que hacerse respetar, que sea de forma violenta,
gritando.
At: Por ejemplo…
Z: Por ejemplo, metes todo ahí, y un día hay un conflicto en la pareja,
siempre hay…
At: Normal.
Z: Y yo creo que eso es responsabilidad, ¿eh?
At: ¿Para ti fue difícil la separación de tu padre y tu madre?
Z: Mucho; un trauma. Es que, esto tiene que ver también con que yo, eh,
con mi madre estaba muy enganchado. Cuando murió mi madre, entonces me
quise enganchar a esta chica. Esta chica me dijo: “adiós, no te quiero”, yo
estaba enganchado, y quiero una persona que me quiera. Pero, lo que no
quiero es que se enganche. Me va bien así.
At: Huhum.
Z: Para ser dos personas que quieren compartir, no una sola.
At: ¿La idea era sustituir la persona…?
Z: No. La idea no, yo no era conciente. Yo empezaba a pasar…
At: Sí, inconscientemente. Para sustituir una imagen, una persona que
quería mucho.
Z: Que dependía mucho.
167

At: ¿Dependía?
Z: Y entonces, me salió fatal, y entonces entré en crisis, estuve muy
depresivo, muy mal, y busqué ayuda. Y, en aquello encontré la asociación de
hombres y a José. Entonces, entré en un grupo de hombres: me fue bien. Una
amiga mía me habló de una psicóloga; me la recomendó; experta también en
jóvenes, parejas; y yo voy a ella todavía, sigo yendo: ya hace… dos años.
At: ¿Es una mujer?
Z: Sí. Me sale más confianza con las mujeres.
At: ¿Sí?
Z: Con un hombre me cuesta más.
At: Como psicólogo pero, en el grupo no…
Z: Eh, estoy trabajando aun. Ahora tengo más confianza en los hombres.
At: ¿Por cuenta del grupo, o…?
Z: Por el grupo, por José, por Marc, por ti, André.
At: Y la asociación, la buscaste por la internet…
Z: Sí, buscaba ayuda.
At: ¿Cuándo fue eso?
Z: Esta chica que estuve también trabajaba la igualdad. Eso fue… en dos
mil… 2005.
At: Ella es feminista, entonces…
Z: Sí. No sé si tiene… no he vuelto a hablar con ella. Pero, sí.
At: ¿Cómo conociste ella?
Z: Por política.
At: Partido político…
Z: Yo creo que sí, me marcó la relación con una chica feminista, que me
gustaba mucho. Yo creo que mi cambio vino a partir de una crisis con una
chica muy independiente, creo.
At: Independiente…
Z: Sí. Pero, ya había tenido varias crisis con diferentes chicas. Pero sí, fue
la más fuerte.
At: Y, ¿con las feministas no encontrabas respuestas para tus preguntas?
Z: No fui buscar en las feministas.
At: Es decir, ¿el tema de la igualdad, tu empezaste a trabajar después
que…?
Z: No, desde el feminismo.
At: ¿Y que has hecho antes de eso?
Z: No, no trabajé. El tema de la igualdad, yo empecé a trabajar después
de una crisis personal. Yo estudié relaciones laborales, empresas…
At: ¿Nunca trabajaste con las feministas?
Z: No, no, no. Hasta que me vino la crisis personal. Entonces, conocí unas
pocas. Entonces me interesé mucho más por el tema, y me gustaba mucho.
Entonces, me impliqué, estudié. Entonces, vi luego la posibilidad de trabajar de
esto. Entonces, me formé en el master para trabajar de agente de igualdad.
At: Hahan.
Z: Entonces, luego, con la asociación de hombres, vi que la igualdad se
trabaja, pero con el lado femenino, no el lado masculino, con lo cual en la
asociación me impliqué para trabajar por la igualdad hacia a los hombres.
At: ¿Tu dijiste que la asociación trabaja el lado femenino?
Z: No, no, no, perdón. Eh, con la asociación pude trabajar la igualdad,
pero hacia a los hombres.
168

At: Vale, a partir de la visión de masculinidad…


Z: Sí. Pero, vengo del feminismo.
At: Pero, ¿qué hacías?
Z: Leía, escuchaba, iba a algunas charlas con las feministas. Escuchaba,
me gustaba escuchar a las feministas, feministas políticas.
At: ¿Y la iglesia tuvo algún papel ahí?
Z: No.
At: ¿No?
Z: No, no, no. Con la iglesia, más bien, eh, rompí. Cuando me involucré en
la igualdad, mi compromiso con la iglesia rompí.
At: ¿Por qué?
Z: Porque en la iglesia, hay un concepto que…, que al superarlo ya no…
quise romper con él, que es la idea de culpa. La iglesia, yo he estado mucho en
la iglesia. Cuando era pequeño, adolescente y tal, ¿no?, y...
At: ¿Hasta cuantos años?
Z: Hasta los veinte y pocos. Sí, colaborando; 21 o 22… 23 o 24.
At: 25 o 26 (risas).
Z: Sí, sí. A ver, hasta los veinte… cuatro.
At: Y ¿qué hacías?
Z: Era monitor de catequesis.
At: Ah.
Z: Y la iglesia... eh... hubo… bueno, estaba muy bien, eh, en la iglesia
aprendí muchas cosas. Pero, los mitos del amor romántico, los aprendí mucho
en la iglesia. El amor para siempre, el amor lo puede todo, lo puede solucionar
todo, los problemas que tengamos de pareja. Yo las aprendí de la iglesia y de
mi madre.
At: ¿Tu padre era muy católico?
Z: Mi padre no. Mi madre no se divorció nunca, mi padre sí.
At: Entonces, ¿tenías, cuando estabas en la iglesia, una idea de pareja
que hoy ya no?
Z: Entonces, hubo un concepto, el concepto de culpa, y el concepto de
culpa…
At: ¿Del hombre hacía la mujer?
Z: No, no, culpa: cometo un acto, entonces cometes un error. Pues “tu,
culpable”.
At: Ah.
Z: Entonces, eso hace a mí responsable. Porque ‘culpa’ es muy
paralizador, es muy acusativo, te congela.
At: ¿Qué otra cosa que…?
Z: Y yo qué: ‘responsable’, para aprender del error y superarlo. Y eso con
la iglesia, no. Está ahí, la culpa y el perdón. Tiene que ir a pedir perdón.
At: Y volver a hacer lo mismo… sin superar…
Z: Porque, con la iglesia pides perdón, tienes que te confesar… la idea,
¿no? (pausa) Y no cambias. Tu vas, te confesas, y ya está. Pero no vas
introduciendo en tu corazón.
At: Para cambiar…
Z: Entonces yo, preferí lo de la asociación de hombres, porque en la
asociación hay que introducirlo y trabajar para mejorar.
At: Ahah. No tienes que pedir perdón a…
169

Z: No. No hay superior. Si quieres, puedes pedir perdón, puedes pedir


disculpas. La culpa, no abusamos de la culpa. Yo creo que la iglesia abusa de
la culpa para se legitimar. Por eso rompí, cuando entré en el feminismo; la
igualdad, y en la asociación; totalmente con la iglesia.
At: ¿Con cuántos años conociste las feministas y esta teoría feminista?
Z: Bueno, cuando yo estaba… con esta crisis… bueno yo ya conocía, eh,
las historias de desigualdad y de cambio de cultura, pero me impliqué con
veinte… siete, no… 24 años.
At: O sea, antes de eso tu mundo era solo iglesia y esa idea de…
Z: No. Mi mundo era iglesia y progresos, una iglesia de izquierdas…
At: ¿De izquierda?
Z: Sí. Iglesia progresista. Mi mundo era de iglesia progresista.
At: ¿La Teología de la Liberación?
Z: Cercano. No la conozco mucho, pero recuerdo que, aquí, tenía amigos
que la quería mucho. Intercambio, cooperativa internacional. Mi mundo era
cooperativa internacional; ayuda a los pueblos más pobres del mundo…
At: ¿Llegaste a trabajar en algún proyecto?
Z: No, no tuve suerte. No tuve suerte. Me presenté a dos proyectos, pero,
no me escogieron.
At: ¿Por la Cáritas?
Z: No. Uno es, dos fundaciones, una era en… en Colombia.
At: ¿Y tu ibas para allá?
Z: Yo quería, quería ser un… un…
At: ¿Misionero?
Z: No, pero vamos… un cooperante.
At: O sea, no es un religioso, es un…
Z: No, un cooperante, pero no de la iglesia, era una fundación que hace
cooperación internacional.
At: ¿Pero la fundación no es de la iglesia?
Z: No. Bueno, puede ser que sí, no lo sé. Pero era un proyecto de
cooperación internacional.
At: Del gobierno…
Z: No, no, era una fundación privada. Pero, a lo mejor… hay fundaciones
privadas que tu no sabes si es de iglesia… pero, bueno.
At: ¿Cómo defines un hombre por la igualdad?
Z: Un hombre por la igualdad, para mí, es un hombre… que tiene un
marco de pensamiento desde la realidad, del mundo, desde una perspectiva
feminista. Pensamiento feminista. Y, a la vez, optimista hacia la sociedad, hacia
a los hombres. Quiere transformar la realidad de las relaciones de géneros.
Busca transformaciones sociales, que progresen y superen los géneros
tradicionales. Pero también, un hombre por la igualdad, esa es la parte
teórica…
At: Claro.
Z: La parte práctica es que… se ve y sea conciente de su necesidad de
crecimiento personal, trabajo personal y de autoconocimiento y respetar los
sentimientos de las mujeres y los hombres.
At: Entonces, ¿Tú crees que un hombre por la igualdad no puede dejar de
trabajar el personal?
Z: Yo creo que un hombre por la igualdad es también aquel que siente, o
intenta ser conciente de lo que siente.
170

At: Y…
Z: Se gestiona e intenta expresarse de una forma… en armonía. Pero
también que percibe a los demás y a la armonía. Y, sobre todo, no impone,
sino respeta. Percibe… siente y percibe.
At: ¿Cuál es la principal diferencia entre un hombre machista y un hombre
diferente?
Z: Un hombre machista ni quiere sentir… ni quiere sentir, ni quiere
escuchar, y lo impone al otro.
At: Si es mujer, si es hombre…
Z: Sí, sí. A la mujer, por ser mujer; a este, por ser maricón; al perro, por
ser un perro… O sea él… Un hombre machista es esto: violento. Y es machista
con hombre y… supongo que es más machista con mujer. Pero con los
hombres, a aquel que no siga le impone. O sea, que impone. Impone, y no
respeta.
At: Es autoritario…
Z: Sí. Entonces, y ve la realidad de una forma androcéntrica; no es en la
perspectiva feminista. No hace falta que sea un hombre que salga a la calle, o
sea, con actitud, pero que en su día a día, cotidiano, intente sentirse en
armonía con lo entorno de sentimientos y pensamientos; escuchar, saber ver al
otro. Si todos los hombres fósenos así, con nuestras parejas, la violencia de
género jamás…
At: ¿Y tú crees que la sociedad también cambiaba con eso?
Z: Totalmente la sociedad también cambiaba. Si todos los hombres
cogiéramos conciencia de lo que sentimos, de lo que siente la otra persona, y
respetamos la voluntad de la otra persona, y la nuestra también que debemos
hacer respetar, en armonía. Porque si respeto, ya no voy a ser violento con la
otra persona. La voluntad de la otra persona, por mucho que me duela, o me
entristece, tengo que saberle gestionar, tengo que respetarla.
At: O sea, puedes ser violento, pero…
Z: No. Puedes tener, eh, rabia…
At: Ah… No violencia…
Z: Pero es que violencia es hacer daño al otro.
At: Una actitud…
Z: Violencia es una actitud que daña al otro. Y si daña al otro, ya no
respetas.
At: Vale.
Z: Entonces, claro, si tu coges un hacha y pegas una chafa a un tronco,
estás expresando tu rabia, pero no estás haciendo daño, además estás solo.
Tu, sepas expresar tu rabia sin dañas a otra persona. Rabia te digo, mi
hermana tiene su rabia, pero ella no me hace daño. Pero “si tiene…”, hablo,
“…si tienes rabia, lo expresas”, “si estás triste, te expresas”. Solo, o lo que
quiera. Pero, te expresas. ¿Sabes? Lo bueno es gestionar, y ser honesto con
uno mismo. Ser honesto. Un hombre por la igualdad es un hombre honesto. Si
estoy triste, estoy triste. No tengo que hacer ningún teatro, ninguna… careta. Si
estoy enfadado, esto enfadado, pero no tengo que cargar y hacer daño al otro.
At: Un hombre así, que consigue expresar sus sentimientos, ¿es un
hombre…?
Z: En armonía. Yo no estoy de acuerdo con la idea de gustar a todo el
mundo. Un hombre por la igualdad no tiene que gustarle a nadie; tiene que ser
171

él. A lo mejor es que tenga que le caer mal. Pero, para mí no pasa nada. Yo,
por lo menos pienso así. ¿No?

(Hablamos sobre la estructura de la asociación, y dijo que no hay grupos


asociados a la asociación, sino hombres de los grupos que lo están) (50:40)

At: ¿Tu grupo tiene un nombre?


Z: En el inicio se llamó [dice el nombre]. Pero, ya no utilizamos el nombre.
At: ¿Y cuánto tiempo ya que existe el grupo?
Zorro: 3 años ya.
At: ¿Siempre los mismos, o…?
Z: No, va variando. Yo, empecé en el inicio, y los demás también.
At: ¿Quién fundó?
Z: Tres, de los que estamos, tres nos seguimos manteniendo, y José vino
en el primer día.
At: ¿Qué hizo José?
Z: Nos explicó lo que podríamos hacer en el grupo y de comunicación
entre hombres. Ese primer día nos explicamos, nos hablamos bastante y luego,
fuimos ya solos, por nuestra parte.
At: Y los otros hombres ¿qué hacen: profesión…?
Z: Distintas profesiones, hay un divorciado, hay quien ha tenido parejas,
hay quien está solo.
At: ¿Hay padres?
Z: Eh, un padre ahora. Antes había otro.
At: Y las profesiones, ¿cuáles son?
Z: Hay un terapeuta, hay un profesor, hay un cámara de televisión…
At: ¿Sí?
Z: Técnico. Buen, de cámara tenía dos, porque eran dos de la misma
empresa… (sonreí).
At: ¿Sí?
Z: Sí. (Pausa). Buen, vamos siguiendo.
At: ¿Cómo invitaste para hacer el grupo?
Z: No fui yo; le pedí a José. Quería entrar en su grupo, pero José dijo que
su grupo estaba cerrado. Entonces, yo creo que Eduardo, eh, puso en contacto
a algunos hombres con José.
At: ¿Que trabajaban con él?
Z: Que… no sé. José me presentó.

(Después de hablarnos sobre la asociación, él preguntó la hora, y yo le


contesté que eran ocho y media, o 20:30h. Entonces, él pidió que
termináramos. Yo le dije que tenía una última pregunta. Pero, antes de la
pregunta, él me habló más de la asociación, lo que me llevó a hacer más de
una pregunta).

Z: La asociación de hombres apoya e implica a los hombres que crean


grupos. Y ella explica, más la experiencia es esta. Y, y la asociación también
explica y, eh, promueve el trabajo personal, a nivel psicológico. Explica que es
bueno.
At: ¿Pero, con talleres, con…?
Z: Con charlas, talleres, utilidades públicas.
172

At: Tu, como componente de la AHIGE, ¿cuál es tu trabajo?


Z: Lo que yo quiera, porque no cobro.
At: Ah.
Z: Soy voluntario. Lo que yo crea conveniente y me pidan: “¿oye, puedes
hacer esto?” – “Sí”. Porque es una asociación. Yo no cobro por ser de
asociación. Yo soy voluntario, igual que José, igual que Marc… y tal. A veces
me pone a llamar un ayuntamiento, y me dicen: “ven aquí a darnos una charla”.
Entonces eso yo cobro. Eso lo cobramos. Pero, no más.
At: ¿Qué te motiva a hacer ese trabajo, que es voluntario?
Z: Qué me motiva… eh, que me satisface hacerlo y a transformar la… la
sociedad. O sea, hay que ser muy optimista socialmente; podemos cambiar la
sociedad; soñamos con cambiar el mundo. ¿Sabes? Supongo que es lo que
me motiva a ser activista social por los derechos humanos, o por la igualdad, o
por la paz en el mundo, o por un mundo más ecologista. Un activismo personal
de hacer cosas.
At: Ok. Creo que es eso.
Z: ¿Compartes conmigo las ideas?
At: Sí, sí. Solo, en la vida personal tengo mis propios… (risas).

Él preguntó si yo quería comer algo o ver la internet. É hizo un bocadillo


de jamón para mí y para él, y fue hasta la puerta del cuarto de su hermana,
batió sin abrir, y le preguntó si a ella también le apetecía un comer; ella dijo que
no, y no salió del cuarto, hasta que yo ya me iba. Después del bocadillo con
sumo, nos saludamos, y me fui.

1.3- Jordi

18/03/09, 17h.
Local: casa del entrevistado, en Barcelona.
Antonio: At.
Jordi: Jd.

En su casa, en BCN, después de hacer un té llamado “rooibos”, de


hierbas sudafricanas, traída por un amigo suyo que fue a África, y colocarlo en
una pequeña mesa, en una jarra metálica, junto con dos tazas (me explicó todo
sobre este té, y dónde yo lo podría encontrar en Barcelona, y dice que no
llevaba teína, una sustancia, según él, parecida con la cafeína), empezamos.

At: ¿Dónde eres?


Jd: De aquí, de Barcelona.
At: ¿Tú edad?
Jd: 35.
At: ¿Profesión?
Jd: Ehhhh, ¡uff!...
At: (Risas).
Jd: …estudié sociología y trabajo en la Administración Pública; mi parte,
ehhh, trabajo como sociólogo, pero trabajo con temas de ocupación… de
empleos, ¿eh?
173

At: ¡Ah, ocupación de empleo!


Jd: Sí.
At: Yo pensé que era del movimiento Ocupas que… (risas). Entonces,
¿eres administrativo…?
Jd: No, soy técnico de ocupación, llevo… llevo proyectos de ocupación,
por ejemplo, ehhhh, estoy en un departamento que se llama de proyectos
innovadores… yo programo acciones en materia de ocupación y desarrollo
local, políticas activas de ocupación… no sé si tu conoces mucho el campo…
At: No, no.
Jd: ¿No? Trabajo mucho tiempo como insertor laboral, entonces como
insertor laboral ayudo a la gente a encontrar empleo, entonces ayudamos al
empleo, y a partir de aquí ahora estoy en la rama quizás más amplia, más
teórica… ara no trata con gente, antes trataba con gente, y ahora tengo más
proyectos para presentar a entidades y, y estoy… trabajo en la gestión pública
que da las subvenciones a ayuntamientos, a entidades, a asociaciones, temas
de… y ayudo a gestionar los proyectos, o sea, el control, el…
At: ¿Qué temas son?
Jd: De, de ocupación y desarrollo local.
At: Desarrollo local para el empleo…
Jd: Sí; promoción económica, y tal.
At: ¿Tienes pareja?
Jd: No.
At: ¿Cuál tú orientación sexual?
Jd: Soy heterosexual, pero… sí, soy heterosexual.
At: ¿Tú clase social, cómo la definas?
Jd: ¿Clase social?
At: Sí, media, baja, media alta…
Jd: (Risas) Esa pregunta tiene trampa, porque todo el mundo se define
como clase media.
At: ¿Sí?
Jd: Sí. Bueno, no sé. Ehhh, dile tú, después (risas), con todas las
variables.
At: Pero, ¿hay clase media alta, clase media baja… aquí?
Jd: Sí. En realidad es muy, muy restrictivo. Bueno, yo creo que vengo de
de clase media, clase media baja; bueno mis padres son trabajadores y, lo que
pasa es que las clases son relativas porque, hace un tiempo el hecho de tener
estudios universitarios, de, de tener un empleo técnico… significaba una cosa,
¿no?, y ahora… hay como una clase media muy amplia (risas) y cada vez más
diferente entre la clase media, la clase alta y la clase baja (habla sonriéndose).
At: ¿Y la clase media está dividiéndose, ¿no?: una clase media-media,
una clase media-baja…?
Jd: Sí, es como, la verdad es un espectro tan grande que la clase media, y
todo el mundo se identifica como clase media y… bueno, hablamos de otra
cosa, si quieres, ¿eh? No, lo digo porque lo que digo puede que no tenga nada
que ver… (risas).
At: No, es libre…
Jd: No, lo que te iba decir es que, aquí en España, hace unos años, hubo
como un ‘boom’, ¿no?, de… económico… bueno, ahora estamos parados en la
crisis económica que… pero, por ejemplo, gente que no tenías estudios, que
174

trabajaba como paleta, o electricista, como que hubo un ‘boom’ tan gran de
construcción, y todo el mundo, como estaba en estadio pendular...
At: ¿En los 90s?
Jd: ¡En los 90s nada!, hace cinco años… no, en los 90s no, hasta ahora,
hasta, hasta hace nada… hubo como un ‘boom’ muy grande, eso de
especulación, subió la vivienda muchísimo… es decir, es… gente que era muy
humilde, muy trabajadora… empezaba a ganar mucho dinero y, pues, ya
compra una segunda casa, compra un coche, tenían sueldos muy grandes,
porque hay un, una paleta, pues, cobraba un sueldo muy más alto que los que
tienen una carrera universitaria, ¿no? Entonces, es como si todo se desdibuja
un poquito, ¿no? Y, le hablaba de las clases sociales… (risas). Hay, hoy en día
es un poco relativo, lo que está claro es que no es clase alta, esto está
clarísimo (risas). ¡Y tienes clase alta también!
At: Sí.

(Hablamos sobre lo que es ser excluido en Barcelona y de lo que es serlo


en Brasil, y él cree que en Brasil es más fácil percibir que es pobre, pero que
aquí habría una pobreza oculta, tal vez más clara ahora, con la crisis
económica; él ya estuvo en Brasil (Sao Paulo y Curitiba) y en Argentina por
vacaciones, y un año en Ecuador, en un proyecto de cooperación
internacional).

At: En la cuestión del grupo de hombres, ¿tú trabajas masculinidad fuera


del grupo?
Jd: No, solo en el grupo. El trabajo que hago es, es, ehhhhh, lo vivo muy a
nivel personal, es decir, ehhh, si tengo, digamos, inquietudes o, ehhh,
opiniones respecto a temas… una necesidad social, o una determinada, ehhh,
concepción política, ¿no?, que quizás está más a fin para la perspectiva de
género que ahora que a otras, pero no especialmente es un tema de me
interese, es decir, yo trabajo el tema de género en este grupo de hombres,
pues me interesa un trabajo personal, ¿no?, como hombre, pero como hombre
y como persona, ¿no?
At: ¿Y qué te llevó a buscar el grupo?
Jd: Ehhhhh, es complicado… (habla bajo y sonreí un poco) No lo sabría
decir. No lo sabría decir. Bueno, yo supongo que, que, por parte es trabajar mi
identidad, ¿no?
At: ¿Tu identidad?
Jd: Bueno, mi identidad en un sentido amplio.
At: ¿Cómo sociólogo?
Jd: No, como sociólogo no, no, como sociólogo no. No, a nivel personal,
es decir, hummm, bueno, supongo sí entiendo como hombre perdido por tener,
digamos pocos referentes, yo creo que mi masculinidad… Pero, me he dado
cuenta a partir de estar en el grupo, es decir, nunca he partido de, de una… de
una concepción, digamos, eh, intelectual del tema, sino que ha sido más a
partir de, de estar en el grupo, al empezar a trabajar, ¿no?; de darte cuenta que
realmente, ehhh, los patrones de masculinidad que hay, eh, están en crisis, por
lo menos los que hay hegemónicos, a mí no me sale fácil, ¿no? Y a partir de
ahí, pues…
At: Pero, ¿cómo llegaste al grupo?
175

Jd: ¿Llegué al grupo?... llegué al grupo por un contacto de un conocido,


que es periodista, que sabía algo de, de (el grupo de José, que tiene seis años
de existencia). Entonces, ehhhh… muy bien, no sé muy bien cómo llegué… Ya
me, cuando empecé en el grupo, ya hace muchos años, esto. Yo, cuando
empecé, el grupo llevaba como… así, más o menos, un año, y… bueno, ahora
no sé cuantos años tiene el grupo, pero…
At: Seis años.
Jd: Seis; pues, entonces llevo cinco años.
At: Humhum. ¿Y con quién entraste en contacto en el grupo para poder
entrar?
Jd: Bueno, Llamé a un, a un… quién que llamé primero… llamé a José.
José un poco es, era como, bueno él es el…
At: ¿Coordinador?
Jd: Sí, sí, creo que él es coordinador, porque, bueno, el grupo funciona
horizontal, pero, sí que, de cierta forma fue él el impulsor, y en, en
determinados aspectos José, pues… empuja mucho al grupo, ¿no? De todas
formas, yo creo que el grupo tenía primero una… un planteamiento mucho más
ideológico, una perspectiva de género mucho más clara, ¿no?, más
reivindicativa, y yo creo que con el tiempo eso se ha ido disolviendo, ¿no? Y a
mí me interesa más, porque, es decir, seguramente es uno de los
planteamientos del grupo, ¿no?, de, de no perdernos, ehhh, supongo que has
entrevistado a alguien más, no sé.
At: Sí, ya.
Jd: No perdernos tanto en lo político o, bueno, ideológico, y trabajar más
el personal, y ahí es donde realmente puede haber cambios, ¿no?, aunque,
obviamente que… hay unos valores que todos compartimos, ¿no? Pero, a mí
me interesó mucho más es trabajo personal, y yo donde, veo que es a partir de
un trabajo personal donde realmente encuentro cambios, ¿no?, y donde…
bueno, donde ha habido cambios.
At: ¿Y el cambio, entiendes el cambio, primero personal, después pasar
para, para…?
Jd: Completamente. Es decir, si, si, si… si no hay un cambio personal, no
puede haber cambio exterior, porque nos engañamos (habla enfatizando).
¿No?, es muy fácil, por eso, todos tenemos una ideología, e intentamos… pero,
no siempre somos consecuentes, ¿no?...
At: Humhum.
Jd: …y, y yo creo que el trabajo está a nivel personal porque, porque a
nivel político está claro que no funciona (risas). Lo sabemos, ¿no? (risas), y
ahora yo creo que, es decir, los cambios de conciencia van a otros niveles
mucho más micros, no tan macros, y tal, de grandes estructuras, de partidos
políticos, son más muy personales, ¿eh?
At: Cuando tu fuiste al grupo, ¿cuál era tu interés?
Jd: Bueno… yo entré en el grupo, yo me acababa de… separarme de una
pareja, es decir, no estaba…
At: ¿Estabas casado?
Jd: No, no estaba casado, tenía, tenía una pareja y, bueno, no era una
relación larga, pero bueno, hummm, ehhh, rompí con ella y… bueno, era una
época de confusión, cuando uno rompe, pues (sonreí), se remueven cosas,
¿no? Y yo supongo que, a mí lo que ha pasado con las parejas que he tenido
es que después de una rotura, a parte de que lo emocional se lo remueve,
176

¿no?, lo puramente, digamos, emocional, del afecto que toma aquella persona,
ehhhh, te planteas un poco quién eres tu, y qué haces, sí, porque no… y a
partir de esos planteamientos yo supongo es también trabajo, ¿no?, entonces
empecé hacer, hacer terapia.
At: ¿Además del grupo?
Jd: Sí, ehh, bueno ya no sé si comencé primero si la terapia o entré en el
grupo… bueno es igual. Y yo lo veo muy ligado, ¿no?, es decir, vivo como, lo
veo como un trabajo personal, ¿no? Y, y de hecho yo sigo haciendo terapia.
At: ¿Aún?
Jd: Sí.
At: ¿Hace unos seis años que tu haces terapia?
Jd: Sí. Cambié de, de terapeuta pero, sí sigo, sí. A parte, bueno, mi
terapeuta es un poco heterodoxo, pero es, más o menos, psicoanálisis con lo
cual… (sonreí) puedo estar como Wood Allen toda la vida (risas), y, y cada año
más neurótico, ¿no? (continuamos riéndonos) O sea, digamos que, los
procesos terapéuticos son largos, ¿no?, y yo entiendo que son, son, es una
relación permanente, ¿no?, es decir, tu puedes… puedes no estar haciendo
terapia, digamos, pero tu puedes desde una perspectiva de, de plantearte lo
que pasa, ¿no? Yo, yo vivo el grupo de hombres muy desde, ehhh, como una,
como un complemento a un trabajo que puede ser más terapéutico, o sea,
mucho más individual, más centrado en mí, ¿no?, y el grupo de hombres es
más con hombres que, que partir de género, ¿no?, que, que hablamos de
temas a veces, hummm, mucho más personales, pero a veces se plantean
también cosas mucho más cotidianas, ¿no?, y, y, bueno, yo boy por ahí.
At: Bueno, ya que hablaste en terapia…
Jd: ¿Quieres más? (ofrece más té).
At: Sí.
Jd: Dime, dime.
At: Eh, creo que hay una, una vinculación entre, entre lo que buscamos…
Jd: Sí.
At: …y lo que vivimos en nuestra familia, ¿no?, los padres, hermanos…
Entonces, eh, habla un poco de tu padre…
Jd: De mi padre…
At: … ¿qué modelo él representa para ti?
Jd: Es curioso, porque… ahora voy hacer una simplificación muy grande y,
te respondo la pregunta un poco indirectamente, pero luego voy a lo que
preguntas.
At: Anham, anham.
Jd: Ehhh, en el grupo de hom... – simplificando mucho y, obviamente que
las categorizaciones son absurdas pero… – el grupo de hombres siempre
hablamos de los “hombres buenos” y de “los malos”, ¿no?, es decir, los buenos
son como, yo me pondría en este grupo, ¿no?, con los que están más
castrados, ¿no?, los que van a los grupos de hombres; que sus hermanas
dicen (habla sonriéndose): “¡hay uno entre un millón!”, ¿no?, esos son los
buenos, ¿no? Y los malos, son los que… que no quiero decir que sean solo
malos, ¿no?, pero son los que, quizás no se plantean desde la masculinidad,
¿no?, y, y utilizan patrones mucho más machistas en sus relaciones… no es
necesariamente con las mujeres, pero también, eh, en el trabajo, quiere decir,
en realidad, eh, el machismo, eh, no solo implica las mujeres, pero eso implica
177

nuestra relación con el mundo, ¿no?, con la naturaleza, con el trabajo, con la
persona al lado, ¿no?, es decir…
At: Con los propios hermanos…
Jd: …con los hermanos, es decir, es más, hummm, un tema mucho más
amplio, ¿no? Entonces, ehhh, yo me he dado cuenta que en el grupo de
hombres hay, básicamente, hay hombres buenos, ¿no?, hombres que están
atormentados por su, por su identidad, por su, por su… la culpabilidad por ser
hombre, o sea, no de encontrar patrones de masculinidad que no, que no nos
provoque una contradicción interna, ¿no?
At: Humhum.
Jd: Entonces, esos hombres buenos, que no son buenos, que, que están
atormentados, eh, hay una parte de castración, yo creo porque, si no quieres,
eh… yo no sé si este tema es hablar a este nivel…
At: No… esta definición de “hombre bueno” es la primera vez que yo oigo
(risas)
Jd: No, a ver, no es hombre bueno y hombre malo, obviamente no estoy
diciendo que son, es simplificando incluso es, es cómico, porque el bueno
puede ser tan hijo de puta como el otro, lo que hace es ver lo que es bueno, o
porque no se atreve a ser malo, es decir, no es bueno ni malo, eh, solo para
que quede claro…
At: Ahanh.
Jd: Pero, eh, seguramente, hummm, se siente un poco más castrado,
¿no?, porque, porque no se atreve a, a quizás a ser más asertivo, a decir lo
que siente, ¿no?, y, y…
At: Ser asertivo es ser…
Jd: Ser asertivo es, es, es el equilibrio entre ser pasivo y ser agresivo.
At: Humhum.
Jd: Si tu haces algo que no me gusta, tener la capacidad de que te diga:
“no me molestes”, pero te lo diga sin tenerme que callarme, me estás
molestando y yo tengo miedo de decirlo y… sin mandarte a la mierda y
amenazarte; o sea, ser asertivo es encontrar el equilibrio, yo creo que es lo que
tenemos que… entre la parte, quizás, excesivamente masculina y la
sencillamente femenina, ¿no?, hay de encontrar el equilibrio.
At: Humhum
Jd: Y yo creo que, los hombres que son buenos, que repito que no son
buenos, están en la escala más de, de callarse, ¿no?, es decir, ¿no?, es que…
¿no?... Y yo observo que en el grupo ah, eh, hay muchos hombres así, ¿no?,
es decir, que quizás canalizan su frustración, el hecho de no saber ser
hombres, y por no, por, por, por una sensibilidad más hacia el femenino, por
entrar en, por, por preocuparse por temas de masculinidad, de feminismo, de
género, ¿no?...
At: Humhum.
Jd: …y, y que se intenta, pues, un poco se encontrar, ¿no?, pero a partir
de, de, tampoco de coger su, su fuerza, ¿no? Y en el otro extremo, pues, eh,
otro modelo, ¿no?
At: Hummm.
Jd: Es, entonces, equilibrio donde yo creo que los hombres estamos,
¿no?, entre, entre esa pasividad, de no saber un poco donde está, y , también
para decir lo que siente, ¿no?, porque, a veces no sientes que es un hombre
malo, o sea dentro de los patrones, dentro de lo políticamente correcto, o
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feminista, ¿no?, es decir, expresar tu deseo, es decir, que, que ves una mujer y
le miras, pues, los pechos, pues, pues, pues está, está mal visto, dentro de…
pero es muy raro en todas las partes, es decir, si le gusta una mujer, pues… y
piensas, pues, y piensas en que es fantástico intelectualmente, pero igual
también piensas que, en que te atrae mucho sexualmente, ¿no? Y eso está
mal visto, ¿no? Entonces, mi padre… (risas). Mi padre, claro yo creo que, el
modelo de mi padre también es un modelo, pues, también muy callado, es muy
callado, muy, muy (pausa)…
At: ¿Está en el modelo hegemónico?
Jd: A ver, mi padre es de otra generación, obviamente (risas), quiero decir,
mi padre ahora tiene setenta y… 74 años, creo… es mayor ya, es decir que, no
es que le llevo 20 años a mi padre, es decir que son, son, 40 años, entonces, el
salto generacional es muy grande, ¿no?
At: Sí, sí.
Jd: Él nació en la posguerra, es decir, ha vivido unos cambios sociales
muy fuertes, es decir, lo de… en el final de siglo XX ha cambiado todo
muchísimo, ¿no? Entonces, mi padre, ehhh, hummm (pausa), no sé en qué
modelo estaría a nivel ideológico, pero está claro que a nivel, a nivel personal
es un hombre callado, que no expresa su deseo, ¿no?, es un buen hombre…
mi padre es un buen hombre de verdad… no es que sea mi padre para que sea
bueno hombre, ¿no?
At: Humhum. ¿Y, tú sientes que esa manera de ser te ayuda…?
Jd: Claro, es decir, la socialización de género, eh, básicamente ven de,
bueno, asimilas los modelos que tienes en casa, ¿no?
At: Humhum.
Jd: Y, y es que yo me he dado cuenta que yo he cogido muy, muy, un
modelo muy de mi padre, ¿no?, y con mi padre yo tengo un conflicto muy
fuerte, ¿no?
At: ¿Conflicto?
Jd: Conflicto; pero ese es un tema psicológico, o sea más… pero en
realidad… conflicto porque… sigo, yo siempre me he sentido, mi masculinidad
siempre la he tenido un poco en crisis, eh, a nivel muy personal, en duda,
¿no?, es decir, de sentirme poco hombre, de sentirme poco fuerte, de no tener
carácter, ¿no?, de, de huir del conflicto, de no, de no imponerme, ¿no?, de
siempre…
At: Humhum
Jd: Y, y con el tiempo me doy cuenta que eso es un aprendizaje muy
grande de mi padre, ¿no?
At: Humhum. ¿Él es así, también?
Jd: Él es muy así, ¿no?, él es muy así. En casa hay un, un poder muy
grande femenino, muy grande, mi madre es muy potente, muy potente; tengo
una hermana que también es muy potente, ¿no?, y en mi, en mi casa hay un,
un poder muy grande del matriarcado, ¿no?, y, y curiosamente, yo, hummm
(pausa), yo soy el hermano pequeño, mi hermana es un poco mayor que yo,
tiene dos años más.
At: ¿Sólo tienes ella?
Jd: Tengo una hermana, sí, eh, y a partir un poco de, eh, mi hermana y
mucho mi madre, ¿no?, quizás me educan, eh, me han educado a partir mucho
de sus patrones, ¿no?, y yo me dé cuenta que, que, mi forma de pensar tiende
mucho a como son las mujeres, ¿no?, es decir, establezco mucha complicidad
179

con lo femenino, y para mí eso ha sido un conflicto muy grande, ¿no?, porque,
es decir, y no he tenido el, el, el modelo de lo masculino bastante allí como muy
hundido, muy callado, ¿no?
At: Humhum.
Jd: Y yo, con el tiempo, me he dado cuenta, pues, que… que eso me ha
provocado mucha… una… bueno, una desorientación muy grande, ¿no? Sí.
Pero, a partir de eso, de la construcción de, de lo que era la masculinidad, no
tiene nada que ver con sexualidad, es decir, eso no tiene nada que ver, porque
eso es otro tema, claro, pero lo que es, eh, la identidad… pero eso tampoco me
importa… no, no, no me importa claro que sea masculino o femenino, yo creo
que es una etiqueta, ¿no? Pero sí, que yo entro en conflicto para saber un poco
quién soy, ¿no? No sé se voy del guión (sonreí).
At: No, no, está muy bien. Tienes mucha clareza de, incluso de los
conceptos…
Jd: ¿De los conceptos? (habla sonriéndose).
At: Sí, sí. Es que hablas de manera diferente, pero es lo que se escribe en
los libros, ¿no? Eh, este “hombre bueno” que tu dices…
Jd: Repito que no es bueno, eh, eso que, que conste en acta (risas). Es
una forma irónica de etiquetarlo, ¿no?
At: ¿Es el igualitario?
Jd: Claro, claro, claro, pero, pero ojo, porque hay mucha trampa, es decir,
eh, insisto en este tema, ¿no?, porque el hombre bueno, que es el igualitario,
eh, puede ser mucho más hijo de puta que el otro, ¿no?, porque bajo la
etiqueta de “soy bueno”, y “soy igualitario”, y “soy buena persona”, y “soy…”, y
puede manipular, y eso no tiene nada que ver. Por eso te digo que no me
interesa lo político, ¿no?, es decir, porque, políticamente puedes ser aquí,
¿no?, las medallas de que soy de un grupo de hombres, de que soy
profeminista, o que soy ecologista, y que soy no sé qué, y luego, a nivel
personal, eh, ser cabrón como el, el hombre más malo, que es el hombre
machista que, igual es una buena persona, ¿no?, que no tiene nada que ver.
At: O sea, a nivel de relaciones personales eres bueno, pero que para el
público, para la gente…
Jd: Claro, y es que ese es el engaño. Pero, engaño no en tema de género,
pero en todo, a nivel políticos, los políticos muy de izquierdas, muy no sé qué,
que te vende una moto y que, luego, eh, no tiene nada que ver, ¿no?, y yo creo
que es la, el drama de la historia, ¿no?
At: Sí. Y el grupo, ¿tu crees que te ayuda en eso?
Jd: Claro, yo creo que ahí está el grupo, sí, es la clave de todo eso, yo
creo que es el grupo, ¿no?, el grupo te confronta contigo mismo, y hasta, eh,
sentir cómo tienes que sentir rabia, o, o, pues, está bien, es decir, soy hijo de
puta a veces, pero soy una buena persona, ¿no?, y se trata de identificar tu
parte más, más, tu más mas positiva y tu parte más oscura, ¿no?...
At: Humhum.
Jd:… y ser conciente, es decir, yo creo que es un trabajo de, de los
grupos, de los grupos de hombres o de mujeres, y, y, y en mi caso, en, a mí me
gusta estar en un grupo de hombres, porque, es decir, porque estamos muy
perdidos, las mujeres, quizás, llevan mucho camino recorrido, saben muy bien
por donde tiene que ir y, quizás, esto, lo tiene mucho más trabajado.
At: Pero, hay muchas feministas muy confusas…
Jd: Seguro.
180

At: Ayer estuve en Sabadell, con Zorro (otro entrevistado)…


Jd: ¿Zorro?
At: Sí, Zorro, conoces, ¿no?
Jd: Sí, un poco.
At: Eh, la psicóloga decía que las mujeres también están muy… muy
confusas.
Jd: Eh.
At: Bueno, no todas… y hay feministas que son radicales…
Jd: Bueno, eso es peor que el machismo, es decir, es una concepción,
tan, tan limitada, ¿no?
At: O sea, creo que no hay certezas, ¿no, ni nosotros ni ellas…?
Jd: No.
At: En lo que creo que hay un poco de certeza son estos hombres que
decimos que son igualitarios, o sea, que se plantean no solo en la relación
externa, pero también en la relación personal con los hijos, con las hijas, ¿no?
Jd: Humhum.
At: Y, del modelo de tu padre, ¿qué cosas específicas tu dices: “esto cojo,
esto no”?
Jd: ¡Uffff! Es complicado.
At: ¿Sí?
Jd: Es que ahora yo estoy haciendo una revisión muy importante con mi
padre, ¿no? Mi padre se está haciendo mayor, por tema de salud también,
entonces eso siempre mueve cosas, y estoy intentando, ehhhh, recuperar a mi
padre y, y darle valor a partir de, de lo que es él, es decir, ¡me explico fatal!, yo
ya ando mucho tiempo, y yo creo que me he confrontado mucho con mi padre,
¿no?, porque no le he dado valor y porque, mi padre también ha estado muy
callado, ¿no?, mi padre muy, es muy, es muy hermético, muchísimo: nunca
sabe lo que siente, lo que piensa, es todo muy negador, es decir, su mundo
interno… no sabes, ¿no?
At: ¿Y el contacto que tenías con él…?
Jd: Y, y el contacto era muy, con poca relación, porque mi padre tampoco
es nada afectivo, es decir, ehhh, y entonces, ehhh, yo he visto mucho que
negaba a mi padre, ¿no?, y yo no le daba nada de… de confrontar mucho, y a
veces con falta de, le he faltado respeto, ¿no?, en el sentido de que, bueno…
una confrontación que, a veces muy típico de la adolescencia, ¿no?, pero yo
creo que va más allí, ¿no?, va más basado en la adolescencia, ¿no?, es un
poco… y yo creo que también es un poco… supongo que a nivel interno es un,
un no reconocerlo, ¿no?, y saber, no darle valor, ¿no?, yo creo que, hummm,
yo creo que lo debes hacer es dar valor a tu padres, sea como sea, ¿no?, sea
buena persona, sea mala, porque algo te aporta, o algo tiene, ¿no?
At: Humhum.
Jd: Y ahora yo estoy en esa fase de intentar acercarme y ver lo que mi
padre tiene de bueno, por lo que… y lo que me di cuenta es que soy… igual
que mi padre, es decir, en la realidad, quizás he estudiado más, quizás me he
trabajado más determinadas cosas, pero en realidad acabo siendo igual, ¿no?,
porque a veces me salen algunas cosas que son iguales a mi padre, ¿no?, y
me preguntas que eso tiene de bueno… ehhh, antes te lo he dicho que él es
una buena persona, pero (sonreí), pero no sé si eso te sirve mucho… es
verdad, es verdad, entonces… yo creo que mi padre es una persona muy
honesta, es muy, es muy autentica, sí, no, no tiene máscaras, ni… es como
181

muy simple, muy… de la misma forma que es muy hermético, muy… entonces
muy honesto, muy, una persona muy honesta.
At: ¿A pesar de no conseguir expresar sus…?
Jd: Sí, es muy autentico, sí. De hecho, te lo digo de verdad, no te lo digo o
porque sea mi padre, o porque… y es una cosa difícil, ¿no?, yo creo porque…
At: Sí.
Jd: Me gustaría ser honesto con… (risas). No sé si quieres saber eso en
relación a mi padre, pero…
At: Cuando dices que eres igual a él, ¿en qué eres?
Jd: Por ser cerrado, ehh, por… sí, por ser cerrado, a veces también soy
um poco iracundo, es decir, me cabreo, ¿no?, pero luego no soy nadie, es
decir, mi padre puede, puede gritar mucho en un momento dado, no sé qué,
pero, luego, es decir, es incapaz de matar una mosca, ¿no?
At: Humhum
Jd: Y, y yo que, eh, ahí, es como esa, esa rabia, ¿no?, que, que no sale, y
luego te va para dentro, ¿no?, y luego me callo, y cuando tendría que
cabrearme con algo, es decir no lo hago, ¿no?, eh, y me va para dentro, ¿no?
At: Y tu buscas trabajar justo eso…
Jd: Hum, bueno, esto… yo creo, y te voy a hablar quizás en un nivel
mucho… a mi me gusta plantear, eh, y ahora voy hacer una cosa un poco rara,
pero… me gusta plantear los temas de género, de, de género no, de, de
masculino y de femenino, en relación a un tema mucho energético, es decir,
ehhh, que creo que quizás tenga menos connotaciones, y es mucho más claro,
¿no?
At: ¿Energético?
Jd: Energético, en el sentido de que, por ejemplo, eh, si habláramos de lo
que es el Taoísmo, o sea, las tradiciones, eh, más Orientales, lo masculino
sería lo que rompe, lo violento, lo duro, ¿no? (cada palabra las hace
acompañar de un golpe de una mano contra otra), y lo femenino sería lo
contrario, ¿no?
At: Sí.
Jd: Entonces, ehh, creo que el tema está por ahí, ¿no?, es decir, que uno
tiene que trabajar su parte masculina y su femenina, ¿no?, y son como
principios energéticos, más allá de, de categorías sociales, que obviamente lo
tienen, pero, pero yo creo que el tema está por ahí, ¿no?, es decir, tenemos
que trabajar nuestra masculinidad, es decir que, cuando nos están agrediendo,
saber responder…
At: Humhum.
Jd: …sin hacer daño, es decir, ¡parar!, ¿no?, y eso es muy masculino, es
decir que: “¡no, no me hagas daño, ojo, porque aquí estoy yo!”, ¿no?, entonces
hay un límite y es muy masculino.
At: Humhum.
Jd: Y luego también la parte femenina, ¿no?, que, que es una parte, pues,
pues, quizás muy distinta, ¿no?
At: ¿Tu sabes de algún libro que hable de eso?
Jd: No. Te lo he dicho… (risas). No, pero… yo creo que, ehhh (pausa), es
que estoy, yo creo que…
At: En mi trabajo yo también planteo un poco eso…
Jd: A ver, es que plantear estos temas desde una perspectiva, digamos,
de lo social, es complicado, ¿no?, porque no deja de ser, no deja de ser como
182

categorías quizás un poco metafísicas, ¿no?, y lo social, yo entiendo que es,


que es complicado como, como hipótesis, como algo… pero, a nivel personal lo
tengo clarísimo, es más censillo, y es más, los, lo veo perfectamente, es decir,
hay mujeres con patrones muy, muy masculinos, ¿no?, y… y hombres con
patrones femeninos, pero que, a veces, los hombres buenos que, quizás tiene
una madre muy potente, o que sean preocupados por estar en grupos
igualitarios, tienen comportamientos muy femeninos, y que deberían tener
comportamientos masculinos a veces, ¿no?, es decir, y es lo que a veces
quiero, ¿no?, es decir, saber donde… a veces tengo que sacar mi
masculinidad, ¿no?, como también a veces tengo que sacar la feminidad…
At:
Jd: Que puede, que no encuentre mi masculinidad no quiere decir que
tenga mi feminidad clara, es decir, creo que primero tengo que encontrar mi
masculinidad para, luego, saber lo que es feminidad (habla sonriéndose), es
decir, que no porque los hombres, esos igualitarios, estén por ahí, quiere decir
que tengan claro la feminidad, ¡mucho menos!, lo están ¡es en la confusión de
lo masculino/femenino! (habla sonriéndose), ¿no?, pero… ¿no?... no sé.
At: Sí, sí, sí. Yo también me planteo… Y, habla un poco de tu madre…
Jd: Mi madre… ¡Mi madre es muy potente! (risas), tiene mucha fuerza.
At: ¿Es autoritaria?
Jd: No, no. Es muy más autoritario mi padre, pero mi madre es una madre
muy, muy madre, ¿no?, y eso quiere decir que, que, excesivamente madre,
ehhhh, una madre de esas que…
At: ¿Protectora?
Jd: Sí, muy protectora, muy, con un amor muy fuerte, muy incondicional,
tanto que ‘come’, ¿no?, es decir, un exceso de… ¿no? Y yo siento que mi
madre, pues, bueno, está muy presente, ¿no?, es decir, yo creo que se ha
‘comido’ mucho a mi padre, mi, pues, también se deja ‘comer’, pero, y yo creo
que, bueno, yo me siento, en realidad, yo tengo un conflicto con mi padre como
muy, muy, muy evidente, pero realmente lo conflicto lo tengo yo con mi madre,
¿no?, es decir, de diferenciarme ¿no?, es decir, eh… claro, una madre muy
potente, con unos modelos femeninos muy fuertes, pues, muy fácil que uno
sea… esté en un grupo de hombres (habla sonriéndose) igualitarios, ¿no?,
aunque mi madre no tenga mucho menos una concepción de feminista, porque,
también, es de otra generación, ¿no?, eh, mi hermana, quizás, ha estado más,
en algún momento en temas de feminismo, pero… lo que quiero decir es que
mi relación con mi madre es muy fuerte, ¿no?, y yo he tenido que defenderme
mucho, y aclarar realmente cuál es mi, mi identidad y donde estoy yo como
hombre, ¿no?, porque, a veces me siento mucho al lado de la mujer, ¿no?, y
muy… por ejemplo, yo, en las relaciones de pareja, ehhh, me he sentido mucho
acercándome a las mujeres como, muy como amigo, ¿no?, ¿si entiendo que
una mujer me gusta, no?, pero, acercándome como amigo y no, hummm,
queriéndola conquistar, pero no, no sabiendo decir: “no, no es que, esta chica
me gusta, y quiero conquistarla y voy a, voy a ser masculino”, es decir, una
cierta agresividad, es decir, ir ahí, es decir, no es que me gusta, ¿no?, y yo voy
por un camino, pues, más por un lado más ambiguo, más amigo, ¿no?, y eso,
eso, eso a mí me provoca, o me ha provocado, eh, conflictos, porque es
confuso, ¿no?, porque, luego, la relación que tienes como amistad, hummm,
¿no?... no sé se me explico…
At: Sí. Yo también soy así…
183

Jd: También eres así… (risas). Y, para mí es un problema, ¿no?,


personal, ¿no?, ha sido un problema, ¿no?, y, y a veces, ehhhh, a veces, es
decir, por ejemplo, con amigas, ¿no?, que está, a veces, con amigas, ¿no?, no
la chica que conoces… donde, donde tu ves que, que uno no tiene una relación
con ella por lo que sea, ¿no?, porque un día me puse en un rollo, estás en
búsqueda que realmente, y es una amiga que es muy próxima, ¿no?, eh, y no
te ves a plantear una relación… una relación no quiere decir salir con ella, sino
tener una relación sexual, o lo que sea, ¿no? No plantearte esto, porque
sintiéndote culpable, ¿no?, como mal hombre, ¿no?, que la traicionas, ¿no?,
pero, claro, si es hombre bueno, eres un amigo, ¿cómo vas a, a, a… a decirle
que te gustaría besarla en este momento?, ¿cómo te vas a acostar con ella, le
estás traicionando, ¿no? Igual ella tiene ganas, igual no, ¿no?, pero… temas
como muy absurdos, ¿no?, es decir: ¿qué pasa?, ¿qué está pasando aquí,
no?, es decir, es negarme completamente mi deseo, ¿no?, es decir, es negar
mi deseo y no encontrar un de comportamiento que pueda canalizar lo que
estoy deseando, mi deseo en ese momento, ¿no? Y ahí hay una confusión muy
grande, ¿no?, y, y lo vivo problemático, o lo vivía (risas).
At: Yo vivo eso…
Jd: Tú lo vives, claro.
At: Para mí es difícil.
Jd: Es difícil, es difícil.
At: Tu dijiste que todo rompimiento que hace daño, ¿no?
Jd: Sí.
At: ¿Y fuiste tú que rompiste o ella?
Jd: Sí.
At: Tu. Bueno, volviendo al grupo, ¿cómo definirías un grupo de hombres?
Jd: Bueno, yo no te sabría decir (risas)… Ehhh, cómo definiría al grupo…
(habla a sí mismo en voz paja).
At: Bueno, tu grupo.
Jd: Yo, ahora en estos momentos el grupo de hombres, yo creo que hay,
hay un problema, que, a la vez, es una ventaja, y es que, hummm, yo creo que
somos amigos, ¿no?, y, entonces, a la hora de definir el grupo, me he estado…
me doy cuenta que a veces lo podría definir como un grupo – que no lo es,
¿eh?, y, y, y no queremos que lo sea, ¿no? – pero en algunos momentos es un
grupo de apoyos de compañeros que, que… que un poco tienen la concepción
de amor, eh, parecida, eh, a nivel de trabajo personal que quiere hacer, el
trabajo a nivel, pues, de trabajo más, con, con, con lo de fuera, ¿no? Y, y, claro
eso me provoca confusión, porque… porque, el grupo un poco como lo
personalizo, por eso te digo qué es un grupo de hombres, no, te puedo decir
que es (dice el nombre de su grupo), ¿no? Si quieres un definición más, más
genérica, de lo que podría ser el nuestro grupo, lo que puede ser como modelo
de grupo de hombres, ehhh (pausa); a ver, sería un grupo en el sentido de
asociación, es decir, de personas que se asocian, que se asocian entre
comillas, que se reúnen, ¿no?, para, para conseguir… una asociación tiene un
objetivo, ¿no?, puede ser una asociación deportiva, o de cualquier tipo, pero yo
creo que el grupo de hombres, o lo que debería ser un grupo de hombres, es
una asociación, es decir, como un movimiento que intenta hacer cambios,
ehhh, en su entorno, ehh, desde lo personal, no solo desde la perspectiva de
género.
At: O sea que, no es un apoyo, es un…
184

Jd: Sí, yo lo veo mucho como un grupo de apoyo.


At: ¿Apoyo?
Jd: Veo sí. Pero, yo creo que el grupo, eh, más allá del grupo de apoyo,
tiene valor como movimiento, es decir, o como ejemplo de, de asociación de
personas que se reúnen y, y la reunión cría como una, una energía, o una
fuerza que, que, digamos, que, que tiene efecto en su entorno, ¿no?
At: ¿Movimiento, en términos sociales?
Jd: No. Ahhh…
At: En términos de reproducir…
Vçn: Sí, sí, sí. Yo creo que sí y, además, yo creo que, ehhh, lo
político va por ahí, es decir, yo, yo creo, creo y quiero, que hayan
cambios, ¿no?, sociales, sociales, ¿no?, y a nivel político, pero, como te
decía, todo tiene que ser mucho más micro, yo creo que, de la misma
forma que, ehhh, no sé, unos campesinos se reúnen para hacer una
cooperativa, para trabajar la tierra, ¿no?, y tener, pues que, porque creen
que eso es otra forma de relación con la tierra, pues quizás más
ecológica, quizás sin tener la propiedad privada, lo que sea, ¿no?, eh, lo
grupo de hombres sería un ejemplo a un nivel más de temas, pues, de
género, de relaciones humanas, yo creo que es muy de relaciones
humanas…
At: Humhum.
Jd: …más que de género. Pero, eso, claro, el denominador común es que
somos hombres, y es que, el modelo social que tenemos es claramente
patriarcal, ¿no?
At: Sí.
Jd: Y yo creo que es la clave de todo, porque el capitalismo es claramente
patriarcal, las relaciones que hay son claramente patriarcales, ¿no?, con lo cual
un poquito, hummm, lo que nos interesa es hablar qué quiere decir patriarcal, si
esto es, si patriarcal es sinónimo de masculino, o ‘masculino’ quiere decir más
cosas, y, y qué cosas quiere decir.
At: Humhum. Ehhh, ¿puedo colocar en el trabajo que tu defines hombre
igualitario como ‘hombre bueno’?
Jd: No. (Risas). Yo, cuando digo ‘hombre bueno’, lo digo en el sentido,
ehh, irónico.
At: ¿Sí?
Jd: Porque insisto que, no, porque es una connotación que no, que no me
gusta, porque puedes estar colocando nombres de “buenos” y “malos” y, y no
creo que… Sí, yo creo que, que el tema está más sutil, y ahí está la gracia,
¿no?; precisamente, un hombre igualitario no es bueno (risas). Un hombre
bueno se muestra por sus actos, no por su, por lo que digas que es, ¿no?
At: Ahmahm. Entonces, ¿no defines el hombre igualitario?
Jd: Yo, cuando digo ‘bueno’, es, insisto, lo digo al nivel cómico, porque es
‘bueno’, es ‘bueno’ porque, porque no será un violador, por, a nivel externo, no
puede ser un violador, porque no le pega a su mujer, ¿no?, entonces, digamos,
que son hombres buenos, pero puede hacer cosas mucho más peores, ¿no?,
es decir, hay muchos tipos de violencia, no solo física, hay también simbólica,
¿no?, es decir, ehhh, y puedes machacar a tus hijos de formas mucho más
sutiles, ¿no?, y hay violencias masculinas que son físicas, pero hay violencias
que son más de energía femenina, ¿no?, que son mucho más sutiles, ¿no?, y
mucho más psicológicas, que no se ven, pero que son tan temibles como las
185

otras, ¿no? Entonces, un ‘hombre bueno’, ehhh, puede utilizar cualquier tipo de
violencias… un ‘hombre bueno’ es un hombre no violento, pero bueno lo que
estaba diciendo es sencillamente todo lo contrario (risas). Todos nosotros
tenemos todo en potencial, ¿no?, y yo creo todos somos violentos, hombres y
mujeres, y tenemos momentos en los que, eh, nos apetecería, pues, con
romper una puerta, pegarla un bufete porque estaba nos puteando toda la vida,
¿no?, pero se trata de canalizar esta energía, ¿no?
At: Sí.
Jd: O por lo menos amenizarla.
At: ¿Entonces, no defines el hombre, este hombre diferente?
Jd: Pues, yo creo que es un hombre que, que se cuestiona… un hombre
igualitario, pues, es el hombre que se cuestiona… Que el cuestionamiento sirva
de algo, ¿no?, esto es otra cosa; pero, que se cuestiona, pero eso es muy
positivo, ¿eh?, eso es muy positivo.
At: Humhum. Un hombre auto…
Jd: (Risas) auto-cuestionado… sí.
At: Ehhh, bueno, ya está...
Jd: Ya está (risas).
At: Una última pregunta: ¿cómo tu pasas ese aprendizaje del grupo para
tu vida?
Jd: ¡Ufffff! Es muy difícil, porque, en realidad a veces hablamos, y
hablamos, y en eso nos quedamos, ¿no? Yo creo que un valor importante del
grupo es que el grupo, ehhh, no es dialogal, en el sentido que solo, diálogo a
nivel intelectual, sino que el grupo está vivo y que implica interrelaciones, y que
el grupo tenga interrelaciones quiere decir que, que yo me puedo tener
interrelaciones con uno del grupo y que en un momento dado, eh, me apetezca
mucho abrazar uno del grupo, ¿no?, o solidarizarme porque siento que su
historia a mí no me suena, ¿no? Y, y yo creo que el grupo está muy vivo en ese
sentido, es decir, es como un pequeño, bueno, una pequeña… “laboratorio de
vida”, ¿no?, y donde uno, entre unos y otros nos cuestionamos y nos
confrontamos, ¿no?
At: Humhum.
Jd: Y eso, es decir… eso, como pequeñas prácticas, ¿no?, es decir, yo
estoy tomando conciencia, pero no es decir de que, de que quiero hacer
grandes cosas, y lo llevo aquí, es decir, de tomar conciencia… ahora que estoy
hablando contigo, que no eres del grupo, y hablo que veo que no funciona,
pues, sacarlo y ver como lo resuelvo, ¿no? Y ahí, en un entorno que es seguro,
que es seguro porque el grupo me protege, entonces los del grupo nos
protegen, porque, nos conocemos, ¿no?, en ese entorno seguro es donde yo
puedo empezar a trabajar y, y a tomar conciencia, ¿no? Y luego salimos a la
calle, donde ya no hay grupo que te protege y donde, hummm, tienes
cotidianamente mil cosas, donde te apetecería, pues, poder canalizar lo que
sea, y no puedes o, o te lo planteas, pero te das cuenta que no, que el
feedback que recibes no es así, ¿no? Es, bueno, son pequeños cambios.
At: Esta palabra “proteger” es la primera vez que estoy oyendo… define
mejor… ¿cómo que el grupo protege?
Jd: El grupo protege quiere decir que, si me enfado contigo… porque…
At: Yo no soy del grupo…
Jd: No, digamos que eres del grupo, el ejemplo que te pongo como se…
no, si tu eres del grupo, ¿vale?...
186

At: Sí.
Jd: …me enfado contigo, pues, porque me has hecho una putada, o por
cualquier cosa… yo te lo puedo decir…
At: Ahmahm.
Jd: … y intento decir cómo me siento y, si pienso que, que tu has
comportado de una forma idiota, te lo tengo que decir, por lo que siento, ¿no?,
entonces, eh, en el entorno del grupo tu también tienes que decir de lo que tu
sientes…
At: Ahmahm.
Jd: …y sabemos que en el grupo es seguro, es decir, que los otros están
mirando, están un poco haciendo de mediadores… y eso es la seguridad que
da el grupo, ¿no?
At: O sea, ¿tu puedes utilizar de forma más concreta tu masculinidad, en
términos de ser más duro, sin miedo de hacer daño, ¿no?, y ejercitar eso…?
Jd: Sí, de hacer daño, o… de hacer daño, o… en el momento empecé a
llorar y… pues, no sé… lloro y sé que puedo explicar lo que sea, ¿no?, y yo
digo y sé que el grupo está ahí para sostenerme, ¿no?, eh, y, me sostiene y me
conduce, ¿no?
At: Entonces, ¿el sentido de proteger sería de no, no, no juzgar…?
Jd: No juzgar… es el trabajo del grupo, es no juzgar, ¿no?, ese, ese es el
trabajo, ¿no?
At: Humhum.
Jd: (Pausa) Sí, sí. Yo te tengo que decir que… ¿tu has hablado con (dice
el nombre de un compañero suyo, del grupo, que es psicólogo)?
At: Aún no… él no quiere (risas).
Jd: ¿No quiere…?
At: No (sonriéndome).
Jd: Bueno. Ehhh, yo creo que él, ehhh, en el grupo de hombres – ese es
un tema personal mío que, es mi opinión, ¿eh? – él tiene, ha tenido mucha
fuerza a la hora de definir el grupo, ¿no?
At: ¿De definir?
Jd: De definir, cómo es el grupo, ¿no?
At: Humhum.
Jd: Y yo creo que creo que el grupo, como, como nació… yo no estaba,
pero nació a partir de unas jornadas de temas de igualdad… la gente que
empezó, mucha era gente, era que venía, hummm, como José (otro
entrevistado), José es un poco el, el “padre”, ¿no?...
At: Humhum.
Jd: …tenía un activismo muy fuerte en temas de feminismo, en temas
sociales, y mucha gente del grupo venía de por ahí, ¿no?, y yo creo que, con el
tiempo, el grupo, y las personas que hemos estado en el grupo, ehhh, eso ha
ido se disolviendo, y hemos entrado más, a un nivel más personal, ¿no?
At: Humhum.
Jd: Y era eso que me interesaba, es decir, yo no voy a reivindicar temas
de género especialmente, es decir, que tengo una ideología que lo puedo decir
que; pero, no… a ver, me importan tanto los temas de género como puede me
interesar los temas de ecologismo, es decir, entiendo que todo forma parte en
torno de lo mismo, quiero decir, que la conciencia social por temas que no
funcionan o temas que se puede mejorar, es decir, que, para mí es género no
es que sea una prioridad, para mí el género es un componente más de las
187

relaciones políticas que todos tenemos, ¿no?, y, y la política es con, con el otro
sexo, con nuestro sexo, con las mujeres, con el medio ambiente o, puramente
político, que es con el económico, ¿no?
At: Una pregunta que me pasó es… los otros compañeros que he
entrevistado (dije los nombres suyos), casi todos tienen una cierta relación con
la iglesia y/o con movimientos sociales, así que te pregunto si tu también la
tienes.
Jd: A ver, eh… te puedo dar una respuesta y no sé si va a servir… que yo
entiendo, o sea, que sería un poco profundo, que ahora mi se ha ocurrido como
una hipótesis… de trabajo (sonreí), eh, a nivel antropológico, pero… sí, yo
tengo una conciencia política, es decir, me podría etiquetar, entre comillas, más
izquierda o más de derecha, ¿no? Eh, pero más allá de aquí, mi concepción no
es puramente política, sino es, hummm, yo creo que es una sensibilidad a
respeto de cómo estar en el mundo, que puede ser, quizá, más de tipo
espiritual, ¿no?, y eso lo tengo, y mucho, pero no a partir de ninguna, de
ningún movimiento, ni religioso, pero sí que a nivel, a nivel personal hay
inquietudes espirituales muy fuertes, aunque no, no esté en ninguna iglesia, en
principio no religiosas, aunque tenga muchas inquietudes (habla sonriéndose),
¿no?, pero… pero no sé si el denominador común… no sé… pero, por ejemplo,
José (compañero suyo ya entrevistado) es lo que más conozco de los que tu
has dicho…
At: Humhum.
Jd: Ehhh, José es muy contrario a, es decir, a concepciones un poco
religiosas del mundo, él es muy, trabajador social, es muy, muy materialista
dialéctica, ¿no?
At: Humhum. Él fue seminarista…
Jd: Fue seminarista, precisamente, quizás, por eso… (risas).
At: (Risas) Sí, é dijo. Yo también fui seminarista…
Jd: También fue seminarista…
At: Y hoy ya no… (risas).
Jd: ¿Hoy ya no?
At: (Risas) No. Entonces, tu idea de justicia, creo, buscaste en la
Sociología, ¿no?
Jd: ¡Ufff! Yo me… el hecho de estar en Sociología, yo que es, más que en
temas de justicia, es… igual me repito, ¿he?, pero, en mi caso, ¿eh?… es más,
un poco buscar cuál es la naturaleza de, del hombre, ¿no?, del hombre o, o de
los procesos del hombre en las sociedades, o las culturas, y más por ahí, ¿no?,
en mi caso, ¿eh?
At: Humhum.
Jd: Que, quizás, a veces puede ser más antropológica, o psicológica, o
más filosófica, ¿no?, pero va más por ahí. Eh, que sí, que puedo tener
conciencia social, y que me puede interesar… pero, en realidad, lo que me
interesa más, más, más, es el tema de saber más,,, que quizás es un tema
más filosófico, más metafísico, ¿no?
At: Hummm.
Jd: Por ahí va…
At: Y… acabaste no hablando del tema de la igualdad…
Jd: El tema de la igualdad… Es que, supongo, que también, ehh, claro, a
nivel de familia, o a nivel de, a nivel… del entorno social, ehhh, los temas de
género, hummm… A ver, nunca se han planteados en mi vida, es decir, que es
188

un tema que es un lío muy grande, ¿no?, y que tampoco no, no viví temas
realmente de género dramáticos, como puede ser, pues, violencia de género,
eh, que son realmente temas que te hacen plantear más, quizás me ha venido
más, más de rebote, ¿no?, por eso digo que, para mí es importante, pero es un
elemento más, ¿no?
At: Humhum. Entonces, entiendo que los dos motivos más fuertes que
hicieron a ti buscar el grupo fueron tus relaciones familiares y con las parejas,
¿no?
Jd: Sí, pero mi, mi, mi adhesión al grupo, es decir, yo, ahora, pensando,
eh, mi interés en estar en el grupo, yo que hay mucha gente que empezó en el
grupo por temas realmente más políticos, ¿no?, o sea, más de movimiento
social, ehhh, en mi caso, para nada, ¿no?, es decir, hay más una interrogación
respeto a quien soy y, que otro tema...
At: Humhum.
Jd: Y yo creo que el grupo, también cambia, es lo que te decía antes,
¿no?, gente que estaba con intención mucho más política, hummm, como
José, yo creo que ha cambiado mucho su discurso, ¿no?, y ha cambiado su
discurso, además, también desde la autorreflexión, es decir, a ver que estoy,
con lo político, qué es que estoy tapando, ¿no?, porque a veces, muy más
hacia fuera, es decir… y gente que estaba con, quizás, con una concepción
mucho más política, o se ha ido, o… sí, sí; o sea… no sé si has entrevistado a
Rafa.
At: ¿Sí? Ya lo he entrevistado.
Jd: Rafa es muy interesante, o José… tiene mucho trabajo (risas) a nivel
profesional y…
At: Sí. Ahora están haciendo un proyecto sobre salud, salud del hombre.
Jd.: Hunhum.
At: Bueno, ¿puedo hacerte una foto?
Jd: Buen, hace… no la publiques (risas).
At: No, no, es para mí, como recuerdo.
Jd: Vale, vale.
At: Está muy bonito así…
Jd: ¿Quieres que apague la luz?
At: No, creo que está así está bien.
Jd: Como quieras. Pero no la publiques (risas).
At: No, no, no. Es para mí.

(Hice dos fotos de él)

At: Muy bien Jordi, gracias; gracias por tu cariño (risas).


Jd: (Risas). ¿Quieres que yo te acompañe?, por lo menos por medio
camino…
At: Sí, sí, me gustaría sí.
Jd: Vale.

Él me ha llevado hasta el metro y, durante el camino me iba explicando lo


que encontrábamos, como naranjos que están en su calle, una iglesia con
características peculiares, etc. Hablamos de mi condición de extranjero; él me
ha explicado las maneras y posibilidades de quedar en Barcelona, al final de mi
189

curso, y dijo que mandaría informaciones para mí a través de internet. Nos


despedimos con dos besos en la cara, y me fui.

1.4- Marc

11/02/09, 09h.
Local: Col-legi d’Educació Infantil i Primària Pompeu Fabra, del Adjuntament de
Barcelona.
Antonio: At.
Marc: Mc

Después de enseñarme un poco del colegio y de explicar que la sala


donde íbamos a quedar era de atención a los alumnos inmigrantes que llegan
al colegio, empezamos:

At: Tus datos personales


Mc: Marc, 45 años, trabajo en profe y, más o menos, hago también
investigación sobre género y un curso de crecimiento personal…
de profesionalización?
Mc: no, por placer. El conocimiento es un placer (risas)
At: no haces curso de género…
Mc: Eh… (pausa) doy a menudo asesorías y cursos sobre temas de
género, y a la vez estudio temas de género.
At: hiciste máster?
Mc: no.
At: Ah, no?
Mc: en realidad soy licenciado en humanidades, psicopedagogo,
diplomado en administración de empresas, maestro con 5 especialidades
experto en formación de lingüísticas, y creo que ya está (risos); llevo a medio
sociología y ciencias políticas que nunca terminé, me quedé en el tercero…
- en la universidad…
Mc: en la universidad.
At: tienes pareja?
Mc: sí, sí. En Julin, y… desde hace 9 años
At: con quién vives hoy?
Mc: con Julian, pero a ratos… de miércoles a domingo vivimos juntos, de
lunes a miércoles no.
At: ¿no viven en un mismo piso?
Mc: sí, de miércoles a domingo, porque, al miércoles es, al medio día
termino de trabajar aquí en Barcelona y subo a [dice el nombre de la ciudad], y
estoy allí hasta el domingo. Pero, domingo por la noche, y lunes por la noche y
martes por la noche estoy aquí.
At: entonces tu vives en…
Mc: sí. Estoy empadronado allá.
At: está lejos, no?
Mc: 160 Km.
At: hablar contigo es difícil, ¿no? Para marcar un horario…
Mc: por eso te he sugerido hoy, porque estoy aquí.
190

At: la siguiente pregunta es una pregunta general: ¿qué haces con el


tema de género, qué trabajos haces?
Mc: bueno, 1- leo y estudio, 2- escribo, 3- publico, 4- participo de un grupo
de hombres…
At: aquí…
Mc: sí, hombres por la igualdad, 5- doy muchas charlas de formaciones
sobre el tema, por ej., curso de verano, p. ej., colégios, p. ej. Ayuntamientos, p.
ej… (pausa) lo que es lo último que he hecho… asociaciones de vecinos, o
partidos políticos… eso es lo que hago en el tema de género y masculinidad.
At: con talleres?
Mc: sí, hago talleres, o hago charlas… o asesorías.
At: Aha.
Mc: un taller implica la participación de la gente, y que en teoría todo el
mundo va a llegar a algunas conclusiones más o menos conocidas a través de
unas actividades ‘activas’, por eso se llaman ‘actividades’, on al cual es hace
un discurso, on al final tenemos un debate… pero el debate ni siempre ocurre,
por eso son charlas con debate; y una formación, o una accesoria implica… el
ir a un sitio y dar unos recursos concretos a otras personas para que aborden
su trabajo político o educativo.
At: y el público son mujeres, o hombres?
Mc: Hum… mayoritariamente mujeres, excepto cuando haces un curso
para, para los políticos, que son mayoritariamente hombres.
At: siempre más mujeres…
Mc: claro, es que todo que hace parte de educación es mayoritariamente
femenino, y también en algunas charlas hay más mujeres que hombres.
At: Y… y los políticos… son políticos de partidos…
Mc: sí, que están en la administración local, en general, o consejos
comarcales. Consejos comarcales son agrupación de ayuntamientos.
At: Y, ellos quieren trabajar género y, y piden la asesoría…
Mc: sí, ellos quieren… ya están trabajando género, y quieren saber qué
quiere decir masculinidad, y que quieren a trabajar a los hombres, y yo… voy.
At: son los que hacen las leyes, ¿no?
Mc: sí, ellos… hacen las leyes locales, pero, claro, hay los que hacen las
leyes del parlamento de Catalunya o del Parlamento del Estado, o el
Parlamento Europeo. Ellos aplican las leyes a nivel local, y pueden hacer… yo
que sé, es… acciones locales como, p. ej., decir que tal ayuntamiento va
tener… va dedicar el 15 mil para una jornada para la formación, para dar
subvenciones a asociaciones de su… municipio y su… ciudad.
At: bueno, sobre los grupos de hombres, qué se define como ‘grupos
igualitarios’? ¿Cómo tú defines eso: igualitario?
Mc: (Pausa) Yo le llamaría… ah, es difícil porque… encontrar una palabra
que sea universal, no sé… pero, creo que un hombre igualitario es aquel que,
eh… busca su identidad rechazando la misoginia y la homofobia. Y por tanto
actúa… (pausa) desde un nuevo modelo de masculinidad. Básicamente.
Porque la masculinidad se construye básicamente a partir de la diferencia de la
superioridad; cuando tú renuncias a esta diferencia para, y a esta superioridad,
eres un hombre igualitario. En concreto debes suprimir la homofobia… Por ej.,
hay mucha gente que habla de los hombres ‘marikas’ con ‘k’, es decir, aquellos
que renuncian a la orientación sexual como algo fundamental, sino que…
At: ¿con ‘k’?
191

Mc: sí, con ‘k’, diferente de con ‘c’… (risas), y…


At: ¿cuál es la diferencia de marika con ‘k’ y marica con ‘c’?
Mc: Ah, exacte… uno con ‘k’ quiere decir que un hombre puede…
exacte… eh, con ‘k’ uno puede ser o homosexual, o heterosexual, pero no es
algo… (pausa) no es algo que le importe ‘un rábano’, ¿vale?
At: vale.
Mc: exacte, entonces el rábano es claramente un insulto; cuando la
persona es capaz de coger el insulto y autoaplicárselo, lo transforma en… es
que da igual… yo puedo ser heterosexual, pero veo a los demás con igualdad,
al margen de su identidad sexual.
At: Espera, la diferencia entre los dos… la gente puede llamarme de
marika…
Mc: tu te puedes definir como marika con ‘k’…
At: Ah…
Mc: Es decir, a mí me da igual lo que la gente haga, ¿vale?
- Uhhhmmm…
Mc: en cambio los ‘otros’… un heterosexual que se llame a sí mismo
como un... Ahhhhhhhh!!!, marica con ‘c’, se murirá de un infarto… “yo no soy,
yo no soy, yo no soy…” (risos) por qué, porque se siente superior y por eso se
siente degradado al ser nombrado así. Aquél que no se siente degradado, es
un marika con ‘k’… es una forma de decirlo. Otra forma de decirlo, es un
‘hombre violeta’, por ejemplo… un hombre que asume que es profeminista,
podría ser… (sonreir), o la otra opción…

(entra un profesor en la sala para coger una jaqueta y dice “buenas


tardes”; él lo saluda rápidamente; el profesor luego sale)

Mc: ya me falta palabras, todavía… eh, yo le llamo la ‘intersexualidad


lesbiana’ (risas) el hombre que es capaz de relacionarse con mujeres
heterosexuales, pero no desde el mandado del patriarcado, sino desde el
mandado del lesbianismo que básicamente son aquellas mujeres que han
renunciado al patriarcado y deciden construir las relaciones a partir del amor.
At: no sería ‘feminismo’ ¿no?
Mc: pues podría ser, pero también hombres profeministas… es que es
difícil definir, ¿no?
At: sí.
Mc: por eso hablo de ‘hombres violetas’, ‘hombres heterosexuales
lesbianos’, marikas con ‘k’ (risas).
At: Uhmmm…
Mc: ‘hombres completos’ también podría.
At: ‘hombres completos’…
Mc: porque implica que los otros no son completos, porque han
renunciado a sus emociones…
At: uhmmm…
Mc: ¿vale? Y entonces, ehhhh… a partir de ahí, solo un, una, un grupo
de… un nuevo, de grupos igualitarios, son los hombres completos los que, al
igual que tienen con la asertividad, con la fuerza… la masculinidad, incluyen la
comprensión y el cuidado con los demás en el centro de sus vidas.
At: ¿En tu trabajo aquí (en la escuela), practicas esta… teoría?
Mc: practico lo que puedo… (sonreí) sí.
192

At: tu es solo profesor…


Mc: solo soy profesor… (risas) pero, ser profesor es mucho… (risas)
At: Claro, pero pregunto si tu participas en las decisiones pedagógicas…
Mc: sí, claro, claro. Sí, porque trabajamos en equipo, pues eso está claro.
Es que se trabaja por claustro, aunque haya equipo directivo.
At: sí, sí.
Mc: pero, todo el trabajo de género, es un trabajo que la escuela está más
o menos eh… en marcha. Se va hacer mucho más, ¿eh?
At: Uhmm…
Mc: pero los avances colectivos son más lentos que los individuales…
Mc: sí, y cuando es una institución pública…
Mc: claro, es más lento, ¿no? Pero, aun así hay un trabajo muy conciente
de masculinidad y de feminidad…
At: ¿sí?
Mc: es decir las, las mujeres deben de ocupar el espacio público, y se les
anima para que… (pausa) para que tomen iniciativa, para que no se valoren
por la belleza, para que… Y a los chicos, se les anima para que tengan en
cuenta los sentimientos, sean capaces de hacer cosas que tradicionalmente
son de chicas, sean… y aun que se cuidar bastante.
At: Y hay capacitaciones para los profesores?
Mc: ehhhh, tenemos espai de interrelación, y... hace algunos años que
hicimos… pero hace muchos años, es que es muy tradicional este colegio…
igual hace… 12 años…
At: Yo estaba viendo que fue fundado en 2003…
Mc: este edificio…
At: ah…
Mc: pero es un edificio nuevo en una escuela de 50 años.
At: Ahhh…
Mc: entonces, así, creo, son 12 años, más o menos, hicimos un curso
so… que se llamaba, eh… “Todas y Todos” y, estuvimos todo el año
reflexionando sobre cómo incluir a las mujeres y… cómo hacer un proyecto
igualitario en el colegio… de género…
At: Uhuhmm…
Mc: e, bueno, hay una serie de cosas terminadas… de uso de lenguaje,
del modelo masculino y femenino, de… cosas más o menos básicas, pero que
son hechos en el colegio. En este momento quiero tratar un paso más allá: es
incluir la masculinidad igualitaria… y dar unos pequeños pasos ahí… pero…
es… quizá nos falte aún una formación para todos… pero, bueno, no está muy
mal dentro del grupo.
At: Y hay otros profesores que trabaje con el tema, ¿o no?
Mc: que trabaje con la masculinidad… hay…
At: por lo menos estén interesados por el tema…
Mc: sí… sí, y a veces hacemos fotocopias y repartimos con el claustro los
materiales, se los leen, sí… es decir… y con el equipo directivo tenemos
pendiente una formación de… un par de horas o… cuando digo formación,
claro, nos hablamos de formaciones… que igual son… dos horas semanales
durante un año, pero… esto significa un gran esfuerzo para el claustro…
At: ¿claustro?...
Mc: equipo de profesores.
At: Vale.
193

Mc: Entonces, solo pueden hacer una formación anual porque, si no


tendrían todos los días ocupados… y, eso significa que hay que escoger muy
bien un tema cada año… y como el tema de la igualdad de género se hizo hace
11 años, pues, volverá un día, de nuevo, pues de momento hay muchos otros
temas que se tocar, ¿no?
At: sí, sí, claro que sí…
Mc: es muy amplio…
At: es un mundo de problemas para trabajar. (Pequeña pausa).
At: ehhhh, dijiste que participas de un grupo igualitario…
Mc: sí.
At: y es de aquí, de Barcelona…
Mc: De Barcelona. Sí, con la… de hecho, va a legalizarse… [Marc
hablaba sobre la asociación, no sobre su grupo], pero nosotros tenemos la… la
versión catalana, por decirlo así, y… y, bueno, estamos con el tema del
estatuto de la nuestra legalidad, donde tenemos la cobertura legal de entidad
Estatal, pero esperamos que en dos meses seamos una institución
independiente.
At: y ¿cuántos hombres están participando?
At: Diez que pagan una cuota…
At: ¡¿diez?!
Mc: diez. Esto es la asociación.
At: Ah, bale. ¿Y el grupo personal?
Mc: yo estoy en un grupo de crecimiento personal, en el cual somos tres
hombres y dos mujeres. Y, abordamos el tema de la igualdad de género, pero
no únicamente el tema de la igualdad de género. Pero, todos los martes nos
reunimos, de 9h a la 1h de la madrugada para trabajar…
At: ¡¿9 a 1 de la madrugada?!
Mc: sí, porque es horario que nadie tiene compromisos (risas) pero, claro,
es pesado porque luego tengo que levantar muy pronto…
At: en el otro día… (risas).
Mc: y, claro, ayer fue dormir muy tarde… porque estuve en el grupo y,
claro… y trabajamos el tema de la persona completa; cómo ser personas
completas.
At: y, ¿son todos educadores?
Mc: no. Hay una profesora de la universidad, una enfermera, un profesor
de escuela de música y… un filósofo.
At: y, ¿cuánto tiempo existe el grupo?
Mc: Ah, tiene muchos años… yo llevo 5 años con ellos en este momento
(pausa) No, antes yo estaba en otro; aquél se disolvió, entonces entré en este.
En este debo llevar tres… en estos días llevo en cuatro.
At: y, cuántos son?
Mc: éramos más (risas), ahora solo somos 5.
At: disminuíu.
Mc: sí.
At: Bueno, tengo muchas otras preguntas, pero si tu quieres parar, hacer
una pausa…
Mc: vale, puede seguir.
At: y, el grupo se reúne aquí, en Barcelona…
At: sí.
At: Y ¿tiene un local fijo?
194

Mc: no, se reúne en casa de una persona.


At: Ahah. ¿Y cambia siempre de casa, o no?
Mc: no. Siempre es en la misma casa.
At: Cantidad: ¿cuántas veces en la semana se reúnen?
Mc: una vez en la semana.
At: todas las semanas…
Mc: todas las semanas, excepto los quintos… no excepto dos terceros
martes del mes. Son 3 martes en la semana, uno no; tres sí, uno no.
At: y por qué participas en este…
Mc: para ser una persona completa…
At: eh…
Mc: también, porque trabajamos todo un apartado de espiritualidad, que
nos parece fundamental.
At: ¿Qué?
Mc: es difícil de definir… (risas) pero es la capacidad de… experimentar…
que no, eh, creer… porque las creencias son ideología… de experimentar eh…
el significado de la vida (pausa) en la propia experiencia.
At: o sea, vivir la “experiencia de dios”, como dice la Teología de la
Liberación…
Mc: sí, sí.
At: ¿tu estudiaste teología, o…?
Mc: no, tengo el título de profe de religión, lo cual quiere decir un curso de
300 horas. O sea, que no es nada…
At: ¿está vinculado a alguna iglesia?
Mc: soy profe de religión por la iglesia católica, pero no soy católico…
(risas)
At: pero, trabajas religión a partir del cristianismo…
Mc: no, no, no tiene nada que ver, no tiene nada que ver. Por lo tanto
para ser una persona completa tiene que ver con experiencia. En el grupo
trabajamos eso, y dentro del trabajo se incluye, quiere decir, ser un hombre
completo, ser una mujer completa. Estamos en este trabajo definiéndolo
experimentalmente…
At: Uhuhmmm,
Mc: más que teóricamente.
At: y, se hablas en experimento, entonces las reuniones no son solamente
para hablar, sino que hacen también trabajo de cuerpo…
Mc: no, las reuniones son básicamente para hablar, y durante la semana
tenemos trabajo. Nos ponemos trabajo.
At: Uhmmm
Mc: te pongo un ej., eh… hemos estado recordando, y vamos recordando,
p. ej., estoy en un trabajo de 5 o 6 años recordando cómo fue mis 5 o 6 años y,
y tentar curar las heridas de esos 5 o 6 años. Entonces, para hacerlo exige un
trabajo sistemático a nivel de volver al interior, de hablar con él… de recuperar
las fotos, de recuperar… eses ambientes de infancia, de ver como fuimos
marcados… eso tipo de cosas.
At: y es con el grupo…
Mc: todo el mundo hace ese trabajo, y eso vamos poniendo en común,
pero tienes que hacer durante la semana, y el martes te reúnes y lo pones en
común.
At: ah, entonces lo haces individualmente?
195

Mc: yo lo hago individualmente, y luego cuando llego allí lo pongo, lo


explico a los demás lo que he hecho, y los demás, uhmmm, me dan soporte,
me ayudan; yo doy soporte a cada uno.
At: no hay una intervención psicológica de un profesional…
Mc: no. Hay una persona que tiene más experiencia, y aporta más. Pero
no es psicólogo.
At: Uhmm
Mc:y es ese trabajo que hacemos, ¿vale?
At: ¿qué ha motivado a ti a buscar ese trabajo?
Mc: ese trabajo concreto que está relacionado, pero, solo está
relacionado, con el tema de la igualdad, porque la discusión es mucho más
amplia, eh… la insatisfacción personal, es decir, el mundo tiene que ser mucho
más pleno que lo que vivo (habla despacio), por lo tanto, voy vivirla a plenitud,
pero para vivirla voy a buscarla.
At: Uhuhmm. Es decir, lo que te motiva es la insatisfacción, y desde de
niño que buscas…
Mc: sí, más o menos sí, sí. Porque, lo cotidiano es bastante vulgar (risas)
Perdón, es decir, eso no es, es poco profundo, es poco satisfactorio, y si uno
tiene hambre, quiere decir que puede comer; yo no sentiría hambre si no
pudiera ser saciada. Por lo tanto, el hecho de sentir que esto no encaja, quiere
decir que puede encajar.
At: Uhuhmmm
Mc: ya está, por eso me puse a buscar.
At: y antes de encontrar el grupo, esta línea de trabajo, ¿qué otros
trabajos…?
Mc: ¡cientos! (risas) Estuve muchos años en un grupo católico, que era
muy interesante, de los 12 a los 18, o a los 20 (pausa) normalmente, sí, y fue
una formación muy importante. Eh… hubo la catequesis, pero muy… me gustó
mucho de los tiempos de los 80s, que aquí estaba la iglesia progresista en
aquél momento… eh, de la Teología de la Liberación, pues entonces tu sabes
de que estamos hablando…
At: aquí se trabajó con la Teología de la Liberación?
Mc: Claro, porque era la época de Franco… entonces habían los obispos
rojos, ahora desaparecidos… y había mucha gente trabajando con los curas
obreros, había mucha gente trabajando este… desde esta línea. Y yo estaba
en la catequesis que estaba más o menos en esta línea. De hecho, nuestro…
había un cura que era cura bombero…
At: ¿bombero?
Mc: (risas) sí, era bombero, y… porque estaba en esta línea de los curas
obreros; de ser como los demás…
At: Vale.
Mc: de trabajaba de bombero. Entonces, tuve mi formación allí pero, hubo
un momento en que… no acabé de… me parecía insuficiente… no respondía
bastantes cosas, entonces que… Estuve con un cura también que… que tenía
un trabajo psicológico con gestar en la lingüística, y tenía un grupo de
crecimiento personal, un individuo muy interesante, que era traductor al catalán
de Alfred Renaut – no sé si tu lo conoces…
At: no, no conozco.
196

Mc: bueno, tiene muchos libros y… y luego estuve también con los
budistas; y, finalmente, entré aquí… este poeta, en la línea del crecimiento
personal, que solía que llamar Antonio Blay…
At: ah, el fundador de los primeros grupos de hombres en Canadá?
Mc: no, aquél es Blay y este es Bley, y es de Barcelona (risas) Entonces a
mí lo que me llevó a los grupos, a la reflexión sobre la masculinidad,
específicamente, es… uhmmm… la necesidad de incluir… de… trabajar contra
la homofobia. Mi base teórica viene de ahí. Y ahora, hace muchos años, tengo
estado realmente en la GLBT: gays, lesbianas, bisexual y transexual desde los
18, aproximadamente, y sigo vinculado como activista, y entonces tengo hecho
un análisis de la realidad social y llegué a la conclusión que solamente cuando
los hombres heterosexuales… y también los gays… transformasen su
masculinidad seria posible la igualdad legal, perdón, la igualdad social, posto
que la legal había sido conseguida. Por lo tanto, empecé a teorizar sobre a
necesidad de cambiar a los hombres, y teoricé básicamente en el ámbito gay.
At: Uhuhmmm
Mc: y… entonces ese movimien… una parte importante de ese
movimiento gay ha seguido incorporando esa teoría, y así a partir de ahí que yo
he ido escribiendo, dando conferencias y… impulsando el movimiento de los
hombres ‘violetas’ (risas)
At: Uhuhmm
Mc: como una forma de liberar a todos los hombres, aunque mí interés
personal y particular fue liberar a los hombres gays y a las mujeres lesbianas, a
los hombres y a las mujeres transexuales. Ese es mi origen.
At: uhuhmm
Mc: entonces, un hombre igualitario es aquél que trabaja contra la
homofobia y la misoginia, porque son las dos cosas que atrae a los hombres
actualmente. Y ya está. Entonces para situar mi trabajo espiritual y este trabajo
en gran parte, se especifica sobre ‘masculinidad’, que viene, de otro lado,
determinado, es la… el movimiento GLBT: gays, lesbinas, bisexuales y
transexuales, en el cual yo también estoy escribiendo sobre espiritualidad gay,
lesbiana y bisexualidad…
At: ¡Uau! ¿Sí?
Mc: sí, sí, sí. Por un lado tengo un librito sobre el tema, y luego… publico
todos los meses en una revista que se llama [dice el nombre]…, es la revista
gay, estatal… por decirlo así, es una revista… bueno… luego… superficial…
sobre moda, sobre… un poco sobre política, pero muy poco… este de papel
brillante, gurgé… con anuncios de colonias, de coches y… viajes… y yo tengo
páginas en las que hablo de espiritualidad gay, lesbiana y bisexual, y está junto
de la sección de SIDA, de la sección de… cómo se llama ahora… de política y
psicología son las únicas secciones que tiene un perfil viable (risos) el resto
es… como comprar mejor (risas)
At: ¿y quién produce? ¿Es el gobierno?
Mc: no, no, es una empresa.
At: Ah…
Mc: Sí, es una revista que se vende en todos los quioscos del Estado.
At: ¿Sí?
Mc: sí, y tiene… no es que sea muy… se vende tampoco mucho, ¿eh? Yo
creo que… 5, 10, 15 mil ejemplares al mes, como mucho, ¿eh? Pero, bueno,
es la ‘única’ (habla expresivamente) que existe, que llega a todo el país.
197

At: ¿sí? ¿Y es producida aquí?


Mc: en Madrid se produce.
At: vale. Hablemos de tu familia.
Mc: vale.
At: Tienes padre, madre…
Mc: Tengo madre… bueno, tengo padre y madre, pero mi padre está
muerto y… y tengo una hermana. Una hermana que tiene tres hijos, y ara
acaba de separar…
At: ¿sí? ¿Cuándo?
Mc: sí, en septiembre. Y, luego, por parte político, Julian tiene sus padres
que todavía están vivos, y son jóvenes: tienen 60 años. Mi madre tiene 78. Y
Julian tiene dos hermanas más, y tenemos dos sobrinos por un lado, sobrino y
sobrina, y un sobrino por otro, y en el total son 6 sobrinos. Entonces, es la
familia de sangre y la familia política, pues está completa. Y, en mi familia de
sangre, mi padre murió hace dieciocho años (habla despacio), creo.
At: y tu madre está sola…
Mc: depende de lo que se entiende por ‘sola’ (risas).
At: bueno, sola…
Mc: viuda… (risas) sí (risas).
At: y tu experiencia familiar fue también un motivo a que tu buscase ese
trabajo?
Mc: bueno, supongo que la familia marca pero, no especialmente (pausa).
At: tu vivencia fue más con tu madre y con tu hermana…
Mc: no, yo viví con mi padre y mi madre al menos por… mi padre murió
cuando yo ya era adulto y vivía tranquilo…
At: Uhmmm
Mc: hace 18 años que murió, yo tengo 45… no, por sí es más años… yo
tenía 22 cuando murió mi padre, bueno 23.
At: y la experiencia con él…
Mc: eh… (longa pausa) Pues tuvo éxito en muchos aspectos, porque era
una persona… eh… que era, más o menos… era dulce… pero era una persona
muy cerrada, muy tímida… que expresaba muy poco sus emociones… por lo
tanto, en ese sentido… hay… una falta de un modelo. Pero, por otro lado,
teniendo en cuenta que era una época franquista… pues… estupendo (risas)
Como modelo es muy avanzado (risas) porque era una persona que
escuchaba, una persona que era sensible, una persona que era sensata, una
persona que no imponía su criterio, una persona que nunca (habla con
expresión) gritaba, que nunca… pegaba, una persona… en ese sentido un
avanzado en su época.
At: Claro.
Mc: Pero, bueno, comparado con una persona que expresa sus
sentimientos, esa era la parte que todavía le faltaba (pausa)
At: Uhuhmm
Mc: sí.
At: ¿Y en qué trabajaba él?
Mc: eh, llevaba un almacén de una tienda de deportes.
At: ah, por eso eres profesor de deporte… (risas)
Mc: entonces, lo que más contribuyó… sí, básicamente el GLBT fue lo
que contribuyo a incluirme en el movimiento de hombres igualitarios.
At: y percibes, o consigues vivir mejor después que…
198

Mc: eh… sí, en el sentido en que cada uno de nosotros tiene una misión
en la vida… y… mi misión en la vida tiene mucho que ver con el movimiento
GLBT. Me siento muy íntimamente vinculado a… el deseo de construir un
mundo más justo… y en este momento esta llamada pasa por, eh, incorporar a
los hombres en el camino de la igualdad.
At: Uhuhmmm.
Mc: digo ‘camino’ y no ‘lucha’ (pausa) Porque la lucha implica en
enfrentamiento, y en cambio entiendo el no enfrentamiento, sino el beneficio.
At: creo que tenemos cosas en común… (risas y pausa). Si fueras definir
un grupo de hombres, ¿cómo lo definirías?
Mc: eh, hay dos tipos de hombres por la igualdad: un grupo de personas
que se reúnen para construirse interiormente, como personas, contra la
misoginia y la homofobia…
At: Más psicológico que…
Mc: Más interno. Cambio personal. Experiencial, eh, vivencial, el que uno
pueda mirar para tras y pueda leer su bibliografía y decir “sí soy la persona que
quería ser”… aun que estés solo… Y el otro grupo, es un grupo de hombres
básicamente político…
At: Espera, “soy la persona que quería ser”, pero…
Mc: porque vivo la vida que quería vivir.
At: pero necesariamente vinculado al feminismo?
Mc: es, realmente, vinculado a la igualdad (pausa). Y el segundo grupo es
un grupo de personas que hace un trabajo político. Me gusta enclavar la
palabra ‘política’, porque ‘política’ es una palabra desprestigiada, y cualquier
trabajo social es un trabajo político… y solo si la ubicamos en lo político
podremos transformar lo que no nos gusta, y quejarnos, y… desprestigiar lo
político es, eh, destruir el instrumento que tenemos de transformación social.
Por lo tanto es un grupo político… para que cuando tu te gires para tras y veas
tu vida digas: “sí, vivo en un mundo en que quería vivir, y he aportado lo que
quería aportar”, y es posible estar en los dos grupos a la vez y, ponerse
mirando para tras y decir “vivir la vida que quería vivir”, “soy la persona que
quería ser” y “he transformado el mundo tanto como he podido hacia el mundo
que quería conseguir…

(Una mujer abre la puerta, pero vuelve y la cierra, pidiendo perdón; él no


paró de hablar)

Mc: Y es un poco las dos herramientas que tenemos para trabajar en este
momento.
At: ¿y tu conoces los grupos de hombres por la igualdad que hacen parte
de la asociación de hombres?
Mc: no. Los conozco ‘teóricamente’ (habla acentuando). No he estado en
los dos grupos que existen [el de José y el de Zorro]…
At: Y por lo que tu conoces, por la vivencia que tenéis en la asociación,
piensas que ellos consiguen…
Mc: no, no consiguen unir las dos cosas. Hay gente que solo trabaja en
un ámbito, y gente que solo trabaja en otro… bueno, y gente que trabaja en los
dos. Pero hay mucha gente que se queda en la vivencia ‘personal’ (habla
despacio), lo cual puede estar bien… no lo sé…
At: Uhmm
199

Mc: no lo sé (pausa)
At: es que, por lo que he podido leer sobre los grupos, me parece que hay
gente que busca arreglar sus problemas personales, que no tienen mucho que
ver con la igualdad… por eso pregunté sobre el feminismo…
Mc: es evidente que… el camino del feminismo es el camin… pero el
camino del feminismo no existe, porque existen ‘los feminismos’ (habla
expresivamente), y muchos de ellos son antagónicos, y no es posible colocar
todos los feminismos en una sola… tienen como se fosen… uhm,
enfrentamientos notorios. Por lo tanto este… eh, los hombres igualitarios
somos profeministas entendidos en una línea amplia, porque estamos de
acuerdo con ciertas líneas del feminismo (pausa). Pero si hay un solo
feminismo es difícil. Pero sí, es verdad que cuando la gente busca resolver su
propio problema, de ahí es una terapia.
At: Uhuhmm
Mc: Bueno… (risas). Y, hay una cierta parte del crecimiento personal que
incluye la terapia, y muchos hombres hacen la terapia, la terapia es tan
importante que no debe ser dejada solo en manos de la gente enferma, por lo
tanto la gente también debe hacer terapia para construirse como personas
sólidas. Pero, una persona sólida, necesariamente, es una persona que es
empática, y una sociedad en la nuestra en que hay injusticia, la empatía debe
empujarle a la vía social, sino hay algo en lo personal que no va bien, porque
no somos islas, ¿no? Pero, hasta que uno lo quiera hay (pausa) pues, un
camino que hacer. Y a veces lo político es familiar; mi refiero a que… eh, a
menudo resulta que uno carece de tiempo porque es milleurista y tiene un
trabajo de ocho horas, o diez horas al día, y cobra mil euros y tiene que
mantener a los niños, y una niña, si además está separado sois… es difícil de
mantener esta… de mantener una acción política, porque uno no tiene tiempo
suficiente. Pues, por lo tanto no voy a criticar a nadie… (risas).
Mc: Eh… y los temas que son trabajados en el grupo de reflexión…
Mc: Sí…
At: ¿Cuáles son? Los principales…
Mc: He… en este momen… hemos trabajado la búsqueda de nuestra, de
nuestra misión en la vida, lo tiene mucho que ver con lo político que te he
hecho… y nuestra llamada y la respuesta, a partir de esta llamada, y en este
momento, de hace algunos años estamos tanto… con la respuesta activa. En
este sentido, cuando yo estoy en el movimiento de hombres, para mí es un
trabajo espiritual también… sí, es extraño (risas), pero es así; no es un trabajo
desvinculado. Lo que buscamos… lo que yo busco en este momento, lo que
nosotros buscamos juntos, es nuestra expresión individual, desde lo
impersonal, aportando al mundo la máxima inteligencia, la máxima amor y la
máxima energía que podamos.
At: Uhuhmm
Mc: Es raro, pero… (risas).
At: Creo que… aquello que dices…
Mc: Aportando al mundo. Trabajando…
At: Trabajando, sí, sí. Uhuhmm.
Mc: haciendo cosas. Lo que se piensa no es lo que se da. Yo puedo
pensar que: voy a salvar el mundo, que voy ayudar a mi madre, yo pudo pensar
que… pero si no voy… cojo el carro de la compra, voy al super y ahí… a mi
madre no estoy ayudando, solo estoy pensando (risas).
200

At: Muy bien. ¿Tu grupo ha hecho actividades públicas, o no; o solo de
autoformación?
Mc: no, esto es raro; solo de autoformación.
At: O sea, las actividades…
Mc: Cada uno hace lo suyo. Por ejemplo, hay una persona que está
implicada en… personas con fibromialgia…
At: ¿fibromialgia?
Mc: la fibromialgia es una especie de agotamiento físico; y hace trabajo
para estas personas, a parte de su trabajo laboral, ¿vale? Y cada uno tiene
su… su aportación personal al mundo. Pero cada uno a su vida.
At: Eh… y las mujeres, cuál es tu relación con las mujeres que son
feministas… ¿Qué tipo de trabajo haces con ellas?
Mc: Tengo muchas especulaciones con ellas, porque… muchas de las
formaciones que hago, las hago ‘con ellas’ (habla expresivamente) O… por
ejemplo, estoy vinculado al servei interdisciplinari d’estudis de la dona” en la
universidad de… y al centre… d'igualtat d'oportunitats. Y yo, a menudo trabajo
con ellas eh… planificando, pues, cursos de formación, o, o, hago cosas, como
por ejemplo en universidad de verano, o en claustros, o…
At: Son profesoras…
Mc: no, son gente… son mujeres feministas, vinculadas a la universidad
como estudiantes, como profesoras, como ex profesoras, como ex estudiantes.
Pero, algunas de ellas son sindicalistas… y ahí, pues, yo estoy en este
centro…
At: son de movimientos feministas…
Mc: Sí, son de movimientos feministas. Y… esta es mi relación… y luego,
pues, [su ciudad] es una ciudad pequeña en la cual son 120 mil habitantes y,
en la cual la gente que trabaja, o trabajamos por la igualdad somos pocos,
somos poca gente, por lo tanto nos conocemos… y, por lo tanto, mi relación
con el movimiento feminista es de un cierto modo… pues, de vernos y de…
hacer actos conjuntos, de ir a alguna charla…
At: Bueno, eh… una cosa que he percibido en Barcelona es que las
feministas están empezando a aceptar el trabajo de los grupos de hombres:
¿es cierto eso?
Mc: Sí… hay avances, ¿no? Pero, también hay ahora, cómo se llama…
eh… desconfianza.
At: ¿Desconfianza? ¿Por qué?
Mc: (Pausa) No lo sé. Pero… para mí hay un paralelismo con la
homofobia. Mientras el movimiento GLBT… hum… no es capaz de, o no lo sea
capaz, o mientras no haya sido capaz de trabajar la homofobia comprendiendo
que los homófobos deben de ser ayudados, eh… se viviría en el mundo desde
una dicotomía, una separación, un enfrentamiento: nosotros y ellos. Esto sí
puede pasar al movimiento feminista.
At: Huhum
Mc: Mientras los hombres son los culpables de… entonces nunca pueden
ser incorporados. Mientras, los hombres que tienen un cierto patrón, deben ser
ayudados… Eso significa que hay un espacio que escasa (risas), donde todo el
mundo va incorporándose… Pero, para eso, uno tiene que mirar al mundo sin
odio. Lo que pasa es que a veces el odio ayuda a tener identidad. Cuando yo
odio a los homófobos, me… me… obtengo una identidad como una persona
‘buena’ (habla expresivamente)…
201

At: ¿Por oposición?


Mc: Por oposición. Entonces, el superar eso… al principio todos los
movimientos aparecen como oposición. Y luego deben superar la oposición
para llegar a la inclusión, y yo creo que debe llegar a este momento dado… el
movimiento feminista, y también el movimiento GLBT.
At: ese tema de la “oposición”, sobre lo cual muchos autores hablan,
como por ejemplo Bourdieu, se defiende que hay una oposición en el
masculino y el femenino. ¿Cómo ves eso?
Mc: Claro, es una... primero, no estoy… creo que es mentira… (risas).
Veo que es mentira, simplemente porque lo femenino y lo masculino son
construcciones culturales.
At: no son ‘esencias’…
Mc: no. Y, además, no son las dos únicas realidades que existen. Por lo
tanto, hacer ver que solo existen dos realidades que están en oposición, es
negar la realidad de que hay una ‘multitud’ (habla expresivamente), o una
diversidad, como mínimo, de realidades cromosomáticas, es decir, XX y XY no
son las únicas existentes.
At: tu hablas biológicamente…
Mc: Biológicamente y cromosómicamente no son las únicas existentes,
por lo tanto, negar las otras, es… hacer ver que le mundo es dicotómico. Pero
no lo es, científicamente, y tampoco lo es ‘genitalmente’ (habla
expresivamente). Por lo tanto, ese punto de vista ya es falso, ya es ideológico.
Claro que mucha gente que dice, es verdad, pero los que no son XX, XY, o los
que siéndolo, tienen los genitales distintos a los habituales de los masculino y
femenino, porque son hermafroditas, o intergéneros, o algo similar, son
numéricamente muy poco importantes.
At: Uhuhm
Mc: Es… tampoco importantes como los pelirrojos, pero no niego la
existencia de la gente con el cabello rojo, no tiene ningún sentido negar que
ellos existen. Entonces, la negación lo sitúa en una falsa dualidad. En algún
momento existirá un, un, una posibilidad de expresarse como persona al
margen de los genitales y de los cromosomas. Yo, en el momento sí, que
comparto con el movimiento Queer el objetivo final de la disolución del género
(pausa). Pero, también sé que es de aquí a muchos años; sé que no lo voy a
vivir, pero yo creo que trabamos hacia allí. Lo que pasa es que el discurso debe
explicarse de una forma sencilla, de forma que la gente, la gente que va en el
metro me pueda entender, porque se hablo del discurso de… Queer,
demasiado académico, nadie nos va a entender, y nos va a decir que hablamos
de cosas extrañas. Entonces, cuando hablas de, que cada uno tiene el derecho
de ser quién sea, al margen de…
At: Huhum
Mc: Eso sí, es comprensible. Entonces, cuando la gente oye sobre los
cromosomas, más o menos tienen interés… El movimiento Queer trabaja con
un nivel muy elevado, que a veces es difícilmente comprensible y, entonces,
puede generar anticuerpos (pequeña pausa) porque, para quien lo es difícil
porque simplemente ‘ahora’ (habla con expresión) es la posibilidad de cosas
que no son comprensibles para la mayoría de la población. Eso no quiere decir
que no tienes razón (risas)
At: Entonces, ¿tú niegas la existencia del masculino y del femenino?
202

Mc: No. Niego la exist… bueno, niego la existencia de que sea lo único
existente. Porque, por ejemplo, hay cromosomas XX, XY y hay cromosomas
XXY.
At: Uhm
Mc: Hay mujeres XY, hay hombres XX (risas) Y el papel masculino, y el
papel femenino no tiene nada que ver el de ahora con el de hace 300 años. Por
lo tanto, pretender que el género, pretender que, eh… el rol… pretender que, lo
vinculado a la sexualidad al sexo, o a la, al rol a género es algo estático, es
ignorar la realidad.
At: Uhuhm
Mc: Y, sin embargo, actuamos como si fuera estático. Entonces, podemos
actuar sabiendo que no es estático y ya está.
At: Uhuhm
Mc: Eso no quiere decir que a ti no te guste el futbol y los toros, pues todo
te puede gustar igual, ¿eh? Pero, eso no quiere decir que te gustar el toro es
porque eres un hombre, ni de comprar un pijama del Barça… Pero podrá
comprar, o no (risas).
At: Tú dijiste que fuiste budista.
Mc: Sí.
At: Entonces conoces la teoría del Yin e Yang, ¿no?
Mc: Sí. Es una teoría shintoísta que habla de los opuestos.
At: sí, pero los opuestos presentes en todas las cosas, ¿no?
Mc: Sí.
At: Entonces, como el masculino y el femenino son supuestamente
opuestos, ellos estarían en cada persona, independientemente del sexo…
Mc: Bueno, todos lo tenemos todo en potencia (risas), unos más, unos
menos. Pero, fíjate que digo: “todos lo tenemos todo”, y no digo “todos tenemos
lo masculino y lo femenino”, porque presupone la existencia solo de los dos.
Pero todos los tenemos todo en potencia. Sí, sí. Pero aún así, nosotros
tenemos algunas cosas más fácilmente potenciables que otras. Por ejemplo, es
muy probable que la energía física entendida como fuerza eh… es más
potenciable en los hombres que en las mujeres por la estructura muscular. Y,
para ellos que no lo hagan, por ejemplo, muchos transexuales hablan de que al
inyectarse testosterona sienten una… un malestar, unos nervios… lo cual,
pues, todo eso sacar una conclusión. Y, al revés, eh, los hombres que pasan a
mujeres, y se inyectan estrógenos, hay una época en que la se siente mucho
más tranquilos… lo cual puede ser que biológicamente las cosas son más
fáciles, aunque tenemos niveles feromonales más de unos que de otros… pero
eso no quiere decir que políticamente no tenga eso potenciados, es decir que
lo ha propiciado a que tenga la tendencia a usar la fuerza física es, ha sido
potenciado históricamente porque era útil, pero a partir del momento en que un
botón puede hacer la fuerza de 500 hombres, eh… esto deja de ser relevante,
y entonces deja de ser importante el potenciar eso, y por lo tanto se puede
potenciar, pues conforme nos entendemos, como colaboramos, como
cooperamos como construimos un mundo… antes que se desmonte. Igual
hace 300 años ese discurso era imposible, o doscientos, antes del invento de
las máquinas. A partir de la Revolución Industrial aparecen todos los
movimientos de liberación y… el movimiento anticolonial no aparecía antes
como movimiento ideológico, el movimiento antiesclavista no aparecía antes
como movimiento ideológico, el movimiento feminista, el movimiento gay,
203

lesbiano, bisexual y transexual no aparecían antes, pero el movimiento inter-


género no aparecía antes… ellos movimientos en que las personas descubren
su propia identidad, y es el momento en que el colectivo deja de ser
importantes para que las personas sean importantes, pues cada uno se mira a
sí mismo y dice: ¡hey! (risas). Entonces, estamos en un momento histórico…
interesante, ¿eh?… (risas) Es un cambio de paradigmas.
At: Y sobre la violencia: ¿tú crees que nosotros somos violentos? ¿Por
qué?
Mc: Somos, en parte, violentos por educación y porque, la sociedad es
violenta. Es decir, la violencia es la manera adecuada socialmente de resolver
los conflictos, y eso se enseña así. Y, los humanos, por lo tanto, aceptamos la
cultura de la violencia. De hecho, la misma institucionalización de los ejércitos
es algo culturalmente… y, de hecho grande parte en las soluciones
políticamente aceptadas son violentas. Pero, además, son potenciadas como
forma de remarcar la masculinidad culturalmente, potencialmente con una
cierta base biológica, porque es más fácil potenciar la testosterona que los
estrógenos, aunque las mujeres también tienen testosterona, por lo tanto
también podían ser potenciadas. Aún así la relación entre testosterona y
violencia no están científicamente probadas, ¿eh? Pero, aún así hay muchos
niveles de testosterona. Por otro lado la violencia no es solo física, sino
también económica, estructural, simbólica… La respuesta al cambio de la
masculinidad y al modelo social es un tema muy complejo, por lo tanto de
mucha interconexión.
At: Masculinidad, ¿cómo tú defines masculinidad?
Mc: Es el rol social que asumen las personas que creen ser hombres
(pausa). Es la masculinidad. Es una ideología. Es una… es un… es un
referente, es mental, es eh… como se llama ahora… pues, eso, es una idea
(risas). Es una idea socialmente compartida sobre lo que tiene que ser un
hombre.
At: Pero, si hablamos de masculinidad y feminidad [según tu], se admitiría
que solo hay dos…
Mc: Correcto.
At: Pero, ¿cuál sería otra palabra que definiría ese tercero género?
Mc: Eh, claro, en ese momento nos faltan palabras. Y en este momento
es muy paradigmático. Entonces, hablar de ‘terceros’, eh… no sería
comprensible para las personas del metro sería… sería herético, herético…
eh… todo lo que no sea comprensible la mayoría de la población va en contra
tuya, porque la población termina en decir: ‘es una imbecilidad’. Y, en tanto que
eso sea familiar para la mayoría de la población no tendrás apoyo político. Por
lo tanto, debemos hablar de masculinidad y feminidad como opuestos,
sabiendo que es inexacto, que es mentira… y cuando ese discurso esté mucho
más situado, o idealmente, ideamos que uno pueda ser libre, al margen de ser
una cosa u otra. Se puede ser libre siendo hombre, se puede ser libre siendo
mujer, sin una tercera persona, sin una tercera cosa.
At: Algunos autores hablan de una identidad ‘andrógina’…
Mc: Sí. Pero, a la gente, en este momento, la palabra ‘andrógino’ les
parece horrorosa. Y… yo creo de la palabra ‘andrógino’ parece asexuado, y a
la gente no esto, porque la gente quiere ser sexual, porque lo sexual tiene
mucha potencia en nuestra sociedad. Por lo tanto hay que aprender a hablar a
la gente en su lenguaje. Y yo me recuerdo de la neurolingüística que trabaja
204

con el ‘significado de lo que el otro entiende’; no son las palabras, no impuesta


las palabras que uses; el significado de tus palabras en lo que el otro entiende,
por lo tanto tienes que aprehender mucho lo que estás diciendo para que la
otra persona entienda lo que quieres decir. Porque, al decir ‘andrógino’ en lugar
de acercarse a la ‘masculinidad alternativa’, se va alejar (risas) por muy
correcto que sea el término, debes dejar de usarlo. Pero una es el lenguaje
académico, otro es el lenguaje de la calle, y tienes que saberla para poder
comunicar.
Y- hay culturas indígenas en que hay una tercera identidad, y que es
aceptada por su sociedad. Así, ¿tú crees que estos dos conceptos opuestos:
masculino y femenino, pertenece a la cultura europea, o no?
D- Es europea y prácticamente hegemónica mundialmente. Y tampoco
cuando, por ejemplo cuando hablamos de ‘terceras’… yo recuerdo, por
ejemplo, algunas tribus norteamericanas en donde este puesto solo puede ser
ocupado por hombres, que ocupa este espacio que a menudo llamado este…
chamánico eh… pero ello no puede ser ocupado por mujeres… eh… es decir,
que nada es perfecto (pausa).
At: Y, ¿tú crees que estamos cambiando, o sea, que con los trabajos
hechos en el campo de género se está cambiando algo?
Mc: Sí (pausa). Todos hablan que sí (pausa). Es más… eh… El cambio es
inevitable y cada vez será más rápido.
At: ¿Inevitable por qué?
Mc: Porque el coste de la masculinidad tradicional, es adicional, es
excesivo al nivel social. Por eso es inevitable. Porque vivimos en una sociedad
en que lo económico y los costes sociales se pueden cuantificar. Es el motor
del movimien… de nuestro sistema económico y de nuestro sistema social, y
es inevitable, a partir de ahora es inevitab le. Mientras estaba oculto…
At: Pero, si somos, aún, somos…
Mc: No importa. No importa, porque va haber un crecimiento geométrico…
At: Entonces, ¿cuál es la causa de eso?
Mc: Ehhh, porque la mayoría de la población resultará beneficiada del
cambio de la masculinidad. Entonces, eso produce, eh… el cambio geométrico
en el sentido de que, como es algo que en el mercado ya está maduro (risas),
cuando aparece el producto (risas), se vende solo.
At: Sí.
Mc: Es lo que pasa, por ejemplo, ara con las redes sociales; era una gran
idea en los años 70 pero, como nadie tenía ordenador (risas), el mercado no
estaba maduro. Ese aumento es, es posible porque la igualdad, como mínimo
en España, ¿eh?, la igualdad, eh, con gays, homosexuales y transexuales es
legal y es absoluta, y de las mujeres es absoluta, y, y… eso significa que
legalmente no hay nada más posible de conseguir; y lo único que se puede
conseguir es un cambio social, y los que impiden ese cambio social son una
minoría de hombres…
At: ¿De mujeres también?
Mc: Y de mujeres también. Y entonces lo, esa minoría, eh, ha perdido la
batalla (risas).
At: Pero tenemos aún…
Mc: Pero tenemos una inercia.
At: Sí.
205

Mc: Y es por el desconocimiento del tema y, pero, podemos hablar en 30


años. Entonces, de aquí a treinta años esa batalla estará… estará tan ganada
como el feminismo ahora. Me refiero a que, habrá reductos pero será una
evidencia que se está dando en esta dirección.
At: Entonces, ¿tú crees que existe el, lo que se llama el “nuevo hombre”?
Mc: Claro… (pausa) existirá, en todo caso (risas). Eh, ahora tu sales por
la calle y preguntas por un “hombre diferente”, piensas en el “hombre antiguo”;
dentro de 30 años, cuando empiece de verdad, ese será el nuevo hombre, el
hombre completo. De momento este hombre también no existe, porque vives
en el otro (risas).
At: Está aun en la cabeza de las personas, ¿no?
Mc: Está en la cabeza de algunas personas (subraya el “algunas”), pero
todavía no es un referente social; todavía no ocupa el espacio hegemónico en
el imaginario social.
At: ¿La igualdad está en el imaginario?
Mc: La igualdad sí. Pero, la igualdad no ocu…, pero no… pero, el “hombre
de verdad”, en el imaginario social no tiene nada que ver con el hombre que
permite la igualdad.
At: Uhmhum.
Mc: Por lo tanto, ahí hay una contradicción: es el hombre que tiene que
buscar la igualdad, y es inevitable, ¡pero se va avanzando por ahí durante
años! Pero, hay una contradicción que el “hombre de verdad” con lo que
soñamos: James Bond, el John Wayne…
At: ¿Y tú crees que es por eso que ocurre tanta violencia: los hombres no
consiguen más identificarse; no consiguen ser padres, no consiguen ser
maridos…?
Mc: Si, y que luego, por otra parte, la forma de conquistar la masculinidad
es el uso de la violencia, pero, si yo creo que soy un “hombre de verdad”
(enfatiza la expresión), pues tendré que decírtelo de alguna manera, y la forma
de decírtelo suele ser la violencia simbólico, mental, física… porque tengo que
parecer a eso, a John Wayne, a “007”, al “hombre malboro”…
At: O a otros más nuevos, como Arnold Schwarzenegger…
Mc: Por ejemplo, sí. Pero, si en algún momen… pero cuando eso hubiere
dado el cambio eh… y el cambio es inevitable, pero todavía no es hegemónico.
Es decir, el problema fundamental en ese momento – si no me equivoco, ¿eh?
–, creo que es básicamente un problema, cómo se llama ahora: “ideológico”; de
cambiar el modelo de qué quiere decir: ser un “hombre de verdad” en el
imaginario social. Ese trabajo hay que hacer. Una vez que los jóvenes quieran
imitar ese nuevo tipo de hombre, eso será hegemónico, pero antes es un
trabajo de generar un nuevo modelo social de qué quiere decir un ‘hombre de
verdad’. Entonces es un trabajo de generar un nuevo modelo social de quiere
decir ser un “hombre d verdad”.
At: Y esto pasa por la educación, por los medios de comunicación…
Mc: Por los políticos, por los ejemplos, por los referentes, y, pero tampoco
va a costar mucho, ¿he? (risas) Pero, hablo de 30 años, tampoco es un tiempo
muy largo.
At: Sí. Los medios de comunicación, hoy, son malísimos…
Mc: O buenísimos, si los comparas con… (risas).
At: Pero, refuerza mucho la violencia, la…
Mc: Sí, pero es un ejemplo de lo que hay.
206

At: Ahahn.
Mc: Claro, es difícil de, de… yo creo que se puede hacer casas, lo que
pasa es que, “hasta que tú no haces cosas conscientemente, haces cosas
inconscientemente”, y las cosas inconscientes reproducen los modelos
imaginarios sociales, y el modelo del imaginario social de un “hombre de
verdad” es un hombre violento (risas). Entonces, hasta que tu no sitúes el tema
de la masculinidad de forma consciente, los cambios no se producirán. Pero, a
la vez que lo os sitúes, los cambios serán sencillos, porque, porque está en la
línea de mayor igualdad, que es algo que la sociedad avanza inexorablemente,
porque está en la línea del feminismo, porque beneficia la mayoría de las
mujeres, porque beneficia la mayoría de los hombres, porque reduce los costes
sociales e incluso económicos, y porque incrementa en la felicidad de las
personas individuales y sociales. Lo que pasa es que, hasta que a ti no te dicen
que “enseñar el carnet de la biblioteca, que hay un descuento en los cines”,
entonces a ti no se te ocurre (risas) sacar el carnet. Pero, a partir del día en
que lo sabes, cuando llegues allí, y tienes el carnet en la mano, lo que no vas a
hacértelo es guardártelo porque el coste es menos. Pues, el descubrir que el
carnet de la biblioteca de la masculinidad, hoy día (risas), es algo que tenemos
que enseñar. Así, las cosas serán mejor, serán más baratas, más bonitas,
serán mejores individual y socialmente para los hombres y para las mujeres.
At: Mismo porque, podemos seguir haciendo guerra y siendo violentos,
sin necesidad de ser fuertes y duros, ¿no? Por ejemplo, si tengo un coche que
puede matar (risas) no necesito ser fuerte, tener músculos…
Mc: Sí.
At: Pero, hoy vivimos en violencia, ¿no?, y…
Mc: Pero, mucho menos que hace cien años.
At: ¿Mucho menos? ¿Pero, la violencia contra la mujer no está…?
Mc: Hoy mucho menos que hace cien años. Lo que pasa es que cada vez
es más pública, y ahora está mucho más criticada; pero, hace cien años era
mucho más duro…
At: ¿Y las muertes también?
Mc: También, ¡y tanto! “La matan por amor, la matan porque la querría”:
yo, cuando era pequeño, eso se decía por la radio…
At: (Risas) ¿y tú crees que es así?
Mc: En aquél momento era así.
At: ¿Hoy no?
Mc: Hoy es violencia de género, que está perseguido, y en aquél
momento era comprendido.
At: Pero, ¿matar por amor no es violencia de género?
Mc: ¡Claro que es violencia de género! (Risas).
At: Entonces, ¿cuál es la diferencia?
Mc: Pues, que antes, cuando yo era pequeño, en la radio decía: “tal
persona ha matado su mujer por amor, pues porque, la querría tanto y,
entonces, en un ataque se selos…”
At: Ahahn.
Mc: Y ahora, la misma noticia es: “tal persona es un maltratador”…
At: Ahahan.
Mc: Por lo tanto, hay un gran avance.
At: Pero, ¿tú hablas del discurso, no?
207

Mc: Del discurso y del número de mujeres que son agredidas; ¡ha
disminuido, sin duda! Y el número de personas antes de diez años; los niños no
tenían derecho, las niñas no tenían derechos, y eran maltratadas
sistemáticamente.
At: Ahahn.
Mc: Por eso digo que eh… y los obreros eran mucho peor tratados, había
mucha más violencia. La violencia se reduce con los años, ¡pero aún hay,
claro!
At: Lo que pasa es que cada vez el capitalismo es más violento, ¿no?
Mc: Sí, eso sí. Eso también es verdad. Pero, bueno…. Parece me parece
que eso va hacia su final, que va hacia su transformación.
At: Bueno, transformación creo que sí, pero su final… (risas).
Mc: Entonces, esperemos que la siguiente transformación sea un poco
más dulce (risas).
At: Ahora estamos viviendo una crisis muy, muy grande, ¿no?
Mc: Mira, “crisis grave”, es la que están viviendo en Gambia, ¿vale?
(risas) y Etiopia, pero, que yo estoy viviendo, o que aquí se están viviendo una
crisis grave, ¡bueno! (risas).
At: Crisis del modelo, digo.
Mc: Ya, del modelo, sí. Pero, no nos engañemos, ¿eh? Vivimos en un lujo
(risas).
At: Pero, el modelo de capitalismo, creo…
Mc: El modelo está agotado. Entonces, hay que ver que, que se, que
renace. Vamos a ver qué relación va hacer con la feminidad, con la
masculinidad, con la feminidad por la igualdad, pero eso tampoco lo
sabemos…
At: Uhmhum. ¿Crees que la violencia no va a disminuir?
Mc: Ahhh, depende… de si el nuevo modelo se basa en la igualdad o no;
si el nuevo modelo de la política está por encima de la economía, o no.
Mientras la economía esté por encima de la política, la violencia no puede ser
reducida (risas).
At: ¿Tendríamos que ser, entonces, comunistas no, eh… socialistas?
Mc: Es posible (risas). Pero, eso ya… (risas). Eso, eso no entra dentro de
la nueva masculinidad, de momento, porque ese discurso incluido en… el
discurso de la masculinidad no podría ser comprendido para la gente del metro
(risas).
At: Uhumhum.
Mc: Por lo tanto, vamos a cambiar todo lo posible de la masculinidad, de
forma que la gente del metro nos entienda. Por una parte, hay gente que está
trabajando por el cambio del sistema económico; hay partes que se van a
solapar y, yo sí, que estoy por “Eco-socialismo” , pero eso en la versión
personal mía.
At: ¿Eco-socialismo?
Mc: Sí.
At: ¿Y cómo es?
Mc: Es decir, un socialismo sostenible, en el cual, cuando hablamos de
ecología, no hablemos de ecología entendida como “medio-ambientalismo”,
sino tiene que ser “socialmente” sostenibles (pronuncia la palabra despacio y
enfatizándola), porque la ecología social existe, no solo el medio ambiente; no
solo las plantas y los animales tienen que sobrevivir, sino también las
208

personas; entonces existen sistemas económicos que son más ecológicos,


porque no necesitan de la ley de que algunos son depredados (risas) para que
los de arriba sobrevivan, ¿no?
At: Uhumhum.
Mc: Por eso hablo del Eco-socialismo.
At: Tienes que escribir un libro…
Mc: ¡No, todo eso está escrito! (Risas).
At: ¿Sí?
Mc: Sí, creo que sí.
At: Ahahn.
Mc: Bueno… ¿Lo dejamos acá?
At: Sí (risas). Gracias, muchas gracias.

1.5- Molina

10/03/09, 19h.
Local: su ambiente de trabajo (después del horario laboral) en Barcelona
Antonio: At.
Molina: Mol.

Después de unos diez minutos de espera (él estaba en reunión), fuimos a


una sala aislada donde no se oía ningún ruido, y había una mesa redonda con
tres o cuatro sillas. Después de explicarle mis objetivos, empezamos:

At: ¿Tu nombre?


Mol: Mi nombre es Molina.
At: ¿Edad?
Mol: 40 años. En febrero hago 40 años.
At: ¿Tu profesión?
Mol: Soy psicólogo.
At: ¿Hiciste Psicología Social?
Mol: No. Estudié en mi país, y allí había la Psicología de la Educación y
Psicología clínica; yo hice Psicología Clínica.
At: ¿Y trabajas aquí como psicólogo?
Mol: Sí, como psicólogo.
At: ¿Hiciste máster?
Mol: Hice, bueno, en aquél momento era postgrado, pero, ahora es un
máster. Pero, no tengo máster.
At: ¿Tienes pareja?
Mol: Sí.
At: ¿Mujer o hombre?
Mol: Mujer, mujer.
At: Y ¿tienes hijo?
Mol: Sí. Un hijo de dos años y cuatro meses; pasado mañana hace (risas)
At: ¿Nacionalidad?
Mol: (País del norte europeo).
At: ¿Estás aquí hace cuanto tiempo?
Mol: Eh… vine en diciembre de 95, así que 13 años y poco.
At: ¿Tu pareja es de…?
209

Mol: Es de aquí.
At: ¿Cómo consideras tu clase social: media, media alta…?
Mol: ¿Mi clase?, ¿mi clase social? Bueno, media, media.
At: Media baja, media alta…
Mol: Es difícil evaluar; media, ni baja, ni alta (risas)
At: Como José (otro entrevistado) dijo: “media-media” (risas).
Mol: Eso, eso (risas).
At: Ahora, otra clase de preguntas: ¿cuáles los motivos que te llevaron a
trabajar con género, o masculinidad?
Mol: Hombre, yo creo que es difícil trabajar masculinidad sin feminidad,
pero sí con los géneros, porque el enfoque principal, tanto en el grupo de
hombres como, eh, eh… yo estoy en el trabajo en los dos ámbitos, ¿no?, y a
nivel del trabajo aquí, con un trabajo dirigido más hacia la masculinidad, con
temas de violencia. Entonces sí, que el enfoque es más dirigido hacia la
masculinidad. Pero creo que es difícil, eh, eh, sin pensar en el otro.
At: ¿Y qué ha motivado tu…?
Mol: Pues, hummm, fue una, una confluencia tanto de, eh, de la relación
con mi pareja, donde, donde, pues eso, ella me ha confrontado un poco con mi,
mi masculinidad y con los privilegios que yo daba por supuesto, digamos, en la
relación, y, a la vez, casi paralelamente, empezaba a trabajar aquí con el tipo
de violencia, y antes había sí algunas discusiones en el tema de género pero
no mucho, y al empezar a trabajar aquí con temas de, de violencia, vino la
necesidad, ¿no?, en torno del tema. Y eso fue muy paralelo; empecé a trabajar
aquí, en el, el, desde el año 2000 y, empecé, en la relación con mi pareja
medio año más tarde. Y confluyó, digamos, coincidió en el tiempo, eh, la
necesidad personal y profesional…
At: Humhum. ¿Y ella trabaja también en este campo?
Mol: Sí, también es psicóloga y también ahora, antes no, pero ahora sí
trabaja temas de las mujeres, no solo, pero también temas de la violencia.
At: ¿Y es de movimiento feminista?
Mol: No, no está en el Movimiento Feminista, de una manera organizada,
pero sí de, de ideología, del pensamiento. Pero no participa en, en grupos de
mujeres, por ejemplo, no es activa; le interesa más la formación, la
perspectiva…
At: Humhum. ¿Cómo defines el “nuevo hombre”? En la televisión se llama
de “hombre sensible”…
Mol: Humhum.
At: … eh, algunos grupos hablan de hombres igualitarios, otros de
“hombres completos”…
Mol: Humhum.
At: Y tu, ¿cómo definirías ese hombre?
At: Bueno, no sé si quiero… (risas) de intentar definirlo, porque es un
peligro de crear otro, un nuevo modelo que luego fácilmente se, se convierte
otra vez en dominante, en hegemónico, y entonces sirve para excluir, para,
para, crear,¿no?, lazos de poder. Entonces, la idea era, crear un, bueno, hay
gente que, ¿no?, que habla de, de, de… de eso, de los géneros y que no haya
ya las categorías de hombres, pero, una idea muy interesante, pero lo veo
utópico, o imposible. Pero sí, creo que lo veo más factible es como una, una
gran diversidad de posibles masculinidades y feminidades sin, sin… esas
jerarquías que, que ya no existen, ¿no? Y, ahora sí, que hay unos aspectos
210

que, para los hombres, as veces son principales, que incorporemos, ¿no?, en
esas nuevas formas de ser hombre, el todo, todo el espectro emocional, en la
relación con nosotros mismos, con las mujeres, con otros hombres, con hijos e
hijas. Es fundamental también el, el, la igualdad en el sentido práctico de, de,
pues esto de apoyar a las personas, las tareas doméstica sobre todo, lo típico
tópico, pero en la realidad individual, y ahí yo mismo no me conozco, todavía
me queda por, por hacer, ¿no? Eso son, eh, son temas más identitarios, que
tiene que ver con los procesos personales de identidad y personalidad, y luego
un tema muy práctico, en las, en las relaciones, pues como se distribuyen las,
las tareas de todo el tiempo.
At: El hombre que es trabajado aquí es el típico machista, ¿no?, es
violento, y ¿cómo eso?, ¿qué abordas en el trabajo con ellos…
Mol: Humhum
At: … para decir que esto no va bien?, porque eso no es su derecho de
pegar a la mujer…
Mol: Humhum. Yo… bueno, hay que ver qué tipo de hombre nos llega,
porque es un servicio de carácter voluntario, ya tiene una mínima, un mínimo
reconocimiento, una mínima dirección para el cambio, entonces... Realmente
suena fundamental que ellos… tomen conciencia de, de por qué, para qué
utiliza la violencia, y si realmente creen y sienten de manera conciente que…
tiene derecho, porque muchos de los vienen aquí no dirían, no dirían, no dirían
esto. De toda manera, es decir, que en otros niveles actúan en función de esto,
como si esto no pensaban, entonces pocos dirían: “no, yo tengo derecho a, a
pegar a mi mujer”. Entonces, asistiendo a ellos, eh, entender cuáles son sus
propios procesos tanto, ¿no?, personales, es decir, identitarios y relacionales
que llevan a producir violencia y qué tiene que ver con eso, la idea que tiene de
qué ser hombre, de qué ser mujer, yo pienso que es la clave, pero no siempre
es tan diversas vías que llevan a violencia. No siempre es tan fácil, digamos,
como decir: “soy hombre y tengo derecho a pegarla, si no me hace caso…”,
que al menos no es tan, en muchos campos, no es tan explicito.
At: ¿Cuál la motivación principal para la mayoría, para utilizar la violencia?
Mol: Pues, hay algunos de estos que, que o bien claramente dice: “no,
yo… su obligación es esto, y si ella no hace lo que es su obligación, yo tengo el
derecho, o incluso, la obligación de, digamos, de castigarla, o de corregirla, o
de enseñarle, educarla… pero son pocos que usan este servicio, como es un
servicio para voluntarios, esta gente… es difícil que no digan “no hay ningún,
ninguna, ningún problema, eh, todo está bien.
At: ¿Tú trabajas con hombres que son maltratadores, no?
Mol: Sí, pero no con hombres condenados por, por juicio, vienen
voluntarios aquí.
At: Ah, ¿son voluntaros?
Mol: Sí, en nuestro servicio; tiene otro servicio, pero yo nunca he
trabajado directamente con ellos. Ahí puede haber más de este tipo que tú
hablas. Luego, hummm, sí que, muchas veces vemos que, ahhh, que utilizan la
violencia en momentos de ver amenazada su, su masculinidad, su, si quiere,
orgullo, su sentimiento de autoridad, de estar en el control de, consigo mismo,
de la situación, ¿no?, es cuando se sienten, hummm, eso: fracasados, o
inadecuados, o que no cumplen, pues… y utilizan la violencia, pues no saben
recuperar lo que le da la sensación de poder; a veces, también para momentos
sin, momentos de, de, de impotencia en la relación, en que hay una discusión y
211

no saben como, como manejar la situación, como, como acabar la, la, esta
discusión, pues, la violencia es la manera fácil, digamos, que pillas para acabar
la discusión, el problema, por lo menos momentáneamente, ¿no?, y empieza a
sentirse no impotente, sino potente, ¿no?, y no sabe solucionar, eh, y luego, sí
que hay un poco, delega un poco en, todo el tema emocional, en su mujer,
tiene muchas dificultades también para autorregularse emocionalmente
entonces… sí, fácilmente intenta, eh, a través de la violencia obligar a la mujer
a estar de alguna manera para que él se sienta bien, bien. Es decir que, que,
que… “yo no soy capaz de, de…”, por ejemplo, cuando ellos están viendo que
la mujer está triste o enfada, pues ya le supone un, como un, casi un ataque o,
un, un, un cuestionamiento, ¿no?, en su, en su autoridad, en su relación… y
utiliza quizá la violencia para que, para obligar a la mujer a estar muy en
sintonía con ellos, o para que se sienta bien, porque les cuesta aceptar la
diferencia, por una parte, eh en diferentes niveles, y por una parte para
regularse a ellos mismos, ¿no?, entonces delegar a una mujer, o sea, la mujer
tiene que hacer que ellos se sientan bien y, y, y a veces utilizan la violencia
para que esto funcione.
At: ¿Los hombres que vienen para ca, vienen porque quieren venir, o
qué?
Mol: Sí. Sí, sí… es decir, que la motivación es “mi mujer me envía, mi
mujer que dice que si no voy, si no cambio, pues se va, o no vuelve, o, eh, o…”
sí, que están en un proceso judicial y creen tener ventajas, o están asustados
porque han estado detenidos en el que, “por aquí no voy seguir”, no siempre es
una motivación como nos gustaría decir: “no, yo, hummm, hago esto y está
mal, y no quiero hacerlo y estoy aquí para, hummm, para trabajar”, en algunos
casos sí, pero en muchas motivaciones son motivaciones externas, entonces:
“quiero evitar más problemas, quiero que vuelva mi mujer, porque no estoy
contento”, pues eso; “mi hermano, o quien fuera que, que les envía”… y hay
unos que vienen con una motivación más propia, iniciativa también propia,
¿no? Muchas veces alguien me ha dicho que… eso.
At: Eh, volviendo a, eh, a ti: ¿tienes padre, madre, hermanos?
Mol: Sí.
At: ¿Están aquí?
Mol: No, están en mi país. Mis padres están separados; mi padre se ha
vuelto a casar, pero hace poco, es decir, mi padre tiene 75 años y mi madre,
70; mi padre se ha vuelto a casar con otra mujer que tiene, ella tiene la edad de
mi madre, 70 años, y se casaron un año o dos después de que yo viniera a vivir
aquí, o sea, hace doce u once años que se casaron… y tengo un hermano, que
tiene dos hijos, porque, en mi país, solo puede tener dos hijos.
At: Y, el modelo de hombre de tu padre, ¿te ha aportado cosas?
Mol: Humhum, sí. Sí. Mi padre no cumpliría con el perfil típico del hombre,
eh, macho, sí que ha trabajado, digamos toda, toda su vida, pero mi madre
también ha trabajado y, y yo diría que, eh, en la relación de mi padre y mi
madre, más bien mi madre ha sido ‘la fuerte’ (habla enfatizando), si es para
decir de alguna manera, o sea, mi madre es… pero, de hecho, los dos son
bastante pausados y… y escuchadores… sí, casi, casi que mi padre, los dos
de alguna manera, mi padre un poco más que mi madre, eh, expresa
demasiado poco sus deseos, necesidades, o explican demasiado poco lo que
les, lo que les ocurre… pero, te digo que nos es tanto como el típico… quiere
decir, un padre no tanto, así de atletismo, del, del, del hombre fuerte, sino un,
212

un (pausa) no querer imponerse, no querer eh… molestar, o, o tampoco no


‘mojarse’, no arriesgarse, es como, como veo yo.
At: ¿Y esta manera de ser te aporta a ti elementos para tu ‘ser’ como
hombre y como padre?
Mol: Humhum. Sí, yo, yo… esta manera como, como… pausada, de
escuchar, de llevar en cuenta el otro, sí, es, te digo: para mí es demasiado, es
demasiado poco asertivo, de alguna manera. Y eso es un tema que, que… yo,
para mí también trabajo, necesito trabajar, ¿no?, porque, los dos padres
teniendo esta tendencia de estar más centrado en los demás que, que en sí.
Pero, bueno, es entrar, hasta cierto punto es algo que, que valoro y que me
gusta, pero que se pasan un poco (risas).
At: ¿Pero, hay puntos positivos y puntos negativos que tu ves?
Mol: Sí. Sí, sí.
At: ¿Y tu identificas puntos específicos, como: “esto lo hago, esto no lo
hago”; lo que aprendí con mi padre?
Mol: Humhum. Sí, yo creo que la parte reflexiva del escuchar, del tener en
cuenta el otro, es positivo, aun que yo, tengo que corregir, tengo que también
tener en cuenta a mí, a expresarme más, yo ‘mojarme’ más, mostrarme más, y
algo que mi padre no, no… sí, añadir un poco ese aspecto como más asertivo,
si quieres, o más expresivo.
At: Y, ¿las cosas negativas que tu dices: “no, eso de mi padre no?
Mol: Yo, principalmente es eso, el, el… decir que, que… no es sé, sí ser…
tenerse demasiado en cuenta a él, defender demasiado poco sus… expresar y
defender demasiado un poco sus necesidades, deseos, no está más con las
necesidades, más… te digo: mis dos padres son así, mi madre y mi padre.
At: ¿Sí?
Mol: Sí.
At: ¿Son cerrados, o son comunicativos?
Mol: No es eso, no… mi padre y madre son un poco reservados, pero
no… pueden ser muy comunicativos pero, eh, a la hora de decir: “mira, yo
quiero esto, necesito esto”, si esto va contra lo que puede ser la necesidad del
otro, pues, eh… paran, eh… evitan un poco los conflictos y, y eso ha sido un
tema familiar también, porque los conflictos, es como si no existieran en la vida
familiar, y eso es un tema negativo importante; el no afrontar los conflictos, el
no expresar las posturas con firmeza cuando, si hace falta.
At: ¿Él tenía mucha presencia en tu vida de niño, de adolescente?
Mol: Ni mucha, ni poca, diría. Es decir, no era un padre ausente, en le
sentido de que no estuviera, pero tampoco muy presente, es decir estaba
trabajando todo fin de semana, vacaciones… sí, que no tengo recuerdo de
pasar tiempo con él.
At: Humhum. Y tu madre, ¿cómo era la relación?
Mol: Mi madre siempre, eh, de hecho mi madre tiene una historia peculiar,
porque mi parto fue muy complicado, muy difícil, eh, y yo estuve a punto de
morir en el parto, y sobre todo mi madre, quizá, tuvo más miedo de que yo… de
hecho dijo que había un momento que creía que yo había muerto, y ella tuvo
que sacar con el fórceps al final, y estuve un tiempo en la incubadora.
Entonces, ella pasó mucho miedo y, y, y esto le ha costado mucho superar y,
de hecho, no se veía muy capaz, durante meses, de hacerse cargo de mí
como, como bebé; y, y entonces, entre otras cosas, por eso mis padres
contrataron a alguien que se haga cargo de mí, y también porque ella trabajaba
213

a media jornada los, los primeros meses de, de nacer yo y, bueno, ahí, es un
tema un poco peculiar, y es curioso porque, hummm, se ve que esto, todavía,
algo de esto le queda de, de… con relación con mi hermano, por ejemplo, que
le ha pasado muchos más cosas, ella tiende a tener más miedo de que a mí va
a pasar algo; cuando voy de viaje, o cuando hago algo, pues, sigue quedando
ahí un residuo, ¿no?, de, de este miedo que, además luego yo tenía unas,
unas hipocondrías importantes de pequeño y… por eso el tema del miedo,
pues, por mi, por mi... salud, digamos así.
At: Humhum. ¿El estilo de vida de, de tu familia…
Mol: Humhum.
At: … era: los padres trabajar y los hijos, o están en la escuela…?
Mol: Sí, aunque mi madre, te digo, trabajaba, pero trabajaba a media
jornada, pero normalmente por las tardes estaba en casa; nosotros veníamos
del cole y mi madre sí, que estaba por la tardes.
At: ¿Y esta convivencia con personas que no son tus padres…?
Mol: Sí, había esta mujer que es la mi segunda madre desde de, de, poco
antes de yo nacer hasta los siete años siempre ha sido… con ella yo sigo
teniendo contacto, siempre que voy a mi país.
At: ¿Y tu crees que eso creó alguna dificultad para tu…?
Mol: Eso es, eso ya es entrar en psicoanálisis, casi (risas); sí, claro, yo
creo que sí. El, el, el no sentir que mi madre estuviera realmente ahí por, por
mí, creo que mi ha afectado, pero eso es, claro, son hipótesis porque eso fue al
nacer y unos meses después... de nacer.
At: Vale. ¿Y aquí tú entraste en contacto con un grupo de hombres…?
Mol: Eh, el grupo, supongo que es la misma historia que te contó José
(otro entrevistado), el grupo de formó en una jornada de masculinidades que se
realizó en… 2003, en marzo, ahora hace justo seis años.
At: ¿Tu fuiste a Jerez también? (Evento en el cual participó José, y del
cual surgió la idea de formar un grupo de hombres en Barcelona).
Mol: Bueno, estuve en Jerez en 2001, pero no tiene que ver con nuestro
grupo de hombres; sí que estuve ahí; en Jerez fue los primeros contactos del
movimiento de hombres, y ahí conocí a José. Pero, el grupo (dice el nombre
del grupo) se formó dos años más tarde, o año y medio más tarde en
Barcelona, en marzo, en agosto, algo así. José tomó ahí la iniciativa y, y dijo:
“yo quiero montar un grupo aquí”, y ahí se formó…
At: ¿Entonces tú eres uno de los primeros?
Mol: Sí. Lo que pasa es que yo, había un tiempo que estaba medio… por
temas de coincidir con el horario, un, unos meses que perdí, pero sí, estuve en
las primeras reuniones y después, luego, seguí participando.
At: Y el grupo, ¿qué te aporta para tu vivencia como persona, como
hombre?
Mol: Sí, un grupo de vivencias, eh, aporta un espacio… cómo, ehhh, de
reflexión, de cuestionamiento sostenido, ahhh, con otros hombres, pues es
diferente en los grupos mixtos, de los grupos con mujeres… ahhh, aunque,
quizá, el grupo es más un grupo como de, de apoyo y de, de reflexión personal,
digamos, la perspectiva de género no es muy, muy presente, pues no es un
grupo activista, o… político, en ese sentido, ¿no?, es más un grupo de, de
apoyo personal y, eso sí, entre hombres y está, digamos, de alguna manera no
es muy, hummm, muy presente… en la cuestión de género, la cuestión social o
política… sale, de vez en cuando, pero no es, no es fundamental, diría yo.
214

At: Esta manera de trabajar…


Mol: Humhum.
At: …¿cómo ves que cambia la relación con la mujer o con otros hombres,
fuera del grupo?
Mol: (Pausa). Bueno, yo creo que es… aporta… por una parte aporta, una
energía y un, un apoyo, ehhh… fuerza, de alguna manera… sí, fuerza o, o, o
confianza, de alguna manera… eh, ehhhh, mi… lo que surge de ahí, como
reflexión, como revisión, como cuestionamiento, porque para mí lo interesante
es el, la combinación del, del suporte que hay, de la protección que hay, del
amor que hay entre nosotros y, por otra parte, también el cuestionamiento, que
puede ser desde una perspectiva de género, pero también de conocimiento, y
ya íntimo, de las personas y, que nos estás engañando o, porque siempre hay
esta combinación de, de aceptación, de apoyo y amor y, y… cuestionamiento,
reflexión, revisión. Y esto, creo que sí, que se ha aportado en todos estos
temas que ha trabado el grupo.
At: Hummm. Antes del grupo…
Mol: Humhum.
At: … ¿qué hacías en este tema, cómo te vías en relación con los otros,
con otros hombres, con las mujeres, antes de entrar en el grupo?
Mol: Humhum. Sí, para mí no era tanto… pero sí que, para algunos del
grupo sí que… yo no sentía tanto como un malestar con, con… como
hombre…
At: En crisis…
Mol: …o una crisis importante, en ese sentido no; sí, una un… sí, como te
decía antes, tanto al nivel personal, un cierto posicionamiento que decía: “¡ui!,
sí”, porque hay temas que tengo que mirarme, ¿no?, fue… la oportunidad de
participar del grupo fue un poco después de que se, bueno, empezar este
proceso de… sí, que hay un… es curioso, te lo expliqué ahora mismo como,
que no lo vivo como un, como una crisis muy importante, pero sí, que había un,
un, una búsqueda, es decir, sí, este tema de mi masculinidad, de mi ser
hombre, ehhh, lo necesito revisar, tanto, por, por eso, por el plan de la pareja
como… pero temas que no me interesaban tanto y, además, cerca.
At: Y, ¿hay otro espacio que tú consigas trabajar eso, o es solo el grupo?
Mol: También el espacio terapéutico que, que he tenido hace tanto tiempo.
At: ¿Tu hiciste terapia, o haces terapia?
Mol: También, también, pero no me refiero a ello como cliente, pero como
terapeuta, sí, sí, sí, en el espacio que tengo para trabajar, y con mi pareja
también, evidentemente es otro, digamos, otra manera de, de trabajar, ¿no?
At: ¿Y el hecho de tener un hijo también…?
Mol: ¡Claro! Sí, sí, eso fue más tarde, pero evidentemente eso es otro
momento importante de revisión de, de… persona, de qué tipo de padre quiero
ser, qué relación quiero con mi hijo, cómo quiero que mi hijo me vea a, a mí
como, como padre, como hombre y como, como pareja… sí, sí, sí. Entonces,
esto fue, fue más tarde… Y, de hecho, el grupo fue bastante importante en el
proceso de, de decisión respecto a tener hijos, y todo eso… un apoyo
fundamental en esto.
At: ¿Entonces, eh, la discusión también pasa por la decisión de tener
hijos, o no?
Mol: Sí. Sí, bueno, para mí, personalmente, pero cada quién trae lo, lo
suyo, ¿no? Y para mí, durante mucho tiempo, esto era un tema. Sí, tener hijos
215

ya, ahora, con mi pareja… entonces, casi año ha sido mi tema principal en el,
en el grupo.
At: Los temas que el grupo trabaja, ¿te interesan todos, o hay temas que
no?
Mol: Hombre, los temas los decidimos nosotros, es decir que, al principio
era un poco más organizado, ¿no?, nos hemos puesto, eh, hablar de un poco
de nuestros padres, de cómo habían influido y, claro, tenía una sesión en que
hablábamos de eso, y otros que nos, eh, preguntaban… pero, nunca ha sido
muy estructurado, hay muy pocos intentos de decir: “vamos hablar de tal tema”,
o sea, ha sido más, hummm, una ronda interna en que todos explicaban qué...
At: Eentonces, no hay un, un…
Mol: Un gruión.
At: … un guión.
Mol: Exacto. Entonces, claro, un día puede interesar más, puede resonar
más, te puedes identificar con lo otro trae, más o, o menos, pero, pero como
pensar que esto es aburrido, y tal... bueno, hemos tenido algún, algunos, eh,
engaños de todo tipo en el grupo y, había dado cuenta que había unas
entradas que, que costaba un poco, digamos de mirar a nivel de, de intimidad,
o de profundización…
At: ¿Participaciones de…?
Mol: Sí, que habían entrado pero, en seis años ha habido algunos,
algunos cambios, y habían momentos que: “¡otra vez con la misma historia!”,
asé que…
At: Hay una pregunta que, que las personas me hacen, y que yo no sé
muy bien como responder...
Mol: Humhum.
At: … bueno, es saber por qué los hombres que están llegando y quieren
entrar en un grupo, pero no pueden entrar… en Brasil no es así, pero aquí sí…
entonces ¿cuáles son los problemas principales para la persona no entrar?
Mol: ¡Ufff! Bueno, ahí he llegado a desarrollar cierto proceso, digamos,
para desarrollar, digamos para… justamente porque hemos tenido experiencias
negativas, que, que realmente la entrada de algunas personas ha sido muy
destructiva, y ha cambiado…
At: ¿Cómo?
Mol: Destructiva, destructiva y que, de hecho, ha cambiado mucho la
dinámica que había antes, y para mal, es decir que: muy repetitivo, muy
superficial, muy poco personal y… Entonces, decidimos crear un proceso como
de, de acogida de gente que estaba interesada para conocerles, para que
conocieran el grupo, que haya un miembro del grupo un poco como tutor para,
para, para facilitar la integración del, de la persona nueva en el grupo, ¿no?
Ahora hace tiempo que no ha entrado alguien nuevo en el grupo.
At: ¿El grupo está, está fijo, o sea…?
Mol: Sí, sí. Ahora, ahora hay la idea de que ahora se podría se incorporar
alguien, pero, pero hace tiempo ahora que no ha entrado nadie.
At: En Brasil no, no hacemos eso…
Mol: Es abierto…
At: Sí. Y, bueno, no tuvimos problemas con eso, y llevamos unos 10 años
funcionando…
Mol: Humhum.
At: Sí. Y el vuestro es todas las semanas…
216

Mol: Sí.
At: Es un ritmo muy… (risas)
Mol: De hecho ha cambiado… había épocas que era quincenal, y también,
hay que decir que hay gente que no, que no viene cada semana, por ejemplo,
hay quien viene una vez al mes; yo, por ejemplo, desde cuando nació (dice el
nombre de su hijo), y todo el tema de trabajo… yo intento, pero, en realidad
vengo, quizá, no sé… dos o tres veces al mes, algo así, es decir… pero, sí, es,
es semanal, ha habido, eh, discusiones sobre, debates sobre esto varias
veces, pero de momento queda así.
At: ¿Y tú crees que el grupo cambia las personas que participan, o…?
Mol: Yo creo que sí. Yo creo que sí, pero es difícil, hummm, generalizar,
es decir, qué es lo que cambia, ¿no? Entonces, también es difícil decir que
sería mi vida ahora sin el grupo, ¿no?, pero sí, que lo noto como un… apoyo
importante, sobre todo en ciertos momentos… hay momentos que no tanto,
aunque luego también lo noto cuando dejo de, cuando dejo de ir siempre, una
vez por año, o ido tres o cuatro veces, sí que también como, como, pero hay
todo el tema difícil de tener hijos, ¿no?, y otros… y otros temas, muchas veces
con la pareja, pero también tema, incluso laboral, pues (pausa) ha sido… en mi
vivencia ha sido un apoyo importante en estos temas, me ha ayudado a
encontrar un, un camino mío, ¿no?, en estos, en estos temas.
At: Ehhh, ¿si fueras definir un grupo de hombres…
Mol: Humhum.
At: … cómo tú definirías?
Mol: Humhum. ¿El grupo; cómo definimos el grupo?
At: Humhum.
Mol: Claro (pausa). Es como te decía… para mí es un espacio de… como
de confianza, de, de, de apoyo, de amor que hace posible un, por una parte, un
abrirme y hablar de cosas que, quizá, en otros contextos no, no hablaría, y que,
por otra parte, me pueden revisar, reflexionar, cuestionar estas cosas sin que
esto sea muy amenazado... y que esto sea… entre hombres, creo que, que me
da un, un añadido; que haya, a veces… a veces, en nuestro grupo, hablar en la
perspectiva de género es más indirecta, no es muy, no es muy…
At: Política…
Mol: …política, pero yo creo que es mucho el compromiso y el… confianza
que sostiene…
At: Cuando tu hablas en ‘apoyo’, eh, la idea que entiendes es que, ehhhh:
tu ya tienes una manera de vivir tu masculinidad, y buscas en el grupo un, un
apoyo, un, una… compartir lo que tu ya tienes, ya traes…
Mol: No necesariamente para apoyar lo que ya trae, sino para, eh, por eso
digo, puedes revisarlo y cambiarlo perfectamente, pero sí salir con algo que
puede ser, a veces lo mismo con lo que entrabas, puede ser algo diferente…
pero con algo que, por una parte, siento más mío, más coherente, y siento,
porque tiene la, digamos también, el sustento moral con la fuerza del grupo…
pero no es para validar lo que ya, lo que ya traes, a veces puede ser que, que,
que es más, es decir, sí; bien; pero, muchas veces son revisiones, son cambios
personales, cuestionamientos, y a veces tampoco, a veces salgo más confuso
de que entro (sonreí), esto está claro.
At: Eh, ¿entonces no constituye un espacio de ‘aprendizaje’ así, como…?
Mol: Sí.
At: ¿Sí?
217

Mol: Sí. Sí, sí, sí. No, no… yo creo que, para ser un espacio de
aprendizaje a nivel muy íntimo, es decir, también a nivel emocional, identitario,
yo creo que hace falta esa sensación de confianza y de apoyo, y de… ¿sabes?
Apoyo, no en el sentido de que me apoyen en mis opiniones, en lo que yo
pienso, sino que, que hay una aceptación, una confianza, que, que, que, eso:
que te quieren estos hombres, y que, por muy duro que pueda ser lo que me
digan, eso no quita que, que puedo aportar también, o sea, me refiero a que
eso se hace posible que, que pueda haber un aprendizaje muy, muy profundo,
incluso, porque, porque me atreva a, a poner sobre la mesa y, poner en
cuestión mis cosas.
At: ¿Y, estas relaciones… bueno, tenemos relaciones con nuestros
hermanos, padres, hermanas y tal, y que no conseguimos exponer para ellos
todo lo que deseamos porque, o pensamos que ellos no entienden – y no
entienden mismo (risas mías) – y tratamos de eso en el grupo, ¿no?
Mol: Humhum, sí.
At: Hay siempre estas cosas… ¿Contigo ocurre también eso?
Mol: Sí. El tema del hermano, de la madre, del padre… Sí, aunque, en
algún momento sí, pero no ha sido, para mí personalmente, no han sido los
temas principales, ehhhh, en algún momento sí, inicialmente trabajaba la, la
relación con mi padre y, todavía ha sido fundamental, y eso ha sido, ehhh, muy
útil pero, luego, quizá primero porque, no he estado en mi país y , no tener
mucho, mucho contacto y, y las relaciones no es muy conflictiva, al menos para
mí no ha sido uno dos los temas más recurrentes, o más, o, o principales.
At: Hay un cuestionamiento de las feministas en Brasil, que no sé si es lo
mismo aquí…
Mol: Humhum.
At: … en que ellas decían: “pero, esto del hombre querer cambiar, esto no
es verdad”…
Mol: Humhum.
At: … o sea, hay una desconfianza.
Mol: Humhum.
At: Entonces, pregunto: ¿qué podríamos contestar a las feministas
radicales para decir que: “no, el grupo, o las personas que hacen parte del
grupo, son agentes de cambio también... social”? ¿Cómo argumentar eso?
Mol: Bueno, es slogan del Feminismo que “lo personal es político” y, en
ese sentido, creo que sí. Creo que, también hay que tener claro que, por lo
menos nuestro grupo no es un grupo ‘activista’ (enfatiza la palabra) por decir
un, un… y ha habido debates, había gente que en algún momento que, que
quería también esta faceta, ¿no?, de otros grupos de hombres que no, que no
solo tienen esta faceta, sino mucho más y, y nuestro grupo no está, aunque sí
que, digamos, se conoce ya algunos, ehhh, actuaciones, digamos, hacía fuera,
pero no, no es un grupo activista. Pero, yo sí que creo que, eh, en la medida en
que, digamos, nos revisamos nosotros y, y nos cambiamos nuestra manera de
ser hombres, esto repercute en nuestras relaciones, por eso, a todos niveles,
es un mini cambio, pero también puede ser un cambio mucho más sostenible
que, eso, que ir a una manifestación, o hacer cien mil taller…
At: ¿Pero esto no correría el riesgo de que, por ejemplo: “yo quiero estar
bien conmigo, pero mi practica fuera del grupo…”?
Mol: Sí, es riesgo que ahí está, y hay que revisarlo y ahí, hummm, creo
que a nuestro grupo no se iría bien un poco más en esta perspectiva… hay
218

este peligro de tender hacia, hacia lo terapéutico, digamos, y, por eso digo, el
tema de género está ahí, pero no es suficiente para decir… personalmente
porque, me gustaría que estuviera un poco más, pero, bueno hay algunos
participantes que de vez en cuando lo, lo, lo ‘ensucia’ (risas).
At: Bueno, la actitud del hombre diferente…
Mol: Humhum.
At: …no machista...
Mol: Humhum.
At: ...en la sociedad, ¿qué actitudes podríamos decir que son actitudes de
cambio?
Mol: Bueno, yo creo que lo principal realmente es, lo que tu decías antes,
¿no?, es predicar por el ejemplo, es decir, en tu [se refiere a mí] la práctica de
vida sí fue con el discurso y, a la vez, eh, vivir, y vivirlo en casa, en la pareja, en
todos los, en todos los, los ámbitos: eso yo creo que eso es fundamental, y
luego está el cómo… cómo confrontarse, o cómo posicionarse socialmente,
¿no?, el, el, respecto a la violencia, el silencio nos hace cómplices: hasta que
punto, y eso es realmente un punto importante, es realmente visibilizar que,
que no estamos de acuerdo con ese tipo de cosas, que no, eh, que no lo
apoyamos, sino todo lo contrario, estamos en contra, y que estamos en favor
de la igualdad... entonces, ser gentes de cambio no es solo cambiar a nosotros,
sino facilitar, promover el cambio en, en otros hombres, ahhhh, ablando con
ellos, cuestionando maneras de hacer, prácticas y, y, pues, de esta manera,
¿no?, es un, además del, del activismo más político, social más directo, es más
en el cotidiano, en, en, en esto...
At: En tu trabajo aquí...
Mol: Huhmhum.
At: ...consigues introducir estas cuestiones?
Mol: Hasta cierto punto, claro, si el tema es la violencia, y esto está
siempre en la mesa, a nivel más de la organización, por ejemplo, en otros
departamentos, u otros ámbitos... en algún momento, pero... pero ahí cuesta,
cuesta más.
At: ¿Porque no son abiertos a esto?, ¿es un trabajo más político,
profesional...?
Mol: ¿Aquí, en la, en la, la institución?
At: Sí.
Mol: Sí. Pero, pero, pero al menos no de manera más, más sistemática,
¿no?, hay más, claro, las relaciones individuales con los compañeros… lucir
una cultura más, menos, muy masculina, o es otra masculinidad a nivel más,
eh, extenso... sí.
At: Humhum. ¿Tú haces atendimiento personal a todos, o...?
Mol: Ahora estoy poco, ahora estoy más en la coordinación de equipos;
algunos casos sí, otros no... sí...
At: Humhum. ¿Haces trabajo con grupos...?
Mol: Ya, ya te digo, yo, ahora, directamente no estoy en ningún grupo,
porque estoy en la coordinación de la entidad, no con los hombres
directamente; algunos atiendo individualmente, sobre todo los… pero son
pocos; soy más de gestión y coordinación.
At: ¿Tuviste algún contacto en algún momento con los grupos feministas,
hiciste algún trabajo con ellas?
219

Mol: Había momentos, pero puntuales, no había un trabajo más, más


sostenible. Hace algún tiempo participé en alguna jornada, en algún encuentro
mixto y, jornadas... sí que había el debate pero, algo más continuado no.
At: Una de las motivaciones que percibo en algunos hombres para hacer
ese tipo de trabajo es la relación con la iglesia... ¿también es tu caso?
Mol: No. No, no. Bueno, mis padres sí que fueron activos en mi país, en la
iglesia protestante, muy a nivel comunitario, movimiento pacifista, etcétera,
pero yo no, nunca tuve una relación importante, digamos, con la, iglesia.
At: Bueno, es que hay espacios que son referentes para uno empezar una
acción social.
Mol: Humhum.
At: Entonces, ¿hay algún espacio de referencia para ti que te ha
impulsado a buscar un trabajo social, trabajo por la igualdad?
Mol: (Pausa) No. No hay así... de hecho, yo creo que es algo más...
como... yo que creo que, es algo que... yo creo que... creo que un poco he
entrado a través del trabajo de psicoterapeuta, con el sufrimiento de las
personas, el contacto con el sufrimiento; el sufrimiento muchas veces tiene a
ver con desigualdades, con injusticias sociales, y que, de hecho, la Psicología,
o la Psicoterapia, tiende a, a, moldear todo este, este contexto social y
minorizar el sufrimiento. Eso sí que ha sido un tema para mí, desde que trabajo
con psicología. Y luego, sí que, lo que le decía, con el tema de género en
concreto ha coincidido con el momento personal, con el momento profesional
para dedicarme a el tema de la violencia. Pero, antes de esto, yo creo que eso
ha sido, quizá, no podría identificar con esto, este malestar con la profesión a la
hora de, de individualizar problemas sociales de desigualdades e injusticias,
que, producían sufrimiento, que luego decimos, pues, “depresivos” o algo del
tipo, o por el contexto social que probablemente haya causado gran parte... eso
ha sido, para mí al principio yo he estado trabajando.
At: ¿Solo después de seres un profesional, un psicólogo, o antes
también?
Mol: Bueno, en mi formación habían algunas ideas, pero fue más
evidente, más claro cuando empecé a trabajar con, con... sí, claro, la
perspectiva yo ya la tenía también, pero nunca tuve una formación en ese
sentido.
At: Digo eso porque, cuando somos adolescentes siempre deseamos
cosas, entonces hay motivaciones en ese sentido...
Mol: Hummm, hay un espacio que el tema de la justicia, igualdad, más allá
del sentido de justicia, más personal, yo no lo relacionaría con justicia social,
con, con las desigualdades, en ese espacio de trabajo comunitario, por lo tanto,
de la iglesia, yo no, no recuerdo ningún, nada de, de, de este estilo.
At: Humhum. Bueno, en tu país, no hay mucho trabajo social, por ejemplo,
la Teología de la Liberación, creo que no ha llegado por allá, ¿no?
Mol: No, no. Esto he descubierto mucho más tarde, ¿no?
At: ¿Qué, qué... bueno, una última pregunta... qué destacarías del grupo,
además del apoyo...
Mol: Humhum.
At: ...del... para ti?
Mol: (Pausa larga de 20 segundos) Es curioso, es difícil de, de, porque
formaría muy parte de mi vida, de alguna manera, ¿no?, como... aunque,
personalmente (pausa), no, no, con algunas excepciones, pero el grupo era
220

espacio de, hace mucho no nos reunimos por… y fuera de esto, hummm, con
las personas no tengo mucho contacto, aunque, nos hicimos realmente amigos,
y, y, muy importes sí, pero… sí, siempre tiene como una separación un poco
rara en ese sentido, porque el grupo era este espacio y, casi, eh, me dedico en
casi la mitad del tiempo que estoy aquí, pues… he formado parte del grupo, el
grupo ha formado parte de, de mí... es difícil como desgranar algo en ...
At: Es un apoyo, incluso profesional, ¿no?
Mol: Claro, ¿no?
At: Si, sí.
Mol: Y lo que, creo que hace mucho es realmente también tener tanta
historia común, ¿no?, porque, como te decía, ha habido crisis y alto y bajo en,
en, en el grupo y procesos del, de cuestionar al mismo grupo, la manera de
hacer, bueno, eso en cada, hace tiempo… cada año hay un momento, ¿no?, es
decir, a ver, a ver… superamos juntos todo, todo ese tiempo hemos estado
diciendo, y eso, eso… une, y cría un…
At: Un vínculo…
Mol: …un vínculo, sí.
At: He leído un autor que habla sobre grupos en Canadá [Guillot, 2008] y,
para él, un grupo tiene un tiempo de duración y, llega un momento que se
acaba. Y, se forma otro, con otra persona, el grupo antiguo ayuda el nuevo… o
sea, para él es eso: “nace, crece y muere”. El grupo de vosotros funciona
¿hace seis años?...
Mol: Seis años, humhum.
At: ... ¿y no hay perspectiva de acabar, no?
Mol: De momento no, porque ha habido momentos de crisis donde ha sido
tema, y se decía: “el grupo se está muriendo”, pero se ha reanimado, de alguna
manera, pero en algún momento creo que hubo algunas fisuras, ehhh, y en
otros momentos se recuperó.
At: José me dijo una vez que el grupo estaba acabándose...
Mol: Bueno, crisis ha habido, como mínimo, uno a cada año,
probablemente (risas).
At: Humhum. Nuestro grupo, en Brasil, nunca tubo una crisis muy
importante, a no ser una en que un colega habló mal de mí fuera del grupo, y
era mentira, y eso casi me causaba problemas. Entonces, yo pedí una reunión
extra con todos del grupo para que el colega se explicara. Solo eso. Bueno,
otro problema era que los que parecían ser homosexuales, a pesar de sernos
abiertos al tema, mismo así no conseguían hablar de ello…
Mol: Es un poco como te decía que, hay algunos que no acaban de
‘mojarse’, ¿no?, y, y incluso con un discurso un poco no interactivo y, y muy
superficial, y, ahí, pues, chupa mucha energía del grupo y, en fin, no se, no se
avanza.
At: Otro día, entrevistando a un compañero de vuestro grupo (dije su
nombre), y vi que él hablaba con tranquilidad de su homosexualidad, y yo
pensé: bueno, en nuestro grupo tenemos que tener este nivel de confianza y
apertura (risas).
Mol: Humhum. Sí, todavía es complicado… bueno, también ha cambiado
bastante en los últimos años, es decir que, en parte tiene todo el tema del
reconocimiento legal del movimiento gay, entonces, quizás así ha ayudado
algo, ¿no?, porque es un movimiento mucho más antiguo, y ha trabajado
221

mucho pero, creo que eso también ha, ha, ha sido un poco más fácil conquistar
los derechos… te hablo aquí, en España.
At: Pero, ¿en las familias eso ha cambiado?
Mol: No, no yo creo que en las familias eso es mucho más complicado.
At: Interesante que, que el grupo es un espacio para todos, ¿no?...
Mol: Humhum.
At: …que quieran abrirse…
Mol: Humhum.
At: Ahora, si consiguiéramos transformar ese trabajo en algo más, trabajar
en las escuelas… Es cierto que hacemos talleres…
Mol: Sí, pero es mucho más inconstante e irregular los talleres, y son
como… son artificiales, digamos así; no tienen mucho impacto a largo plazo…
sí.
At: Es eso, gracias.
Mol: No, a ti, a ti. Interesante porque... había cosas que yo tampoco había
pensado demasiado.
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2. Trípticos de la AHIGE
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3. FOTOS

3.1- Hombres de Barcelona


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3.2- Hombres de Recife

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