Si el propésito de la ensefianza de la historia (por citar las orientaciones
del Schools’ Council) es profundizar la comprensién, por parte de los ninos,
de su mundo, ampliar su experiencia a través del estudio de personas de
tiempos y lugares diferentes, apreciar el proceso de cambio y de continuidad
en las materias humanas, reflexionar criticamente y formular juicios mientras.
que ai mismo tiempo adquieren unos intereses (1) para el tiempo libre,
entonces las visitas (bien preparadas e investigadas por el profesor) deben
ocupar un lugar crucial en el curriculum de la escu
El uso eficaz de una visita a un castillo,
cional, a un museo de experiencias o a. un museo sobre el trabajo promovera
el desarrollo tanto de conceptos como de destrezas.
La historia a través de las visitas
Es evidente que profesores y directores de museos admiten que los nifios.
aprenden de la combinacion de una experiencia total asi como de la con-
centracién en elementos especiticos de ésta. El mosaico romano ofrecido
de 9 afos durante su visita al museo de Londres sirven para aguzar la curiosidad,
proporcionan un marco para el debate y otorgan la oportunidad de obtener
un grado de sintesis y de comprension personal. El siguiente caso muestra
como puede desarroliarse el estudio de un solo objeto.
A través de testimonios concretds } tangibles, ‘se’ cdntriduye & Yus 15s
nifios creen una imagen del pasado como si fueran historiadores. Esto es
esencial para el desarrollo de conceptos porque “no pueden ser adquiridos
por prescripcién previa sino sélo constituidos sobre una experiencia amplia
reflexionar sobre la calidad de la experiencia brindada. Cualquier visita ina-
decuada o mal preparada puede ser, desde luego, tan destructiva del interés
y de la comprensién como una leccién mal concebida y basada en un libro
de texto mal escrito.
de un pasado humano, no ese mismo pasado. Los objetos representan tes-
timonios que los nifios pueden aprovechar para profundizar en su com-
prension de lo que fue. Tales articulos nunca constituiran un vehiculo paraEl éxito de la visita a un museo 0 a un lugar histérico no debe medirse
en términos del numero de hojas de ejercicios completadas por cada nifio
Un museo puéde proporcionar charla, manipulacién y admiracién.
Con demasiada frecuencia se permite que la hoja de ejercicios se con-
vierta en la clave de la visita y que su realizacién sefiale el final de la expe-
riencia, Demasiado a menudo las mismas preguntas s6lo admiten una respuesta
{y resultan asi convenientemente calificables) y estimulan una reflexion o un
autocuestionamiento escasos. Muy a menudo dirigen 108 ojos de los niflos
Hay que considerar las visitas como un aprendizaje de la valoracién. Se
les pide no simplemente que observen algo raro y aspecial, sino que
ademas reaccionen ante la experiencia. La valoracién canstituye una des-
treza de nivel elevado y no deberiamos excluirla de los propésitos prin-
cipales de la educacién simplemente porque sea dificil (3).
Este ejemplo esta tomado de una reconstrucci6n de los hechos organizada
en cooperacion entre un museo y una escuela primaria Es una recreacién tipica
del género que se utiliza para ayudar a los pequefios alumnos a imaginar “cémo
pudo haber sido la vida’ La clave del éxito de las reconstrucciones histéricas
8 el grado en que los nifios intervienen y consiguen por un rato desplazarse en
el tiempo. La escena antes descrita se desarrollé en el calvero de un bosquecillo,
mansién y al terreno circundante. Los “personajes” animan a los nifios de
su grupo a tomar sus propias decisiones y a participar y encabezar !a accién.
Se estimulaa los alumnos a que vean el acontecimiento a través de los ojos
de un determinado personaje y a que, tras su vuelta a la escuela, empleen
esas diferentes interpretaciones de un hecho en coloquios y trabajos de
seguimiento.
El propdsito de la reconstruccién (y el tiempo consagrado a esta activi-
dad) puede justificarse en varios niveles. En primer lugar, |a calidad y natu-
raleza de la experiencia parecen hacer mucho mas faciles a tos nifios el
recuerdo de la informacién historica y su comentario.Puede atirmarse por eso que las reconstrucciones parecen ejercer sobre
los nifios un impacto muy superior al de métodos mas tradicionales de
ensefianza. El profesor de una escuela primaria del sur de Londres me hizo
En segundo lugar, la reconstruccién puede llegar a ser un vehiculo mediante
el cual los nifios lleguen a enfrentarse cara a cara con los testimonios histéricos.
El éxito de cualquier reconstruccién depende de la eleccién del lugar
ylo periodo y de una minuciosa preparacin. La representacién en si misma
no es mas que la integracion de un amplio numero de actividades interrela-
cionadas. Es preciso estimular alos nifios a que investiguen toda una diver-
sidad de topicos antecedentes (indumentaria, alimentacion, estilo de vida)
y aque se conviertan en expertos en un periodo histérico estrictamente de-
finido (lo que requiere un conocimiento de personas especificas y de acon-
Las reconstrucciones no tienen por que limitarse al museo 0a la mansion
seforial. En laescuela en que yo trabajé un grupo de alumnos de 9 a 11 afios
Los nifios que participan en una reconstruccién bien preparada reciben un
elevado grado de experiencia ante el que pueden reaccionar. Quizé sea esto