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LA VIOLENCIA EN JÓVENES LICEÍSTAS

AUTOR.
Pablo López Domínguez
PROLOGO.
María Celeste Domínguez C
A mi esposa.
Compañera y apoyo incondicional.

A mi familia, amigos y alumnos.


Por y para ellos
“La Historia de la violencia es
silenciosa, invisible y muchas veces
imperceptible, pero su huella es
indeleble”

Gabriela Matute, 2009

Globovisión, Canal de noticias


de Venezuela.
ÍNDICE
Contenido Pág.
Prologo......................................................................... IV
Nota de Autor................................................................. VII
Introducción…………………………………… ..…………............ 10
Venezuela......................................................................... 17
Con un ojo en el retrovisor y el otro en el camino............ 28
Los invitados a este encuentro......................................... 36
• La violencia ayer y hoy.................………......................…. 41
• La violencia, definición y tipos…….......…................……... 43
• La escuela, ¿transforma, neutraliza o
46
refuerza?........................................................................
• Sociedad y familia, ¿Asocian o
51
disocian?.....................................................................
• La violencia como reflejo de una
53
realidad….......................................................................
• La migración de roles………………............………... 73
• El Estado……….............................................…… 74
• La Familia………….....………………....................... 80
• La Escuela (el maestro)………………..................... 87
• ¿Al maestro con cariño?...................................... 95
Que pasen los jóvenes………………………………................. 101
Conclusiones…………………………………………………..……. 120
Anexos………………………………………………...………………. 126
Bibliografía………………………………...………………..………. 131
Prólogo



Incursionar en el tema de la violencia pareciera que nos relaciona o nos
vincula con lo escabroso, con la agresividad o con la maldad. Y tal vez, quien
lo piense así no está muy alejado de la realidad…. Pero al leer el enfoque de
Pablo López Domínguez, la cuestión pasa a tener un cariz muy diferente.
Este antropólogo, con apasionada vocación de educador se muestra
interesado en buscar las raíces y las causas que llevan a los jóvenes
liceístas a adoptar conductas violentas hacia sus semejantes. Se preocupa
por indagar si las causas de tal proceder se encuentran en la familia,
definida por alguien en alguna oportunidad como “ ese grupo de personas
que no se quiere bien” Luego se plantea la posibilidad de que el estado
también tenga su cuota de responsabilidad en el asunto, toda vez que es él
quien regula a través de sus leyes y decretos el quehacer educativo; y por
último, asoma como tercer elemento de la tríada a la escuela y los
educadores en quienes los padres delegan la difícil tarea de formar a los
hombres y mujeres del futuro en cuyas manos estarán las riendas del devenir
de nuestra sociedad.

Por otra parte, podemos también decir que la violencia no es un tema


fácil de abordar toda vez que el sólo mencionarla causa escozor en quien la
escucha y si hablamos de violencia juvenil, con mucha más razón surge el
desagrado hacia el tema. Pero de nuevo hay que decir que al plantearlo con
férreo ánimo de resolverlo, con genuino interés por erradicarlo y cuando se
siente el deber de hacerlo por un inmenso amor al educando como lo hace
Pablo López, ya es otra cosa. Y ello le hace decir con mucho pesar:

“… Se puede presumir, por la situación actual que vivimos


que pese a tantos esfuerzos, existe la percepción de que fuesen
más los que le apuestan a vivir con ella (con la violencia) que los
que quieren en realidad erradicarla”(López;2014:5)1


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De allí su preocupación por investigar, indagar, entrevistar y convivir
con jóvenes liceístas, a fin de extraer, del propio corazón del problema, las
herramientas que nos ayuden a resolver y erradicar este flagelo de nuestra
población infantil.

Según el propio Pablo López:

“Se hace necesario estudiar, entender el tema para


disminuirlos niveles violentos que estamos viviendo, para
intentar dejarle como herencia a estas generaciones que se
están acostumbrando a vivir en sociedad y violencia, un país
con cultura de paz y formación integral, que les permita
entenderlas normas y que logre que los mismos jóvenes
respeten y hagan respetar las leyes sociales de ética y buenas
costumbres para poder construir con ello, un país que sea un
lugar tranquilo de convivencia”(López;2014:13)

Esta investigación, al analizar la violencia de los jóvenes o mejor aún,


la conducta violenta de los jóvenes en los diferentes contextos en los que se
desenvuelven, sea la escuela, el hogar o las calles, nos deja un aporte,
desde la perspectiva de la antropología de la educación, digno de ser tomado
en consideración. La preocupación del autor por el tema, su dedicación a
investigar en aras de conseguir posibles soluciones al problema y el interés
que nos muestra por llegar al corazón del asunto, nos hace pensar que bien
vale la pena hacer un alto en el camino para beber del agua fresca que nos
brinda este joven antropólogo y recomenzar la ruta con nuevos bríos al
pensar que tenemos generación de relevo en cuyas manos podemos confiar
el futuro de nuestra sociedad.

Si con estas palabras logro interesar al lector en el tema, me daré por


satisfecha y habré cumplido mi cometido y podré decirle al autor: ¡Adelante
Pablo, se ha visto por fin la luz al final del túnel. Éxito!

María Celeste Domínguez C.

Monte Bello, Venezuela.


28/2/2014.

 

NOTA DEL AUTOR

 

América cuenta, desde mucho antes de la conquista, con
una historia llena de violencia, pues las ciudades aborígenes no
formaron sus grandes imperios, como el Maya por ejemplo,
lanzándose rosas, esas comunidades cometían actos violentos,
atroces que hoy son estudiados con la frialdad de lo que quedó en
el pasado. Luego, con la conquista, la violencia siguió tomando su
camino por los senderos del continente, sólo que ahora se le
añadió la pólvora y la imaginación de los conquistadores del nuevo
mundo para lograr su cometido, parte ésta de la historia, que
también es enseñada y estudiada desde el ojo frío del pasado,
luego llegamos a la independencia de las naciones del continente,
que, como bien sabemos, no se ganaron todas como el convenio
de la mancomunidad de los países de la Reina Isabel II de
Inglaterra, sino que se lograron derramando sangre y entregando
miles de vidas.

Lo cierto es que llevamos en nosotros el espíritu violento de


nuestros ancestros americanos, y llevamos también el luto activo
de los actos violentos cometidos en la conquista; de un lado, para
demostrar poder y del otro, para defenderse, pero llevamos ambos
principios violentos en nosotros.

Con lo anterior no quiero decir que seamos violentos por


naturaleza, sólo quiero explicar que esta condición no es nueva en
nuestras vidas y que hemos podido superar grandes adversidades
en nuestra historia con la violencia a nuestro lado.

Venezuela no escapa a esta historia, y en la época


contemporánea pareciera que todo se encuentra exacerbado, pero
países como Colombia, Argentina, Estados unidos y México, por
ejemplo, cuentan también su historia, en ocasiones desde
perspectivas violentas, el caso es que en la actualidad se vive una
 

realidad que no escapa a ningún país del continente, la violencia
campea en todos los ambientes y los padres, quienes
responsablemente deberían ocuparse de enseñar a sus hijos a
vivir en la paz social y familiar, han dejado a un lado la labor de
formar, delegándosela a los maestros de escuela.

Es por tal razón que el abandono aparente de los jóvenes por


parte de sus padres, es motivo de estudio como posible causal de
los actos violentos por parte de estos en la actualidad.

Finalmente, cabe destacar que este estudio se realizó en


Venezuela, pero como todos en común llevamos la impronta de la
Violencia, puede ser útil a todos los países de nuestro continente.

Pablo de Jesús López Domínguez.


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INTRODUCCIÓN

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La violencia es un tema que preocupa a muchos y ocupa a
unos cuantos, pues hemos vivido con ella desde que tenemos
historia propia, en ocasiones más marcada que otras pero siempre
ha estado a nuestro lado.

Históricamente son incuantificables los intentos que se han


hecho a nivel mundial para ponerle fin a esta forma de vida,
incluso es considerada como ilegal pero, se puede presumir, por la
situación actual que vivimos, que pese a tantos esfuerzos, existe
la percepción de que fuesen más los que le apuestan a vivir con
ella que los que quieren en realidad erradicarla.

Muchas son las razones que se han dado y estudiado para


entender este fenómeno pero pocas han sido las acciones
eficientes que puedan disminuir los índices violentos, incluso se
ha tipificado la violencia por tipos, como son por ejemplo, estudios
realizados sobre la violencia doméstica, contra la mujer y la
violencia con los menores de edad, entre otros; Igualmente, se ha
segmentado por modos, logrando así una clasificación más
específica, violencia psicológica, física, mental entre otras, sin
embargo, , es importante destacar, que existen muchos otros tipos
y modos de violencia, lo anteriormente nombrado sólo representan
ejemplos.

Lo que sí es cierto es que pese a tantos estudios y razones


que se le atribuyen a comportamientos violentos del ser humano
son pocas las acciones que se logran para poder evitarla, pueden
haber muchas políticas sociales, incluso personales, pero se hace
necesario entender y presumir que los estudios que se han hecho
son, más para conseguir una explicación que para buscar una
solución, lo cual, a su modo, no deja de ser loable.
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Sin embargo, se hace necesario llegar más allá de los
estudios y explicaciones que se dan a las conductas violentas, Así
como también existe la necesidad de encontrar las raíces que
llevan a algunos países, especialmente de los continentes
América, Europa y África, a estar sumidos en la violencia, y así,
poder acabar con ella.

Las razones pueden no ser cuantificables, como hemos


señalado anteriormente, pues estas actitudes no dependen de
una arista sino de muchas, en ocasiones más sociales que
personales, sin embargo es importante que sean identificadas
para su posterior solución. Por otro lado, es importante destacar
que no existe un dogma que pueda abrazar la solución a este
problema, pero proponiendo y ejecutando varias soluciones a la
vez, creemos posible ser más eficientes.

Entre estas infieras que llevan a la violencia se encuentra la


familia, que, por sí sola no es la razón que lleve a niveles
elevados la violencia, aquí nos referimos específicamente, al
punto al que la sociedad ha llevado a ésta, lo que la hace un
factor de estudio fundamental a la hora de analizar las causas del
comportamiento violento, presionándola para que, dado el ritmo de
vida que llevan, resulte difícil lidiar con todos los roles que ésta
debe cumplir o que por herencia cultural terminan dándole exceso
de libertad a los hijos.

Así, podemos decir que, en líneas generales, en estudios


realizados recientemente, la familia puede ser caracterizada,
según sus tres principales roles, de la siguiente forma:

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Trabajadora: En este caso ambos padres, para poder lograr
la calidad de vida buscada, deben trabajar, lo cual no es
objetable, el problema comienza cuando, por salir a trabajar, dejan
a sus hijos bajo los cuidados de terceros o sin cuidados,
posiblemente asumiendo que ya son grandes para cuidarse solos.

Formadores: El rol de formación de los padres comienza al


iniciar la vida del hijo y no debería terminar nunca, y uno de los
momentos donde posiblemente más estrechos deben ser estos
lazos, es con la entrada a la pubertad de los hijos, pues es en
esta etapa de la vida de sus descendientes cuando necesitan más
orientación y compañía de sus padres, y, al parecer, en algunas
ocasiones no pasa de esa forma, en la actualidad los jóvenes
quedan a merced de cualquiera 1, menos al cuidado de sus padres.

Garantes de autoridad: Por la misma razón antes explicada,


pareciera que algunos padres pierden todo tipo de autoridad ante
los hijos al momento en que estos entran en la pubertad,
entendiendo también que es una condición que viene con los
adolescentes y que es una etapa de transición difícil, es necesario
llevarlos de igual forma de la mano. Esta pérdida de autoridad
lleva a los adolescentes a estar constantemente buscando
transgredirla o a alzarse contra quienes de una manera u otra
intentan ejercerla a favor de ellos, lo que es visto por los jóvenes
como si los adultos actuaran en su contra o para perjudicarlos.

Estos son, una tipificación de los roles familiares que


presumiblemente una parte de las familias no están pudiendo


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cumplir a cabalidad, por razones que escapan a las realidades de
cada quien, prioridades que le dan la espalda a las generaciones
de relevo que están esperando para asumir las riendas de una
sociedad mejor y más digna para quienes en ella viven y se
desenvuelven cada día.

Como se explicó anteriormente no es la familia por sí sola


una fábrica de violencia, ni mucho menos se pretende
responsabilizar a ésta de la totalidad del problema, existen otros
entes que también ocupan parte importante en el asunto y tienen,
si se puede decir de esta forma, una cuota de responsabilidad, y
ellos son, el estado y la escuela.

Esta triada, estado – familia – escuela, será estudiada como


co-responsables y al mismo tiempo, entes que intentan solventar
el problema que hoy ataca a todos los rincones de muchos países.

Del mismo modo es necesario entender el tema para


disminuir los niveles violentos que estamos viviendo, para intentar
dejarle como herencia, a estas generaciones que se están
acostumbrando a vivir en soledad y violencia, un país con cultura
de paz y formación integral, que les permita entender, aceptar y
respetar las normas, y que logre que los mismos jóvenes respeten
y hagan respetar las leyes sociales de ética y buenas costumbres
para poder construir con ello un país que se convierta en un lugar
tranquilo de convivencia.

Con el presente estudio, se pretende analizar la violencia de


los jóvenes en los distintos contextos en los que se desenvuelven,
como pueden ser la escuela, las calles, el hogar, entre otros,
atendiendo a las a causas que la generan, considerando la

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ausencia de la familia en la vida del joven, y por ende, como
reflejo de ésta, a la comunidad donde residen, como unas posibles
causas de las conductas violentas de los adolescentes.
Entendiendo con esto que no se trata, en ningún momento, de un
estudio taxativo, toda vez que se reconoce la existencia de otras
causas, sin embargo se ha hecho un enfoque en ésta como una de
las principales causas de la violencia en los adolescentes.

En el primer capítulo se presenta una explicación del modelo


educativo que rige en Venezuela en la actualidad, junto a las
interrogantes que llevan al análisis de una forma de vida no
convencional, pero ya normal entre los jóvenes que los está
llevando por vías alternas y alejadas de las normas éticas y
morales de la sociedad. Del mismo modo se intenta explicar las
razones que impulsaron el estudio de la violencia focalizado en los
jóvenes; entendiendo que el tema, por ser amplio, necesitó
delimitar el espectro de estudio y definir claramente cuáles serían
los alcances y limitaciones del mismo, finalmente se plantean
algunas bases metodológicas que se usaron para la realización de
la investigación.

En el capitulo segundo se hallan todas las bases teóricas


junto con los autores que aceptaron la invitación para debatir
sobre el tema, Sociólogos, Antropólogos, Psicólogos, Educadores,
Psiquiatras junto a otros científicos sociales y de ciencias puras
que se interesaron por el tema, el capítulo se pasea por la
violencia en el pasado y en el presente, el rol que cumplen el
estado, la familia y la escuela.

El capítulo tercero termina invitando a los estudiantes a


participar en el debate que se abrió por y para ellos, colocándolos
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en la mesa de trabajo y escuchando sus opiniones, las cuales
fueron de gran utilidad para concatenarlas con los comentarios
hechos por los profesionales anteriormente nombrados.

De tal modo que esta investigación viene a formar parte de


un universo de estudios realizados sobre la violencia y se coloca
en la ramificación de los jóvenes y la familia para ampliar el
espectro de las investigaciones relacionadas con el tema, para,
finalmente, hacer un aporte en aras de un vivir mejor, de una
mejor sociedad y de formar a nuestros jóvenes en una cultura de
paz y, tener así, el mundo que todos merecemos.

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VENEZUELA

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País ubicado al norte de la América del sur, tiene como
vecinos a Colombia, Brasil, Guyana, países con los cuales limita y
el Mar Caribe; éste último le permite tener dentro de su economía
salida al mar y por ende facilita el comercio marítimo.

Este país, desde su independencia hasta la actualidad


cuenta con una historia política muy diversa, pasó por dictaduras,
años de represión, presidencias militaristas, traición entre
miembros del mismo partido político, democracias, golpes de
estado, juntas de gobierno, rebeliones militares, sociales,
estallidos estudiantiles, convenios entre partidos que se
intercambiaban el poder, cuatro constituciones, lo cual supone
cuatro repúblicas, y en la actualidad cuenta la con la quinta de
ellas, basada en un régimen político denominado Socialismo del
siglo XXI que se reformula constantemente, pues es una tendencia
política en construcción. Se instauró en 1998 con la llegada a la
presidencia de Hugo Rafael Chávez Frías y luego de su deceso,
continuó su sueño socialista quien fuese su canciller Nicolás
Maduro Moros y, mientras esto sucede, la historia política de ese
país se continúa escribiendo.

Entre los 26 ministerios, que en la actualidad ayudan al


funcionamiento de dicha tendencia, se encuentran dos que se
encargan de la educación, denominados Ministerio del Poder
Popular para la Educación y Ministerio del Poder Popular para la
Educación Universitaria, ambos se encuentran estrechamente
relacionados pero con funciones muy distintas.

El Ministerio del Poder Popular para la Educación tiene como


Misión:

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"Promover y garantizar al pueblo venezolano el desarrollo sociocultural
mediante la formación integral de todos los ciudadanos y ciudadanas, como
ente rector de las políticas educativas en concordancia con los lineamientos del
Estado y comprometidos con la participación popular para un mayor nivel de
desarrollo, materializando la universalización de la educación y fortaleciendo el
acceso, permanencia y prosecución del Subsistema de Educación Básica."
(Ministerio del Poder popular para la Educación)

Sus competencias son la educación pre-escolar, primaria y


secundaria, a saber:

Pre-escolar: Comprende cuatro años, divididos en Maternal,


pre-kinder, kinder y preparatorio. En estas etapas el alumno debe,
progresivamente, aprender a ir al baño solo, dejar el pañal,
aprender a tener seguridad en sí mismo y autonomía dentro del
colegio, aprender a leer y a escribir, o al menos tener las nociones
avanzadas al respecto, esta etapa termina a los 6 años de edad
para darle paso a la época escolar denominada primaria, que
debe comenzar a los 7 años de edad.

Primaria: Comprende los seis años siguientes a la etapa pre-


escolar, la cual está dividida de primero a sexto grado, en la que
tienen, por lo general, únicamente una maestra para todas las
asignaturas menos para deportes u otra materia como
computación, inglés o natación, en estos seis años ya el alumno
debe aprender a escribir, leer, razonar, realizar actividades de los
libros, resolver problemas matemáticos, les mandan tareas a la
casa entre otras cosas, a medida que van pasando de nivel o
grado escolar las actividades se van haciendo cada vez más
complejas, esto con el fin de prepararlos para la etapa siguiente.

Secundaria / Bachillerato: esta etapa comprende dos ciclos,


básica y diversificado, la primera engloba los tres primeros años
que se denominan de dos formas, 1.- de primero a tercer año de

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bachillerato, 2.- séptimo, octavo y noveno grado, siguiendo la
secuencia de los números ordinales de la etapa primaria, la cual
termina en sexto grado y continua en secundaria con séptimo y
así hasta llegar a noveno grado, luego se llega al ciclo
diversificado el cual también se denomina de dos formas, 1.-
Cuarto y quinto año (números ordinales), 2.- primero y segundo
año diversificado. Toda esta etapa de los últimos cinco años se
diferencia de la anterior en que tienen rotación de maestros por
materia, deben trasladarse a laboratorios de física, química y
biología pues ven horas de práctica y horas de teoría. Ya en tercer
año comienzan a ver materias más complejas que los obliga a
enfocarse más en los estudios; el ciclo diversificado se subdivide
en Ciencias y Humanidades, lo cual le permite al estudiante
enfocar sus estudios finales en el plantel orientado a su planes
futuros de una carrera universitaria.

Los Colegios en Venezuela pueden denominarse de varias


formas:

Pre-escolar: Son todos aquellos planteles que sólo imparten


la etapa inicial.

Colegio: Son denominados así a aquellos en los que la


educación llega hasta sexto grado.

Liceo: Es todo aquel lugar donde la educación comienza en


séptimo grado y termina en Segundo año diversificado.

Unidad Educativa (U.E.): Son todos los planteles que


cuentan con la totalidad de los niveles de educación.

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Estos planteles pueden dividirse en Públicos y Privados,
siendo el primero administrado en su totalidad por el estado por
medio del Ministerio y los segundos por sus dueños; Todos los
anteriores independientemente de su administración están regidos
por los planes y decisiones que tome el Ministerio del Poder
Popular para la Educación, al cual deben estar adscritos e
inscritos.

Por otro lado el Ministerio del Poder Popular para la


Educación Universitaria tiene como misión ser:

"El órgano del Ejecutivo Nacional encargado de la dirección estratégica


de la educación universitaria venezolana. Como tal, ejerce la rectoría del
Sistema Nacional de Educación Universitaria y le corresponde la formulación,
adopción, seguimiento y evaluación de las políticas y acciones dirigidas a
garantizar una educación universitaria de calidad para todas y todos, que se
constituya en factor estratégico para el fortalecimiento del poder popular y la
construcción de una sociedad socialista, democrática, participativa y
protagónica." (Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria)

Las universidades en Venezuela se pueden dividir en tres


grandes grupos:

Universidades Privadas: Tienen el mismo concepto que los


colegios privados, las formas que existen para poder estudiar en
esas universidades son dos, en algunas se presenta una prueba
de aptitud que consta, por lo general, de tres partes, habilidad
verbal, habilidad numérica y cultura general, los alumnos con
mejores puntajes entrarán a la universidad y pagarán altas sumas
de dinero por los semestres cursados; las otras universidades
privadas permiten que todos los estudiantes que quieran optar a
estudiar en ellas se inscriban en un curso introductorio que tiene
una duración de 6 meses, los alumnos que logren superar dicho
curso entrarán a estudiar la carrera de su elección.
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Universidades Públicas: estas instituciones cuentan con el
subsidio del estado y sus autoridades son elegidas por el estado
para presidirlas, la forma que existe para ingresar a estudiar a
ellas es por prueba interna o asignados por el estado mediante un
organismo llamado Organización y Planificación del Sector
Universitario (OPSU). Estas universidades suelen ser gratis o el
pago es bajo.

Universidades Públicas Autónomas: Estas casas de


estudio llevan una autogestión y sus autoridades son escogidas
por todos los profesores y estudiantes de la misma, del mismo
modo el estado está en la obligación, por tratarse de ser pública,
de disponer una partida de dinero anual para ellas, las
modalidades de ingreso son las mismas que aplican para las
universidades públicas.

También son competencia de este ministerio los llamados


colegios universitarios, técnicos entre otros; del mismo modo es
importante destacar que la modalidad de ingreso es común para
todas las universidades es la OPSU. También existen las
universidades llamadas andragógicas o a distancia en las cuales
el alumno se responsabiliza de sus estudios sin tener que asistir a
clases presenciales y es, generalmente, orientado por un asesor o
un tutor, esta última no depende de la OPSU para aceptar a los
estudiantes, su modalidad de ingreso es por record académico en
un curso introductorio.

En líneas generales esa es la composición educativa del


país, para efectos del estudio que se realizó nos enfocaremos a la
etapa secundaria, periodo en el cual los estudiantes tienen entre
13 y 17 años de edad.
ʹʹ


Una vez definido y formulado el problema de estudio y
estimados los mejores caminos para resolverlo surgió el momento
para definir como se realizaría la investigación.

Dentro de las vías para realizar el estudio, se definió


inicialmente el tipo de investigación que lo sustenta.
Adicionalmente, y ya establecido el primer patrón de seguimiento
para el desarrollo del proyecto se contempló:

1. Definir el diseño de la investigación

2. Determinar la población o universo y la muestra

3. Indicar los métodos y técnicas para la recolección de


datos

4. Indicar los procedimientos para actualizar y analizar los


resultados obtenidos.

Debido a que la investigación es de corte cualitativo, se hizo


necesario definir las características de la población que sería
objeto de estudio, a tal fin, en esta sección, se describe la misma,
así como el tamaño y la forma de selección de la muestra.

La población estuvo constituida por los alumnos de


bachillerato de Dos unidades Educativas de estrato elevado,
quedando conformada por 4000 estudiantes entre los dos
planteles, sin embargo, tomando en consideración lo descrito por
Roberto Hernández Sampieri respecto a los estudios cualitativos,
se decidió tomar al azar, por razones de tiempo y facilidad para
los planteles, 25 estudiantes por cada unidad educativa, los cuales
aportaron sus ideas mediante el método de Grupos focales; (ver

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anexo N°1 en donde se muestra la guía de discusión de los grupos
focales) información valiosa para la investigación.

En otro orden de ideas, para poder extraer información


complementaria de los docentes se usó la observación
participante en un plantel, mismo lugar donde se realizaron la
mitad de los grupos focales y, finalmente, se le realizó una
entrevista a un psiquiatra para obtener información clínica de
interés al respecto (ver anexo N°2 en donde se muestra la guía de
entrevista del psiquiatra).

El diseño propuesto para aplicar la muestra a los alumnos, se


basó en el recaudo de información a través de un método llamado
Grupos Focales (Focus Group) 2 a una selección de estudiantes,
tomados al azar, de las instituciones previamente definidas y que
por razones de seguridad se prefirió no revelar los nombres de los
plantes.

La Unidad Educativa "A" es de corte Franciscano, está


ubicada en una urbanización de estrato elevado en la capital del
país, es mixto, cuenta con todos los niveles de educación y las
áreas se encuentran divididas entre educación inicial y aparte,
separados por un muro, básica y bachillerato, para estos últimos
el plantel cuenta con tres secciones por año menos 4° y 5° año de
Humanidades que cuenta con sólo una sección, tiene para los
momentos de recreo tres patios, uno de ellos techado que tiene
una concha acústica para los actos internos, tiene también dos


2
Roberto Her nández Sam pieri define los grupos f ocales com o “reuniones de
grupos pequ eños o m edianos (tres a 10 personas), en la s cuales los p artic ip antes
convers an en torno a uno o var ios tem as en un am biente rel ajado e inf orm al, bajo
la co nduc ci ón de un espec ia lista en dinám icas grupales” (200 6:605).

ʹͶ


canchas deportivas múltiples (Futbolito, Voleibol y Básquet) y una
chancha de futbol con grama. La Unidad Educativa cuenta con
laboratorios de Física, Química, Biología, Computación y Dibujo
Técnico, así mismo cuenta con una proveeduría y tres cantinas,
una de ellas en la zona de las canchas deportivas, por último
cuenta con un pequeño gimnasio.

Desde 1° a 6° grado los alumnos tienen una sola maestra


para todas las asignaturas menos Inglés y Deportes que lo dictan
dos profesores, básica está administrada por una coordinación,
por su parte de 1° a 5° año de secundaria los alumnos cuentan
con la rotación de maestros por materia y cuando la asignatura lo
amerita deben trasladarse a los laboratorios o cancha deportiva,
cada año cuenta con una coordinación denominada seccional, la
cual se encarga de todo lo que involucre a ese año, en total el
colegio cuenta con cinco seccionales, una coordinación de
primaria, una coordinación de preescolar y la dirección.

Por su parte la Unidad Educativa "B", de corte laico, también


acepta estudiantes de ambos sexos, se encuentra ubicado en una
zona también de estrato elevado en la capital del Edo. Miranda,
cuenta con todos los niveles de educación y las áreas se
encuentran divididas entre educación inicial y aparte básica y
bachillerato, para todos los niveles y años el plantel cuenta con
una sola sección, el área de preescolar está dirigida por una
coordinación al igual que básica y bachillerato, en total el colegio
tiene tres coordinaciones, en primaria los alumnos tienen una
maestra para todas las materias menos inglés, música y deportes,
en bachillerato cuentan con la rotación de maestros por materia y
cuando se amerita reciben las clases en los laboratorios, el plantel
ʹͷ


cuenta con un laboratorio que se usa para Física, Química y
Biología, otro para Música y dos más para teatro y cine. La Unidad
Educativa tiene una cancha deportiva multiuso y un patio para los
recreos.

En cuanto a la metodología se pretendía realizar el método


de Grupos focales con alumnos, docentes y representantes
respectivamente y una entrevista con un psiquiatra, sin embargo
fue muy difícil conseguir los grupos para docentes y padres, al
parecer porque "no tenían tiempo" para participar, eso motivó a
ejecutar una propuesta en la Unidad Educativa "B" para realizar el
método de la observación participante dentro del plantel, y de esa
forma se podía extraer información complementaria con docentes
y padres, logrando así por una parte cubrir una vacante que
necesitaba la unidad educativa como profesor, en un principio de
Biología y luego de Ciencias Sociales, durante un año y medio,
donde se extrajo material de importancia que permitió
complementar la investigación, adicionalmente, aportó datos
interesantes sobre el comportamiento de los docentes y padres de
ambas escuelas respecto a la realidad de sus alumnos; en ese
período se logró tener reuniones con representantes, y compartir
experiencias con docentes, aparte, claro está, del objeto de
estudio que eran los jóvenes.

El diseño del Focus Group aplicado a alumnos fue el mismo y


tuvo una duración no mayor de 45 minutos cada sesión. Este
sistema integró aspectos considerados previamente y debidamente
hilados en una guía, una para los alumnos de los dos planteles, y
otra distinta para el área médica, con este método se pretendió
indagar en profundidad los aspectos relevantes que pueden llevar
ʹ͸


a los jóvenes a tener actitudes violentas, se decidió usar los
grupos focales porque de esta forma es posible lograr una
discusión enriquecida con los actores principales de la
investigación.

Para el área médica, se recolectó la información bajo la


modalidad de entrevista, pues fue un sólo psiquiatra el que aportó
la información; a fin de enriquecer más el campo visual de la
violencia, tomado como estudio de caso para hacer el análisis
necesario sobre la conducta violenta en los jóvenes. Por lo tanto,
esta técnica de recolección de datos incorporó y enriqueció los
temas estudiados.

ʹ͹


CON UN OJO EN EL RETROVISOR Y EL OTRO EN
EL CAMINO

ʹͺ


A lo largo de la historia de la sociedad se han observado
cambios conductuales en los jóvenes a nivel medio y diversificado,
así como también modificaciones en las relaciones entre quienes
fungen como formadores y los aprendices. En la presente
investigación, se pretende conocer las supuestas causas de
dichos cambios. Para tal fin, se considera necesario estudiar las
posibles razones que han llevado a los jóvenes a cambiar sus
formas adecuadas de socialización por conductas violentas,
considerada esta última como una nueva forma de socialización.
También se buscará conocer si es la falta de presencia familiar
unas de las posibles consecuencias de las conductas violentas de
los jóvenes.

Podemos entonces comenzar por decir que la docencia


transita caminos más complejos que van más allá de la sola
transmisión de conocimientos. Se trata de una actividad
multifactorial que requiere, para su ejercicio, de la comprensión de
la totalidad del fenómeno educativo, toda vez que el dominio
único de una materia específica por parte de un maestro, no
aporta los elementos completos o esenciales para el buen
desempeño de éste dentro del aula. Aquí se hace necesario hacer
énfasis en las herramientas metodológicas, pedagógicas y
prácticas e incluso personales, necesarias para poder lograr el
rapport adecuado con todos los integrantes del aula de clase, así
como en los aspectos sociales y psicológicos en los cuales no
interviene únicamente la enseñanza del profesional del aula, sino
que también se toma en consideración el aporte de la familia y del
entorno social, los cuales, en ocasiones, por no decir siempre,
ʹͻ


tienen un peso mayor en la vida de los estudiantes que quienes se
encargan de formarlos en la academia. Incluso estos aspectos
pueden llegar a ser una obviedad, pero que en la actualidad
suelen estar invertidos o ausentes en la vida de los jóvenes.

Así, tenemos que algunos autores como Alfredo Salazar


apuntan que:

La docencia, como prof esión, se ubica en un contexto social,


institucional, grupal e individual. De ahí que un docente no puede
desconocer las relaciones y determinaciones en ninguno de estos
niveles, por lo que se hace necesario un previo proceso de estudio
y adaptación por parte del profesor antes de entrar a las aulas de
clase. («S/f»:01).

Esta afirmación, al parecer, puede ser muy valedera, pero


también es necesario, que una vez conocidos los estudiantes, se
realice un estudio de todo el curso por parte del docente, para
poder entender a cada uno de los individuos que ahí se
encuentran, tomando como premisa fundamental que todos
funcionan como un grupo unido y articulado, pero que cada uno ve
su mundo de una manera distinta y, por ende, se comportan de
manera diferente, como consecuencia directa de la realidad
familiar de la cual provienen. Claro está, que cada alumno tendrá
destrezas diferentes a las de sus compañeros y, por lo tanto,
también tendrán distintas fortalezas para superar los obstáculos a
los que los enfrenta el docente en el salón de clases, por lo que
se hace muy necesario conocer a todos y cada uno de ellos por
separado, como individuo integrante de un colectivo.

Ahora bien, entre los aspectos principales en la vida de los


salientes de la infancia se puede vislumbrar, como pilar
fundamental, la familia, la cual juega un papel muy importante
dentro de la educación, pero por circunstancias económicas o
͵Ͳ


sociales, entre otras, en la actualidad los padres se han visto
obligados a dejar a un lado su rol de educador dentro de la familia
para abocarse de lleno a otros asuntos, dejando a sus hijos, en
una realidad incierta, como puede ser la de las calles.

Lo anterior provoca reacciones negativas por parte del joven,


por lo que se puede presumir que sea ésta, una razón que lo lleve
a ser un individuo aislado o lleno de represiones y frustraciones
personales, las cuales, seguramente, desembocarán, en un futuro,
en un ser violento; y no se habla de un futuro lejano, luego de ser
profesional y padre o madre de familia, sino que se habla de un
futuro muy cercano que los toca siendo jóvenes colegiales aún,
por lo cual, si no se hace nada para evitar que esa bomba de
tiempo estalle, estaremos frente a un porvenir lleno de violencia
descontrolada, la cual desembocará, inevitablemente, en
delincuencia.

Así, tomando en cuenta las distintas acepciones de la


palabra violencia, sea ésta física, moral, personal, psicológica,
verbal, etc., se tratará de determinar la realidad social de los
estudiantes y de su entorno familiar y la intervención de su
mentor; para indicar si existe o no una relación directa con la
violencia.

En virtud de lo anteriormente expuesto, se plantean las


siguientes interrogantes, a saber:

¿Puede ser la falta de presencia familia una de las causas


fundamentales de la conducta violenta de los jóvenes?

¿Cuáles podrían ser las consecuencias de la conducta


violenta en los jóvenes de educación media y diversificada?
͵ͳ


Para poder contestar a estas preguntas se hace necesario
analizar las conductas asociadas a la violencia en los jóvenes de
educación media y diversificada. las cuales serán de gran ayuda
para poder identificar la influencia de la familia como una de las
causas de la conducta violenta en los jóvenes de educación media
y diversificada, entendiendo que ésta por las razones que sea está
dejando a un lado uno de sus roles dentro del hogar, por otro lado
es necesario poder analizar las consecuencias inmediatas de las
conductas violentas en dichos jóvenes pues mientras más se
conozca del temas más fácil será separarla e ellos por último no
se logra nada ya conocemos la raíz del problema y no la
atacamos, por lo que es imperante estudiar la posibilidad de
revertir la situación planteada en lo que respecta a la violencia en
los jóvenes de educación media y diversificada.

Entendiendo que la educación nos compete a todos los


integrantes que hacen vida dentro de una sociedad se puede
pensar que el tema de educar solo queda relegado muros adentro
de un plantel, lo cual no es del todo veraz, la relacione pautada
por la sociedad actual para tal fin, Docente/alumno, no es la única,
también es cierto que desde los tiempos de Sócrates y Platón, ya
se había establecido dicho relación, pero no es menos cierto que
ésta ha tenido que atravesar por infinidad de vicisitudes,
contratiempos y altibajos que la han ido perfilando y puliendo o
desmejorando y degradando, así como también la relación que
existe entre jóvenes, quienes a lo largo de historia han ido
creando situaciones violentas entre ellos que cada vez se tornan
más peligrosas para la sociedad, hasta llegar al momento actual,

͵ʹ


en el que vivimos con la violencia tomada de la mano de los
estudiantes y no sabemos cómo alejarla de ellos.

Por otro lado, la actividad docente se aprecia y se valora en


menor medida que en tiempos anteriores y, en ocasiones, se hace
necesario luchar para conseguir el lugar que le corresponde
dentro de una sociedad, por adquirir ese estatus de formador y
forjador partícipe de las futuras vidas que regirán y vivirán por una
nación y, que a su vez, se encargarán de hacer familia y con ello,
perpetuarse en el tiempo, bien lo afirma Fernando Savater en el
libro El valor de educar, expresando que:

El habito de señalar la escuela como correctora necesaria de


todos los vicios e insuficiencias culturales con la condescendiente
minusvaloración del papel social de maestras y maestros (1997:08)

Todos estos eventos dependen, en gran medida, de los


maestros, aquellos que se tienen desde el preescolar hasta la
universidad, cuya influencia determinará el hecho de que dichas
vidas puedan encontrar el camino correcto, o que decidan
continuar transitando por el camino de la violencia, sin valorar los
principios básicos, éticos y morales de una sociedad. Cabe
destacar que no ha sido así y que por diversas razones se han
desatado conductas violentas en los jóvenes, razón que anima a
realizar la presente investigación.

En la actualidad, nos movemos en un mundo en el que la


información globalizada cada día adquiere mayor auge e
importancia, donde se hace necesaria la preparación que pueda
recibir un individuo, desde la temprana edad, para poder estar en
capacidad de analizar con objetividad la información suministrada
para después procesarla de manera consciente, sin que esto

͵͵


afecte, sustancialmente, su progreso personal. Pero es necesario
hacer que esta información sea de gran ayuda para el educando y,
que a su vez, sea manejada por el docente dentro de las aulas de
clase, así como también por la familia que, en condiciones ideales,
debería conducirla en casa; a pesar de que, en la actualidad, en
algunos hogares, eso no sucede por el ritmo de vida, el cual obliga
a los padres a ausentarse de sus casas y por ende de la vida y
educación de sus hijos, dejando la educación que debe ser
impartida en casa en manos de los medios alternativos como son
la Internet y la televisión, entre otros, cuyos responsables directos
se desconocen.

Por último, en esta cadena de eslabones del aprendizaje, se


encuentra el adolescente, el cual ve e interpreta lo que puede en
soledad, sin la debida asesoría del maestro, de los padres o de los
responsables de la información y de la programación que recibe.
Por eso, es vital la formación en conjunto y la articulación entre
padres y colegios para lograr una persona con cualidades aptas
para vivir, de manera adecuada, en la sociedad en la que le
corresponde desenvolverse y, claro está, desarrollar cualidades en
su sello personal y en su vida, que le permitan enfrentar todos los
fenómenos de su entorno, positivos o negativos que puedan
suceder con la mejor asertividad posible.

Es por todo ello que resulta de vital importancia que las


relaciones docente-alumno (tomando al docente como figura de
autoridad y mentor), y adolescente-adolescente se establezcan
cada vez en mejores términos, considerando que debe producirse
conforme a las adecuadas normas de respeto, cordialidad y

͵Ͷ


armonía por ambas partes, sin menoscabar las relaciones, en
muchas ocasiones, ya deterioradas, entre padres e hijos.

Es así, como el presente trabajo encuentra su justificación


en el hecho de investigar cómo se han producido estas relaciones,
para ello se consideró necesario tomar la muestra en dos colegios
Venezuela, de estrato elevado, así como también requerimos e
incorporamos a la investigación el ojo crítico de un psiquiatra que
puede ayudar a esclarecer las interrogantes, considerando que,
para el momento, han surgido cambios sociales, políticos y de
índole familiar que han modificado las relaciones interpersonales.

Es imperante resaltar, en primera instancia, que en ningún


momento se quiere llegar, con el contenido de éste libro, a un
absolutismo o generalizar los casos, la investigación está
delimitada a dos estudios de caso en dos planteles del Estado
Miranda en Venezuela y se apoyará en datos suministrados por el
instituto Nacional de Estadística en el mismo país y el Centro
Gumilla, sin necesidad de que esto sea tomado como un estudio
de la totalidad de las familias de Venezuela, de igual forma se
pretende llegar a términos descriptivos sobre las posibles causas
de la violencia en los jóvenes, apoyándose en análisis
bibliográficos así como también realizando el método de “focus
grupos” y la observación participante dentro de un plantel. No
pretende realizar análisis psicológicos de las conductas asociadas
a la violencia, finalmente no se busca generalizar con los datos
cuantitativos usados para apoyar los comentarios de los autores
citados.

͵ͷ


LOS INVITADOS A ESTE ENCUENTRO

͵͸


En Venezuela, pocos han sido los estudios realizados con
relación a la violencia en los jóvenes y las causas que la
provocan, menos aún los descritos por antropólogos, Sin embargo,
si se busca la violencia, como tema principal, se puede conseguir
una gama numerosa de aristas por tratar y por pulir, entre las
cuales se pueden nombrar estudios muy importantes que
posiblemente ofrezcan una contribución significativa a la presente
investigación como lo son: La violencia en los medios de
comunicación de Madeline Levine (1997), en el cual la autora,
quien reside en California, Estados Unidos, hace un estudio de
cómo los medios de comunicación impactan de forma
extremadamente negativa en el desarrollo del niño y el
adolescente en la sociedad actual, muy específicamente en la
sociedad latinoamericana, provocando que los jóvenes, en su
desarrollo, lleguen a niveles violentos o delictivos que luego se
profundizan cuando alcanzan edades maduras. Este estudio puede
ayudar a nutrir la investigación toda vez que permite estudiar las
posibles vías o la evolución de la percepción de la violencia en los
niños y adolescentes, la cual, sin importar la causa de donde
provenga, siempre desencadena y apunta hacia el mismo lugar,
cuál es, el trastorno del individuo.

Luego tenemos uno de los estudios más reconocidos, que


posiblemente sea el que ataca más de cerca la violencia en las
aulas de clase en Venezuela, realizado por el Dr. Arnaldo Esté
Salas y plasmado en su obra El aula punitiva, publicado por
primera vez en 1994, en el cual se muestra un estudio que se le
realizó a 4 escuelas populares de la ciudad de Caracas y que no
pudo ser terminado por falta de fondos, para observar las distintas

͵͹


razones que llevan a los niños, de áreas populares, a desertar de
las escuelas o, en su defecto, a convertirse en seres reprimidos
que actúan al margen de la sociedad y de sus leyes.

Vale destacar que la institución estudiada en la presente


investigación no es una escuela de un área popular de la capital
de Estado Miranda, por el contrario, es un colegio ubicado en una
zona de estrato medio, en el que se preparan hijos de familias
socialmente bien colocadas, por lo que es posible marcar una
diferencia entre el estudio hecho por el Dr. Esté y el presente. Sin
embargo, cabe la posibilidad de que se puedan conseguir algunas
coincidencias como lo son el poco tiempo que pasan padres e
hijos compartiendo, la soledad aparente de los jóvenes como
factor fundamental que los lleva a tomar actitudes violentas entre
otras coincidencias, ya que las razones de que los padres dejen
en manos de los docentes toda la responsabilidad de la formación
de sus hijos pueden, en ocasiones, ser las mismas.

Por otra parte, el psicólogo David Huertas (2007) realizó un


estudio en Guadalajara, México, que tituló Violencia, la gran
amenaza, en el que expone las posibles razones naturales y
sociales que llevan al ser humano a ser un individuo violento y
llama mucho la atención, cómo dicho estudio va en total
consonancia con las conclusiones que otros autores, como los
anteriormente señalados, exponen, refiriéndose al resto de
Latinoamérica y, de manera muy específica, en lo que respecta a
Colombia, Venezuela y México.

Huertas expone un panorama amplio acerca de las distintas


formas como puede suscitarse la violencia dentro de las aulas de
clase y las posibles razones externas al aula para que los
͵ͺ


educandos actúen de una manera inadecuada, por lo que es de
gran ayuda a la presente investigación, entendiendo que existe
una gran similitud con lo observado en el área escolar escogida
para hacer el estudio.

De igual forma, es importante apuntar que estudios


realizados sobre la familia son de gran ayuda para entender la
realidad actual en la que se desenvuelve la vida de lo que
consideramos como objeto de estudio que, en este caso, son los
estudiantes de bachillerato. Así, investigaciones como las
realizadas en Venezuela por Marcos Fidel Barrera Morales y
Jacqueline Hurtado de Barrera (2008) titulada Familia, Modelos y
perspectivas; y otra realizada en México por Patricia Ganem y su
grupo de colaboradores (2004), titulada Escuelas que Matan, 2,
ambas reflejan la importancia que tienen las familias a la hora de
consolidar una buena educación de la mano de las escuelas, sin
importar el estrato social al cual pertenezcan, o si son públicas o
privadas. La familia siempre será el ente precursor de los
principios que, luego, serán afianzados o cambiados en la
escuela, por lo que dichos trabajos brindan un aporte importante e
invaluable para poder comprender la realidad de lo que sucede en
las aulas de clase de aquellos que, en el futuro, serán llamados a
llevar las riendas del país. Nuevamente, como sucedió con la obra
del Dr. Huertas, se encontró que los hallazgos de los estudios
realizados por la Dra. Ganem, van de la mano con los estudios
realizados en Venezuela.

En lo que respecta a las investigaciones académicas


realizadas en torno al tema planteado tenemos que sucedió lo
mismo que en el arqueo bibliográfico, los temas, alumno, familia y
͵ͻ


violencia son tratados por separado y desde distintos puntos de
vista, tal es el caso de la investigación realizada en la Escuela de
Educación de la Universidad Central de Venezuela por Nohelia
Belisario y Nidia Borges, en 1994, titulada Del Aula Reten al Aula
Taller, en la que proponen un cambio radical dentro del aula de
clase en alumnos de educación básica, claro está, que dicho
cambio debe ir de la mano de la compañía de sus representantes
los cuales no pueden dejar de intervenir en su proceso de
enseñanza y mucho menos en edades tempranas, ésta
investigación puede ser de gran ayuda debido a que si se
comienza a tratar en edades tempranas el problema de la
violencia dentro de las aulas de clase muy posiblemente éste se
vea neutralizado o minimizado cuando el joven se aproxima a la
pubertad.

Los temas familia y violencia son tal vez mas fáciles de


concatenar a la hora de hacer una investigación, ejemplo de esto
puede ser la realizada por Katiuska Maestre en la Escuela de
Psicología de la Universidad Central de Venezuela, en 1998,
titulada Factores que inciden en el aumento de la violencia en
Caracas, años 1989 – 1997, en el que la autora da especial
importancia a la economía y cómo ésta puede golpear a una
familia para producir el efecto violento dentro de una sociedad.
Esta investigación nos puede llevar a entender la situación de la
familia en Caracas, que, posiblemente, ha sufrido una debacle
mayor en la actualidad que en los años de estudio de la
investigación, porque se ha abandonado a los hijos en las
escuelas y por ende, la enseñanza que este abandono le deja a
los jóvenes que seguirán el mismo ejemplo en su futuro, por

ͶͲ


razones obvias, fue lo que vivieron y no conocen otra manera de
existir.

A este tema se le pueden sumar dos investigaciones igual de


interesantes, la escrita por Agustín Blanco de la Escuela de
Psicología de la Universidad Central de Venezuela, en 1973,
Elementos para una discusión sobre los modelos de violencia
en Venezuela, y Aproximación al estudio de la crisis
económica y sus efectos en la familia de los sectores medios,
escrita por Tibisay Acosta de la Escuela de Sociología de la
misma Universidad en 1986, investigaciones que hilan, de manera
muy interesante, el problema económico unido a la familia y sus
implicaciones violentas en la sociedad, aunque resulta oportuno
destacar que a efectos de la presente investigación las dos
instituciones tomadas como caso de estudio pertenecen a un
estrato elevado dentro de la sociedad caraqueña, a estos estudios
también se le unirá, como una rama más, el alumno en el aula de
clase y la influencia económica, familiar y violenta con sus
consecuencias al ser llevada a su institución educativa.

La violencia ayer y hoy

El tema de la violencia ha sido abordado desde distintas


perspectivas, incluso, en la actualidad, se está estudiando la
posibilidad de que exista un gen violento que, en su forma
dominante, hace a un individuo un potencial delincuente, esto lo
afirma el doctor Terrie Moffitt en el resumen del estudio Gen
puede determinar comportamientos violentos en niños
maltratados. Por otra parte, se han firmado tratados

Ͷͳ


internacionales en contra de la violencia a la mujer o al menor de
edad. Asimismo, se ha intentado dar explicación a las distintas
formas de violencia que existen, verbal, física, psicológica, sexual,
social, mundial, entre muchas otras, que poco a poco, a lo largo
de los años han salido a relucir como uno de los grandes
problemas del presente siglo. En este sentido, la Organización
Mundial de la Salud decretó, en su informe sobre La violencia y
la salud del año 2002, que dicho problema es considerado como
un problema de salud pública a nivel mundial y David Huertas en
su libro cita dicho decreto:

El uso deliberado de la fuerza física o el poder, ya sea en


grado de am enaza o ef ectivo, contra uno mism o, otra persona o una
comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades de causar
lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o
privaciones. Com prende tanto la violencia interpersonal como el
comportamiento suicida y los conflictos arm ados. Cubre una gran
gam a de actos que van mas allá del acto físico, para incluir las
am enazas e intimidaciones, además de la muerte y las lesiones, la
definición abarca las numerosísim as consecuencias del
comportamiento violento, a m enudo menos notorias como los daños
psíquicos, privaciones y deficiencias del desarrollo que
comprom etan el bienestar de los individuos, las familias y las
comunidades. (OMS citado en Huertas; 2007:48)

Cabe destacar que, en ocasiones, puede no ser tan


necesario el uso físico o el poder, ya que con sólo mostrar ciertas
actitudes frente a una situación específica, se pueden causar
trastornos graves en el comportamiento de una persona,
llevándola a estadios de violencia en contra de sus semejantes o
incluso en contra de si mismo. Lo importante entonces, no es
solamente definir o estudiar la violencia, o catalogarla en sus
múltiples formas, sino encontrar la raíz de donde surge la misma
para así poder conseguir la cura a tan peligroso problema mundial.

Ͷʹ


La violencia, Definición y tipos

La violencia puede ser definida de muchas maneras, de


acuerdo a la forma en que se expresa, en tal sentido es importante
destacar para efectos de la investigación, la violencia física y
verbal las cuales son, al parecer, las más comunes en las
escuelas y por ende en las calles. En un estudio de Jesús
Machado y José Gregorio Guerra, expresan en la quinta pregunta
de la encuesta “¿Qué tipo o tipos de acciones violentas se han
presentado?” (2009; 24) del cual el 83% de los encuestados
respondió la violencia física y el 89% agresión verbal.

Fuente: Investigación sobre violencia en las escuelas, Centro


Gumilla.

En tal sentido se puede definir la violencia como “Acción


violenta o contra el natural modo de proceder” (DRAE; 2008: S/p).
Sin embargo, la definición dada por David Huertas, en su texto
Violencia la gran amenaza, puede completar o complementar la
acepción del DRAE, cuando dice que “es una configuración
perversa de la agresividad, disfuncional, desadaptativa y
patológica en todos los casos. Es inútil para el progreso del
individuo y carece de todo sentido filogenético” (2007:48). De
Ͷ͵


igual forma, Muniz Sodré (2007), en su obra Sociedad, Cultura y
Violencia, expone su propia definición, un tanto especifica cuando
refiere, “todo tipo de acción que resulte en daño serio para la vida
o sus condiciones materiales” (2007:22). Así mismo, es importante
destacar que la violencia es, en todo sentido, una actitud legal y
socialmente rechazada o no aceptada; por lo que se supone que
su uso va en detrimento total del individuo agresor y de la
sociedad que le alberga.

El sociólogo, director del Laboratorio de Ciencias Sociales de


la Universidad Central de Venezuela, Roberto Briseño-León en la
compilación hecha por él mismo Junto a Juan Manuel Mayorca
titulada Fin a la violencia: tema del siglo XXI cita un artículo de
su autoría junto a otros colaboradores titulado La cultura
emergente de la violencia en Caracas, en el que define la
violencia como “el uso o amenaza de uso de la fuerza física sobre
otros o sobre uno mismo” (2004:13), para efecto de la
investigación usaremos éste término como un concepto general, el
cual se puede adaptar a los tipos de violencia que aquí convergen,
tales como física, psicológica y verbal.

Adicionalmente, entre otros tipos de violencia afines a los


anteriores destacan la violencia relacional, la cual es definida por
Machado y Guerra de la siguiente manera:

Se desarrolla en el marco de las relaciones. Este tipo de


violencia abarca una porción significativa de los actos de violencia
para todos los grupos de edad, incluyendo jóvenes, sobre todo en
América Latina. Surge a partir de disputas entre personas que se
relacionan entre sí, especialmente entre amigos y familiares. (2009;
13)

La anterior definición puede ser complementaria a la hora de


definir los tipos de violencia que están utilizando los jóvenes
ͶͶ


actuales, esto sin contar con la llamada violencia juvenil, la cual
también es definida por Concha-Eastman en el trabajo en conjunto
con el Centro Gumilla como

La ejercida por jóvenes sin ninguna afiliación política o social,


contra otros jóvenes por conflictos personales o disputas de
cualquier orden y que en algunas ciudades de América Latina
reviste el carácter de epidemia, debido a que su incidencia
sobrepasa las capacidades convencionales de control. (2009; 12)

Es importante resaltar, que el psicólogo Stanley Milgram,


al igual que muchos estudiosos, en el año de 1963 realizó
importantes experimentos con seres humanos en la universidad de
Yale, con lo cual quiso demostrar que “la violencia es innata en el
ser humano” (Huertas;2007:139) o dicho de otra forma, todo ser
humano es violento por naturaleza. Sin embargo, ésta es una
actitud, como señalamos en párrafos anteriores, socialmente
rechazada, por lo que no es posible darle cabida o entendimiento
a los actos violentos que acarrean un problema futuro. De igual
forma, es posible que quede sobre las bases de la violencia, en la
actualidad, alguna percepción de que ésta puede ser innata como
bien lo afirman los estudios del Dr. Milgram o también que pueda
tratarse de una actitud como consecuencia del rechazo social o
que venga dada por el hecho de que el individuo se siente
rechazado socialmente.

Por otra parte, los seres humanos tienden a repetir conductas


aprendidas en los años iniciales de su vida, mientras buscan su
propia identidad, la cual en la actualidad es difícil conseguir
dentro del seno familiar, pues los padres están al margen de la
formación de sus hijos; de igual forma, en donde estén
encontrando estos patrones a seguir es muy importante el proceso
de formación de los mismos y su futuro inmediato. En este
Ͷͷ


sentido, en condiciones ideales, todo depende de un gran
complejo de instructores para formar estas nuevas vidas: padres,
familiares, profesores, amigos, conocidos, la televisión, internet;
todos ellos tienen la difícil tarea de instruir a los estudiantes en el
proceso de formación sobre los valores sociales y formas de vida
en comunidad, entre otros.

Esto, con el correr de los años, no ha podido pasar más allá


de sermones que quedan guardados y excluidos en la gran gaveta
de la memoria de cada quien, por lo que hemos visto que los
índices de violencia se han incrementado en un porcentaje
abrumador.

La escuela, ¿transforma, neutraliza o refuerza?

Los profesores, o aquellos que se dedican a la docencia, han


existido siempre desde los albores de la humanidad. Siempre se
ha necesitado de alguien que logre trasmitir el conocimiento a los
otros, de los saberes que los ayudarán a superarse socialmente,
de sus prácticas, de su cultura, de los conocimientos básicos y de
los que no son tan básicos para la vida. Ricardo Díaz en su
ensayo Historia del docente refiere que, “en un principio, eran los
más ancianos, en otras culturas eran llamados sabios, chamanes,
y formaban cortes y círculos de sabiduría”, (2008: S/p), los cuales
eran muy respetados dentro de su sociedad. Estos llamados
sabios eran los que tenían la tarea de entregar su saber a los
herederos del conocimiento, que en este caso serían los
estudiantes o el estudiante, el cual era elegido por la misma corte.
Luego, en la época de la conquista de América, fueron los

Ͷ͸


sacerdotes y misioneros los encargados de trasmitir dicho
conocimiento, no sólo a los niños si no también a sus padres. Para
los efectos, no importa el fin para el cuál instruían, el hecho real
es que se les dio esa tarea.

Luego, en la época de La Colonia, el oficio de aprender se le


confirió sólo a la clase alta de la sociedad y era enseñada, en sus
hogares, por docentes del mismo estrato social. No había un lugar
específico a dónde acudir para que se les impartiera conocimiento,
pero aún más importante, las lecciones eran dirigidas a temas
muy particulares, tales como religión, arte y ciencias militares,
música, entre otros. Incluso, en ocasiones, se le encargaba la
tarea a los profesionales en un área específica para que
adoptaran a un aprendiz o pupilo bajo su cuidado y a quien
iniciaban en los mejores conocimientos de su oficio. De ahí fue
que muchos se denominaron maestros y ejercieron una docencia,
caso como éste el de Don Simón Rodríguez y el joven Simón
Bolívar.

De tal forma, con el correr del tiempo, dicha profesión tomó


un carácter institucional y comenzaron los maestros a formar
maestros en universidades, para luego enseñar a los otros. En tal
sentido José Rodolfo Oliveros citado por Patricia Ganem, en su
texto, Escuelas Que Matan expresa que “la excelencia en la
educación debe ser un compromiso de alumnos, maestros, padres
de familia, gobierno, iniciativa privada y de toda la sociedad”
(Oliveros citado en Gamen; 2004; 190)

De igual forma, en la actualidad podemos definir al docente,


Según Emilio Velazco Gamboa, en su ensayo, Al maestro con
cariño o Breve tratado sobre el concepto de profesor y la división
Ͷ͹


existencial del hombre como aquél que “viene de la voz profesar
que, en alguno de sus significados, quiere decir ejercer una
ciencia, arte u oficio, o enseñar una ciencia o arte. Además,
significa ejercer una cosa con inclinación voluntaria y continua”
(s/f: 02). De igual forma, el autor amplía dicha definición con la
explicación del significado de maestro como “el que enseña una
ciencia, arte u oficio, o tiene título para hacerlo. Más aún, en este
sentido, Maestro es el que conduce, el que guía, el que enseña el
camino, y no solamente el que instruye” (S/f:03), por lo que,
maestro debe ser aquel personaje dentro de la sociedad que se
encargue de mostrarle los caminos posibles a sus educandos y no
sólo enseñarles ciertas normas y preceptos. En este sentido
Velazco afirma que, “en dado caso, docente es el que enseña,
instruye o adoctrina, pero además, es el hombre o mujer
perteneciente o relativo a la enseñanza” (s/f: 03). Es pues, el
docente aquel individuo que engloba el ser profesor y maestro a la
vez.

Sin embargo, en la actualidad, este profesional no es visto


como tal, sino como un facilitador de conocimiento o como un
individuo encargado de filtrar una información requerida para el
desarrollo de otros. Los saberes ya no se consiguen en las
enseñanzas académicas ni en los libros; para muchos jóvenes,
estos conocimientos se consiguen en el transcurso de la vida o en
la redes formadas por la tecnología. Mediante la observación
participante se vislumbró que el docente en muchas ocasiones, es
visto, por sus alumnos, como un individuo que obligatoriamente
debe ver a diario, y en muchas ocasiones como un castigo

Ͷͺ


impuesto por sus padres, en lugar de considerarlo como su
mentor.

Sin embargo el docente es sólo un átomo, pues para terminar


de formar la molécula es necesario incluir otro átomo, el alumno,
el cual puede definirse como “discípulo, respecto de su maestro,
de la materia que está aprendiendo o de la escuela, colegio o
universidad donde estudia” (DRAE; 2008: S/p). Sin embargo, esta
definición se puede ampliar un poco más y no limitarla a los
estudios académicos, toda vez que un individuo pasa gran parte
de la vida aprendiendo de distintas formas, pero para efectos de la
presente investigación la definición del DRAE puede encajar
perfectamente.

Con relación a uno de los espacios donde ocurren todos


estos hechos, es hoy llamado aula de clase, el cual aún no ha
sufrido cambio alguno en cuanto a nombre y función, aunque, al
respecto, Ganem afirma que

En el proceso educativo a veces se deja de lado la


importancia que representa el aula como espacio social. Al igual
que una formación sustentada en actitudes y aptitudes de tipo
técnico que, generalmente, suelen estar relacionadas con mayores
posibilidades de incorporarse al ámbito laboral, se sigue
requiriendo de espacios para construir y formar seres humanos.
(2004:77).

Aunque se continúe necesitando, este espacio también ha


sufrido un proceso degenerativo que va de la mano de la falta de
valores que hoy sufre el alumnado, por lo que Nohelia Belisario y
Nidia Borges en su tesis para optar al título de Licenciadas en
Educación de la Facultad de Humanidades en la Escuela de
Educación de la Universidad Central de Venezuela titulada, Del
aula reten al aula taller, expresan que “el aula debe convertirse

Ͷͻ


en un lugar estimulante que excite la curiosidad, para lo cual debe
contar con una variedad de materiales que permitan generar
actividades para que los alumnos se relacionen, utilicen y logren
autoaprendizaje cooperativamente” (1994:26).

Por todo lo anterior, en teoría, la escuela junto a los


maestros que la forman, deben estar capacitados para poder
neutralizar las conductas violentas, toda vez que la familia y la
sociedad los ayuden, pues dejarles esa tarea sólo a las
instituciones puede ser desfavorable para el alumnado, ya que
posiblemente se dejen a un lado focos importantes de aprendizaje
para enseñar los valores que deben ser reforzados, y no
enseñados en la escuela, así como también se estaría ignorando
un lado de la educación de la familia que es una base importante
para el futuro de los jóvenes.

El estudio de Machado y Guerra muestra una pregunta


interesante referida a la dificultad para recibir clases en la que los
alumnos expresan lo siguiente:

Fuente: Investigación sobre violencia en las escuelas,


Centro Gumilla

ͷͲ


Del gráfico se desprende que existe un porcentaje muy
elevado asociado a la violencia como una dificultad para recibir
clases, (41% y 22% en problemas entre estudiantes e inseguridad
respectivamente) sumado a las inasistencias de los profesores
69%. Se puede asumir entonces que parte de los problemas entre
estudiantes puede gestarse en las horas en las que están ociosos
dentro o fuera del plantel, lo que trae como consecuencia la
imposibilidad de neutralizar cualquier conducta violenta entre
jóvenes.

Sociedad y familia, ¿Asocian o disocian?

Para que todo el proceso de socialización, aprendizaje y


enseñanza se lleve a cabo es necesario tener como entes
asociadores (o disociadores), punto que se tratará en capítulos
sucesivos, tanto a la familia como a la sociedad, pues de estos
dos entes dependerá, en gran medida, la relación de los jóvenes
con sus iguales, con sus mentores académicos y en lo sucesivo
luego de salir de la escuela, también será determinante para las
relaciones universitarias y laborales, esto sólo para nombrar un
aspecto en la vida de los posibles formadores de futuro.

En este sentido, Antonio Tenorio Adame expresa en el libro


Juventud y Violencia lo siguiente:

En sus diversos estudios las Naciones Unidas aceptan por


socialización el proceso mediante el cual el individuo se integra y
afirma en su sociedad, y se señalan entre sus factores, sobre todo
para los jóvenes, la familia, los medios de comunicación, los grupos
de pares y la educación institucionalizada o formal (1974;21).

ͷͳ


Pues de la sociedad y la familia también dependerán las
otras aristas en la vida de los alumnos de hoy, como pueden ser
sus relaciones de pareja, forma de educar a sus hijos etc., A estos
dos entes conviene definirlos como sigue:

En su acepción más amplia, el término familia es definido


por Katiuska Maestre como “la institución básica de socialización”
(1998:116). Sin embargo, Marco Barrera la define, destacando el
protagonismo de sus miembros, como “cada experiencia
relacional, donde padres, hijos, abuelos, tíos, son protagonistas,
constituyen experiencias únicas, propias, irrepetibles, aun en
medio de una aparente similitud” (2008:15).

No obstante, es importante destacar que no importa el tipo de


familia del que se hable, siempre será ésta la base principal y
visión en micro de una sociedad específica, como bien lo apunta el
Profesor Samuel Hurtado en su libro Matrisocialidad,

La familia ha solido ser una ventana para mirar la sociedad,


especialmente en el ensayo sociopolítico y en las investigaciones
históricas; más allá, existen algunas aproximaciones
socioantropológicas a las consideraciones de la f amilia dentro de
estudios mayores de la organización social (1998:24).

Ya que siempre será la familia una institución sumamente


importante para poder lograr un margen de sociabilidad favorable
para los integrantes de la comunidad. Por su parte, Pedro Salima
en su libro Del Maestro y la escuela, comenta lo importante que
es la familia en el proceso de formación de los jóvenes
expresando que, para el individuo, “ese espacio familiar deja una
huella perenne. Representa un espacio donde va a descifrar sus
afectos y a cimentar sus esperanzas” (2004; 44).

ͷʹ


Por otro lado, resulta interesante unir a este proceso de
conceptualización de la familia, a la sociedad, la cual, en su
carácter general, puede ser definida como, “todo tipo de
asociación o grupo formado por seres vivientes a los que unen
ciertas semejanzas o coincidencias en su constitución o en sus
actividades” (SODRÉ; 2007; 45). Sin embargo, no es difícil darse
cuenta, que una sociedad necesita de la cooperación por parte de
sus individuos para poder sobrevivir.

De lo anteriormente descrito se puede desprender que, en la


teoría, efectivamente, El entorno social donde hacen vida los
Jóvenes, (la escuela, el centro comercial, una cancha deportiva,
por nombrar algunos ejemplos) y la familia son entes encargados
de lograr una asociación efectiva persona – comunidad. Sin
embargo la falta de presencia de la familia produce un factor
disociativo en los jóvenes, llevándolos a alejarse de los cánones
normales de conducta dentro de la sociedad.

La violencia como reflejo de una realidad

Es necesario, para poder entender la realidad actual, que se


comprenda que la violencia siempre ha estado presente en la vida
del ser humano, toda vez que conlleva la exacerbación de un
sentimiento que, en ocasiones, como tal, es expresado
abruptamente. Ésta ha existido siempre, claro está, que todo acto
violento en la mayoría de las ocasiones ha sido, es y será
condenado.

La historia del hombre está llena de actos violentos, y


ejemplos de ello se pueden conseguir en la historia universal, en
ͷ͵


distintas esferas como pueden ser, la religión con las Cruzadas o
el proceso de evangelización en la época de la Conquista, en las
que se mataba en nombre de Dios, en los tiempos del Imperio
Romano o incluso en el imperio maya en América, para acceder a
nuevos territorios y tener así más poder.

En épocas más recientes es aún más fácil hablar de eventos


violentos: las guerras mundiales, las dictaduras a nivel mundial
entre otros, son sólo ejemplos de eventos que desencadenaron
momentos violentos en el pasado. Estos son sólo muestras de
escenarios mundiales de violencia que nos pueden ilustrar, para
poder entender que la misma nos ha acompañado siempre; sin
embargo sería muy descabellado e irresponsable afirmar que
estamos viviendo uno de los momentos más violentos de la
historia.

Podemos acotar, que poco a poco la violencia ha ganado


terreno en el marco de la sociedad actual. Mientras que en el
pasado los escenarios violentos eran focalizados, en la actualidad,
la violencia se ha introducido en los hogares, en las escuelas, en
los trabajos, en las autopistas, haciéndose ya una habitual forma
de vida, amparada en un sinfín de excusas que se dicen para
evitar asumir tal hecho.

Lo cierto es que vivimos con la violencia en todos los lugares


y que ésta no respeta edad ni condición social, desde los estratos
más altos a los más bajos, todos la padecen. Lo interesante es
que por más que se intenta solapar o arrinconar este proceso de
separación interpersonal, pareciera imposible frenar esta
avalancha de sucesos, los cuales terminan ganando cada vez
más espacios. Las sociedades, están inmersas en un túnel de
ͷͶ


hechos violentos diarios que da la sensación de no poder salir de
él.

A tal efecto, se pueden ofrecer algunas explicaciones


haciendo un pequeño esbozo del proceso de degradación social
que hemos sufrido en los últimos años a nivel mundial, para llegar
a pensar que pareciera que la nueva forma que el ser humano ha
conseguido para vivir y convivir con sus semejantes es con la
violencia, Alejandro Moreno en la investigación titulada Tiros en
la Cara, expresa que este fenómeno “está relacionado con una
constante desde la infancia: la rebelión contra la autoridad
practicada de muchas maneras, unas muy abiertas contra la
autoridad familiar y escolar, otras más encubiertas al aprovechar
la posibilidad de encubrirlas” (2008:244).

Las nuevas tecnologías han ayudado a proliferar la violencia,


permitiendo el acceso a videos, juegos violentos y demás formas
de expresión en los que se realiza una apología a la violencia. En
este sentido, los medios de comunicación juegan un papel
preponderante, toda vez que permiten el libre acceso de la
violencia a través de la muy conocida niñera de vidrio. En tal
sentido Levine expone que,

La violencia en la televisión y el cine es perjudicial para los


niños. Cuarenta años de investigaciones han llegado a la
conclusión de que la exposición repetida a niveles altos de
violencia en los medios de comunicación les enseña a los niños y
adolescentes a resolver los conflictos interpersonales con violencia,
y a muchos otros a ser indiferentes a esa solución. (1997:3)

Así, el flujo constante de hechos violentos nos hacen sentir


que ya son normales, y a los jóvenes, les hace pensar que esa es
la forma de relacionarse, perdiendo, de esta manera, toda la
capacidad de asombro o reacción en contra de hechos que están
ͷͷ


al margen. Pero está en las manos de quienes fungen como
formadores de toda índole, que el futuro de los jóvenes siga por el
camino de la no violencia, y al respecto la Ley Orgánica de
Protección al niño y al adolescente (LOPNA) en Venezuela, en su
artículo 5º reza:

La familia es responsable, de forma prioritaria, inm ediata e


indeclinable, de asegurar a los niños y adolescentes el ejercicio y
disfrute pleno y efectivo de sus derechos y garantías. El padre y la
madre tienen responsabilidades y obligaciones com unes e iguales
en lo que respecta al cuidado, desarrollo y educación integral de
sus hijos. (1998: S/p)

Por su parte, “el Estado debe asegurar políticas, programas y


asistencia apropiada para que la familia pueda asumir
adecuadamente esta responsabilidad, y para que los padres y las
madres asuman, en igualdad de condiciones, sus
responsabilidades y obligaciones” (1998:s/p). La LOPNA establece
muy bien en este articulo, quiénes son los actores que deben estar
involucrados en dicho proceso, a saber, en primer lugar, la familia,
como garante de la educación integral, luego el estado, a través
de las escuelas y las leyes que protejan a los jóvenes.

Así, estos entes deben reforzar y moldear a estas vidas,


realizando siempre un trabajo en conjunto y no por separado. En
tal sentido, se puede presumir que algo debe estar fallando en
ésta triada Familia / institución / alumno, pues los hechos
violentos están invadiendo cada vez más el espacio de nuestras
vidas.

Por un lado, el grupo familiar, debido a la vida acelerada que


llevamos en la actualidad, se muestra pasivo, es decir, se
encuentra sentado en el público, dejándole a terceros que se
encarguen del desarrollo social de los jóvenes, como bien lo
ͷ͸


expresa una alumna de segundo año al afirmar “el problema es
que los padres actuales no nos enseñan los valores que les
inculcaron a ustedes los más grandes” (Grupo focal; 2008); con
esto queremos señalar que, anteriormente, a mediados del siglo
XX, por puntualizar una época, era en el hogar y dentro de él, los
padres y abuelos, quienes sembraban y cultivaban los valores
morales, (respeto al otro, cumplir con normas de urbanidad y
buenos modales, por ejemplo) que hoy en día los jóvenes
desconocen y que es a lo que esta joven hace referencia, tal vez
con un cierto tono de reclamo hacia quienes son y deben ser los
garantes de su buen proceder.

Por otro lado, las instituciones educativas han hecho lo


posible por asumir esos vacíos de roles que, únicamente,
perjudican al proceso de formación del estudiante. Esto queda
sustentado al encontrar afirmaciones de los alumnos en las que
expresan que “el maestro es más que un profesor, es un amigo, es
como mi papá” (Grupo focal; 2008; estudiantes 8º grado). De este
comentario se pueden desprender dos vertientes, una, que explica
la falta de comunicación que existe entre padres e hijos, y no es
debido al tema de la pubertad o de las brechas generacionales
existentes entre ellos, es falta de comunicación por colocar este
nexo por debajo de otras obligaciones; y este problema requiere
que se apliquen medidas que contrarresten esta falta de
comunicación familiar.

La otra vertiente que se desprende del comentario


anteriormente expresado, demuestra que no todo está perdido.
Esta comunicación, que debería ser intrafamiliar, está siendo
sustituida, en ocasiones, por los maestros en los colegios, los
ͷ͹


cuales son vistos por sus alumnos como amigos, padres,
hermanos y demás personajes referentes a la familia.

En este orden de ideas, cabe destacar, que la sociedad


estudiantil no está acéfala de conductores o guías, pero debemos
hacer un examen exhaustivo para poder determinar los problemas
de los alumnos, ya que nunca será lo mismo una comunicación
familiar eficaz que la comunicación establecida con un tercero, sin
importar el papel que cumpla en la vida del alumno, es obvio, que
siempre la voz materna o paterna hará más peso que otra voz.

Adicionalmente, esto trae otras vertientes como pueden ser el


problema entre un profesor y sus alumnas, que si bien éste puede
tener las mejores intenciones para poder ayudar o guiar a sus
pupilas puede ser mal interpretado por sus allegados, sus colegas,
la directiva o incluso por los representantes de dichas jovencitas,
o que, por otro lado, el padre o madre, en algún momento, reclame
su lugar en la vida de su hijo y aleje a éste de su mentor.

Todo lo anteriormente comentado nos lleva a pensar que la


insatisfacción de las necesidades de afecto y de compromiso de
las obligaciones de los padres para con sus hijos podría conducir
a que los jóvenes busquen su propia identidad en otros espacios
fuera del hogar con sus pares.

Así, podemos encontrar situaciones violentas, por razones


que con el tiempo se olvidan, en la que los jóvenes han formado lo
que a través de la historia se ha llamado patotas, pandillas,
clanes, grupos, entre otros nombres; éstos se encuentran para
maltratarse, golpearse y luego regodearse en sus hechos
violentos, “para los adolescentes que se agrupan e integran lo que

ͷͺ


principalmente conocemos por pandillas, existen ciertos juicios
subjetivos: se les considera como delincuentes en potencia o
activos, o se les idealiza al hacerlos aparecer como víctimas o
seres puros” (Adame:1974;25), claro está que dependerá de la
actitud de dichas pandillas que se les trate como delincuentes o
víctimas.

En este sentido se pregunta Jean Duvignau en su libro La


Solidaridad

¿Es un mismo vinculo que une entre sí a gente de la misma


sangre, o del mismo linaje, el que fundamente la dependencia de
los vasallos frente al soberano o, viceversa, el que agrupa sabios,
magos, cre yentes en sectas, artesanos en guildas, el que justifica
la ley del silencio entre los criminales? (1990:07).

Aparentemente este es un vínculo muy fuerte que se ha


establecido desde los albores de las sociedades y con el tiempo
se ha arraigado en los nuevos clanes o bandas en el que un grupo
de personas se une bajo un mismo precepto, formado por ellos
mismos y en ocasiones basado en hechos violentos.

Alejandro Moreno, explica una de las razones de esta


solidaridad en los clanes o grupos, cuando comenta que

La forma de agruparse en bandas no sigue la formación de


grupos de tareas regidos por una estructura definida en función de
objetivos y una estricta jerarquía en distribución de poder como es
característico en las bandas clásicas (2008:238).

Lo que puede explicar muy bien la forma de conformar estas


nuevas bandas, sin estructura definida, pero manteniendo muy
claro el precepto, en ocasiones tácito de la solidaridad. Moreno
agrega que “su organización reproduce las tramas relacionales,
regidas por vinculaciones afectivas, propias de la vida cotidiana”
(2008:238), lo que termina afirmando que sólo existen vínculos de

ͷͻ


solidaridad para con el grupo de amistades más que otros lazos de
unión entre ellos.

Ejemplos de esto se pueden ver en redes sociales o en la


prensa escrita, el día 11 de abril de 2010 un noticiero en la red
informo que:

Una batalla campal, en el espacio destinado a la Feria de


comida rápida del centro comercial Tolón, tuvo lugar este sábado
en la tarde y obligó al desalojo del com plejo. S egún divulgó
PoliB aruta, los guardias de seguridad del centro comercial no
pudieron controlar los hechos de violencia que enfrentaron a dos
num erosos grupos de jóvenes y se vieron obligados a llamar a los
efectivos de PoliBaruta. Ambos grupos, integrados por menores de
edad, se enfrentaron con hechos de gran violencia y, cuando los
vigilantes les llamaron la atención, arremetieron contra ellos. Tras
la intervención de la Policía de Baruta se procedió a desalojar todo
el nivel donde se encuentra la feria de com ida. Ocho menores de
edad fueron detenidos y trasladados a Piedra A zul para ser
entregados posteriormente a sus padres. Representantes del Tolón
informaron, al diario El Universal, que por lo ocurrido tuvieron que
cerrar sus puertas casi dos horas antes de lo previsto, por lo cual
estarían estudiando activar una demanda contra los padres de los
menores de edad, para que se responsabilicen por la situación y las
pérdidas que se produjeron por la terminación forzosa de las
actividades en horas de la noche del sábado.” (noticias24.com;
2010: S/p)

En este sentido, cabe señalar que diversos autores han


tratado el tema de la violencia infantil como es el caso del español
Mariano González Ramírez en su colección de Libros guía para
padres escribió un tomo titulado La agresividad en los niños en
el que apunta: “entiendo que las raíces del crimen son diversas y
muy complejas, pero en cada acto violento hay vacío de amor y
una confusión aterradora” (2003:55), Sin embargo, hechos como
estos no deberían impresionar a la población, pues todos los días
ocurren en algún lugar público, o en los colegios del país. Estos
ataques violentos aparentemente comunes pueden tratarse
también de un vacío enorme de afectividad familiar; un joven falto

͸Ͳ


de amor por parte de sus padres está desprovisto de la capacidad
de dar afecto a sus semejantes, y por contraste, la falta de afecto
le da cabida absoluta a su antónimo, el odio, el cual trae consigo
la violencia.

Pese a los esfuerzos que se hagan en las escuelas y aunado


al hecho de que el alumnado no se encuentra ayuno de formación,
las Instituciones sólo tienen el control de los jóvenes durante 8
horas al día, en promedio, pero, ¿sabemos qué hacen los jóvenes
al salir del colegio?, pues la respuesta se puede conseguir en
titulares como el anteriormente descrito, los jóvenes se reúnen en
las calles para buscar su propia identidad, la cual difícilmente se
puede conseguir a solas sin un guía real. Esta manera de vivir es
definida por Moreno como “un modo de existencia, un sistema
concreto de condiciones de vida, una forma de interactuar con la
sociedad, una manera de hacer, una actualidad y una posibilidad
de ser” (2008:237).

La identidad y formación es buscada entre ellos mismos, y


por alguna razón siempre encuentran una guía tergiversada en las
calles, obviamente, los jóvenes, al no conocer una línea real de
conducta aprendida en casa, o reforzada en la escuela, adoptan la
que aprenden en otros lugares. Adame cita el libro de J.J López
titulado Rebeldes y expresa que “existe actualmente en el joven
un síndrome de carencia de autoridad, una falta de imago paterna,
de lo que resulta que el joven adopte líneas psicopáticas de
conducta” (López citado en Adame; 1974:23).

Es importante resaltar que las normas del colegio, en muchas


ocasiones, no son cumplidas por convicción, si no por la
necesidad de no ser botados o excluidos del plantel, y en otras
͸ͳ


ocasiones apoyan la existencia de normas pero no las que existen.
En tal sentido, un grupo de estudiantes expresó lo siguiente:
“tienen que haber normas porque si no esto fuese un circo, pero
hay muchas (normas) ridículas, el hecho de tener el pelo largo no
afecta mis notas” (Grupo focal; 2010; estudiantes 2º año
diversificado). Este comentario nos da ciertas luces para pensar
que el estudiante no está del todo claro acerca del rol que cumple
la escuela; es decir, piensa que sólo debe sacar buenas notas sin
necesidad de reforzar las normas ni nada más, por lo que tampoco
quedan arraigadas las pautas de comportamiento, modales,
urbanidad y buenas costumbres que se imparten en la institución.

Podemos ver así, que si no existe comunicación y normas


que cumplir en casa, ni arraigo en las normas institucionales, no
podemos pedir que el joven acate a cabalidad las normas sociales
y legales de convivencia.

En este mismo orden de ideas, no se puede dejar escapar la


presión de los amigos, que movidos, todos aquellos que están
faltos de un guía, por la inmadurez de la adolescencia, son
capaces de inventar, crear y ejecutar planes violentos a cualquier
escala. Esta presión es llamada por Adame influencia entre pares
y la define como “aquella que proviene de las reuniones entre
compañeros de clase, de grupos que se reúnen en las esquinas,
bares, clubes o en los salones de juegos” (1974:24).

Estos jóvenes no miden sus actos y conscientes de que están


evadiendo u obviando las leyes continúan haciéndolo, en tal
sentido Fernando Pereira, en su libro Violencia en los pupitres
expone “cumplir reglas no viola los derechos, al contrario, es un
derecho del niño, niña y adolescente conocer cuáles son sus
͸ʹ


límites en el aprendizaje de su vida social, de su formación
ciudadana” (2009:105). Así, los jóvenes deben ser obligados a
cumplir las reglas en todo momento, que si bien todas están
concatenadas con las reglas socialmente aceptadas, cada una
tiene sus visos y acomodos de acuerdo al lugar donde se
encuentre; de tal manera que en casa se cumplen unas reglas, las
cuales por lo general son muy fáciles de violar en edades de la
pubertad, pues los castigos o sanciones no representan una
exposición frente a sus semejantes.

Por otro lado, el joven debe cumplir también las reglas del
colegio, lugar donde sí y solo sí están obligados a cumplirlas.
Estas reglas deben estar hilvanadas con las reglas del hogar o al
menos eso sería lo más apropiado. En el colegio el estudiante
está expuesto al escarnio y burla de sus compañeros, por lo que
debería cuidarse más y cumplir las normas establecidas dentro del
plantel.

No se puede dejar en el olvido la conjunción de acciones que


se ponen de manifiesto en un aula de clase, “la asociación es
manifestación juvenil que tiende a satisfacer los primeros rasgos
de identidad extrapersonal en el afecto y la simpatía” (Adame;
1974:17), y si el alumno se porta mal es sometido al regaño por
parte de su superior de turno, pero si no lo hace, muy
posiblemente será sometido a la humillación por parte de sus
compañeros en horas sucesivas, y frente a la idea de ser
rechazado, en muchas ocasiones, quedan solapadas las reglas del
plantel para darle cabida a la visceralidad de la pubertad.

Si al anterior factor se le añade un nuevo escenario, la calle,


la cual lleva consigo un sinfín de características total y
͸͵


absolutamente distintas y, en muchas ocasiones, distantes de las
reglas del plantel, todo el proceso de socialización por parte del
joven se ve involucrado en tres mundos completamente distantes,
siendo la calle, en los momentos actuales, el lugar donde más
tiempo pasan los jóvenes y el lugar donde aprenden a darle más
peso a todo lo que allí ven, escuchan y aprenden y viven, dejando,
no atrás ni solapado, sino olvidado por completo, los otros dos
escenarios donde deben actuar, al menos, 5 días a la semana.
Esta idea se ve muy bien reforzada con lo que expresa una
estudiante de 9º grado al aseverar que “la diferencia que hay entre
tu generación y la mía, es que ustedes tuvieron padres, nosotros
tenemos la calle” (Grupo focal; 2008). Nosotros tenemos la calle, a
todas luces una frase que denota la falta de orientación y guía por
parte de padres o representantes, lo cual trae como consecuencia,
jóvenes descarriados, desorientados, confundidos, y ¿por qué no?
Violentos.

Ahora bien, estos comportamientos, al margen de lo


socialmente normal, están íntimamente ligados a lo que en
psicología jungiana es llamado el arquetipo de la sombra,3 la cual
transita de la mano con el poder para exacerbar desde las más
ínfimas hasta las más grandes atrocidades y actos violentos. En
este sentido podemos agregar que:

La Sombra es la parte inferior de la personalidad, la suma de todas las


disposiciones psíquicas personales y colectivas que no son asumidas por la
consciencia por su incompatibilidad con la personalidad que predomina en
nuestra psique. Estos contenidos rechazados no desaparecen, y cuando cobran


3
Adolf Guggenbhûl la define en el libro Poder y destructividad en psicoterapia, de la siguiente
manera: “a una colectividad dada le corresponde la sombra colectiva. Es decir, a cada individuo
de esa colectividad, ella contiene lo que no es aceptable en el medio cultural al que dicho
individuo pertenece. La sombra colectiva es el lado oscuro del ideal colectivo.” (1992:107)

͸Ͷ


cierta autonomía se constituyen en un agente antagonista del yo, que mina los
esfuerzos de éste. Por otra parte, en la conciencia también se produce en
ocasiones una sensación de desequilibrio, producida por la añoranza de aquello
que no aceptamos o no sabemos encontrar en nosotros mismos: de ahí el
carácter marcadamente ambivalente de lo inconsciente, que según los casos
puede actuar tanto como recuerdo antagónico, que pone de manifiesto las
carencias del yo consciente como en alivio compensatorio de esta misma
insuficiencia. (Zweig; 1999: S/p)

Así, a la sombra se le atribuyen los estadios descontrolados


de los jóvenes que actúan en forma irracional e impulsiva,
fácilmente se puede afirmar que parte de la actitud y formación de
los jóvenes puede ser esa, donde sin pensar en las
consecuencias, llevan a cabo todo lo que sin análisis alguno les
pasa por la cabeza, los adolescentes “no se buscan soluciones
intermedias, de negociación o compromiso, si no soluciones
definitivas que corresponden, como actitud, al delito y la violencia
extrema” (Moreno;2008:237). Para este caso en particular es
arriesgado afirmar que esta actitud puede llegar a ser delictiva,
pero no deja de ser cierto que esa es la línea de vida que llevan
los individuos que no tratan o dejan pasar sus actitudes violentas.

Así, la Sombra se ve proyectada en todos los lugares de la


vida cotidiana de todos los jóvenes, incluso en todos los lugares
de la vida de cada individuo de la sociedad, sólo que toda persona
entrada en la etapa de pubertad es más vulnerable o susceptible
de cometer estas acciones. Guggenbhûl lo dibuja de una manera
más clara al referirse a los lugares donde puede proyectarse la
sombra del ser humano “al hacerse adolescente, al entrar en la
etapa que debe relacionarse con el mal, le es naturalmente fácil
simplificar el conflicto proyectando destructividad en el ambiente o
parte de él” (1992:113), esta sombra se ve proyectada en su modo
de realizar todas sus acciones, “no se buscan caminos, no se

͸ͷ


confrontan opciones. No hay expresiones que indiquen
pensamientos, reflexión detenida, sino el paso inmediato del
deseo a la acción: la acción ejecutada casi de manera mecánica,
compulsiva, centrada en sí misma” (Moreno: 2008:246), esto
refleja la falta de guía real que lo lleva a actuar de una manera
visceral antes que racional.

Naturalmente, mientras continuemos viviendo en una


sociedad al margen de las relaciones cordiales y afectivas, los que
recién se van incorporando a esta vida social, tendrán menores
oportunidades, o no conocerán, otra forma de relacionarse que no
sea con la violencia en sus actos.

En la silla de al lado de esta sombra, se encuentra sentada la


otra vertiente que siempre va de la mano de ésta, que es el poder,
la norma, concebido, no como la capacidad de mandar o ser el
mejor, sino entendido como la simple capacidad de no dejarse
manipular o simplemente el rechazo a la autoridad, que, en
condiciones normales, sería quien tuviese el poder, aceptando que
la autoridad se encuentra en los padres, en la casa, en los
maestros, en las escuelas y en las leyes en las calles.

Todas éstas, claro, están hiladas unas con otras, pero


difícilmente el joven puede entender o hilar las normas cuando no
comparten con sus padres, no están del todo de acuerdo con las
normas de la institución y lo consideran “una ladilla” (sic) (Grupo
focal; estudiantes 2º año diversificado). El poder, visto desde el
ángulo de la maldad o de la violencia, está estrechamente ligado a
este rechazo. Punto éste que comienza cuando no existe o cuando
está poco presente en la familia la comunicación, la enseñanza
de valores, y muy importante, el castigo oportuno como forma de
͸͸


reprender algún hecho fuera de la norma de la moral y las buenas
costumbres.

En la sociedad actual podemos observar que los padres se


encuentran inmersos en un mundo de responsabilidades laborales
y sociales que no les permite o que les hace dejar a un lado las
labores de construcción de familia, lo que nos puede llevar a
vislumbrar varias vertientes en esta arista de la investigación.

Por un lado, si no existe cohesión familiar, la familia se


percibe atomizada, el adolescente, como hemos venido
explicando, busca otros patrones de relación, los cuales pueden
ser debido a la falta de patrones reales en el hogar, o simplemente
por rabia debido a este mismo vacío. Rabia por sentirse apartados
y con poca atención en la casa.

En este sentido, Alejandro Moreno, lo expresa muy bien


luego de exponer tres historias de vida, de tres delincuentes de
Caracas, cuando hace un análisis del comportamiento de los
mismos, el cual no escapa de la realidad de los adolescentes
actuales, posiblemente de una forma más critica; pero dentro del
discurso de estos delincuentes se percibe la falta de presencia y
autoridad de los padres junto a la falta de compromiso para con
sus hijos, lo cual crea un vacío enorme en la vida de éstos, lo que
los lleva a cometer actos no aceptados, buscando que, al menos,
los vean, o, de alguna manera, llamar la atención.

Entendiendo que “lo importante es no perder la perspectiva:


donde hay humano, hay posibilidad para la familia. Y donde hay
familia, hay educación, hay política, hay economía, hay medios de
comunicación…” (Barrera; 2004:48), se puede decir que,

͸͹


actualmente, esta afirmación puede no ser tan cierta. Realmente,
donde hay seres humanos existe la posibilidad de crear
sociedades, las cuales traen consigo políticas, economía, pero la
educación es necesario delimitarla a sólo las escuelas y las calles,
pues en los hogares dicho tema se encuentra un poco fracturado,
en todos los grupos focales realizados con los estudiantes sólo
unos pocos dicen tener relación estrecha con sus padres, incluso,
los estudiantes expresaron al momento de hacerles la pregunta
¿en qué momento compartes con tus padres o familia? “en ningún
momento” (Grupos focales; 2010).

Las definiciones de todos los tipos de familia nos llevan a


buscar cuál se puede adaptar a la familia actual. Existen muchos
modelos de familia que se pueden seguir: la familia nuclear, la
familia extendida, la modular, la virtual, entre muchos otros tipos
de familia, pero pareciera que, la que engrana y se adapta
perfectamente a la familia del adolescente violento es la
denominada familia anulada. M. Barrera la define de la siguiente
manera:

Se genera en contextos socialmente difíciles. Es producto del


distanciamiento radical de los progenitores. Los hijos se dispersan
en otras familias. Las relaciones interpersonales entre los
miembros son negadas o son difíciles. La experiencia de familia y
la noción de [grupo familiar] genera reacciones adversas. En este
[modelo] de familia el trato entre los [miem bros] realmente no
existe. El liderazgo de los padres desaparece. Cualquier posibilidad
de unión está desechada. P uede estar presente el resentimiento, la
desconfianza y el miedo a los demás miembros. Los hijos generan
rechazo frontal a la autoridad, a la figura del padre y de la madre y
a todo aquello que signifique orden, credo y valores. (2004:29)

No es precisamente este modelo de familia el que


prometerá que la sociedad pueda avanzar por el camino que se
espera, pues como ya se ha mencionado con anterioridad, los

͸ͺ


padres y madres no comparten con sus hijos adolescentes. En el
pasado no era difícil leer que familias de este tipo, sólo se veían
en los estratos sociales populares, pero posiblemente, en la
actualidad, se puede ver en todas las clases sociales y como
consecuencia de ello, la violencia entre los jóvenes se encuentra
en todos los estratos sociales, ejemplo de esto, se puede recordar
el caso del niño Vegas, reseñado en el libro 4 crímenes 4
poderes de Fermín Mármol León, en el que jóvenes de la alta
sociedad caraqueña protagonizaron el crimen de un menor de
edad.

Por otra parte, es fácil conseguir, en los titulares de la


prensa, reportajes donde se cuentan enfrentamientos entre
bandas, y peor aún, los índices de la consumación mayor de la
violencia (la muerte), son cada vez mayores en Venezuela, al
punto de parecer que ya para nuestro país la forma normal de vida
actual es bajo las garras de la violencia.

Ahora bien, es muy importante destacar el papel de la madre,


la cual, al parecer, forma parte importante del proceso de
formación y por ende de evitar futuros trastornos que puedan
llegar a actos violentos por parte de sus hijos, entendiendo que
ésta cumple tal vez un papel distinto al del padre pero de igual
importancia en lo que respecta a la responsabilidad social.

En la familia se puede observar que es la madre la que debe


brindar la atención necesaria y el cariño suficiente para poder
colocar los cimientos sobre los cuales reposará el resto de la
educación y formación del joven; si esto no sucede así, ya existe
un camino transitado con muchas fallas y vacíos que muy
posiblemente traigan secuelas graves en el futuro, en tal sentido
͸ͻ


Marcos Barrera expresa haciendo alusión a la historia de las
familias en Venezuela que

El padre presentaba un radio de acción amplio, que en


oportunidades amparaba otras relaciones e hijos en otros lugares, y
la madre un quehacer restringido al hogar, atendiendo a los hijos
con el apoyo de allegados com o abuelos y tíos con un poder interno
considerable. (2008:50).

El padre, por su parte, representa una figura de más


carácter, por lo que su función, además de proveerle seguridad, y
no necesariamente se habla de seguridad financiera, a la familia,
debe ser el encargado de formar el lado opuesto al de la madre,
sin dejar de dar amor y comunicación, debe ser más firme que la
madre. Esto, está claro en los casos en los que la figura paterna
existe en casa, en el caso de no existir, tiene poca relevancia en
la vida de los jóvenes, motivo que también a la larga puede llegar
a ser dañino para la formación del individuo, toda vez que cuando
estas figuras no están presentes en la vida del joven o aparecen
muy marcadas sucede el mismo efecto, es importante destacar
que está estudiando una situación en especial, la ausencia de
figuras paternas en el joven no así la sustitución de éstas por
otras como tíos, abuelos entre otros.

Al no estar presentes para sus hijos las figuras parentales,


estos crean un mundo de represión y violencia, y por otro lado,
cuando aparecen de manera muy marcada, puede suscitarse el
rechazo a la autoridad, el cual Moreno expresa muy bien al afirmar
“todo está relacionado con una constante desde la infancia: la
rebelión contra la autoridad practicada de muchas maneras, unas
muy abiertas contra la autoridad familiar y escolar, otras más
encubiertas al aprovechar toda posibilidad de eludirla.”
(2008:244).
͹Ͳ


Si a los casos anteriormente expuestos se les agrega el
hecho de que el adolescente suele medir distancias de autoridad
para definirse a sí mismo, tendremos una serie de atenuantes que
indiscutiblemente hay que atacar. En el estudio realizado por
Alejandro Moreno queda enfatizado el problema familiar ligado a la
violencia,

si hemos encontrado, en cambio, que en familias


delincuentes, familias descuidadas, familias de vínculos internos
débiles, familias con poca solidez afectiva, la violencia que sufren
los jóvenes desde niños toma la forma de abandono con múltiples
variaciones: ausencia de padre, madre o ambos, descuido,
desatención, rechazo. (2008:264)

Independientemente del estrato social del que se esté


hablando, las vinculaciones negativas que tienen actitudes como
las descritas anteriormente son las mismas para los jóvenes, por
lo que existe una similitud entre el presente estudio y el hecho por
Moreno, tomando en consideración que cada estudio representa
un estrato diferente.

Lo ideal es lograr un ambiente familiar adecuado para el


crecimiento y formación de los herederos de la presente sociedad,
Moreno asevera:

Si la familia no es un espacio de paz, un ám bito de


entendimiento en el que transcurren los primeros años de la vida, la
persona estará m arcada por aprendizajes prácticos en relaciones
hum anas conflictivas. Si además, se vive en una comunidad donde
la violencia está presente en el discurrir cotidiano de la interacción
social, si la misma violencia de la calle está en la casa, el niño que
todo eso experim enta, se inclinará fácilm ente a desarrollar en su
vida esa línea de conducta. (2008:259).

En tal sentido, es necesario entender que todo individuo


puede llegar a ser reflejo de su sociedad y partiendo de la premisa
de que es la familia el espejo de dicha sociedad, nos adentramos
en un mundo en el que la sociedad está inmiscuida en un proceso
͹ͳ


de degradación que no le permite hacer un alto y analizar las
distintas aristas que así lo requieran, es también importante
resaltar que cada ente y persona debe y tiene que asumir las
culpas y responsabilidades que le competa asumir, “la
responsabilidad de cada quien es fundamental. No se justifican las
excusas, como tampoco escudar las acciones propias en el
contexto, o en la situación o en lo colectivo” (Barrera; 2008:60)

Si los principales pilares de la familia están obligados a


abandonar sus roles de la puerta para adentro de la casa, para
asumir nuevos puestos en la calle, es normal pensar que sus hijos
quedan acéfalos de guía en los momentos más importantes de su
vida. El Prof. Samuel Hurtado lo refleja al aseverar que “el
individuo se sumerge en la corriente cultural de su sociedad”
(1998:105), y entendiendo que la presente sociedad obliga a los
padres a salir a trabajar y dejar la casa sola, no es difícil entender
los nuevos roles que cada personaje de la familia tiene que
cumplir.

Claude Lévi-Strauss en su libro Antropología Estructural,


en medio de su estudio de parentesco afirma que:”una estructura
de parentesco, por sencilla que sea, jamás puede ser construida a
partir de la familia biológica compuesta del padre, la madre y sus
hijos, sino que implica siempre desde el comienzo, una relación de
alianza” (2004:82).

Por el contexto en el que escribe el autor, se asume «la


alianza» como una especie de contrato que se suscribe entre mas
integrantes y no solo entre padre, madre e hijos, sin embargo
cualquier tipo de alianza que se intente llevar a cabo sería
imposible de lograr si no existe en el hogar, con todos los
͹ʹ


integrantes que tenga, una comunicación eficaz entre los
miembros de la familia. Dicha alianza tiene que ser socialmente
aceptada fuera de la casa, y por ende dentro de ella.

Esta clase de pactos que se entrelazan entre los miembros


de una misma familia no pueden distar de los pactos y leyes
sociales, que rigen, en micro un colegio, en macro, toda una
nación y si se quiere el mundo entero. Necesariamente, tienen que
ser pactos muy bien hilvanados unos con otros para poder lograr
una mejoría social y, por ende, una disminución de la vida violenta
de los jóvenes de hoy.

El problema subyace en la falta de alianzas que existen entre


estos miembros, logrando así que en lugar de conformar una
familia, sólo convivan dentro de una misma casa la misma
cantidad de extraños, como miembros de la familia, es decir, como
no existe alianza, tampoco puede existir una comunicación
genuina y una unión familiar real en la que cada participante de la
familia ocupe el espacio y el rol que le corresponde.

La migración de roles

Para que una sociedad pueda cumplir con todas sus


funciones, se hace necesario que todos sus integrantes ocupen el
espacio correcto, conviene hacer una analogía con el cuerpo
humano, si el corazón quisiera realizar funciones de los riñones no
podría, y peor aún, abandonaría sus funciones principales por
hacer nuevas tareas que no le competen, dejando a los riñones sin
labor alguna, lo que traería como consecuencia que dicho órgano
tenga que buscarse nuevas funciones, logrando de esta forma que
͹͵


el cuerpo humano se descompense, tal vez no soporte dicho
cambio y perezca. Algo parecido ocurre en la sociedad, cada ente
está obligado a cumplir el rol o los roles que le competen,
permitiendo así que los demás miembros del grupo social realicen
las funciones que les corresponden.

En la forma más sencilla de ver, el ente encargado de


llevarse la basura del vecindario es el aseo, no el abogado, por lo
que éste último le deja dicha tarea a quien le compete. Algo
parecido a estas analogías ocurre entre el colegio y la familia, los
cuales han sufrido un enroque, o inversión de responsabilidades,
tan entramado que resulta difícil definir el rol de cada quien dentro
de la sociedad, en lo que respecta a la educación como función
social. En tal sentido, el artículo primero de la Ley Orgánica de
Educación de la República Bolivariana de Venezuela expresa:

La presente Ley tiene por objeto desarrollar los principios y


valores rectores, derechos, garantías y deberes en educación, que
asume el Estado como función indeclinable y de m áximo interés, de
acuerdo con los principios constitucionales y orientada por valores
éticos humanistas para la transformación social, así como las bases
organizativas y de funcionamiento del Sistema Educativo de la
República Bolivariana de Venezuela (2009: s/p)

No obstante, en las líneas sucesivas se intentará zafar


dicho nudo, a fin de deslindar funciones, no sin antes realizar un
pequeño estudio sobre el papel del estado como base principal
para lograr una mejor sociedad.

El Estado

En principio, por ley, y comenzando por el ente mayor, el


Estado debe garantizar la educación a sus habitantes, muy bien lo

͹Ͷ


expresa el articulo 6º parágrafo (a) de la Ley Orgánica de
Educación (LOE) de la República Bolivariana de Venezuela, “El
derecho pleno a una educación integral, permanente, continua y
de calidad para todos y todas con equidad de género en igualdad
de condiciones y oportunidades, derechos y deberes” (2009: s/p).
En este pequeño fragmento de la ley se puede observar la
disposición del Estado, de tomar en sus manos, como debe ser, la
educación de todos los jóvenes. Sin embargo pese a los esfuerzo
que ha hecho el estado, podemos ver en estadísticas oficiales,
que para el 2007 habían matriculados en educación básica
315.458 estudiantes para 210 planteles en área metropolitana de
Caracas, (www.ine.gov.ve), esto refleja que la cantidad de
alumnos es mayor que el grueso de los planteles y por ende el
número de ellos por salón es mayor que la esperada por lo que,
pudiese ser éste un agravante o una variable por considerar en la
identificación de las causas que generan un alto nivel de violencia
en las aulas de clase, ya que este hacinamiento estaría
agrediendo el espacio vital de los seres humanos que allí co-
habitan durante la jornada académica.

Conviene acotar que los científicos suelen conseguir


respuestas a las conductas de los seres humanos en estudios
conductuales de los animales, tal es el caso de los estudios
citados por Guggenbhûl en los que afirma que “los ingleses C. y
W. M. S. Russel dan otra explicación zoológica a los aspectos
destructivos de la conducta humana. Estos autores afirman que la
destructividad es siempre resultado de la superpoblación.

Ciertos simios, apacibles en su hábitat natural, se hacen


agresivos y destructivos cuando se ven aparentemente enjaulados
en un zoológico, al punto de atacar incluso a sus propias crías. Un

͹ͷ


territorio excesivamente restringido confunde los instintos de lo
cual resulta un constante estimulo agresivo. (1992:106).

Algo similar puede estar sucediendo en las aulas de clase.


En este sentido, David Huertas lo explica haciendo una
analogía con la sobrepoblación en las grandes metrópolis
actuales, y expresa que “esta burbuja de unos 40cm a partir de la
piel la consideramos nuestro territorio. Cuando alguien invade este
espacio sin consentimiento del que lo habita, se eleva la
adrenalina en respuesta al stress, sentimos angustia y emerge la
ira” (2007:71). Indiscutiblemente al encontrar dentro de un espacio
reducido un gran número de semejantes es más fácil o más
factible que se exacerbe la violencia dentro de los estudiantes y
todo aquel sujeto que los rodee.

Lo anteriormente expuesto nos puede dar ciertas luces para


partir de la premisa de que el rol del Estado como ente garante de
la educación posiblemente no se esté cumpliendo a cabalidad, en
tanto que ofrece educación a la población, pero no provee de una
infraestructura adecuada y de suficientes materiales de estudio
para disminuir la cantidad de alumnos por aula de clase y de esta
forma optimizar el aprendizaje de los estudiantes. Huertas en su
libro, ya citado, comenta la reflexión de José Antonio Marina

Los maestros transmiten la información, pero civilizan los


padres y toda la sociedad en su conjunto. Según José Antonio
Marina: <para educar al niño, hace falta la tribu completa>. Todos
somos agentes socializadores, influenciamos en el
comportamiento, los afectos y las creencias de los demás (Marina
citado en Huertas; 2007:93).

El autor en el comentario que antecede coloca al docente


como el personaje encargado de transmitir el conocimiento y el
resto de los ocupantes de la sociedad como entes socializadores,
sin embargo puede ser un poco más cómodo en la actualidad
͹͸


revertir dicho comentario colocando al maestro como ente
principal de socialización y al resto de los pobladores como
reforzadores de dicho aprendizaje.

Por otra parte, el Estado es el órgano encargado de


garantizar la calidad de vida y los servicios básicos a la población,
proveyéndoles de electricidad, agua, comida y trabajo a sus
habitantes, muy bien lo expresa el Artículo 82º de la Constitución
Nacional de la República Bolivariana de Venezuela al afirmar:

Toda persona tiene derecho a una vivienda adecuada, segura,


cómoda, higiénica, con servicios básicos esenciales que incluyan
un hábitat que humanice las relaciones familiares, vecinales y
comunitarias. La satisfacción progresiva de este derecho es
obligación compartida entre los ciudadanos y ciudadanas y el
Estado en todos sus ám bitos.
El Estado dará prioridad a las familias y garantizará los
medios para que éstas, y especialmente las de escasos recursos,
puedan acceder a las políticas sociales y al crédito para la
construcción, adquisición o ampliación de viviendas. (1999: s/p).

Así, en la actualidad, debido al alto costo de la vida los


pilares de la casa, papá y mamá, están obligados a trabajar para
lograr cubrir sus necesidades básicas y la de sus descendientes,
sin embargo, pese a los esfuerzos que ha realizado el Estado
para proveer a los habitantes del territorio nacional de la calidad
de vida que demandan, las políticas públicas no parecieran estar
teniendo el impacto esperado.

El racionamiento de agua y de electricidad, el


desabastecimiento alimentario, el desempleo, y el alto costo de la
vida, la inseguridad, son quizás las más gruesas pinceladas del
lienzo donde se dibuja la realidad venezolana, por lo que ambos
padres se ven obligados a producir capital para el sustento del
hogar, dicha realidad se vio reflejada al preguntarle a un alumno
͹͹


de 5º año del Colegio San Luís “¿en qué momento ves a tus
padres?” a lo que el mismo contestó “no mucho, de vez en cuando,
por las noches” (Grupo focal; estudiantes 2º año diversificado), y
respuestas como la anteriormente expuestas se encontraron en
todos los focos realizados.

En otro orden de ideas, la Constitución de la República


Bolivariana de Venezuela estipula en su artículo 91º que:

Todo trabajador o trabajadora tiene derecho a un salario suficiente que le


permita vivir con dignidad y cubrir para sí y su familia las necesidades básicas
materiales, sociales e intelectuales. Se garantizará el pago de igual salario por
igual trabajo y se fijará la participación que debe corresponder a los
trabajadores y trabajadoras en el beneficio de la empresa. El salario es
inembargable y se pagará periódica y oportunamente en moneda de curso legal,
salvo la excepción de la obligación alimentaria, de conformidad con la ley.
(1999: s/p)

Con respecto a lo anteriormente expuesto, es oportuno


rescatar lo referente a los sueldos y salarios de los maestros de
escuela, los cuales no representan una remuneración justa, sobre
todo si se considera que la función primordial que realizan es la
de formar y moldear a los futuros hombres y mujeres que
conformarán la sociedad del mañana. Dicha situación nos hace
presumir que, al no remunerarlos con un salario que se ajuste a
sus funciones y necesidades, estos pierdan el interés en
dedicarles el tiempo requerido para lograr de los jóvenes un mayor
rendimiento en el ejercicio académico que redunde, a posteriori,
en una operativa inserción en la sociedad.

La profesión del docente, por más útil que sea, nunca, o al


menos en la actualidad, ha podido colocarse dentro de las
profesiones de mayor demanda, debido a la remuneración
económica que trae consigo, la cual, al parecer, es también un
escalón falso en las políticas estadales.
͹ͺ


Dicha situación resulta lamentable, pues la profesión de
enseñar es una de las profesiones más antiguas y más
importantes que existe en el gran abanico de oportunidades de
estudio. Esta aseveración se sustenta en el hecho de que depende
de un profesor de escuela, en este caso en particular, pero
también de los profesores universitarios, que un joven decida qué
camino tomar en su futuro. De lo que se trata es que,
básicamente, si son mal formados o maltratados por sus
superiores, los jóvenes posiblemente tomen decisiones erróneas
en tanto a qué estudios superiores tomar, o, en el peor de los
casos, no tomar ninguno. Si por el contrario los actuales jóvenes
son bien educados y orientados por otros caminos que no son los
que en la actualidad transitan, tenemos una gran posibilidad de
revertir el gran proceso de degradación social y de violencia
descontrolada que vive nuestro país.

Por otra parte, el artículo 79º de la Constitución de la


República Bolivariana de Venezuela reza

Los jóvenes y las jóvenes tienen el derecho y el deber de ser


sujetos activos del proceso de desarrollo. El Estado, con la
participación solidaria de las familias y la sociedad, creará
oportunidades para estimular su tránsito productivo hacia la vida
adulta y, en particular, para la capacitación y el acceso al primer
em pleo, de conformidad con la ley. (; 1999: s/p).

Entendiendo que posiblemente el Estado no cumpla a


cabalidad sus roles y que ésta sea la base para un mejoramiento
de la sociedad, en tanto a calidad de vida y educación se trate, se
puede concluir que dicha base puede no estar bien cimentada en
la sociedad y por ende posiblemente el resto de los entes garantes
de una buena educación tengan sus bases débiles, lo cual
requeriría de un gran esfuerzo para redimensionar las actividades

͹ͻ


del Estado en lo que respecta a ese engranaje conformado por el
Estado, la familia y los entes educacionales, a fin de lograr
respuestas cónsonas con la problemática actual y generar así,
soluciones viables a dicha situación.

La Familia

Es en la familia, donde posiblemente comience todo el


proceso de formación del individuo, motivo por el cual es uno de
los eslabones, en esta entramada cadena, más importantes en el
desarrollo, bueno o malo, y futuro social de los jóvenes de hoy,
quienes cada vez se encuentran más cerca de la madurez.

Jorge Sánchez Azcona, en su interesante libro titulado


Familia y sociedad comenta que la familia

Es considerada como el núcleo primario y fundamental para


proveer a la satisfacción de las necesidades básicas del hom bre y
sobre todo de los hijos, quienes por su carácter dependiente deben
encontrar plena respuesta a sus carencias, como requisito para
lograr un óptimo resultado en su proceso de crecimiento y
desarrollo” (1974:45).

En tal sentido se puede presumir, por los grandes índices


delictivos y las constantes noticias que a diario encontramos en la
prensa, que hay algo que está fallando en este proceso formador
dentro de los hogares y de las familias que conforman la sociedad
actual. Un alumno de primer año expreso “mi mamá me lleva todas
las tardes a tareas dirigidas y llego a dormir” (Grupo focal; U.E.
Colegio San luís; 2010).

Detrás de las puertas de los hogares, es, o mejor aún,


debería ser, donde comience todo el proceso de formación del ser

ͺͲ


humano. Bernabé Tierno y Antonio Escaja en el libro Saber
educar citan a A.S. Makarenko el cual afirma que “nuestros
padres y nuestras madres son delegados por la sociedad para
educar al futuro ciudadano de nuestra patria… en esto se funda su
autoridad como padres, incluso a los ojos de los hijos” (Makarenko
citado en Tierno; 2003:33).

Cada individuo dentro de la familia, cumple sus roles bien


definidos. En tiempos pasados, y todavía en algunas familias
actuales, se vive la costumbre de que la labor de mantener
económicamente al hogar y por ende pasar una gran parte del
tiempo fuera de casa es llevada por el padre.

Cuando se habla del poco o nulo influjo del padre tiene en la


educación de sus hijos, se alude inevitablem ente al escaso tiem po
que pasa en casa con ellos bien sea por razones de trabajo o por
esa costum bre tan difundida de pasar los fines de semana sin los
hijos. (Tierno; 2003:111).

Mientras que la madre se encarga o se encargaba de las


labores del hogar y del cuidado de los hijos, “a la madre, en
cambio, se le atribuye un papel secundario respecto al padre, a
ella le correspondería adoptar actitudes conciliatorias, protectoras
y suaves” (Tierno; 2003:79), incluso en otrora circunstancias, en
el pasado, era el hombre el encargado de ir a las contiendas
mientras que las mujeres se quedaban en la ciudad dándole a los
hijos la alimentación necesaria para luego formarlos como grandes
guerreros.

Sánchez acota, refiriéndose a las labores del hogar, que “la


mujer se convierte en el principal agente económico y afectivo,
dado que el hombre continúa dedicado a las actividades
peligrosas como son la guerra y la caza que los lleva a una

ͺͳ


permanente eliminación” (1974:15), por la forma de vida que
llevamos en la actualidad se puede acotar que el hombre no va a
cazar exponiéndose a la eliminación y en muchos casos tampoco
practica el arte bélico, pero si se expone a extensas jornadas
laborales que lo mantienen alejado del ambiente y tareas del
hogar y por ende de sus hijos y la madre en muchas oportunidades
no se queda en casa al corriente de las labores de cuidado y
educación sino que debe trabajar fuera de la misma.

Bien lo demuestra el siguiente cuadro de indicadores de la


fuerza de trabajo según sexo en el Estado Miranda realizado por
el Instituto Nacional de Estadística en el que se aprecia un
porcentaje elevado de hombres y mujeres que trabajan, por lo que
se puede asumir que parte de éste porcentaje que tiene hijos, no
está en la posibilidad de dedicarle suficiente tiempo.
2008 2009
Indicadores er 2008do er 2009do
Indicadores 1 erSemestre 2 doSemestre 1 erSemestre 2 doSemestre
1 Semestre 2 Semestre 1 Semestre 2 Semestre
Total
Total

De 15 años y más 2.164.537 2.189.716 2.217.651 2.244.819


De 15 años y más 2.164.537 2.189.716 2.217.651 2.244.819
Activa 1.384.791 1.457.731 1.526.772 1.545.356
Activa 1.384.791 1.457.731 1.526.772 1.545.356
Tasa De Actividad (%) 64,0 66,6 68,8 68,8
Tasa De Actividad (%) 64,0 66,6 68,8 68,8
Tasa De Ocupación (%) 95,3 95,4 93,8 92,7
Tasa De Ocupación (%) 95,3 95,4 93,8 92,7
Tasa De Desocupación (%) 4,7 4,6 6,2 7,3
Tasa De Desocupación (%) 4,7 4,6 6,2 7,3

Fuente: Investigación sobre violencia en las escuelas, Centro


Gumilla.

Esto puede quedar demostrado si concatenamos el cuadro


anterior con las estadísticas que se obtuvieron del informe de un
estudio realizado en el año 2009 por Jesús Machado y José
Gregorio Guerra, conjuntamente con el Centro Gumilla de Caracas
titulado Investigación sobre la violencia en las escuelas las
cuales demuestran los niveles de violencia que se están
ͺʹ


sucediendo en las escuelas. Lo cual puede llevar a pensar que la
violencia en los jóvenes posiblemente esté vinculada a la falta de
presencia o de autoridad de sus padres.

Fuente: Investigación sobre violencia en las escuelas, Centro


Gumilla.

Resulta importante resaltar que dentro de todo el proceso de


investigación que se ha realizado para el presente trabajo se ha
observado que es la madre la encargada de dar afecto en la etapa
inicial del hijo y que, aparentemente, dentro del seno familiar es
por la madre que se crean las rupturas de lazos afectivos entre
sus miembros, es decir, excluyendo claro está las rupturas
afectivas que se crean cuando los hijos descubren que el amor
materno no es sólo de ellos, también sucede que es la progenitora
la que, por distintas razones y en distintas etapas, le muestra y
enseña ira a sus hijos para colocarlos en posición de lucha contra
sus padres; ejemplo de ello se pudo evidenciar por la observación
participante en uno de los colegios estudiados al escuchar a
varias representantes expresarse de forma amenazante con su
hijos adolescentes, “cuando tu papá sepa esto te va a golpear” o
“espera que hable con tu papá para que veas lo que te va a
ͺ͵


hacer”, esto puede parecer normal dentro de una conversación en
la que el joven cometió una falta, pero la realidad es que esos
comentarios van creando en el adolescente iras internar que en un
futuro pueden traer como consecuencia una potencial ruptura de la
familia.

Resulta pues, curioso, explorando el pasado del ser humano,


que la figura masculina siempre haya estado más ausente que
presente en la vida de los jóvenes y que sea la madre, el
personaje a quien le compete lidiar el mayor tiempo con los
jóvenes de la casa. Podría entonces afirmarse que esta
distribución de roles estaba dada debido a la memoria histórica de
las sociedades occidentales, donde las personas del sexo
femenino siempre fueron dejadas en casa con tareas puntuales,
mientras que era el hombre de la casa quien proveía las
comodidades, en ocasiones impartía disciplina y mantenía,
económicamente la casa.

De tal modo que dicha memoria histórica ha perseguido a las


familias de las grandes sociedades occidentales, sin embargo se
comienza a notar en el presente que esta situación cambió, y
obliga a los padres a salir ambos a la calle a trabajar, pues el
salario de uno solo no alcanza para mantener todo el hogar, de
igual forma vemos familias sin figura paterna definida, que traen
consigo grandes problemas como puede ser la unión de roles,
padre y madre en una sola persona, o problemas debido a la falta
de tiempo para demostrar afecto a los integrantes de la familia
dada la cantidad de tareas que debe realizar la madre sola.

En la actualidad todo este proceso ha experimentado cambios


drásticos, obligando a las dos cabezas de la casa, en caso de
ͺͶ


existir ambas, a abandonar su rol de educador y formador de
principios para ocuparse de otros temas de interés social como lo
son el trabajo y el status que éste aporta, José Sánchez Azcona
cita en su libro Familia y Sociedad a Helbert Carrol, el cual afirma
que

El hombre se mueve en muchos niveles sociales, y él debe


desem peñar estos roles en tal forma que quede integrado a esos
diferentes grupos en los que se desenvuelve, lo cual logra,
adecuando su conducta a la expectativa que los demás tienen de
ella (Helbert Carrol citado en SÁNCHEZ; 1974:61).

Por lo anteriormente expuesto se pueden observar otros tipos


de problemas derivados del anterior, y es el caso del abandono de
los hijos, por causa de no poder cubrir a cabalidad estos distintos
roles que la sociedad le exige, los padres dejan a los hijos a cargo
de otros familiares, como lo son abuelos o tíos, en el mejor de los
casos, o en el peor de ellos, simplemente solos en la casa de
algún amigo, en la suya propia o en la calle y si ya tiene edad
“suficiente” para quedarse en casa solos, los dejan; vale destacar
que “edad suficiente” converge en ocasiones con el momento
crítico de los jóvenes, en el que están buscando su propia
identidad, se sienten solos e incomprendidos, los dejan más
tiempo compartiendo únicamente con sus pensamientos en el
momento en que más compañía y comunicación requieren, ésta
“edad suficiente” es también llamada pubertad.

El joven al verse solo en casa, con la libertad de hacer lo que


él cree mejor para él mismo y sin el control de una persona mayor
que lo ayude a reprimirse comienza a frecuentar lugares donde,
sin guía alguna o con una errada, se siente en la potestad de
poder “hacer lo que quiera” sin reprimenda alguna, creando dentro
de sí un sentimiento de abandono que trae consigo un despertar
ͺͷ


violento, por venganza a la falta de afecto o represión, lo cierto es
que se estaría, con estas actitudes, esperando en un futuro no
muy lejano una sociedad al margen de las normas sociales que día
a día, al parecer, están cambiando.

Toda esta ira interna por parte de los jóvenes produce que
“eliminen las restricciones hasta donde sea posible, sin prever las
consecuencias o pensar en ellas” (Moreno; 2008:243), bajo esta
idea, al parecer engloba la actitud de estos jóvenes, el abandono y
la ira producen en quien la padece, un estallido de violencia o
actitudes socialmente no aceptadas para con la sociedad que
arropa a estos estudiantes de educación media, y claro está,
dentro de esta sociedad, quienes tal vez son los más agraviados
por esta forma de vida son el docente y su entorno (la escuela),
mientras que cada día están los jóvenes más solos y faltos de
atención por parte de sus padres y ocupando la mayor parte del
tiempo en agruparse en las calles para cometer actos violentos,
pues vale destacar que también son pocos los lugares donde éstos
puedan estar y disfrutarse en paz, como pueden ser canchas
deportivas y zonas públicas bajo el cuidado de alguna autoridad,
son los padres los primeros que animan al hijo a hacerse de una
vida en la calle y en otros lugares que no sea su misma casa.

De esta manera, surge una situación en la que, se da un


caldo de cultivo para que sea propicia la inversión de roles, madre
por padre o viceversa, abuelos por padres entre otros, y en el peor
de los casos que se dé la migración de roles, donde el rol de los
padres migra en el mejor de los casos hacia el maestro,
desvirtuando así la función de estos dos actores y dejando un
vacío en la actividad que los padres deben asumir como
ͺ͸


formadores de principios y valores en el hogar y saturando un
espacio que debería estar dispuesto a la colaboración en los
hogares. Por su parte, el maestro debe reforzar los valores que en
teoría se imparten en casa o en su defecto como está sucediendo
en la actualidad, en lugar de reforzar debe implantar o
enseñárselos a sus pupilos, pero la realidad es que es en el hogar
donde deben nacer estas actitudes, es en ese nido lleno de amor
familiar que difícilmente no se encontrará en otro lugar donde con
el ejemplo, la dedicación y el amor que los padres deben poner en
ello, florecen las mejores actitudes para enfrentar todos los días.

La Escuela, (el maestro)

Es muy importante, para comenzar, definir y comprender muy


bien la función de la escuela y por defecto la del maestro, el
DRAE, define la escuela en su séptima acepción como “Conjunto
de discípulos, seguidores o imitadores de una persona o de su
doctrina, arte, etc.” (2008:S/p), entendiendo como doctrina todos
los estudios y temas que se estudian en la escuela para poder
ayudar a los jóvenes a poder crecer y contribuir a su formación
intelectual y así ayudarlos a elegir el mejor camino para su futuro.
Esta ayuda y contribución es dada por el maestro, el cual es
también definido por el DRAE como la “persona que enseña una
ciencia, arte u oficio, o tiene título para hacerlo.” (2008: S/p).

La primera frase de la definición de maestro, en otrora


circunstancias, en las sociedades antiguas, por ejemplo, no era
precisamente una persona titulada como profesor o maestro la que
impartía los conocimientos formativos, ejemplo de esto se puede

ͺ͹


observar en el libro Breve historia de la educación de Carlos
Zuretti, en el que esboza una breve historia de la educación
explicando cómo fue evolucionando la educación y bajo qué
preceptos se educaba.

La escuela y el maestro son vías para adquirir el


conocimiento, no son la vía de escape de los padres para
descansar de sus hijos, o para que estos mismos tengan la
posibilidad de trabajar y hacer labores en el hogar. En este mismo
orden de ideas Bernabé Tierno y Antonio Escaja citan en el libro
Saber educar a una representante nerviosa que expresa “¡Que
ganas tengo de que empiece el curso y se vayan al colegio!”
(2003:21).

Las escuelas deben estar en consonancia con los


aprendizajes que en la casa los padres imparten a sus hijos, bien
lo expresa una estudiante de 3º año al comentar “el profesor es un
suplente de mis padres en las mañanas” (Grupo focal; 2010). Por
ejemplo, si la familia del joven es musulmana, suena algo ilógico
colocar al hijo en una institución católica, pues sería mucho mejor
para el joven un colegio laico o en su defecto de su misma
religión.

Esto en el caso de la religión, lo cual es completamente


irrelevante para efectos de este estudio, lo importante es que los
cimientos de la formación en el hogar impartida por los padres
deben y tienen que ser reforzada por el colegio.

Arnaldo Esté lo expresa, en su libro antes mencionado, al


comentar que “ese conocimiento institucional, ese cuerpo de
conocimientos, no tiene que ser producido ni construido, si no en

ͺͺ


ciertas esferas. En los ambientes ordinarios el problema no es de
producción y construcción si no de su transmisión y recepción”
(2007:42), no importa que conocimiento se quiera impartir, si
antes de todo el proceso de enseñanza formal no se logró una
recepción adecuada de los pilares principales en los primeros
años del individuo.

Este proceso de formación, depende, en gran medida, de los


padres en los años iniciales de los hijos, los cuales, en el mejor de
los casos, son dejados en manos de los abuelos o de las
guarderías para poder cumplir con las otras tareas que la sociedad
les exige, y esperan sentirse satisfechos al sustituir la carencia
afectiva y presencial con afectos materiales, Anne-Marie
Rocheblave-Spenlé tituló un estudio hecho a los adolescentes
como El Adolescente y su mundo, en el cual con relación al tema
afectivo expone que “frecuentemente los padres creen que un
hogar desunido y glacial puede quedar compensado con
demostraciones exteriores «compradas» de ternura hacia el hijo”.
(1975:109).

En la actualidad es el maestro, desde la etapa inicial, el


“encargado” de formar al individuo, desde ayudarlo a dejar atrás la
etapa del pañal para luego enseñarlo a hablar, a escribir y luego
cuando esté más grande, engranarlo en las normas sociales y
culturales de donde resida, partiendo primero por las normas de la
escuela, las cuales deben estar adheridas a las normas sociales,
y son los padres quienes ayudan, en el mejor de los casos, pocas
horas antes de dormir a reforzar las practicas adquiridas en la
institución.

ͺͻ


Es curioso escuchar en la actualidad a padres y a
personalidades públicas, incluso a los mismos maestros, hablar
sobre ellos mismos como un facilitador de conocimiento, en lugar
de darse el nombre y puesto que ellos mismos merecen dentro de
su comunidad. Si pensamos un poco en el nombre actual que se
les da a los profesores, se puede inferir que el trabajo de estos no
es tan necesario, pues por otras vías, tal vez no tan fáciles, el
alumno puede aprender lo mismo que el docente le imparte, en las
horas de clase; cuestión ésta que resulta no ser tan fácil, el hecho
de colocarle un nuevo nombre al maestro, que ya tiene su
profesión algo desgastada, representa un problema, el conflicto
comienza con la frase «facilitador», el maestro no facilita el
conocimiento, éste lo imparte, lo explica y se hace de un sin fin de
técnicas y tácticas para lograr que el alumnado entienda el tema.

Con las nuevas herramientas de internet el estudiante tiene


acceso a todo el conocimiento pero no se debe, por esta realidad
que se vive en la red, colocarle un nuevo nombre al docente, se
puede pensar que la información siempre ha estado a la mano del
joven, las bibliotecas guardan un sinfín de lecturas que pueden
ayudar a los estudiantes a realizar sus investigaciones, lo que ha
hecho la internet es facilitar el motor de búsqueda y hacer el
proceso de investigación más rápido, por tal motivo resulta fuera
de lugar decir que el maestro es un facilitador, el docente cumple
su rol de enseñar no de facilitar conocimiento.

Fernando Savater en el libro El valor de educar, expresa


“en la escuela el campo de batalla oportuno para prevenir males
que más tarde es ya dificilísimo erradicar” (1997:08), lo cual
quiere decir que la posición de facilitador no es cierta pues está
ͻͲ


en las manos de los profesores la posibilidad de evitar muchos
problemas futuros con los jóvenes, en lugar de llamarlo de esa
forma podría llamarse «salvador»

Del mismo modo Savater explica de la siguiente manera lo


importante que es la profesión docente y lo mal vista que es por la
sociedad:

Quienes asum en que los maestros son algo así como


«fracasados» deberían concluir entonces que la sociedad
dem ocrática en que vivim os es también un fracaso. Porque todos
los demás que intentamos formar a ciudadanos e ilustrarlos,
cuantos apelam os al desarrollo de la investigación científica, la
creación artística, o al debate racional de las cuestiones públicas,
dependemos necesariamente del trabajo previo de los maestros
(1997:09),

La función de esta profesión es salvar vidas y si el docente


no hace bien su labor de impartir conocimiento está lanzando a la
sociedad individuos muertos de espíritu y conocimiento,
enfermedad ésta que no curan los doctores y es la más dañina
para el futuro de una nación, en una reunión de docentes en un
Liceo estudiado escuchaba, mediante la observación participante
al director comentar con preocupación la falta de interés por parte
de los padres y la responsabilidad tan grande que tenia la
profesión docente de la siguiente manera:

En un barco, que viene siendo cada uno de los jovencitos que


aquí vienen a aprender, el timón lo llevan los padres, pero eso no
está pasando, ese timón de la vida de sus hijos lo llevamos
nosotros, y de nosotros depende que sea abogado o delincuente

Las nuevas funciones socialmente adquiridas por los


obstetras del conocimiento es la consecuencia del abandono
afectivo de los padres para con sus hijos, y que estos a su vez no
tengan las figuras familiares (padre y madre) bien definidas.
Entonces, los maestros, esos personajes que se pasan alrededor
ͻͳ


de seis horas diarias, cinco días de siete con los jóvenes, pasan a
ser el o los sustitutos en el mejor de los casos, de los padres, por
lo que los docentes debe comenzar a cumplir otro tipo de roles
directos que en teoría no le competen tales como amigo, padre,
confidente, entre otros.

Fideligno de Jesús Niño Mesa en su libro Antropología


Pedagógica comenta

El educador/a, atareado/a con los enormes desafíos


impuestos por la urgente revolución educativa que se nos exige,
puede encontrar mucho más atrayente y deslum brante atenerse a
las incontables ofertas tecnológicas y metódicas que prometen
hacer de la tarea educativa una especie de mensaje funcional y
cosmético (1998:22).

Punto que al parecer no sucede por las razones


anteriormente descritas, el maestro no sólo busca impartir el
conocimiento que el curriculum educativo exige, también intenta
guiar y servir de apoyo a sus pupilos, creando un nexo afectivo
durante su estadía en la escuela.

Esta situación trae consigo, aparte del desdoblamiento en


tantas representaciones como sea necesario por parte del
docente, una confusión muy grande en los estudiantes que se
encuentran inmersos en este licuado de roles, Por lo que si bien,
en los grupos focales, ellos mismos confiesan saber diferenciar las
distintas situaciones y por ende los tratos que se le debe dar a su
guía académico, a sus padres, a las personas mayores y a sus
iguales, en la práctica mediante la observación participante no
sucedió; lo cual es perfectamente comprensible, pues la unión de
funciones en una misma persona genera incluso confusión en
todos los integrantes de la familia y de la academia. Esta
confusión autoridad/amistad que acompaña al estudiante trae
ͻʹ


como consecuencia que el joven, en la difícil edad de la pubertad,
cometa ciertos errores conductuales encaminados a la violencia
para con sus docentes, familiares y amigos.

Tal es el caso que se observo en un colegio estudiado en el


que un grupo de estudiantes decidió buscar a uno de sus
profesores más allegados e intentar golpearlo bajo la excusa de
haberle raspado un examen a la novia de uno de ellos, por otro
lado en otra aula de clase se pudo observar que un estudiante
movido por la ira que le causo que el docente lo mandara a sentar
para continuar dictando la clase, lo insulto frente a todos sus
compañeros, lo cual pareció bastante grave para todo el aula de
clase, luego del incidente el docente busco a su superior para
encarar el problema esperando que citaran al representante para
conversar lo ocurrido, y no consiguió su cometido pues el alumno
quedo impune frente a la falta.

De igual forma, si esta cadena de faltas antes mencionadas


no es tratada a tiempo se puede caer en un hoyo difícil de salir,
pues el joven al darse cuenta de que sus actitudes no son
reprimidas por quienes en un primer momento tienen que hacerlo,
en este caso los maestros, y luego ver que dicha reprimenda
también está ausente e incluso aceptada por la primera autoridad
del joven, (los padres), puede hacerse de una nueva forma de
vida, en la que no tienen límite alguno para hacerse sentir en su
comunidad.

Estas actitudes comienzan a ser foco de medición por el


joven, éste ira magnificando su actitud violenta midiendo el
alcance de la misma sin que lo repriman en los lugares donde
habita, y en el peor de los casos si esto no es atacado a tiempo
ͻ͵


estaremos frente a un potencial delincuente en el futuro, en el que
serán las leyes sociales y la cárcel las encargadas de colocar la
sanción.

De esta forma nos podemos dar cuenta cómo en esta


pequeña comunidad Familia / institución / maestro / alumno, los
roles de cada quien, al parecer, no se encuentran bien definidos
en la práctica, pues es el maestro, en ocasiones, los hermanos
mayores o abuelos quienes presuntamente están cumpliendo roles
de los padres, estos últimos cumplen funciones sociales más no
familiares. Por su parte, las escuelas además de su rol formador
para la sociedad, debe cumplir también roles familiares, y el único
perjudicado en lo que a funciones y confusiones se trata es el
alumno, a quien le toca cumplir todos los roles que la sociedad les
exige sin unas figuras familiares y de autoridad tan definidas como
para ayudarlo a que él mismo defina la suya.

Dentro del mundo interior del estudiante de nivel medio y


diversificado en el que le molesta la autoridad del docente, no
comparte con sus padres e intenta por repetición aprender de las
experiencias de sus hermanos y, finalmente, pasa un porcentaje
elevado de tiempo en la calle, se crea una mezcla de
personalidades que, al final del camino, no le permitirán
desarrollarse con la libertad que merece. Por último, es el estado
el encargado de proveer el ambiente necesario para que esto no
suceda y al parecer tampoco lo cumple como debería hacerlo.

ͻͶ


¿Al maestro con cariño?

Para hablar del maestro en la actualidad se hace necesario


definir el concepto del mismo, pues al parecer el maestro es visto
únicamente como la “persona que enseña, un instructor de una
cátedra” (Grupo focal; U.E. Colegio San luís; 2010; estudiantes 1º
año diversificado). También puede definirse así: “el docente es el
ente promotor, que tiene la función de formar” (Entrevista al
Psiquiatra Osiel Jiménez; 2010), por lo que se debe entender
entonces que es el individuo encargado de impartir la llamada
educación formal. El resto de las personas, padres, amigos,
familiares, entre otros, sólo realizan la necesaria educación
informal, siendo esta última no menos importante que la educación
impartida en las aulas de clase.

Por parte de los alumnos se torna difícil entender que el


docente sea una persona con la potestad de ejercer el poder, “los
primeros choques de estudiantes comienzan en su propio ámbito
y se localizan dentro de su institución escolar, para escalar los
siguientes peldaños de la sociedad hasta quedar en posición de
exigir el derrumbamiento del sistema en general” (Adame;
1974:69).

En tal sentido, le resulta difícil al estudiante entender que el


docente puede tener otros roles que pasen del acto de enseñar un
tema en especial, por lo que también le resulta engorroso al
profesor ejercer su rol de formador, motivo por el cual se suscita
la lucha profesor – alumno.

Resulta interesante exponer la idea de los alumnos que dicen


que los docentes tienen únicamente que impartir conocimiento y

ͻͷ


colocar calificaciones, “no entiendo por qué en el colegio me
prohíben el cabello largo si eso no va a interferir en mis notas”
(Grupo focal; 2010; estudiantes 1º año diversificado), al fin y al
cabo eso es lo importante para ellos. Los jóvenes no tienen
consciencia de que el maestro, junto al colegio, es parte
importante de la formación para el futuro, es también el ente
encargado de mostrarle el camino de las normas, en principio
internas del plantel, pero también gran parte de las normas
sociales, las cuales no deberían distar de las escolares.

Se pueden observar comentarios como por ejemplo: “No me


gusta cumplir las normas” (Grupo focal; 2010). Otro alumno, por
su parte, en apoyo de lo que comento su compañero expresó que
para él “hay normas que son ridículas y que se pueden romper”
(Grupo focal; 2010).

A las expresiones anteriormente expuestas por los alumnos,


surgió la inquietud de saber si en sus respectivas casas existían
normas, a lo que sorpresivamente una alumna de 1º año del ciclo
diversificado expuso “no muchas, pero las del colegio son más
fáciles de romper, porque los profesores no son mis padres”
(Grupo focal; 2010), lo que pone de manifiesto la lucha interna de
esta alumna con la autoridad, al no asumirla de sus maestros y
teniendo una familia a la cual no se le escucha; esta joven
comienza a tener un grave problema de identidad y comunicación
para con sus mentores. Casos como el anterior se observaron a
gran escala en todas los encuentros con los jóvenes que
intervinieron en la presente investigación.

Si los profesores no son tratados como reales formadores de


futuro sino como un personaje que imparte conocimientos o peor
ͻ͸


aún, un niñero, estamos parados frente a un precipicio del cuál
tenemos que tomar medidas drásticas para colocar un puente,
pues los entes a quienes se les está encargando en la actualidad
de los jóvenes, sólo son vistos como niñeras con conocimiento y
no como forjadores del mañana.

Mientras los docentes son vistos de esta manera por los


alumnos, y sus representantes, se libra una lucha contra el
abandono de los jóvenes en las calles y las consecuencias que
esto trae. Los profesores asumen roles que no les competen, en
pro del mejoramiento de sus alumnos, se convierten en sus
compañeros, confidentes, amigos, por la observación participante
se extrajo de un docente la frase “los padres de mis alumnos y
ellos mismos me asumen como de su familia” Estos intentan
romper con la realidad de sus funciones para poder colocar, en la
memoria del educando, alguna base moral que tal vez lo pueda
ayudar en el futuro.

Todos los alumnos que se prestaron para colaborar con la


presente investigación declararon, incluso dando los nombres, que
hay profesores que se convierten en sus amigos y confidentes.
Refiriéndose a una profesora, una alumna declaró lo siguiente:
“tengo cinco años conociéndola, y a veces es como mi mamá, me
regaña y todo, y hay cosas que por pena o no sé, no se las cuento
a mi mama y sí a la profesora” (Grupo focal; 2010).

En esta misma línea existe una franca división docente por


parte de los alumnos que al parecer depende de la personalidad y
forma de trabajo del mismo en el aula de clase para que sean
catalogados o no como amigos y así ganarse la posibilidad de

ͻ͹


escucharlos y que ellos lo escuchen, lo cual dependerá también
del comportamiento del profesor dentro del aula de clase.

Por las descripciones dadas por los estudiantes, lejos de la


frase que sea pana, se describen a los profesores como: “serios,
poco conversadores y de bajo nivel de compromiso con el
alumnado, como docentes a los cuales nunca se le acercarán o a
los que provoca darles una bofetada” (Grupo focal; 2010), Por su
parte, el profesor comenta: “yo soy su profesor, no su familia, a mi
que no me vengan con cuentos, yo solo les doy clases”, así lo
expresó un docente en una reunión el salón de profesores en
horas administrativas. A esta clase de docente se les llamará en lo
sucesivo de tipo I. Sin embargo, la otra línea docente, al parecer
más dados a las conversaciones fuera del aula de clase y a recibir
las visitas de los alumnos en sus cubículos, representan un grupo
selecto de maestros dentro los planteles que colaboraron con la
investigación, a estos profesores se les llamará de tipo II.

El trato dado por los alumnos a estas dos clases de


docentes es completamente diferente, sin embargo se abren más
a la posibilidad de escuchar alguna orden, consejo o comentario
del docente tipo II. Con estos maestros se logra una empatía que
puede llegar a ser el sustituto ideal para los vacíos que crean los
padres ausentes.

Los docentes tipo I, sin darse cuenta o tal vez de una manera
consciente de lo que hacen con sus alumnos que al no mostrarse
abiertos a escucharlos o ayudarlos más allá de una explicación
académica, amplían las carencias que traen desde sus casas a las
aulas de clase y por ende aumentan la ira de los mismos por
sentirse no queridos o excluidos. Al respecto, Bernabé Tierno,
ͻͺ


refiriéndose a los modelos a seguir por los jóvenes, expresa, “el
conjunto de características que el sujeto desearía poseer
constituye el Yo ideal. Este «modelo interno» lo adquiere el niño
imitando a sus padres o a otras personas significativas, la
ejemplaridad del educador es ineludible” (2003:42) Lo que trae
como consecuencia la inminente revelación de los jóvenes frente a
sus superiores sin importar quiénes sean, padres, maestros o
simples transeúntes por la vida de éstos, pues al no sentirse
identificados con ningún superior se revelarán contra ellos.

Los maestros tienden a ser un peso muy importante en la


vida de los alumnos que transitan por sus aulas, pero,
lamentablemente, estos no toman consciencia de la labor que
tienen en sus manos. El profesor Alfredo Alfonso, director de la
U.E. Colegio Valle Alto expresó en una oportunidad, en un consejo
de maestros, refiriéndose a la labor del docente y a su
responsabilidad en la vida del educando: “si no los educas como
deben ser educados, los matas en vida, y eso es peor que estar
realmente muerto.”

Tomando en cuenta que es el maestro el encargado de


pasar parte importante del día con el estudiante y que de él
dependerá en gran medida el camino que tomen la vida de sus
alumnos, por ejemplo, si se le hace creer al alumno que no es
bueno en ciertas materias, éste buscara a futuro huirle a todo
material que se relacione con dicha asignatura, pero si por el
contrario se le invita a mejorar y a poder lograr las metas
académicas propuestas muy posiblemente se esté formando un
mejor estudiante y por ende un mejor futuro, los encargados de
esto son únicamente los profesores, pues son ellos los que
ͻͻ


«saben y conocen» el rendimiento y las limitaciones de sus
alumnos. Ahora bien, visto desde esta perspectiva, se puede
asumir que el presente y futuro de las sociedades actuales
recae sobre los hombros de los docentes, pues ellos tienen la
difícil tarea de formar en la academia a los futuros dirigentes
del país.

“Tu te vas a ennoblecer con tal categoría - la de educador


- no por los libros que leas, los métodos que domines, la
erudición pedagógica que poseas, sino por la sencilla intuición
con que sepas aplicar tu saber a la persona concreta cuyos
valores desees promover: niño, adolescente, joven…” (Bernabé;
2003:17)

ͳͲͲ


QUE PASEN LOS JÓVENES

ͳͲͳ


El proceso de búsqueda de respuestas a las interrogantes
planteadas en la investigación se basó, como bien se explicó en
capítulos anteriores, en la realización de grupos focales con
estudiantes, en la entrevista a un psiquiatra y la observación
participante entre otras técnicas de recolección de datos como
puede ser la búsqueda de autores que puedan ser útiles para la
investigación, de donde se pudo extraer gran cantidad de
información que permitió un análisis completo que se presenta a
continuación:

Los jóvenes, sin necesidad de hacerlo consciente, buscan a


sus iguales para poder expresar sus sentimientos unos a otros.
Para ello, crean grupos, en ocasiones sin necesidad de trascender
a pandillas, para poder reafirmarse como personas dentro de un
colectivo. Estos grupos suelen tener sus propios códigos de
comportamiento, que si bien, ellos saben que no van acorde con lo
que estructural y socialmente se considera normal, se lo refuerzan
a diario. Al respecto un estudiante de quinto año expresó “entre
nosotros nos faltamos el respeto, nos destruimos pero sabemos
que no es en serio” (Grupo focal; 2009) A lo que seguidamente se
les pregunto si ellos sabían que eso no estaba bien. Y su
respuesta fue “si, lo sabemos, por eso lo hacemos sólo entre
nosotros que nos entendemos, a otra persona que no haya vivido
esta época no se lo hacemos” (Grupo focal; 2009).

De lo que se puede extraer que ellos, al parecer, conocen


bien las normas que deben cumplir pero lo hacen a su
conveniencia, al expresar esta clase de comentarios se evidencia
que entre pares existen otros códigos completamente

ͳͲʹ


disfuncionales para la sociedad pero que les permite reafirmarse
como miembros de un clan al que no todos pueden pertenecer.

Por otro lado, no todos son así, se pudo ver mediante la


observación participante que alumnos que tenían a los dos padres
ausenten en su vida se comportaban un poco más agresivos con
sus maestros que los que al menos tenían a un familiar como
mentor, tendían a llevar la contraria a sus maestros, siempre
existía una respuesta a algún mandato de la autoridad, a
molestarse por razones ínfimas pero no eran estudiantes de
calificaciones bajas.

En una oportunidad hablando con una maestra de un caso de


una estudiante problema de 8°grado ésta comento “es una niña
brillante, lástima que sus padres que no le prestan atención, si
ellos conocieran y compartieran más con su hija, no fuese tan
rebelde aquí”

Por otro lado los estudiantes que tenían a papá o mamá o


ambos con ellos tendían a ser más tranquilos, acataban con mayor
facilidad los mandatos, si se molestaban y se hacían sentir cuando
algo no les parecía justo, pero nunca trasgrediendo al docente,
siempre lo hacían bajo los cánones de respeto.

La siguiente interrogante que se presenta podría ser, si esta


forma de vida puede trascender la edad y convertirse en la nueva
manera de comportamiento en la futura sociedad, la respuesta
puede ser no, pues están claros que las normas deben cumplirse
así no les guste, bien lo expresa un joven de cuarto año “tengo
que cumplir las normas porque dependo de eso, no porque deba”
(Grupo focal; 2009), Y esto puede ser tomado como un acto de

ͳͲ͵


rebeldía frente a sus mayores o una forma de encarar su realidad
de soledad aparente; se percibe en estas palabras que pueden
estar transitando constantemente una delgada línea entre lo
permitido y lo prohibido. Alejandro Moreno explica al respecto de
la norma que algunos jóvenes buscan “eliminar las restricciones
hasta donde sea posible, sin prever las consecuencias o pensar
en ellas” (2008:243). Esto les permite medir el alcance de sus
actos buenos o malos para acciones futuras, y si no son
sancionados por realizar alguna actividad no cónsona con las
normas, estos buscarán constantemente repetirla a escalas
mayores.

Todos estos comportamientos pueden ser evitados si los


futuros profesionales tuvieran en casa a un mentor que les
coloque limites a sus actos, en la observación participante se pudo
vislumbrar que muchos padres afirmaban “lo que pasa es que no
tengo tiempo para estar pendiente de lo que hace, él ya es grande
y debe asumir las consecuencias de sus actos” del mismo modo,
ésta información quedo evidenciada en la mayoría de los grupos
focales consiguiendo que los representantes no están presentes
en sus vidas, por diferentes causas, unos porque trabajan y otros
porque aunque están físicamente en casa no se comunican con
sus hijos, la expresión “mi mamá esta siempre en casa pero no
hablamos, yo me la paso en mi cuarto solo” o “siempre llego tarde
a casa y los fines de semana no llego” se repitieron
constantemente, lo que permitió introducir varios temas de interés
para la investigación y darle cabida al punto de vista de los
estudiantes respecto a la autoridad, definición de docente y
cumplimiento de normas entre otros.

ͳͲͶ


El personaje del docente en la vida de los jóvenes tiene varios
matices que pueden afianzar o neutralizar los comportamientos
inadecuados de los adolescentes. Todo dependerá de cómo éste
aborde los temas y las actitudes de sus salientes de la infancia para
poder canalizar todas las represiones que tienen.

Tomando en cuenta que los estudiantes fueron elegidos al azar en


dos planteles completamente diferentes, en población estudiantil,
parece interesante destacar que la mayoría de los estudiantes que
participaron en los grupos focales son hijos de padres separados o
ambos padres trabajan, lo que los lleva a tener poco tiempo para
dedicarle a sus hijos. De seguidas algunas frases dichas por los
estudiantes:

“Comparto con mis padres viendo tv”


“No comparto con mi papá porque no está nunca”
“A mi papá no lo veo nunca y con mi mamá no hablo”
“Sólo comparto con ellos en el carro, de la casa al colegio”
“Mi papá siempre está en casa pero no hablamos nunca”
(Grupos focales)

Los comentarios anteriores más que alarmar sobre la falta de


comunicación que existe entre padres e hijos evidencia que existe una
clara diferenciación de caracteres entre quienes deberían servir como
espejo al futuro de los jóvenes y quienes se preparan para encarar el
futuro; al parecer es una constante que los padres no inviertan tiempo
en sus hijos más allá de conversaciones superficiales o sentarse juntos
a ver algún programa. Resulta obvio que los hijos de padres ausentes
busquen, por naturaleza, figuras de representación y autoridad fuera de
casa, en este caso el docente resulta ser una buena opción.

ͳͲͷ


Por otra parte, la falta de padres, más que parecer un problema
para posponer a diario y ocuparse de otros que son considerados más
relevantes, debe ser tratado con delicadeza, pues es la familia, Padre,
madre y hermanos, si se da el caso, “la encargada de la formación de
estructuras de personalidad” (Entrevista al Psiquiatra Osiel Jiménez;
2010:s/p) y, sin esta estructura, la personalidad no podrá tener el
ángulo más importante de la triada formadora dentro de una
comunidad, dicha triada familia, sociedad, escuela es comentada por
el psiquiatra Osiel Giménez como “la formadora y solidificadora de
personalidad” (Entrevista al Psiquiatra Osiel Jiménez; 2010:s/p).
Dependiendo de la edad se formará o se afianzaran las
personalidades, en el caso de los jóvenes, con dicho evento se trata de
afianzar todo lo aprendido; si esto no sucede se comienzan a formar
los llamados trastornos de personalidad que no forman parte del
presente estudio.

Lo importante y que debe ser rescatado en este sentido es que


los padres están siendo entes pasivos en la creación de hijos
disfuncionalmente emocionales al no prestarles la debida atención y
permitiendo que otros se encarguen de lo que a puerta cerrada debe
enseñarse. No es difícil contrastar la diferencia entre los comentarios
de los estudiantes y los del psiquiatra y darse cuenta de que estamos
frente a una formación unidireccional por parte de la escuela, pues los
otros dos ángulos de la triada están ausentes; lo que nos lleva al
camino de los jóvenes violentos y con un futuro nada alentador.

Lo anteriormente expuesto lleva a las juventudes a transitar a su


elección por dos caminos totalmente distantes uno del otro. Por un
lado, pueden elegir buscarse, en el lugar donde más tiempo están, el
colegio, una figura que les permita crearse un modelo a seguir fuera de
ͳͲ͸


casa o por el otro, rechazar a toda costa los modelos que tiene e
intentar formarse solos su propio yo. Así, se evidenció, con los
comentarios escuchados, que es esta última opción la más buscada por
los estudiantes, y, lamentablemente, no es la mejor vía para formarse
un mejor futuro.
Pareciera que la percepción del docente entre los estudiantes
también transita dos caminos, pero que, a diferencia de las vías de los
estudiantes, estos no son caminos excluyentes, pues el docente
cumplirá siempre su labor de impartir conocimiento en la academia y, si
el alumno lo desea, puede también servir de guía personal,
comentarios, en su mayoría del sexo femenino, que ya son familiares,
por parte de los participantes como “el docente es mi amigo, nos
enseña para la vida” haciendo alusión a que trasciende las páginas de
los libros para enseñar a vivir o “la profesora en ocasiones es como mi
mamá” (Grupo focal), lo cual nos permite dar un respiro para sentir
que la juventud tiene a alguien que los ayuda a llevar el timón en la
difícil travesía de crecer.

Existe también la otra cara de este proceso, pues están los


jóvenes, en su mayoría del sexo masculino, que no les parece atractivo
tener como amigo o guía a la misma persona que para ellos, es un
enemigo, “jamás he pensado que un profesor pueda suplir la figura de
mis padres” “no es mi amigo” “siempre va a haber una riña porque ellos
quieren las cosas a su modo” (Grupo focal). Comentarios como estos
se escucharon a lo largo de todos los grupos focales y en su mayoría
tampoco comparten con sus padres, lo que permite asumir que estos
jóvenes están destinados a sentir rechazo por la autoridad y por los
que intentan impartirla.

ͳͲ͹


Conviene destacar la diferencia de opiniones que existe entre
ambos sexos, pues el sexo femenino muestra, en su mayoría, mas
disposición de crear vínculos fuera del aula de clase con sus mentores
académicos, posiblemente porque la figura materna si bien es ausente
tiene más tiempo para estar en casa, “comparto con mi mamá, a mi
papá no lo veo por su trabajo” (Grupo focal; 2009; estudiantes 4º
año) y los jóvenes de sexo masculino mostraron más interés por
sus pares iguales, hermanos y otros familiares, como primos, para
crear los vínculos que les permitiera conseguir una imagen a
seguir pues suelen encontrarse frente a una niebla espesa cuando
les toca buscar la figura masculina.

En otro orden de ideas y unido al problema que se vive en las


escuelas, está el cumplimento de las normas y estas pueden ser las
internas del plantel, las normas sociales, las normas impartidas en
casa, entre otras. En líneas generales se pudo observar que las
normas se logran hacer cumplir con mayor facilidad en jóvenes que
están saliendo de la niñez, sin embargo el panorama comienza a
ponerse menos claro cuando comienzan a entrar en la adolescencia,
esto debido a que los más jóvenes aun tienen el miedo, en ocasiones
inmaduro, a la autoridad del maestro y a la de los padres, así lo
reflejaron los alumnos de 1º año al afirmar que le temen al castigo
impuesto por los maestro y peor aún al que puedan imponerle sus
padres.

Pero, ya entrados en la adolescencia, cuando se comienza a notar


la ausencia familiar en ellos, la norma comienza a ser un reto para con
la autoridad, y una forma de medirse entre ellos mismos, incluso, se
percibe molestia al momento de cumplirlas, bien los expresan los
alumnos de 5º año al decir “las normas no las cumplo si no me traen
ͳͲͺ


problemas” “en realidad no me cuadran” “basta que te digan que tienes
que cumplir algo para que no lo quieras hacer” (Grupo focal;; 2009).
Expresiones como las anteriores ilustran el constante desafío
existente entre los jóvenes actuales frente la autoridad, y por ende
frente a las normas que se les impone, claro está que mientras
tenga, como ya se ha observado, carencias familiares, estos
siempre reaccionarán en contra de quienes, en su momento,
debieron preocuparse por aplicar autoridad.

De igual forma también nos damos cuenta de que si bien la


falta de padres ha hecho que se libre una lucha de poder entre
quienes se encargan de intentar resarcir los errores que se llevan
a cabo en casa, y los jóvenes, ésta puede no ser constante pues
algunos estudiantes, ya prontos a entrar en la universidad,
manifiestan saber y entender que más que un deber es una
obligación cumplir las normas, “cumplirlas es un fastidio pero si no
lo hacemos estaríamos en un desastre” “si no las cumplo, pierdo
yo” (Grupo focal; 2009; estudiantes 5º año). Si bien a todos les
parece que no les agrada cumplirlas convienen en que tienen que
hacerlo.

Resulta curioso como los estudiantes se encargan de colocar


«en niveles» las normas a seguir, y más aun, dichos niveles son
definidos a su antojo, dependiendo de lo bien o mal que se sientan
con la ley que les están imponiendo, “a las normas siempre se le
busca la vuelta para no cumplirla” (Grupo focal; 2009; estudiantes
4º año), ejemplo de esto, son las normas internas del plantel, «las
cuales son, según ellos, las más fáciles de quebrantar», esto
porque los maestros “no pueden castigarme fuertemente pues no
son mis padres” (Grupo focal; 2009; estudiantes 5º año), Además
ͳͲͻ


de que con esconderse o aguatar el sermón de los profesores a
primera hora del día por tener las uñas pintadas o llevar un par de
zapatos que no son los acordes para un día habitual de clases ya
tienen parte de las sanciones que prefieren recibir.

Para lo anterior, resulta necesario reforzarlo con el último


libro publicado por el Observatorio Venezolano de la Violencia
titulado Violencia e institucionalidad en el cuál se comenta que
“en toda sociedad se establecen límites entre lo permitido y lo
prohibido, y la transgresión de lo prohibido, aunque limitada, es
común, pues su existencia permite reforzar la norma y su
cumplimiento” (Briceño-León; 2012; 30). Esta aseveración se
perfila ideal para que una sociedad pueda establecer los límites,
el problema radica en que, cuando la prohibición no es cumplida
los integrantes de la sociedad se sienten en capacidad de cruzar
las líneas de lo limitado y prohibido, para hacerlo común, es decir,
lo común vendría a ser la transgresión y no el respeto a la norma.

En otro orden de ideas y siguiendo con el posicionamiento en


escala de importancia, se encuentran las normas o leyes que se
deben cumplir fuera del plantel educativo, en las que, para respiro
de todos, muchos jóvenes si están prestos a cumplirlas, pues
saben que la sanción sí puede ser mucho más grave para su
futuro, bien lo expresa un estudiante de tercer año al concluir su
intervención diciendo “en la calle sí tienes que cumplirlas porque
la consecuencia es grave” (Grupo focal); de igual forma las
constantes violaciones de normas «fáciles de quebrantar», los
lleva a estar constantemente midiendo sus capacidades de
caminar al margen de las leyes sociales.

ͳͳͲ


Del mismo modo nos encontramos con las reglas más fáciles
de quebrantar cuando se está dentro de la adolescencia, como lo
son, las normas de casa. A juicio de muchos estudiantes que
participaron, éstas son las más fáciles de quebrar pues los padres
nunca están en casa y cuando están no imponen sus reglas, al
punto de hacerles pensar a los hijos que no tienen normas que
cumplir en casa. Se pudo notar en los distintos grupos focales,
que los jóvenes sienten que aprendieron de sus padres lo
necesario cuando eran pequeños, pues de adolescentes “ellos
saben lo que hacen”, lo que permite suponer que en casa
posiblemente existieron reglas que cumplir pero que fueron
opacándose mientras crecían hasta llegar al punto de
desaparecer.

“Aprendimos las normas en casa cuando éramos pequeños


pero ya cada quien sabe lo que es bueno y lo que no” (Grupo
focal; U.E. Colegio Valle Alto; 2008; estudiantes 4º año), al
parecer esta aseveración puede tranquilizar a cualquiera pero
cuando se superponen los comentarios anteriormente descritos
con éste último nos damos cuenta que no existe concatenación
alguna, entonces, ¿están los jóvenes conscientes de sus actos o
sólo intentan transgredir las normas para llamar la atención de sus
seres queridos o medir los niveles de importancia frente la ciertas
reglas? La respuesta es clara, los jóvenes requieren de atención
inmediata pues están a merced de situaciones que creen poder
controlar, pero en la realidad están parados frente a un abismo
esperando dar un paso al frente para no poder ser recuperados
por la sociedad. Un ejemplo que sirve de reflexión para atender
estos casos a tiempo, lo podemos conseguir fuera de nuestras

ͳͳͳ


fronteras en nuestro vecino país Colombia al leer la notica que
versa así:

Niño murió en Colombia por acoso escolar


John Alexander Larranondo falleció por una golpiza propinada por sus
compañeros, en Antioquia, por tratar de defender a una niña. Los implicados
tienen antecedentes de violencia contra otros alumnos.
El triste hecho ocurrió el lunes de la semana pasada en el municipio de
Itagüí cuando el menor, al salir de la escuela, vio que tres compañeros, de entre
10 y 12 años, estaban atacando a otra alumna y decidió advertir a los directivos
sobre lo ocurrido. Al salir del colegio, los agresores lo esperaron para vengarse
y le propinaron una brutal golpiza que le causó lesiones mortales… (La patilla,
2012; S/p)

De igual forma dentro de nuestras fronteras también


encontramos casos de violencia dentro de las escuelas tanto
públicas como privadas, no escapamos a los problemas de acoso,
de estudiantes faltos de familia en todos los estratos sociales, de
simples insultos a grandes golpizas propinadas entre grupos de
jóvenes, situación esta que pareciera pasa por el ojo cerrado de
los padres que, lamentablemente, aún siguen apostándole a la
institución como única fuente de formación para sus hijos.

En opinión del profesor Roberto Briceño-León, “la familia en


América Latina, que debía ocuparse de la socialización de esos
jóvenes, ha tenido cambios importantes que la han llevado a
perder fuerza como mecanismo de control social” (Briceño-León;
2012; 35); dichos cambios han surgido por distintas necesidades
que ya se han tratado, lo cierto es que mientras más pasa el
tiempo, es más grande el campo que se debe recorrer para
recuperar el espacio perdido, cabe destacar que para hacer esto
se requiere de un primer paso por parte de las familias y es el
hecho de tomar de nuevo la riendas de la educación en casa y
poderse apoyar en la Academia.
ͳͳʹ


Ahora bien, según la teoría desarrollada por Cohen y Felson
denominada Teoría de la rutina en la criminalidad y citada por el
Prof. Briceño-León en el libro Violencia e institucionalidad, se
explica que

Para que exista un delito se requiere de tres condiciones: la


primera, que exista un individuo motivado a cometer el crim en; la
segunda es que existan unas condiciones objetivas que lo hagan
factible; y, la tercera que no exista una fuerza capaz de impedirlo”
(2012; 25).

Ésta teoría es perfectamente aplicable al problema de la


violencia, mientras exista un joven motivado a cometer un hecho
violento y no exista fuerza alguna que se le oponga, en este caso
se hablaría de ente capaz de hacer cumplir las normas, que evite
dicho acto, pues ese acto se cometerá una y otra vez, y mientras
más anulados o ausentes se encuentren los encargados de hacer
cumplir las leyes, más lejos llegarán los jóvenes en sus
transgresiones y en sus actividades violentas.

Así, se asume, que un joven con valores éticos y morales


bien centrados, enseñados desde casa y reforzados en la escuela
no debería apostarle a la violencia para resolver sus conflictos,
sin embargo se puede entender que si no existen dichos valores o
si no son reforzados o simplemente existe carencia de unos de
sus pilares principales de formación, como lo es la familia, se
pueden formar individuos con “trastornos violentos” (Entrevista al
Psiquiatra Osiel Jiménez; 2010:s/p), que lamentablemente en
algunos casos no pueden ser revertidos, para poder llevar a cabo
el proceso para tratar dichos trastornos, se requiere de la
aceptación del problema y “que la persona tenga la voluntad de
tratarse” (Entrevista al Psiquiatra Osiel Jiménez; 2010:s/p), lo cual
ͳͳ͵


es algo difícil cuando el origen del problema es extrínseco, es
decir son carencias familiares que se evidencian en la sociedad.

Es pues necesario comenzar un proceso de tratamiento


social para poder evitar conflictos violentos en el futuro. Pareciera
entonces, que el problema no está en los jóvenes, sino que está
en quienes se encargan de formarlos, “el individuo es delincuente
y violento porque la sociedad falló en impedírselo” (Briceño-León;
2012; 25). Entonces, el joven no se hace violento por razones
casuales, lo hace por una causalidad que lo lleva a desviar su
camino y transitar por vías alternas, los jóvenes requieren de
atención y guía constante pues por su proceso de constante
exploración son vulnerables y susceptibles a cambios radicales.

Un joven expresó, en un grupo focal, una de las frases mas


lapidarias, que refleja cuán alejados se encuentran los padres de
sus hijos: “no tengo confianza en mis padres” (Grupo focal; U.E.
2009; estudiantes 5º año). Si consideramos a este individuo como
un ser individual, se podrían sacar varias conjeturas del
comentario, pero si se ve dentro del problema de la violencia en
los jóvenes no es difícil entender que como éste joven existen
muchos más que no tienen trazada la línea peligrosa entre la
violencia y una vida en paz, un joven que no le tenga confianza a
sus padres es un joven que no se comunica con sus principales
afectos, y por ende con quienes debieron darle las bases para
vivir en sociedad, lo que lleva en un futuro a no saber diferenciar
o cómo actuar en circunstancias diversas de su vida, dicho de otra
manera, se están formando individuos disfuncionalmente
emocionales, carentes de afectos y guías que los ayuden a crecer
dentro de los parámetros aceptados por la sociedad.
ͳͳͶ


En otro orden de ideas, se pudo apreciar que los jóvenes ven
la violencia como una experiencia llamativa e interesante, es
importante reiterar que los varones son más propensos a realizar
o presenciar actividades violentas, sea bulling o actividades que
lleven a maltrato físico de otros que las del sexo femenino, con
esto no se quiere decir que las hembras no participen
activamente, solo son menos proclives a esas actividades.

Los estudiantes expresan que “en mi generación el diálogo


existe para arreglar las cosas” (Grupo focal; 2009; estudiantes 4º
año), si se une ese comentario con otros de otros estudiantes en
un grupo focal distinto como lo es “la violencia me divierte” o “yo
si asisto a encuentros violentos porque me gusta” (Grupo focal;
2009; estudiantes 5º año) se puede inferir que existe una forma
de socialización paralela entre los jóvenes actuales, si no pueden
arreglar las diferencias hablando y les gusta presenciar o
participar en actividades «prohibidas» se puede entender el caos
social que se está viviendo en la actualidad.

Mirando al pasado, buscando entender esta nueva forma de


socializar de los actuales estudiantes del ciclo básico y
diversificado, se puede ver que Venezuela siempre ha estado
sumida en hechos violentos, partiendo de la idea de que hemos
estado constantemente intentando construir nuevos periodos en la
historia en lugar de tener un hilo conductor definido, esto ha
traído como consecuencia que cada nuevo gobernante se
encargue de desmostar el trabajo de años anteriores para darle
comienzo a un nuevo proyecto.

ͳͳͷ


De este modo cada nuevo proyecto trae consigo que el país
esté obligado a acostumbrarse a nuevas formas de vida, causando
esto que algunas decisiones gubernamentales provoquen
descontentos sociales y desaten hechos violentos, esto no quiere
decir que sea la violencia la forma de vida en el país, solo que se
han caminado largos trechos de la historia de la mano de ella; el
profesor Briceño-León divide los hechos violentos en la historia
contemporánea del país en tres fases:

“Fase 1: Crisis institucional de 1989 – 1993


Fase 2: Rescate institucional de 1994 – 1998
Fase 3: Destrucción institucional de 1999 – 2010” (2012; 54)
Se tomará en cuenta sólo la fase 1, pues es ahí en donde el
profesor define el comienzo de la instauración de la violencia
como forma de vida.

En esos años se vivió en el segundo período constitucional


del hoy fallecido ex presidente Carlos Andrés Pérez, años
marcados por el alza de los precios del petróleo, un estallido
social denominado «Caracazo» y dos intentos de golpe de estado,
seguidos por un juicio y posterior destitución del entonces
presidente, todos los actos violentos que se vivieron en la
Venezuela de finales de los 80 y principios de los 90 dio cabida al
proceso de acostumbrar al ciudadano a vivir entre la violencia,
bien lo explica el profesor Briseño-León al citar el libro de Patricia
Márquez denominado The street is my home (la calle es mi casa)
en el que afirma

El impacto mayor de estos eventos fue el


desmoronamiento institucional que provocó cambios
ͳͳ͸


sustanciales en el pacto social. La instauración de la
violencia como herramienta para alcanzar las metas
individuales, la banalidad de las leyes y las normas
sociales, el desprecio por las reglas del juego político y
social. (Márquez citado en Briceño-León; 2012; 56).

Tomando en consideración que los jóvenes en la actualidad


no vivieron los graves problemas suscitados en el país en las
décadas 80 y 90, sus padres y hermanos mayores si lo hicieron, y
entendiendo que las costumbres sociales pasan de generación en
generación se puede inferir que si esos hechos marcaron el
comienzo de un país acostumbrado a la vida violenta, los jóvenes
actuales no conocen otra forma de vida más que la de una
sociedad carente de paz.

Claro está que las aseveraciones del profesor Briseño-León


no deben, bajo ninguna circunstancia, ser tomadas como hechos
dogmáticos, que deban aceptarse a pie juntillas, son posturas,
como muchas otras, sobre un tema al cual él ha dedicado muchos
años de investigación y cala perfectamente con la presente
investigación.

De esta forma nos damos cuenta que los jóvenes actuales


están carentes de un hábito, posiblemente olvidado por sus
predecesores entre los años 1989 – 1993, y que es vital para
poder avanzar de una manera sana y eficaz para su futuro, el
hábito de la obediencia, el cual es completamente responsabilidad
de la familia impartirlo en los años iniciales de la vida de sus
hijos, si dicho hábito no se imparte adecuadamente, se puede
augurar un joven transgresor de la autoridad, afirmación esta que
ͳͳ͹


se extrae del libro Educar en positivo de Fernando Corominas el
cual expresa

El hábito más directamente relacionado con la


autoridad es la obediencia. Cuando existe el hábito de la
obediencia, el ejercicio de la autoridad se simplifica. Por el
contrario, cuando existe el hábito de la desobediencia, el
ejercicio de la autoridad se hace más difícil (1998; 79).

Por último, vale la pena destacar que no todos los jóvenes se


encuentran inmiscuidos en estas actividades violentas, pues
también se escucharon comentarios como: “no entiendo que le
ven de divertido a la violencia” o “¿por qué cobran entradas y
hacen un circo donde les paguen por producir violencia?”,
paradójicamente estos alumnos que comentaban su rechazo a la
violencia tenían al menos uno de sus padres en casa y gozaban
de la posibilidad de hablar con ellos, las relaciones con los
maestros eran mejores y tenían tiempo para compartir en familia
con sus dos padres, lo cual marcó una diferencia notable con la
mayoría de los alumnos que hicieron comentarios contrarios a los
anteriores.

Hasta aquí, se ha tratado de analizar las causas que explican


la violencia en los jóvenes y se ha asumido a la familia como un
factor determinante. Sin embargo, existen otros factores que
inciden de manera directa o indirecta en la problemática tratada y
creemos oportuno señalar algunas de ellas usando como
corolario, necesario, las palabras dichas por el presidente Hugo
Chávez Frías en su Mensaje Anual ante la Asamblea Nacional el

ͳͳͺ


15 de Enero de 2010, citado por el Sociólogo Briseño-León en su
libro Violencia e institucionalidad.

(…) nosotros tenemos que seguir entendiendo la necesidad de


atacar las causas de la inseguridad, pero les repito, necesario es
que tomem os en cuenta que en el caso venezolano hay causas
adicionales que no son causas naturales, bueno, la miseria, la
desigualdad, el desempleo, la falta de educación (destacado
nuestro), de oportunidades, com o se dice, son algunas de las
causas de la violencia, del crimen… (Chavez citado en Briceño-
León; 2012; 19)

Creemos que subsanando algunas de estas causas


señaladas por el Presidente se pueden corregir las conductas
delictivas y violentas de nuestros jóvenes pues ya es tiempo de
comenzar a pensar en un verdadero futuro cercano, mejor, para
nuestros jóvenes y para nuestra sociedad.

ͳͳͻ


CONCLUSIONES

ͳʹͲ


Por medio de todas las entrevistas realizadas, la
metodología de observación participante llevada cabo en los
planteles educativos y los autores especializados en el tema, se
pudo llegar a entender algunas de las razones que llevan a los
jóvenes a actuar de forma violenta.

Es necesario destacar que no existe un axioma que de


explicación a las actitudes violentas, no existe una teoría que
logre explicar la totalidad dichas conductas, no puede enmarcarse
el tema de la violencia dentro de un grupo cuantificable de
razones, pues todas y cada una de las actitudes violentas tienen
una razón distinta que explica el comportamiento de los individuos
que la practican, y cada una de esas razones tienen fuentes de
estudio que les permite profundizar en la especificidad del tipo de
violencia en cuestión.

En el caso particular de la presente investigación se intento


dar respuesta a las actitudes violentas en los jóvenes liceístas de
dos comunidades mirandinas, las cuales se caracterizan por ser
de estrato medio a alto; con la escogencia de estos dos planteles
se pretendió romper con la premisa de que solo en las clases
bajas o instituciones educativas del estado se observan
comportamientos violentos entre sus estudiantes, posiblemente las
razones sean distintas pero, si se trata de violencia, ésta no se
puede segmentar por estrato social.

También se puede considerar que las razones que expliquen


la violencia en los jóvenes de bajos recursos sea la misma que da
explicación a las clases más pudientes, sin importar el nivel
socioeconómico, la necesidad de tener cercanía con los padres,
la búsqueda incesante de figuras a seguir por parte de los jóvenes
ͳʹͳ


y la obligación a cumplir las normas tanto de casa, de la
institución, y de la sociedad es recurrente en todos los
estudiantes.

El maestro no puede suplir y mucho menos cumplir sin ayuda,


con todas las obligaciones que le han dejado en sus manos para
la formación de los estudiantes; los colegio de la mano de sus
trabajadores, los que en realidad se interesan en sus alumnos,
han hecho lo mejor posible, pero mientras mas estos dos
personajes hacen por sus estudiantes, menos hacen sus
representantes por sus descendientes, lo que trae como
consecuencia la entrada en una lemniscata en donde ambas
partes buscan constantemente, sin logro, mayor participación del
otro para la formación de los jóvenes.

Resulta paradójico como el personaje que mas amor coloca


para la formación del futuro del país es el más maltratado por los
otros tres invitados al debate, (el estado, la familia y el
estudiante), resulta sencillo decir que es el docente el que no está
cumpliendo con los programas dispuestos por el Ministerio de
Educación, que ocupa mucho tiempo en regañar a sus estudiantes,
que no es posible que manden tanta tarea entre otros temas de
habla común entre los representantes de un plantel, sin darse
cuenta de los errores cometidos o las faltas extrínsecas que llevan
al maestro a hacer todos los trabajos que hacen durante 9 meses
del año en pro de la evolución académica, personal y social de sus
estudiantes, por otro lado también pareciera ser fácil juzgar a un
docente por querer impartirle a sus estudiantes las normas
morales y cívicas que le permitan ser mejores personas en su
futuro, trabajo este que le corresponde a la familia y el profesor
ͳʹʹ


debe reforzar, es pues, por esta razón que una de las profesiones
más olvidadas por la sociedad debe ser considerada una de las
más importantes.

Por otro lado se encuentra el estado, quien debe intervenir


más activamente en la formación estudiantil, tanto directa como
indirectamente, de forma directa atacando los focos violentos que
se encuentran en las calles y que producen perturbación en dentro
de las instituciones y de forma indirecta, mejorando la calidad de
vida de los ciudadanos para que éstos, a puerta cerrada, puedan
tener mayor participación en la vida de los adolescentes, con esto
no se quiere decir que el estado se encuentre acéfalo en este
tema o que no estén haciendo trabajos que permitan mejorar la
situación en el futuro, lo que se pretende es explicar las
situaciones de cada parte involucrada en el tema de la violencia
en los jóvenes.

En el otro lado del cuadrilátero se encuentra la familia, que,


por diversos motivos ha dejado a sus hijos a merced de otros, es
este ente, que en el mejor de los casos funge como la base
principal de una sociedad, quien está parado de forma
irresponsable frente a los integrantes de la sociedad, pues
lamentablemente está ocupando su tiempo en actividades que al
parecer mejoran la calidad de vida de quienes conforman la familia
y dejan a un lado el proceso de formación, adaptación y
preocupación por sus descendientes, los padres han dejado en
manos de otros los trabajos que les compete hacer dentro de casa
y cada día, por nuevas obligaciones que tienen que asumir olvidan
el rol más importante que tienen que cumplir en sus vidas de
padres, ser padres.
ͳʹ͵


Finalmente se encuentra en el medio de todos los actores
que hacen parte en el proceso, el estudiante intentando entender
los distintos roles que asumen sus maestros, el joven buscando
respuestas donde lamentablemente consigue mas preguntas, el
hijo en busca de una figura a seguir, el amigo intentado ayudar a
sus iguales con la poca experiencia de vida que tiene, el
compañero de clase que alienta a sus otros compañeros a realizar
actividades licitas o ilícitas, el adolescente que está pasando por
el proceso de reconocerse a sí mismo, el integrante activo de un
colectivo que pide a gritos ser atendido por sus mentores y por
ultimo al ser humano que necesita de la sociedad para poder
trazarse un camino por la vía del bien.

Este ente social es que le recibe todo los problemas y


virtudes que sus mayores en calidad de mentores le inculcan, es
el joven el que se encarga de sobrellevar las carencias de una
familia que ve pasar su vida de forma pasiva por cumplir
compromisos que se asumen más importantes, que ve en sus
maestros una figura de autoridad in autoridad pues no respeta las
normas que les imponen dentro del plantel, es el que se encarga,
sólo, de analizar las distintas actitudes de quienes le rodean para
extraer de cada uno lo mejor le parezca para sobrevivir al mundo
exterior que le espera, es la persona en formación que no tiene un
camino trazado pues quienes deben ayudarlo a formarlo están
ocupados discutiendo quien debe encargarse de la formación y
educación del futuro del país.

Es necesario que quede claro que todos los personajes que


se encargan de formar para el futuro tomen consciencia de la
importancia de los jóvenes para la sociedad, es necesario abrir los
ͳʹͶ


ojos y tratar a nuestros estudiantes como seres pensantes que son
y no como integrantes sin raciocinio ni opinión en casa, se tiene
que aceptar que hay que escuchar a los jóvenes, dentro del hogar,
en la escuela y las calles para poder ayudarlos a construir su
futuro, en las manos del Estado, de los maestros y principalmente
de la familia está el futuro real de quienes más adelante tendrán
la difícil tarea de formar a otros y dirigir el país.

ͳʹͷ


Anexos

ͳʹ͸


III.6 Guía para los Grupos Focales (focus Group):

I.- Guía para los estudiantes

1.- Definición de docente y alumno.

1.1.- ¿Por qué?

Es de interés comenzar definiendo los dos actores que están


siendo objeto de estudio. La definición será realizada por ellos mismos
para poder tener una idea de la posición que ocupan dentro del sistema
educativo y poder indagar las razones por las que son definidos como
tales.

2.- Opinión sobre el respeto

2.1.- Enfoque respecto a los mayores.

A partir de la premisa y definición de maestros, se puede destacar


que éstos pertenecen a un estatus de persona mayor que el estudiante
por lo que es de interés indagar los niveles de respeto y consideración
para con los individuos que representan una autoridad para los
estudiantes junto con la relación que puedan tener éstos con sus
padres, los cuales son las primeras figuras de autoridad en la vida del
ser humano.

2.2.- Enfoque respecto a ellos mismos.

Si bien es importante conocer el estatus y la importancia para los


alumnos de sus figuras de autoridad, es igualmente importante explorar
la visión de ellos para con ellos mismos, lo cual nos puede llevar a
entender la visión que pueden tener también sobre sus semejantes sin
importar la edad.

2.3.- Enfoque respecto a la violencia.


ͳʹ͹


Este enfoque puede ser quizás, el que le de vida a la realidad que
se vive en las aulas de clase explorando cómo perciben los jóvenes la
vida violenta en la que se desenvuelven y si ésta es normal para ellos,
indagando en qué medida esa normalidad puede incidir en que sean
participes de la violencia o en su defecto en qué medida es ya
aceptada como la actual forma de vida.

2.3.1.- Tipos de violencia.

Si partimos de la premisa de ya haber explorado la violencia


dentro de la vida de los jóvenes, se considera entonces de interés
conocer los tipos de violencia que conviven dentro de las instituciones
educativas y fuera de ellas con relación a los estudiantes y en qué
medida ésta o éstas repercuten en la formas de socialización entre
jóvenes contemporáneos junto con los docentes y personas mayores
en general.

3.- Discusión sobre los tres tópicos anteriores.

Una vez tocados todos los tópicos anteriores, es importante


profundizar mediante una discusión final todos los temas tratados y
analizar algún punto de interés que haya surgido dentro de la actividad

4.- Docentes, padres y alumnos ideales.

Por último luego de explorar mediante los tópicos anteriores la


posición de las personas de mayor edad que los estudiantes,
específicamente los maestros y los padres de los aquéllos, sin dejar a
un lado toda figura de autoridad en la calle, se considera de especial
interés cerrar la discusión redefiniendo y buscando el mejor concepto
ͳʹͺ


para los docentes, los padres y ellos mismos, esto con el fin de explicar
si han cambiado, mediante la discusión, sus percepciones con respecto
a los temas tratados anteriormente y las razones por las cuales no
cambiaron y de esta manera queda redondeado y cerrado el focus
group.

II.- Guía para el psiquiatra

1.- Definición de docente y alumno.

De esta manera se busca comenzar a abrir el campo de definiciones


para ampliar el espectro conceptual de los entes que intervienen en la
formación del joven.

2.- Definición de familia.

Se consideró necesario dejar aparte la definición de familia para más


adelante poder tratarla e hilarla junto con el resto de las relaciones y
comportamiento de los jóvenes.

3.- Escuela y familia, Roles que cumplen y dejan de cumplir

A fin de conocer desde la visión profesional de la profesión del


psiquiatra los roles que deben cumplir la familia y la escuela, es necesario
explorar cuáles pueden ser, socialmente, los roles de estos entes y si en
realidad se están cumpliendo para lograr una mejor sociedad en el futuro.

4.- Enfoque respecto a la violencia

Resulta importante e interesante consultar la visión sobre la violencia


que están viviendo los jóvenes actuales y explorar el análisis que le pueda
dar la psiquiatría a dichos eventos, desde tipos de violencia hasta las
posibles causas que la provocan, sin dejar de indagar la posibilidad de
neutralizarla.

ͳʹͻ


5.- Preparación de los docentes actuales

Resulta interesante explorar si para una profesión alejada de la


academia como es la psiquiatría, los docentes actuales están en condiciones
de afrontar los roles que deben cumplir junto con los que se le atribuyen por
distintas razones o, si por el contrario, estos requieren de alguna preparación
que les permita encarar la realidad de las aulas de clase y de los planteles en
general.

ͳ͵Ͳ


BIBLIOGRAFÍA

ͳ͵ͳ


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Fondo de Cultura Económica.

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