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paisatge és la prevenció de les inter- quant al seu contingut i als seus objectius
vencions previsiblement degradants. específics. A més a més, cada territori pre-
Nogensmenys, al llibre es dedica el capí- senta problemes específics que requereixen
tol setè, el més extens, a ocupar-se de mesures particulars per a cada cas. Així,
l’avaluació de l’impacte ambiental (AIA), s’exposen recomanacions relatives a la filo-
l’instrument preventiu considerat comu- sofia general de les actuacions, al marc
nament com a més útil per a la conser- legislatiu, a l’estabilitat del medi, als futurs
vació i la correcta gestió del mediambient espais protegits, a la gestió forestal, als cur-
i, per tant, també dels paisatges. Es pre- sos fluvials o als elements amb un acusat
tén donar una visió introductòria a causa impacte paisatgístic, entre d’altres.
de l’amplitud i la complexitat del tema, Al darrer capítol, més que unes con-
així com pel gran nombre d’aspectes clusions pròpiament dites, es fa un resum
conceptuals, científics, tècnics i meto- del contingut general de l’obra amb algu-
dològics que aplega. Per aquesta raó, nes observacions finals complementàries.
l’apartat es limita a explicar algunes S’ha de dir que el llibre, al llarg dels diver-
nocions clau (precisió d’idees i termes), sos capítols, veu complementada la seva
a mostrar l’estreta relació existent entre argumentació amb nombroses fotogra-
el desenvolupament socioeconòmic i els fies, dibuixos, gràfics i taules que ajuden
impactes sobre el paisatge, a analitzar les a entendre i a esquematitzar molts dels
possibilitats d’actuació dins el marc legal raonaments i idees exposats per l’autor.
aplicable i a recomanar una metodolo- En definitiva, el llibre de Luis A. Can-
gia per als estudis d’impacte ambiental cer constitueix una interessant aportació
(EIA), així com a qüestions formals refe- a l’estudi del paisatge, als problemes que
rides a la presentació dels resultats. Es l’afecten i a les possibles respostes que es
poden destacar els subapartats dedicats a poden donar per combatre’ls. L’ordre en
conceptes com medi ambient, impacte l’exposició del contingut i en l’associació
ambiental, a les relacions entre impac- de conceptes i l’articulació amb les apor-
te ambiental i paisatge, a nocions clau tacions prèvies efectuades per altres autors
com qualitat, visibilitat i fragilitat o a la es perfilen entre els principals actius del
distinció que es fa entre avaluació d’im- treball. Gràcies a ells, es permet que el lec-
pacte ambiental i estudi d’impacte tor, en poques planes, tingui una pers-
ambiental. pectiva global de dos dels aspectes que
Al capítol vuitè, l’autor suggereix pro- expliquen millor el creixent interès que té
postes o recomanacions possibles per el paisatge a l’actualitat: la seva degrada-
protegir i gestionar adequadament els pai- ció i la seva protecció.
satges. No obstant això, ja adverteix que
les propostes possibles per protegir i ges- David Pavón Gamero
tionar adequadament els paisatges són Universitat de Girona
nombroses i poden ser molt disperses Secció de Geografia

GARCÍA BALLESTEROS, Aurora (coord.)


Métodos y técnicas cualitativas en geografía social.
Barcelona: Oikos-Tau, 1998, 239 p.

Los métodos y las técnicas cualitativas han fía sobre el auge de los métodos cualita-
ido ganando un creciente reconocimien- tivos asocian su surgimiento al fracaso de
to en la geografía humana. La bibliogra- los enfoques cientificistas que, con base
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en los planteos neopositivistas, analiza- na, por lo tanto, la lengua del debate es
ban el significado del mundo social. el inglés2.
En la década de 1970, el neopositivis- Traer esta discusión a la geografía ibe-
mo, en tanto postura epistemológica roamericana es uno de los objetivos que
como el uso abusivo de las técnicas cuan- ciertamente orientaron la edición del libro
titativas, recibe duras críticas, desde dife- que reseñamos.
rentes perspectivas. La geografía radical, Este libro presenta una aproximación al
con una posición marxista, cuestiona a debate actual sobre metodología y técni-
los geógrafos adscriptos en la geografía cas cualitativas en geografía social en len-
locacional por refugiarse en el cálculo gua castellana; se estructura en trece
espacial y en la técnica geométrica, y, de capítulos, los tres primeros discuten el
este modo, no tener una activa participa- marco teórico y metodológico de las téc-
ción política, y en el peor de los casos, nicas cualitativas, en los capítulos poste-
trabajar para las estructuras del poder1. riores se discuten preferentemente algunas
Algunos geógrafos insisten en que el técnicas cualitativas, no sólo aplicadas al
uso excesivo de los datos económicos y la campo de la investigación, sino también
clasificación cuantitativa ignoran las múl- al de la docencia.
tiples aristas de la experiencia humana, y Sus autores responden, como se puede
defienden la subjetividad del sujeto como apreciar, a tres tradiciones geográficas dife-
objeto de estudio. De este modo, la feno- rentes: la anglosajona, la francesa y la
menología cumple un papel decisivo en española. La coordinadora de la obra,
la introducción de métodos y técnicas Aurora García Ballesteros, catedrática de
cualitativas en nuestra disciplina. Estas Geografía Humana en la Universidad
corrientes revalorizan el uso de la meto- Complutense de Madrid, y una de las ini-
dología cualitativa, a la luz de los estudios ciadoras de la geografía del género en
antropológicos, sociológicos e históricos. España, decide reunir una serie de traba-
La vasta literatura sobre el tema, e jos producto de un seminario internacio-
incluso el actual debate en torno a la posi- nal e interdisciplinario organizado a
bilidad de combinar las aproximaciones principios de los noventa en este país,
cuantitativas y cualitativas en la investi- sobre métodos cualitativos en geografía
gación social en la geografía humana; así social.
como la reconsideración de incluir méto- Junto a ella, los profesores John Eyles,
dos de evaluación para otorgarle rigor a que pertenece a la Mc Master University,
la investigación cualitativa, provienen pre- y Antoine Bailly, profesor en la Universi-
dominantemente de la escuela anglosajo- dad de Ginebra, introducen la discusión

1. Como consecuencia de esto, varios geógrafos radicales contemporáneos se identificaron a sí


mismos dentro de un linaje de la geografía que se remontaba a figuras tales como Elisée
Reclus, Peter Kropotkin y Karl Wittfogel, quienes abogaban enérgicamente por un com-
promiso social (Livingstone, 1992).
2. Para acercarnos al debate es oportuno consultar: PHILO, C.; MITCHELL, R.; MORE, A.
(1998), «Reconsidering quantitative geography: the things that count», Environment and
Planning A, 30: 191-201; PHILIP, L.J. (1998), «Combining quantitative and qualitative
approaches to social research in human geography, an impossible mixture?», Environment
and Planning A, 30: 261-276; BAXTER, J.; EYLES, J. (1997), «Evaluating qualitative rese-
arch in social geography: establishing “rigour” in interview analisys», Transactions. Institu-
te of the British Geographers, 22 (4): 505-525; BAILEY, C.; WHITE, C.; PAIN, R. (1999),
«Evaluating qualitative research: dealing with the tension between “science” and “creati-
vity”», Area, 31 (2): 169-178.
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en torno a las bases teóricas y metodoló- significados es el resultado de una inves-


gicas de las técnicas cualitativas. El resto tigación que pone el énfasis en estudiar
de los autores se desempeñan en univer- los fenómenos sociales en el propio entor-
sidades y centros de estudios de Madrid no natural y social en el que ocurren,
y Barcelona, y presentan el uso de dife- dando primacía a los aspectos subjetivos
rentes técnicas cualitativas; por su lado, sobre las características objetivas.
Michael Keith, profesor de la Universi- Por último, apunta a los procedimien-
dad de Londres, introduce la teoría y la tos de análisis de los datos que cobra sig-
aplicación de una técnica cualitativa: nificación en la investigación cualitativa,
la observación participante. entre ellos el análisis de contenido que
En el capítulo 1, Aurora García Balles- permite estudiar la naturaleza del discur-
teros cumple el papel de introducir el so y el contexto de cualquier comunica-
debate de los métodos cualitativos en geo- ción, sea escrita, oral e incluso visual; de
grafía, que, al igual que en las demás cien- esta manera, introduce los conceptos
cias sociales, la metodología cualitativa de significado y contexto que en los capí-
declina ante el peso del neopositivismo y tulos sucesivos analizan Eyles y Bailly.
de los métodos cuantitativos, para resur- Antoine Bailly, en el capítulo 2, intenta
gir lentamente a finales de los años sesenta abordar el tema de las imágenes produci-
con la aparición de postulados epistemo- das, de las representaciones del mundo
lógicos como la fenomenología y la geo- creadas por los estudios geográficos
grafía del comportamiento. Esta etapa se mediante la propuesta de un método, para
inicia con una fuerte polémica entre los él «el método», inspirado en la epistemo-
métodos cuantitativos y cualitativos; según logía popperiana y toma a la observación
la autora, actualmente, se halla superada como punto de partida. Dicha propuesta
dicha dicotomía y se intenta buscar la metodológica resultaría poco efectiva a la
complementariedad según los objetivos hora de analizar las representaciones, imá-
de la investigación y en consonancia con genes y prácticas construidas socialmente
la pluralidad epistemológica de la disci- que, para el autor, «se convierten en el
plina. objeto mismo del objeto geográfico»
Esta geógrafa realiza una apretada sín- (p. 30).
tesis sobre el resurgimiento en la geogra- En el capítulo 3, John Eyles expone
fía, en la década de 1970, de los métodos sucintamente una visión general de las
cualitativos como una postura polémica bases filosóficas y técnicas utilizadas en
en torno al bagaje metodológico de téc- los enfoques cualitativos en geografía
nicas cuantitativas aportadas por el neo- humana. Parte de que, en los mismos, no
positivismo; y focaliza el análisis en el existe una relación articulada entre estos
aporte de la geografía humanística y los enfoques y la teoría. Para el autor la teo-
recursos que llegan desde la fenomenolo- ría crítica y programática actuarían como
gía, que pone énfasis, por un lado, en la marco de referencia para la interpretación
vida cotidiana y, por el otro lado, en los del significado.
lugares. La teoría crítica se utiliza como base
Resalta las características de la investi- para la geografía cualitativa, dentro de ella
gación cualitativa como un recurso que aboga por los principios de Simmel
accede a múltiples fuentes de datos, así (1950), que se concentra en la relación
como la utilización de diversas técnicas existente entre los individuos en la socie-
interpretativas que «permite describir, dad y sobre las acciones sociales y signi-
decodificar, traducir y sintetizar el signi- ficados que ligan a las personas; y la teoría
ficado de los hechos». El «descubrimien- pragmática que ve al mundo como un
to», la descripción de estos hechos y producto social en el que los significados
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se conforman con la interacción social y a jar la realidad del entorno. Los resultados
través de la misma. En esta línea recupe- de estas investigaciones frecuentemente
ra los trabajos de Blummer, 1969; Jack- fueron herramientas útiles para los pode-
son y Smith, 1984; Craib, 1984. res políticos que favorecían los estudios
Luego del análisis de una de las bases aplicados.
teóricas, introduce en la discusión el Contrariamente, el enfoque subjeti-
tema de las técnicas adecuadas para la vista comenzó a insistir en la relación
geografía humana cualitativa, y explica sujeto-medio. En este marco los princi-
las ventajas y desventajas de la entrevis- pios de la fenomenología orientaron los
ta estructurada y de la entrevista en trabajos sobre la percepción de indivi-
profundidad. Eyles considera que su uti- duo a nivel de calidad de vida de su
lización en forma combinada aporta los vivienda, su barrio. Sin embargo, no
beneficios a los análisis. basta con comprender el entorno obje-
Por último, expone que la geografía tivo, postura también derivable de una
cualitativa con el estudio del significado visión fenomenológica, hay que recurrir
dentro de su contexto, debe tener en cuen- a las experiencias individuales.
ta tres principios de validación. Primero, Esta apretada síntesis lleva al autor a
legitimar nuestra investigación ante la reflexionar sobre la falsa disputa entre
comunidad académica; segundo, validar indicadores objetivos y subjetivos, pues-
nuestras interpretaciones con las personas to que el entorno llamado «objetivo» ha
entrevistadas, y tercero, una autocrítica sido construido por el hombre, y la elec-
que apunte a evaluar el propio proceso de ción de estos indicadores traducen valo-
investigación3. res socioculturales y, de la misma manera,
El papel de los indicadores sociales los indicadores llamados «subjetivos» están
como medidas objetivas de las ciencias mediatizados por el entorno y el medio
duras en las evaluaciones subjetivas de las de vida. Por lo tanto, Bailly aboga por una
ciencias blandas, es bosquejado por Antoi- complementación y respaldo entre las
ne Bailly en un reducido artículo que des- estadísticas y las ciencias sociales acep-
cribe cómo los investigadores han pasado tando la evolución de sus respectivos pro-
progresivamente de una visión normati- blemas y métodos.
va de los indicadores sociales a puntos de En un comentario muy escueto,
vista más subjetivistas que tienen en cuen- Ángela Redondo González (cap. 5),
ta la visión individual y social. expone el papel de las encuestas y las
Bailly hace un recorrido por los dife- entrevistas en las investigaciones geo-
rentes tipos de perspectivas que se aproxi- gráficas, y apunta a la diferenciación
maron a la realidad desde una metodología entre ambas, principalmente en los roles
cuantitativa. Desde las investigaciones ins- que conciernen tanto al entrevistado
piradas en los «nichos ecológicos» derivada como al entrevistador o encuestador,
de la teoría darwinista, pasando por el posi- según sea el caso. Por último, sintetiza
bilismo geográfico que introduce una las ventajas y desventajas de las mismas y
visión más flexible de la relación hombre- hace algunas recomendaciones con res-
medio, hasta llegar al racionalismo cientí- pecto a la elaboración del cuestionario y
fico. Bailly considera que estos trabajos se a las ventajas que esta técnica ofrece al
valen de indicadores normativos para refle- geógrafo.

3. El autor realiza un análisis más exhaustivo de estos temas en EYLES, J. (1985), Senses of place,
Warrington: Silverbrook Press; EYLES, J.; SMITH, D.M. (1988), Qualitative methods in
human geography, Cambridge: Polity Press.
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En los capítulos 6 y 7 Luis Miguel responsables y técnicos en medio


Barral González y Pablo Pumares Fer- ambiente, profesionales de empresas pri-
nández introducen el uso y alcance de la vadas y grupos de defensa del medio
técnica de grupos de discusión median- ambiente a partir de una perspectiva de
te la explicación del desarrollo de la impacto ambiental aplicada a políticas,
misma y su aplicación a un tema y espa- programas y planes.
cio concreto: las actitudes de la pobla- Michael Keith, en el capítulo 8, pro-
ción madrileña ante la inmigración. pone como línea metodológica el
Concluyen que el grupo de discusión es análisis de la semiología espacial, enten-
útil como herramienta para el estudio de diendo a los lugares como signos y luga-
temas sociales y que puede complemen- res simbólicos. En términos prácticos,
tarse con otras. la comprensión subjetiva de unos
En el campo disciplinario de la geo- lugares concretos media en el conflicto
grafía es útil porque se puede captar el social, y las acciones se relacionan en los
papel del espacio con relación a deter- códigos comunicados por los lugares, y
minados fenómenos, la atribución de otros mensajes variarían según los indi-
significados y sentido a diferentes luga- viduos y los grupos sociales. Sobre esta
res y el proceso de construcción de imá- base metodológica presenta una refle-
genes sociales. Además, permite el xión crítica de observador participante
análisis de diferentes tipos de discursos dentro de la policía metropolitana de
que aparecen en torno a la problemáti- Londres, con el fin de estudiar los con-
ca estudiada. flictos sociales y las «áreas prohibidas»
En el capítulo 8, nuevamente Aurora de la ciudad. En este estudio de caso se
García Ballesteros explica una técnica visualizan los problemas que acarrea la
cualitativa prospectiva específica, la Del- posicionalidad del investigador y los
phi. Esta técnica es una entrevista en pro- campos de poder que se establecen entre
fundidad en grupo. En geografía se el investigador y el investigado, donde
aconseja cuando no se dispone de datos se refleja la asimetría y la ambigüedad
suficientes en los que apoyar una toma de en las relaciones.
decisión que implica una profunda trans- En el capítulo 9, Michael Keith lleva
formación del territorio, como por ejem- a la discusión y al debate en geografía, las
plo el diseño de una estrategia territorial, reflexiones del método etnográfico,
perspectivas de una política medio- poniendo énfasis en una crítica a los pro-
ambiental y evaluación de impactos. tocolos vigentes en la academia. Este abor-
Los problemas que acarrea es la selec- daje sigue el mismo lineamiento que
ción de expertos, puesto que es necesa- vienen realizando algunos geógrafos
rio que cada investigador diseñe anglosajones4.
previamente el perfil que deben tener Plantea los conflictos éticos que nece-
los mismos. Para esta elección se pue- sariamente surgen en los informes etno-
den tener en cuenta diferentes esta- gráficos. Sugiere que en la arquitectura de
mentos, por ejemplo: universidad e la academia existe una relación interna
investigación, Administración central, entre el investigador y el investigado, en la

4. KATZ, Cindi (1992), «All the world is staged: intellectuals and the projets of ethnography»,
Environment and Planning D: Society and Space, 10: 495-510; KATZ, Cindi (1994), «Jugan-
do en el campo. Cuestiones referidas al trabajo de campo en Geografía», Profesional Geo-
grapher, 46 (1): 67-72. Traducción de Perla Zusman, mimeo de manejo interno en la Cátedra
de Metodología de la Investigación, Carrera de Geografía, Facultad de Filosofía y Letras,
Universidad de Buenos Aires.
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producción del poder-conocimiento, que por el otro lado, la literatura constituye


hace que toda la literatura, en parte, sea un elemento importante de explicación
un acto de traición o terapéutico. de la realidad territorial y puede contri-
El autor realiza una reflexión con res- buir a su comprensión. Al valorar las
pecto a la posición del investigador y la fuentes literarias como documentos de
forma de representar a comunidades obje- estudio en geografía, Carreras se adscri-
to de estudio. El hilo conductor del be a una postura ecléctica en la investi-
capítulo es el planteo de la doble herme- gación.
néutica: cómo traducir al «otro» en un Los dos últimos capítulos apuntan al
lenguaje comprensible para el propio uso de dos técnicas cualitativas, esta vez
autor y luego como presentarlo a su no aplicadas a la investigación sino al
audiencia académica. campo de la docencia. De este modo,
Analiza la estrategia textual como una Juan Córdoba y Ordóñez, en el capítulo
estrategia política que intenta convencer, 12, explica la aplicación del cine-debate
y se pronuncia por el discurso que deja a un tema como son las migraciones para
hablar a las minorías. Aunque esta pos- estimular la reflexión y la discusión entre
tura es susceptible también de crítica, los alumnos.
debido a que muchas veces por «lavar su En el último capítulo, Lluís Mallart i
conciencia» el investigador pierde de vista Casamajor, detalla minuciosamente, a
al «otro» que se pretende investigar, refor- modo de receta, la preparación de un viaje
mular y los criterios que previamente de estudios para alumnos y las «activida-
hemos establecido y los párrafos testimo- des imprescindibles para su buen desa-
niales que hemos elegido como autores, rrollo».
en pos de una preocupación específica- En cuanto a la organización del libro,
mente académica. se observa que la estructura del mismo se
Otra estrategia que analiza es la del presenta despareja. El diferente nivel de
protocolo académico como la ira. Con- extensión de los artículos atenta contra
cluye que con estos protocolos se crea el equilibrio general de la obra. Las temá-
una relación poder-saber con la descali- ticas, si bien enriquecen las perspectivas
ficación de otros estilos o formas de vinculadas a la metodología cualitativa,
comunicar. Muchas veces la relación entre en ocasiones, plantean una dispersión
el texto y el autor se desvanece, puesto dentro de la obra y los niveles de discu-
que, debido a la pretendida objetividad, sión van en andariveles diferentes. Por
el autor se transforma en transparente sin ejemplo, el capítulo de Michael Keith
asumir su responsabilidad en la elabora- que alude a lo teórico-metodológico,
ción del texto. debido a su reflexión epistemológica en
Carles Carreras, en el capítulo 11, pre- torno al método etnográfico y a los estu-
senta una serie de reflexiones teóricas y dios en geografía, podría formar parte del
metodológicas sobre el uso del texto lite- grupo de trabajos que apuntan a las bases
rario en nuestra disciplina, basadas en teóricas-metodológicas que introducen
su experiencia en la investigación y la la obra.
docencia sobre el tema. De esta mane- Probablemente este problema radica
ra, expone las posibilidades que ofrece en que el libro es el corolario de un semi-
el uso de las fuentes literarias en la inves- nario realizado sobre el tema a principios
tigación geográfica. Puesto que, por un de los años noventa y se ajusta a los tra-
lado, las visiones de los literatos pueden bajos presentados allí.
ejercer sobre una realidad territorial con- Generalmente, debido al vacío en
creta una fuerza que puede llegar a trans- cuanto a contenido que existe en la lite-
formarla con su descripción o imagen, ratura sobre este tema en castellano, se
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recurre a lo producido en inglés5, se tra- intelectual donde la teoría queda en


ducen estudios trasladando perspectivas manos del centro y las técnicas, en senti-
a menudo descontextuadas. Sin embargo, do estricto, se derivan a la periferia, por
no se trata de salvar el vacío con la tra- lo que convendría reflexionar sobre las
ducción de textos del inglés, sino resig- potencialidades de producir teoría y meto-
nificar los conceptos y las propuestas que dología desde la periferia. «Con la globa-
vienen trabajando las perspectivas anglo- lización […] las interpretaciones más
sajonas y francesas a la luz de las proble- abarcativas y adecuadas del mundo y de
máticas en los países periféricos, como la los lugares pueden producirse de forma
participación ciudadana, el problema de más esmerada en la periferia que en el
la tierra, la vivienda, el empleo, las migra- centro y los diálogos más fructíferos, para
ciones, por mencionar algunas. el encuentro de la verdad, pueden no ser
Sin duda, el aporte desde la periferia los que hacen con el centro, sino aquéllos
debe ser mucho más enriquecedor que la cuyos protagonistas están fuera de los cir-
propuesta de ofrecer recetas para el mane- cuitos de la moda y de las presiones de la
jo de entrevistas y encuestas y de técnicas trivialidad.» (Santos, 1996: 26)6.
cualitativas para la docencia. El libro
demostraría una división en el trabajo Claudia Pedone

5. Existe una vasta literatura en inglés sobre metodología cualitativa en geografía, podemos
mencionar algunos trabajos: EYLES, John (ed.) (1988), Research in Human Geography, Oxford:
Blackwell; EYLES, J.; SMITH, D. (1988), Qualitative Methods in Human Geography, Cam-
bridge: Polity Press; WINCHESTER, Hilary (1996), «Ethical Issues in Interviewing as a Rese-
arch Method in Human Geography», Australian Geographer, 2 (1): 117-131; WOLF, Diane
(ed.) (1996), Feminist Dilemmas in Fieldwork, Westview Press. Otro foro de debate lo cons-
tituye la revista The Professional Geographer (1995), donde aparecen artículos de geógrafas
feministas que discuten no sólo la metodología, sino también los dilemas que ocasiona el tra-
bajo de campo, la posicionalidad del investigador y el tema de la representación y la validez
de los hallazgos.
6. SANTOS, Milton (1996), El espacio banal, una epistemología de la existencia. Discurso pro-
nunciado en la Universidad de Barcelona al otorgársele la investidura de Doctor Honoris
Causa.

STERNBERG, Hilgard O’Reilly


A água e o homem na Várzea do Careiro.
Brasil (Belém-Pará): Museu Parense Emílio Goeldi, 1998, 330 p.
2a ed, 2 vol.: il., 17 mapas y perfil único. ISBN 85-7098-053-1

A água e o homem na Várzea do Careiro1, sicos de la geografía de la Amazonia bra-


del profesor Hilgard Sternberg2, puede sileña. El tema central del estudio es el
ser considerado uno de los estudios clá- paisaje como el elemento básico para la

1. La presente edición hace parte de la colección Friedrich Katzer, publicada por el Museu
Paraense Emílio Goeldi (Belém, Brasil), institución que se dedica a la investigación de la
Amazonia sobre diversas temáticas (antropología, botánica, geografía, geología, etc.).
2. El profesor Hilgard O’Reilly Sternberg es un geógrafo brasileño; nació y estudió en Rio de
Janeiro. El corriente estudio es la segunda edición de su tesis de doctorado, cursado en la Uni-

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