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CARACTERISTICAS DE UNA EDUCACIÓN ALIENADA

ALIENACIÓN Y CAMBIO EN LA PRÁCTICA DOCENTE

César Carrizales Retamoza

Características de una educación alienada

“La pedagogía debe orientarse hacia la transformación de aquellas estructuras


valorativas, afectivas y lógicas que hegemonizan la experiencia alienada y orientan
el seudocomportamiento”1[1].

Hablar de educación es entrar en la polémica, en la controversia, es casi similar a


hablar de política o religión; esto ya que hay tantos temas y asuntos que se pueden
platicar que en más de alguno podemos no salir de acuerdo. De repente se nos
exigen tanto a los docentes que nos sentimos como indefensos y culpables de todo
y hasta podríamos causar un poco de lastima. Sin embargo de repente también se
nos ataca y se nos señala que debemos de cambiar nuestras formas de pensar
puesto que estamos impartiendo una educación alienada.

Carrizales Retamoza nos habla ampliamente de la educación alienada, el señala y


de forma particular estoy de acuerdo en que “La educación alienada comunica él
es, muestra que las cosas son, no pone en duda si lo que es y lo que las cosas
son pueden estar sustentadas en mitos; pues de descubrirlo se produciría la
duda de lo simple, es decir, la negación del mito”2[2]. Esto es lo contrario de vivir en
la pregunta y siempre tratando de investigar temas y asuntos que como docentes
nos preocupan pues estamos conscientes que merman nuestra práctica docente.
Si siempre aceptamos como normal y verdadero todo, podemos caer en la rutina,
en la cotidianidad, en el aburrimiento, en pocas palabras en el mundo ideal y
perfecto, donde no pasa nada y si pasa todo es animador y alentador. Sin lugar a
dudas para los docentes puede parecer muy cómodas este tipo de prácticas, pero
no se trata de vivir en la comodidad, debemos ser responsables de nuestra labor
que realizamos, no podemos quedarnos en la mediocridad, los niños y los padres
de familia quieren de nosotros algo mucho mejor. En pocas palabras educación de
calidad que satisfaga sus necesidades para poder vivir mejor en una sociedad cada
vez más tecnificada y exigente.

“Así pues, la función docente alienada se caracteriza por negar la existencia de


pensar y hacer distintos; para ello requiere orientar al estudiante por el camino de
la certeza y la seguridad. Enseñar en la certeza y seguridad garantiza al estudiante
que su experiencia y su comportamiento son los correctos, le da la seguridad de
que no piensa en un pensar distinto”3[3]. Como que esto suena contrario a lo que
los programas de estudio siempre nos han señalado, en la cual nos expresan la
necesidad de dar libertad a nuestros alumnos para que investiguen, para que se
hagan preguntas de todo lo que sucede a su alrededor, en pocas palabras que
formemos niños críticos, analíticos y reflexivos que cuestionen el porqué de las
cosas con el objetivo de encontrar siempre una explicación científica.

El propósito de que los alumnos tengan el gusto y el placer por la lectura es


precisamente ese, evitar que el alumno siempre sienta que está en la certeza y
seguridad, sintiendo lo mismo que el profesor alienado, que no pasa nada, que todo
es correcto y no amerita la duda, el cuestionamiento, la investigación, la búsqueda
de información en las distintas fuentes. Me imagino un alumno con las
características antes descritas y sinceramente me da tristeza y se me viene a la
mente aquel alumno el cual agarramos diariamente puños de conocimientos e
información y a la fuerza tratamos de metérselos en su pequeño cerebro. Esto se
ha demostrado una y otra vez no sirve de nada, hoy en día más que nunca
necesitamos que nuestros alumnos construyan sus saberes, de forma personal, con
ayuda de compañeros y con la orientación y ayuda del docente; que sean niños
imaginativos, creativos, llenos de ingenio y sabiduría, con las cuatro competencias
básicas bien desarrolladas (hablar, escuchar, leer y escribir). Sin dejar a un lado los
valores que lo hagan más humano y no sólo piense en él, sino en sus semejantes,
para luchar por siempre tener una vida mejor él y en sí el mundo que lo rodea.
BIBLIOGRAFIA

Carrizales Retamoza César, Alienación y cambio en la práctica docente (1998), en: ALLIAUD,
Andrea, y DUSCHATZKY, Laura, Maestros. Formación, práctica y transformación escolar,
Buenos Aires: Niño y Dávila Editores-Universidad de Buenos Aires, pp. 145-159

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