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02/03/2003 06:25
Los delincuentes no carecen de responsabilidad. Y deben cargar con su culpa, mas no con la
nuestra. Reconocer lo primero es de justicia, aceptar lo segundo es reconocer nuestra
responsabilidad y no tratar de disculparnos, echando sobre los otros toda la culpa.
Artículo de opinión sobre la delincuencia juvenil
1350 palabras 6 páginas
CURSO
CONSTITUCIÓN Y DERECHOS HUMANOS
TITULO
Artículo de Opinión:
Jóvenes vestidos de delincuentes
Presentado por:
Benavides Hilario, Cesar Augusto
- 2014 –
Yo crecí en un barrio, al sur del Lima donde siempre se luchó por pertenecer a un
estatus social admirable sin importar el lugar donde se radicaba, vi como familias
se derribaban por la muerte de uno de los padres y como los hijos adolescentes se
perdían en el mundo de la delincuencia, esto aumentaba cada vez con el pasar de
los años , el entorno se volvió tenso; la discriminación aumentaba , la situación
económica era siempre el tema de la delincuencia
El crimen organizado no solamente causa graves daños a personas y familias, sino
que representa un tremendo escollo que dificulta el desarrollo económico y social
del país. […].Por estas razones fundamentales es urgente y necesario que el
Congreso de la República debata al más breve plazo posible el proyecto de Ley
contra el crimen organizado enviado por el Ejecutivo, incluyendo además otros
instrumentos legales que permitan a la Policía Nacional, el Ministerio Público y
Poder Judicial actuar con mayor eficacia
¿Qué les está pasando a los jóvenes?
LAURA RUIZ CAMPILLO
Como sociedad que somos todos, deberíamos plantearnos cuáles son las causas
de que esto suceda. ¿Son las nuevas tecnologías, es la falta de valores o es la falta
de autoridad de los adultos? Lo que está claro es que entre todos deberíamos
buscar soluciones, ya que si la juventud es el futuro, ¿qué futuro nos
espera?— Laura Ruiz Campillo. Alcorcón (Madrid).
Cómo resolver el problema de la delincuencia juvenil
El pandillaje es un problema inquietante y creciente
Por César Ortiz Anderson
En el Perú, el fenómeno empezó como "barras bravas" en los diversos estados del país;
jóvenes que realizaban violencia pintarrajeados o con las caras cubiertas dentro y fuera
de estos recintos.
A principios de los noventa el accionar del pandillaje juvenil era cada vez más notorio
en los Asentamientos Humanos y Zonas Marginales de la ciudad. Rápidamente
aparecieron grupos de pandillas en barrios populosos y otros distritos.
Su Modus Operandi es pintarse las caras o cubrirlas con algún trapo; van premunidos de
armas punzo cortantes, palos o piedras, incluso algunas pandillas hacen uso de armas de
fuego de calibre corto.
Actúan generalmente bajo los efectos del alcohol o algún tipo de drogas y sus días
preferidos son los fines de semana donde salen a "guerrear", hacer violencia o delitos en
diferentes calles de la ciudad.
Los líderes de estas pandillas vienen de hogares con serios problemas de integración
donde la violencia familiar es algo común; además el sentimiento de exclusión en estos
líderes y en el resto de los jóvenes que integran las pandillas es común.
No han faltado los estudios e investigaciones sobre tan delicado tema, sin que
tengan concordancia con la responsabilidad que nos cabe a los mayores por la
delincuencia juvenil que debe ser analizada desde diferentes ángulos,
empezando por sus hogares, sitios de residencia y establecimientos
educativos. No olvidemos que el menor delincuente empieza a formarse
muchas veces desde sus propios hogares, puesto que son sus padres, hermanos
o tíos, quienes les dan mal ejemplo o los han inducido por los caminos de la
drogadicción y la prostitución.