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Estudio de
caso en el sector terciario.
SINOPSIS
ACERCAMIENTO AL PROBLEMA
La discapacidad y el discapacitado
“[…] ante el código b21002 podemos decir que corresponde a la escala de funciones
corporales (b), dentro del capítulo de funciones sensoriales y dolor (b2), en la categoría de
funciones visuales (b210), en la subcategoría de funciones de la agudeza visual (b2100) y,
concretamente, nos señala que se trata de la «agudeza binocular a corta distancia» (que nos
indica el «2» final)” (Egea García & Sarabia Sánchez, 2001, pág. 26)
Así pues, desde la sociología resulta muy interesante analizar las posturas no médicas de la
relación del cuerpo con su ambiente (dentro de lo que podemos acoger el trabajo como uno
de ellos), permitiendo al mismo tiempo corroborar la afectación de la discapacidad sobre los
sistemas en los que el individuo está inmerso. En este sentido, la discapacidad como hecho
físico es solamente una atrofia del cuerpo humano que le impide desenvolverse dentro del
100% de sus potencialidades. Entonces, podría decirse que en el sentido biológico la
diferenciación entre la enfermedad o condición discapacitante y la incapacitante, refiere
solo a la temporalidad con la que cada una tiene efectos sobre el cuerpo, siendo la primera
permanente y la segunda transitoria. No obstante, la condición de discapacidad es ante todo
una categoría otorgada socialmente frente a la relación de un cuerpo con otros cuerpos
dentro del mismo entorno; de esta manera, una sociedad donde la normalidad del
funcionamiento corporal incluyera, por ejemplo, una complicación motriz específica, dejaría
con el tiempo de considerar la misma como una condición disfuncional del cuerpo
asimilándola en el marco de lo normalizado. Pero otros problemas del cuerpo (por ejemplo,
la ceguera) que resultasen poco comunes, serían clasificados por dicha sociedad como
anormales para la relación con el ambiente y por consiguiente, discapacitantes.
De esta manera, la persona con una condición corporal definida dentro del esquema de
discapacidades, puede optar por una de dos reacciones para el ajuste psíquico de su cuerpo
a la realidad de su relación con el entorno. Por un lado, puede escoger adaptarse al rol
socialmente asignado, con lo que deberá aprender lo que significa ser discapacitado no
solamente en el sentido de sus limitaciones corporales, sino también de la convivencia con
los individuos no discapacitados; en contraste, de otra parte, puede decidir no asumir el rol,
lo cual implicará desafiar el esquema social de aparatos al servicio del discapacitado (las
deferencias y oportunidades preferenciales a causa de su condición médica) y plantearse
retos igualadores con las posibilidades corporales de los no discapacitados. Sin embargo, las
dos rutas planteadas no implican necesariamente desconocer o afirmar la realidad del
cuerpo en el sentido médico, así, quien opta por la desviación del rol puede reconocer que
sufre una discapacidad (y llamarse a sí mismo discapacitado) pero no estar dispuesto a
aceptar discriminaciones positivas o negativas por la misma, mientras quien opta por asumir
el rol, puede simplemente acomodarse a lo que se le establece en aquel, incluso sin saberse
discapacitado (en el sentido médico).
Ahora bien, cuando agregamos a la condición de discapacidad el requerimiento corporal de
subsistencia, nos encontramos frente a una situación singular en la que la producción de los
medios de vida pasa por una situación de segregación, retomemos pues la concepción
marxiana del trabajo, donde el autor nos permite dar un primer vistazo a la ligazón entre lo
corpóreo y la producción:
“Podemos distinguir los hombres de los animales por la conciencia, por la religión o por lo
que se quiera. Pero los hombres mismos comienzan a ver la diferencia entre ellos y los
animales tan pronto comienzan a producir sus medios de vida, paso éste que se halla
condicionado por su organización corpórea. Al producir sus medios de vida, el hombre
produce indirectamente su propia vida material” (Marx, 2006)
Empero, no todas las discapacidades tienen las mismas formas de relacionarse, pues estas
se encuentran condicionadas por las limitaciones que padecen. Es así que, dentro del grupo
de discapacidades, la discapacidad intelectual constituye la de mayor atención y estudios,
así mismo con mayor variación en su conceptualización y definición. Pues, la discapacidad
intelectual definida por el DSM V (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders,
2013) es entendida como un trastorno del neurodesarrollo que implica un déficit en: el
razonamiento, funciones ejecutivas, aprendizajes ya sean académicos y de la propia
experiencia. Así mismo, problemas en el funcionamiento adaptativo en relación al contexto
que limitan las actividades diarias tales como la participación, la vida independiente, en
varios lugares donde se relacione. Sin embargo, la OMS la asume de la como un trastorno
definido por la presencia de un desarrollo mental incompleto o detenido, que puede
producirse con o sin cualquier otro trastorno físico o mental y está caracterizado por el
impedimento de habilidades e inteligencia en áreas tales como: cognitivas, lenguaje, y
habilidades sociales y motorices. Incluye a población infantil, juvenil, adulta y mayor. Por su
parte la CIF (Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud
2001) la establece no como una enfermedad ni consecuencia de un neurodesarrollo o
consecuencia física o psicológica, sino como un problema en el funcionamiento de la
persona en su conjunto. Organizada en dos factores que determinan la discapacidad. La
primera hace referencia al funcionamiento y discapacidad que incluye el cuerpo como una
relación de funcionamiento corporal y la relación estructural del cuerpo, y un componente
de participación relacionado con el funcionamiento tanto desde una perspectiva individual
como en su conjunto social. La segunda representa los factores contextuales que
circunscribe los aspectos ambientales y aspectos personales. Así pues, esta afecta a 5 de
cada 1.000 personas, es decir el 5% de la población mundial tiene algún tipo de discapacidad
intelectual. Aunque en Colombia la cifra es …. Y en Bogotá la cifra es d representa un amplio
panorama de personas que padecen esta afección (Mercado & García, 2010).
Aunque esta no resulte una tarea sencilla, pues se encuentra atravesado por valores sociales
e intereses económicos, así como el imaginario que se ha construido de esta población que
limitan el acceso de ellos a centros de empleo y compañías bajo el imaginario de baja
productividad, entre otras. De forma que para romper estas barreras que obstaculizan la
plena integración es necesario un cambio estructural, que en parte se posibilita desde la
productividad económica. Pero hace falta más apoyo Estatal y compromiso por parte de las
empresas, instituciones de formación, así como organizaciones que trabajan con esta
población.
Contexto a trabajar
La fundación Best Buddies es una organización internacional con sede más de 50 países
alrededor del mundo, cuyo objetivo se centra en la integración social de personas con
discapacidad intelectual (Amigo del Alma). Para ello cuenta con dos ejes sobre los que
sustenta su accionar social. El primero consiste en la integración social y voluntariado que
consiste en generar espacios para el desarrollo en habilidades sociales a través una plena
integración con la construcción de relaciones de amistades uno a uno. El segundo radica en
la búsqueda de la integración laboral en un programa denominado oportunidad laboral, que
actualmente cuenta con más de 596 participantes laborando en 62 empresas en 35
ciudades y municipios de Colombia. Este programa se centra en el modelo de Empleo con
Apoyo que se orienta en la inclusión en espacios normalizados. Ortiz y Vidal (2010) lo
definen como una “estrategia para ayudar a personas con discapacidades importantes
(físicas, intelectuales, psíquicas, sensoriales y ocultas) a acceder, por elección propia, a un
empleo real en un entorno integrado y con apoyos apropiados, con el fin de que pasen a ser
ciudadanos económica y socialmente activos dentro del propio ámbito local” (p.119). que
busca la plena integración y el mantenimiento autónomo en el puesto de trabajo, así como
independencia económica.
Por otro lado, la filial de Bogotá cuenta con más de 135 Amigos del alma laborando en más
de 19 empresas las cuales de ellas se concentran principalmente en el sector terciario. Pues
cuenta con más de 85 personas empleadas en el sector servicios donde “la producción y el
consumo de un servicio ocurren simultáneamente; existe una interacción directa entre el
productor del servicio y del consumidor; tienen una elevada intensidad laboral debido a que
existen importantes limitaciones de sustituir la mano de obra por capital y tecnología; son
intangibles; son perecederos y no pueden almacenarse; son intransferibles, y las
posibilidades de estandarización y división son limitadas” (p.24). Así mismo las dinámicas
propias del sector se encuentran determinados por las pautas de consumo, cambios
tecnológicos, por lo que hace que este sector se transforme más rápidamente que cualquier
otro sector. Además, las dinámicas propias del sector y de algunas de las actividades de los
servicios tienen las barreras de entrada más bajas de todas las ramas de actividad, debido a
bajos o nulos requisitos de capital, tierra, tecnología y capital humano, por lo que pueden
servir de refugio de una fuerza laboral que no encuentra empleo en actividades más
productivas y mejor remuneradas (Weller, 2001).
Así pues, se debe resaltar la heterogeneidad de este sector que se dilatan con las nuevas
tendencias del mercado. Por ende, debe ser definido específicamente según las condiciones
de la rama del sector a la que pertenece. Por lo tanto, para los intereses investigativos del
presente trabajo se define el sector comercio; donde las dinámicas del proceso productivo
se entrelazan con los objetivos del presente trabajo, enfocados en el comercio de alimentos
en Juan Valdez que la fundación tiene convenio y tiene la participación de más de 10
jóvenes en estos procesos, sin mencionar que ha sido un aliado estratégico para la inclusión
y visibilización del programa en Colombia (Best Buddies, 2017).
Pregunta problema
Justificación
El trabajo como actividad productiva constituye una actividad necesaria y significativa para
toda persona, pues esta activad económica proporciona autonomía y favorece
significativamente el mejoramiento de la calidad de vida. Empero, el acceso al trabajo en el
actual mercado laboral propone retos para cualquier persona, aún más si se tiene alguna
discapacidad. Pues este grupo de personas vulnerable y numeroso se mantienen en
conocidas condiciones de exclusión, dadas las condiciones del mercado y la estructura
laboral, como confirman la OIT (2004) y por el Colectivo IOÉ de Barcelona (1998, 2003). Es
por ello que la inserción al mundo laboral de las personas con discapacidad se ha
constituido como un paso prioritario para la inclusión social de las mismas, esta es una
lucha que se ha dado tanto a nivel nacional como internacional, ya que responde a las
necesidades de la sociedad actuales, donde se reconocen los derechos de las personas y se
promueve la integración desde la educación y la participación social.
Por ello, la inserción socio-laboral se propone como un engranaje preponderante en la
configuración en contra la discriminación y para superar círculos viciosos de la pobreza, con
la que a menudo se vincula la discapacidad intelectual, aún más en Colombia, donde según
el DANE (2015) 54.516 persona con discapacidad intelectual se encuentran entre los
estratos 1, 2 y 3, y la mayoría de ellas en edades de trabajar. Por lo tanto, presentar el
problema de la inserción laboral de las personas con discapacidad intelectual que no es un
tema nuevo, pero, sí muy poco estudiado en Colombia (Beltrán, Anaya, 2013).
Así mismo, las relaciones que se entretejen dentro del ambiente laboral representan un
indicador para el mantenimiento y la plena inserción de las personas con discapacidad en
entornos normalizados. Igualmente, estas representan un indicador de los procesos de
autonomía y de calidad de vida de esta población. Que en sí misma representan cambios
significativos en los entornos familiares y sociales. Donde en primera medida rompe el
imaginario construido alrededor de la discapacidad intelectual y representan un cambio en
el paradigma de la concepción de la discapacidad relacionado con temas laborales. También
representa una nueva exigencia a nivel jurídico y Estatal que promuevan la inserción laboral,
pues deja de ser un tema aislado y pasa a ser un tema de debate político. En segunda
instancia un cambio en la economía familiar y mejoramiento de la calidad de vida pues la
independencia económica provee estabilidad financiera en el núcleo familiar, pues ya el
joven no es dependiente de los recursos familiares, sino que se vuelve un proveedor más.
Por otro lado, entendiendo que nos encontramos dentro de un sistema social y
gubernamental que procura reconocer y garantizar cada vez más los derechos de cada
grupo que haga parte de su población, o al menos que pretende evidenciar el interés por
hacerlo, es de vital importancia ubicar el foco hacia este cúmulo de personas que tienen
algún tipo de limitación y que se enfrentan a grandes y fuertes barreras para su inserción al
mercado laboral y de esta manera iniciar justamente con el reconocimiento de sus
capacidad en este campo para que progresivamente se brinden oportunidades no
solamente de acceso, sino de integración y permanencia en el mismo.