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gel- fl Phomme n'est qu'un roseau le plus fa ble dela nature, mais c’est un reseau pensan Il ne faut pas que Vunivers entier s'arme po Tecraser. Une vapeur, une goute d’eap suff pour le tuwer. Mais quand Vunivers Vecraserai Vhomme serait encore plus noble que ce qui tue; parce qwil sait qgwil meurt, et Vavanta, que Vunivers dé sur lui; I’ univers n’en sait rie Ainsi toute notre dignité consiste dans pensée. C’est lé qu'il nous faut relever nom Pespace et le principe de la morale. Pascal, Pensées Si algtin hombre, dentro los modernos y contem- poraneos, tenia pleno derecho para hacer suyos esios pensamientos de Pascal, indudablemente ese hombre fue el fildsofo de Rockten, Federico Nietzsche. El ge- nial maestro de Port-Royal, habia dicho: “El hombre no es mds que un junco, el mas débil de la naturale. za, pero es un junco que piensa. No es ne el universo entero se arme para aplastarlo | I AMARARVAVAKRKRRARKRARARARAKRAARARAARRARARARR 9556544646455 464648SS54S5464H4H4H4SSS Y la ventaja que el universo tiene sobre él, el uni- verso no la conoce” Postulado del que Pascal muy consecuentemente deduce: “Toda la dignidad del hombre, todo su méri lo y todo su deber consiste en pensar como es debido. He aqui el principio de la moral”. Y si reiteramos que fue Federico Nietzsche quien tuvo mas derecho a inscribir estas sentencias leza de su b Origen de la Tragedia” de la dignidad del pensamiento por encima de tedo lo humano, lo demasiado’ humano, que hubo en su com- batid. ‘Sin conocer 18 Vidal HMAGS NGUSEHE) vida que mas que en sus acuciosos bidgrafos esta revelada en su Epistolario, es imposible, 0 poco menos, comprender realmente su filosofia. Le nozian de el hombre se desnuda, llamado por Halev es sdlo entonces que uno Ilega a explicarse é de algunos de sus libros desconcertantes; pa- ra el que no esta enterado de su vida ellos son incom- prensibles, de una terminologia tan propia suya, que es preciso estar iniciado, como ocurre en “El Origen de la Tragedia”, “Humano, demasiado humano”, y en «tl mismo Y Gerathustra Respecto este terreno de las confidencias , de la profundidad del togndsico iti de comprensién, con spi- , sus cartas, aquellas don- seau, porque Nietzsche, con ser el apostol del Hamado por él inmoralismo, en su vida intima, en su conduc- ta personal, en esencialmen- te, en el fondo de su caracter de lo que po- 5 — 120 — dria creerse p or la audacia de algunos de sus Iiites fee volucfenarios, como “Mas alla del " 7 , de una vide una vida, desde el pun- iritu, realmente heroica e; de un combate apostolar, evan- élico.y agonico, por la cultura, para alee al ps tal como él la entendia, y que no encontrara en filisteismo de la Alemania y en general de la Bin - a de su tiempo. Como observa Spengler (2), no es que Nietzsche fuese un predicador de la “inmoralidad”; que auspi- ciase las guerras de rapifia internacional; el robo; el asesinato, todo, en suma, lo que, segtin nuestra nioral tradicional —la moral cristiana se considera como inmoral, sino que moral de la sineeridad, de la pureza individual, de !a conducta noble; una moral aristocratica, 0, para decir- lo con sus propias palabras, “la moral de los sefiores” Sefiores no por el rango social que ocupan, sino por fa calidad del espiritu; y abomina de lo que Hama “la moral de los siervos”, de la humillacién, la hipocre- sia, todo lo que, infrahumano, tiene hoy el “hombre de rebafio tes por su voluntad tragica—, de los sanos, de los alti- vos, de todas aquellas virtudes que hicieron grandes a los griegos: el orgullo, la dignidad, la austera grande- za de alma, que encontramos en tipos como Heraclito, por ejemplo; en los grandes estoicos, como Zendn de Elea; en los representativos del espiritu romano, como Coroliano, o Julio César; en cuantos si tuvieron el va- lor aristocratico del sacrificio heroico, tuvieron también Ja voluntad de lo mejor, lo que Nietzsche Hama volun- tad de potencia. : No es que hubiese sido un cesarista, entendiendo el término en el sentido de la jerga totalitaria, como, con Ia’ voz ahora canonizada. dirfamos. sino que, al re- zi rre- le ser un siervo de uiere que cada cual deje — 121 — si propio, de su infrahumanidad conciencial, y luche por descubrirse, por conquistar su propia libertad. Pa- ra decirlo graficamente Nietzsche quiere que el hom- bre deje de ser un vasallo de su inferioridad animica y aspire a ser un Julio César de si mismo. Es en este sentido que se debe com Ja prédica de Zarathus- a y su evangelio del mbre; no en el sentido 1 condottiera calabrés, del hombre de presa, del lo- humano, del desapoderado conquistador de pueblos, mo, erréneamente, se Jo ha interpretado. En trataén- dose del mismo Napoleén, cuyo genial talento admira, no vacila —palabras suyas son— en reconocer sus par- tes de “monstruo”. En carta a Hipélito Taine, refi- riéndose a Ja magistral psicologia que del Corso habia trazado el fildsofo francés en “Los Origenes de Ja Fran- cia Contempordnea”, donde Taine Hama a Napoledn “el gorila librico”, dicele “que le agradece porque le ha aclarado y dado solucién al inmenso problema de monstruo y superhombre”. Bonaparte, para Taine, por su inteligencia, fue, indiscutiblemente, genial; pero por su moral, tipo del condottiero italiano. Eso es lo que sintetiza Nietzsche al aludir al problema de monstruo y saperhombre. Mas, como deciamos, si la comprensién de algu- nos libros de Nietzsche, como “el Origen de la Trage- dia”, es harto dificil y en los de sentencias y juicios se constatan numerosas y radicales contradicciones, que abisman al lector en la confusion, y en muchos pasajes, por la complejidad del pensamiento, su espiritu es tan alambicado, como, en castellano, nos resulta el de Gra- cian (al que en muchos aspectos se asemeja); en sus cartas intimas emplea un Jenguaje sencillo, de pureza y elegancia cristalinas; y es alli donde la nobleza de su espiritu se revela. Al revés de lo que podria espe- varse del autor de la voluniad de dominio (3), a las claras la esencial, la fundamental bondad de u acter le y cordial, que Mega a ser humilds te bondad realmente equ rable a la de aquel Poverello de quien se ha dich ws, TOD sere : 4 Snodia viv > que podia vivir una semana entera alimentandose con el canto de una cigarra”: Francisco de Asis... Asi, en la carta con que se inicia el Hpistolario, dirigida a su madre y a su hermana, desde Pforta, sep- tiembre de 1863, en acapite sin demonismo alguno, Jes dice: “Nada me ha sucedido estos dias. Yo esperaba que en el curso de Ja pasada semana habia de acaecer- me una serie de los mas diversos y lindos aconteci- mientos; pero aquello ha transeurrido lentamenie y sélo me ha traido una carta por la que me enteré de que tedavia os acordais de mi y de que mi ropa blan- ca debia estar sucia, cosa que era extrafiamente cierta”. Nietzsche tenia(@L RAR Me Ia aratata A propé: to de este sentimiento, en carta de Nomburg y Leinsig, enero de 1886, le dice a su gran amigo y condiscipulo de colegio (que después Hegé a ser el notable autor de un libro sobre el culto érfico en Grecia, Psique; Erwin Rhode): “Aquellos hombres que se han acostumbrado a sentirse solitarios; que considerando con fria mirada los lazos sociales y de camaraderia, han visto los incon- sistentes hilos que enlazan al hombre, hilos tan ende- bles, que basta un hélito de viento para hacerles desa- parecer, aquellos, que, ademas, tienen la prudencia de evitar que les convierta en solitarios la llama del genio, iiama de cuyo circulo luminoso todo huye porque todo a su luz aparece desprovisto de sentido, vanidoso, se: co, y con ritmo de danza macabra; aquellos tambi a quienes une determinada idiosincrasia o una ra mezcla de deseos, talentos y anhelos, han Ilevado a la soledad; todos éstos saben “qué milagro incomprensi- ble elevado” es un amigo, y si son iddlatras, tendran que elevar ante todo un altar al “desconocido Dios” que cred el amigo”. “Tengo aqui —agrega— ocasién de observar de cerca los ingredientes de que se compone una vida f liz de familia y veo que no hay comparacién posible en altura entre ella y la amistad. Lo mas cuotidiano y lo mds trivial iluminados por Ja sensacién cémoda- mente indiferente del traje de casa —tal es la dicha — 123 — SHSSSHSSSSHSAEHASHHEASSSSHHSSHAHAHASHANGS’ |

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