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Foto: Istock
FUENTE: SEMANA ECONÓMICA
07 mayo 2019
Las modificaciones normativas que se plantean el Congreso sobre el sistema
arbitral, lejos de generar mayor transparencia, elevarían sus costos y
desincentivarían la participación de árbitros. Los centros de arbitraje tienen un
espacio para tomar medidas concretas y prevenir actos de corrupción.
El caso Lava Jato evidenció la susceptibilidad del arbitraje en el Perú, que
actualmente es considerado como un mecanismo eficiente para resolver
conflictos, alternativo al sobrecargado Poder Judicial. “Tenemos
aproximadamente 600 arbitrajes con el Estado en trámite. Solo en el 2018
ingresaron 342 arbitrajes bajo la Ley de contrataciones”, indicó Silvia Rodríguez,
secretaria general de arbitraje del Centro de análisis y resolución de
conflictos de la PUCP. Según IDL Reporteros, entre el 2003 y el
2016, Odebrecht le habría ganado al Estado más de US$200 millones en 35 de
42 arbitrajes. Horacio Cánepa, exárbitro investigado por lavado de activos,
habría fallado a favor de la empresa en 17 laudos. De acuerdo con las últimas
declaraciones de Jorge Barata, Cánepa, además de contar con un pago fijo,
habría cobrado un porcentaje por cada laudo favorable a la empresa brasileña.
En marzo se presentaron a la Comisión de Justicia del Congreso dos
proyectos de ley que buscan fomentar la transparencia en el sistema
arbitral. Uno busca incluir el delito de prevaricato para árbitros. El otro pretende
modificar la Ley de arbitraje en cuanto a criterios de designación de árbitros y a
la anulación de laudos. Especialistas consultados
por SEMANAeconómica coinciden en que éstos no reducirán las fisuras del
sistema arbitral.
¿LOS ÁRBITROS PUEDEN PREVARICAR?
El proyecto de ley presentado por la congresista Rosa Maria Bartra busca
modificar el Código Penal para incluir a los árbitros en el delito de
prevaricato, es decir, la emisión de una resolución contraria a ley. Ya no sólo el
juez y el fiscal —como ocurre actualmente— podrían cometer este delito, sino
también los árbitros. Así, si éstos emiten un laudo contrario a ley o utilizan
pruebas inexistentes, podrían enfrentar hasta cinco años de prisión.
Pese a que otros países como Brasil y Paraguay ya cuentan con dicha
tipificación, fuentes consultadas se muestran en contra de la propuesta. “Si se
incluye el delito de prevaricato, ninguna persona seria y capacitada va a querer
asumir el riesgo. Los honorarios arbitrales se incrementarían porque el árbitro
podrá someterse a denuncias”, aseguró Álvaro Aguilar, secretario general de
la Cámara de Comercio Americana del Perú (Amcham).
La naturaleza del prevaricato es sancionar al juez porque éste es nombrado por
el Estado con un sistema de designación distinto al árbitro, cuya elección se basa
en la confianza de las partes. Si se incluye este delito para los árbitros, el control
del laudo finalmente lo tendrá el juez penal, porque es fácil armar un caso de
prevaricato si no se está de acuerdo con el criterio del árbitro, comentó Daniel
Linares, socio del estudio Linares.