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Introduccion a la neurociencia cognitiva eurociencia cognitiva gia y técnicas 1 2, 3, nizacién del sist so 4 5, conectividad funcional SECCION | [Gd Resumen conceptual 7 La relacién entre La mente y el Srgano que la produce es uno de los desafios mas grandiesos del conocimiento humane. La pregunta nuclear seria: .cémo es posible que acontecimientos meramente fisicos ~cisparos neurona- les, reacciones q icas, et. en un sistema material como el cerebro, constituido por atomos ordinarios, causen ‘experiencias subjetivas? {Cémo de un conjunto de células emerge un estado mental o, incluso, un «yo» unficado? Para la ciencia, un planteamiento de este calado flosstico debe parcializarse en cuestiones mas especificas abor- dables de forma objetiva y experimental. La fértil convergencia de la psicologia cognitiva, que estudia las funciones ‘mentales superiores, y la neuracienci ue estudia el sistema nervioso que las hace posible, ayuda a encontrar las, primeras respuestas desde una aproximacién multidisciplinar. El nuovo enfoque de la neuraciencia cognitiva va mas alla de la mera suma de ambos campos y, gracias sobre todo a los avances revolucionarios de las técnicas de neu- roimagen y otras, est4 dando pasos de gigante en la comprensién de las funciones mentales y su conexién con el sistema cerebral que las causa. 7 En este capitule se pasa revista a los principales hitos que, a lo largo de la historia, han sefialado el camino en la basqueda constante de esas respuestas. Se revisaré la concepcién que se tenia del cerebro y de sus funciones ‘durante ta Edad Antigua y la Edad Medi asi como los avances anatémicos yfisiolégicos que ocurrieran en el Re- rhacimiento y en siglos posteriores. Se abordarsn el descubrimiento de la welectricidad animal» durante la Edad Moderna y los debates del siglo xx sobre la corteza cerebral y sus funciones. Ya en el siglo Xt, se trataré con mas, detenimiento la figura de Ramén y Cajal y su gigantesca contribucién a la comprensién del sistema nervioso y de ‘su unidad fundamental, a neurona, que dio paso a la identificacién de los primeros circuitos neuronales. 7 Los dltimos apartados del capitulo se reservan para tratar los principios de \a neurociencia cognitiva, asentados en la mutua dependencia entre la psicologia cognitiva y las ciencias del cerebro: de qué manera ambas disciplinas se integran y se necesitan de manera complementaria y no excluyente; cémo el estudio del cerebro arroja luz sobre la naturaleza de tas funciones mentales, y como la psicologia cognitiva, a su vez, quia y ayuda a entender los hallazgos de la neurociencia, [© obietivos de aprendizaje * Definir el problema principal en ta relacién mente-cerebro. * Conocer ta evolucién histérica del estudio del cerebro y el sistema nervioso, | + Entender (a importancia de los estudios que ejercieron mayor impacto en el conocimiento neurecientific de cade epoca. * Describir los principales niveles de andlisis de la neurociencia cognitva * Comprender cémo la psicologia cognitiva y a neuraciencia se necesitan mutuamente. ‘+ Analizar el papel de los dltimos avances en el progreso de la neurociencia cognitiva, | EL PROBLEMA DE LA RELACION MENTE-CEREBRO Se estard de acuerdo en que una piedra que rueda por el monte, ladera abajo, no tiene ni pizca de psiquismo; se mueve, perocarece de comportamiento, en el sentido estricto y psico ligico del término. Es un objeto, un conjunto de moléculas que sigue de forma cioga la accién de la gravedad, y no se adivina «intencién» en su movimiento, ni el menor rastro de luna subjetividad que sienta, que quiera algo o (mucho menos) que piense. Tampoco en un muelle, aunque el movimientosea propio y provenga de su interior. No se concederd intenci6n a ‘Seccién|. Introduccién a la neureciencia cognitiva un girasol cuando sigue al sol no parece que «desee ir tras s6lo es un impersonal automatismo fotoquimico, similar a tuna reaccién quimica en el tubo de ensayo. gqué pasa con tuna cucaracha?, {le reconocemos «intencidn de huir del fuego o de nuestra sombra?, zalesea» escapar esta campeona dd la velocidad ~unos 350 krv/hora en muestra escals~?, {8¢ atisba un deseo en esa urgente y apresurada conducta de hhuida? Algsin «psiquismo» ~entre comillas- debe poseer que no tiene la piedra o el girasol ‘Siente dolor un pez? Losinvestigadores no acaban de po nerse de acuerdo, al menos en la forma en que lo sentimos usted y yo ~aungue, bien dicho, su dolor sélo lo supongo. Desde luego, un perro sf experimenta dolor, a juzgar por sus aullidos habra de concluirse que, sino siente dafo, lo simula ‘magistralmente: jhabria que darle un Oscar a la mejor inter- pretacién del mundo! En el siglo XVI, Descartes estaba con: vencido de que los animales eran simples autématas hechos de carne y hueso. Un cruel contemporneo suyo, el Padre Malebranche, fue mas alld y sostuvo que «los animales comen sin placer, lloran sin dolor, erecen sin saberlo; nada desean, nada temen, nada conocen». Perpetxéimpasible toda clase de salvajadas a perros y gatos ya que, «al carecer de alma», no podian sentir emociones reales y sus muestra de suftimiento \inicamente eran movimientos mecéinicos y vacios, pura apa- riencia. Hoy nadie defenderia esta descabellada hipstesis y, afortunadamente, es obligatorio el uso de anestesia en los protocolos de experimentacin animal Tal como se verd en el capitulo 29, un chimpancé se auto rreconoce frente a un espejo, algo que el perro no hace, pero vive anclado en el «aquf y ahora». Los chimpancés tienen ex presiones cullurales yson capaces de utilizar herramientas (p. i. palitos para capturar termitas); sin embargo, dan escasas ‘muuestras de elaborar planes para més alla de unos minutos: ruunca se los ha sorprendido preparando y juntando palitos para uso futuro, Tampoco esté claro si pueden inferir mentes en los demas: no hay evidencia de que los individuos expertos censefien intencionadamente a otros inexpertos, o traten de ‘modo distinto alos ignorantes que a los expertos. Tampoco hhay evidencia de que sepan que los seres humanos «ven con Jos ojos: los experimentos de Fovinelli muestran a chimpancés pidiendo comida tanto‘ seres humanos «invidentes» (con los ‘9j0s tapados) como a videntes. Esta dificultad en inferr esta- «dos mentales en los demas es lamativa si se compara al chim- ppancé con el Homo sapiens: el ser humano tiene una asom ‘rosa facilidad ~y predisposicién— para otorgar psiquismo incluso a objetos que carecen de él. Basta observar en una pantalla aun circulo moverse detrés de un cuadrado, para que inmediatamente lo percibamos en términos mentalistas: el persigue» con «insistencia» al cuadrado, como si tu viera «intencién» de alcanzarlo.¥ sabemos que no hay psi quismo por ninggin lado, s6lo 15 lineas de cédigo en VisualBa- sic. Quiz sea el mismo mecanismo que lleva alos hombres 2 creer en los dioses de las montafias o en el Espiritu Santo. Pero, es necesario detenerse un momento. Nos hemos per dlido algo en este recorrido de la piedra al Homo sapiens. El ppednusco estaba hecho de ciegas moléculas fisicas», no cabia esperar nada extraondinario, Acaso las moléculas de la cuca racha, o las mias, son distntas y menos ciegas?, llevan incor- porado algiin misteriaso componente del que emanan la con: duct, las sensaciones la conciencia? Pues no la ciencia dice «que estén hochas de dtomos corrientes y molientes, los mis- mos que exsten en el resto del univers, es decir, os dela tabla periéica. Asi que el desafio es grandioso porque, en palabras de lsfo californian John Searte (2000 p. 37-28) “Toda nuestra vida mental esti causada por la conducta de reuronas y todo Jo que éstas hacen es incrementar © decre- rmentar sus tsas de dispares.[..] El problema es éste: emo es posible que cisparos neuronales fsicos,objetivos,cuantita tivamente deseribibls,causen experienias cualtatvas, pri vada, subjtivas?» En realidad, esta pregunta esencial, en distintas variantes, es la que se ha formilado la humanidad desde el principio de ls tiempos y ocupa el niceo del dlema rmente-cuerpo 0, mas concretamente, mente-cerebro. Dicho de forma breve: jcdmo el cerebro crea una mente, 0 inciuso tuna simple sensacin?, 2odmo se pasa de la electroquimica al sentimiento? Problema mente-cerebro: el filésofo John Searte lo plantea asi: «{Cémo es posible que disparos neuro- nales fisicos, objetivos, cuantitatnamente describi- bles, causen experiencias cualitativas, privadas y subjetivas?» §§ PERSPECTIVA HISTORICA DE LA NEUROCIENCIA COGNITIVA El primer documento escrito en el que aparece nombrado 1 6rgano del cerebro fue el Papiro Quinirgico de Edwin Smith, asi llamado en honor a su descubridor. Corresponde a un pa- piro egipcio de aproximadamente el ato 1700 antes de la era Cristiana, el que, a su vez, probablemente se basaba en un texto del 3000 a.C. (Fig. 1-1), Parece que los antiguos egipcios ‘no concedian ninguna importancia al cerebro, ya que al pre- parar las momias lo extrafan por la nariz y lo desechaban, mientras que conservaban con mimo otros érganos internos que debian acompafar a su duefio en la otra vida (v. Material ‘web. Animaciones y videos. Historia del cerebro: Historia del cerebro: del antiguo Egipto a Galen), El cerebro en la Edad Antigua y la Edad Media Ena actualidad es obvio que la mente reside en el cerebro, ‘pero esto no fue siempre asi. En la Grecia Antigua, Arst6teles (384-322 a.C) (Fig. 1-2) crefa que un érgano tan inmévil, gra siento y escaso de sangre en cadéveres- era précticamente inti Lo consideraba una flema sobrante que a veces se fitraba hacia las fosas nasales.en forma de moco, y que s6lo seria para rofrigear la sangre, una especie de radiador natural. Juzgaba ids légico atribuir al corazén el origen de la funcién mental: ‘ocupa un lugar central en el cuerpo, se mueve, esta caliente, ccontiene sangre, y si se detiene cesa la vida y toda actividad animica. Esta concepci6n cardiocéntrica conto con algunos par- tidarios hasta bien entrado el siglo XVI y quedan reminiscen- «das de ella en la etimologia de palabras como «corduras, «re- condar, «recuerdo», ee, cuyaraiz latina es cor (corazé ‘Sin embargo, no todos los autores lisicos compartian esta explicacin cardiocéntrica. De forma paralela, una nueva err mee Fee

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