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Agustín Guimerá.
Madrid, Abril 2000.
EXPLICACION DEL AUTOR
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Y todo lo anterior, a quienes conocen el Escul-
tismo, ¿a qué les suena? Tanto por la edad de los
componentes de aquella Peña como por su organiza-
ción interna, por sus actividades, por su espíritu...
¿hay algo más parecido al ideal de una Patrulla
Scout?
EN LOS SCOUTS
1961
Y a todo esto, estamos en 1961.
Hacia la Navidad del año anterior, 1960, media
docena de chicos de entre 13 y 14 años y en su ma-
yoría alumnos del colegio “Quisisana” de las Escuelas
Pías, habían decidido crear una Patrulla Scout, a la
que llamarían “Albatros”, integrada por José María de
Cobos Sisterne, Hernán García Díaz, los hermanos
Luis y Javier Martínez González-Palenzuela, Francis-
co Nóbrega Armas, José Alberto Pérez Quintero, An-
tonio Piñero Mena, Amalio Tejedor Salguero y alguno
más que no logro recordar. Ellos no lo sabían, pero lo
cierto es que estaban poniendo la primera piedra de
un sólido, hermoso y duradero edificio.
Durante varios meses desarrollaron ellos solos
actividades de tipo scout, pero sabían que si querían
que su iniciativa permaneciera necesitaban la inter-
vención de adultos y de personas con experiencia en
actividades de aire libre, por lo que se pusieron en
contacto con el Padre Enrique Villegas Trujillo, quien
también desde hacía unos meses tenía casi formada
una Manada de Lobatos en el Colegio, y le pidieron
su colaboración, indicándole al mismo tiempo la con-
veniencia de ponerse primeramente en contacto con
alguno de los miembros de la “Peña”, integrada en su
mayor parte por alumnos del último curso – PreUni-
versitario se llamaba -- del propio colegio.
Por otra parte, desde mediados del mes de
agosto se ha ido formando, también de forma espon-
tánea, otra Patrulla Scout, a la que sus fundadores
dieron el nombre de “Halcones”, e integrada por Ja-
vier Fernández de Villalta, Manuel Losada Cabrera,
Juan Antonio Muñoz-Reja, Ignacio Zerolo Sáez y José
Luis Zubieta Zárraga, entre otros.
El Padre Enrique contactó conmigo a primeros
de septiembre, me dio un par de colorines y revistas
en las que se decía alguna cosilla sobre los scouts y
me convenció para que asistiese con él a una reunión
que tendría lugar hacia mediados de mes. Reunión a
la que asistiría también Luis Martínez González-
Palenzuela, que en aquellos momentos era el Guía de
los “Albatros”, así como un montañero conocido suyo,
Javier Riquelme Soler, quien les había ayudado a for-
mar su Patrulla.
Efectivamente, la reunión tuvo lugar con la
asistencia de los cuatro citados, en el enorme caserón
de madera que las Escuelas Pías tenían por entonces
en la Rambla y donde se impartían las clases de Pri-
maria. El resultado es que allí se decidió dar vida al
Grupo Scout “Gran Tinerfe”, que sería dirigido por
Javier, mientras el Padre Enrique, además de ocupar-
se de la incipiente Manada de Lobatos, sería nuestro
Consiliario, y yo me haría cargo de la Tropa, de mo-
mento con las dos Patrullas citadas. Se determina
igualmente que el Grupo se distinguirá por un pañuelo
amarillo con cenefa negra. Por su parte, Luis Martí-
nez seguiría en su Patrulla, a la que sus miembros
decidieron cambiar el nombre por el de “Perdigueros”.
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Continuando con nuestra historia, la primera
reunión de la Tropa se celebró un sábado de finales
de septiembre en la sala de mi casa y a ella asistieron
una decena de muchachos. Yo estaba algo nervioso,
pues la verdad es que de escultismo no sabía prácti-
camente nada por aquél entonces y no tenía una idea
clara de lo que iba a decirles. Hacía poco que había
leído en alguna parte un artículo sobre la forma co-
rrecta de caminar por el campo y con esa tontería me
dio por empezar la reunión, mientras crecía dentro de
mí la sensación de que estaba haciendo el idiota.
Por suerte, a los pocos minutos alguien pre-
guntó algo acerca de las excursiones que podríamos
hacer y esa fue mi salvación: el resto de la reunión re-
sultó interesante para todos y terminó felizmente, des-
pués de establecer las bases de nuestra nueva Tropa
y de programar nuestra primera salida.
1962
1963
Llega 1963 y la presión de los propios padres
de nuestros scouts es tan grande que no podemos re-
trasar por más tiempo la definitiva consolidación de la
sección de Lobatos, que hasta entonces se ha limita-
do a realizar algunas actividades inconexas en el es-
caso tiempo libre del padre Enrique. Aunque durante
algo más de un año ha estado haciendo las funciones
de Akela el todavía scout José Víctor Afonso Perdomo
y, durante muchos meses, también ayudaron en la
Manada los asimismo scouts Javier Fernández de Vi-
llalta y José Alberto Pérez Quintero -- los tres de entre
los de más edad de la Tropa y los tres muy responsa-
bles --, lo cierto es que estos, además de no ser ni ac-
tuar propiamente como scouters, se veían obligados a
duplicar sus esfuerzos pues, además de las activida-
des de su unidad, incluso salían de excursión ellos so-
los con los Lobatos.
Por ello hemos de renunciar a Luis Martínez en
la Tropa, pues pasa a dirigir la Manada en calidad de
Luis Martínez, años más tarde y ya en funciones de Jefe de
Tropa Esculta, da cuenta de su almuerzo.
(Fotografía cedida por el Padre Fidencio Peña)
1964
El Grupo siguió su camino en 1964 sin más
novedades. Las actividades eran muy frecuentes y
creo que interesantes, tanto en la Manada como en la
Tropa. Lo que realmente nos faltaba era material de
todo tipo. Desde libros hasta bordones o escudos. Es
curioso que casi todas nuestras preocupaciones de
entonces se limitaban a esas pequeñas cosas; la lle-
gada de alguien con media docena de escudos de
Segunda Clase o de Insignias de Especialidad nos
alegraba enormemente y el problema era a quién se
les daban, pues la demanda superaba siempre a las
existencias.
Y de los libros… qué maravilla cuando alguien
traía un Escultismo para Muchachos, escrito por el
propio B.P., y que le había regalado una tía suya que
vino de visita de Caracas…, y qué locura cuando apa-
recía otro con un hasta entonces desconocido y en
parte ya anacrónico Sistema de Patrullas, que había
escrito un tal Roland Philipps… Sin olvidar el Manual
para el Jefe de Tropa o Roverismo hacia el Éxito,
también de B.P. ... Libros que contienen la esencia
del Movimiento Scout y a los que, a pesar de estar en
parte obsoletos, creo que supimos extraer el espíritu
y, por ejemplo, donde ponía caballo desbocado noso-
tros poníamos coche averiado … y el libro seguía
siendo igual de actual que cuando se escribió. Otro
libro muy útil fue el Pistas, escrito por una Patrulla
Hurones de los scouts católicos de Bélgica.
Me pregunto si seguirán siendo tan leídas y
admiradas esas obras hoy en día.
1965
Desde finales del año anterior se venía ges-
tando la creación del primer Comité de Grupo, nombre
que recibe el organismo de control y apoyo en el que
se integran los padres de los scouts, y que se consti-
tuiría finalmente a principios de este año 1965. El pri-
mer Comité de Grupo, al que desde ahora llamaré “de
Padres” o simplemente “Comité” para mejor compren-
sión, estaba integrado por Dña. Milagros Barajas de
Orozco, Dña. Josefa Yanes de Delgado, D. Sertorio
Delgado Rodríguez, D. Antonio Iboleón Zamorano, D.
Miguel Orozco Maffiotte, D. Juan Otón Vidal y D. Ale-
jandro Viota Hernández, bajo la presidencia de D.
Juan Fernández del Castillo Monje. Dicho Comité cier-
tamente resultó muy útil y colaboró intensamente con
los scouters en todas de las actividades del Grupo.
Los lobatos se preparan para cruzar la cuerda que les introducirá en la Tropa
Scout. De izquierda a derecha, Juan José Boluda Rodríguez, Miguel Angel del
Rosario Villarán, Nicolás Fernández del Castillo Massieu, Fernando Martín
Alvarez, Alejandro Reygosa, Fernando Díez Rivera e Ignacio García de la Rosa.
(Fotografía del archivo del autor)
1966
El 6 de febrero de 1966 realiza su Promesa la
Ayudante de Manada, Carmen Pilar Castro, durante
una breve excursión a los alrededores de la Mesa Mo-
ta. Semanas más tarde, en el mes de marzo, Luis
Martínez se hace cargo de la Tropa Esculta, quedan-
do Carmen Pilar al frente de la Manada, en la que re-
cibirá durante unos meses la ayuda de Nanane Fer-
nández del Castillo.
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El autor (de pie, con gafas) con su Patrulla “Pájaros Carpinteros” du-
rante el curso de Insignia de Madera en Gillwell Park.
(Fotografía del archivo del autor)
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Y valió la pena...
EN LA ZONA SCOUT
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A MODO DE EPILOGO
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Ingresa en el Escultismo en el
año 1961 y desde entonces
siempre ha mantenido el con-
tacto con el Movimiento Scout,
habiendo obtenido la Insignia
de Madera
en la “Rama Scout” y la de
“Jefes de Grupo y Comisarios”.