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or el si s Sr Ween ce la filosofia de Dorian * ‘et entrenamiento Gira) . cd A del mejor Mf mS culturista . ~ay McGough a del mundo ts “oe * ‘., | ro wy yee" ane - DORIAN fd INDICE Prefacio. Introduccién Primera parte: El hombre, por Peter McGough Capitulo 1 El despertar Capitulo 2. La sombra atrayente 6.0.0... . Capitulo 3 Cinco estatuillas Sandow y una leyenda Capitulo 4 El guerrero supremo . . . cee Segunda parte: El masculo, por Dorian Yates Capitulo 5 La recuperaci6n, el gran secreto del culturismo Capitulo 6 Los cimientos del culturismo: Principios de entrenamiento Capitulo 7 El fiull monty: Mi programa de entrenamiento completo Capitulo 8 El comienzo: El programa de entrenamiento y la dieta para principiantes Capitulo 9 El nivel avanzado: Programa de entrenamiento y dieta completos . Capitulo 10 Hombros de gigante: Deltoides y tapecios. . . Capitulo 11 ‘Triceps, triceps y més triceps Capitulo 12 La seccién media: Los abdominales...... . « Capitulo 13 Mirad detrés vuestro: La espalda Capitulo 14. Poder pectoral: El pecho Capitulo 15 Dos pistolas cargadas: Los biceps Capitulo 16 El entrenamiento infernal: Cuddriceps, femorales y gemelos Capitulo 17 La nutricién para ganar masa Capitulo 18 La tinta muscular: El diario : beeeeee Capitulo 19 Formar una voluntad de hierro Capitulo 20 Al final del camino Der eevesesnas vii ix xi pe Ras 89 93 101 107 113 123 131 137 143 PREFACIO “y @QUE ES LO QUE IMPULSA A DorIAN YATES? ‘Cuando tenia once aitos, en el colegio se organiz6 una carrera benéfica que precisamente coinci- fa con el dia en el que se celebraba el partido de fiitbol de la final de la Copa de la FA (Asociacién ‘Futbolistica) en 1973. La prueba consistia en dar vueltas a una pista de 400 metros. Después de 15, Ye cra el Gnico corredor que continuaba todavia. Sin duda, me senti cansado, pero pensé: “No debo Pargr. Tengo que seguir, tengo que seguir’. El partido empezaba a las tres. Antes de las dos la mayo- ria dei¥oi-espectadores se habian ido ya a casa para llegar a tiempo de verlo. Al rato, los nicos que seguiamos alli éramos el profesor que supervisaba la carrera y yo. A las 30 vueltas, éste empez6 a gritarme: “Venga. Ya es suficiente, Quiero irme a casa o me perderé la final”. A lo que yo respondi: “Sdlo deje que vea cudntas mas soy capaz de dar’. Me dolia todo pero estaba decidido a averiguar las que llegaria a conseguir y cual era mi fuerza fisica y mental, Hasta que, a las 45 (casi 18 kiléme- tros) el profesor me obligé a parar y se fue a ver el encuentro. Me senti un poco triste porque sabia que atin podia haber seguido. Con once aftos aprendi algo: tenia la capacidad de realizar un esfuer- 20 que combinara la fuerza fisica y mental. Diez ahios después encontré el escenario en el que desa- rrollar este talento: el culturismo. Dorian Yates, Mr. Olympia (1992-97)

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