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LasWankas
de Espinar
MÚSICA TRADICIONAL
DE LA REGIÓN CUSCO
PRESENTACIÓN
“La vida emotiva en los Andes ha en- Los cantos femeninos en los andes
contrado canales de expresión tan
interesantes como su propia produc- Desde la década de los 80, estudios pio-
ción agrícola. Hay en cada planta neros realizados en poblaciones ayma-
una carga de historia cultural que ras de Bolivia dan cuenta del poder y la
convierte al vegetal en un actor vivo influencia de la voz femenina no solo en
que participa de su cotidianeidad. actividades humanas o en el bienestar
Además, su forma, los cambios por de los animales, pero también en el de-
su crecimiento y los cuidados que sarrollo de los productos alimenticios. Los
exige, hacen que los cultivadores les trabajos de Denise Arnold y Juan de Dios
atribuyan características de compor- Yapita son particularmente interesantes
tamiento humano” en este sentido. En Río de vellón, Río de
canto (1988), estos investigadores mues-
(Millones 2001:163) tran diferentes aspectos del impacto de
las performances vocales femeninas en
Las condiciones climáticas extremas de los animales domésticos, lo que influye en
las Provincias Altas han hecho que la la reproducción del ganado o en la ca-
producción agrícola al sur Cusco se con- lidad del pelaje de las llamas y alpacas.
centre principalmente en el cultivo de la Los trabajos de Arnold y Yapita se acer-
papa, y en particular en la variedad lla- can más a la presente investigación sobre
mada “amarga”, por su gran resistencia las wankas en Hacia un orden andino de
al frio. Entre los numerosos rituales a la las cosas: tres pistas de los Andes meridio-
papa en esta región, destacan en parti- nales (1992), ya que abordan el repertorio
cular los cantos femeninos rituales para vocal y su influencia en el desarrollo de
la siembra conocidos en la provincia de diferentes productos alimenticios. Pero es
Espinar como las wankas. El canto wanka en Madre melliza y sus crías = Ispall mama
reviste una importancia particular en el wawanpi: Antología de la papa (1996),
ciclo agrícola de este tubérculo ya que que estos estudios se refieren específica-
sus versos ayudan y estimulan a las semi- mente a la relación particular que se ha
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forjado entre el tubérculo emblemático como el Collasuyo puede darnos algu-
de los Andes y poblaciones del lago Titi- nas pistas para comprender mejor estas y
caca. Por otra parte, en el artículo “Músi- otras homologías existentes en una y otra
cas y papas en una comunidad del Norte ribera del lago Titicaca.
de Potosí” (1996) y sobre todo en Music
and the poetics of production in the Bo-
livian Andes (2006), el etnomusicólogo Historia de la region de las wankas
Henry Stobart estudia la relación en ayllus
aymaras entre las performances musica- A lo largo de su historia, desde la época
les y la papa. precolombina hasta la república, Espinar
y las Provincias Altas han conocido dife-
En el caso de los Andes peruanos, se han rentes divisiones territoriales, políticas y ad-
realizado algunos trabajos en relación a ministrativas. Después de la desaparición
los cantos rituales agrícolas. Entre los más de la cultura Tiawanaco (1100 d.C.), las
significativos podemos citar a La sangre poblaciones de la región del lago Titicaca
de los cerros. Urkunapa yawarin. Antolo- delimitan sus fronteras a través de guerras
gía de la poesía quechua que se canta y alianzas (Bouysse-Cassagne 1980: 236-
en el Perú (1985), antología que reúne 237; Platt 1987: 82-89; Platt et alt. 2006: 24),
más de 300 cantos quechuas de dife- reagrupándose en señoríos que habrían
rentes temáticas recogidos por el antro- sido los siguientes: Quillacas, Chichas Ca-
pólogo Rodrigo Montoya y sus hermanos racara, Chuis, Charcas, Soras, Carangas,
Edwin y Luis. Asimismo, en Nosotros los hu- Pacajes, Lupacas, Collas, Canas y Can-
manos. Nuqanchik runakuna. Testimonio chis (Bouysse-Cassagne 1978: 1058-1059).
de los quechuas del siglo XX (1992) y en un Hacia el siglo XIII, estos señoríos ocupaban
artículo posterior (1993), los investigadores un vasto territorio que se extendía desde
Ricardo Valderrama y Carmen Escalante el norte de Potosí hasta el actual pueblo
transcriben testimonios sobre wankas a la de Urcos al sur de Cusco, siendo el Titica-
papa recogidos en la década del 70 en ca su eje central. En esta área geográfi-
la provincia de Apurímac. Podemos así ca, los Canas y los Canchis se situaban al
constatar que esta actividad ritual alrede- norte del lago y de la meseta del Collao:
dor de la papa en poblaciones quechuas los Canas ocupaban la orilla izquierda del
peruanas es igualmente practicada entre río Vilcanota y los Canchis, la orilla dere-
poblaciones aymaras de Bolivia. La histo- cha (Markham 1923: 64).
ria de la región conocida bajo los incas
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El cronista Cieza de León es uno de los pri- en Cusco un cuartel permanente para sus
meros en referirse a los Canas como una tropas conocido como K’anamarka, ape-
« nación» o reunión de pueblos: “Luego lación homónima de los restos arqueoló-
que salen [del territorio] de los Canchis, se gicos situados en el actual distrito de Alto
entra en la provincia de los Canas, que es Pichigua (Espinar).
otra nación de gente: y los pueblos dellos
se llaman en esta manera: Hatuncana, Después de la conquista, las provincias de
Chiquana, Horuro, Cacha, y otros que no Canas y Canchis forman en 1572 el corre-
cuento” (Cieza de León 1941[1533]: 286). gimiento de Tinta. Cabe señalar que en el
siglo XVII la lengua aymara estaba todavía
Los dos señoríos aymaras en cuestión ha- en vigencia en estas poblaciones según lo
brían formado una alianza (Glave 1992: menciona Bertonio en la “Introducción”
26) que reconocía como autoridad cen- de su Vocabulario de la lengua aymara
tral a los Hatuncana situados en el actual “(…) y aunque ellos eran de diversas pro-
distrito de Pichigua (noreste de la provin- vincias como Canas, Canchis, Carancas,
cia de Coporaque). Esta confederación Quillaguas, Charcas, etc., fácilmente en-
de pueblos, conocida más tarde como la tendíamos y éramos entendidos de todos
aquellos indios, por ser todos aymaraes,
«Nación K’ana», se extendía sobre cuatro
aunque de diversas provincias (…)” (Berto-
zonas geográficas que corresponderían a nio 1984 [1612]). Fue en Tinta que se inició
los pueblos de Pichigua (Espinar/Cusco), en 1780 el movimiento revolucionario con-
Sicuani (Canchis/Cusco), Orurillo (Mel- tra la corona española liderado por José
gar/Puno) y San Pedro (Canchis/Cusco), Gabriel Condorcanqui, prócer que pasó a
con zonas de influencia en Lampa (Puno) la historia como Túpac Amaru II. Durante
y las provincias cusqueñas de Paruro y la época republicana, en 1833, Canas y
Acomay (ibid.). Pueblos eminentemente Canchis se convierten en dos provincias
guerreros, los Canas y los Canchis fueron independientes, cada una con su capital,
finalmente sometidos por el Inca Pacha- respectivamente, Coporaque y Sicuani.
cútec y anexados al imperio como alia- Esta situación dura hasta 1863, año en
dos. Posteriormente los incas contaron que Yanaoca se convierte en la capital
con su espíritu combativo para vencer a de Canas en reemplazo de Coporaque.
otras poblaciones aymaras como los Co- Finalmente, en 1917 la provincia de Canas
llas, durante la consolidación territorial del es dividida en Canas (capital: Yanaoca)
Collasuyo o región sureste del Tawantinsu- y Espinar (capital: Yauri), la región de las
yo. Prueba de ello es que los Canas tenían wankas.
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La papa: un ser vivo
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que se ha forjado entre los hombres y el Estas “papas dobles” pueden adoptar
tubérculo emblemático de los Andes nos algunas veces formas humanas y son
ayuda a comprender mejor la importan- actualmente conocidas en Bolivia como
cia de las intérpretes wankas y sus cantos llallawa (Solomon 2000: 266; Stobart 2006:
rituales que sirven de nexo entre los co- 235). Y es con este nombre que este ejem-
muneros y las divinidades subterráneas. plar insólito de papa es descrito desde la
colonia. A fines del siglo XVI, Murúa se
En la provincia de Coporaque (Espinar), refiere a este tubérculo y a las mazorcas
durante la cosecha del mes de mayo, “dobles” de maíz, que clasifica en el acá-
un momento de particular alegría sobre- pite “Del sacrificio que los indios hacían”:
viene cuando se desentierra un yayawi,
tubérculo raro formado por dos papas “(...) en tiempo de cosecha, viendo
unidas entre sí “como siamesas” o “con las papas, llamadas llallaguas, que
dos cuerpos y dos cabezas pegadas”. El son de diferente forma que las de-
hallazgo del yayawi da lugar al juego co- más, y viendo mazorcas de maíz y
nocido como el yayawinakuy, durante el otras raíces de diversa hechura que
cual, la persona que ha desenterrado la las otras, las solían adorar, e hacer
“papa doble” es arrastrada por los pies a muchas ceremonias particulares de
lo largo de los surcos, afín de transmitir la veneración, bebiendo y bailando, te-
fecundidad a toda la parcela. Se trata de niéndolo por agüero (...)”
un juego ritual, un pukllay agrícola, reali-
zado en medio de la algarabía y risas de (Murúa 1946 [1590] : 278)
todos los comuneros participantes en la
cosecha. En suma, el yayawi, que para un Contemporáneo de Murúa, José de
observador foráneo sería solo una papa Acosta clasifica el término llallahua entre
deforme, en Espinar es considerado más los “géneros de idolatrías” practicadas
bien como un tubérculo que ha alcanza- por las poblaciones autóctonas del Nue-
do la perfección, ya que simboliza la fer- vo Mundo: “las raíces que llaman papas
tilidad misma. El diccionario de la Acade- hay unas extrañas, a quien ellos ponen
mia Mayor de la Lengua Quechua define nombre llallahuas, y las besan y las ado-
así el llallawi: “Patatas grandes unidas por ran” (Acosta 1940 [1590]: 360). A principios
un lado, utilizadas en ofrendas religiosas. del siglo XVII, Bertonio define llallahua en
Papa con 3 bulbos juntos” (Academia su diccionario aymara como : “papa o
Mayor de la Lengua Quechua 2005: 261). animal monstruoso, como dos papas pe-
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gadas, o como una mano, un animal de que la fertilidad de los campos estaba
cinco o seis pies (…) papas monstruosas asegurada” (Millones 2001: 177).
que nacen como una mano o balaus-
tradas, o como una cabeza, llallahua, y El vocablo yayawa está muy presente
hacen supersticiones con ellas” (Bertonio en los versos de las wankas. Este culto de
1984 [1612]). Este vocablo seria de origen ancestro prehispánico puede ser consi-
aymara. derado como una invocación a las semi-
llas de la papa, para que se conviertan
Estas referencias nos dan cuenta del en yayawi y que la cosecha del mes de
significado ritual que ciertos productos mayo sea un éxito. Así, las wankas de Es-
agrícolas adquieren a causa de su forma pinar forman parte del acervo de cantos
singular, cualidad también reconocida propiciatorios que las poblaciones andi-
durante el incario bajo otros nombres. nas dedican a la fertilidad desde tiempos
La cosecha del maíz se realizaba el mes inmemoriales.
de mayo con la fiesta Aymuria o Airihua-
mita. Airi designaba una mazorca doble
(“como siameses”) “signo de la fecundi- Las interpretes wankas
dad del Sol” (Caballero Farfán 1959: 147).
Según Guaman Poma de Ayala, en mayo La palabra wanka se refiere tanto al can-
(Aymoray Quilla) se celebraba con fiestas to como a cada una de las cuatro intér-
el hallazgo de estos raros ejemplares, ya pretes que constituyen el conjunto vocal.
sean de maíz o de papa, como lo notara Sus presentaciones las realizan durante los
tambien Murúa: “(...) dizen que hallando diferentes momentos de descanso que
una masorca que nasen dos juntas, o pa- los trabajadores toman durante la ardua
pas, y de recoger la comida y llevarlo a labor, en pleno sol, que constituye la siem-
casa o al depósito para guardarse en las bra de la papa en setiembre. Las wankas
cullunas, chauays, pirua que son barriles, son cantadas por un conjunto de cuatro
hazen muy mucha fiesta y borrachera intérpretes, previamente contactadas
(...)” (Poma de Ayala 1963 [1615]: 245). por el dueño de la parcela a sembrar. Un
Este tipo de tubérculo era también cono- rasgo característico que llama inmediata-
cido como aqsu mama. Durante la cose- mente la atención en esta tradición vocal
cha, su hallazgo era considerado como es la postura que las cuatro intérpretes
una bendición y el ejemplar desenterrado adoptan al cantar: de pie, formando un
“se le guardaba con reverencia, dado círculo, con los rostros dirigidos al interior
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de este círculo, y tapándose el rostro con comienzos de versos donde la cantora
una de sus polleras. Esta actitud y esta sobresale fugazmente justo al comenzar
postura son indispensables para ellas, afín la frase musical que será seguida inme-
de entrar en contacto con el mundo os- diatamente por las tres wankas acompa-
curo de la Pachamama. ñantes. Su rol es más bien de una “guía”,
característica propia a este tipo de per-
De esta forma, al taparse la cara y cerrar formance ritual colectiva que se plasma
los ojos justo antes de cantar, las intérpre- en una conjunción solidaria de las voces.
tes recrean y se encuentran inmediata- Así, la cantora puede ser considerada
mente en un mundo sin luz y de tinieblas como el pilar del conjunto de wankas,
como es aquel donde habitan las entida- sobre la cual van a basarse las otras intér-
des telúricas. Y al ponerse en círculo ce- pretes, quienes se amoldan exactamen-
rrado, agachando la cabeza y cubrién- te a su entonación, palabras y estilo de
dose con sus polleras, las cantantes no cantar. La participación de esta “guía”
dejan escapar sus voces hacia el exterior. es realmente indispensable, tal como lo
Ellas forman un ente solidario y sonoro, pudimos comprobar en varias ocasiones
enviando sus cantos directamente hacia durante las entrevistas realizadas en casa
la tierra y al universo oscuro donde se en- de las intérpretes acompañantes, las cua-
cuentran la Pachamama y las semillas de les tenían la mayor dificultad en cantar sin
las papas, a quienes ellas dirigen sus ver- la presencia de una cantora.
sos en quechua. Entre las intérpretes de
wankas existe una categoría de cantante El repertorio no se transmite directamente
llamada la cantora. Se trata generalmen- “de maestro a discípulo” como es el caso
te de la intérprete de más edad, quien de la mayoría de tradiciones de transmi-
por su experiencia conoce todas las me- sión oral; las cantantes acompañantes
lodías y versos en quechua del repertorio. no vienen nunca a la casa de la cantora
Es ella quien dirige y lleva la iniciativa del para aprender a wankar. Las jóvenes sue-
desarrollo de la performance. len aprender el repertorio escuchándolo
directamente durante la siembra, desde
Sin embargo, no se podría calificar a la muy niñas, tal como nos lo comentaba
cantora como una “solista” propiamente una cantora: “He aprendido [a cantar
dicho, ya que el canto wanka se inter- wankas] yendo a la chakra [para la siem-
preta al unísono. No hay primacía real bra de la papa]”. Es a través de esta visión
de una voz sobre las otras, salvo algunos de las intérpretes y la audición in situ de
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sus cantos delante de los surcos que al-
gunas jóvenes se impregnan totalmente
de este repertorio para convertirse quizás
más tarde en una cantora. Sin embargo,
es interesante observar que algunas can-
toras tienen algún familiar que es o ha
sido a su vez cantora. Este es el caso de la
cantora Victoria que aprendió a wankar
con sus hermanas mayores, el de Juanita,
quien aprendió el canto con su madre Fe-
licitas, o bien, el de Adela que aprendió
los versos con su madre, la renombrada
cantora Eusebia. Esta forma de transmi-
sión en familia es probablemente más
efectiva para aprender este repertorio
practicado una sola vez al año, durante
la siembra de setiembre. La cantora es la
memoria viviente de esta tradición vocal,
la depositaria de las melodías y los versos
en quechua, gracias a quien se efectúa
la transmisión oral durante las performan-
ces de septiembre.
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como intermediaria ritual, transmite a las Suri, Felicitas Ccahua Suni, Julia Suni Suri,
demás intérpretes su experiencia como Eusebia Huamani Chaupi, Demetria Salas
portavoz entre el mundo de los hombres Suni, Juanita Merma Ccahua, Francisca
y el mundo de las divinidades. Al mismo Chaupi Ala y Adela Suni Huamani.
tiempo que las intérpretes acompañantes
se impregnan de los versos y de su estilo En Sukuytambo, provincia al sur de Co-
de cantar, ellas aprenden igualmente la poraque, la siembra de la papa ya no se
posición y la concentración que la can- realiza con cantos wankas. Pero todavía
tora transmite en cada una de sus inter- se puede encontrar algunas intérpretes
venciones para dialogar y dirigir sus versos de edad en la comunidad de Chaupi-
directamente a la Pachamama. En tanto mayo, particularmente en los sectores de
que intermediarias rituales, la cantora y Concaja y Patillani donde entrevistamos a
sus wankas acompañantes renuevan así las últimas cantoras de esta comunidad.
los lazos de reciprocidad y de intercam- En Concaja grabamos a las cantoras
bio entre la comunidad y las divinidades Balbina Alberta Kawaque y Luisa Merma
ctónicas. Nuñonca. En Patillani pudimos ubicar a la
única cantora del sector, Victoria Chaupi
Ccahua, quien hacia pastar su ganado
Una tradición en vias de extinción a algunos kilómetros de su domicilio. Fue
solo gracias a su hija Demetria Merma
Hacia la década de los 80, cuando las Chaupi que pudimos entrevistarla, ya que
wankas estaban en su apogeo, estos ella nos guio gentilmente hasta el lugar
cantos rituales eran practicados en todas donde su madre llevaba todos los días sus
las comunidades productoras de papa llamas y ovejas. Además Demetria acom-
de Coporaque. Desde entonces, este paño a la cantora Victoria en algunos
canto ha ido desapareciendo en esta cantos wankas que interpretó para noso-
provincia de Espinar, de manera que en tros en medio de la puna.
la actualidad solo se practica en Tarcuyo,
poblado situado al sur de la capital distri- Diferentes factores han contribuido a la
tal de Coporaque y que se constituyó en desaparición de las wankas. El primero
comunidad el 2011. Desde el fallecimien- que salta a la vista es la interrupción de la
to el 2010 de Jacoba Ccahua Salcedo, la transmisión oral. Existe un verdadero desin-
cantora de más edad, en este poblado terés por parte de las jóvenes en aprender
quedan solo 8 cantoras: Juana Ccahua el canto wanka; este abandono volunta-
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rio es considerado por ellas como un pri- Los pobladores y las cantoras de Tarcu-
mer paso necesario para poder proyec- yo manifiestan cierta forma de orgullo
tarse hacia nuevos horizontes urbanos. De porque su comunidad es actualmente el
tal manera que el hecho de romper con último baluarte de esta tradición vocal,
sus raíces no es vivido como una situación como lo reconocen otras comunidades
dolorosa; al contrario se trata de un he- vecinas: “En Tarcuyo, lindo wankan las se-
cho social común a su generación para, ñoras ahí”, “En Tarcuyo, ahí saben [cantar
según ellas, salir adelante. La influencia wankas]”. Al mismo tiempo, las cantoras
urbana se extiende así hasta estas co- encaran con resignación la actitud de
munidades alejadas de Coporaque: las las jóvenes: “Ellas [las jóvenes] no gustan
nuevas generaciones son más receptivas ese canto antiguo, ahora estamos cam-
a los cambios y novedades que les ofrece biando, dicen, no quieren saber [sobre el
el mundo moderno, consecuencia de su aprendizaje de wankas]”. Esta claudica-
frecuente contacto con la ciudad, razón ción por parte de las actuales cantoras
por la cual los cantos wankas ya no for- también puede explicarse por el hecho
man parte de sus proyectos de vida. En de que ellas han visto la desaparición de
efecto, Yauri (capital de la provincia de numerosas tradiciones y rituales en las úl-
Espinar) se encuentra a solo a 40 minutos timas décadas, muchos de los cuales se
en “combi” (transporte en común) desde practicaban en la época de la cosecha
Tarcuyo. de la papa. Entre estas tradiciones de la
cosecha caídas en el olvido tenemos el
Esta falta de interés en aprender cantos haspiy tatay (ritual con exclamaciones in-
rituales por parte de las jóvenes se mani- vocatorias para “llamar” a la papa, justo
fiesta en otros aspectos, por ejemplo en su antes de comenzar la cosecha), el tuta
forma más moderna de vestirse y en su re- qhashwa (cantos y rondas nocturnas de
chazo por aprender otras tradiciones, en jóvenes, junto a las papas cosechadas)
particular el tejido, como lo manifiestan y el chuño apay (transporte del chuño
sus padres: “Ni siquiera saben tejer, eso [papa helada para su conservación] so-
es lamentable”. Esta situación ilustra bien bre llamas, con cantos, desde el terreno
la verdadera ruptura que existe entre las de cultivo hasta la casa).
generaciones, si se tiene en cuenta que
el canto y el tejido son soportes privile- Pero la interrupción de la transmisión oral
giados de la identidad en las sociedades no es la única causa de la desaparición
andinas. de las wankas. La división de los terrenos
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colectivos en terrenos privados de 7 hec- años. En lo que concierne las performan-
táreas por familia ha sido nefasta para ces musicales andinas, es importante
esta tradición. Antes de convertirse en tener en cuenta que muchas de estas
“comunidad campesina” el 2011, Tarcuyo tradiciones fueron concebidas en las so-
era uno de los 11 sectores que constituían ciedades incas y pre incas para ser inter-
la comunidad de Apachaco. El 2006, Tar- pretadas durante los trabajos colectivos,
cuyo fue uno de los últimos sectores de en especial para dar ánimos y alegría a
Apachaco en adoptar este sistema de los numerosos trabajadores que participa-
parcelación. Las actuales parcelas priva- ban en ellos. La relación entre la alegría,
das no necesitan de muchos trabajado- el juego y el hecho de trabajar o realizar
res para que la siembra o la cosecha se diferentes tareas colectivas es un aspec-
lleve a cabo. El propietario de un terreno to esencial, rico de implicaciones rituales
realiza estas labores en familia y convoca (Arce Sotelo 2008), como el yayawinakuy
menos frecuentemente a otros comune- de la cosecha en Espinar, características
ros para ayudarlo, y aún menos a cantan- esenciales de la noción del trabajo en
tes wankas durante la siembra. Una situa- las comunidades andinas desde épocas
ción muy similar había ya sido observada precolombinas (Harris 2010). Además, es-
por Arguedas en el Valle Sagrado hacia tar contentos, trabajar comunitariamente
los años 40, cuando comparaba los ritua- y de buen humor, es también otra forma
les de las cosechas colectivas en las gran- de honorar juntos a la papa y recibir los
des propiedades de los terratenientes, en beneficios de la Pachamama.
oposición a la cosecha austera y en fa-
milia que efectuaban los propietarios de Como en otras regiones de los Andes,
pequeñas parcelas (Arguedas 1985). otro factor que influye en la decaden-
cia de las tradiciones en general es la
En los últimos años, la introducción del presencia cada vez mayor de religiones
tractor en reemplazo del arado y la chaki- foráneas. Por el momento, la mayoría
taclla es un factor que marca también la de los pobladores de Tarcuyo practica
decadencia de la minka y el trabajo co- la religión católica sin conflicto aparente
munitario en esta región. Es una técnica con el culto paralelo de las divinidades
agrícola individual y mecanizada, en total locales como la Pachamama o los apus
contradicción con el trabajo colectivo y (“montañas tutelares”). Pero en los secto-
la ayuda mutua, de práctica general en res vecinos los evangelistas o adventistas
Espinar y Sukuytambo hasta hace pocos tienen cada vez más adeptos. Conocidos
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como “los hermanos”, ellos no solamen-
te abandonan los cultos a los santos y a
las divinidades locales, pero igualmen-
te dejan de practicar las performances
musicales o vocales que acompañaban
estos rituales: “Se vuelven hermanos y ya
no pueden hacer fiesta [para los santos o
para las divinidades]”. Esta influencia es
más marcada en Chaupimayo donde la
performance de las wankas de la siembra
ha desaparecido completamente desde
hace una década.
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El área geográfica de estas wankas silá- que se puede escuchar a estas intérpre-
bicas estaba situado al norte de Copo- tes de Challqui en todo el año.
raque (capital del distrito), y comprendía
las comunidades de Sepillata, Cotahua- En Challqui tuvimos la oportunidad de
si, Ccamanocca, Urinsaya, Pumahuasi, entrevistar y grabar a una de las últimas
Huayhuahuasi, Oqquebamba y Totora cantoras de este sector, Melchora Cana,
Alta. En el pueblo de Coporaque y en los quien canto acompañada de su hija Ci-
sectores aledaños, este tipo de wanka rila Álvarez Cana. Es interesante señalar
desapareció hace ya unas cuatro dé- que los pobladores de Challqui resal-
cadas; mientras que en las comunida- tan aun hoy en día el hecho de que las
des mencionadas situadas más al norte, wankas de este poblado eran cantadas
esta versión silábica habría sobrevivido antaño con versos en quechua y que, es
hasta la última década del siglo pasado solo desde que esta tradición comenzó
antes de extinguirse a su vez. Este tipo a extinguirse, que el canto pasó a ser si-
de wanka silábico había sido practicado lábico con la palabra yayawa: “Canta-
también en Challqui (sector de la comuni- ban antiguamente con letra, ahora no”.
dad de Hatun Ayraccollana, limítrofe con En una entrevista realizada a Felipa Noa,
Apachaco), poblado situado a 7 km de antigua cantora de Challqui fallecida el
Tarcuyo. Esta performance vocal no se 2013, ella se refirió de esta forma a las ul-
practica más en Challqui ya que en este timas intérpretes de este poblado: “Ya no
sector la siembra de la papa se realiza sin cantan igual como antes con esa ento-
wankas desde hace por lo menos tres dé- nación, con cariño, [hoy en día] ya no re-
cadas. Sin embargo, cada 4 de octubre, cuerdan, todas cantaban con palabras,
al final de la fiesta de San Francisco que ya no recuerdan, por eso tararean [con el
se lleva a cabo en Apachaco y que mar- vocablo yayawa]”.
ca el final de la siembra de la papa en la
región, se puede todavía escuchar breve- Estos hechos nos permiten retrasar la evo-
mente esta versión silábica interpretada lución del canto wanka hasta su extin-
por las últimas representantes de este tipo ción. Al desaparecer las cantoras con el
de canto. Esta costumbre de concluir esta repertorio y al no tener discípulas debido
fiesta patronal con el wanka silábico se ha a la interrupción de la transmisión oral, las
convertido en una especie de tradición, cantantes acompañantes quedaron des-
como un homenaje de este poblado a amparadas sin sus guías rituales y vocales.
San Francisco, y es la única ocasión en Pero aun así, sin la presencia de las can-
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toras y su conocimiento de los versos en quechua el canto puede dividirse en tres
quechua, las intérpretes acompañantes partes:
continuaron con esta tradición cantando
solo con el vocablo yayawa. Esta versión 1. Una introducción
silábica puede ser entonces consideraba Esta primera estrofa está basada ex-
como el canto de cisne de las wankas de clusivamente en el vocablo yayawa
Espinar ya que marca la etapa final de
las cantos a la papa antes de la desapa- 2. Un número variable de estrofas
rición de las intérpretes acompañantes Estas estrofas están compuestas de
y la consecuente extinción definitiva de versos en quechua que siguen exac-
esta tradición vocal agrícola. Hemos po- tamente los parámetros musicales
dido también constatar que, a diferencia (melodía, métrica, pulsación, etc.) ex-
de las wankas en quechua cantadas al puestos por la estrofa de introducción
unísono, en las wankas silábicas de Cha-
llqui la heterofonía es muy frecuente. Este 3. Una conclusión
paso de la homofonía a la heterofonía se- Última estrofa que retoma el vocablo
ria también una de las características del yayawa (al igual que la estrofa de in-
canto wanka antes de desaparecer. troducción), anunciando esta vez el
fin de la performance
Sin embargo, a la diferencia de la mayo-
ría de los cantos silábicos en otros lugares La estrofa de introducción enuncia así las
del mundo interpretados con silabas sin características melódico-rítmicas que en
significación, el wanka silábico de Espinar adelante se van a repetir en cada una de
está basado en el yayawa, vocablo pro- las estrofas que constituyen la wanka. Esta
piciatorio de hondas raíces precolombi- estrofa inicial con el yayawa constituye
nas y de gran significado ritual. por lo tanto el modelo y el signo distintivo
de cada wanka del repertorio. La estrofa
de introducción de las wankas podría te-
El canto ritual ner antecedentes en cantos rituales pre-
hispánicos. El investigador Maurice Husson
El canto wanka posee una forma estrófi- ha estudiado cantos rituales consignados
ca. Pero si la melodía se repite fielmente por el cronista Guamán Poma de Ayala
en cada estrofa de una misma wanka, en su Nueva Coronica y Buen Gobierno
desde el punto de vista de los versos en (1936 [1615]). Entre estos tenemos al hay-
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lli, el harawi y el waqaylli en relación con en correspondencias que se establecen
actividades agrícolas, y en los cuales Hus- entre palabras homologas situadas en
son señala que están precedidos de una versos o estrofas diferentes. Este procedi-
introducción que él denomina “obertura” miento de la poesía vernácula señalado
o “introducción ritual” (Husson 1993: 47): por Husson en diferentes cantos rituales
de la Nueva Coronica y Buen Gobierno,
- Harawi: cantos de amor, de relatos ha sido anteriormente estudiado por otros
históricos y para las labores agrícolas investigadores (Salomon & Urioste 1991;
Obertura: Haray harawi Manheim 1991).
18
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Congreso del Perú. sity of Illinos Press.
21
Este CD forma parte de las Producciones badas en Espinar y Sukuytambo. Hemos
Fonográficas Etnomusicológicas realiza- escogido las mejores versiones que fueron
das el 2014 por el Ministerio de Cultura de grabadas por cantoras de Tarcuyo y Pati-
Cusco. El equipo de investigación a cargo llani, más dos versiones de wankas del tipo
de la grabación de las wankas de Espinar silábico recogidas en Challqui. Algunos
estuvo dirigido por el etnomusicólogo Ma- de los textos se repiten en las melodías re-
nuel Arce Sotelo, investigador del Instituto cabadas en Tarcuyo y Patillani, razón por
Francés de Estudios Andinos (IFEA), quien la cual tenemos solo 14 wankas en que-
estudia desde hace años a las wankas chua diferentes. Este corpus podria ser
de la región de Coporaque, asistido en considerado como todo el repertorio de
la parte etnográfica por la investigadora wankas que queda en nuestros días en la
y arqueóloga Flor de María Huaycochea. memoria de las cantoras.
El registro fue realizado por los técnicos
de sonido Carlos Medina Anaya, Yojhan Según los testimonios recabados, cuando
Achahuanco Gamarra y David Quijano esta tradición estaba en todo su apogeo
Olarte, quienes aportaron su experiencia hace más de medio siglo, el repertorio
y profesionalismo en este tipo de trabajo de wankas estaba constituido de varias
de campo. La labor de la intérprete de decenas de cantos diferentes, tanto en
quechua Yanet Hermoza Pinedo fue tam- sus textos como en sus melodías. El redu-
bién muy importante por su facilidad de cido número de wankas recabado en
contacto, en especial para las entrevistas la presente investigación reflejaría en-
con la interpretes, lo que nos permitió fi- tonces no solamente las pocas cantoras
nalmente grabar a las últimas cantoras de que quedan en la actualidad, sin vistas a
Challqui, Tarcuyo (Coporaque), Concaja aumentar más, pero sobre todo el verda-
y Patillani (Sukuytambo). La grafía y la tra- dero proceso de extinción en que se en-
ducción del conjunto de textos recaba- cuentra esta tradición vocal en Espinar.
dos han sido previamente revisadas por el Además de la papa, los versos en que-
eminente investigador Cesar Itier, profesor chua están dirigidos también al alférez, a
principal de quechua en el Instituto Na- los trabajadores y a diferentes elementos
cional de Lenguas y Civilizaciones Orien- de la naturaleza. Paralela a la estructura
tales (INALCO) de Paris (Francia). estrófica, cabe señalar la organización
general de la performance de las wankas
El corpus que figura en el CD está cons- que nos permite considerarla como un
tituido por 22 melodías diferentes reca- “programa ritual”. En efecto, los cantos
22
se ejecutan en 4 momentos precisos del
día de la siembra, cada uno con su ape-
lación respectiva. Los 14 textos de wankas
en quechua de esta producción fonográ-
fica han sido numerados para su estudio
y, según el “programa ritual”, se pueden
ordenar así:
• Akulli
(En la mañana,
en el primer descanso)
Wankas N° 01, 02, 03, 04, 05
• Merienda
(A la hora de almuerzo)
Wankas N° 06, 07, 08, 09, 10
• Toro karachi
(En la tarde, al finalizar la siembra)
Wankas N° 11, 12, 13
• Kacharpari
(En la noche, en la casa del alférez o
dueño del terreno)
Wanka N° 14
23
Wanka N° 01
24
Wanka N° 02
25
Wanka N° 03
26
Wanka N° 04
27
Wanka N° 05
28
Wanka N° 06
29
Wanka N° 07
30
Wanka N° 08
Ichas chayllata mira yuspaqa De repente solo bastara que yo mire eso
millk’anaykiman chayayamuyman, para llegar a tus surcos,
Yayawayawa. yayawayawa.
31
Wanka N° 09
32
Wanka N° 10
33
Wanka N° 11
34
Wanka N° 12
11 Ver nota 7
35
Wanka N° 13
36
Wanka N° 14
Yayawayawa, yayawayawa,
Yayawayawa, yayawayawa, yayawayawa, yayawayawa, yayawayawa.
yayawayawa, yayawayawa, yayawayawa.
Señor cura, señor cura14,
Taytay padrella, señor kuralla yayawayawa, yayawayawa, yayawayawa.
yayawayawa yayawayawa, yayawayawa.
Haz para mí una ofrenda,
Despachuykita despachapuway, yayawayawa, yayawayawa, yayawayawa.
yayawayawa yayawayawa yayawayawa.
Quema para mi grasa de feto,
Sullu untuta kanayapuway, yayawayawa, yayawayawa, yayawayawa
yayawayawa yayawayawa yayawayawa.
En un plato de oro, en un plato de plata,
Quri platupi, qulqi platupi, yayawayawa, yayawayawa, yayawayawa.
yayawayawa yayawayawa yayawayawa.
Ofrece para mí
Paris ch’allawan ch’uyayapuway un par de ofrendas de cerveza de maíz,
yayawayawa yayawayawa yayawayawa. yayawayawa, yayawayawa, yayawayawa.
37
Las Wankas de Espinar
Música tradicional de la región Cusco
Primera edición. Cusco, diciembre de 2014
© De esta edición:
Dirección Desconcentrada de Cultura de Cusco
Ministerio de Cultura
Avenida de la Cultura 238, Condominio Huáscar.
Wanchaq, Cusco
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