You are on page 1of 9

El Protestantismo

El Protestantismo es un movimiento en el cristianismo occidental cuyos


adherentes rechazan la noción de que la autoridad divina se canaliza a través de
una institución o persona humana determinada, tal como el Papa católico. Los
protestantes buscan en otra parte la autoridad de su fe; muchos de ellos enfatizan
la Biblia -las Escrituras hebreas y el Nuevo Testamento- como la fuente y norma
de su credo. Los católicos romanos y los cristianos ortodoxos orientales también
aceptan la autoridad de la Biblia, pero además consideran la tradición, y, en el
caso de católicos, al Papa como fuente de la autoridad.

Aunque los movimientos de reforma han sido una característica de la iglesia


cristiana a través de su historia y eran particularmente evidentes en los siglos
XIV y XV, la mayoría de los protestantes fecha el comienzo de su movimiento
en 1517, cuando el monje alemán Martin Lutero clavó para discusión una serie
de tesis que desafiaron la enseñanza católica. El Protestantismo tomó su nombre
de la "Protestativo" publicada por los reformadores en la Dieta de Spira en 1529.

En el plazo de dos décadas la Reforma se había expandido por la mayor parte del
noroeste de Europa. En Inglaterra el rey Enrique VIII rechazó la autoridad papal
sobre la Iglesia, y la Iglesia de Inglaterra entró en una reforma que la volvió una
entidad esencialmente protestante (aunque a menudo los anglicanos, también
llamados Episcopal años, se clasifican aparte). En Suiza, Francia, partes de
Alemania, de Escocia, y de los Países Bajos, comenzó una segunda corriente de
reforma no luterana, influenciada principalmente por el francés convertido en
ginebrino, Juan Calvino y el líder suizo Ulrich Zwingli.

Al mismo tiempo un estilo más radical de Protestantismo apareció en el ala


izquierda del movimiento. Anabaptistas, Menonitas y otros rebautizaron
cristianos y los iniciaron en un movimiento que rechazó drásticamente las
prácticas católicas, incluso las que el Luteranismo, Calvinismo y Anglicanismo
no habían rechazado.

La reforma se extendió desde estas bases a Escandinavia y Europa central, pero


penetró apenas en Rusia y en el sudeste de Europa, donde prevalecía la iglesia
ortodoxa, o en la Europa meridional, que seguía firmemente católica. Después de
una serie de guerras religiosas desde mediados del siglo XVI hasta mediados del
XVII, la mayoría de los protestantes (excepto los radicales) y los católicos
adoptaron el principio de que los gobernantes de una región determinarían la
religión de esa provincia o Estado. La separación de la iglesia y el Estado, un
principio que otros protestantes vinieron a sostener a fines del siglo XVIII,
comenzó a romper la primacía protestante en el noroeste de Europa.

En la última parte del siglo XVIII y a través del siglo XIX y hasta el presente, los
misionarios protestantes extendieron el movimiento en casi todo el mundo. Los
puntos de penetración protestantes fueron muchas costas asiáticas y africanas,
pero no fue sino hasta hace poco que lo fue la católica América Latina. A partir
de 1607, cuando los Anglicanos llegaron a Virginia, y hasta finales del siglo
XIX, luego de la inmigración en gran escala desde Europa del sur y de Irlanda, se
creía que Norteamérica, menos Quebec, era territorio en gran parte protestante.

La autoridad de la Biblia:

Los protestantes han otorgado


siempre gran importancia a la
Biblia, pero la aceptación de su
autoridad no ha conducido a la
unanimidad entre ellos. Las
interpretaciones divergentes de la
misma Biblia han producido el
movimiento más dividido de
cualesquiera en las grandes
religiones del mundo, ya que
cientos de sectas en al menos una
docena de las grandes familias de
iglesias protestantes (anglicanismo,
congregacionalismo, metodismo, presbiterianismo, luteranismo, las iglesias
Bautistas, y similares) compiten entre sí en las sociedades libres.

Las actitudes hacia la Biblia en el protestantismo contemporáneo van desde la


creencia en su verdad literal, en el extremo fundamentalista del espectro
(fundamentalismo), a las interpretaciones extremadamente libres de los
protestantes liberales.

Justificación por la Fe:

Inmediatamente después de la creencia en la Biblia como característica del


protestantismo está la convicción de que los seres humanos no se salvan por sus
méritos o buenas obras, como los Reformadores del siglo XVI oyeron decir a los
católicos, sino sólo "por la gracia, a través de la fe". Según los protestantes, Dios
tomó la iniciativa de salvar al mundo del pecado mediante su acción en
Jesucristo, e incluso la fe que condujo a la gente a creer en esa acción fue un
regalo, no un logro. No obstante, y sin perjuicio de lo consistente que pueda ser
la enseñanza protestante al respecto, las culturas protestantes han producido a
menudo honestos buscadores de Dios, personas buenas y trabajadoras que
intentan probar que son Sus elegidos (predestinación), y predicadores y otros
líderes que parecen tan legalistas en su enfoque de la vida de la iglesia como eran
los católicos del siglo XVI.

Sacramentos:

La mayoría de los protestantes cree en la Trinidad -Dios Padre, el Hijo, y el


Espíritu Santo; mantiene viva la antigua afirmación del Credo, de que Jesucristo
era y es divino y humano, y celebra dos sacramentos (actos sagrados que creen
fueron instituidos por Cristo): bautismo y Cena del Señor. Están divididos acerca
de si sumergir a los bautizados en agua o aplicar el agua de otras maneras; acerca
de la edad para recibir el bautismo, aunque la mayoría practica el bautismo de
infantes; sobre si el bautismo imparte gracia o es una señal de respuesta y
obediencia. Algunos protestantes creen que Jesús está realmente presente de
alguna manera en el pan y el vino de la Cena del Señor (Eucaristía), mientras que
otros consideran este sacramento un acto de conmemoración y obediencia. En su
servicio los protestantes, más que la mayoría de otros cristianos acentúan la
predicación de la palabra de Dios como agente para la construcción de la fe.

Política eclesiástica:

Los protestantes permiten muchos estilos del gobierno de la iglesia, desde el


episcopal, donde son los obispos los que dirigen, al congregacional, que no
reconoce más autoridad terrenal que la local. Acentuando "el sacerdocio de todos
los creyentes", han asignado un importante papel al laicado, aunque en la práctica
muchas iglesias protestantes tienen un aspecto bastante clerical. Cada vez más
durante el último siglo y especialmente en décadas recientes, las iglesias
protestantes han ordenado a mujeres al ministerio, y las han animado a tomar
roles directivos laicos.

El protestantismo ha enfrentado, más que los católicos romanos y los ortodoxos,


dos problemas recurrentes. El primero se relaciona con la unidad interna del
movimiento. Desde la Reforma hasta hoy los protestantes han buscado los
acuerdos, poro más a menudo han permanecido en conflicto. En el siglo XX, sin
embargo, el movimiento ecuménico ha juntado fuerzas. Además de las fusiones
orgánicas de cuerpos separados que ha habido, se han formado movimientos de
federación, consejos para la cooperación y coaliciones para tareas comunes.
El segundo problema se refiere a la autoridad civil. Para los ortodoxos y católicos
las alianzas con el trono fueron naturales, pero los protestantes no estaban
conformes con sus anteriores decisiones de conservar tales alianzas. Los
movimientos en pro de la tolerancia religiosa fueron más agresivos y exitosos en
los países protestantes. El acto de separar la iglesia y el Estado (en muchos
países) ha dificultado que los protestantes tengan visiones coherentes acerca de
cómo deben los cristianos convivir con responsabilidades tanto espirituales como
civiles. La forma más aguda de este problema se presentó en el dilema de la
Iglesia Confesante en la Alemania nazi ("Confesante" es un buen sinónimo
moderno de "Protestante" del siglo XVI).

Impacto cultural:

El rechazo a la tradición católica y en algunos


casos una tendencia iconoclasta obró en contra del
desarrollo de un estilo específicamente protestante
en los artes visuales, aunque muchos grandes
artistas han sido protestantes. En general la
contribución protestante ha sido la simplicidad,
incluso la austeridad, en el diseño y la decoración.
Esto es especialmente cierto en la tradición
calvinista.

En música y literatura la contribución protestante ha sido enorme. Las versiones


vernáculas de la Biblia, como la de Lutero y la del Rey Jaime, desempeñaron un
papel formativo en el desarrollo de la literatura alemana e inglesa moderno. El
énfasis en la predicación y la carencia de centros fuertes de autoridad doctrinal
contribuyeron a la diversidad de opinión y de expresión, tal como se refleja, por
ejemplo, en la obra de John Milton. Una fuerte tradición musical se desarrolló a
partir del incentivo al canto de himnos y el uso del órgano y otros instrumentos,
que alcanzaron su pináculo con la obra de Johann Sebastián Bach.

La carencia de una autoridad central y con ello la aceptación de enfoques


divergentes también se ha manifestado en una rica tradición teológica, que en el
siglo XX abarca a figuras tales como Karl Barth, Rudolf Bultmann y Paul Tillich.

Martin E Marty

Bibliografía:
K Barth, Teología protestante en el siglo XIX (1952); y Pensamiento protestante
(1959); R. M. Brown, El espíritu del protestantismo (1961); B.A. Gerrish, El
antiguo y el nuevo protestantismo: Ensayos sobre la herencia de la Reforma
(1983); H.Gollwitzer, Introducción a la teología protestante (1982); P Greven,
Temperamento protestante (1978); W E Hordern, Teología protestante, una guía
para el lego (1968); E Leonard, Historia del protestantismo (1968); M E Marty,
Protestantismo (1972) y Protestantismoo en los Estados Unidos: el imperio justo
(1986); R Mehl, Sociología del protestantismoo (1970); W. R. Miller,
Pensamiento protestante americano contemporáneo, 1900-1970 (1973); W.
Pauck, La herencia de la Reforma (1968); L. Spitz, La Reforma Protestante
(1985); C. Welch, El cristianismo protestante interpretado a través de su
desarrollo (1954), y El pensamiento protestante en el siglo XIX (1972-85); J. S.
Whale, La tradition protestante (1955); J. F. White, El servicio protestante:
Tradiciones en transition (1989).

En su sentido más amplio, el protestantismo es el movimiento completo dentro


del cristianismo, que se originó en la Reforma del siglo XVI y luego se centró en
las principales tradiciones de la vida de la iglesia reformada: Luteranos,
reformados (Calvinistas/Presbiterianos), y Anglicanos-episcopalianos (aunque el
Anglicanismo en especial sostiene ser a la vez católico y protestante), Bautistas,
Metodistas, Pentecostales y muchos otros, hasta las modernas iglesias africanas
independientes.

El término deriva de la "protesta" entregada por una minoría de Luteranos y


autoridades reformadas en la Dieta Imperial alemana de Speyer en 1529, por
desacuerdos con una paralización de la renovación religiosa. La "protesta" fue a
la vez objeción, llamado y afirmación; preguntó con urgencia "¿Cuál es la
verdadera y santa iglesia?" y afirmó que "no hay más predicación o doctrina
segura que la que sigue la palabra de Dios. Según el mandato de Dios, no debe
predicarse ninguna otra doctrina. Cada texto de la Sagrada Escritura debe ser
aclarado y explicado por otros textos. Este santo libro es más necesario que todo
para el cristiano; brilla claramente con su propia luz e ilumina las tinieblas.
Estamos destinados por la gracia y ayuda de Dios a guiarnos sólo por Su palabra,
el santo evangelio contenido en los libros bíblicos del Antiguo y Nuevo
Testamento. Se debe predicar sólo esta Palabra, y nada contrario a ella. Es la
única verdad, la regla segura de toda la doctrina y conducta cristianas. Nunca
puede fallarnos o engañarnos."

Así, los luteranos y otros partidarios de la Reforma llegaron a ser conocidos


como protestantes. La palabra inglesa tenía originalmente la acepción de
"confesión resuelta, declaración solemne" designando la verdad del Evangelio
contra la corrupción romana. "El Protestantismo es esencialmente un clamor a
Dios en Cristo, a las Sagradas Escrituras y a la iglesia primitiva, contra toda
degeneración y apostasía". La delimitación de "protestante" a significar
"antiromano o no-romano" ha llevado a algunos a preferir "evangélico" (aunque
en Europa continental este término normalmente designa a los luteranos) y
"reformado" (utilizado más comúnmente por los presbiterianos calvinistas).

Principios fundamentales:

Los principios fundamentales del Protestantismo del siglo XVI incluyeron el


siguiente:

Solo Deo Gloria (Gloria sólo a Dios):

Justificación de la sabiduría y el poder de Dios contra la usurpación papal y la


religión hecha por el hombre, honrando la soberana trascendencia de Dios y la
predestinación providencial.

Sola Gratia (Sólo la gracia):

La Redención como un regalo gratuito de Dios, manifestado en la muerte


salvadora y la resurrección de Cristo. En términos principalmente Paulinos, eso
fue espresado como justificación sólo por la fe, como en la Confesión de
Ausburgo: "No podemos lograr el perdón de los pecados y la justicia ante Dios
por nuestros propios méritos, obras o satisfacciones, sino que recibimos el perdón
de los pecados y nos hacemos justos ante Dios por gracia, debido a Cristo, a
través de la fe, cuando creemos que Cristo sufrió por nosotros y que por Sus
méritos se perdonan nuestros pecados y se nos dan la justicia y la vida eterna". La
certeza de la salvación es por lo tanto una característica de la fe protestante,
basada en la promesa del Evangelio y libre de toda búsqueda de mérito.

Sola Escritura:

La libertad de la Escritura para dominar como palabra de Dios en la iglesia,


desligada del magisterio y la tradición papales y eclesiásticos. La Escritura es la
única fuente de la revelación cristiana. Aunque la tradición puede ayudar a su
interpretación, su verdadero significado (espiritual) es su sentido natural (literal),
que no es alegórico.

La Iglesia como el pueblo creyente de Dios:

Está constituida no por la jerarquía, la sucesión o la institución, sino por la


elección de Dios y el llamando en Cristo a través del evangelio. En palabras de la
Confesión de Augsburgo, es "la asamblea de todos los creyentes, entre quienes se
predica el evangelio en su pureza y los santos sacramentos se administran según
el evangelio". Los sacramentos designados por Cristo son sólo dos, bautismo y
Cena del Señor, y se les puede considerar "palabras visibles", reflejos de la
primacía de la predicación en la convicción protestante.

Sacerdocio de todos los creyentes:

Es la privilegiada libertad de todos los bautizados para estar


ante Dios en Cristo "sin intermediarios humanos evidentes" y
su llamar a ser portadores de juicio y gracia como "pequeños
Cristos" a sus vecinos. Pastor y predicador se diferencian de
otros cristianos por la función y el nombramiento, no por status
espiritual. (El protestantismo reciente ha olvidado éste quizás más que cualquier
otro principio fundacional).

Santidad de todos los llamados o vocaciones:

Rechazo a las distinciones medievales entre secular y sagrado o "religioso"


(monástico) con desprecio a lo secular, y el reconocimiento de todas las formas
de vida como vocaciones divinas". A ojos de Dios, las obras del monje y del
sacerdote no son de manera alguna superiores a las de un granjero que trabaja el
campo o las de una mujer ocupada de su casa" (Lutero). Ninguna de ellas es
intrínsecamente más cristiana que cualquier otra, consideración obscurecida por
frases tales como "el santo ministerio".

Desarrollos protestantes:

El protestantismo ha desarrollado los ethos distintivos en cada uno de las varias


tradiciones derivadas de la Reforma y también dentro de sus variaciones
históricas, culturales y geográficas. En algunos tópicos, como la manera (no la
realidad) de la presencia de Cristo en la Cena, los protestantes ha discrepado muy
desde el comienzo, mientras que han concordado en rechazar la
transubstanciación y el sacrificio de la misa y en insistir que sólo la fe viva se
alimenta de la carne y sangre de Cristo. En otros temas, tales como el orden de la
iglesia, la diversidad de prácticas no siempre ha implicado desacuerdo en
principio. En estas y otras áreas, el principio escritural mismo del protestantismo
se ha articulado de diversas maneras, tanto para sancionar la mantención de las
tradiciones (e.g., episcopalía) que no contrarían la Escritura (enfoque típicamente
luterano y anglicano), como para excluir de la vida de la iglesia cualquier cosa no
explícitamente autorizada en la Escritura (tendencia del protestantismo
reformado puesta en marcha muy consistemente por el Puritanismo y algunas
tradiciones derivadas).
Nada ha promovido tanto la desunión del protestantismo como los ataques del
racionalismo post Iluminismo y su expresión en el liberalismo y modernismo
teológicos, que han erosionado gravemente la Reforma y sus fundamentos
bíblicos.

Otra corriente de la Reforma del siglo XVI, generalmente llamada Anabaptista o


radical a pesar de su diversidad, buscó restablecer la forma original del
cristianismo apostólico. El Pentecostalismo tiene una meta similar, junto con
otros movimientos, incluyendo algunos Bautistas y Hermanos (de Plymouth).
Algunas iglesias africanas independientes han intentado incluso una restauración
del Antiguo Testamento. Pese a que el Anabaptismo no originó ninguna tradición
protestante importante (aunque están los Menonitas), su rechazo a la Iglesia-
Estado Constantiniana y todas sus obras (respaldadas sin reservas por las tres
principales tradiciones protestantes) se convirtieron en un tiempo en el rasgo
común de la mayor parte del protestantismo, especialmente fuera de Europa. (E.
Troeltsch ha destacado la revolucionaria significación del abandono, por parte
del protestantismoo posterior, de su ideal original una civilización eclesiástica
comprehensiva, una cristiandad reformada.) La "protesta" anabaptista, aunque
perseguida por el protestantismo autoritario, luteranos, reformados y anglicanos,
se considera cada vez más como modelo paralelo de protestantismo prístino,
quizá con más que contribuir a su futuro que cualquier otro modelo.

A pesar de sus divisiones, la comunidad del Protestantismo sigue siendo


perceptible en los movimientos interdenominacionales, e.g., expansión
misionera, traducción de la Biblia, crítica bíblica y estudio teológico moderno,
agencias de bienestar y de ayuda, y el movimiento ecuménico mismo. Los
protestantes también están ligados entre sí por las convicciones comunes, la
principal de las cuales es la aceptación de la Reforma como parte imprescindible
de su historia. Esto no excluye, para ningún protestante, un vínculo que se
remonta a los apóstoles, sino que la continuidad con el cristianismo patristico y
medieval es apreciada en diversos grados por distintas tradiciones protestantes.

El principio escritural del protestantismo se expresa en el axioma Eclesial


reformata sed semper reformanda, "iglesia reformada, pero siempre en
reformación". El sometimiento a la palabra de Dios significa que ninguna
tradición o institución, secular o religiosa, ni siquiera las de la Reforma o las
protestantes, pueden ser absolutas. Paul Tillich consideraba que "el principio
protestante" era "el juicio profético contra el orgullo religioso, la arrogancia
eclesiástica y la autosuficiencia secular y sus destructivas consecuencias". Esto
fue noblemente ejemplificado en la Declaración de Barmen de la Iglesia
Confesante en la Alemania nazi. Intelectualmente, "la co-operación de la
indagación irrestricta y la fe religiosa, de la teología y de la ciencia, sólo es
posible en territorio protestante, donde todas las tradiciones e instituciones
humanas están abiertas al escrutinio del hombre y al de Dios" (J H Nichols).

Finalmente, el protestantismoo intenta ceñir su vida del evangelio de la gracia de


Dios en Cristo. Fiel a su herencia, no puede tolerar un cristiano "hágalo Ud.
mismo", ninguna base para la autoconfianza humana ante la faz de Dios. En
última instancia valorará siempre al Cristo de la fe más que la iglesia de la
historia.

Libros del protestantismo:

You might also like