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Cuencas Interimétricas Ensimáticas y Ensiales sobre

'Arco de los Cárpatos neógenos' Un arco continental

Visualización de las características de un arco de la isla

Los mares marginales del Pacífico occidental son cuencas con corteza oceánica. Estas cuencas
interárticas se desarrollaron por extensión de la corteza que fue causada por el surgimiento y la
intrusión del material del manto parcialmente fundido, inducido por la placa litosférica subducida.
Durante el Terciario el arco de la isla gradualmente se alejó del continente hacia el océano
(regresión de subducción).

En el lado frente al continente una nueva corteza oceánica se desarrolló. Los depósitos terciarios
se encuentran directamente en esta nueva corteza. La cuenca panónica tiene una corteza
continental (cuenca ensialica).

Es una tarea difícil formar una tectogenética suficiente. Sin embargo, podemos tratar de esbozar la
tectogénesis de las cuencas ensialicas y ensimáticas (Figura 1). Por encima de la bajada litosférica
el material del manto parcialmente fundido (el diapiro activo del manto) se rompe a través de la
corteza si la regresión de la subducción hacia el océano es posible. La grieta en la corteza
posteriormente se ensancha para formar la cuenca ensimática.

Si la regresión de la subducción no es posible, el afloramiento del diapiro del manto se expande


lateralmente en la base de la corteza [Scholzet al., 1971] y lo adelgaza desde abajo (erosión
subcrustal); dando así cuencas ensialicas como resultado. La cuenca panónica es una cuenca tan
interárica [Stegena et al., 197 • 4], y la cuenca de Transilvania probablemente es además la
corteza superior granitoide de la cuenca panónica de grosor normal (16-19 km), y la corteza
inferior se adelgaza hacia afuera. La corteza solo está localmente perforada por el manto activo.

Diapiro, donde extruyó la gran masa de material magmático después del volcanismo andesítico del
Mioceno, comenzó el rápido hundimiento del área por el PlioPleistoceno (como consecuencia del
hundimiento isostático de la corteza delgada), y el 'volcanis TM cambió a basáltico. Estos dos
fenómenos implican que el carácter colectivo de la zona cesó (véase la discusión de la Gran cuenca
en el oeste de los Estados Unidos por Scholz et al., [1971]).

La expansión total de la cuenca panónica, es decir, el aumento en la distancia horizontal entre los
Cárpatos y el Dinarides, es de 10-20 km según estimaciones de las zonas volcánicas. En la gran
cuenca, una cuenca ensialica muy similar a la panónica Cuenca Thompson [1972] indica una
extensión de 50-100 km.

Por el contrario, el orden de magnitud de la extensión de la cuenca ensimática es de 1000 km. Si


adoptamos la hipótesis tectogenética previamente descrita de las cuencas interáricas ensiales y
ensimáticas, podemos delinear los cambios en algunas características geológicas y geofísicas
durante la tectogénesis (Figura 2) y juzgar qué tan bien las cuencas interarcos puede satisfacer
esta hipótesis (tabla 1).
DIFUSIÓN-HUNDIMIENTO Y GENERACIÓN DE CUENCAS ENSIALICAS MARGINALES: UN
EJEMPLO DEL CRETÁCICO TEMPRANO DEL CENTRO DE CHILE

Resumen:

Durante el Cretáceo temprano, el rifting intracontinental, la propagación y la subsidencia


(hundimiento) condujo a la formación de una depresión ensialica en el centro de Chile. Este canal
es interpretado como una cuenca marginal abortada ya que no se generó corteza oceánica.

Los basaltos de inundación fueron extruidos durante un episodio de lenta propagación oceánica
en el Pacífico, y subsiguientemente se dio el plegamiento, la intrusión de granitoides y la elevación
se correlacionan con un episodio de rápida dispersión oceánica y subducción de placas. Los
eventos intracontinentales relacionados con estos dos episodios constituyen un ciclo cuya
repetición podría explicar la evolución geológica de Chile central durante el Mesozoico y el
Paleógeno.

El margen occidental de Sudamérica, durante el Cretácico, se caracterizó por la formación de


cuencas con erupción de basaltos derivados del manto. Algunas cuencas se convirtieron en

Cuencas marginales propiamente dichas, con generación de corteza oceánica, otras fueron
abortadas. El tipo de

la cuenca se determinó por la tasa y el volumen de material del manto de surgencia, y

espesor de la corteza. El rápido surgimiento dio lugar a la propagación de arcos inversos y cuencas
marginales con

Basaltos primitivos y metamorfismo del fondo del océano o metamorfismo del entierro que
reflejan una pendiente

gradientes térmicos. El surgimiento lento produjo cuencas ensialicas con basaltos evolucionados
afectados por

metamorfismo funerario con gradientes térmicos menos pronunciados, como en el centro de Chile
a principios de

Cretáceo.

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