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Taller 3 - Aprendizaje colegial e innovación

Presentado por: NATALIA UCIA CASTRO SILVA


Código: 1058038675

Grupo: 90003_628

Presentado a: GERMAN ALBERTO SAENZ PACHECO

Universidad Nacional Abierta y a Distancia (UNAD)


Competencias comunicativas - Cead - Sogamoso
Octubre 2018
INTRODUCCIÓN

En el prólogo hace relación a la pobreza habla que América latina se empobreció


desde sus principios, desde su descubrimiento. Cuando uno gana hay otros que
pierden, y América latina es en la que se especializo, hasta perdió el derecho de ser
América, ya que para el mundo América hace referencia a Estados Unidos. Gana
menos produciendo que lo que ganas los otros países consumiendo nuestras
producciones. El problema es que hay muchísima gente de la cual es pobre,
analfabeta o desnutrida. Dos tercios del mundo es pobre y un tercio es rico. La
explosión demográfica es lo que constituye el mayor obstáculo para América latina.
Sin embargo, e la mayoría de los países latinoamericanos, la gente no sobra, falta.
Faltan capitales en países donde los capitales sobran, pero se desprecian y son mal
utilizados.
EL SIGNO DE LA CRUZ EN LAS EMPUÑADURAS DE LAS ESPADAS

Cuando Cristóbal Colón se lanzó a atravesar los grandes espacios vacíos al oeste
de laEcúmene, había aceptado el desafío de las leyendas.
Tempestades terribles jugarían con sus naves, como si fueran cáscaras de nuez,
y las arrojarían a las bocas de los monstruos; la gran serpiente de los mares
tenebrosos, hambrienta de carne humana, estaría al acecho. Sólo faltaban mil años
para que los fuegos purificadores del Juicio Final arrasaran el mundo,
según creían los hombres del siglo xv, y el mundo era entonces el
mar Mediterráneo con sus costas de ambigua proyección hacia el África y Oriente.
Los navegantes portugueses asegura banque el viento del oeste traía cadáveres
extraños y a veces arrastraba leños curiosamente tallados, pero nadie sospechaba
que el mundo sería, pronto, asombrosamente multiplicado. América no sólo carecía
de nombre. Los noruegos no sabían que la habían descubierto hacía largo tiempo,
y el propio Colón murió, después de sus viajes, todavía convencido de que había
llegado al Asia por la espalda. En 1492, cuando la bota española se clavó por
primera vez en las arenas de las Bahamas, el Almirante creyó que estas isla serán
una avanzada del Japón. Colón llevaba consigo un ejemplar del libro de Marco Polo,
cubierto de anotaciones en los márgenes delas páginas. Los habitantes de Cipango,
decía Marco Polo, «poseen oro en enorme abundancia y las minas donde lo
encuentran no se agotan jamás... También hay en esta isla perlas del más puro
oriente en gran cantidad. Son rosadas, redondas y de gran tamaño y sobrepasan
en valor a las perlas blancas».

La riqueza de Cipango había llegado a oídos del Gran Khan Kublai, había
despertado en su pecho el deseo de conquistarla: él había fracasado. De las
fulgurantes páginas de Marco Polo se echaban al vuelo todos los bienes de la
creación; había casi trece mil islas en el mar de la India con montañas de oro y
perlas, y doce clases de especias en cantidades inmensas, además de la pi-mienta
blanca y negra. La pimienta, el jengibre, el clavo de olor, la nuez moscada y la canela
eran tan codiciados como la sal para conservar la carne en invierno sin que se
pudriera ni perdiera sabor. Los Reyes Católicos de España decidieron financiar la
aventura del acceso directo a las fuentes, para liberarse de la onerosa cadena de
intermediarios. El afánde metales preciosos, medio de pago para el tráfico
comercial, impulsó también la travesía de los mares malditos. Europa entera
necesitaba plata; ya casi estaban exhaustos los filones de Bohemia, Sajonia y el
Tirol. España vivía el tiempo de la reconquista. 1492 no fue sólo el año del
descubrimiento de América, el nuevo mundo nacido de aquella equivocación de
consecuencias grandiosas. Fue también el año de la recuperación de Granada.
Fernando de Aragón e Isabel de Castilla, que habían superado con su matrimonio
el desgarramiento de sus dominios, abatieron a comienzos de 1492el último reducto
de la religión musulmana en suelo
español. Había costado casi ocho siglos recobrarlo que se había perdido en siete
años, y la guerrade reconquista había agotado el tesoro real. Pero ésta era una
guerra santa, la guerra cristianacontra el Islam, y no es casual, además, que en ese
mismo año 1492,ciento cincuenta mil judíosdeclarados fueran expulsados del país.
España adquiría realidad como nación alzando espadas cuyas empuña-duras
dibujaban el signo de la cruz. La reina Isabel se hizo madrina dela Santa Inquisición.

La hazaña del descubrimiento de América no podría explicarse sin la


tradición militar de guerra de cruzadas que imperaba en la Castilla medieval, y la I
glesia nose hizo rogar para dar carácter sagrado a la conquista de las tierras
incógnitas del otro lado del mar. El papa Alejandro VI, que era valenciano, convirtió
a la reina Isabel en dueña y señora del Nuevo Mundo. La expansión del reino de
Castilla ampliaba el reino de Dios sobre la tierra. Tres años después del
descubrimiento, Cristóbal Colón dirigió en persona la campaña militar contralos
indígenas de la Dominicana Un puñado de caballeros, doscientos infantes y unos
cuantos perros especialmente adiestrados para el ataque diezmaron a los indios.
Más de quinientos, enviados a España, fueron vendidos como esclavos en Sevilla
y murieron miserablemente. Pero algunos teólogos protesta-ron y la esclavización
de los indios fue formalmente prohibida al nacer el siglo XVI. En realidad, no fue
prohibida sino bendita: antes de cada entrada militar, los capitanes de conquista
debían leer a los indios, ante escribano público, un extenso y retórico Requerimiento
que los exhortaba a convertirse a la santa fe católica:
ellodilación maliciosamente pusiereis, certificados que con la ayuda de Dios yo ent
raré poderosamente contra vosotros y vos haré guerra por todas las partes y
manera que yo pudiere, y os sujetaré al yugo y obediencia de la Iglesia y de Su
Majestad y tomaré vuestras mujeres y hijos y los haré esclavos, y como tales los
venderé, y dispondré de ellos como Su Majestad mandare, y os tomaré vuestros
bienes y os haré todos los males y daños que pudiere...».América era el vasto
imperio del Diablo, de redención imposible o dudosa, pero la fanática misión contra
la herejía de los nativos se confundía con la fiebre que desataba, en las huestes de
la conquista, el brillo de los tesoros del Nuevo Mundo. Bernal Díaz del Castillo,
soldado de Hernán Cortés en la conquista de México, escribe que han llegado a
América «por servir a Dios y a Su Majestad y también por haber riquezas». Colón
quedó deslumbrado, cuando alcanzó el atolón de San Salvador, por la colorida
transparencia del Caribe, el paisa verde, la dulzura y la limpieza del aire, los pájaros
espléndidos y los mancebos de buena estatura, gente muy hermosa» y «harto
mansa» que allí habitaba. Regaló a los indígenas «unos bonetes colorados y unas
cuentas de vidrio que se ponían al pescuezo, y otras cosas muchas de poco valor
con que hubieron mucho placer y quedaron tanto nuestros que era maravilla». Les
mostró las espadas. Ellos no las conocían, las tomaban por el filo, se cortaban.
Mientras tanto, cuenta el Almirante en su diario de navegación, «yo estaba atento y
trabajaba de saber si había oro, y vi de que algunos de ellos traían un pedazuelo
colgando en un agujero que tenían a la
nariz, Sur o volviendo la isla por el Sur, que estaba allí un Rey que tenía
grandes vasos de ello, y tenía muy mucho». Porque «del oro se hace tesoro, y con
él quien lo tiene hace cuanto quiere en el mundo y llega que echa las ánimas al
Paraíso». En su tercer viaje Colón seguía creyendo que andaba por el mar de la
China cuando entró en las costas de Venezuela; ello no le impidió informar que
desde allí se extendía una tierra infinita que subía hacia el Paraíso Terrenal.
También Américo Vespucio, explorador del litoral de Brasil mientras nacía el
siglo «Los árboles son de tanta belleza y tanta blandura que nos sentíamos estar
en elParaíso Terrenal...»4. Condes pecho escribía Colón a los reyes, desde
Jamaica, en 1503:«Cuando yo descubrí las Indias, dije que eran el mayor señorío
rico que hay en el mundo. Yo dije del oro, perlas, piedras preciosas,
especierías...».Una sola bolsa de pimienta valía, en el medievo, más que la vida de
un hombre, pero el oro y la plata eran las llaves que el Renacimiento empleaba para
abrir las puertas del Paraíso en el cielo y las puertas del mercantilismo capitalista
en la tierra. La epopeya de los españoles y los portugueses en América combinó la
propagación de la fe cristiana con la usurpación y el saqueo de las riquezas nativas.
El poder europeo se extendía para abrazar el mundo. Las tierras vírgenes, densas
de selvas y de peligros, encendían la codicia de los capitanes, los hidalgos
caballeros y los soldados en harapos lanzados a la con-quista de los espectaculares
botines de guerra: creían en la gloria, «el sol de los muertos», y en la audacia. «A
los osados ayuda fortuna»,
decía Cortés. El propio Cortés había hipotecado todos sus bienes personales
para equipar la expedición a México. Salvo contadas excepciones como fue el caso
de Colón o Magallanes, las aventuras no eran costeadas por el Estado, sino por los
conquistadores mismos, o por los mercaderes y banqueros que los financiaban
Nació el mito de Eldorado, el monarca bañado en oro que los indígenas inventaron
para alejar a los intrusos: desde
Gonzalo Pizarro hasta Walter Raleigh,muchos lo persiguieron en vano por las selv
as y las aguas del Amazonas y el Orinoco. Elespejismo del «cerro que manaba
plata» se hizo realidad en 1545, con el descubrimiento de Potosí, pero antes habían
muerto, vencidos por el hambre y por la enfermedad o atravesados a flechazos por
los indígenas, muchos delos expedicionarios que intentaron, infructuosamente, dar
alcance al manantial de la plata remontando el río Paraná. Había, sí, oro y plata en
grandes cantidades, acumulados en la meseta de México y en el altiplano
España, en 1519, la fabulosa magnitud del tesoro azteca de Moctezuma, y quince
años después llegó a Sevilla el gigantesco res-cate, un aposento lleno de oro y dos
de plata, que Francisco Pizarro hizo pagar al inca Atahualpa antes de estrangularlo.
Años antes, con el oroarrancado de las Antillas había pagado la Corona los servicios
de los marinos que habíanacompañado a Colón en su primer viaje. Finalmente, la
población de las islas del Caribe dejó de pagar tributos,
porque desapareció: los indígenas fueron completamente exterminados enlos
lavaderos de oro, en la terrible tarea de revolver las arenas auríferas con el
cuerpo a medias sumergido en el agua, oro turando
los campos hasta más allá de la extenuación, con la espalda doblada sobre los
pesados instrumentos de labranza traídos desde España. Muchos indígenas de la
dominicana se anticipaban al resto-no impuesto por sus nuevos opresores blancos:
mataban a sus hijos y se suicidaban en masa. El cronista oficial Fernández de
Oviedointer-prestaba así, a mediados del siglo XVI, el holocausto de los antillanos:
«Muchos de ellos, por su pasatiempo, se mataron con ponzoña por no trabajar, y
otros se ahorcaron por sus manos propias
RESUMEN

RETORNABAN LOS DIOSES CON LAS ARMAS SECRETAS

Desde tiempos remotos, los hombres han buscado respuestas a los que pasa a su
alrededor. Es lo que nos diferencia de los animales, está en nuestra naturaleza. Y
buscamos las respuestas en los cielos. La nueva era trajo consigo opiniones
diversas, así como que el hombre no necesitaba de un Dios o dioses para
comprender su vida. Como lo llamaría Nietzche, el hombre solo sería liberado tras
la muerte de "Dios" para pasar a un grado mayor. ¿Y qué pasa si esos dioses, esos
"designados divinos" parecen ir en tu contra? ¿Qué tal si aquellos que suplicaste
por ayuda parecen ir tras tu vida? Pues esto precisamente sintieron miles de
indignas del Nuevo Mundo cuando vieron venir tras loas azules límites de los
océanos que los rodeaban, en enormes naves desafiantes, a "dioses" vengativos
de caras pálidas venían a saldar cuentas con su pueblo, con armaduras y cotas de
malla, lustrosos caparazones que devolvían dardos y piedras, con sus armas
despedían rayos mortíferos y oscurecían la atmósfera con humos irrespirables...Era
desconocido para estos indígenas que esos hombres no eran dioses ni nada divino.
Resultaban ser simples mercenarios de las distintas dinastías y grandes señores de
la Europa de aquel entonces que, iluminados por el ideal de riqueza que rodeaba a
las Américas, los envían afín de diezmar y apropiarse de todo los que pudieran.
Realmente no importaban si eran los españoles a quienes "legalmente" les
pertenencia todo esto (cortesía de la generosa donación otorgada a la Reina Isabel),
o si eran portugueses venidos a América gracias al tratado de Tordesillas o si eran
algún otro europeo de otra nacionalidad que venían de "entrometido". Todos
estaban atraídos por el misma ambición y todos estarían dispuestos a tomar las
mismas medidas para lograr sus objetivos. No eran pocos los indígenas que
pertenecían a la clase culta de la región viendo desde astrónomos e ingenieros."
pero no conocían las maravillas proporcionadas a Europa en el Renacimiento: como
la brújula o la imprenta. Que curiosos, mientras en Europa se cultivaba el valor y la
dotación de los seres humanos de características intelectuales y físicas que los
hacia seres dignos e inteligente, en América se dejaba todo esto de lado para dar
paso a una barbarie hacia unas clases de seres humanos simplemente por ser
"inferior". Así pues, se vieron perdido por la superior armamentísticas de los recién
llegados, a pesar de que las poblaciones nativas superaban por mucho en cuanto a
recurso humano se refería. Pero los que los condeno, sin embargo, fueron las
múltiples enfermedades que contrajeron: que venían desde caries hasta la lepra.
Los indígenas no tenían defensas contra esas nuevas enfermedades, y morían
como moscas. Así pues, la mitad de la población aborigen de las Américas e Islas
Oceánicas cayeron muertas tras el primer contacto de sangre
contaminada perteneciente al hombre blanco
EL SIGNO DE LA CRUZ EN LAS EMPUÑADURAS DE LAS ESPADAS

Desde tiempos remotos, las figuras de ciertos hombres se han engrandecido; ya


sea por su imponencia, su inteligencia y sus logros. Sin embargo, existen hombres
que a pesar de sus hazañas, se han ganado un estatus al cual no pertenecen ni
merecen Precisamente por eso, se me hace curiosos que en la mayor parte de las
escuelas escolásticas de mi país ( probablemente en muchas de C.A también) la
figura de Cristóbal Colon se le haya dado un estatus de héroe, de un almirante que
cruzo y sobrellevo grandes tempestades a fin de cumplir su sueño: una ruta más
fácil de llegar Oriente, el sueño de todo Rey, noble y comerciante de la época,
quienes veían como una utopía el poder obtener armas, sedas, telas y
piedras preciosas a precios accesibles, y eso sin contar las especia, que tenían
mucho más valor y estima y que la vida de un hombre en aquella época. Esta última
parte es verdad, y sin lugar a dudas Colon fue un hombre osado. Desafiando todos
los prejuicios y creencias de sus contemporáneos. Que juraban que tempestades
terribles azotarían sus naves, y las arrojarían a las monstruosas serpientes
guardianes de aquellos mares misteriosos, llevando a todo aquel lo suficientemente
estúpido o temerario como para desafiar los límites de la Tierra. Con todo y eso,
está muy lejos de considerarse o de merecer el título de héroe, como se le ha dicho
por siglos. El mismo Colon, es sus diarios, relataba como había engañado a los
indígenas del Nuevo Mundo “Con unos bonetes colorados, y cunetas de vidrio de
poco valor que se ponían en el pescuezo, y otras cosas de poco valor con que
hubiera mucho placer y quedaron tanto nuestros que era maravilla; mientras yo
(Colon) estaba atento y trataba de saber si había oro, vida que algunos de ellos
traían un pedazuelo colgando en una agujero que tenían en la nariz , y por señas
pude entender que venían del Sur, o de la Isla del Sur, que estaba allí un Rey que
tenía ,grandes vasos de ello, y tenía mucho”

De esta forma, se aprecia el interés de Colon en obtener metales preciosos de los


indígenas. No podía llegar con las manos vacías. Cabe señalar que 1492, el año en
que Clon descubrió en Nuevo Mundo, España pasaba por un momento de
reconquista fundamental en su historia. Fernando de Aragón e Isabel De Castilla
hayan superado el desgarramiento de sus dominios, abatiendo también la religión
musulmana fuera de sus pis. Tampoco era casualidad que en ese mismo año ciento
cincuenta judíos declarados fueran expulsados del país. De esta forma España
volvía a ser una nación “cristiana” después de una guerra “santa” del cristianismo
contra el islam y el judaísmo. España no tenía dinero para expediciones riesgosas,
pero llegando a Oriente, se consolidaba como la primera Potencia del Mundo de la
Época. Por ellos era tan importante traer todas las pruebas necesarias de que la
expedición había valido la pena. Finalmente, Colon pudo enaguaran y convencer a
los Indígenas, quienes fueron derrotados y deslumbrados por la vistosidad de
aquellos hombres de caras pálidas que venían del otro lado del Océano. Y así
llegaron comerciantes, mercenarios de los mercaderes y banqueros de España,
maravillándose por la riqueza de América. El mismo Colon dirigió una campaña
personal de militares contra los indígenas de dominicana, en la cual un puñado de
caballeros, infantes y perros molosos diezmaron a los indígenas. Esto se repitió por
toda América, dejando un baño de sangre de ingenuas, el Holocausto de las
Américas, con el signo de la Cruz en las Empuñaduras de las Espadas.

EL SIGNO DE LA CRUZ EN LA EMPUÑADURAS


DE LAS ESPADAS

El descubrimiento de américa no podría explicarse


sin la explicación de las antiguas cruzadas

La iglesia no se hizo rogar para dar carácter


sagrado a la conquista de las tierras incógnitas del
otro lado de el mar

Obedeciendo a la iglesia y a la reina

Los colonizadores europeos esclavizaron y


tomaron bienes de tribus de américa
RETORNABAN LOS DIOSES CON
LAS ARMAS SECRETAS

Europeos en busca de nuevas tierras

Descubren américa

Francisco Pizarro desembarco Hernán Cortez desembarca


en Cajamarca con un ejército y en Veracruz con un
armas ejército y armas

Entro triunfante al cusco Moctezuma creyó que era el


Dios Quetzalcóatl que volvía

Apoderándose del corazón del Atacaron a los aztecas


imperio inca sometiéndolos al dominio
conquistador europeo

Baterías y virus fueron los aliados


más eficaces a la hora de someter y
erradicar

Plagas bíblicas, viruela, tétano,


enfermedades pulmonares.
CONCLUSIÓN

Vivimos en una sociedad llena de influencias y tratados políticos podríamos


llamarnos libres, pero en el fondo somos esclavos de nuestra propia vanidad y
países del primer mundo, solamente la libertad la hacemos con nuestra amplitud de
pensamientos, nuestros sueños nuestras capacidades para ser felices para realizar
nuestras actividades hacer lo que nos apasiona aunque a veces con limitaciones
nos hace ser una sociedad libre, debemos tener en cuenta y aprender la historia del
origen de nuestros pueblos sin olvidar pero tampoco debemos encerrarnos en ella
ya que el objetivo de la historia es tener bases para surgir y mejorarla,. La esperanza
es lo que jamás va a morir en los rostros de la gente oprimida
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Galeano, E. H. (2004). Las venas abiertas de América Latina. México: Siglo XXI.
Recuperadode http://bibliotecavirtual.unad.edu.co:2051/login.aspx?direct=true&db
=nlebk&AN=131785&lang=es&site=eds-live&ebv=EB&ppid=pp_C

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