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Coronel Matallana

Matallana era teniente coronel el 27 de mayo de 1964 cuando, al mando del


célebre Batallón Colombia, saltó desde un helicóptero en vuelo para
apoderarse de la 'República Independiente de Marquetalia'. Se trataba de
un caserío controlado por 'Manuel Marulanda Vélez', 'Tirofijo', al mando de
las autodenominadas 'Autodefensas Campesinas' en las estribaciones del
nevado del Huila.
'Marulanda' y su grupo, compuesto por unas cuantas familias y varios
primos suyos, había llegado a esta zona escarpada e inexpugnable
huyendo de la violencia conservadora y del asedio militar. Por esos días
hacía el tránsito de bandolero liberal a guerrillero comunista y había
decidido no acogerse a la amnistía declarada por el gobierno del Frente
Nacional.
Marquetalia, al igual que Riochiquito, El Pato y Guayabero, eran zonas
donde el Partido Comunista tenía control absoluto. El asunto llegó al
Congreso por cuenta de Álvaro Gómez Hurtado, quien denunció estas
'Repúblicas' en 1961. Aunque el presidente Alberto Lleras Camargo acusó
recibo de la denuncia, consideró que con el tiempo estos grupos se
incorporarían a la vida civil y que lo mejor era no atacarlos.
Dos años después, sin embargo, el gobierno conservador de Guillermo
León Valencia decidió arremeter contra las 'repúblicas independientes'. La
gota que rebosó la copa fue el secuestro de los pilotos de una avioneta de
Aerotaxi derribada en cercanía de Planadas y el posterior asesinato del
piloto de un helicóptero de la FAC que acudió en ayuda de los pasajeros.
"Las acometidas de 'Tirofijo' hicieron indispensable tomarse las repúblicas
independientes porque si no continuaría con sus depredaciones", dijo a
SEMANA el general (r) Álvaro Valencia Tovar, quien como oficial de
operaciones del Ejército diseñó el operativo.
Los hechos que rodearon la toma de Marquetalia siguen sin aclararse. En
su momento Matallana explicó -como lo recoge María Victoria Uribe en su
artículo 'El Mito de Marquetalia', que será publicado en la revista del Ican-
que él ocupó el caserío con 250 hombres. Y que otros tres batallones, con
unos 600 cada uno, venían combatiendo en la región. Es decir, que no
participaron más de 2.000 soldados que se enfrentaron a unos 250
guerrilleros.
La guerrilla e historiadores de izquierda, en cambio, hablan de 48
guerrilleros contra 16.000 soldados "equipados con helicópteros, aviones de
reconocimiento, bombarderos facilitados por Estados Unidos" e incluso
acusan al gobierno de haber usado Napalm, lo cual es negado
rotundamente por Valencia Tovar.
Valencia también niega que el ataque a Marquetalia haya salido del
Pentágono, como sostienen las Farc, y no de la cabeza de los generales
colombianos. Este punto tampoco se ha aclarado pero lo cierto es que esto
ocurrió cinco años después de la llegada de Fidel Castro al poder y en pleno
auge de la campaña anticomunista liderada por Estados Unidos.
En lo único que coinciden tanto el Ejército como la guerrilla es en que
ambas creen que ganaron. "Fue un éxito en cuanto se les quitó un punto de
apoyo. El error fue que el gobierno se desentendió y no entró a consolidar el
éxito con acción política", dice Valencia Tovar. Las Farc, por su parte,
convirtieron a Marquetalia en símbolo de la resistencia del pueblo, un mito
que ha alimentado generaciones de guerrilleros hasta el punto de que lo
consideran su verdadero nacimiento.
Independientemente de cómo se evalúe la operación, lo cierto es que con el
ataque a Marquetalia se inició una nueva fase de la violencia en Colombia.
"Las operaciones militares y su secuela de insurgentes muertos proveyeron
el argumento final para que los campesinos sobrevivientes de Marquetalia
transitaran de la autodefensa campesina a la guerra de guerrillas móvil que
caracteriza hoy en día a las Farc", afirma Uribe.
Lo paradójico y triste es que el general Matallana, quien en su vida política
se caracterizó como un hombre democrático y de avanzada, no logró ver el
final de la guerrilla que combatió en su estado embrionario hace casi 40
años.

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