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La unidad de la Metafisica de Aristoteles: una propuesta especulatival TOMAS MELENDO GRANADOS Universidad de Mélaga autor resume lasituaci6n de los estudiosrelativos alaunidad de a Mea/isicaarstotélica, desde Jaeger a Dring; expone los motivos por fos que le parece superaa Ia fragmentacin del pensa- ‘miento de fl6sofo griego defendida durante decenios; y propone una solucién especulativa al problema, con base en la consideracin dela metalsica como una realidad viva y dine, PALABRAS CLAVE ‘The author offers a summary ofthe studies on the unity of Aristotle's Meraphysises (rom Jaeger to Dring; he defends the thesis that the treaty is not completely fragmented, but offers a certain ‘degree of cohesion. Finally, he proposes a theoretical solution for the question based on the consideration of metaphysics as something alive and dynamic, KERWORDS 1. BL PASADO MISTORICO-GeNETICD AUNQUE SOLO FUERA POR UN DEFECTO DE PERSPECTIVA, en parte ya superado, pare- ce imposible apelar a la Metafisica de Arist6teles sin poner antes en tela de juicio el problema de su unidad y de su autenticidad?. 1 Se nici con éste un conjunto de estudiostendentes a eslarecer Ia naturalera de la Mevatsica de Aritles, su tema 0 sujto, sus méiodos y el lugar que ocupa dentro dele pro- sduccin del Estagirita 2 Unestudi dtallad de est asunto puede enconirarseenG Reale, eoncetodfiosoia prima e Vania della Metafisica di Aristorele. 5 ed, Roma, 1993, Mas completo todavia eso © Conrasies. Revi Ineriseplinar de Filosofia yo. I (1997), pp. 198-21. ISSN: 1136-4076 ‘Sec de Flosofi, Universidad de Milaga, Facultad de Filosofia y Letras (Campus de Teatnos, E2907 Malaga (Espa) 194 TOMAS MELENDO GRANADOS Practicamente nadie* habia dudado de ellas hasta la aparici6n del Aristoteles, de Werner Jaeger, en el que el afamado filélogo aleman aplicaba especificamente a la Metafisica el método histérico-genético del que ya tiem- po atras venia haciendo uso4. Sus conclusiones resultan bien conocidas. Influi- do quiz4 por el planteamiento tedrico de Comte, sobre todo en la versién de Dilthey, Jaeger propone una curva evolutiva en el pensamiento de Aristételes, que va desde una primera etapa platénica, pasando por otra propiamente ontolégica, hasta una desembocadura en Ia ciencia empfrica o positiva. En virtud de esta hipétesis, afirmada por él con total seguridad, Jaeger pro- pugna una estratificacion de los distintos componentes de la Metafisica, en la que multitud de pasos, e incluso libros enteros, son declarados incompatibles con los que componen su entorno inmediato, y su redaccién anticipada o retrasada en aten- ci6n a la perspectiva que domina en ella: teolégica, ontoldgica, positiva, Como resultado final obtiene una Metafisica que desde ningun punto de vista puede declararse una. «Es absolutamente inadmisible —escribe, rotundo, Jaeger— tratar los elementos combinados en el corpus metaphysicum como si constituyesen una unidad, y tomar para fines de comparacién el término medio arrojado, digamoslo asi, por estos materiales enteramente heterogéneos»S. Compuesta de fragmentos no sdélo dispares, sino del todo incompatibles, inclu- so la unidad de inspiracién transmitida sin apenas titubeos por una tradicién de siglos, viene radicalmente rechazada. EI revuelo producido por las conclusiones de Jaeger hizo pasar a primer plano el «problema aristotélico». La mayor parte de los estudiosos se entrega- ron con armas y bagaje al atractivo del método histérico-genético6, Método que en todos los casos tenia como presupuesto una evolucién en la filosofia de trabajo de E. Berti, La filosofia del primo Aristotele, Padua, 1962, que analiza el problema evolutivo integro, antes y después de la decisiva intervencién de Jaeger. Indicaciones actualiza- das las oftece W. K. C. Guthrie, A History of Greek philosophy, vol. VI: Aristotle. An encounter. Cambridge, 1981; ed. castellana, Historia de la filosofia griega. VI: Aristételes. Madrid, 1993, pp- 15 ss..0 C. Vigna, Invite al pensiera di Aristotele. Milano, 1992, que las encuadra dentro de la integra historia de la transmisiGn de Aristételes en Occidente (c. xi, pp. 235-248). 4 Para ser exactos, la cuestin habia sido ya suscitada por P. Natorp, «Thema und Disposition der aristotelischen Metaphysik», Philosophische Monatshefte, XXIV (1887), y re- cogida por T. Case-en la voz “Aristotle” de la Enciclopedia Briténica, ed. 1910. Jaeger, que sin duda conoce el articulo de Natorp, no hace ninguna referencia explicita a él. 4 W. Jaeger, Aristoreles: Grundlegung einer Geschichte seiner En twiklung, Berlin, 1923. Para la vestiGn castellana, sigo la primera reimpresién en Espana, Madrid, 1983, 3 fhid, p. 195. 6 Entre bastantes otros, Burnet y Praechler, Mure, Bréhier, Robin, Moraux. Gauthier... cada uno con sus propias caracterfsticas, entre las que no se excluye una posterior rectificacién cuasi global o puntualizaciones de mayor o menor calado, La unidad de la Metafisica de Aristeteles: una propuesta especulativa 195 Aristételes, y, en el de Jaeger, la asuncién acritica de un indiscutible platonis- mo inicial y paulatinamente abandonado, con cuyo metro se disciernen las distintas etapas, que el fil6logo aleman declara irreconciliables entre si’. Lo que produjo una progresiva pérdida de vigencia a este modo de enfren- tarse con la obra aristotélica no sélo fueron algunas voces discordantes provis- tas de gran autoridad -como las de von Armin’, Mansion? 0 Ross!©_, sino la diversidad contradictoria de los resultados alcanzados por quienes aceptaban en su radicalidad el presupuesto evolutivo del método tal como lo plantea Jaeger: el de las fases inconciliables, Pues, en efecto, dando por supuesta esa metamortfosis, y aplicando iguales procedimientos, algunos seguidores del célebre fil6logo aleman Ilegaron a pro- poner una sucesion de periodos estrictamente contraria a la de su maestro; y, por ende, una redisposicién de la Metaftsica a todas luces diversas de la preco- nizada por Jaeger. Paul Gohlke!!, por ejemplo, propugna una evolucién de la filosofia pri- mera que tendria como fase inicial la doctrina de la ousia; a continuacién, esa concepcién se amplia y conecta con la del ente en cuanto ente, que, entendido 7 Curiosamente, I. Diiring, al que mas de una vez hemos de referimnos, invierte las rela- ciones entre Platén y Aristételes: «Seguin mi hipdtesis de trabajo ~lice-, Aristételes se colocé inicialmente en fuerte oposicién a Platén y se empefié en subrayar su distancia tan frecuente- mente como fuera posible y a veces no sin acritud. La polémica, en ocasiones violenta, es sin duda al mismo tiempo expresién de una cierta inseguridad interna del hombre joven. Cuanto mds seguro se vuelve y cuanto mas exactamente ha esclarecido su propio punto de vista, tanto mas sereno se muestra en la apreciacion de las doctrinas de los adversarios; aun en el estilo y en el tono se advierte esto. Como pensador maduro, Aristoteles reconoce plenamente la grandeza de Platén. La ontologia, que desarrolla en los escritos [ZH®, significa en cierto modo un retor- no a los planteamientos platénicos; pero su especulacién sobre el problema de Ja existencia no es en manera alguna un retorno a los puntos de vista de Platén. En la ultima parte de la Erica Nicomdgquea el influjo intelectual de Platén es mas fuerte que en cualquiera de sus escritos. Cuando al comienzo de este curso de ética habla por dltima vez de la idea del Bien, se inclina ante la memoria de Platon. Pero no cambia sus puntos de vista» (1. Diiring, Aristoteles. Darstellung und Interpretation seines Denkens. Heidelberg, 1966; tr. castellana, Arisrdteles. Exposicion e inferpretacion de su pensamiento, México, 1987, p. 85). En principio, cito por esta traduccién. 8 H. von Harmin, «Zu W. Jaeger Grundlegung der Entwicklungshgeschichte des Aristoteles», Wiener Studien, 1927-1928, pp. 1-48. 9 A. Mansion, «La genése de l'oeuvre d’Aristote d'aprés les travaux recents», Revue néoscolastigue de Philosophie, 1927, pp. 307-341 y 423-446, 10 W. D. Ross, «The development of Aristotle’s thought», en Proceedings of the British Academy, 1957, pp. 63-78. 1! P. Gohlke, Die Entstehung der aristotelischen Lehrschriften, Berlin 1933; «Die philosophische Entwicklung des Aristoteles», Kant-Studien 1943, Heft 3; Aristoteles und sein Werk. Paderborn, 1948.

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