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LOS MITOS DE LOS HIMNOS HOMERICOS: EL EJEMPLO DEL “HIMNO A AFRODITA” Alberto BeRNAvé Universidad Complutense. Madrid 1. ALGUNAS CONSIDERACIONES GENERALES Hay pocos géneros literarios en cuya consideraci6n e interpretaciGn se haya producido un cambio tan dristico como en los Hamados Hinnos homéricos. Se trata de un tipo de composiciones olvidadas durante siglos, ya desde la propia antigdedad clasica. Apenas Megan a veinte las veces en que aparecen Citados en los autores antiguos; no fueron comentados ni tomados en consi- deraci6n por los fildlogos de Alejandria y han llegado a nosotros por cansles bastante marginales y notablemente minoritarios. Para empeorar Ia situaci6n, ‘Wolf en 1795! emitié la teoria de que se trataba de preludios, recitados antes de las obras épicas mayores, esto es, de que eran las piezas con que los aedos solian comenzar sus actuaciones en las recitaciones pablicas. Con ello los Himnos se vieron reducidos a la categoria de meros “aperitivos” 0 “entremeses” literarios antes del “plato fuerte” de los poemas como Ilfada Odisea. Pese a que esta interpretacién sigue manteniéndose por bastantes autores," no parece que valga para todos los himnos (y, menos que para nin- ‘guno, para los mas largos). La bibliograffa que se les habfa dedicado fue por mucho tiempo escasa y sin demasiadas aportaciones de interés. Y asi, la investigacién de los aftos cuarenta y cincuenta trat6 de atribuirles unos objetivos de indole social 0 sociopotitica, hoy considerados secundarios sencillamente descaminados: es el caso de las discusiones sobre el Himno a Afrodita, con el postulado de que lo que se queria en él era ensalzar a los Enéadas, e incluso la puesta en A. Wour, Prlegamens to Homer lle 1795 2 Como seal. $. Clay, The pales of Opus. Form and meaning nthe major homer Hye Princeton 1989p 9-2, ‘or alongs ace» la, 1A Ulen Fee eh) asd Etcores Css, 2082 ” ‘ALDERTO BERNAnt ccuestidn de si se trataba de un poema religioso, de un himno profano 0 de mera poesfa galante. Otro ejemplo podrfa ser un estudio de Brown,’ quien cree ver en el Himno a Hermes un conflicto entre la burguesia (representada por Hermes dios de la astucia y el comercio) y la aristocracia (encarnada en Apolo). Incluso se arriesga a postular que el himno procederia del culto de los Pisistritidas y que tendrfa como objetivo la expresién de los intereses de la nueva clase social que acababa de acceder al poder. Hoy este tipo de interpretaciones se consideran considerablemente desenfocadas sobre Io que creemos que es la funcién y el significado de esta produccién pottica Incluso en la indagacién de su lenguaje, fueron clasificados como perte- necientes a un estadio que recibié el desagradable nombre de “estadio sub- pico”, denominacién que tiene notables connotaciones de una valoracién inferior.* Pero Ia situacién cambié radicalmente desde los setenta hasta nuestros dias y Ia investigacién reciente ha descubierto la enorme importancia que tienen los himnos y los mitos que narran en lo que podriamos denominar construccién literaria de lo sagrado, con una personatidad propia junto a las ‘grandes sagas panhelénicas como la Ilfada y la colosal sintesis hesi6dica. En las lineas que siguen voy a tratar de sintetizar los rasgos que se han atribuido recientemente a los mitos narrados en los Himnos y me centraré en un andlisis (que no puede ser profundo, por razones obvias), de uno de los mds hermosos, a la vez que més complejos. El Himno a Afrodita. Hay que advertir, sin embargo, que la coleccin de los himnos es muy heterogénea, tanto en extensidn, como en autor (desde luego no son de Homero), como en época (incluso alguno es muy muy tardio), de forma que sélo hasta cierto punto pueden tratarse como una unidad. Lo que sf podemos cs establecer una divisiOn relativamente clara dentro de ellos, entre un grupo de himnos mucho més extenso, que contienen una narracién mitica, y otros mas breves que se limitan a un cortés enunciado de epitetos o a la presenta- ci6n, en un par de pinceladas, de una especie de escena protagonizada por la divinidad. Salvo indicacién en contra, me referiré solo a los llamados “Him- rnos mayores”, donde hay propiamente narracién mitica. Los rasgos que podemos atribuirles a estos mitos son los siguientes: 1) Se trata de temas tradicionales, que son, como ocurre siempre en el mito antiguo, aludidos y que presuponen un amplic contexto mitico conoci- do por el publico, pero no expresado por el aedo en su totalidad. Lo que hace es seleccionar de este contexto unos determinados aspectos, sabedor de 2 N, Bow, Hermes the Tif Mazon 1947, cuay, The pls. p.3 Los airos DE Los Hiswwos HoMERICOS. 95 que el piblico los inserta sin dificultad en un conjunto mas amplio que le es familiar ‘Los temas miticas que configuran estos relatos son de origen muy diver- so: algunos puede proceder del mbito indoeuropeo, otros tienen un aspec- to muy caracteristico del oriental: babilonio, hurrita o de Asia Menor. Pero ro se pueden separar limpiamente unos temas de otros, porque lo habitual es ‘que en el moments en que los conocemos, las tradiciones de uno u otro ori- gen se hallen ya orgenizadas en un conjunto coherente y profundamente griego, 2) El protagonista de un himno es siempre un dios individual, situado ante Jo que podriamos llamar una situacidn de crisis. La crisis puede deberse, bien al nacimiento de un nuevo dios (caso de los himnos a Apolo y a Her- mes), a quien deben asignarsele determinadas funciones, bien a un conflicto de intereses entre divinidades (como ccurre en los himnos a Afrodita y a Deméter). No deje de ser significativo que en el primer caso se trate de divi- nnidades masculinas y en el segundo, de divinidades femeninas. En uno u ‘otro caso la aparicién del nuevo dios o el conflicto que protagoniza condu- cen @ la sustitucién de una situacién anterior por otra més “modema’, bien entendido que “nis moderno” se encuadra dentro de Io que llamamos el ‘tiempo mitico”, pero en sus postrimerfas.* ‘Se supone que lo que he Iamado “situacién anterior” no era Ia perfecta 0 la deseable, y que la soluci6n de la crisis conduce a dejar el estado de cosas organizado de una forma definitiva. 3) De lo que se trata en esa organizacién es de definir o de redefinir, si se quiere, el papel que ocupa cada dios, en la idea de que cada transformacién del mundo implica la necesidad de reestructurar el orden jerdrquico,’ lo que comporta dos aspectos basicos, a los que denominamos, en términos de los propios Himnos, los erga y las timai, 4) erga serfan las esferas de accién del dios, sus actividades, sus poderes lo que, si no fuera escandalosamente moderno, llamariamos sus funcio- nes principales, Pero en el concepto de erga se incluyen, ademas de las, actividades del dios, las de los mortales que aceptan su ayuda. ») timai serfan las hontas que le son debidas, la jerarquia que se le asigna, sus privilegios. 5.1 Ruowanor, “A noposde hymn homériqueb Demet”, Mex Hel 38,1978. pI * gona. -A pps", pf pone de ais a existencia de nvees en eld empus de iad tendo! dos tna ‘el mame poser de ea secuencia temporal CC, RomwaRDT "A Fos." 3 15. Ruta, “Ligne tomiqu 8 Aphrite Esl interpretation”. SH 48, 1991 9.9. 96 ALBERTO BERNADE Asf que de ningtin modo los mitos que se narran obedecen a un puro ejer- cicio literario, Aunque, desde luego y por afiadidura, son obras literarias, y de gran valor, su funci6n principal es colaborar en la organizaciGn 0 reorga- nizacién de lo sagrado. 4) En este sentido, podemos decir que los mitos de los Himnos forman parte de lo que podrfamos llamar una cosmogonfa,? en la medida en que cos- ‘mogonfa quiere decir no tanto el nacimiento del mundo, cuanto proceso de configuracién del orden del mundo. Transcurren, como la cosmogonfa, en el tiempo mitico, diferente de éste en que vivimos, perv710 en el origen de los tiempos, como los mitos de creacién del mundo, sino en los momentos pos- teriores en que, tras la diferenciacién de las cosas, y la toma del poder por parte de Zeus, conviene establecer con claridad las “reglas del juego” y determinar con exactitud qué funcién tiene cada uno de los demés dioses dentro de este nuevo orden. En ambos casos se trata de situar, ya al final del tiempo mitico, la justifieacién de lo que se supone que son los rasgos ident ficatorios de la divinidad que protagoniza el Himno. 5) Se refieren, pues, a lo que podriamos Hamar la clave del arco de ta organizacién de lo sagrado."® Signos del cambio producide o de la solucién de la crisis pueden ser Ta creaciGn de una fiesta, la instauracién de un culto, a asuncién de determinadas obligaciones por parte de Ia divinidad o el na miento de un determinado personaje. Por ello se implican en nuestros mitos tanto el alcance de los poderes del dios (Io que configuran sus erga), como la etiologia de cultos, de epitetos det dios, de determinadas invocaciones cals p de una feta (toe, lo gue conforma sus timai). Todo ello con- cuerda babtante bien con el rasgo de mitos de orfgenes que acabo de asignar- les. En el marco conmemorativo del himno (asociado 0 no a una fiesta), se trata de remitirse al momento en que empez6 todo, la fiesta 0 el propio dios que se glorifica, al porqué de un tipo de relacién entre dioses y hombres."! 66) Esta organizacién de lo sagrado no es local, sino panhelénica, y de natu- raleza no artistca, sino politica, de forma similar a cémo los juegos se con- vierten en panhelénicos. como sefiala Nagy."? Hay todo un esfuerzo por cor ‘gurar un sistema de clasilicacién del mundo basado en las relaciones de poder * oouanor“A propos", 2etee gue ene ond, 1 son todos os mins reg "Enianen un cre de coat smile «lo que se deste en la Tranomagua. La insauacfn del conden nose hace sin cis ee dines ta a ema del poder po pare de Zeus eos conics se ‘nonfestan ye venelen de forma deinen. "Pes Drasorce, “Conepion et marfestatins du se dans ne Homdrigne Aphrodie’ Keron 21993, 9. 17 "0G, NaoY, "Hesiod" en J, Loc), Ancient Writers, Nueva York 1982 7p 80s. Los itos DE Los Hiwos nomERICos.. 7 centre los dioses, de una jerarquia, De abf que se tiendan a evitar los rasgos as locales de los mitos. En cierto. modo, el paso de la época de los conflictos a lade orden, a sti modo, es trasunto también de un paso de una organizacién isgregada a otra centralizada y jerirquica de lo sagrado. Y, a tenor de lo dicho ‘en §2, el paso de una época en que Ias divinidades femeninas tienen mayor predicamento a otra en que la organizacién es predominantemente patriarcal. 7) Cuando se narran otros mitos secundarios en cl himno no son en modo alguno digresiones, sino que se refieren a aspectos complementarios de esta organizacién de lo sagrado, que configuran con el relato principal un verda- dero sistema mitico. 8) Es corriente que intervengan en Ia trama los seres humanos, ya que el mito concierne también y de modo muy directo al papel de los seres huma- nos en los erga y timai de los dioses:" en los erga, porque hemos dicho que incluyen, ademas de las actividades del dios, las de los mortales que aceptan su ayuda; en las timai, porque los hombres estén profundamente implicados ten las honras que son debidas a los dioses y en aquello que debe evitarse en la relacién con ellos. 9) Formalmente, los Himnos estén escritos en el verso propio de la épica, con férmulas muy similares y esquemas narrativos pricticamente idénticos, pero se estructuran de una forma totalmente paralela a las composiciones de la lirica, con las que tienen también muchos puntos de contacto.!* El més importante punto de contacto entre los Himnos y la Iirica es que todos ellos {y lo que digo ahora es aplicable también a los himnos de menor extensi6n) presentan una estructura bésica tripartta, totalmente diferente de la estructu- ta de los poemas épicos y caracteristica, en cambio, de las composiciones lirieas. Los inicia una introducci6n, referida al presente, en que se pide a un dios que cante (0 bien el aedo declara en primera persona que va cantar a un dios). Sigue tna parte central de extensi6n extremadamente variable, que va desde su prictica inexistencia (por ejemplo, et Himno 13), a una breve refe~ rencia a rasgos caracteristicos del dios, 0 pequefias escenas de su actuacién, hhasta llegar a los largos y complejos relatos de los himnos Ilamados “mayo- res”, en los que se narran mitos, en referencia al pasado mitico. Los cierra ‘una parte final en que se saluda a Ia divinidad, y en que el aedo, de nuevo retornado al presente, al aqui y al ahora, a Ia realidad de su entomo, puede prometer que volverd a cantarla o pedir su intercesién para algo, O sefiala que se acordard de otros dioses. Ce tina @ Hees. 187-211, Hinno a Donte, 65,1845 30855 fuego el cto del immo Afra. CER AnwAces, Oriener de elisa greg, Mae 1976, pp. 112.

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